Apostar a la pastoral de adicciones

El pasado 26 de junio, en el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, se presentó el documento ‘Drogas y Adicciones: un obstáculo para el Desarrollo Humano Integral. La otra pandemia’.

La presentación estuvo a cargo de representantes de tres organizaciones que trabajaron en forma conjunta: la Pastoral Nacional sobre Adicciones y Drogadependencia, la Familia Grande Hogar de Cristo y Cáritas Argentina.

La intención de este documento es reavivar el compromiso y las propuestas pastorales surgidas de la V Conferencia General de Aparecida (2007), en la que se proponían trabajar en la prevenciónacompañamiento y sostén de las políticas públicas en torno al tema.

Por las restricciones y las medidas restrictivas de la pandemia, muchos jóvenes se encuentran sin espacios de contención, ni referentes ni pares con los que interactuar: clubes, escuelas y capillas quedaron cerradas, y los jóvenes quedaron a la intemperie física y existencial.

Las adicciones van rompiendo los lazos sociales y detonan valores fundamentales: solidaridad, fraternidad, misericordia, caridad, pilares no solo espirituales sino de construcción del tejido social.

La Asamblea Eclesial como oportunidad

En el marco de la 1ª Asamblea Eclesial que convoca el CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano) hicieron un llamado amplio y vigoroso a todos los sectores e instituciones a involucrarse y tomar conciencia de esta “otra pandemia”, para mirarla de frente.

Animaron a la ciudadanía y sus organizaciones a participar de la consulta popular, activa y especialmente en el “Foro de Adicciones” que propone este Tiempo de Escucha sobre “¿Cómo ser una Iglesia en salida que acude al encuentro con poblaciones populares que enfrentan el desafío de las adicciones?”.

“Si seguimos en ese camino de reconocer en nuestro pueblo el dolor y nos dejamos interpelar por eso vamos por una buena senda y nos queda sumar, mostrar y fortalecer para seguir andando”, expresaron los miembros de las organizaciones.

Fuente: vidanuevadigital.org

Dignidad sin fronteras

El acompañamiento caminado del Servicio Jesuita a Refugiados, en conjunto con la población migrante y refugiada, ha estado marcado por diversas expresiones artísticas y modos de comunicar en la región de Latinoamérica y el Caribe.

Utilizando las producciones sonoras como un modo y un medio para reflejar diversidad, la empatía, y la esperanza, el RJS presentó una nueva canción. A su vez, se pretende invitar a la sociedad civil a sumarse a la misión de tejer comunidades sin fronteras.

 

Letra

Dejaste atrás

tu vida y tu hogar

tuviste que caminar.

Sentiste que ayer

perdiste la fé

por eso te quiero cantar.

Escucha hermana que no hay fronteras

Latinoamérica es tuya entera

tu hogar es todo lugar.

Camina hermano por estas tierras

tu fuerza inspira comenzar

a sanar.

Hoy te quiero invitar

a tu mano brindar

para acompañar.

Por un mundo diverso

de sueños completos

y en libertad.

Mereces hoy ser feliz

volver a reír

y sentir la paz.

Por los derechos de refugiados y migrantes

El pasado 20 de junio conmemoramos el ‘Día Internacional del Refugiado’ y para los católicos es una ocasión para reflexionar y tener en cuenta la situación de la cantidad de migrantes forzosos por motivos económicos o políticos, con vistas a la 107ª Jornada Mundial del Migrante y Refugiado a finales del mes de septiembre.

Quienes padecen esta situación, según el Celam, “apuestan por la vida mejor, se ajustan saludablemente a las condiciones adversas y reconstruyen la historia de sus vidas desarrollando un sentido de pertenencia hacia las comunidades y sociedades de acogida”. El episcopado latinoamericano y la Red Clamor, de migración, trata y refugio regional, destacan el aporte que representan en los diversos ámbitos de la vida social y el capital humano que representan en el campo económico, cultural, las comunicaciones, la salud, la educación y la pastoral, entre otros.

