¡Cómo duele esta América! – Palabra de CPAL de Febrero

Compartimos la palabra de CPAL del mes de febrero.

Roberto Jaramillo Bernal SJ – Presidente de CPAL

Comenzamos el segundo mes del año entre el dolor y la esperanza; como en un parto lento que quisiéramos acelerar para que reviente la luz y la vida se haga libre. El dolor de más de tres millones y medio de venezolanos que hemos visto deambulando por las carreteras y calles de nuestros países y ciudades, con sus pies reventados, sus ‘corotos’ al hombro, sus rostros demacrados no sólo por el cansancio sino por la desesperanza, es el que nos atraviesa el alma. Y detrás de cada uno de ellos hay historias de familias numerosas, de padres, madres, ancianos, niños dejados atrás y que viven con miedo, con hambre, sin salud ni medicinas, sin trabajo, sin futuro en su propio país.

A nuestros compañeros y compañeras en Venezuela les enviamos, desde aquí, nuestro mejor y más fraterno saludo. Tienen toda nuestra solidaridad; les enviamos lo mejor de nuestra energía y les ofrecemos la ayuda que necesiten. Rezamos todos los días para que Dios les de la sabiduría y la fuerza para resistir al odio, para ser testigos de la reconciliación y de la justicia entre hermanos.

Pero rezamos y estamos permanentemente atentos, también

  • a lo que pasa en Nicaragua, donde todos los ideales de una revolución que se alcanzó con mucha sangre y sufrimiento fueron traicionados por un dictador que resultó ser peor que aquel a quien él ayudó a destronar, y donde nuestros hermanos jesuitas resisten con valentía y entereza sin par;
  • y también a lo que ocurre en Honduras donde, donde después de un año de fraude electoral el poder ejecutivo, vinculado con intereses económicos obscuros e ilegales, mantiene su política de terror y cinismo, ignorando el grito y la denuncia profética de miles de hombres y mujeres pobres que se organizan en caravanas para huir, porque no encuentran en su tierra ni un presente para ellos, ni un futuro para sus hijos. Allí también los compañeros y compañeras de Radio Progreso y el ERIC, del Colegio San José y las parroquias en Yoro se mantienen firmes al lado del pueblo, buscando -con muchos otros – alianzas que conduzcan a la democratización del país.
  • Y estamos atentos a lo que ocurre en Guatemala donde la corrupción campea – como en tantos otros países de nuestra América Latina – hasta el punto en que el gobierno de turno viéndose amenazado por la Comisión Internacional de Investigación y Lucha contra la Impunidad (CICIG), decidió dar por cerrado unilateralmente el acuerdo celebrado con la ONU para su instauración y vigencia.

Autoritarismo, fraude, corrupción, todos son males que aquejan a nuestros países y de los cuales no se salva ninguno en América latina y El Caribe. Esto es evidente al observar el macro nivel gubernamental; pero se trata de actitudes y maneras de proceder que tienen sus raíces extendidas en todas las instituciones de nuestra sociedad y a todo nivel, sin excluir nuestra pecadora y santa Iglesia católica, de la cual los jesuitas somos ‘arte y parte’, y que sólo empiezan a cambiar por una decisión personal y comunitaria radical (hay que arrancarlas, a veces con dolor). Sino es así, ¿cómo podemos hablar de Dios y dar una “buena noticia a los pobres, anunciar la liberación de los cautivos, devolver la vista a los ciegos y anunciar un año de gracia del Señor”? ¿Hacemos la diferencia a nuestro alrededor? Es la pregunta que nos deja el mes de enero.

Abrazo fraterno para todos y todas.

 

Una Experiencia que nos Enseña Mucho

Los laicos en la parroquia de Fátima según el Cardenal Daniel Sturla.

La comunidad de laicos que lleva adelante la parroquia de Fátima, en el barrio Cerro en Montevideo, junto con el sacerdote jesuita Álvaro Pacheco y el diácono permanente Adrián Márquez fue uno de los temas sobre los que habló el cardenal arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla sdb, en su programa semanal “La Alegría del Evangelio”.

En el Cerro hay varias parroquias. Está la parroquia de Santa María de la Ayuda, donde el párroco es el P. Guillermo Porras; está la parroquia que llevan adelante los oblatos de María Inmaculada, este año el P. Luigi es el párroco; y está la parroquia de Fátima, una parroquia que también se llama de los lituanos porque en un momento la comunidad lituana tuvo mucha importancia allí y de hecho había jesuitas lituanos, que fueron los fundadores de esta comunidad parroquial, y todavía está la comunidad lituana presente en la zona y en alguna celebración de la parroquia.

Pero los jesuitas tuvieron que dejar como tal: allí había una comunidad, después quedó el Padre Jorge Crovara solo, finalmente no había posibilidad de envío de un personal allí. Pero entonces se logró un acuerdo que creo que ha sido muy muy positivo por el cual la comunidad asume una tarea de mayor responsabilidad. Pero también la CVX, las Comunidades de Vida Cristiana, un movimiento ligado a la Compañía de Jesús, asumió como tal el acompañar a esta comunidad parroquial y el trabajar juntos. Entonces, de algún modo se está evaluando, es algo que comenzó hace cuatro años y que es una experiencia hermosísima de trabajo conjunto: CVX, comunidad zonal-parroquial, y allí hay, por un lado, el administrador parroquial que sigue siendo un jesuita, el P. Álvaro Pacheco SJ, pero al mismo tiempo está el diácono, Adrián Márquez, que realmente estupendo cómo ha sabido conjugar con una calidad y una calidez extraordinaria. Adrián es diácono permanente y realmente su tarea ha sido muy buena. Pero cada uno de la comunidad ha asumido con una responsabilidad extraordinaria la tarea que tienen por delante, lo que han ido haciendo.

Muchas veces, y así me lo contaban, la pregunta que salía era “¿bueno, pero acá quién manda?”. De pasar del “¿acá quién manda?” a darse cuenta que cada uno tenía que asumir la propia responsabilidad para que la comunidad parroquial siguiera adelante.

Yo creo que esto nos enseña mucho. Obviamente, nada quita la esencialidad que tiene en una comunidad cristiana la presencia ministerial del sacerdote, y concretamente en una parroquia la del párroco. Pero, la historia nos va diciendo que muchas comunidades están en una situación, digamos así, donde, en Montevideo no tanto pero sí en el Interior, de necesidad absoluta de que los laicos asuman su responsabilidad de llevar adelante la comunidad parroquial. Y en las comunidades que sí hay párroco, que sí hay ministros ordenados, presbíteros, diáconos, cómo el tema no es que el cura haga todo, sino que los laicos asuman la responsabilidad que tienen. Bueno, esto en Fátima se ha hecho de un modo realmente muy hermoso que me llenó de alegría escucharlo y verlo”.

