Sobre la Libertad de Educación

Algunas cuestiones sobre las que reflexionar frente al debate entre educación pública y privada.

Por Agustín Domingo Moratalla

En las reflexiones habituales sobre la digitalización de las empresas y servicios se suele pasar por alto aquellas condiciones estructurales que hacen posibles los procesos de cambio en una sociedad democrática. De hecho, somos capaces de cuestionar el sistema político o económico sin valorar o defender las libertades básicas que lo hacen posible, como si la libertad de expresión, de pensamiento o de asociación hubiera surgido de la nada. Con el derecho de los padres a la libertad de educación surge algo parecido porque algunos creen que los niveles de pluralismo conseguidos resisten la supresión de algunos derechos fundamentales.

En algunos colegios concertados de nuestro país, muchos profesores comparten posiciones sindicales y políticas contrarias al sistema de conciertos y contrarias al derecho constitucional de la libre elección de centro. Hasta ahora, en los claustros y reuniones habituales de la comunidad educativa nos encontrábamos con padres y profesores que trabajando o llevando a sus hijos a centros concertados, mantienen el discurso habitual del izquierdismo educativo resumido en el lema de una escuela “única, pública y laica”. Estos padres y profesores se permitían la osadía y el lujo de dispararse en los propios pies e incluso tirar piedras contra su propio tejado, como si sus convicciones educativas no tuvieran consecuencias prácticas y sus opiniones fueran simples ejercicios retóricos que no irían contra sus propios intereses.

A partir de ahora, las cosas están cambiando porque muchos profesores y padres están comprobando que la batalla contra la libertad educación iba en serio, es decir, que las convicciones educativas que habían mantenido hasta ahora conllevan el cierre de centros educativos y, lo que parecía increíble, dejar en el paro a muchos profesores y trabajadores de los centros concertados. Lo más curioso es que al reducir unidades, al suprimir los conciertos y al simplificarse sectariamente la oferta educativa, muchos profesores y padres creían que lo que ellos habían votado no les afectaría a su vida cotidiana.

El horizonte previsible de un Pacto Educativo no puede limitarse a una simple negociación o intercambio de datos para evitar la guerra entre los defensores de la escuela “pública” y los defensores de la escuela de “iniciativa social”. Tampoco puede limitarse a una simplificación de los términos entre privatización o estatalización, entre defensa de idearios educativos y la planificación centralizada.

Si hoy muchos líderes sindicales y políticos pueden defender con pasión cualquier modelo de política educativa no se lo debemos a los grupos o partidos políticos que en el proceso constituyente quisieron implantar el modelo de escuela “única, pública y laica”. Se lo debemos a tradiciones políticas que hacen memoria de textos básicos como la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) o el pacto por los Derechos Sociales y Económicos (1966) que garantizan el derecho de los padres a escuelas distintas a las creadas por las autoridades administrativas.

El conjunto de la comunidad educativa debería reclamar a los líderes sindicales y políticos mayores dosis de memoria y responsabilidad. Si queremos reducir las desigualdades, promover la cohesión social y trabajar por la justicia social necesitamos un sistema educativo que garantice la libertad de enseñanza de los padres. En la era digital, los agentes sociales están llamados a desempeñar una función crítica, reflexiva y responsable. Esto sólo es posible en sociedades abiertas que tienen constitucionalizada la libertad de elección en el ámbito educativo, en sociedades capaces de promover un pluralismo inclusivo, en definitiva, en sociedades dinámicas e innovadoras con capacidad para favorecer tanto la solidaridad como la responsabilidad.

Fuente: Entre Paréntesis

7 Puntos sobre la Posverdad en Redes Sociales

Para reflexionar sobre la importancia de la opinión pública y las mediciones mediáticas en la producción de contenidos y reproducción de modos de pensamiento, al tiempo que son reflejo de una creciente fragmentación de públicos y aislamiento de los grupos por gustos y opiniones.

