Encuentro de Párrocos

Por Rafael Velasco SJ

Queridos Compañeros y Colaboradores:

Lo días 30 de setiembre y 1 de octubre hemos tenido  el encuentro de párrocos y rectores de templos de  ARU.

Hemos participado 18 jesuitas junto con el Provincial. Hemos acudido los que hemos podido; y durante un día y medio hemos orado y compartido juntos acerca de lo que Dios ha ido haciendo en la vida de nuestras comunidades de parroquias y templos, “los dones de creación, redención y dones particulares” que hemos podido reconocer y agradecer. También hemos compartido lo que discernimos que Dios va haciendo hoy, los caminos que va abriendo desde la realidad misma para poder “amarlo más y seguirlo”. Hemos también compartido acerca de cómo poder acompañarnos en un caminar juntos desde el sector de parroquias y templos.

De nuestro encuentro fraterno han surgido algunas reflexiones acerca de nuestra misión que queremos compartir con todos:

Compartimos que nuestras parroquias y templos están llamadas a ser  “islas de misericordia en un mar de indiferencia”[1].  Creemos que Dios sigue dando vida incluso donde no alcanzamos a verlo, Dios sigue creyendo en nosotros, sigue creando y redimiendo. Y la misericordia es su Signo en este tiempo; es el signo de la Iglesia. Nuestras parroquias y templos, en este espíritu, están llamadas a ser como “hospitales de campaña” en medio de un mundo en el que el dolor, la injusticia y la violencia dejan gran cantidad de heridos.

Sentimos que nuestras parroquias están llamadas a ser espacios de escucha. Compartimos que nuestro pueblo necesita espacios en los que sus historias sean escuchadas sin ser juzgados para poder redescubrir la Vida de Dios en sus biografías a veces visitadas profundamente por el dolor. Nuestras parroquias y templos están llamadas a ser espacios de fraternidad, en la que otro tipo de relaciones sea posible y visible.

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Sentimos la llamada a acompañar los ritmos del pueblo de Dios, estando al servicio de lo que Dios va haciendo en nuestra gente. Nuestras parroquias y templos –muchas de ellas insertas en medios populares- tienen también vocación de santuarios; de espacios de gracia en la que nuestro pueblo encuentra acompañamiento a sus propios ritmos de encuentro con Dios.

Es un desafío constante para nuestras comunidades, generar espacios de formación en la fe y en la espiritualidad para nuestros laicos y laicas. Creemos que debemos avanzar en la formación en espiritualidad y también en la formación teológica de nuestros colaboradores.

Tampoco debemos olvidar que nuestra misión también, en algunas ocasiones,  implica señalar caminos evangélicos y abrir sendas de vida que no  surgen necesariamente de la dinámica de las comunidades, no pocas veces instaladas en un modo determinado de hacer. Esas iniciativas que debemos discernir, pueden venir del diálogo con instituciones externas a nuestras comunidades parroquiales, pero que abren a las parroquias al diálogo sobre los problemas sociales y políticos y la transforman en  espacios de encuentro y de acompañamiento de procesos populares. Esto implicará –por nuestra parte- escuchar los clamores de nuestro pueblo discerniendo en él la Voz de Dios que denuncia lo que oprime la vida y anuncia nuevos caminos de la “Vida verdadera de Cristo”.

Coincidimos en que es básica la actitud. Podremos caminar juntos y ayudar a nuestro pueblo sólo si tenemos actitud de escucha como pastores. Y podremos ayudarnos en nuestra misión si aprendemos a escucharnos entre nosotros. En este sentido valoramos esta experiencia de encuentro como un espacio de escucha de lo que Dios va haciendo en la vida de nuestros compañeros. Un espacio en el que no vinimos a enseñarnos ni a hacer gala de nuestros logros y realizaciones, sino en el que compartimos expectativas, esperanzas, consolaciones y perplejidades en la misión. Coincidimos también en que ha sido valioso el espíritu de oración que nos ha dispuesto a compartir desde otra profundidad.

Compartimos la convicción de que estos espacios deben continuar realizándose con periodicidad. También coincidimos en el valor de escuchar a los colaboradores y colaboradoras, además de variar el lugar de realización de los mismos. Por esa razón nos ha parecido bien realizar anualmente los encuentros en diversas parroquias; teniendo esos encuentros dos partes: un primer día con laicos y colaboradores de la parroquia o templo que nos reciba y un segundo día de compartir fraterno entre nosotros, párrocos y rectores de templos.

Estas son algunas de las reflexiones que queremos compartir con todos ustedes y que deseamos puedan comunicar algo de la experiencia vivida.

Que Dios nos siga bendiciendo y en todo seamos capaces de escuchar el susurro de Su Espíritu para consagrarnos al servicio de Su Pueblo.

Fraternalmente en Cristo.

PP. Fernando Albistur; Marcos Aleman; Leonardo Amaro; Héctor Bossié; José María Cantó; Horacio Carrau; Pablo Figueroa;  Alejandro Gauffin; Humberto González; Ernesto López Rosas; Néstor Mansur; José María Mattaldi; Julio Merediz; Mario Moreira; Oscar Riedel; Jorge Seibold; Rafael Velasco; Daniel Ziloni;



[1] Papa Francisco

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