Una nueva comisión para abordar el rol de la mujer en nuestra misión apostólica

El pasado 8 de marzo, el Padre General envió una carta a toda la Compañía anunciando la creación de una comisión para abordar el papel de la mujer y las responsabilidades de las que se hace cargo en la Compañía de Jesús.

Cuando se promulgaron los decretos de la Congregación General 34ª, el año 1995, el documento que más llamó la atención de los periodistas fue el Decreto 14, titulado “Los jesuitas y la situación de la mujer en la Iglesia y en la sociedad”. La máxima autoridad de la Compañía de Jesús reconocía en él la relevancia de este tema: la cuestión del papel de la mujer, que resulta fundamental en el mundo de hoy. Mujeres llevan adelante nuestra misión de integrar la fe y la justicia. A lo largo de los años, en todas partes y también en el seno de las obras de la Compañía, se han ido dando pasos para que las mujeres desempeñen papeles importantes en pie de igualdad con los varones.

Más recientemente, en noviembre de 2019, durante el congreso del quincuagésimo aniversario del Secretariado para la Justicia Social y la Ecología que se celebró en la Curia General, el padre Arturo Sosa pidió a la Asamblea que reflexionara sobre “el lugar de la mujer en nuestras instituciones y en nuestras prioridades apostólicas”. Las numerosas participantes se tomaron en serio esta petición y, juntas, mantuvieron una larga reunión con el General. Propusieron la formación de una comisión oficial sobre este tema. Tras las pertinentes consultas, el Padre General ha podido elegir a los miembros que integran la comisión, y que anuncia hoy.

La comisión consta de diez miembros: seis mujeres, un hombre laico y tres jesuitas. En su carta a todos los jesuitas, el padre Sosa pide expresamente que se colabore de forma concreta con este equipo, con espíritu de apertura y marcado por “el respeto, la reciprocidad y la igualdad”, retomando así palabras del decreto de la CG 34.

La comisión tiene un mandato de tres años, al término del cual deberá presentar un informe sobre los objetivos que se le asignan. Se pueden resumir así: 1. Evaluar la asimilación del Decreto 14 de la CG 34 en un mundo que ha cambiado desde 1995, y comprobar en qué medida se ha promovido la corresponsabilidad, la colaboración y la inclusión de las mujeres en la planificación apostólica. 2. Evaluar el nivel de participación de las mujeres a todos los niveles en las instituciones y obras de la Compañía. 3. Hacer recomendaciones sobre cómo fortalecer la misión de la Compañía creando espacios que favorezcan la participación de la mujer y el diálogo entre hombres y mujeres en las obras de la Compañía. 4. Formular recomendaciones para la promoción de prácticas eficaces de integración y solidaridad, sin excluir la formación y los cambios estructurales.

Por último el Padre General deja la puerta abierta para que la comisión le vaya indicando, a lo largo de los años de su mandato, injusticias o prácticas inadecuadas que pueden perjudicar los objetivos de respeto mutuo e igualdad entre hombres y mujeres.

El Padre General nos invita, en la conclusión de su carta, a vivir esta llamada a la reciprocidad y a la solidaridad en la oración: “Contemplando a Jesús en la cruz durante este tiempo de Cuaresma, pidamos, a través de Nuestra Señora de la Estrada, la gracia de una verdadera conversión a todos los niveles del cuerpo universal de la Compañía: personal, comunitario e institucional. Tengamos presente la memoria agradecida de todas aquellas mujeres que han sido parte de nuestro camino, especialmente en nuestras instituciones y obras apostólicas”.

Los miembros de la comisión:
• Andrade, Donna – Fairfield, EE.UU.
• Assouad, Victor SJ – Consejero General, Roma
• Duffy, Michael – University of San Francisco, EE.UU.
• Jayme Lao, Maria Elissa (Melissa) – Ateneo de Manila, Filipinas
• Joseph, Victor Edwin SJ -Vidyajyoti – Delhi, India
• Muñoz, Maria del Carmen – CINEP, Colombia
• Sujita, Mary SND – Bihar, India
• Vanneste, Cecilia – Ignatian Apostolic Network, Flanders, Bélgica
• Waiyaki, Catherine – CLC/CVX, Kenya
• Yi, Simon Kuen-Sang SJ – Jesuit Centre for Migrant Workers, Gimpo, Corea del Sur

 

Fuente: jesuits.global

«¡Ámense!: El mandamiento ‘insistente’ de Jesús»

Juan José Bernal Guillén SJ, estudiante jesuita de la Provincia del Paraguay, quien actualmente se encuentra cursando sus estudios en la ciudad de Córdoba, nos comparte su testimonio en clave de memoria agradecida por lo vivido interiormente en la misión del verano 2021.