Por José Fernando Juan

Cuando hablamos de posverdad nos referimos a un discurso público, generalizado sobremanera en los últimos debates, en los que se va más allá de la verdad. El primer objetivo, al modo de los antiguos sofistas, es conectar con las emociones y sentimientos del auditorio, alcanzar su situación vital. Y una vez hecho este esfuerzo, ganando su credibilidad (o credulidad), construir un relato que explique, sin culpa alguna ni responsabilidad de su parte, el origen de sus circunstancias.

Sobre esta cuestión, y de aquí el título, tiene mucho que decir el contexto digital en el que nos movemos y el modo como hoy llega y se transmite la información. Un fenómeno esencial a nuestros tiempos es que el receptor se convierte en difusor a su vez, en elemento de la cadena de masas. Siempre fue así, de algún modo, pero nunca antes de forma tan potente y con semejante alcance.

Cómo se muestra la posverdad en redes sociales

Los lenguajes comprimidos. A pesar de la valía de Twitter en muchos sentidos, hay que reconocer que infinidad de cosas no se pueden concentrar en 140 caracteres. Se presta a muchas confusiones, a malentendidos o visiones parciales. Pero mucho menos en un #hahstag. Sin embargo, son estos últimos los que crean tendencias de opinión y corrientes que se van polarizando.

Los lenguajes visuales. Hoy como nunca sabemos transmitir con imágenes. Cualquiera puede hacerlo, con o sin texto. Y según qué perfil de edad, es su mensaje preferido, aquel que acogerá con mayor agrado. Estos lenguajes, como ya sabemos, son fácilmente manipulables y sólo destacan una parte. Pero se convierten en virales, pasan de mano en mano a través de teléfonos móviles inteligentes de última generación. Su potencial es inmenso.

Estudiamos las tendencias de masas. A diferencia de los datos que podían en otros tiempos reflejar las encuestas, hoy existen millones de datos en la red dispuestos a ser analizados. El oficio de “caza tendencias” ya no es un ojeador que pasea por la calle, sino que mira de forma general en internet descubriendo talentos. Y de igual modo los analistas de big-data ponen todo su conocimiento al servicio del estudio preciso de aquello que “el común”, “la inmensa mayoría” quiere escuchar, o de lo que se siente parte, o de sus frustraciones y necesidades.

Aumenta el ruido social. Otro aspecto a considerar es la profusión ideológica, constante y continua. Determinadas redes sociales, con que tengan dos usuarios muy activos en una dirección, te obligan al menos a pasar los ojos por contenidos del todo escandalosos o exagerados, sin oportunidad de réplica. Se producen miles de tweets en torno a un #TT, y hay #TT diariamente en diferentes ámbitos o regiones del mundo. Lo cual significa que se habla mucho de lo mismo, con etiquetas por sí mismas ya tendentes, cuando no directamente ideologizadas. Cada comunidad busca demostrar que es “más” influyente que las otras, como si el número fuera lo que realmente da significado a lo que se defiende. La verdad se mide en cantidad, en los tiempos de la posverdad, no de la cualidad o competencia de quien la propone o la busca..

En encierro en “lo propio”. Las comunidades digitales cerradas, que como he dicho en otras ocasiones tienen a formarse en estos aparentes espacios abiertos y plurales, se retroalimentan a sí mismas. La radicalización en los medios digitales y redes sociales es un hecho comprobado en todos los ámbitos de la vida. Nos volvemos “más” de la pata de la que cojeamos con anterioridad a fuerza de leer contenidos en la misma dirección y ver cómo otros muchos la apoyan, de modo que se pierde el interés por el diálogo con el otro, que piensa diferente.

Conformismo de sofá. Pasamos rápidamente de un tema a otro, creyendo haber hecho algo. Firmamos peticiones, que aunque sea una denuncia valiosa no puede ser el último paso que se dé. Como tampoco compartir el hartazgo con la corrupción o la violencia resulta determinante en el contexto social sin una acción ulterior. La acción suele ser nuestra palabra más seria en un asunto, porque hemos dejado de tomar en serio nuestras palabras.

Emotividad, a flor de piel. La cultura visual impulsada por redes sociales como YouTube tienen también mucho que ver en esto. Vídeos fragmentados, discursos que cautivan al auditorio. Vende la conferencia breve y vacía de contenidos, cuyo objetivo es decir lo estupendo que es quien escucha.