Para escuchar la entrevista original 

Parroquia Nuestra Señora de Fátima en Facebook 

 

Un Médico de Alma y Cuerpo para Montevideo

El P. Pablo Jourdan, sacerdote desde hace 22 años y médico de profesión, fue designado Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis. Compartimos aquí una entrevista realizada por el Multimedio de la Iglesia Católica de Montevideo (ICM).

Serena alegría

En sus ojos, y en sus palabras, se refleja una serena alegría por lo que está viviendo. Cuando se le pregunta por lo que siente desde que se enteró que sería obispo, contesta: “Al pasar los días fui sintiendo un profundo agradecimiento a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo por este nuevo llamado; así como también a nuestra madre la Iglesia, que a través del Papa Francisco me pedía este servicio. Desde el día que me lo comunicaron no he dejado de pedir la gracia”.

Es consciente de que el nombramiento implica un servicio y una responsabilidad. Pero también tiene claro que es un llamado de Dios, que para esto ha dejado todo y ha seguido a Cristo.

La familia y la fe

A través de su familia es que el P. Pablo Jourdan conoció la fe. Cuando recuerda su infancia dice: “Toda mi familia es cristiana, católica, practicante, sobre todo mi abuela y mi madre, acompañadas por esposos dóciles que siempre tuvieron una vida práctica cristiana. Además mi padre era paraguayo, un país muy católico; por tanto viví la fe desde muy pequeño”.

Pablo Alfonso Jourdan Alvariza nació en Montevideo el 23 de enero de 1964, a los dos días fue bautizado, “antes de salir del Círculo Católico, a la vieja usanza”, dice el sacerdote. Su familia estaba conformada por su padre (ya fallecido), su madre y cinco hermanos. Tiene dos hermanas, una de ellas religiosa consagrada, actualmente en Turín, y dos hermanos. Además tiene 15 sobrinos. En todo momento insiste en que la fe se vive en familia y que su propia familia vive en la fe.

La vida de sus primeros años, según sus propias palabras, fue normal, natural. Y cuando habla de natural hace referencia a los 15 primeros años que vivió en el medio del campo y en la ciudad Minas. Con el tiempo, el pequeño Pablo se mudó con su familia a un lugar cercano a Mariscala, pero la fe siguió constante. “Cuando vivíamos en el medio del campo íbamos a Misa a los pueblos y en Minas participaba en el Colegio Sagrada Familia”.

Fue en Minas, a través del colegio, donde tuvo una formación religiosa por parte de los hermanos que dirigían la institución. Allí hizo su primera Comunión. No muy lejos de ahí viviría una experiencia que le cambiaría la vida. “Misteriosamente, yendo al Verdún, rezando junto a mis padres a los pies de la Virgen, tuve la experiencia del llamado de Dios al sacerdocio y desde ese momento se quedó en mi corazón. Seguí haciendo mi vida normalmente, pero ya con esa idea”.

María en la vida del P. Pablo

María, la Madre de Jesús, fue una presencia constante en la vida del P. Jourdan, “desde pequeño siempre ha estado metida en nuestra casa”, comenta. Su familia estaba relacionada con los salesianos, y por tanto la figura de María Auxiliadora era parte de los Jourdan. Además su madre se formó con las Hijas de María Auxiliadora.

El futuro obispo recuerda que su abuela siempre rezaba el Rosario y muchas veces los hijos y los nietos se sumaban. También esas idas al Verdún, algo muy habitual entre los minuanos, eran experiencias fuertes, “que hacían sentir a María muy viva”, subraya. A la hora de seguir el camino del sacerdocio, la presencia de la Madre de Dios fue fundamental.

Además, en todas las parroquias donde se desarrolló su ministerio, siempre estuvo la presencia de la Virgen por una cosa u otra. Cuando habla de su experiencia pastoral distingue muy bien entre los 15 años que estuvo en Montevideo, inserto en la vida parroquial —mientras estudiaba y jugaba al fútbol — y el interior, donde la situación es muy distinta. Para el P. Jourdan, en sus destinos pastorales de la diócesis minuana, “la parroquia es más una casa de familia, más cercana a la gente, con más posibilidades de compromiso con todo el pueblo”.

“Se ven los mismos problemas que en todos lados, las mismas dificultades, pero con menos cantidad de gente, entonces se puede dar una respuesta diferente. En cada pueblo y cada ciudad se vive de forma distinta”, afirma.

Entre la Medicina y el fútbol

Otro espacio importante de su vida lo ocupa la Medicina. La profesión nace como un deseo de servir y está muy relacionado con su vida de sacerdote; pastor de alma y cuerpo, se podría decir. Hoy, al recordar esos años de estudio y discernimiento, dice: “Empecé a estudiar Medicina, pero cuando estaba en el tercer año me decidí por el sacerdocio. En ese momento me acompañaba Nicolás Cotugno, que me dijo que siguiera y después, ya como Arzobispo, me motivó a que continuara. Y cuando pasé a la Diócesis de Minas, con Monseñor Víctor Gil, entonces congenié las dos cosas. Mientras estudiaba Medicina, estudiaba la Filosofía desde afuera y cuando terminé la carrera ingresé en el Seminario. Pude terminar las dos cosas”.

¿Y el fútbol? Siempre le gustó. De niño jugaba en el campo, y cuando llegó a la capital, para terminar el bachillerato, enseguida se puso a jugar en Central Español.

La despedida y la bienvenida

Movilizante para el futuro Obispo Auxiliar de Montevideo han sido las palabras de Mons. Jaime Fuentes, Obispo de Minas. “Me dijo que lo que el Papa Francisco viene pregonando lo veía en mi persona; lo que me dejó en paz y es un halago muy importante para dar este paso”. A pesar de esto, la gente de Lavalleja lo tomó con una doble sensación. “Por un lado una alegría muy grande, y me hicieron sentir como que fue una elección de ellos mismos, que estaban 100% de acuerdo con el Papa. Y por otro lado, estaba dolida y hasta lagrimeando porque me venía para Montevideo”, comenta.