Durante los Ejercicios Espirituales (EE. EE.) de este verano, una pregunta resuena con fuerza en mi corazón: ¿Por qué Jesús, estando próximo a su muerte, pide a sus discípulos con insistencia que se amen unos a otros?  ¿Cuál es el misterio de este mandamiento nuevo? Silenciosamente, esta invitación enciende en mí un deseo que me habla de compasión. Compasión al estilo de Jesús. Compasión en la cruz, como signo contradictorio de muerte y de vida. Cruz que me llama a la esperanza de la resurrección. Resurrección que me impulsa a consolar a otros desde el amor recibido.

Con estas mociones interiores, inicio -días después- la semana de servicio en el Pequeño Cottolengo de Gral. Lagos (Rosario, Santa Fe). En esta misión, soy testigo de la encarnación de aquel misterio del amor. Misterio reiterado por el Señor a los suyos poco antes de su pasión. La consigna del viaje interior es consolar a los ‘cristos’ sufrientes y hallados en profunda soledad. Es así que la misión en Lagos me coloca, cara a cara, ante la impotencia y el dolor humanos. Me enseña a saber estar ante ellos. Me regala la gracia de la creatividad y del compartir con los residentes del lugar.

En el Cottolengo, mis días transcurren en medio de una silenciosa quietud. Las miradas, los gestos y las mímicas son el centro de la comunicación y del ‘diálogo’. No faltan las sonrisas y los dibujos coloridos que alegran el corazón y transmiten cercanía.  No obstante, es en esa quietud en donde la impotencia y la esperanza se disputan por conquistar mi corazón. Cuando el desánimo parece ganar la batalla, la vida misma de los residentes se impone como signo de esperanza y como certeza de un Jesús resucitado.

 

La experiencia también me habla de profunda compañía. ¡No estoy solo en la misión! Hay otras personas que caminan conmigo. En este sentido, la Compañía me regala un compañero: Vidal SJ. No hay mucho tiempo para detenernos a hablar. ¡El trabajo es arduo! Sin embargo, la presencia silenciosa de ambos nos invita a hacer lectura de las mociones del corazón, reflejadas en las miradas -en las nuestras y en las de nuestros amigos y amigas-.

Vidal y yo nos ocupamos de acompañar, a diario, el trabajo de los orientadores del lugar. Visitamos los hogares. Ayudamos con el paseo de los residentes por los jardines. Jugamos con ellos. Pasamos largos ratos bajo los árboles, contemplando la quietud de sus cuerpos y oyendo el grito de sus corazones. Ignacio, en sus EE. EE., nos dice que “no el mucho saber harta y satisface al ánima, más el sentir y gustar de las cosas internamente”.[1] Nuestros nuevos amigos nos enseñan, con su modo de ser, sentir y actuar, el sentido de aquella moción ignaciana. Tal vez no expresen mucho con las palabras, pero sí con sus inocentes y profundas miradas, de corazón a corazón.

 

El día a día tiene lo suyo. Y como tal, el cansancio no se deja estar. Sin embargo, es momento propicio para acoger aquella invitación del Señor reiterada en los Ejercicios: volver a poner la mirada en él. La oración se torna un escenario clave para pasar por el corazón de Dios todo lo que transita interiormente. Volver a él se traduce en descubrirlo en aquellos hermanos míos que me hablan de vida. Significa salir de mí e ir junto a ellos. Asimismo, el verbo ‘volver’ es conexo con el verbo ‘confiar’. ¿Confiar? ¡Sí! Confiar en que Jesús resucitó en la vida de los residentes. Pero, el volver y el confiar no son disposiciones unilaterales. Son gracias que Dios me va concediendo en comunión con otros. En este sentido, la gratitud por los compañeros de misión, tiene cabida especial en mi corazón: orientadores, auxiliares, enfermeros, voluntarios, religiosos orionitas…

Hoy, después de un mes de haber vivido esta experiencia, la pregunta inicial sigue latiendo en mi interior: ¿Por qué insistes con el pedido de amarnos unos a otros? No sé si tenga respuesta para tal cuestionamiento. De lo que tengo certeza, es que esta experiencia del amor de Jesús por la humanidad me mueve al cambio. Cambio en mi modo de pararme ante el dolor humano. Cambio de la palabra por la mirada. Cambio de mis pretensiones personales por aquellas que siento que vienen de Dios y que me hablan de entrega. Cambio que pone de manifiesto lo más genuino de mi ser: el deseo de amar y servir.

