Homenaje al Padre Llorens – Mendoza

El gobernador Francisco Pérez homenajeó al Padre Llorens. Fue a través de la puesta en valor del monumento que se erigió en el Barrio San Martín.

El gobernador de Mendoza, Francisco Pérez, presentó el monumento en homenaje al Padre José María “Macuca” Llorens, en el Barrio San Martín, junto a vecinos de la comunidad, alumnos y docentes de las escuelas del barrio y a Daniel Jiménez, escultor. José María Llorens –popularmente conocido como “Macuca”- fue uno de los sacerdotes más queridos y respetados en el país. Era jesuita y concretó una de las obras más trascendentes de la tendencia conocida como “Opción por los pobres”: la transformación de un basural en el Barrio San Martín. Durante el acto, Pérez comentó que “la transformación del Barrio San Martín fue algo que se adelantó a las conferencias de Medellín y Puebla y al Concilio Vaticano II, ya que ese ‘Primero la casa de los hombres, después la de Dios’ que tanto promulgaba Macuca se realizó. Al principio, ni él ni las 70 personas que componían el basural imaginaban el barrio que existe actualmente, donde habitan casi 30 000 personas”.

Al acto, donde se presentó la obra realizada por el escultor Daniel Jiménez, asistieron, además de los vecinos del Barrio y los alumnos de la Escuela, una de las impulsoras junto a Macuca, María Ruiz, quien fue directora de la Escuela P y PS Nº05 “Padre José María Llorens”, hasta hace dos años. La actual directora del secundario, Gilda Aguirre y Liliana Carrión. Luego, el gobernador Francisco Pérez recorrió el Centro Educativo Padre José María Llorens donde dialogó con alumnos y docentes del establecimiento. Este centro de formación y apoyo educativo, en 1989 pasó a ser una escuela primaria común, y en 2001 inició el nivel secundario, garantizando a todos sus alumnos una profunda y sólida formación personal y social que les permita insertarse en la sociedad como personas responsables, reflexivas, críticas y solidarias, comprometidas en el servicio a los demás.

El Padre LLorens

El sacerdote jesuita llegó a Mendoza en 1958 trayendo la experiencia de los “sacerdotes obreros” aprendida de la obra del jesuita Alejandro del Corro. Por esa época dirigía a grupos de estudiantes secundarios de Acción Católica que ayudaban en la construcción de casas de un barrio obrero en las afueras de Buenos Aires. Eligió vivir en el Barrio San Martín en la Navidad de 1964, acompañando un proceso de organización comunitaria, conformando la cooperativa con la que se construyeron gran parte de las viviendas del Barrio. Macuca se expresaba siempre en plural. Decía que para poder concretarlo “fue que aprendimos a vivir fuera de la ley”. Así se llamó su libro: Opción fuera de la ley. Porque para la ley, esa población no existía. Entonces él decía: “Lo que no se pudo hacer de día, se hizo de noche». Así, por tres años se fue “robando” luz, agua, arreglo de calles, reparto de lotes, todo sin aprobación, hasta que, tras constancia y organización, finalmente las cooperativas lograron la remodelación urbana. Un capítulo aparte merece la relación de Macuca con los jóvenes universitarios. Era una verdadera “aventura cristiana” que despertó la vocación de muchos profesionales, que militaban por meses y años en el Barrio San Martín ofreciendo sus servicios a cambio del bien recibido. Fue uno de los dirigentes más importantes para que se consolide en la zona oeste de la Ciudad de Mendoza una rica tradición de organización comunitaria, que está presente en estos tiempos: bibliotecas populares, centros de jubilados, uniones vecinales, clubes y emprendimientos de la economía social. En lo educativo fue impulsor del centro que hoy lleva su nombre, iniciado en 1979. Surgió como un centro de formación y apoyo educativo, dando respuesta a una necesidad de las familias del Barrio, para que sus hijos pudieran concluir la escolaridad obligatoria. En 1989 pasó a ser una escuela primaria común y en el año 2001 se inició el nivel secundario. Este constante progreso comunitario permite hoy a sus estudiantes y sus familias acceder a una profunda y sólida formación personal y social.

Pocas experiencias comunitarias en la historia reciente de Mendoza han sido tan movilizadoras como la de Llorens desde el punto de vista social. Y siguen presentes en la memoria y en las prácticas de esta querida comunidad del Barrio San Martín. Macuca Llorens murió el 19 de noviembre de 1984 en Buenos Aires, pero seguía viviendo en una piecita de la parroquia del Barrio San Martín. Él eligió que sus restos mortales descansen en su parroquia “Virgen de los Pobres”, por la que tanto trabajó después de que los “hombres tuvieron su casa”, en la intersección de las dos calles principales del barrio, una de esas calles lleva su nombre como justo homenaje a su fecunda obra y nos lo recuerda a cada paso que damos.

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