Vaticano: la comunidad parroquial renovada al servicio de la evangelización

La Congregación para el Clero dio a conocer hoy la Instrucción “La conversión pastoral de la comunidad parroquial al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia”, promulgada el pasado 29 de junio en el que se abordaron los diversos proyectos para la reforma de las parroquias, entre la falta de vocaciones y un compromiso renovado de los laicos para anunciar.

El documento trata el tema de la pastoral de las comunidades parroquiales, de los diferentes ministerios clericales y laicos, con el signo de una mayor corresponsabilidad de todos los bautizados.

El texto recuerda, fundamentalmente, que “en la Iglesia hay lugar para todos y cada uno puede encontrar su lugar” en la única familia de Dios, respetando la vocación de cada uno.

El Dicasterio para el Clero, a petición de diversos obispos, sintió la necesidad de elaborar un instrumento canónico-pastoral relativo a los diversos proyectos de reforma de las comunidades parroquiales y de reestructuración diocesana, ya en curso o en fase de planificación, con el relativo tema de la unidad y de las zonas pastorales.

El documento, se propone ponerse al servicio de algunas opciones pastorales, ya iniciadas hace tiempo por los pastores y “experimentadas” por el pueblo de Dios, para contribuir a su evaluación y a la adecuación del derecho particular con el derecho universal.

En esta perspectiva se destaca el papel del párroco como “pastor propio” de la comunidad, pero también se valoriza y resalta el servicio pastoral relacionado con la presencia en las comunidades de diáconos, consagrados y laicos, llamados a participar activamente, según su vocación y ministerio, en la única misión evangelizadora de la Iglesia.

El documento no contiene novedades legislativas, pero propone formas de aplicar mejor la legislación vigente, a fin de fomentar la corresponsabilidad de los bautizados y promover una pastoral de cercanía y cooperación entre las parroquias. Lo que emerge, sobre todo, es la urgencia de una renovación misionera, de una conversión pastoral de la parroquia, para que vuelva a descubrir ese dinamismo y esa creatividad que la llevan a estar siempre “en salida”, con la contribución de los bautizados.

Compuesta por once capítulos, la Instrucción podría dividirse en dos áres: la primera (cap. 1-6) ofrece una amplia reflexión sobre la conversión pastoral, el sentido misionero y el valor de la parroquia en el contexto contemporáneo; la segunda (cap. 7-11), en cambio, se ocupa de la distribución de las comunidades parroquiales, los diferentes papeles que se desempeñan en ellas y las modalidades de aplicación de las relativas normas.

La parroquia, “casa en medio de las casas”

Signo de la presencia permanente del Señor Resucitado en medio de su pueblo, la parroquia es “casa en medio de las casas” – se lee en la primera parte del documento – y su sentido misionero es fundamental para la evangelización.

La globalización y el mundo digital han cambiado su vínculo específico con el territorio, que ya no es sólo un espacio geográfico, sino un espacio existencial. Pero es precisamente en este contexto que surge la “plasticidad” de la parroquia, capaz de captar las exigencias de los tiempos y adaptar su servicio a los fieles y a la historia. Por este motivo, la Instrucción subraya la importancia de una renovación en clave misionera de las estructuras parroquiales: lejos de autorreferencialidad y esclerotizaciones, deben centrarse en el dinamismo espiritual y en una conversión pastoral basada en el anuncio de la Palabra de Dios, la vida sacramental y el testimonio de la caridad.

La “cultura del encuentro” deberá ser además el contexto necesario para promover el diálogo, la solidaridad y la apertura a todos: de este modo, las comunidades parroquiales podrán desarrollar un verdadero “arte de la cercanía”. En particular, la Instrucción recomienda el testimonio de la fe en la caridad y la importancia de la atención a los pobres que la parroquia evangeliza y por quienes se deja evangelizar. Todo bautizado debe ser protagonista activo de la evangelización -reitera la Congregación para el Clero- y, por tanto, es esencial un cambio de mentalidad, una renovación interior para que se pueda llevar a cabo una reforma misionera de la pastoral. Naturalmente, estos procesos de cambio deberán ser flexibles y graduales, porque todo proyecto debe situarse en la vida real de una comunidad, sin imponerse desde arriba y sin “clericalizar” el servicio pastoral.