[1] Ignacio de Loyola, Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, Santander, Ed. Sal Terrae, 1991, p. 1, [2]

 

Juan José Bernal Guillén SJ

Carta del P. Rafael Velasco SJ a la comunidad de San José del Boquerón

Buenos Aires, 9 de marzo de 2021
Querida Comunidad y amigos de la Parroquia San José del Boquerón:
En primer lugar quiero agradecerles a los que me escribieron personalmente pidiéndome que revea la decisión del traslado del padre Juan Carlos a la Enfermería del Colegio Máximo. Esas cartas muestran el cariño que le tienen a Juan Carlos y sobre todo lo que él ha sembrado en su vida entregada durante tantos años en la Parroquia de San José del Boquerón.
Así como ustedes exponen sus razones desde la perspectiva del cariño que le tienen, quiero exponer las mías. Lo hago desde el cariño que le tengo al padre Juan Carlos y más aún, desde la responsabilidad que los jesuitas tenemos en esta misión en San José del Boquerón.
Los jesuitas somos una comunidad religiosa. Hacemos votos de pobreza (es decir de compartir nuestros bienes), de castidad (entregamos nuestra vida a la misión de Dios sin tener mujer ni familia propia), y de obediencia (de ir a donde se nos envíe para ayudar a la misión de la Iglesia). Somos una comunidad misionera.
El padre Juan Carlos es miembro de nuestra comunidad jesuita y llegó allí hace más de 45 años misionado; no fue por su propia cuenta. Más allá de que él deseara esa misión y le haya dado con pasión toda su vida. De hecho todos los jesuitas hacemos eso en las misiones que se nos encomiendan; lo hacemos dándolo todo, con nuestras virtudes y defectos, aciertos y errores. Ysabemos claramente que esa misión es “prestada” a cada uno porque somos servidores quehacemos lo que tenemos que hacer durante el tiempo que nos toca. El tiempo que le tocó al padre Juan Carlos ha sido largo. Después de mucho tiempo, por fin podemos tener una comunidad conformada allí con tres padres jesuitas que van a continuar la misión. Eso significa que la Compañía de Jesús quiere darle continuidad a la obra en la que el padre Juan Carlos ha empeñado gran parte de su vida.
Es momento de que el padre Juan Carlos acompañe desde otro lugar. Como ocurre con todos los compañeros jesuitas después de una larga vida de acción apostólica. Somos una comunidad y por eso mismo cuidamos de los nuestros y disponemos del modo de cuidarlos. Para eso es la Enfermería de la provincia. Allí el padre Juan Carlos como los demás compañeros tienen el cuidado que necesitan. Debo decir que no me parece justo que unos compañeros estén en la Enfermería como debe ser y otro compañero, por determinadas excepciones, no lo esté.
Para los compañeros jesuitas que viven en la Enfermería es el momento de sostener con su oración la misión activa de otros compañeros. Desde que empezamos nuestra vida como jesuitas, todos sabemos que ese es nuestro destino. Todos los compañeros de la enfermería han dado lo mejor de sí y han recibido el cariño de las comunidades a las que sirvieron.
Llega un momento en que los jesuitas sabemos que tenemos que hacer espacio a otros compañeros que trabajen donde nosotros lo hicimos y debemos dejarle libertad de acción. Por eso ya no podemos permanecer en el mismo lugar y debemos ir a donde se nos misione. El padre Juan Carlos estuvo en Boquerón más de 45 años, ahora hay otros compañeros que continúen con la misión que se nos encomendó a la comunidad Jesuita. A pesar de las dificultades de salud que el padre Juan Carlos tiene desde 2010, fue dejado unos años más por atención a sus años de entrega solitaria allí. Ahora ha llegado el momento de hacer lugar a otros en la misión activa y dedicar su vida a rezar y sostener la misión con sus buenos deseos y oraciones. Y ser cuidado por su propia comunidad.
La vida en la enfermería es claramente diferente a la del Monte, sin embargo es un lugar en el que el padre Juan Carlos tendrá los cuidados que necesita, puede recibir visitas y también podrá de vez en cuando, volver a visitarlos No se lo echa de ninguna parte; cumplió su misión y hace espacio para que otros compañeros puedan seguir cosechando lo que el padre Juan Carlos y otros compañeros que pasaron por allí sembraron. También les tocará a ellos sembrar generosamente ahora, para que otros cosechen en el futuro.
Comprendo que esto puede ser difícil de entender, hasta duro; pero es nuestra vida. Ninguna de nuestras misiones es para siempre. No es tampoco una misión personal, no nos labramos el propio futuro de vivir dónde queremos y pasar los años de la tercera edad dónde queremos. Lo sabemos desde el inicio de nuestro camino en el noviciado. El padre Juan Carlos lo sabe y por eso lo ha asumido con tanta disponibilidad y espíritu religioso.
Jesús dice en una parábola del evangelio que después de haber hecho lo que se nos encomendó, debemos decir, “somos simples servidores, hicimos lo que se nos encomendó hacer”. El Padre Juan Carlos puede decir eso con paz y alegría. Ha hecho mucho; tanto que ayudó a muchísima gente y también mantuvo encendida la llama de la presencia de los Jesuitas en Boquerón. Ahora son otros compañeros los que toman la antorcha y siguen. Seguimos los jesuitas allí, como comunidad.
Comprendo el dolor que toda despedida causa. Comprendo también la dificultad que puede causar aceptar la partida de una persona que ha dado tanto.
Lo que sí les puedo prometer es que los jesuitas seguimos comprometidos con nuestra misión en Boquerón. Como comunidad.
Le vuelvo a reiterar mi agradecimiento a ustedes por el cariño que le tienen al padre Juan Carlos, y hago expreso mi agradecimiento a él por todo el bien que ha hecho en estos fecundos años y también por su disponibilidad para esta nueva misión.
Que Dios los bendiga.
Rafael Velasco S.J. –  P. Provincial