En la comunicación suscripta por los obispos del continente, la Red referente de esta pastoral en América Latina expresan su cercanía con quienes se ven forzados a dejar su tierra, afirmando que refugiado puede ser sinónimo de fragilidad pero, a la vez, es “también es sinónimo de resiliencia, porque con la misma fuerza y coraje que han tomado la decisión de abandonar sus hogares.”

Con vistas a la Jornada Mundial de septiembre, cuyo lema es “Hacia un nosotros cada vez más grande”, no podemos dejar de señalar que la crisis de refugiados y migrantes alcanza a casi 80 millones de personas de todo el mundo, muchos de estos dentro de los límites de sus propios países.

Al respecto también se pronunció la Comisión Episcopal de la pastoral migrante de la Conferencia Episcopal Argentina, que promueve que la colaboración y el servicio a los refugiados sea conectar cada vez más con sueños y proyectos de estas personas. Sostuvieron que “Ellos precisan que nuestras manos, nuestras comunidades eclesiales, nuestras sociedades se conviertan en la expresión sensible y concreta de acogida, hospitalidad, fraternidad”.

Los miembros de esta Comisión piden a Dios por el acceso de refugiados y migrantes a los derechos de salud, vivienda, trabajo y educación, haciéndose eco de las palabras del Papa Francisco “Estamos todos en el mismo barco y estamos llamados a comprometernos para que no haya más muros que nos separen, para que ya no estén los otros, sino sólo un nosotros, un nosotros tan grande como la humanidad entera”.

Proceso de escucha de la Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe

En preparación a la I Asamblea Eclesial, la comisión organizadora del Proceso de escucha ha presentado una guía del método de participación, para comunidades y grupos eclesiales, en versión popular.

Este instrumento está pensado para acompañar y facilitar la participación de todos. Teniendo en mente el llamado del Papa a que esta Asamblea “no sea una élite separada del santo pueblo de Dios”.

Todo este proceso busca dar una oportunidad para el protagonismo de todo el pueblo de Dios en Am. Latina y el Caribe, sobre todo en las periferias, teniendo en cuenta las tareas pendientes desde la reunión de Aparecida (Brasil 2007).

El registro de las reflexiones se realizará a través de una plataforma de colaboración on-line, a través del sitio web de la Asamblea Eclesial, en la pestaña ESCUCHA

Siendo difícil tener encuentros presenciales, el recurso on line ha sido una respuesta efectiva para asegurar la participación de todo el pueblo de Dios.

La guía para el Camino, en su versión popular, incluye todas las temáticas y contenidos que se han venido desarrollando, en un lenguaje más sencillo y un poco más reducido.

“Quiere ser un insumo para asegurar la cercanía a la vida y a los corazones de las personas y ayudar a la reflexión, al diálogo y al discernimiento tanto personal como comunitario de todo el Pueblo de Dios” (Mons. Jorge Lozano)

Enlace a la Guía para el camino: versión popular

Cáritas y la UCA presentaron un informe sobre la pobreza en Argentina

El pasado 9 de junio, Cáritas Argentina y el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (ODSA), presentaron el informe “Un rostro detrás de cada número. Radiografía de la pobreza en Argentina”. La publicación se da en el contexto de la Colecta Anual de Cáritas y presenta un análisis exhaustivo de la difícil situación social que atraviesa el país y las políticas sociales desplegadas para atender la emergencia.

Monseñor Tissera, presidente de Cáritas Argentina, participó en la presentación del informe. En su intervención destacó que, durante la pandemia, aumentó en más de dos millones de personas la asistencia e hizo un llamado a la unidad y la generosidad para enfrentar los momentos difíciles que vive el país: “Pedimos a todos, a los dirigentes políticos, empresarios, a los sindicatos, que nos podamos unir ante la necesidad. Se trata de un gesto de solidaridad y de comunión, para que realmente podamos aportar eso que no encontramos en la farmacia ni en el banco, la solidaridad y la fraternidad. Y eso nace de los corazones. La colecta es la oportunidad para poner el corazón a esta situación de miseria, de dolor y de pobreza que vive la Argentina.»

