Rafael Moreno Villa SJ nuevo Delegado para la Misión de la CPAL

El P. Rafael Moreno Villa, SJ es uno de los tres Delegados para la Misión que desde el mes de marzo del 2017 se ha unido al equipo ejecutivo de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y El Caribe (CPAL). De ahora en adelante será el responsable de acompañar cinco redes: la Red Latinoamericana de Parroquias Confiadas a la Compañía de Jesús (RELAPAJ), la Red de Jesuitas con Migrantes, la Red de Solidaridad Indígena, la Red de Centros Sociales y la Red de Comunicación (radios, editoriales y otros medios).

La Oficina de Comunicaciones de la CPAL le ha hecho una entrevista en la que habla de cómo se proyecta para ejercer su función en este nuevo cargo dentro de la Conferencia Latinoamericana.

Luego de su participación en el encuentro ImPACtando, ¿qué desafíos considera que tendrá el sector social en los próximos años?

Lo que por ahora veo cómo desafíos, los clasificaría en dos perspectivas: la primera desde el punto de vista procesal interno que nos atañe a nosotros y nuestras obras: debemos aprender a hacer discernimiento en común. Hasta ahora tenemos poca experiencia de hacerlo colectivamente. La Congregación General y el Padre General nos insistieron mucho en que nuestro modo de proceder apostólico incluya el discernimiento en común, planeación, evaluación; todo ello con el objetivo de incidir más. Creo que debemos en-red-darnos cada vez más, unirnos más en redes y hacerlas más intersectoriales. Es, además muy importante crecer más en colaboración entre el Cuerpo Apostólico (jesuitas y otros/as) y también con otras obras y personas que no sean de la Compañía. Por último creo todo esto ha de estar orientado a tener una mayor incidencia, un mayor impacto en beneficio de los excluidos.

La segunda perspectiva es más hacía afuera, como Misión: Para ello habrá que promover una mayor visión latinoamericana y caribeña. Hasta ahora tengo la impresión que sí estamos más o menos articulados entre nosotros. Sí hay una colaboración interprovincial, pero cada quien sigue viendo su realidad desde una perspectiva muy pequeña y muy nacional; entonces pienso promover la identificación de algunos ejes o tendencias más importantes comunes y en las que podamos converger para que eso nos dé una mayor visión latinoamericana. Lo segundo, sí creo que debemos contribuir con nuestro granito de arena para la elaboración de una alternativa al modelo de desarrollo capitalista, que tanto daño nos está haciendo. El Papa en su Encíclica Laudato SI, ha insistido mucho en eso y creo que las obras de la Compañía como Cuerpo Apostólico tenemos algo que contribuir en ese sentido. Tercero, también muy inspirado en el Papa Francisco, integrar en nuestro compromiso social la perspectiva ecológica: que realmente afrontemos una crisis que no es sólo social, sino socio ambiental, y contribuyamos para reducir esta crisis.

¿Cuáles son los principales desafíos en las redes: de indígenas, de migrantes y de centros sociales?

La que más conozco es la Red de Migrantes, que ya es intersectorial; a ellos lo que les sugeriría es actualizarse porque últimamente ha cambiado mucho la naturaleza y la trayectoria de los flujos tanto migratorios como de desplazamiento forzados en América Latina y El Caribe; y segundo: tener mayor incidencia a nivel latinoamericano. La otra, que conozco un poco menos, es la Red Indígena; y me parece que tienen que hacer un esfuerzo por ser una red más intersectorial. Para la Red de Centros Sociales, que está subdivididas en varias redes o programas, sí creo que hay que profundizar más en el aspecto de investigación e incidencia de los centros y en ese sentido va a ser muy importante la articulación con las redes del sector educación: AUSJAL, FLACSI y Fe y Alegría.

¿Cuáles son los principales desafíos de la Compañía de Jesús en el Territorio Amazónico?

Veo cuatro retos internos. El primero es: tener una visión más amazónica, me parece que hasta ahora tenemos una visión atomizada. Hemos de favorecer una visión conjunta con todas las obras que están en la Amazonia. El segundo es: promover una mayor integración de nuestras obras en la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) que ya existe, que me dio muy buena impresión y está teniendo impacto en la Amazonia. Desde allí podemos colaborar más con otros y dar nuestro humilde aporte, en lugar de crear una red aparte. También tengo la impresión que es tan grande el desafío de la Amazonia para el mundo y sobre todo para América Latina que nuestras obras ubicadas en la Amazonia deberíamos hacerlas más interprovinciales para tener mayor impacto. Finalmente creo que hay que escuchar más a los pueblos indígenas y hay que preguntarles en que podemos servirles.

¿Qué expectativas tiene ante este nuevo rol y cómo jesuita qué puede aportar ante su experiencia?

Estoy convencido de la necesidad de enredarnos más en un mundo tan globalizado. Promover la máxima articulación posible va hacer quizás uno de mis principales aportes o impulsos que yo quisiera dar. Mientras más nos articulemos entre nosotros y con otros, mucho más podemos contribuir. Para ello quero aportar los aprendizajes que adquirí durante más de 15 de años de experiencia en la formación de la RJM.

FUENTE: CPAL SJ

 

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