Como la Moneda
Los Rostros de la Opción
Es como la moneda, pero tiene más de dos caras.
No se puede imaginar, no se puede graficar.
Sólo se puede ir escribiendo pero sin palabras.
Es el misterio y el sentido que el misterio tiene.
Es invitación, protagonismo y plenitud.
Conviene tener presentes todos los distintos rostros:
del amor, del carisma, de la soledad, del abandono,
de la confianza, de la cercanía,
del todo a cada paso.
Del desierto vuelto oasis, del oasis vuelto desierto
para más y distintos encuentros.
Es la búsqueda del orden del amor
en relación con aquél, que para darse a conocer
sólo le basta decir «yo estoy»
Haciéndose presente en todo su hogar
cuando apenas le preguntan ‘¿dónde vives?’
Así compartimos la vida, refundamos la opción.
Aceptamos sus rostros, los miramos, dejamos que nos miren
para seguir descubriendo el rostro propio nuestro.
Aprendiendo así a vivir el amor.
Marcos Alemán Sj