Fuente: Entre Paréntesis

Motivando a los Millenials

¿Quiénes son los Millenials? ¿Qué los caracteriza? ¿Cómo trabajar con ellos y no fracasar en el intento?

Escrito por Saunier Ortiz

Debemos a un conocido artículo de la revista Time del año 2013 (Millenials: The Me Me Me Generation) la más conocida y tópica descripción de la generación de los nacidos aproximadamente entre 1984 y 2000, la denominada Millenial. De él entresaco este provocador párrafo:

“La revolución social de los millenials es la más inquietante y excitante desde la de los baby boomers, no porque pretendan tomar el control de lo establecido, sino porque están creciendo sin ninguno. La revolución industrial hizo a los individuos más poderosos: podían trasladarse a una ciudad, montar un negocio, entender y formar organizaciones. La revolución de la información ha dado un poder aún mayor a los individuos al dotarles de una capacidad tecnológica con la que competir contra mega-organizaciones: hackers vs. corporaciones, blogueros vs. prensa, terroristas vs. estados nacionales, youtubers vs. estudios, creadores de apps vs. industrias completas. Los millenials no nos necesitan. Por eso les tememos.“

¿Es así? ¿Por qué? ¿Qué rasgos atribuyen los expertos a las personas de esta generación para que asusten? Centrándonos tan solo en las que tienen que ver con el ámbito laboral, salvando las distancias culturales entre unos países y otros, y sin entrar en valoraciones, podemos destacar estos que los distinguen de las anteriores:

  • Gozan de una mayor conciencia (justificada o no) de su valía personal. Se consideran aptos para tomar la iniciativa y liderar proyectos.
  • Consideran que merecen y tienen el derecho a proponer y hacer. Y lo reclaman.
  • Valoran la comunicación directa de forma especial y desconfían de las pautas, los usos y las jerarquías.
  • Tienen una especial dificultad para reconocer lo que desconocen y aceptar sus errores.
  • Sienten una mayor urgencia en publicitar sus logros y en ser reconocidos.

Los expertos en el análisis social sostienen que la excesiva autoestima de los millenials, aunque pueda ser beneficiosa para intentar ser emprendedores o conseguir un puesto de trabajo, está siendo un obstáculo a la hora de desempeñarlo o mantener el impulso inicial. El entorno no permite un desarrollo profesional sin baches; la consideración ajena (en especial la de los mandos) no acompaña frecuentemente la buena imagen personal; y el desempeño de la propia tarea está plagado de incidencias y tareas rutinarias no siempre agradables o dignas de interés. Los datos muestran que los niveles de satisfacción laboral de los millenials son inferiores a los de anteriores generaciones. Y, donde es posible, la movilidad es bastante superior.

 102083_main_full

Una generación diferente

Por otra parte, debido a las condiciones productivas y económicas, muchos millenials viven a caballo entre las consideradas hasta ahora señas de identidad de la juventud y la adultez. Generación twixter, se les ha llamado, que no ha alcanzado la meta de sus ancestros: tener una casa y formar una familia con hijos a los veintitantos.

Esta diferente manera de comportarse debería ser un estímulo a la innovación. Veamos algunos datos significativos que impelen a hacerse un replanteamiento:

Son la primera generación cuyas relaciones interpersonales y cuya construcción de la propia identidad está fuertemente mediada por la tecnología. A partir de ahora, habrá que contar con estos rasgos a la hora de relacionarse en el trabajo porque la influencia tecnológica no va a disminuir.

Guste o no guste, su deseo de logro, su ejercicio de la crítica, la insatisfacción que les producen ciertas soluciones tradicionales y su necesidad de protagonismo van a ser factores a tomar cuidadosamente en consideración a la hora de coordinar, delegar y comunicar. Será necesaria una renovada inculturación de las estrategias de liderazgo porque son personas con otras perspectivas e intereses.