Divisiones parroquiales

La segunda parte de la Instrucción se abre con el análisis de las divisiones parroquiales: en primer lugar, se explica que deberán seguir el factor clave de la proximidad, teniendo en cuenta la homogeneidad de la población y las características del territorio. A continuación, el documento se centra en los procedimientos específicos relativos a la incorporación, la fusión o la división de las parroquias, así como en los relativos a los Vicariatos Foráneos que agrupan varias unidades parroquiales y las áreas pastorales que agrupan varios Vicariatos Foráneos.

El párroco, “pastor propio” de la comunidad

Está al servicio de la parroquia, y no al revés -recuerda la Instrucción- y cuida de las almas. Por consiguiente, el párroco debe haber recibido la Orden del presbiterio; cualquier otra posibilidad está excluida. Administrador de los bienes de la parroquia y su resentante jurídico, el párroco debe ser nombrado por tiempo indeterminado, ya que el bien de las almas requiere estabilidad e implica el conocimiento de la comunidad y su cercanía.

Sin embargo, la Instrucción recuerda que, cuando una Conferencia Episcopal lo establezca por decreto, el obispo puede nombrar un párroco por un tiempo determinado, siempre que no sea inferior a cinco años. Además, una vez cumplidos los 75 años, el párroco tiene el “deber moral” de presentar su renuncia, pero no se retirará del cargo hasta que el obispo la haya aceptado y comunicado por escrito. En cualquier caso, la aceptación siempre será por una “causa justa y proporcionada”, para evitar una concepción “funcionalista” del ministerio.

Los diáconos: ministros ordenados

Una parte del octavo capítulo está dedicada a los diáconos: colaboradores de los obispos y de los presbíteros en la única misión evangelizadora, son ministros ordenados y participan, aunque de manera diferente, del Sacramento del Orden, en particular en el ámbito de la evangelización y de la caridad, incluso en la administración de los bienes, la proclamación del Evangelio y el servicio de la mesa eucarística. No deben ser considerados, por lo tanto, “mitad sacerdotes y mitad laicos”, dice la Instrucción citando al papa Francisco, ni deben ser vistos desde la perspectiva del clericalismo y el funcionalismo.

El testimonio de los consagrados y el compromiso generoso de los laicos

La Congregación para el Clero reflexiona también sobre los consagrados y los laicos dentro de las comunidades parroquiales: de los primeros, se recuerda no tanto “el hacer”, como “el ser testigos de un seguimiento radical de Cristo”, mientas de los laicos se subraya la participación en la acción evangelizadora de la Iglesia y se les pide “un compromiso generoso” para ser un testimonio de vida conforme al Evangelio y al servicio de la comunidad parroquial. Los fieles laicos, por otra parte, pueden ser instituidos lectores y acólitos (o para el servicio del altar) de forma estable, con el rito pertinente, establecida su plena comunión con la Iglesia Católica, de una formación adecuada y de una conducta personal y pastoral ejemplar. En circunstancias excepcionales, podrán recibir otros encargos del Obispo, “con su prudente criterio”: celebrar la Liturgia de la Palabra y el rito de las exequias, administrar el Bautismo, asistir los matrimonios, con previa licencia de la Santa Sede, y predicar en la iglesia o en un oratorio en caso de necesidad. Sin embargo, bajo ninguna circunstancia pueden dar la homilía durante la misa.

Los organismos de corresponsabilidad eclesial

La Instrucción reflexiona también sobre los organismos parroquiales de corresponsabilidad eclesial, incluyendo el Consejo de Asuntos Económicos: de carácter consultivo, presidido por el párroco y compuesto por al menos tres miembros, es necesario ya que la gestión de los bienes de una parroquia es “un ámbito importante de evangelización y de testimonio evangélico para la Iglesia y la sociedad civil”. Los bienes son de la parroquia y no del párroco, recuerda la Congregación para el Clero; por lo tanto, será tarea del Consejo de Asuntos Económicos hacer crecer una “cultura de la corresponsabilidad, de la transparencia administrativa y de apoyo a las necesidades de la Iglesia”. Es también consultivo el Consejo pastoral parroquial, cuya institución está “recomendada vivamente”: lejos de ser un mero organismo burocrático, este Consejo debe generar una espiritualidad de comunión, poniendo en evidencia la centralidad del Pueblo de Dios como sujeto activo de la evangelización. Su principal función es la investigación y el estudio de propuestas prácticas para iniciativas pastorales y caritativas de la parroquia, en sintonía con el camino de la diócesis. Para ser operativas, tales propuestas deben ser aceptadas por el párroco.