El informe del ODSA de la UCA muestra un claro aumento, no sólo en los niveles de pobreza, sino también en los de indigencia.

Junto a la pobreza material crecieron considerablemente las múltiples consecuencias psicológicas y afectivas, provocadas por la enorme presión emocional que se genera tanto por la enfermedad, como por las medidas asumidas para afrontarla.

Colecta anual

Cáritas Argentina lanzó su tradicional Colecta a fines de mayo, bajo el lema “En tiempos difíciles compartamos más”, tras alcanzar a más de 3.000.000 de personas con ayuda material durante la pandemia de COVID-19.

El 26 de agosto, Día de la Solidaridad, se presentará el número final de lo recaudado en cada Colecta. Éste dinero se destina al sostenimiento de programas de ayuda inmediata y de promoción humana que Cáritas desarrolla durante todo el año, relacionados con microemprendimientos productivos y de autoconsumo, capacitación laboral, planes de inclusión educativa, abordaje pastoral y comunitario de las adicciones, cuidado de la primera infancia, formación en ciudadanía, centros comunitarios de atención integral, jardines maternales, entre otros.

Conocé los medios de pago para donar aquí: www.caritas.org.ar/sumate

Fuente: www.caritas.org.ar

Migrantes y refugiados: hacia un «nosotros» cada vez más grande

En vísperas de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2021, la sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral ha promovido una campaña de comunicación centrada en el tema elegido por el Papa: Hacia un «nosotros» cada vez más grande.

En este vídeo, difundido en distintos idiomas, Francisco invita a cada bautizado a sentirse parte de una sola Iglesia, de una sola casa, de una sola familia. En él se recogen los testimonios directos de algunos migrantes que, gracias a las experiencias de acogida, se sienten parte del «nosotros» que el Papa exhorta a realizar.

De cara al 26 de septiembre, la Sección de Migrantes y Refugiados está dispuesta a recibir testimonios escritos o en formato multimedia, vídeos y fotografías de las Iglesias locales y de los actores católicos que muestren su compromiso con la pastoral de los más vulnerables.  Los materiales pueden enviarse a media@migrants-refugees.va

Fuente: vaticannews.va

REPAM: Insumos para la pastoral amazónica

Ya está disponible para su descarga «La Cesta Amazónica», una caja que contiene herramientas que se ponen a disposición como insumos para los agentes de pastoral que se encuentran en el territorio amazónico y que pueden requerir materiales sencillos para la mayor vinculación entre su ejercicio evangelizador y su rol activo en la sociedad. Es una iniciativa construida colectivamente para la transformación pastoral, a partir de experiencias y materiales valiosos, además de servir para la profundización y reflexión alrededor de temas prioritarios para la comprensión de la realidad.

Objetivo general

  • Acompañar a agentes pastorales y sus comunidades, en los más diversos rincones de la Panamazonía.

Objetivos específicos

  • Entablar una articulación activa para la construcción de una Iglesia hermana y prójima a las necesidades de la realidad local, pero con conciencia integral de la región panamazónica y sus desafíos hoy.
  • Aportar insumos a los agentes pastorales para construir o actualizar planes de pastoral en sus comunidades
  • Adaptar los contenidos de formación pastoral a contextos y necesidades territoriales.

Podés descargar todos los módulos aquí

Fuente: redamazonica.org

Laudato Si’ tiene su Plataforma de Acción Digital

Cuidar de nuestros hermanos y hermanas significa cuidar del hogar que compartimos. Esta responsabilidad “es parte esencial de una existencia virtuosa” (LS 217)

La Plataforma de Acción Laudato Si’ del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, es un espacio donde las instituciones, las comunidades y las familias pueden aprender y crecer juntas. Estás cordialmente invitado a unirte a esta comunidad. 