Palabra de la CPAL: Horizonte apostólico común

La Palabra que la Conferencia de Provinciales de América Latina y el Caribe (CPAL) comparte a jesuitas y colaboradores en el mes de Marzo. 

Por Roberto Jaramillo, SJ – Presidente de la CPAL

Está ya muy próximo el desafío de promulgar un nuevo PAC en la CPAL. Para el final del mes de mayo esperamos presentar al P. General nuestro plan para los próximos seis años. Desde marzo de 2020 comenzamos el proceso de evaluación del primer Proyecto Apostólico Común (2010-2020) y de recabar elementos y discernir lo que Dios le pide a la Conferencia en los próximos seis años (2021-2027).

Más de tres mil personas encuestadas entre los meses de mayo y agosto de 2019, y siete rondas de consultas de diversa amplitud nos han ofrecido el material básico para establecer logros, fracasos y errores, fortalezas y debilidades, aciertos y desaciertos metodológicos, áreas de mayor impacto y desafíos estructurales y organizacionales, entre otros elementos que alimentan el discernimiento a diversos niveles.

En el año 2019 el P. General le pidió a la CPAL un plan de reestructuración de las provincias de América Latina y El Caribe; de hecho, fue un pedido suyo para cada una de las seis Conferencias. En esa ocasión, los superiores mayores reunidos en Asamblea le pedimos al P. General que antes de darle una respuesta nos diera un tiempo para pensar, discernir y decidir primero nuestra misión (horizonte apostólico común), en segundo lugar, definir las estrategias para realizarla y los desafíos que comporta, y – en un tercer lugar – proponer un Plan Apostólico (PAC.2) que, como todas las decisiones de la Asamblea, nos vincula como un solo y único Cuerpo.

El PAC.2 está en gestación y hasta ahora el sentimiento de los diversos involucrados es de consolación e impulso apostólico. Con la consciencia de que este proceso es de todos queremos compartir con ustedes la propuesta del horizonte apostólico común que nos inspira y los elementos estratégicos para realizar la misión en los próximos seis años.

Le pedimos a todos ustedes compañeros y compañeras de este Cuerpo Apostólico que llevemos a la oración y a la conversación espiritual esta propuesta, que aquellos y aquellas de entre ustedes que quieran expresar su “parecer en el Señor” lo hagan con toda libertad (presidente@cpalsj.org) y que encomendemos al Señor a las instancias y personas que han de terminar, con nosotros, este discernimiento.

 

Horizonte apostólico común

«Anunciar a Jesucristo,
caminar con los pobres y excluidos,
ser agentes de reconciliación en la justicia.»