Que son una generación bien preparada intelectualmente es algo reconocido, aunque quizá lo sea menos que están considerados por los expertos más hábiles que las anteriores a la hora de detectar qué se quiere en el mercado y que se mueve socialmente. Están asimismo dispuestos a asumir responsabilidades y riesgos.

Su fidelidad a personas, proyectos y organizaciones no puede darse por lograda definitivamente. No son adeptos, son followers, con capacidad demostrada de migrar y elegir otra cosa si deja de interesarles lo que se les propone.

Por último, aunque pueda parecer paradójico, demandan feedback permanente. Y a diferencia con sus antecesores, prefieren alcanzar objetivos trabajando en red y no de forma solitaria. Una de sus metas, por encima incluso del ascenso personal, es compartir objetivos y tareas con personas afines.

Screen-shot-2013-11-19-at-10.09.06-AM

 ¿Cómo motivar a los millenials?

  1. No basta reclutar, hay que formar, acompañar y evaluar de forma permanente y sencilla. El empleo de un portfolio profesional (digital) donde el profesional establezca metas consensuadas con sus líderes. El papel directivo debe basarse en estrategias de alineamiento, pero desarrollarse con el estilo de un coach. Se trata de involucrar, no de mandar; de promover la participación creativa más que la gestión de lo organizado y pensado por otros.
  2. Conviene no perder el tiempo tratando de ajustar sus grandes expectativas a la realidad. hay que sustituirlo por el diálogo fluido y la escucha para contar con su punto de vista y con sus comentarios.
  3. Merece la pena comprender y emplear los medios de comunicación y expresión que usan, especialmente en las redes sociales.
  4. Hay que aprovechar sus virtudes innatas. Como señalan los que saben, a diferencia con las generaciones del hacer-hacer-hacer, los millenials piensan varios pasos por delante de la primera acción. Bien guiados, coordinados y evaluados, pueden ser un motor de cambio permanente y el cambio estratégico.
  5. Es necesario valorar y aprovechar su tendencia a publicitar sus logros para mejorar la imagen de todo el colectivo.
  6. Por último, la comunicación abierta, efectiva y frecuente es un requisito indispensable para mantener el compromiso con el fin de la organización. Tratándose de personas que valoran el trabajo colaborativo y la búsqueda de intereses mutuos por encima de las jerarquías, las estrategias e instrumentos tecnológicos de trabajo compartido y a distancia, que igualan roles y permiten una mayor flexibilidad laboral, pueden ser de gran ayuda.

En definitiva, personas de tiempos nuevos requieren motivaciones y liderazgos nuevos.

Fuente: Entre Paréntesis

TANI: Acompañar Procesos de Fe-Vida

El pasado fin de semana (18 y 19 de octubre) se llevó a cabo una nueva edición del Taller para Animadores de Núcleos Ignacianos (TANI). Este taller está dirigido a jóvenes que tengan algún rol de liderazgo o influencia dentro de sus núcleos, y tiene el objetivo de brindar herramientas que ayuden a ejercer este rol y amplíen el horizonte de posibilidades de respuesta frente a las diversas situaciones que pueden presentarse dentro de cualquier grupo.

Este año, el TANI tuvo un matiz diferente. Años anteriores la propuesta del ofrecía herramientas para conocer y analizar el funcionamiento de los grupos y el rol del líder dentro del mismo. Este año, la propuesta se generó desde el Centro Manresa (el Centro de Pastoral Juvenil y Vocacional en Córdoba, Argentina), DSCN8169y en ella se planteó la idea de trabajar a la luz de los ejes de la Red Juvenil Ignaciana: Formación Integral, Espiritualidad, Compromiso Apostólico y Vida Comunitaria.

El título del TANI este año fue “Acompañar Procesos de Fe-Vida” y estuvo dirigido, especialmente, a contemplar la integración (o desintegración) que se da entre lo que constituye la vida de fe de cada persona, con sus espacios de oración, sus actividades de servicio, etc. con el resto de su vida. Con esto se busca, por un lado, hacer hincapié en el tema de la coherencia, invitando a cada uno a preguntarse sobre el grado de comunión o disociación que puede haber entre la Fe (sus experiencias y actividades propias), y la vida cotidiana.