Esta Plataforma es el fruto de una colaboración única entre el Vaticano, una coalición internacional de organizaciones católicas y “todos los hombres de buena voluntad”. (LS 3) Con un verdadero enfoque ascendente, desde el ámbito local, se basa en las fortalezas y las realidades de las comunidades de todo el mundo, capacitando a todos para tomar una “acción decisiva, aquí y ahora”, mientras caminamos juntos hacia un futuro mejor. (LS 161)

El Papa Francisco, al anunciar esta iniciativa nos dice: “Hoy me complace anunciar que el año de la Laudato si‘ se traducirá en un proyecto de acción concreto, la Laudato si’ Action Platform, un camino de siete años en el que nuestras comunidades se esforzarán de diferentes maneras para llegar a ser totalmente sostenibles, en el espíritu de la ecología integral…

Trabajar juntos. Sólo así podremos crear el futuro que queremos: un mundo más inclusivo, fraternal, pacífico y sostenible…Hay esperanza. –señala Francisco-,Todos podemos colaborar, cada uno con su propia cultura y experiencia, cada uno con sus propias iniciativas y capacidades, para que nuestra madre Tierra recupere su belleza original y la creación vuelva a resplandecer según el proyecto de Dios.

Que Dios bendiga a cada uno de vosotros y bendiga nuestra misión de reconstruir nuestra casa común. 

Acceso a la Plataforma de Acción Laudato Si’ plataformadeaccionlaudatosi.org

 

Impacto de la pandemia en las comunidades amazónicas de la Triple Frontera

Un artículo de Rodrigo Castells SJ, miembro del Servicio Jesuita Panamazónico en Leticia, publicado en la Revista Aurora N° 17: Eco-activos, correspondiente al mes de mayo.

Consumiendo el buen vivir

El impacto de la pandemia en las comunidades indígenas y rivereñas de la amazonía en la triple frontera de Colombia, Brasil y Perú.

Es bien sabido que, a modo de intentar controlar los contagios por el COVID-19, los gobiernos han implementado fuertes medidas para reducir la movilidad de las personas. Conocido es también el impacto fuerte en la economía de los países y regiones que estas medidas han tenido. Uno de los sectores que más se ha visto afectado es el sector turístico.

Hace ya varios años que los gobiernos locales de este territorio, la triple frontera de Colombia (Leticia), Brasil y Perú, han enfocado sus estrategias de desarrollo sostenible depositando una gran esperanza en el desarrollo turístico. Las mismas comunidades hablan de este giro que ha tenido la región: artesanos, transportistas, hoteles, guías autóctonos, cocineros autóctonos, grupos de música y danzas autóctonos, comunidades que ofrecen alojamiento y paseos por sus resguardos o territorios, pesca y siembra para nutrir esas cocinas, etc.; son muchas las actividades y servicios movilizados en torno a la actividad turística.

Como nos podremos imaginar, el impacto socioeconómico para una economía regional que se había encauzado de forma importante a la actividad turística, ha sido muy grande. Se siente en las comunidades la falta de recursos y las dificultades para sostener la economía familiar. La situación de dificultad y fragilidad económica es grave. Distintos actores de los territorios como ONGs y las iglesias hemos realizado aportes para suavizar esta emergencia, pero son una gota de agua en un mar de necesidad.

Vista desde la perspectiva de la Ecología Integral, no es una situación que restringe su impacto solamente a la dimensión socioeconómica. La vida está interconectada y lo que impacta un ámbito de la vida de las familias y comunidades tiene consecuencias sobre los otros ámbitos (la selva y el río). Vulnerabilidad social y vulnerabilidad ambiental van de la mano.