Estrategias para implementar esa misión
2021-2027

  1. Fomentar en todos nuestros servicios apostólicos una experiencia y una formación espiritual que ponga a cada persona en relación con Dios, y le mueva a conocerle, amarle y seguirle más de cerca (EE No. 104).
  2. Contribuir para que en la educación y formación de personas – especialmente de niños, adolescentes y juventudes – y de comunidades, se promueva siempre su desarrollo integral personal y social, su creatividad, su formación ética ciudadana, y su responsabilidad ecológica integral (cuidado de la Casa Común).
  3. Colaborar en la gestación de una cultura de la reconciliación en la justicia:
  • Estando cerca de la vida de las personas empobrecidas, excluidas y víctimas de todo tipo de violencia, reconociendo y apoyando sus valores, su cultura, sus capacidades, sus organizaciones, y visibilizando sus luchas y necesidades.
  • Incentivando un compromiso concreto y eficaz con las personas forzadas a migrar, con las poblaciones indígenas y afroamericanas, y con los pueblos de la Panamazonía, de Cuba y de Haití.
  • Estimulando espacios de investigación científica, de estudio y reflexión, de diálogo y acción, mediante la colaboración y participación intersectorial, interprovincial e interinstitucional.

Roberto Jaramillo, SJ

Presidente CPAL

Jesuitas: Por una vacuna libre de derechos de propiedad intelectual

Los jesuitas africanos se unen a la propuesta de Sudáfrica e India de suspender temporalmente las patentes y otros derechos de propiedad intelectual sobre los medicamentos, las pruebas de diagnóstico y las vacunas útiles para la respuesta al Covid-19 mientras dure la pandemia.

Tras hacer un llamamiento al Presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, la Conferencia Jesuita de África y Madagascar (JCAM) escribió una carta a la embajadora alemana en Kenia, Annett Günthe, pidiendo a Alemania y a la UE que no obstruyan esta iniciativa que podría salvar millones de vidas y que ha sido apoyada por un centenar de países y más de 400 organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo.

En la carta, firmada por el presidente de la JCAM, el padre Agbonkhianmeghe E. Orobator, los superiores mayores jesuitas unen su voz a la del papa Francisco para pedir que las vacunas Covid-19 estén disponibles y sean accesibles para todos como «bienes universales.»

Riesgo de exacerbar la crisis de desigualdad global

Según los jesuitas africanos, la posición de aquellos países, como Alemania, que se han mostrado tibios ante la idea de una derogación temporal del Acuerdo sobre los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (ADPIC), es «indefendible» porque «contribuye a agravar la crisis de desigualdad mundial». De hecho, el impacto de la pandemia entre las comunidades pobres y vulnerables, especialmente en el sur del mundo, es especialmente devastador y no intervenir corre el riesgo de repercutir en todo el mundo: «Cuanto más siga circulando el virus entre las poblaciones desprotegidas, mayor será la probabilidad de que se produzcan mutaciones transmisibles, lo que obviamente afectará a todos los países, incluidos los que se oponen a la propuesta de suspender las patentes», advierte el JCAM. En África -señala la carta- las nuevas variantes ya están provocando un aumento de casos y muertes con un mayor daño a las ya frágiles economías del continente que, según informa el Banco Africano de Desarrollo, «corren el riesgo de alejar a África del Objetivo de Desarrollo Sostenible de erradicar la pobreza extrema» para 2030.

Por ello, la carta insiste en la urgencia de acelerar la producción y distribución de vacunas, aumentando la financiación multilateral para este fin. De ahí el llamamiento a Alemania y a los países del G-20 para que pidan al Fondo Monetario Internacional que emita nuevos Derechos Especiales de Giro (la moneda que utiliza el FMI, ed.) para financiar la producción de las dosis y, en particular, el plan Covax, la iniciativa promovida por la Organización Mundial de la Salud, la Comisión Europea y, entre otros, por UNICEF, para garantizar las vacunas en los países de bajos ingresos.

Hay que recordar que la suspensión de los ADPIC para facilitar el acceso universal a los medicamentos, las pruebas de diagnóstico y las vacunas de Covid-19 fue instada de nuevo por la Santa Sede el 23 de febrero durante una reunión del Consejo de Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio en la Organización Mundial del Comercio (OMC). En su intervención, el observador del Vaticano, monseñor Ivan Jurkovič, había señalado que los complejos mecanismos actuales de protección de los derechos de propiedad intelectual representan un obstáculo para hacer frente a la emergencia actual, reiterando que «las políticas y las leyes deben mantener una perspectiva centrada en el respeto y la promoción de la dignidad humana, en un espíritu de solidaridad dentro de las naciones y entre ellas».