Por otro lado, el TANI tuvo como objetivo también, ayudar visualizar cuánto de estos procesos personales afectan la vida apostólica y de Fe.

Trabajo por etapas

El primer día, el trabajo se centró en los ejes de Espiritualidad y Formación Integral, por lo que tuvo un tinte más introspectivo. La invitación de este día fue a mirar la propia vida desde los deseos, en clave ignaciana y teniendo en cuenta algunas reglas de discernimiento de San Ignacio.

DSCN8003Este día la dinámica fue intercalando los espacios de trabajo personal, con los momentos de compartir en pequeños grupos y como comunidad.

El segundo día la invitación estuvo más dirigida a ‘mirar hacia afuera’ y preguntarse qué hago con esos deseos que atraviesan la interioridad de la persona y la definen.

El trabajo con los ejes de Compromiso Apostólico y Vida Comunitaria estuvo atravesado por una invitación a no vivir ensimismados, sólo contemplando lo que cada uno, individualmente, desea, hace y es; sino mirando a otros. Otros con quienes encontrarse para compartir, construir y ponerse al servicio.

En comunión con esta consigna, el trabajo en estas dos dimensiones no se limitó a la escucha atenta de los expositores, sino también a poner manos a la obra para generar material (imágenes, videos, audios, textos escritos) con el objetivo de transmitir algo de lo vivido a otros jóvenes.

María de Itatí: “Mirá Nuestra Orfandad, Curá Nuestro Dolor”

La ciudad de Itatí, reconocida por el Santuario Mariano que congrega a miles de devotos de la Virgen, ha sido protagonista de una serie de conflictos relacionados con la problemática del narcotráfico, la corrupción y la falta de compromiso de las autoridades con el bien común de la población. Esta situación ha generado, también, denuncias cruzadas dentro de la Iglesia, siendo cuestionado su proceder (para ampliar información). El Jesuita Humberto González, oriundo de la ciudad se ha expresado en repetidas ocasiones y a través de diferentes medios al respecto. Compartimos aquí su última publicación.

Por Humberto González SJ

Sabíamos que sacar a la luz el problema del narcotráfico en Itatí no iba a ser gratis: dudas, acusaciones, profundo dolor y rótulos innecesarios fueron parte del precio de que se conociera lo que hace mucho se sabía y nadie pudo enfrentar hasta ahora.

Un Juez de Capital Federal interviniendo, fuerzas de seguridad nacional tomando el pueblo, periodistas instalados, y autoridades detenidas, pareció ser el signo de una invasión. En el medio, el interés comercial de algunos que se enojaron porque con esto nadie más va a venir a compra ¿Y la verdad? El tiempo parece ser el encargado de mostrarnos dónde está

Este viernes 24 de marzo se vivieron reacciones contradictorias en coincidencia con el día de reflexión nacional sobre la memoria, la verdad y la justicia. Una marcha convocada para pedir por la libertad del intendente Terán encolumnó el reclamo por los “detenidos injustamente”. Jamás sabremos si fueron pocos o muchos los que participaron, pero fue la primera reacción numerosa a los hechos del 14 de marzo y concluyeron frente a la Basílica.

En las horas previas, durante y después, la denominada “batalla 2.0” tuvo su expresión en las redes sociales con acusaciones mutuas y defensas que intercambiaron denuncias de que hubo gente obligada a participar, proclamas del pueblo, vergüenza y dignidad…

Se habló de injusticia, mientras otros mostraban que ciertos “referentes comunicacionales” que se presentaban como periodistas independientes no eran más que voceros pagos. Y en definitiva todo esto no hizo sino manifestarnos un Itatí dividido por hechos, acontecimientos y personas. El viejo adagio “divide y reinarás” parece querer adueñarse de esta realidad. Entonces sólo queda aconsejar a la distancia la paciencia para aguardar.

Esperar a que la justicia hable, a que las pruebas digan, a que las sentencias señalen. No se puede adelantar, sólo acompañar a los que sufren en este tiempo la humillación de sus seres queridos, y a quienes han sufrido en estos años las nefastas consecuencias de nuestro pueblo estafado por el narcotráfico reconocido por todos.