No a las “tarifas” para los sacramentos, que la ofrenda sea libre

El último capítulo se detiene sobre las ofrendas por la celebración de los sacramentos: deben ser “un acto libre” de parte del oferente y no deben ser exigidos como si fueran un impuesto o un arancel. La vida sacramental no “mercantilizada –recomienda la Instrucción- y la celebración de la Misa, como las otras acciones ministeriales, no pueden estar sujetas a aranceles, negociación o comercio. Por el contrario, se exhorta a los sacerdotes a dar un ejemplo virtuoso en el uso del dinero, a través de un estilo de vida sobrio y una administración transparente de los bienes de la parroquia. De esta manera, podrán sensibilizar a los fieles para que contribuyan voluntariamente a las necesidades de la parroquia que también “son suyas propias”.

Hay que recordar que la presente Instrucción viene después de la Instrucción interdicasterial de 1997, dedicada al tema “Ecclesia de mysterio, sobre algunas cuestiones relativas a la colaboración de los fieles laicos en el ministerio de los sacerdotes”, y de la Instrucción de 2002, publicada por la Congregación para el Clero y centrada en “El presbítero pastor y guía de la comunidad parroquial”.

Fuente: aica.org

La práctica religiosa «no es una actividad esencial, es una necesidad vital»

Luego de varios encuentros con las autoridades de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, representantes de diferentes cultos emitieron una declaración conjunta titulada “Los derechos del pueblo argentino de relacionarse con Dios y practicar su culto en todo tiempo”.

La declaración tiene fecha 14 de julio de 2020 y está firmada por el cardenal Mario Aurelio Poli, arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina; el gran rabino Gabriel Davidovich, monseñor Pablo Hakimian, eparca de los Armenios y monseñor Iosif Bosch, arzobispo de la Iglesia ortodoxa griega de Buenos Aires y Sudamérica. Fue entregada en mano al Jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, con copia al Director de Entidades y Cultos, Federico Pugliese.

El documento se centra en la práctica religiosa en tiempos de pandemia. Al respecto, aseguran que “no es una actividad esencial, es una necesidad vital”.

“Cuando las circunstancias son adversas, como sucede durante la pandemia que padecemos, se hace más visible su mejor rostro: el de la solidaridad para con el prójimo sin distinción”, destaca la declaración, al tiempo que advierte sobre los intentos por invisibilizar a Dios: “No se lo menciona ni se lo tiene en cuenta, desconociendo que el nuestro es un pueblo de fe, y que es fundamental el apoyo de las comunidades religiosas para que el Estado pueda aplicar con éxito las medidas para enfrentar la emergencia”.

“No pedimos privilegios ni nada que ponga en riesgo la salud: solo esperamos coherencia y una mirada integral del ser humano”, aclaran los referentes religiosos, y añaden: “Al acercar nuestras reflexiones lo hacemos con la más noble intención de contribuir al bien común, llamando la atención sobre la omisión de la dimensión más importante de todo ser humano”.

Afirman que la dificultad en aceptar que se postergue el rito religioso «deja de lado el recurso más importante para quienes en sus convicciones de fe y raíces espirituales encuentran fortaleza, salud y esperanza.»

Podes leer el texto completo en: aica.org

 

La olla que une a varias parroquias

En Montevideo, las comunidades parroquiales de Villa del Cerro se unieron en solidaridad para colaborar con las familias más necesitadas del barrio. Acompañados por los párrocos Guillermo Porras y Rubén Strina SJ, el día 1 de abril se abrieron las puertas de las parroquias Nuestra Señora de la Ayuda y Nuestra Señora Fátima para llevar adelante esta iniciativa. La revista Entre Todos nos cuenta en detalles de qué se trata la «olla que una a varias parroquias».

Reportaje completo

En la Capilla Cruz Alta, a metros de la fortaleza del Cerro, funciona una olla popular en la que participan, de una u otra forma, las parroquias y movimientos de la zona.

Bernarda y Óscar llevan 36 años juntos y viven en la calle Filipinas, al lado de la capilla donde desde hace unos años funciona el programa Volver A Empezar (VAE), impulsado por la Asociación San Juan Apóstol. En la crisis de 2002 instalaron una olla popular para ayudar a los que lo necesitaban. Cuando se agudizó la crisis por la pandemia,  retomaron la iniciativa: el 1° de abril abrieron la capilla para todos los que necesitaran un plato de guiso.