Por Lisa Zengarini

Fuente: vaticannews.va

CPAL: Encuentro del equipo ampliado

La Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe (CPAL) celebró, –en forma virtual- la primera reunión del año del Equipo Ampliado, conformado por los delegados y coordinadores de las redes y dimensiones que integran el Cuerpo Apostólico de la Compañía de Jesús en nuestro continente.

Entre los temas principales se destacan la planeación del PAC.02 2021-2028 y la presentación de los nuevos compañeros y coordinadores de algunas redes y dimensiones del Cuerpo Apostólico. También hubo un espacio dedicado a conocer el estado actual de las redes una relectura espiritual, en clave de conversación espiritual y al discernimiento sobre qué nos proponemos estratégica y operativamente en los próximos años.

El proceso de conversación espiritual invita a expresar las mociones de la oración, sin más agregados y sin plantear reacciones a lo expresado por otro. Un segundo momento se dedica a compartir las resonancias de lo escuchado –que permitiera iluminar la propia experiencia-. Finalmente, en una tercera instancia, se comparte una consigna en claves de desafíos futuros.

Todo el conjunto se presentará como insumo para una próxima Asamblea de Provinciales que definirá las líneas apostólicas comunes, en tiempos de Años Ignaciano (2021-22) y la convocatoria del Papa al Año de San José (2021), patrono de la Compañía de Jesús.

Fue una emotiva y productiva jornada llena de gracia, oración, experiencias y momentos de reflexión en la que participaron 31 personas entre jesuitas y laicos.

Juan José Berli SJ

 

Jesuitas en el mundo: cuatro proyectos de colaboración

Durante los últimos meses los jesuitas de diferentes partes del mundo han lanzado cuatro interesantes proyectos de Colaboración. Te invitamos a conocerlos, a difundirlos y a participar de ellos…

  • La incubadora de proyectos Ignatian Media Lab: la Conferencia jesuita de Canadá y los Estados Unidos ponen en marcha un laboratorio multimedia, Ignatian Media Lab (IML), que pretende fomentar y acompañar en el desarrollo de iniciativas de medios digitales en toda la red ignaciana.

  • Jóvenes que se movilizan en red: en el marco de la misión de Fe y Alegría, jóvenes de más de una decena de países en los distintos continentes participan en formaciones e impulsan proyectos de colaboración en todo el mundo.

 

Fuente: jesuitas.lat

Entrevista con el Papa Francisco

Se trata de una entrevista realizada hace dos años, el 16 de febrero de 2019, por el periodista y médico Nelson Castro para un libro de su autoría sobre la salud de los Papas. Esta entrevista fue publicada el pasado sábado 27 de febrero por el diario La Nación. 

En el diálogo, Francisco afirma sentirse bien y lleno de energía, gracias a Dios. Recuerda el «momento difícil» en 1957, a los 21 años, cuando le extirparon el lóbulo superior del pulmón derecho a causa de tres quistes. «Cuando me recuperé de la anestesia, el dolor que sentía era muy intenso», dice. «No es que no estuviera preocupado, pero siempre tuve la convicción de que me recuperaría».

Destaca que la recuperación fue completa: «Nunca sentí ninguna limitación en mis actividades». Incluso en los distintos viajes internacionales -explica- «nunca he tenido que limitar o cancelar» ninguna de las actividades previstas: «Nunca he sentido fatiga ni falta de aire (disnea). Como me explicaron los médicos, el pulmón derecho se ha expandido y ha cubierto todo el hemitórax ipsilateral».

El periodista le pregunta al Papa si se ha sometido alguna vez a un psicoanálisis: «Te diré cómo fueron las cosas. Nunca he sido psicoanalizado. Cuando fui provincial de los jesuitas, en los días terribles de la dictadura, cuando tuve que llevar a personas a la clandestinidad para sacarla del país y salvar sus vidas, tuve que enfrentarme a situaciones que no sabía cómo afrontar. Fui a ver a una señora -una gran mujer- que me había ayudado a leer unos test psicológicos para novatos. Así que, durante seis meses, la consulté una vez a la semana».

Era una psiquiatra: «Durante esos seis meses, me ayudó a orientarme sobre cómo afrontar los miedos de aquella época. Imagínense lo que fue transportar a una persona oculta en el coche -sólo por una manta- y pasar tres controles militares en la zona de Campo de Mayo. La tensión que me generaba era enorme».

Destaca que la entrevista con el psiquiatra también le ayudó a aprender a gestionar su ansiedad y a evitar tomar decisiones precipitadas. Habla de la importancia de estudiar psicología para un sacerdote: «Estoy convencido de que todo sacerdote debe conocer la psicología humana».