Que la justicia hable. Que se acabe el narcotráfico de una vez, y que esto nos sirva de lección y aprendamos a cuidarnos del dinero fácil, del silencio cómplice, del poder corrupto y de la división estéril (que apoyada en la ignorancia) nos enfrenta y puede matarnos.

La mirada siempre terminará en Ella, la Dueña del pueblo, la que sabe y se hace cargo de sus hijos, incluso los delincuentes. A Ella en este tiempo le pedimos que se haga cargo.  Le decimos con las palabras del Paí Julian: “Mirá nuestra orfandad… curá nuestro dolor”

Fuente: ciberfogon

Para Reflexionar en Domingo de Ramos

A lo largo de esta semana santa compartiremos distintos materiales escritos por jesuitas de Argentina y Uruguay, con la invitación a no dejar pasar esta semana santa sin haber rezado, reflexionado y acompañado el camino de Jesús desde su entrada gloriosa en Jerusalén hasta su Resurrección en el Domingo de Gloria.

Por Patricio Alemán SJ

La liturgia de este día nos propone la lectura de dos textos del evangelio. Al comienzo de la celebración, alabamos la entrada de Jesús a Jerusalén con la bendición de los ramos. Luego, como evangelio del día, escuchamos la narración de la Pasión del Señor. Pasamos de acompañarlo con alabanzas, cantos de alegría y gestos de agradecimiento por su llegada; a escuchar su Pasión, teniendo actitudes similares a sus discípulos, movidos por el miedo o la incomprensión.

La Semana Santa es una ocasión para acompañar a Jesús desde su llegada a Jerusalén hasta su Muerte y Resurrección para que, en esa experiencia, nos dejemos interpelar en lo profundo de nuestro corazón. Se trata de un tiempo oportuno para dejarnos sanar y liberar de todo aquello que nos impide amar y amarnos como el Padre desea. Y así acercar nuestro corazón a tantas personas y realidades sufrientes, y salir de nuestra mirada estrecha y nuestro corazón encerrado.

Jesús entra a Jerusalén para celebrar la pascua judía junto a sus amigos y familiares. Ha enviado a algunos discípulos a que preparen la cena. Sabe que allí hay quienes desconfían de él y que están esperando la oportunidad para apresarlo. Sabe que su hora ha llegado. La hora de manifestar su Amor por los suyos hasta el extremo. Y eso mismo desea hacer Jesús al entrar en nuestros corazones: estar con nosotros, compartir la mesa y revelarnos su infinito Amor y Misericordia; no tiene miedo a lo que allí escondemos, a que lo rechacemos, lo entreguemos o lo abandonemos.

A veces deseamos que Jesús entre a nuestra vida y a lo profundo de nuestro corazón, pero sin “hacer lío”: que me traiga paz, pero que no me complique la vida. Que no me altere el corazón. Que no me hable de entregas, de cruces, de pasiones; de compartir o de amar hasta el extremo. Que se siente y se quede tranquilo.

Resulta un tiempo ideal para preguntarnos ¿cómo está mi corazón frente al de Jesús? Tal vez nos encontremos con un corazón dormido que no sabe cómo rezar o acompañar a Jesús; adormecido por la rutina, por el sin sentido y el tedio. O con un corazón lleno de dudas porque tiene miedo a perder la seguridad que ha conseguido, y por eso se esconde. O con un corazón cansado y dolido, que conoce de entregas amorosas pero que necesita ser reconfortado, abrazado y alimentado por el amor de Cristo.

El Señor no entra para juzgar, molestar o castigar. Al contrario: entra a Jerusalén -y a nuestro corazón, porque está dispuesto a ir hasta las últimas consecuencias para revelarnos Su amor; para compartir con nosotros Su vida, en medio de nuestros miedos y dudas. Para enseñarnos cómo amar a nuestra familia, a nuestros padres, a los hijos, a los amigos, a los enfermos, a los marginados y olvidados.