“Nos juntamos con otros tres conocidos de la capilla porque vimos que el barrio  necesitaba algo así”, cuenta Bernarda. Ella es auxiliar de cocina en un salón de fiestas (ahora sin actividad), pero el que revuelve la olla es su marido, que trabaja de maitre en el mismo local. Colaboran Sandra y Marcelina —hermanas entre sí—, y Alfredo y Paola. Esta última es la única que recuperó su trabajo después de un tiempo en el seguro, pero igual mantiene el voluntariado cuando vuelve a su casa tras 12 horas de ausencia. Además de ellos, hay otros anotados en «lista de espera», por si es necesario suplantar a alguien. La iniciativa convoca a las distintas comunidades de la zona, principalmente a las parroquias Ntra. Sra de la Ayuda y Ntra. Sra. De Fátima. Los párrocos —P. Guillermo Porras y P. Rubén Strina, respectivamente— están en lo cotidiano: visitan mientras
cocinan, consiguen donaciones, se acercan a la gente, leen el Evangelio.

También, si es el caso, le piden a los encargados que fijen un tope de beneficiarios, cuando ven que las donaciones que consiguen no alcanzan para tantos platos. El P. Leonel Burone, de Casabó, está presente también.

Todos colaboran

Como en otras iniciativas de este tipo, la olla sale adelante gracias a la generosidad de muchos. De los encargados que ponen su tiempo y a veces su dinero —“estamos siempre tratando de colaborar, a veces sale de nuestro bolsillo”, contaba Óscar— pero también de los mismos beneficiarios: una señora que deja algo de dinero para pagar el gas, otra que acerca unas verduras.

Además está lo que obtienen los sacerdotes y lo que otros consiguen: un amigo de Óscar que donó para una garrafa, la ex novia de su hijo, su hijo, otro conocido de Rivera… toda una red social que involucra también a la vecina que prestó una olla más grande y a quien donó un equipo deportivo de marca para hacer una rifa y así tener dinero para comprar anafes o ingredientes. El carnicero que cobra un poco menos, los reponedores del gas que hacen algún descuento.

Y todo va para el guiso. La tarde en que ENTRE TODOS fue a hacer fotos, el plato se complementó con queso conseguido por uno de los sacerdotes. Otras veces son panchos
o carne, que se agregan a la base de verduras y fideos.

Trabajo en equipo

Los seis organizadores empiezan temprano en la tarde. Se reúnen en el salón principal de la capilla, donde habitualmente son las reuniones semanales del VAE, que ahora no se realizan a causa de la pandemia. En ese espacio que tiene una cruz pintada en la pared, imágenes de Jesús y carteleras, instalaron el horno y el anafe para las ollas. Ahí pican las verduras, cocen los garbanzos, cortan los panes. Cuando llega, Paola lee un tramo de la Biblia en voz alta.

También está la parte “administrativa”: llevan una lista con nombre y dirección de los beneficiarios, donde figura cuántos platos lleva cada uno. Ese día son unos 110 niños
y 120 adultos. Cuando son cerca de las seis, empieza a llegar la gente. Vienen del mismo Cerro o de Casabó. Son uno por familia y primero retiran un número, luego será el  momento de entregar su tupper para que lo llenen con el guiso caliente.

Las medidas de salud se cuidan en todo momento: los voluntarios tienen siempre guantes y tapabocas, usan alcohol en gel, las personas mantienen la distancia entre sí y no ingresan al templo devenido en cocina. Y siempre mantienen una sonrisa y el buen humor, señal de que hacen las cosas por amor a Dios y a los demás.

De tres a dos días

Al comienzo, la olla funcionaba los días miércoles, sábados y domingos. Por falta de donaciones, ahora será los miércoles y domingos.

Contacto por donaciones: 2311 1150 o 2311 1674.

Fuente: Revista Entre Todos

Misión Itinerante en Santa Lucía

Desde el día 4 de diciembre de este año, el Padre Alejandro Gauffin y un grupo de misioneros provenientes de Tucumán, Córdoba y Salta estuvieron acompañando al pueblo de Santa Lucía, Tucumán en la celebración de una novena.

Por Alejandro Gauffin SJ 

Hemos concluido la Novena y Misión en Santa Lucía (Tucumán). Ambas comenzaron el 4 de diciembre de este año 2019.

