La Storta: Proyecto de Inserción Comunitaria

«Para Aquellos que más se quieran afectar»

Pocas millas antes de llegar a Roma, entra Ignacio en una pequeña Iglesia de La Storta, media derruida, y haciendo oración irrumpe en su alma una gran ilustración que jamás se podría olvidar. Laínez, uno de los compañeros que iba con él, nos informa: me dijo que le parecía que Dios Padre le había impreso en su corazón estas palabras: «Yo os seré propicio en Roma». Despues dijo que le parecía ver a Cristo con la cruz a la espalda, y el Padre eterno cerca de él que le decía: «Yo quiero que tú nos sirvas». Y por esto, tomando gran devoción a este Santisimo nombre, quiso llamar a la Congregación la Compañía de Jesús.

En la experiencia de La Storta queremos nosotros, cristianos ignacianos, re editar la experiencia fundante que Ignacio vivió, donde Dios se le revelo y lo invitó a emprender grandes cosas en Su servicio.
Así, buscamos en esta casa, que sea el mismo cristo quien se vincule a nosotros de una manera más íntima, más profunda.
Por ello venimos a vivir en comunidad y a compartir un tiempo de profundización apostólica y espiritual. Y todo esto, atravesado, por la cercanía de nuestros hermanos más necesitados y más pobres.

Este año varios jóvenes se sintieron invitados a VIVIR

Storta2 dic 2014

EN LO COMUNITARIO
Cada participante se compromete a compartir su tiempo, su agenda, sus energías, de
acuerdo a las necesidades de cada comunidad. Obviamente, cada uno sigue también
con su vida y agenda personal, pero ésta queda supeditada a las necesidades e
instancias comunes. Se espera que ambas agendas, la personal y la comunitaria,
puedan coexistir desde un discernimiento compartido que ayude a todos a vivir los
objetivos de la experiencia, sin descuidar la propia vida, espacio y tiempo vital.

EN LO ESPIRITUAL
Se propone una vida intensa de oración y discernimiento espiritual. El Señor es un
ACTOR fundamental en esta experiencia, que ha de tener un espacio diario de
relación especial con Él.
Existen a destacar tres instancias fundamentales y obligatorias en cuanto a esta
dimensión:
· Examen-pausa ignaciana
· Reuniones semanales
· Testimonios

EN LO APOSTÓLICO
La comunidad como tal es quien asume la misión apostólica, y no cada uno a “título
personal”. Por lo que cada miembro deberá disponer de tiempo (cuantitativa y
cualitativamente significativo) para atender a las necesidades de los chicos/as de La
Huella (se plantea en este momento un mínimo de 4 horas semanales por joven).
Durante el tiempo de la experiencia, esos chicos/as son su PRIORIDAD APOSTÓLICA.

Mirá testimonio de Diego Migues, coordinador de castores, de lo que significó su pasaje por La Storta, en el Hogar La Huella.

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