Ante la Violencia

La Facultad de Filosofía y Humanidades de la U. Católica de Córdoba (UCC) organizó unas Jornadas Intedisciplinarias bajo el título de “Violencias”, con el objetivo de reflexionar sobre las diferentes dinámicas violentas que vemos a diario y experimentamos en nuestras vidas.

Por Pablo Rivarola

Nuestra Facultad de Filosofía y Humanidades organizó las XV Jornadas Interdisciplinarias y VI Jornadas de Psicología. La decisión de nombrarla bajo la sola palabra “Violencias” no es una elección inocente o ingenua, por el contrario, debemos comprenderlo desde la complejidad a la que tal palabra nos convoca.

Es fundamental que todos los tipos de violencias sean puestos de manifiesto y que logremos identificar aquellas conductas que indefectiblemente son violentas, porque las hemos naturalizado y en muchas oportunidades son aceptadas sin consideraciones negativas. ¿O es que acaso los espectadores de los programas televisivos, rechazan las permanentes respuestas agresivas que unos y otros allí se profieren? ¿Y las burlas que se realizan en las redes sociales, que son compartidas casi sin mediar un momento de reflexión sobre sus consecuencias? Consecuencias que muchas veces son mortales en el caso de los niños y adolescentes al ver el rechazo que la comunidad virtual hace de ellos.

Lo que debemos tener presente no es solamente aquello que puede ser judicializado en el marco de las violencias sino, ser capaces de reconocer individualmente cuál es nuestro nivel de tolerancia hacia el otro, aquellas respuestas que tenemos ante las diferentes personas con quienes interactuamos, aún nuestros seres más próximos. En diciembre de 2013 vivimos en Córdoba una de las experiencias de mayor extrañamiento hacia los demás que pudimos concebir, sentir la desprotección ante todo, la ausencia de todo orden, pero lo peor fue reconocer aquello de lo que es capaz nuestro semejante y lo que el miedo puede producir en el “buen vecino”. Nos preguntamos: ¿Hubo un aprendizaje de aquello? Porque es central detenernos y reflexionar sobre cada acontecimiento violento, tener la posibilidad de conocer y comprendernos como sociedad. De nada sirven las estadísticas sino gestionamos aquellos factores que las favorecen.

En estos últimos meses, en el desarrollo de un estudio sobre el desistimiento delictivo, he tenido la posibilidad de realizar entrevistas en profundidad con jóvenes que habían cometido delitos y no volvieron a reincidir. Podría decir que en la gran mayoría de ellas/os había un factor común que se repetía y que había sido el generador del cambio: sentir la confianza de alguien. Y este sentir se trata de un sentir pleno, no del apoyo condicional, sino el poder reconocer verdaderamente que hay alguien para quienes realmente importan. Hace unos días pude escuchar al Dr. Nasio, reconocido psicoanalista argentino radicado en Francia, que hablaba justamente de ello. Decía que el secreto en el tratamiento era el poder “conmoverse” con el paciente, sentir con el otro. Es precisamente los mismo que las/los jóvenes estaban rescatando en relación a sus propias vidas, alguien estaba allí para reconocerlos y acompañarlos.

Considero que este tipo de jornadas destinadas a profesionales de la salud mental, es el espacio propicio para preguntarnos por nosotros mismos, y por aquello que podemos hacer por los demás desde cada lugar que ocupamos, como así también comprometernos realmente con aquellos que nos requieren.

Fuente: Prensa UCC

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