Gestionar los Riesgos de Desastres Naturales

Los desastres naturales son un riesgo constante y que genera creciente preocupación en todo el mundo. Muchos de estos fenómenos nacen como consecuencia de la acción del ser humano sobre la Tierra. Ahora los países afectados deben prevenir y planificar cómo reaccionar cuando se den estos eventos ¿cómo se piensa una planificación así?

Por Silvia Fontana. Especialista en gestión del riesgo de desastres. Profesora e investigadora de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la UCC.

Los fenómenos meteorológicos extremos son una realidad que se presentan cada vez con más frecuencia y contundencia, y sus efectos se hacen sentir. Desastres como huracanes, tsunamis, terremotos, erupciones volcánicas, tormentas intensas, inundaciones, entre otros, causan importantes pérdidas y consecuencias en la vida de una población, lo cual incide en el desarrollo alcanzado por los países.

Es relevante destacar entonces que el riesgo de desastres se ha convertido en un tema de creciente preocupación mundial. Entre finales del siglo XX y principios del siglo XXI aproximadamente más de 200 millones de personas se vieron afectadas, por año, por algún tipo de desastre (Marco de Acción de Hyogo, 2005).

Frente a esta realidad, a partir de 1990 comienza a instalarse en la agenda internacional lo concerniente a la reducción del riesgo de desastres. De hecho fue en esta década cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) convoca a los gobiernos a promover e implementar políticas tendientes a reducir el riesgo de desastres.

En este contexto es posible preguntarse a través de qué estrategias de gobierno se puede gestionar el riesgo de desastres. Beck (2011) sostiene que existen tres posibles reacciones: negación, apatía o transformación; considerando que los riesgos se presentan en un estado de “permanente virtualidad” y que solo se pueden actualizar en la medida que se puedan anticipar.

Por ello, gestionar el riesgo de desastres es la clave para prevenir y mitigar las consecuencias frente a catástrofes socio-naturales o antrópicas. Gestionar el riesgo es un proceso que lleva a la necesidad de planificar e implementar políticas, estrategias, instrumentos y medidas orientadas a impedir, reducir, prever y controlar los efectos adversos de fenómenos peligrosos sobre la población, los bienes y servicios y el ambiente. Es decir, desarrollar políticas integradas de reducción de riesgos a través de acciones de prevención, mitigación, preparación, atención de emergencias y recuperación pos impacto.

Es así que el enfoque de gestión de riesgo de desastres supone un gran desafío para los gobiernos, los cuales se ven interpelados cotidianamente por la necesidad de dar respuestas y soluciones a las situaciones de crisis por desastres. Estos desafíos implican poner en cuestión dos conceptos claves de la gestión de gobierno: la gobernabilidad y la gobernanza.

Concretamente, la reducción del riesgo de desastres es un proceso a largo plazo, que requiere del desarrollo e implementación de mecanismos y herramientas efectivas, a través de la voluntad política, de políticas públicas coherentes y de la participación de la sociedad civil, tanto en el gobierno central como en los gobiernos subnacionales y locales. La base para gobernar el riesgo es trabajar a partir de lo que ya existe, de lo ya hecho, con una mirada articuladora y coordinada que asegure y promueva el desarrollo humano.

Fuente: Noticias UCC

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