María de Itatí: “Mirá Nuestra Orfandad, Curá Nuestro Dolor”

La ciudad de Itatí, reconocida por el Santuario Mariano que congrega a miles de devotos de la Virgen, ha sido protagonista de una serie de conflictos relacionados con la problemática del narcotráfico, la corrupción y la falta de compromiso de las autoridades con el bien común de la población. Esta situación ha generado, también, denuncias cruzadas dentro de la Iglesia, siendo cuestionado su proceder (para ampliar información). El Jesuita Humberto González, oriundo de la ciudad se ha expresado en repetidas ocasiones y a través de diferentes medios al respecto. Compartimos aquí su última publicación.

Por Humberto González SJ

Sabíamos que sacar a la luz el problema del narcotráfico en Itatí no iba a ser gratis: dudas, acusaciones, profundo dolor y rótulos innecesarios fueron parte del precio de que se conociera lo que hace mucho se sabía y nadie pudo enfrentar hasta ahora.

Un Juez de Capital Federal interviniendo, fuerzas de seguridad nacional tomando el pueblo, periodistas instalados, y autoridades detenidas, pareció ser el signo de una invasión. En el medio, el interés comercial de algunos que se enojaron porque con esto nadie más va a venir a compra ¿Y la verdad? El tiempo parece ser el encargado de mostrarnos dónde está

Este viernes 24 de marzo se vivieron reacciones contradictorias en coincidencia con el día de reflexión nacional sobre la memoria, la verdad y la justicia. Una marcha convocada para pedir por la libertad del intendente Terán encolumnó el reclamo por los “detenidos injustamente”. Jamás sabremos si fueron pocos o muchos los que participaron, pero fue la primera reacción numerosa a los hechos del 14 de marzo y concluyeron frente a la Basílica.

En las horas previas, durante y después, la denominada “batalla 2.0” tuvo su expresión en las redes sociales con acusaciones mutuas y defensas que intercambiaron denuncias de que hubo gente obligada a participar, proclamas del pueblo, vergüenza y dignidad…

Se habló de injusticia, mientras otros mostraban que ciertos “referentes comunicacionales” que se presentaban como periodistas independientes no eran más que voceros pagos. Y en definitiva todo esto no hizo sino manifestarnos un Itatí dividido por hechos, acontecimientos y personas. El viejo adagio “divide y reinarás” parece querer adueñarse de esta realidad. Entonces sólo queda aconsejar a la distancia la paciencia para aguardar.

Esperar a que la justicia hable, a que las pruebas digan, a que las sentencias señalen. No se puede adelantar, sólo acompañar a los que sufren en este tiempo la humillación de sus seres queridos, y a quienes han sufrido en estos años las nefastas consecuencias de nuestro pueblo estafado por el narcotráfico reconocido por todos.

Que la justicia hable. Que se acabe el narcotráfico de una vez, y que esto nos sirva de lección y aprendamos a cuidarnos del dinero fácil, del silencio cómplice, del poder corrupto y de la división estéril (que apoyada en la ignorancia) nos enfrenta y puede matarnos.

La mirada siempre terminará en Ella, la Dueña del pueblo, la que sabe y se hace cargo de sus hijos, incluso los delincuentes. A Ella en este tiempo le pedimos que se haga cargo.  Le decimos con las palabras del Paí Julian: “Mirá nuestra orfandad… curá nuestro dolor”

Fuente: ciberfogon

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