Así y todo está contento con su nuevo destino ya que su recibimiento en Montevideo ha sido excelente. “Con el Card. Daniel tuve una acogida muy grande, muy cercana, con todo el apoyo. Nos encontramos ya para dar los primeros pasos y conocer los nuevos desafíos y tareas”, concluye.

Fuente: icm.org.uy

 

Acuerdo Provisorio Santa Sede – China sobre nombramiento de los Obispos

Después de un gradual y recíproco acercamiento, ha sido firmado hoy en Pekín el Acuerdo Provisorio sobre el nombramiento de los Obispos con el deseo de que contribuya positivamente en la vida de la Iglesia en China, al bien de los chinos y a la paz en el mundo

En el marco de los contactos entre la Santa Sede y la República Popular de China, que están en curso desde hace tiempo para tratar cuestiones eclesiales de interés común y promover ulteriores relaciones de entendimiento, el 22 de septiembre de 2018, se ha celebró una reunión en Beijing entre Mons. Antoine Camilleri, Subsecretario de la Santa Sede para las Relaciones con los Estados, y S.E. el Sr. Wang Chao, Viceministro de Asuntos Exteriores de la República Popular de China, respectivamente Jefes de las delegaciones vaticana y china.

 En el contexto de esta reunión, ambos representantes firmaron un Acuerdo Provisional sobre el nombramiento de los obispos.

 El Acuerdo Provisional antes mencionado, que es fruto de un acercamiento gradual y recíproco, se estipula después de un largo proceso de delicadas negociaciones y prevé evaluaciones periódicas sobre su implementación.

 Trata del nombramiento de los Obispos, una cuestión de gran importancia para la vida de la Iglesia, y crea las condiciones para una colaboración más amplia a nivel bilateral.

 La esperanza compartida es que este acuerdo fomente un proceso de diálogo institucional fructífero y con visión de futuro y contribuya positivamente a la vida de la Iglesia Católica en China, para el bien común del pueblo chino y para la paz en el mundo.

 Fuente: Vatican News

 

Alegría de los Obispos por la Beatificación de los Mártires Riojanos

Los obispos reunidos en la 180° Reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina, enviaron una carta al administrador diocesano de La Rioja, presbítero Roberto Enrique Queirolo, con motivo de la beatificación de monseñor Enrique Angelelli, los sacerdotes Carlos Murias y Gabriel Longueville y el laico Wenceslao Pedernera.

Con motivo de la próxima beatificación de monseñor Enrique Angelelli, los sacerdotes Carlos Murias y Gabriel Longueville y el laico Wenceslao Pedernera, los obispos argentinos enviaron una carta al administrador diocesano de La Rioja, presbítero Roberto Enrique Queirolo.

La carta se dio a conocer en el marco de la 180° reunión de la comisión permanente de la Conferencia Episcopal Argentina, que comenzó en la mañana del 21 de agosto y se desarrolló hasta el jueves 23 en la ciudad de Buenos Aires.

En el mensaje, los prelados expresan alegría por la inminente beatificación de los mártires riojanos, y adhieren «plenamente a los frutos del proceso canónico que concluyó con la declaración del martirio de estos hermanos nuestros», destacando especialmente la seriedad y el rigor con el que trabaja la Congregación para las Causas de los Santos.

«Hoy necesitamos estos modelos de personas que saben darlo todo en la lucha por los derechos de los más desprotegidos y al mismo tiempo son capaces de promover la comunión y la paz» consideran los obispos.

Texto del comunicado

Los miembros de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina queremos expresarte nuestra alegría por la inminente beatificación de Mons. Enrique Angelelli, los sacerdotes Carlos Murias y Gabriel Longueville y el laico Wenceslao Pedernera.

Eran un obispo, un religioso, un sacerdote diocesano y un padre de familia. A todos ellos les cabe lo que un antiguo cristiano escribía sobre los primeros mártires: “Hacen el bien y se los castiga como malhechores, castigados de muerte se alegran como si se les diera la vida” (Carta a Diogneto).

Conocemos el rigor y la seriedad con que trabaja la Congregación para la Causa de los Santos y adherimos plenamente a los frutos del proceso canónico que concluyó con la declaración del martirio de estos hermanos nuestros.

El 4 de agosto de 1976, la muerte de Mons. Angelelli coronó una vida de generosa entrega a la causa del Evangelio. Sabemos por sus últimos escritos que él preveía este final y estaba generosamente dispuesto a entregar la vida.

Hoy necesitamos estos modelos de personas que saben darlo todo en la lucha por los derechos de los más desprotegidos y al mismo tiempo son capaces de promover la comunión y la paz.

La corrupción pasada y presente, los crecientes sufrimientos de los más pobres y el recuerdo de nuestros propios errores y pecados, nos impulsan a mirar el testimonio de estos hermanos para seguir a Jesucristo con todas las consecuencias.

Recibí este saludo afectuoso, que te pedimos hagas extensivo a toda la Iglesia que peregrina en La Rioja.

Buenos Aires, 21 de agosto de 2018.

Fuente: AICA

 

Comunicado de los Jesuitas del Perú

Curia Provincial de la Compañía de Jesús en el Perú

La Compañía de Jesús en el Perú comunica que en la mañana del 10 de agosto hemos sido informados de que el P. Carlos Riudavets SJ ha sido encontrado muerto con signos de violencia en su residencia del Colegio Valentín Salegui, Fe y Alegría Nº 55, ubicado en Yamakai-éntsa, distrito de Chiriaco, Provincia de Bagua. Tenía 73 años de edad y 38 años sirviendo en la zona. Los Jesuitas del Perú manifestamos nuestro desconcierto y dolor, así como nuestro rechazo a toda forma de violencia; contamos además en que las autoridades puedan esclarecer las causas de su muerte y las circunstancias en las que se ha producido.

Para mayor información, comunicarse con el P. Víctor Hugo Miranda SJ al teléfono: 968 376 432

Lima, 10 de agosto de 2018.

Amazonía: Nuevos Caminos para la Iglesia y para una Ecología Integral

La Santa Sede ha publicado el Documento Preparatorio para el Sínodo sobre la Amazonía que se celebrará en octubre de 2019.