Luego habló de las neurosis: «Las neurosis deben prepararse para el mate. No sólo eso, sino que también debemos acariciarlas. Son los compañeros de una persona durante toda su vida». Francisco, como ya había dicho una vez, recuerda haber leído un libro que le interesó mucho y le hizo reír a carcajadas: «Rejoice in Being Neurotic», (Alégrate de ser neurótico) del psiquiatra estadounidense Louis E. Bisch: «Es muy importante poder saber dónde crujen los huesos. Dónde están y cuáles son nuestros males espirituales. Con el tiempo, uno aprende a conocer sus propias neurosis».

Francisco habla de la ansiedad de querer hacerlo todo de inmediato. Cita el famoso proverbio atribuido a Napoleón Bonaparte: «Vísteme despacio, que tengo prisa». Habla de la necesidad de saber frenar. Uno de sus métodos es escuchar a Bach: «Me calma y me ayuda a analizar mejor los problemas».

Al final de la entrevista, el periodista le preguntó si pensaba en la muerte: «Sí», respondió el Papa. Si tiene miedo: «No, en absoluto». Y cómo imagina su muerte: «Como Papa, en funciones o emérito. Y en Roma. No volveré a Argentina”.

Lee la entrevista completa en www.lanacion.com.ar

Fuente: vaticannews.va

Referentes de Ecología en la CPAL: Reflexión conjunta y articulación para la incidencia en la región

Representantes de varias obras y redes desde diferentes sectores de la Compañía en América Latina y El Caribe, se ha reunido periódicamente desde finales de 2019 con el fin de dialogar, reflexionar y articular procesos que puedan incidir en la agenda de ecología, medio ambiente, justicia y sustentabilidad de la región y el mundo.

A raíz del trabajo compartido, en el mes de febrero del corriente año publicaron su primer Boletín informativo:

Boletín del Grupo de Referentes de Ecología en la CPAL 

25 de febrero de 2021  

El Grupo de Referentes de Ecología de la CPAL nace a finales de 2019, reuniendo a representantes de obras y redes de los diferentes sectores en la región, que estuvieran gestionando procesos en relación a temáticas socio-ecológicas (medio ambiente, clima, justicia, sustentabilidad, agricultura, ecología integral, etc.), para generar una instancia de diálogo, reflexión y articulación de procesos, con el fin de contribuir en la incidencia a nivel regional, y desde ahí, aportar una visión y perspectiva de la CPAL a la Red Ignaciana de Incidencia Global (GIAN por sus siglas en inglés) de Ecología: Ecojesuit.

El Grupo está conformado por colaboradores de la Compañía que representan a las siguientes obras y redes de la CPAL:

Sector Educativo: 

Sector Social: 

Sector Pastoral: 

Durante su corta pero sustanciosa trayectoria, el Grupo ha puesto sobre la mesa varios temas de la agenda ecológica a nivel regional, participando, difundiendo y generando espacios de diálogo, y apoyando en su difusión a las diversas iniciativas entre las mismas redes y obras.

Estas son algunas de ellas:

  • Webinar «Análisis del impacto ecológico del COVID-19», grupo referentes ecología CPAL (abril/2020)
  • Seminarios sobre Ecología Integral, Red de Centros Sociales (junio-noviembre/2020)
  • Compromisos de Ecojesuit para construir una nueva normalidad (julio/2020)
  • Apoyo y Participación en la Asamblea Mundial por la Amazonía (julio/2020)
  • Movilización para la ratificación del Acuerdo de Escazú
  • Seminario 5 años Laudato Si, AUSJAL (septiembre/2020)
  • Conversatorios Virtuales para estudiantes sobre Ecología y Decálogo de Hábitos para el Cuidado de la Casa Común, FLACSI

Gracias al apoyo de la Oficina de Comunicación de la CPAL, en las próximas ediciones del boletín se estará profundizando en cada uno de los procesos e inicia vas que se vienen impulsando.
Contacto: Para cualquier información, comunicarse con Jimena Castro al correo:  jimena.castro@flacsi.net.

Fuente: jesuitas.lat

Boquerón, Argentina: una historia arcaica de redescubrimiento

Santiago García Pintos es uno de los sacerdotes jesuitas que se encuentra actualmente trabajando junto a las comunidades campesino-indígenas de San José del Boquerón en Santiago del Estero. A continuación presentamos una nota en la que describe las cualidades del lugar y los últimos acontecimientos en torno la defensa de las tierras.

