SJR: La educación no puede esperar

Servicio Jesuita a Refugiados (SJR), que trabaja en algunos países de América Latina, participó de la Cumbre Humanitaria Mundial de Estambul. Allí presentó un informe sobre la importancia de la educación para quienes se han visto desplazados de su lugar de origen por cuestiones de emergencia.

El Servicio Jesuita a Refugiados (SJR) se congratuló por el compromiso de la comunidad internacional con la educación expresado en la Cumbre Humanitaria Mundial de Estambul. El fondo “La educación no puede esperar” sigue los pasos de la Iniciativa Global de Educación del SJR impulsada en diciembre pasado.

Desde su fundación en 1980, el SJR ha puesto especial cuidado en garantizar que los más vulnerables tengan acceso a la educación, independientemente de sus circunstancias. Trabajando ya sea en las más recientes situaciones de emergencia, como Siria, ya sea en situaciones de desplazamiento prolongado como las del Chad, Etiopía y Kenia, el SJR está en condiciones de ofrecer una visión bien fundamentada y rigurosa en cuanto a la prestación de programas educativos eficientes y de calidad para los desplazados forzosos.

El SJR puso en marcha la campaña Mercy in Motion 2016, en diciembre de 2015. Durante 35 años, el SJR se ha centrado en la educación como un medio para construir la paz y fomentar el desarrollo de sociedades más resilientes y cohesionadas. Los fondos recaudados por la campaña Mercy in Motion ayudan a implementar la Iniciativa Global de Educación del SJR, que tiene como objetivo una expansión sostenida de los programas de educativos formales e informales: desde la escuela primaria hasta la universidad, pasando por la formación profesional y la preparación del profesorado.

Educación en situaciones de emergencia

En el informe ‘Ofreciendo esperanza, invirtiendo en el futuro: la educación en situaciones de emergencia y crisis prolongadas’  , el SJR reafirma que la educación es una intervención que salva las vidas de niñas, niños y adolescentes que se han visto desplazados por la fuerza de sus hogares. Durante décadas, en las situaciones de emergencia en las que muchas agencias proporcionaron ayuda humanitaria básica, el SJR ha estado sobre el terreno organizando actividades educativas y recreativas para curar traumas, promover la dignidad humana, y desarrollar habilidades.

Hoy, más de 75 millones de niñas, niños y jóvenes han visto interrumpida o destruida su educación por situaciones de emergencia y crisis prolongadas. Los ataques a las escuelas, las guerras, los desastres naturales y la mayor crisis de refugiados desde la II Guerra Mundial han aumentado la necesidad de brindar educación en situaciones de emergencia.

“La educación no puede esperar’ es un importante paso adelante para ayudar a garantizar que los más vulnerables y marginados tengan acceso a la educación”, dijo el director internacional del Servicio Jesuita a Refugiados, P. Thomas H. Smolich SJ, en Estambul. “El SJR sabe que la educación siempre forma parte de cualquier situación de emergencia”.

La educación ofrece a los refugiados que pueden reasentarse las herramientas para contribuir a sus nuevas comunidades e integrarse plenamente en ellas; y a aquellos que pueden volver a sus hogares, reconstruir sus propios países.

Fuente: CPAL Social

 

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