El pueblo de Santa Lucía, adornado por una vegetación exuberante por ser el “pedemonte”, que se encuentra a 50 kilómetros de Tafí Del Valle, tiene una historia que ha marcado a su gente: la pérdida del Ingenio como única fuente de trabajo en los años sesenta y el operativo independencia que se llevó a cabo en los años setenta.

El ingenio se conserva intacto y está ubicado en el medio del pueblo y es mudo testigo de los hechos que empobrecieron a su gente y dejaron heridas que todavía necesitan ser curadas.

Allí fuimos invitados por su párroco, el Pesbítero Jacinto Salomón Ale, quien había solicitado al P. Ángel Rossi SJ que se atendieran esas dos actividades. En la Iglesia prediqué la novena y en el pueblo, nuestros misioneros, un total de 22 venidos de Salta, Tucumán y Córdoba, recorrieron muchas de las manzanas de los barrios más humildes. Todo esto con mucho fruto y contento de la gente del lugar que nos recibió con afecto.

Los lugares en donde nos alojamos fueron muy sencillos, la comida preparada con mucho cariño y siempre abundante

Los jóvenes venidos de Tucumán, acompañados por la hermana Cris Azabal, Mercedaria, comenzaron la misión desde el primer día de la novena y llegaron a las primeras manzanas del pueblo de Santa Lucía. Ellos prepararon el camino para el grueso de los misioneros que llegaron a partir del 7 de diciembre e hicieron actividades para los niños y los jóvenes del pueblo en los últimos días de la novena

Los jóvenes misioneros se sumaron al festival de la canción cristiana que se celebró en los últimos días.

Un grupo de once jóvenes misioneros de Salta, cercanos a la parroquia San José Obrero y también a obras de Manos Abiertas, tuvieron la iniciativa de celebrar “la noche de la misericordia” con adoración del santísimo sacramento, una tarea pastoral que ellos ya están llevando adelante en la Iglesia de la Merced en Salta.

El 13 de diciembre, fiesta de Santa Lucía, la celebración fue todo el día: 3 misas de peregrinos, misa de “apromesados”, “misa del medio de la procesión” presidida por el Obispo de Concepción,  José María Rossi O.P. y la presencia de peregrinos de muchas partes de Tucumán y de otras provincias de Argentina.

 Nos acompañaron en el último día de la novena Angel Rossi SJ y el hermano Luis Rausch.

Nuevas parroquias en Quilmes

Los compañeros jesuitas pertenecientes a la nueva comunidad dependiente en la diócesis de Quilmes, junto al Padre Provincial, Rafael Velasco SJ fueron recibidos por el obispo de Quilmes y visitaron los barrios y dependencias de las Parroquias Nuestra Señora de las Lágrimas y Nuestra Señora de Luján.

Juan Berli SJ será el párroco y administrador. Junto a Fabio Solti, Gabriel Prefumo y Agustín Rivarola residirán en la casa parroquial.

Monseñor Tissera acompañó al Provincial y a quienes residirán allí, presentando algunos grupos de la Parroquia y los recibió, junto al clero diocesano, en un almuerzo de bienvenida.

Testimonio del flamante Párroco, Juan Berli SJ

“Ayer regresamos consolados. Sentimos la compañía de Jesús. Fuimos recibidos fraternalmente por los obispos y presbiterio, que hicieron su última reunión del año, muy participada (unas 60 personas aproximadamente), y una cálida bienvenida.

Conocimos las 2 parroquias encomendadas, algunas de las personas que trabajan en las Lágrimas y Guadalupe (Barrio La Matera). Nos acompañaron Mons. Tissera y los párrocos, Felix Gibs y Fernando Montes.

Conocimos también la casa de nuestra comunidad jesuita, agradable y más que suficiente para los 4. Ahora, con la coordinación de Fabio y la colaboración de todos Uds. nos queda amoblarla completa.

Recibir algo de cada comunidad SJ, lo que sea, significaría fundar esta comunidad desde el Cuerpo, colaboración en la misión. Así lo sentimos y queríamos compartírselos. Deseamos comenzar a vivir desde el 15 de enero.

Los nombramientos de Párroco de las Lágrimas y Administrador parroquial de Lujan serán el 16 y el 22 de febrero, respectivamente.

Gracias y que el Señor nos siga mostrando su misericordia en Su misión.”