San José del Boquerón está situado al norte de la Argentina, concretamente en la provincia de Santiago del Estero. Forma parte del denominado “Gran Parque Chaqueño”, zona geográfica que comparten Bolivia, Paraguay y Argentina. En esta región, atravesada por el río Salado de norte a sur, habitan más de 40 mil personas dispersadas en el bosque que componen más de 100 comunidades campesino-indígenas.

Al igual que en otras partes de América Latina, las familias de Boquerón transitan sus vidas en intercambio con el bosque y los seres que allí habitan. Del bosque se sustrae el alimento diario necesario, sea a través de la producción, la recolección o la caza. El bosque provee de medicinas, así como leña para el fuego y madera para las casas. El agua siempre es un problema, especialmente para la inmensa mayoría de las poblaciones que están alejadas del río. Más allá de lo anterior, las poblaciones mantienen un sistema antiguo de racionalización del agua y un acuerdo implícito de compartir entre todos un bien necesario y escaso.

En tiempos de la colonia, los jesuitas fundaron una reducción integrada por indígenas de la etnia vilela. Por aquel entonces, los jesuitas relataban, en sus cartas y documentos, que los vilelas tenían autoridades, pero que las decisiones y la marcha de la comunidad eran una resolución de tipo comunitaria. Actualmente, y sabiendo estos antecedentes, en Boquerón las decisiones que involucran a toda una población se toman en conjunto. Con las ventajas y dificultades que esto conlleva. Así viven y caminan estas comunidades; en armonía con la naturaleza y asumiendo las tensiones y satisfacciones que el buen vivir traen consigo.

Los jesuitas tenemos una parroquia sobre el río (muy cerca de la antigua reducción) y realizamos un trabajo social de acompañamiento a las comunidades campesino-indígenas de la zona. Además de acompañar los procesos de las organizaciones y de favorecer el liderazgo, estamos envueltos en el triste y penoso desafío de defender la tierra, junto a nuestros hermanos y hermanas, de las invasiones que vienen de fuera.

Hace ya más de 10 años, una empresa agrícola llegó a la población de Piruaj Bajo adjudicándose la propiedad de esa porción de territorio. Intentaron tumbar el bosque con sus máquinas y desalojar de sus tierras a 107 familias. El estupor y el miedo se apoderó de los integrantes de ese territorio ancestral, quienes veían cada día el avance de la empresa. ¡Qué bondad y buena intención existen en nuestros pueblos originarios! No podían imaginar la dinámica diabólica que se tejía en los empresarios del agronegocio.

Luego de un breve tiempo, la comunidad se organizó y con la ayuda de otras poblaciones lograron detener el avance de la empresa. Actualmente, la empresa controla una porción del territorio y la comunidad defiende la inmensa mayoría de sus posesiones. Los jesuitas hemos acompañado dicho proceso. Hemos tenido que ofrecer asesoramiento jurídico a Piruaj Bajo e iniciar un proceso de reconocimiento civil de la comunidad como etnia indígena.

Siempre un proceso de estas características es engorroso e incierto. Pero me parece importante destacar los regalos que Dios le ha hecho a la población a partir de esta dificultad. Sabemos que donde abundó el pecado también sobreabundó la gracia, y esta última fue a favor de los campesino-indígenas.

El proceso de defensa de la tierra dejó a la luz la solidaridad que existe en esta extensa zona. Primero, al momento de enfrentar a la empresa se hicieron presente personas venidas de lugares muy lejanos. Segundo, la comunidad tuvo que organizarse más fuertemente, dando lugar a instancias de compromiso que antes no se había imaginado. Tercero, creció la conciencia sobre el bosque y la necesidad de su cuidado y conservación. Cuarto, la comunidad tuvo que reconocer y asumir formalmente su identidad indígena. Esto último disparó tareas como la recopilación de su historia, la afirmación de sus autoridades y el reconocimiento de los clanes al interior de la gran comunidad.

Argentina (junto con Uruguay) es el país de América Latina que ha provocado el genocidio indígena más grande de la historia. Hoy, no existe una legislación acorde a los tratados de derecho internacional que reconozcan y protejan al indígena y al campesino en sus derechos. Pero más allá de todo esto, la situación de abuso y usurpación concreta que describí tuvo como resultado que 107 familias del “Gran Parque Chaqueño” redescubrieron su identidad arcaica, la cual permaneció oculta por siglos. Hoy los hijos del dinero encuentran y encontrarán a una comunidad que les dirán quiénes son. Piruaj es de los pirueños. La tierra es de quien nace en ella y la trabaja.

Fuente: jesuitas.lat