Por otra parte, la familia campesina-indígena desde hace un tiempo ha ido sufriendo procesos de trasformación cultural que la hacen aún más vulnerable. En primer lugar, el mundo moderno de la economía de consumo le ofrece cada vez más bienes y servicios a consumir (celular, internet, televisión, mayor movilidad y un largo etcétera de productos de consumo). Este proceso provoca la necesidad de disponer de dinero para conseguir estos bienes y servicios. Estar incluidos en la cultura del consumo significa disponer de dinero para comprar los bienes y servicios que el mundo moderno ofrece, casi como si fueran una necesidad. A la familia campesina-indígena ya no le basta, entonces, con una economía basada fundamentalmente en la producción para el autoconsumo, se hace imprescindible producir excedentes o buscar modos de generar recursos y servicios que permitan lograr ingresos monetarios que hagan posible ser parte de la cultura ambiente. En segundo término, en la medida que las familias han ido buscando formas de ingresos económicos externos y la proporción de la economía de auto-sustento se ha hecho menos relevante, ha ido aconteciendo un paulatino abandono de las áreas de cultivo propias (las tradicionales chagras) y una menor diversidad de los cultivos en las chagras. La opción por los servicios turísticos ha impactado en estos procesos.

Lo expresado hasta ahora nos permite tener un panorama de la situación de algunos procesos que, si bien son anteriores a la pandemia, con la misma se han agravado. Pero ¿cómo esta situación, de deterioro de las economías de las familias campesinas e indígenas de la rivera del Amazonas en la triple frontera impacta sobre el medio ambiente?

Nuestros hermanos y hermanas de las comunidades campesino-indígenas de los bosques y selvas donde estamos situados, provocan impacto en los territorios. Aunque estos impactos en general no son muy grandes, no debemos desconocerlos. Históricamente las principales actividades han sido la pesca, la caza y la siembra tumbando y quemando monte. Pero a medida que, como lo señalamos, han ido cambiando los patrones de consumo estos impactos se han ido incrementando. Impactos que se viven con cierta preocupación al interior de las comunidades (hemos podido presenciar que se habla del asunto en sus asambleas). De aquí que, desde hace tiempo, muchas ONGs y organismos de gobierno nacionales e internacionales diseñan proyectos económico-productivos, que buscan nuevos modos de incrementar la producción de excedentes comercializables, además de asegurar la soberanía alimentaria. Un buen ejemplo son las propuestas que la Fundación Caminos de Identidad – FUCAI, junto con el equipo de Leticia del SJPAM, ha ido trabajando en el territorio de la triple frontera, el proyecto “Comunidades indígenas de abundancia”.

No sobra expresar que, siempre y en toda situación, los impactos de las comunidades campesino-indígenas sobre el ambiente o los recursos naturales son muy inferiores a los que provocan las actividades extractivas a gran escala como la minería, la ganadería, la agricultura, los madereros, los pesqueros profesionales. Reconociendo esto de base, tampoco podemos negar que el impacto de las actividades de nuestros hermanos y hermanas de las comunidades, para la consecución de su alimento y dinero para los otros consumos, se ha ido incrementando fuertemente.

He aquí la dimensión ecológica integral. Si bien, como lo expresamos, la situación de deterioro en la relación con el ambiente ya venía aconteciendo, pero como un problema menor o marginal, en el contexto de los menores ingresos provocados por el efecto de la pandemia en el turismo, este proceso de deterioro se ha agravado. Se observa una mayor necesidad de pescar lo que sea del río, no importa tamaño ni época, cortar la madera que sea, la que se encuentre y más o menos se útil (cada vez la buena madera se la encuentra más lejos y escasa) y cazar todo lo que se pueda no importa época ni tamaño.

En otras palabras: han ido aconteciendo cambios en la matriz de necesidades y de usos de los recursos o bienes de la creación. La pandemia profundiza estos procesos. Las comunidades han estado ancestralmente acostumbradas a una naturaleza abundante de la cual se puede extraer lo necesario para vivir. Cuando los niveles de consumo eran bajos y la economía era principalmente de auto-sustento, el impacto sobre el entorno era irrelevante. En este nuevo contexto y en una situación de agudización de su pobreza por efecto de la pandemia sobre la actividad del turismo, se han profundizado las dinámicas extractivas y con ellos los impactos ambientalmente perjudiciales.