Preámbulo

De acuerdo con el anuncio del Papa Francisco, del día 15 de octubre de 2017, la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para reflexionar sobre el tema: Nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral, se llevará a cabo en octubre de 2019. Esos caminos de evangelización deben ser pensados para y con el Pueblo de Dios que habita en esa región: habitantes de comunidades y zonas rurales, de ciudades y grandes metrópolis, poblaciones que habitan en las riberas de los ríos, migrantes y desplazados, y especialmente para y con los pueblos indígenas.(1)

En la selva amazónica, de vital importancia para el planeta, se desencadenó una profunda crisis por causa de una prolongada intervención humana donde predomina una «cultura del descarte» (LS 16) y una mentalidad extractivista. La Amazonía es una región con una rica biodiversidad, es multi- étnica, pluri-cultural y pluri-religiosa, un espejo de toda la humanidad que, en defensa de la vida, exige cambios estructurales y personales de todos los seres humanos, de los estados, y de la Iglesia.

Las reflexiones del Sínodo Especial superan el ámbito estrictamente eclesial amazónico, porque se enfocan a la Iglesia universal y también al futuro de todo el planeta. Partimos de un territorio específico, desde donde se quiere hacer un puente hacia otros biomas esenciales de nuestro mundo: cuenca del Congo, corredor biológico Mesoamericano, bosques tropicales de Asia Pacífico, acuífero Guaraní, entre otros.

Escuchar a los pueblos indígenas y a todas las comunidades que viven en la Amazonía, como los primeros interlocutores de este Sínodo, es de vital importancia también para la Iglesia universal. Para ello necesitamos una mayor cercanía. Queremos saber ¿Cómo imaginan su “futuro sereno” y el “buen vivir” de las futuras generaciones? ¿Cómo podemos colaborar en la construcción de un mundo que debe romper con las estructuras que quitan vida y con las mentalidades de colonización para construir redes de solidaridad e interculturalidad? y, sobre todo, ¿Cuál es la misión particular de la Iglesia hoy ante esta realidad?

Este Documento Preparatorio está dividido en tres partes correspondientes al método “ver, juzgar (discernir) y actuar”. Al final del texto se presentan preguntas que permitan un diálogo y una progresiva aproximación a la realidad y expectativa regional de una «cultura del encuentro» (EG 220). Los nuevos caminos para la evangelización y el plasmar una Iglesia con rostro amazónico pasan por las veredas de esa «cultura del encuentro» en la vida cotidiana, «en una armonía pluriforme» (EG 220) y «feliz sobriedad» (LS 224-225), como contribuciones para la construcción del Reino.

Para leer todo el documento 

Fuente: CPAL Social

Curas Villeros sobre la Violencia Institucional

El Grupo de Sacerdotes conocidos como ‘Curas Villeros’ se ha pronunciado sobre la violencia institucional que se vive en los barrios periféricos, debido a un accionar de las fuerzas del estado insuficiente muchas veces, pero también desordenado e ineficaz.

Carta del Equipo de Sacerdotes de Villas de Capital y Provincia (1 de junio de 2018)

Compartiendo la vida de nuestros vecinos, durante años hemos experimentado y denunciado la ausencia del Estado en muchas villas y barrios carenciados. Son muchas las barriadas del conurbano en las que sumamos nuestra voz a la de los vecinos para reclamar el mismo nivel de seguridad que tienen los otros barrios más acomodados. Sin embargo, aunque en algunas villas hemos celebrado la presencia, hoy vemos que en muchos casos es insuficiente y en otros ineficaz y desordenada.

Nos referimos a la presencia de las fuerzas de seguridad.

En primer lugar, recordamos que el concepto amplio de seguridad no sólo tiene que ver con los daños físicos o el atentado contra las pertenencias propias y la propiedad privada. Es inseguridad no tener vacante en las escuelas, no poder acceder a una atención de salud adecuada, no tener oportunidades laborales, etc. Recordemos que detrás de cada chico o joven en la calle suele haber una madre o un padre desocupado. Corresponde al Estado garantizar la seguridad en todos los aspectos. También sabemos lo que le toca a la sociedad civil en general.

En estos tiempos, en nuestros barrios vemos casos concretos de violencia institucional, algunos debidamente denunciados, y otros que tristemente no trascienden. No ayuda cierta opinión pública que mide con la misma vara lo que hace un chico o joven castigado por la exclusión y el procedimiento de un trabajador de las fuerzas de seguridad, que representa al Estado. Hay casos de mucha violencia y represión en nuestros barrios.

Como en otros ámbitos, debe mejorar considerablemente esta presencia del Estado. Vemos bueno que las fuerzas de seguridad estén en nuestros barrios. Pero creemos que se deben corregir los errores, no con parches pasajeros sino con profundidad. Debe haber un cambio en las actitudes y acciones agresivas, sean físicas o verbales.

Pensamos que estos excesos responden a fallas en su formación pero también a cierto aire de “habilitación e impunidad” que los lleva a obrar de esa manera.

En muchos casos se criminaliza a los jóvenes y más cuando son pobres.

En el supuesto caso de que algún joven tenga conductas atrevidas, el Estado no puede ponerse al mismo nivel. Debe actuar respetando siempre la sagrada dignidad de toda persona.

No puede ser que los que deben cuidar a nuestra gente sean los mismos que los agreden, a veces con mucha violencia y llegando incluso al gatillo fácil.

Apelamos a las autoridades correspondientes y a la comunidad en general -de la que formamos parte- para que cada uno ponga lo mejor de sí mismo para que se respete la dignidad de todos nuestros vecinos y para que se enmienden profundamente las deficiencias de la presencia del Estado y de la mirada de la sociedad con respecto a los barrios carenciados.

Por último, intentando ampliar la mirada, afirmamos que la inequidad genera una violencia en la que no habría recursos policiales, militares o de inteligencia capaces de detener. El camino de salida es el amor fraterno que se rebela frente a la injusticia social y nos invita a todos –especialmente a los que más oportunidades hemos tenido en la vida- a trabajar para que los más pobres, especialmente tantos niños y adolescentes, vivan con dignidad.

Que la Virgen de Luján nos inspire los caminos para cuidar a nuestra Patria empezando por los más pobres.