Juntos por la Ecología

El día 19 de septiembre se realizó, en el marco de la Movilización Mundial por el Clima, un evento organizado por el colegio Madre de la Misericordia de Misiones que recibió el nombre «Juntos por la Ecología».

El evento fue declarado de interés Provincial y Municipal.

Los alumnos, pertenecientes al nivel primario de los colegios jesuitas Madre de la Misericordia, Instituto Virgen de Itatí y San Ignacio de Loyola; presentaron sus ideas en distintos stands y expusieron temas clave para generar conciencia respecto al cuidado de nuestro hogar, el planeta. Además, participaron del evento emprendedores locales con el compromiso social del cuidar al medio ambiente.

El Párroco de la Parroquia Virgen de Itatí, Mario Moreira S.J. tuvo a cargo la invocación religiosa para el inicio del evento, además hizo entrega de un presente al Ministro de Ecología de la Provincia Juan Manuel Díaz quien acompañó el evento. 

Además, la Banda de la Policía de la Provincia se hizo presente para musicalizar el evento. También estuvo presente el cuartel de Bomberos Voluntarios, quienes compartieron sus conocimientos con los niños.

El evento finalizó con un espectáculo del grupo musical «Los Ángeles de la Cachaca».

Fuente: Parroquia de Itatí

Barrio San Martín comparte y celebra “La Palabra en tu casa”

La comunidad parroquial del Barrio San Martín, en Mendoza, está impulsando la celebración de la Palabra de Dios en las casas de familia, coordinadas por la Parroquia Virgen de los Pobres.

El Párroco, P. Marcos Alemán SJ, administra el grupo Whatsapp ‘La Palabra en tu casa’ en el que semanalmente difunde una cita bíblica, una canción del folklore popular que invita a la reflexión y una pregunta para compartir en las casas de familia. 

Cada encuentro convoca espontáneamente, los días jueves, a miembros de la familia y vecinos que se nutren del camino y experiencias compartidas. Son momentos de abrir el corazón para dejarse alimentar por la Palabra y para trasparentar, desde la propia existencia, de qué modo ilumina la vida cotidiana. Al modo de las primeras comunidades que se reunían para recordar los dichos del Señor y las recomendaciones de los apóstoles, poco a poco la comunidad se va nucleando en torno a esta práctica desde el interior de sus hogares.

Esta propuesta da continuidad a las celebraciones de la Eucaristía en casas de familia que el mismo párroco viene celebrando los días jueves en la comunidad. El próximo paso será la confección de cuadernillos para que, tanto las oraciones como lo compartido pueda también expresarse como camino eclesial puesto por escrito

A modo de ejemplo compartimos el material que uno de estas semanas fuera propuesto a los miembros del grupo Whatsapp ‘La Palabra en tu casa’:

  • Para leer: Primera carta a Timoteo, capítulo 2, 1-8 (1Tim 2, 1-8: La Oración universal)
  • Para compartir: ¿Cuáles fueron los momentos de MAYOR PAZ  que hemos tenido en nuestras vidas hasta ahora?
  • Para celebrar: Jorge Rojas, Milagro de amor

Conscientes de nuestra ‘nada’

Me postré consciente de mi nada, y me levanté sacerdote para siempre. Juan Bautista María Vianney (Santo Cura de Ars).

Por Javier Rojas SJ

La conciencia de la «nada» que somos nos la da el amor incondicional de Dios. De la sorpresa y el asombro de ser amados por lo que somos nace nuestra experiencia de pequeñez, nuestra nada, ante Él. También nuestras miserias y pecados, esos que nos humillan y avergüenzan, nos revelan el amor inmenso de Dios, porque cuando nosotros somos incapaces de amarlo, Él sí lo hace. Él nos ama aún con nuestro pecado. Su amor y la conciencia de nuestra nada, porque no estamos libres de pecado para arrojar la primera piedra, es lo que nos vuelve compasivos y misericordiosos con los demás. Cuando creemos que Dios debe amarnos porque somos buenos su amor deja de ser gratuito y se convierte en algo debido. Cuando perdemos nuestra conciencia de «nada» ante Él, su amor deja de ser incondicional y se convierte en premio de los buenos. Quien piense así difícilmente será misericordioso con los demás porque se pondrá como medida de todas las cosas y juzgará a los demás. Ya lo dijo Jesús al contar aquella parábola a Simón el fariseo; «a una persona a quien se le perdona poco demuestra poco amor» (Lc 7, 47). El cura de Ars fue un hombre consiente de sus miserias y del amor de Dios, por eso hoy es ejemplo de misericordia y compasión.