Nos parece necesario trabajar juntos para afianzar algunos procesos en los territorios, a partir de los cuales se pueda seguir haciendo camino junto con las comunidades, para revertir o re-encauzar estas tendencias; procesos que deberán abordar aspectos productivos pero que, de un modo más integral, deberán considerar la gobernanza o lo político-organizativo, lo educativo, lo cultural, lo espiritual; y contribuir con una mirada crítica de los procesos que van aconteciendo en las comunidades. Los impactos de la cultura del consumo llegan por todos medios y afectan a la integralidad de las personas, sus relaciones comunitarias y con la creación, también con la cultura. Urge no quedarnos en miradas que idealizan y abstraen, más propias de foráneos que buscan ideales perdidos, y ser por el contrario hombres que quieren vivir y acompañar cambios desde la praxis con y en medio de la comunidad.

Hno. Rodrigo Castells, SJ

Nuevos desafíos asumidos: integración de la Obra y el Hogar San José

La Obra de San José tiene como principal objetivo posibilitar y facilitar a las personas en situación de calle un proceso de autonomía que les permita asumir la propia vida. De manera complementaria, el Hogar de San José, atiende necesidades de supervivencia de hombres mayores que se encuentran sumergidos en una situación de vida en la calle o en extrema pobreza. En el último tiempo, ambas obras asumieron un nuevo y gran desafío: integrar esfuerzos, objetivos, proyectos y trabajar juntos en pos de brindar un mejor servicio comunitario.  Compartimos el testimonio de Guillermo Blasón S.J, presidente de la Fundación Obras de San José y de Araceli Baenninger, su nueva directora.

Guillermo Blasón SJ

El pasado 30 de abril en el Hogar de San José despedimos a Susana García de Lamberti luego de casi cuarenta años de trabajo, los últimos como directora. Como el momento era importante, y no queriendo que la pandemia nos quite la posibilidad de reconocer la entrega de Susana, hicimos una reunión Zoom para poder agradecerle. En ese acto también el P. Provincial le entregó una carta de hermandad.

La reunión también fue oportunidad para darle la bienvenida como directora a Araceli Baenninger, quien ya se venía desempeñando como directora de la Obra de San José. A partir de ahora, entonces, comienza un tiempo desafiante en el que trataremos de integrar el trabajo de la Obra y el Hogar en función de dar el mejor servicio a las personas en situación de calle. 

En este tiempo de pandemia, el Hogar de San José está alojando a unos 25 hombres y diariamente da almuerzos en forma de viandas para 160 personas. Por su lado, en la Obra se están brindando, cada día, unos 120 desayunos -también en forma de vianda-, y servicio de ducha a unas 50 personas. Las necesidades son muchas y por momentos nos sentimos desbordados: sea por el incremento de solicitantes de ayuda, sea por las problemáticas con que se presentan. 

En mi caso, como jesuita y como presidente de la Fundación Obras de San José –de la que dependen tanto la Obra como el Hogar-, me siento feliz de que la Compañía me haya pedido estar al frente de esta misión. Trato de integrar mi trabajo con los responsables de la gestión corriente con el trato directo con las personas en situación de calle que asisten allí. Eso me ayuda a mirar con otros ojos la gestión, teniendo como horizonte la misión de asistir a las realidades desafiantes que viven las personas, así como también el romper las dinámicas deshumanizantes que genera la calle. Por otro lado también es un desafío, especialmente a partir de este tiempo de pandemia, el sostener la estructura de donantes y bienhechores que ayudan a que las dos obras puedan seguir con su servicio.

En fin, nos encomendamos a Dios al encarar este tiempo de integración y agradecemos que la Compañía siga dedicándose a atender y dar lo  mejor de sí para que muchos hermanos puedan recuperar su dignidad.

Araceli Baenninger

Mi nombre es Araceli Baenninger, hace muchos años cuando mis hijos iban al Colegio del Salvador conocí la Obra de San José. 

Junto con otras familias formamos una cadena de ayuda que empezó poco a poco con esfuerzo, pero también con mucha esperanza para poder ayudar desde nuestro pequeño lugar. Todo lo que sentíamos cuando ayudábamos iba transformando también nuestras propias vidas. 