Equipo de Sacerdotes de Villas de Capital y Provincia

  • P. José María Di Paola: villa La Carcova, 13 de Julio y Villa Curita. Diócesis de San Martín.
  • Mons. Gustavo Carrara. Obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Buenos Aires. Vicario para la pastoral en Villas de CABA
  • P. Lorenzo de Vedia, P. Carlos Olivero, P. Gastón Colombres, Villa 21-24 y Zavaleta. Arquidiócesis de Buenos Aires.
  • P. Juan Isasmendi, P. Eduardo Casabal, P. Ignacio Bagattini: Villa 1-11-14. Arquidiócesis de Buenos Aires.
  • P. Guillermo Torre, P. José Luis Lozzia, P. Marco Espínola: Villa 31. Arquidiócesis de Buenos Aires.
  • P. Domingo Rehin: Villa Lanzone, Villa Costa Esperanza. Diócesis de San Martín.
  • Mons. Jorge García Cuerva, Obispo auxiliar de la Diócesis Lomas de Zamora.
  • P. Basilicio Britez: Villa Palito. Diócesis de San Justo.
  • P. Nicolás Angellotti: Puerta de Hierro, San Petesburgo y 17 de Marzo. Diócesis de San Justo.
  • P. Sebastián Sury, P. Damián Reynoso: Villa 15. Arquidiócesis de Buenos Aires.
  • P. Rodrigo Valdez: Villa Playon de Chacarita. Arquidiócesis de Buenos Aires.
  • P. Martín Carroza y P. Sebastián Risso. Villa Cildañez. Arquidiócesis de Buenos Aires.
  • P. Pedro Baya Casal, P. Adrián Bennardis: Villa 3 y del Barrio Ramón Carrillo. Arquidiócesis de Buenos Aires.
  • P. Joaquín Giangreco: Villa Trujuy. Diócesis Merlo-Moreno.
  • P. Nibaldo Leal: Villa Hidalgo. Diócesis de San Martín.
  • P. Antonio Mario Ghisaura: Villa Tranquila. Diócesis Avellaneda-Lanús.
  • P. Alejandro Seijo: Villa Rodrigo Bueno. Arquidiócesis de Buenos Aires.
  • P. Andrés Tocalini: Villa los Piletones. Arquidiócesis de Buenos Aires.
  • P. Dante Delia: Barrio la Loma de Roca. Diócesis de San Isidro.
  • P. Franco Punturo: Villa 20. Arquidiócesis de Buenos Aires.
  • P. Omar Mazza: Villa Inta. Arquidiócesis de Buenos Aires.
  • P. Raul Gabrielli: Cura Villero. Peregrino Itinerante de la Virgen de Luján.
  • P. Miguel Dedyn: Vicario Parroquia Nuestra Señora del Carmen – Benavidez
  • P. Juan Manuel Ortiz: Barrio San Fernando, Barrio 25 de Mayo – San Fernando
  • Carlos Morena, Mario Romanín, Alejandro León, Juan Carlos Romanín: Salesianos. Don Bosco. Cecilia Lee, misionera franciscana, Bea Gmiltrowicz, Misionera Franciscana. Villa Itatí.

Fuente: AICA

Carta del Papa Francisco a toda la Iglesia Chilena

Al Pueblo de Dios que peregrina en Chile

Queridos hermanos y hermanas:

El pasado 8 de abril convocaba a mis hermanos obispos a Roma para buscar juntos en el corto, mediano y largo plazo caminos de verdad y vida ante una herida abierta, dolorosa, compleja que desde hace mucho tiempo no deja de sangrar’. Y les sugería que invitaran a todo el Santo Pueblo fiel de Dios a ponerse en estado de oración para que el Espíritu Santo nos diera la fuerza de no caer en la tentación de enroscarnos en vacíos juegos de palabras, en diagnósticos sofisticados o en vanos gestos que no nos permitiesen la valentía necesaria para mirar de frente el dolor causado, el rostro de sus víctimas, la magnitud de los acontecimientos. Los invitaba a mirar hacia donde el Espíritu Santo nos impulsa, ya que “cerrar los ojos ante el prójimo nos convierte también ciegos ante Dios”.

Con alegría y esperanza recibí la noticia de que han sido muchas las comunidades, los pueblos y capillas donde el Pueblo de Dios estuvo rezando, especialmente los días que estábamos reunidos con los obispos: el Pueblo de Dios de rodillas que implora el don del Espíritu Santo para encontrar luz en la Iglesia ‘herida por su pecado, misericordiada por su Señor, y para que sea cada día convertida en profética por vocación’. Sabemos que la oración nunca es en vano y que “en medio de la oscuridad siempre comienza a brotar algo nuevo, que tarde o temprano produce fruto”.

1. Apelar a Ustedes, pedirles oración no fue un recurso funcional como tampoco un simple gesto de buena voluntad. Por el contrario, quise enmarcar las cosas en su preciso y precioso lugar y poner el tema donde tiene que estar: la condición del Pueblo de Dios <es la dignidad y la libertad de los hijos de Dios, en cuyos corazones habita el Espíritu Santo como en un templo>s. El Santo Pueblo fiel de Dios está ungido con la gracia del Espíritu Santo; por tanto, a la hora de reflexionar, pensar, evaluar, discernir, debemos estar muy atentos a esta unción. Cada vez que como Iglesia, como pastores, como consagrados, hemos olvidado esta certeza erramos el camino. Cada vez que intentamos suplantar, acallar, ningunear, ignorar o reducir a pequeñas elites al Pueblo de Dios en su totalidad y diferencias, construimos comunidades, planes pastorales, acentuaciones teologías, espiritualidades, estructuras sin raíces, sin historia, sin rostros, sin memoria, sin cuerpo, en definitiva, sin vidas. Desenraizarnos de la vida del pueblo de Dios nos precipita a la desolación y perversión de la naturaleza eclesial; la lucha contra una cultura del abuso exige renovar esta certeza.

Como le dije a los jóvenes en Maipú quiero decírselo de manera especial a cada uno: “la Santa Madre Iglesia hoy necesita del Pueblo fiel de Dios, necesita que nos interpele. La Iglesia necesita que ustedes saquen el carnet de mayores de edad, espiritualmente mayores, y tengan el coraje de decirnos,’esto me gusta’, ‘este camino me parece que es el que hay que hacer‘, esto no va. Que nos digan lo que sienten y piensan. Esto es capaz de involucrarnos a todos en una Iglesia con aire sinodal que sabe poner a Jesris en el centro.

En el Pueblo de Dios no existen cristianos de primera, segunda o tercera categoría. Su participación activa no es cuestión de concesiones de buena voluntad, sino que es constitutiva de la naturaleza eclesial. Es imposible imaginar el futuro sin esta unción operante en cada uno de Ustedes que ciertamente reclama y exige renovadas formas de participaci6n. Insto a todos los cristianos a no tener miedo de ser los protagonistas de la transformaci6n que hoy se reclama y a impulsar y promover alternativas creativas en la búsqueda cotidiana de una Iglesia que quiere cada día poner lo importante en el centro. Invito a todos los organismos diocesanos sean del irea que sean a buscar consciente y lucidamente espacios de comunión y participación para que la Unción del Pueblo de Dios encuentre sus mediaciones concretas para manifestarse.