Fuente: nsdelosmilagros.com.ar

Música que no esté ligada a la violencia – Cristóbal Fones SJ en el Penal

Aprovechando la visita del Cristóbal Fones SJ a Mendoza, Marcos Alemán SJ, Párroco de la Parroquia Virgen de los Pobres, lo invitó a recorrer uno de los lugares donde los jesuitas hoy realizan algunas actividades pastorales: la cárcel. Marcos nos cuenta entonces, cómo fue esa experiencia. 

Por Marcos Alemán SJ 

El pasado viernes 13 de septiembre, en el marco de la visita de Cristóbal Fones SJ, visitamos al penal de Almafuerte, uno de los tantos penales que hay aquí en Mendoza. En este mismo penal estamos acompañando el proyecto de rugby que lleva el nombre “Caciques”. 

Llevar arte y vida allí donde está más ausente

Nuestra intención era poder abrir un espacio de música y arte en un lugar de encierro. Los mismos internos a veces ven el penal como un espacio donde no tiene lugar la vida. Una vez que les propuse que celebráramos los cumpleaños, los mismos internos me dijeron “acá no se cumplen años, acá solamente se cuentan los días para salir”.

Allí quisimos estar presentes con Cristóbal, como un espacio de libertad entre las rejas. Con la intención, primero, de compartir un buen momento, tanto para ellos como para nosotros. Pero también para recuperar el arte que en cada uno de ellos puede haber dentro, ya sea música o baile. Que puedan recuperar esa dimensión artística para expresarse. 

Una mañana especial en el Penal

El encuentro, que duró toda la mañana, tuvo tres momentos. Primero se hizo una bienvenida gratuita, de agasajo y de compartir. Es impresionante como el interno comparte de lo que no tienen y se desviven por atendernos bien. Ya sea con el mate o con el paquete de galletitas que tienen guardado que les dejó la visita, que en la cárcel es todo un tesoro. Todo esto lo comparten con uno.

Luego, salimos al patio, armamos un altar, y allí rezamos un rosario a la Virgen. Esta actividad la realizamos comúnmente cada 15 días. Entre misterio y misterio Cristóbal nos ayudaba con una canción, para que todos pudiéramos cantar y rezar. Cada uno de ellos iba compartiendo sus intenciones en voz alta. De a poco llevamos rosarios, para que aprendan a rezar con ellos. 

Al finalizar, varios nos volvimos para dentro del pabellón y quedó un grupo más pequeño con Cristóbal. Se quedaron cantando y algunos que sabían tocar algo de guitarra también lo hicieron. Al ser un grupo más pequeño ayudó a que afloren más sentimientos y Cristóbal pudiera, desde su experiencia, contener.

Frutos para seguir creciendo

El interno es muy agradecido con cualquiera que de la calle vaya a visitarlos. Ellos se sorprenden mucho de que uno vaya allí, no por trabajo, no por una plata, sino simplemente por acompañarlos y estar bien con ellos. 

También queda lo que yo llamaría “el desafío rapero”. Uno de los internos es muy bueno rapeando, pero hace rato que ya no hace, porque, me decía él, “todo mi rap está ligado a la violencia”. Esta música yo tengo que aprender a conectarlo con otro lugar que no sea la violencia, pero todavía no me sale y el penal tampoco me inspira mucho. Espero que esta sea una semilla dejada por Cristóbal que dé frutos en él, para podamos seguir adelante con este desafío rapero. 

Mirar con fe

La fe nos permite reconocer una realidad que a simple vista no sería posible. 

Cuando miramos con fe un acontecimiento, a una persona o un hecho concreto, apreciamos lo que de lo contrario permanecería culto a nuestros ojos. La fe nos hace traspasar la realidad para descubrir a Dios. La fe nos hace percibir la vida con más sencillez y transparencia. Con fe podemos apreciar la presencia de Dios, su accionar, su poder, su belleza. 

Tener fe no es solamente creer que Dios existe, sino que actúa, que está presente y vive en todo lo que nosotros vivimos. “Señor mío y Dios mío” es la expresión de fe más preciosa que decimos cuando vemos elevarse la hostia en las manos del sacerdote. En ese pedacito de pan la fe nos hace reconocer a Jesús

Fuente: Nuestra Señora de los Milagros