Misión Concepción – Corrientes

Alberto Echavarría Zalazar nos regala su testimonio de la Misión Concepción, organizada por los jóvenes de la Iglesia Jesús Nazareno, en Corrientes. La experiencia se llevó a cabo desde el 21 hasta el 26 de Julio. 

Por Alberto Echavarría Zalazar

La Misión Concepción que hicimos fue para mí, una apertura hacia algo nuevo. Aunque ya había misionado antes, esto fue diferente: me sentí siempre en familia. Con los chicos con los que compartía el día a día en la comunidad, en los grupos… en el compartir, cotidiano y desde lo profundo, de nuestra vida, sentí como Jesús también me misionaba.

Creo que lo que me ayudo a la hora de misionar, era la oración por las mañana. Las meditaciones que el P. Néstor nos brindó me comunicaban un Cristo vivo e itinerante, en medio de la gente, comprometido con sus historias de lucha, de subidas y bajadas, de tristezas y de alegrías.

Por la tarde me tocó estar en el Grupo de Jóvenes. Allí me encontré con chicos con búsquedas muy similares a las mías. Querían encontrarse con otros jóvenes con quienes hablar de su modo de vivir la fe, sin miedo a nada. Y que además, estaban deseosos de sentir y gustar la presencia de Dios en todo y en todos.

Al finalizar el día, en el examen, poníamos en común la experiencia que cada uno había hecho de ese día  y las historias que la gente  nos había compartido. Este momento resultaba clave para el desarrollo de la misión. Porque decantábamos lo vivido, lo escuchado y lo que esto había generado en nosotros. Esto volvía a encender en nosotros el fuego misionero, que nos animaba cada día a levantarnos y a salir al encuentro con más ganas que el anterior.

Puedo decir que esta ha sido la mejor experiencia de misión que he tenido. A lo largo de ella, el protagonista fue, siempre y sin lugar a dudas, Jesús; que en el rostro de tanta gente me mostraba su lado más pobre, humilde, libre y alegre. El descubrir esta presencia,  fue para mí una invitación a encontrar esa felicidad en el Señor, que habita cada corazón que se abrió a nuestro encuentro.

 

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