La renovación en la jerarquía eclesial por sí misma no genera la transformación a la que el Espíritu Santo nos impulsa. Se nos exige promover conjuntamente una transformación eclesial que nos involucre a todos. Una Iglesia profética y, por tanto, esperanzadora reclama de todos una mística de ojos abiertos, cuestionadora y no adormecida. No se dejen robar la unción del Espíritu.

2. <El viento sopla donde quiere: tú oyes su voz, pero no sabes de donde viene ni a dónde va. Lo mismo sucede con todo el que ha nacido del Espíritu> (Jn. 3,8). Así respondía Jesús a Nicodemo ante el diálogo que tenían sobre la posibilidad de nacer de nuevo para entrar en el Reino de los Cielos.

En este tiempo a la luz de este pasaje nos hace bien volver a ver nuestra historia personal y comunitaria: el Espíritu Santo sopla donde quiere y como quiere con el único fin de ayudarnos a nacer de nuevo. Lejos de dejarse encerrar en esquemas, modalidades, estructuras fijas o caducas, lejos de resignarse o «bajar la guardia» ante los acontecimientos, el Espíritu está continuamente en movimiento para ensanchar las miradas estrechas, hacer soñar al que perdió la esperanza, hacer justicia en la verdad y en la caridad, purificar del pecado y la corrupción e invitar siempre a la necesaria conversión. Sin esta mirada de fe todo lo que podamos decir y hacer caería en saco roto. Esta certeza es imprescindible para mirar el presente sin evasiones pero con valentía, con coraje pero sabiamente, con tenacidad pero sin violencia, con pasión pero sin fanatismo, con constancia pero sin ansiedad, y así cambiar todo aquello que hoy ponga en riesgo la integridad y la dignidad de cada persona; ya que las soluciones que se necesitan reclaman encarar los problemas sin quedar atrapados en ellos o, lo que sería peor, repetir los mismos mecanismos que queremos eliminar’. Hoy somos retados a mirar de frente, asumir y sufrir el conflicto, y así poder resolverlo y transformarlo en el eslabón de un nuevo caminar.

3. En primer lugar, sería injusto atribuir este proceso solo a los últimos acontecimientos vividos. Todo el proceso de revisión y purificación que estamos viviendo es posible gracias al esfuerzo y perseverancia de personas concretas que, incluso contra toda esperanza o teñidas de descrédito, no se cansaron de buscar la verdad; me refiero a las víctimas de los abusos sexuales, de poder, de autoridad y a aquellos que en su momento les creyeron y acompañaron. Victimas cuyo clamor llego al cielo». Quisiera, una vez más, agradecer públicamente la valentía y la perseverancia de todos ellos.

Es bueno reconocer a algunas organizaciones y medios de comunicación que han asumido el tema de los abusos de una forma responsable, buscando siempre la verdad y no haciendo de esta dolorosa realidad un recurso mediático para el aumento del rating en su programación.

Este último tiempo, es tiempo de escucha y discernimiento para llegar a las raíces que permitieron que tales atrocidades se produjeran y perpetuasen, y así encontrar soluciones al escándalo de los abusos no con estrategias meramente de contención – imprescindibles pero insuficientes – sino con todas las medidas necesarias para poder asumir el problema en su complejidad.

En este sentido, quisiera detenerme en la palabra «escucha», ya que discernir supone aprender a escuchar lo que el Espíritu quiere decirnos. Y sólo lo podremos hacer si somos capaces de escuchar la realidad de lo que pasa».

Creo que aquí reside una de nuestras principales faltas y omisión: el no saber escuchar a las víctimas. Así se construyeron conclusiones parciales a las que le faltaban elementos cruciales para un sano y claro discernimiento. Con vergüenza debo decir que no supimos escuchar y reaccionar a tiempo.

La visita de Mons. Scicluna y Mons. Bertomeu nace al constatar que existían situaciones que no sabíamos ver y escuchar. Como Iglesia no podíamos seguir caminando ignorando el dolor de nuestros hermanos. Luego de la lectura del informe quise encontrarme personalmente con algunas víctimas de abuso sexual, de poder y de conciencia, para escucharlos, y pedirles perd6n por nuestros pecados y omisiones.

4. En estos encuentros constate como la falta de reconocimiento/escucha de sus historias, como también del reconocimiento/aceptación de los errores y las omisiones en todo el proceso, nos impiden hacer camino. Un reconocimiento que quiere ser más que una expresión de buena voluntad hacia las víctimas, más bien quiere ser una nueva forma de pararnos frente a la vida, frente a los demás y frente a Dios. La esperanza en el mañana y la confianza en la Providencia nace y ll n El Señor dijo: “Yo he visto la opresi6n de mi pueblo, que está en Egipto, y he oído los gritos de dolor, provocados por sus capataces. Yo conozco muy bien sus sufrimientos. Ex3,7.» Recordemos que esta fue la primera palabra-mandato que recibió el pueblo de lsrael por parte de Yahv6: <Escucha lsrael> (Dt. 6,4) Crecer en asumir la fragilidad, los límites e incluso el pecado para ayudarnos a salir adelante. El «nunca más» a la cultura del abuso, así como al sistema de encubrimiento que le permite perpetuarse, exige trabajar entre todos para generar una cultura del cuidado que impregne nuestras formas de relacionarnos, de rezar, de pensar, de vivir la autoridad; nuestras costumbres y lenguajes y nuestra relación con el poder y el dinero. Hoy sabemos que la mejor palabra que podamos dar frente al dolor causado es el compromiso para la conversión personal, comunitaria y social que aprenda a escuchar y cuidar especialmente a los más vulnerables. Urge, por tanto, generar espacios donde la cultura del abuso y del encubrimiento no sea el esquema dominante; donde no se confunda una actitud crítica y cuestionadora con traición. Esto nos tiene que impulsar como Iglesia a buscar con humildad a todos los actores que configuran la realidad social y promover instancias de diálogo y constructiva confrontación para caminar hacia una cultura del cuidado y protección.