Años más tarde convocada a lo que yo sentía como un gran compromiso asumí en el 2011 como directora de la Obra de San José.

Fue entonces cuando conocí la cruda realidad de lo que realmente significa “Vivir en la calle”.

Compartí y comparto historias de vidas muy difíciles, muchas tristezas, desolaciones, sueños rotos, … pero también fui y sigo siendo testigo de tantos agradecimientos por encontrar un espacio donde no se juzga, donde se ve al otro con una mirada esperanzadora y donde se tiende una mano amiga. 

La situación de calle es considerada la forma más extrema y más visible de exclusión.

Las personas que atraviesan estas circunstancias figuran como el último eslabón en la cadena de asistencia. Están en el anonimato, pasamos al lado y no los vemos. Son invisibilizados.

No sólo se trata de familias que se han visto sorprendidas por la situación de calle, sino otras que se están conformando, donde muchos de sus miembros nunca han tenido un hogar constituido. En definitiva, son personas, que se encuentran mal nutridos, en un lugar de marginación, de pobreza estructural y que de no habilitar los medios necesarios formarán a su vez nuevas familias en situación de calle.

Hay una característica, un rasgo común, entre todos ellos. La devastación del lazo social que los sostenía, No hay nada ni nadie con quien vincularse y si el lazo existe es muy lábil, débil y cambiante.

Es importante tener en cuenta la singularidad de cada caso, lo que hace que esa persona sea “esa persona” y no otra, qué es lo que lo marca como sujeto, cuál es su angustia si la hay y recordar que en todos los casos esa angustia es diferente. En general son cronológicamente adultos, pero a la vez existe en ellos algo de infantil.

Pasan hambre, frío, malos tratos, pero cuando lo cuentan parece que todo esto no los afecta, como si estuvieran anestesiados, relatan su historia como si fuesen otras personas las que transitan por esto. Se podría pensar que no hay angustia ante lo vivido, por eso es importante la palabra, para que esa angustia pueda salir, y cuando esto suceda poner a trabajar la red social. (Psicólogos. Trabajadores sociales, Psicólogas sociales.) Se trata que expresen la angustia surgida, y a partir de allí encontrar estrategias para seguir saliendo de ese no-lugar de existencia y a partir de allí reconocer el problema y ser trabajado.

Todas estas personas que quedan fuera del sistema encuentran un espacio tanto en la Obra como en el Hogar de San José donde a través de la contención, expresión y capacitación intentamos estimular y desarrollar las potencialidades de cada uno, teniendo en cuenta su bagaje intelectual y bagaje de vida que posee. Es aquí donde la flexibilidad, la adaptación y los cambios se nos presentan como un desafío a los programas preestablecidos, dado que la resistencia, la falta de compromiso, el sostenimiento del espacio son algunas de las cuestiones a tener en cuenta y trabajar permanentemente.

No podremos desde nuestro mínimo lugar Hogar y Obra cambiar una realidad social que se presenta avasallante y amenazadora, pero sí podemos a través de las distintas intervenciones que brindamos responder a la problemática más urgente que necesitan. Es importante llamarlos por su nombre, mirarlos a los ojos, escucharlos. Todo esto tiene mucha importancia en su cotidianeidad ya que muchas veces están marcados por los malos tratos o los destratos de ignorancia permanente. 

Hoy, aparece un nuevo desafío: La dirección del Hogar de San José y la integración de ambas obras .Algo que agradezco porque me llena de alegría y esperanza.

Un desafío que me invita a seguir construyendo puentes entre las necesidades de tantas personas frente a una realidad que nos duele y las posibilidades de tantas otras dispuestas a comprometerse con esa realidad.

Será un tiempo de mucho trabajo en equipo donde voluntarios, colaboradores y todos los que formamos las dos obras, podamos ofrecer y compartir nuestros talentos y nuestras manos. Pero estoy segura que también se abre un tiempo muy necesario hoy. Es el mismo deseo y la misma emoción que sentí desde aquel primer día en el año 1998. Confiada y segura que San José nos seguirá iluminando y mostrando el camino.