Adiós al Padre Kolvenbach
El jesuita hindú Cedric Prakash cuenta como se vivió el último Adiós al Padre Kolvenbach, cuyo funeral, celebrado en Armenia, contó con la presencia de innumerables jesuitas, el nuncio Apostólico enviado con un mensaje del Papa y representantes de la Iglesia Ortodoxa.
Por Cedric Prakash
Fue un funeral que tuvo de todo: desde lo simple a lo solemne.
El P. Dany Youness, provincial de la Provincia del Próximo Oriente presidió la celebración que tuvo al P. General, Arturo Sosa SJ como con-celebrante (lo que a Peter-Hans hubiera encantado).
Patriarcas y Obispos, jesuitas, sacerdotes diocesanos; estudiantes y profesores; ministros del Gobierno y gente de a pie, todos estuvieron allí presentando sus respetos a un hombre que hizo del Cercano Oriente su hogar, haciéndose uno más en la cultura y tradición Armenia.
El P. Sosa destacó que Kolvenbach fue, a la vez, un padre y un hermano para todos. Un auténtico hombre de Dios.
El Nuncio Apostólico leyó un cálido mensaje de Su Santidad en el que destaca que el P. Kolvenbach siempre será recordado por una fidelidad íntegra a Cristo y su Evangelio y por su devoto servicio a la Iglesia Universal. Los elogios de los Patriarcas Armenio y Maronita desbordaban devoción por él.
El cortejo, en la tarde, al dejar la Iglesia del St Joseph’s Jesuit Centre hacia Notre Dame in Jamhour, enfrentó una fuerte tormenta eléctrica y una densa lluvia. Alguien destacó que hasta los cielos se sumaron al llanto por la muerte un ‘alma grande’… pero rápidamente se escuchó en respuesta: ‘hoy es el cumpleaños 88 del P. Peter y hay fiesta en el cielo, por lo que así como vivió, también hoy nos envía una ‘lluvia de bendiciones’ a esta tierra que esperaba sedienta la lluvia después de un par de meses de sequía’. Quizás ambos estén en lo cierto.
A medida que el cuerpo de nuestro recordado P. Peter-Hans Kolvenbach descendía en la tierra del Cementerio de Notre Dame in Jambour ya nadie pudo contener las lágrimas que brotaron espontáneamente de nuestros ojos: un ser humano maravilloso, un gran jesuita, un santo de nuestro tiempo.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!