Pretender esta empresa solamente desde nosotros o con nuestras fuerzas y herramientas nos encerraría en peligrosas dinámicas voluntaristas que perecerían en el corto plazo’. Decidámonos a ayudar y ayudemos a generar una sociedad donde la cultura del abuso no encuentre espacio para perpetuarse. Exhortó a todos los cristianos y especialmente a los responsables de Centros de formación educativa terciaria, de educaci6n formal y no formal, Centros sanitarios, Institutos de formación y Universidades, a mancomunar esfuerzos en las diócesis y con la sociedad civil toda para promover lucida y estratégicamente una cultura del cuidado y protección. Que cada uno de estos espacios promueva una nueva mentalidad.

5. La cultura del abuso y del encubrimiento es incompatible con la lógica del Evangelio ya que la salvación ofrecida por Cristo es siempre una oferta, un don que reclama y exige la libertad. Lavando los pies a los discípulos es como Cristo nos muestra el rostro de Dios. Nunca es por coacción ni obligación sino por servicio. Digámoslo claro, todos los medios que atenten contra la libertad e integridad de las personas son anti-evangélicos; por tanto es preciso también generar procesos de fe donde se aprenda a saber cuándo es necesario dudar y cuando no. «La doctrina, o mejor, nuestra comprensión y expresión de ella, ‘no es un sistema cerrado, privado de dinámicas capaces de generar interrogantes, dudas, cuestionamientos’, ya que las preguntas de nuestro pueblo, sus angustias, sus peleas, sus sueños, sus luchas, sus preocupaciones, poseen valor hermenéutico que no podemos ignorar si queremos tomar en serio el principio de encarnación”. Invito a todos los Centros de formación religiosa, facultades teológicas, institutos terciarios, seminarios, casas de formación y de espiritualidad a promover una reflexión teológica que sea capaz de estar a la altura del tiempo presente, promover una fe madura, adulta y que asuma el humus vital del Pueblo de Dios con sus búsquedas y cuestionamientos. Y así, entonces, promover comunidades capaces de luchar contra situaciones abusivas, comunidades donde el intercambio, la discusión, la confrontación sean bienvenidas. Seremos fecundos en la medida que potenciemos comunidades abiertas desde su interior y así se liberen de pensamientos cerrados y autorreferenciales llenos de promesas y espejismos que prometen vida pero que en definitiva favorecen la cultura del abuso.

Quisiera hacer una breve referencia a la pastoral popular que se vive en muchas de vuestras comunidades ya que es un tesoro invaluable y aut6ntica escuela donde aprender a escuchar el corazón de nuestro pueblo y en el mismo acto el corazón de Dios. En mi experiencia como pastor aprendí a descubrir que la pastoral popular es uno de los pocos espacios donde el Pueblo de Dios es soberano de la influencia de ese clericalismo que busca siempre controlar y frenar la unción de Dios sobre su pueblo. Aprender de la piedad popular es aprender a entablar un nuevo tipo de relación, de escucha y de espiritualidad que exige mucho respeto y no se presta a lecturas rápidas y simplistas, pues la piedad popular “refleja una sed de Dios que solamente los pobres y los sencillos pueden conocer”.

Es imprescindible llevar a cabo la tan necesaria renovación en los centros de formación impulsada por la reciente Constitución Apostólica Veritates Goudium. A modo de ejemplo subrayo que (en efecto, la tarea urgente en nuestro tiempo consiste en que todo el Pueblo de Dios se prepare a emprender, con espíritu’ una nueva etapa de la evangelización. Esto requiere ‘un proceso decidido de discernimiento, purificación y reforma’. Y, dentro de ese proceso, la renovación adecuada del sistema de los estudios eclesiásticos está llamada a jugar un papel estratégico. De hecho, estos estudios no deben sólo ofrecer lugares e itinerarios para la formación cualificada de los presbíteros, de las personas consagradas y de laicos comprometidos, sino que constituyen una especie de laboratorio cultural providencial, en el que la lglesia se ejercita en la interpretación de la performance de la realidad que brota del acontecimiento de Jesucristo y que se alimenta de los dones de Sabiduría y de Ciencia, con los que el Espíritu Santo enriquece en diversas formas a todo el Pueblo de Dios: desde el sensus fideifidetium hasta el magisterio de los Pastores, desde el carisma de los profetas hasta el de los doctores y teólogos>.

Ser «Iglesia en salida» es también dejarse ayudar e interpelar. No nos olvidemos que <el viento sopla donde quiere: tu oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Lo mismo sucede con todo el que ha nacido del Espíritu> (Jn. 3,8).

6. Como les decía, en los encuentros con las victimas pude constatar que la falta de reconocimiento nos impide caminar. Por eso creo necesario compartirles que me alegra y esperanza mucho confirmar, en el diálogo con ellos, su reconocimiento de personas a las que me gusta llamar los <santos de la puerta de al lado>. Seríamos injustos si al lado de nuestro dolor y nuestra vergüenza por esas estructuras de abuso y encubrimiento que tanto se han perpetuado y tanto mal han hecho, no reconociéramos a muchos fieles laicos, consagrados, consagradas, sacerdotes, obispos que dan la vida por amor en las zonas más recónditas de la querida tierra chilena. Todos ellos son cristianos que saben llorar con lo demás, que buscan la justicia con hambre y sed, que miran y actúan con misericordia; cristianos que intentan cada día iluminar su vida a la luz del protocolo con el que seremos juzgados: “Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver” (Mt. 25,34-36).

Reconozco y agradezco su valiente y constante ejemplo que en momentos de turbulencia, vergüenza y dolor siguen jugándose con alegría por el Evangelio. Ese testimonio me hace mucho bien y me sostiene en mi propio deseo de superar el egoísmo para entregarme más. Lejos de restarle importancia y seriedad al mal causado y buscar las raíces de los problemas, nos compromete también a reconocer la fuerza actuante y operante del Espíritu en tantas vidas. Sin esta mirada, quedaríamos a mitad de camino y podríamos ingresar en una lógica que lejos de buscar potenciar lo bueno y remediar lo equivocado, parcializaría la realidad cayendo en grave injusticia.

Aceptar los aciertos, así como los límites personales y comunitarios, lejos de ser una noticia más se vuelve el puntapié inicial de todo auténtico proceso de conversión y transformación. Nunca nos presenta a los suyos con sus llagas. Es más, precisamente desde sus llagas es donde Tomás puede confesar la fe. Estamos invitados a no disimular, esconder o encubrir nuestras llagas.

Una Iglesia llagada es capaz de comprender y conmoverse por las llagas del mundo de hoy, hacerlas suyas, sufrirlas, acompañarlas y moverse para buscar sanarlas. Una Iglesia con llagas no se pone en el centro, no se cree perfecta, no busca encubrir y disimular su mal, sino que pone allí al único que puede sanar las heridas y tiene un nombre: Jesucristo.

Esta certeza es la que nos mueve a buscar, a tiempo y destiempo, el compromiso por generar una cultura donde cada persona tenga derecho a respirar un aire libre de todo tipo de abusos. Una cultura libre de encubrimientos que terminan viciando todas nuestras relaciones. Una cultura que frente al pecado genere una dinámica de arrepentimiento, misericordia y perdón, y frente al delito, la denuncia, el juicio y la sanción.

7. Queridos hermanos, comenzaba esta carta diciéndoles que apelar a Ustedes no es un recurso funcional o un gesto de buena voluntad, por el contrario, es invocar la unción que como Pueblo de Dios poseen. Con Ustedes se podrán dar los pasos necesarios para una renovación y conversión eclesial que sea sana y a largo plazo. Con Ustedes se podrá generar la transformación necesaria que tanto se necesita. Sin Ustedes no se puede hacer nada. Exhorto a todo el Santo Pueblo fiel de Dios que vive en Chile a no tener miedo de involucrarse y caminar impulsado por el Espíritu en la búsqueda de una Iglesia cada día más sinodal, profética y esperanzadora; menos abusiva porque sabe poner a Jesús en el centro, en el hambriento, en el preso, en el migrante, en el abusado.

Les pido que no dejen de rezar por mí. Lo hago por Ustedes y pido a Jesús los bendiga y a la Virgen Santa los cuide.

 

La Compañía de Jesús se Involucra en la Lucha contra el Desmonte en Santiago del Estero

La Parroquia de los jesuitas en San José del Boquerón, junto con otras organizaciones está trabajando en el monte Santiagueño con la problemática de los desmontes, que afecta miles de hectáreas a lo largo del país, y que, en especial en esta región afecta a los más necesitados.

En estos días, habría llegado una autorización desde la Dirección General de Bosques y Fauna, avalando el desmonte. Según las organizaciones comprometidas con la protección de los bosques, esta sería ilegal. Por ello, ha armado una denuncia conjunta entre Greenpeace, la Parroquia San José de las Petacas y las organizaciones campesinas.

Además de chequear la acción de quienes ya han iniciado el desmonte del boque chaqueño por vía satelital (gracias a herramientas que provee Greenpeace) se está armando una visualización de los terrenos donde se está llevando adelante el desmonte con un grupo de campesinos.

A su vez, se está intentando mantener el diálogo con diversas instituciones, como la Dirección General de Bosques y Fauna; la Comisión Municipal y la Policía de la localidad.

La denuncia planeaba ser presentada el día 23 de febrero. Además de las instituciones involucradas, la Carta era apoyada por el Obispo de la zona. Hasta ahora, el terreno desmontado consta de 500 hectáreas de territorios fiscales.

Carta de Denuncia por los Desmontes en Santiago del Estero

Sr. Gobernador de Santiago del Estero

Dr. Gerardo Zamora

CC: Ing. Víctor Abel Rosales

Dirección de Bosques y Fauna de la Provincia de Santiago del Estero

Dr. Juan Pedro Cano

Dirección Nacional de Bosques, Ordenamiento Territorial y Suelos

Por medio de la presente queremos denunciar ante Usted un desmonte ilegal de aproximadamente 500 has en el departamento Copo, en un predio denominado Calancati, solicitado por Luis Mendez Ezcurra y Horacio Gándara, donde actualmente se encuentran trabajando topadoras. La zona está zonificada como Categoría Amarilla, donde no se admiten desmontes.

De acuerdo al Monitoreo de Bosques Nativos del Norte de Argentina, que realiza Greenpeace, la provincia de Santiago del Estero continua realizando desmontes en zonas no permitidas. Según el último informe, en el año 2017, se desmontaron 42.827 hectáreas, de las cuales 28.987 eran bosques protegidos, incrementándose a la par, considerablemente el grado de violencia hacia los pobladores campesinos y campesinos indígenas. Particularmente el Pueblo Lules Vilelas que en este caso, no fueron consultados por parte de la Dirección de Bosques de la Provincia.

Cabe advertir que los solicitantes del mencionado desmonte, son socios de la empresa Sacha Rupaska SA, la cual presenta antecedentes de graves conflictos con campesinos en lotes cercanos, como Piruaj Bajo.

La Ley Nacional de Bosques establece en su artículo 40: “En los casos de bosques nativos que hayan sido afectados por incendios o por otros eventos naturales o antrópicos que los hubieren degradado, corresponde a la autoridad de aplicación de la jurisdicción respectiva la realización de tareas para su recuperación y restauración, manteniendo la categoría de clasificación que se hubiere definido en el ordenamiento territorial”.

La reglamentación de dicho artículo señala que: “Los trabajos de recuperación y restauración en los bosques nativos que hayan sido degradados por incendios o por otros eventos naturales o antrópicos motivados por causas imputables a su titular, podrán ser ejecutados por el Estado Nacional o Provincial según corresponda, con cargo al titular y/o responsable del siniestro o directamente por estos con la supervisión de la autoridad competente. En todos los casos se mantendrá la categoría de conservación del bosque que se hubiere definido en el Ordenamiento de los Bosques Nativos efectuado”.

Esperando que como máxima autoridad ambiental de la provincia, cumpla y haga cumplir la normativa forestal vigente, y detenga este crimen ambiental, saludamos a Usted atentamente,

GUIDO CORVALAN, MOCASE SANTIAGO DEL ESTERO

MOCASE VIA CAMPESINA

CRISTIAN CUELLAR, CENTRALCAMPESINA PRODUCTORES DEL NORTE CCP, LAS LOMITAS

HNO. RODRIGO CASTELLS, PADRE MARCOS ALEMAN, PARROQUIA JESUITA SAN JOSE DE

LAS PETACAS, BOQUERON

DIOSESIS DE AÑATUYA

MARIA RAIMUNDO LUNA, MESA DE TIERRA DE NUEVA ESPERANZA

COMUNIDAD INDIGENA TONOKOTES YAKU MUCHUNA DE SAN FELIPE IBARRA

PUEBLO LULES VILELAS, JUAN LUNA

NATALIA MACHAIN, GREENPEACE ANDINO