La entrada a Jerusalén -y a nuestros corazones, lo transforma todo: transforma nuestra mirada corta y egoísta en una mirada capaz de perdonar. Nuestras negaciones y traiciones en una invitación a volver a decir que sí. Nuestras cruces en lugares de vida.

Arturo Sosa SJ: El Horizonte de la Misión para América Latina

El Padre General de los Jesuitas, Arturo Sosa SJ, estuvo presente en ImPACtando, un encuentro en el que los jesuitas de América Latina y el Caribe, se han reunido para evaluar su misión, el desarrollo del Proyecto Apostólico Común (PAC) y re-lanzarlo tras haber revisado la puesta en acción de sus prioridades durante los años anteriores.

El Padre General en el discurso de apertura del encuentro, introdujo ideas que hacen al horizonte universal de la Compañía de Jesús.

Esta reunión se propone revisar lo andado en la misión para América Latina y el Caribe y establecer los pasos a dar en los próximos años. Mi intención es poner el horizonte universal en el que se mueve la misión en América Latina y el Caribe a partir del discernimiento de la Compañía de Jesús reunida en la 36ª Congregación General en octubre de 2016.

Las ideas que comparto a continuación no son nuevas, forman parte del largo proceso que sobre estos temas viene haciendo la Compañía.

Muchas de estas ideas las he compartido en reuniones en la Curia General y en la conferencia de Asia Meridional el mes pasado.

I. La misión en el corazón y el corazón de la misión.

1. La CG 36 vuelve a insistir en la razón de ser de la Compañía de Jesús y la Iglesia: somos llamados a estar con Cristo y ser enviados en misión.

  • Vida-Misión o Misión-Vida son, por tanto, las dos caras de la misma moneda de nuestra vocación cristiana y jesuita.
  • La misión es la reconciliación1 que nos lleva a la conversión para tener una vida coherente con ella.
  • Una misión que no es nuestra sino del Señor en la cual muchos participan.

2.  La reconciliación es el corazón de la misión de la Compañía de Jesús.

  • Así lo ha entendido la Congregación General 36ª continuando la reflexión de la Compañía a partir del Concilio Vaticano II y todo el camino recorrido como lo van expresando las Congregaciones Generales 31ª a 36ª.
  • Habría evocar, aunque sea en grandes trazos, como el Concilio Vaticano II vinculo la misión evangelizadora de la Iglesia a la atención de las condiciones sociales, económicas y políticas de la humanidad en el cambio de época que se vislumbraba.
  • Para ello la Iglesia tenía que: 1) Volver a sus raíces espirituales y recobrar su rostro de pueblo de Dios, servidora de la humanidad; y 2) Revisar sus relaciones internas, abriendo paso a la responsabilidad laical –pueblo de Dios- en la tarea evangelizadora acompañada por los Pastores al servicio de la misión
  • Los Obispos latinoamericanos reunidos en Medellín trazaron el mapa de la ruta a seguir en el continente. Ruta que se ha seguido con no pocas tensiones, resistencias, conflictos, avances y retrocesos.
  • La Compañía de Jesús se vinculó a ese proceso con el audaz liderazgo del P. Pedro Arrupe, elegido Superior General poco antes de finalizar el Concilio Vaticano II. El impulso a la renovación de la Compañía fue constante y tampoco faltaron las resistencias ni los conflictos.
  • La formulación de la misión de la Compañía de Jesús como la de un cuerpo frágil (pecadores-perdonados-llamados) al servicio de la fe y la promoción de la justicia culminó un largo proceso y orientó el camino a seguir en las próximas décadas.
  • Organizativamente dimos un primer paso al organizar las obras apostólicas en sectores apostólicos en cada Provincia que se fueron también relacionando con otras Provincias de la Región.
  • Nos atrevimos a dar algunos pasos de interprovincialidad.
  • Luego descubrimos que se trataba de dimensiones apostólicas. Lo social o la espiritualidad o la educación no se restringen a unas obras o sectores son, más bien, características de todos los apostolados de la Compañía.
  • Nos ha costado bastante entender cómo cada obra apostólica es un instrumento de la misión y cómo los sectores apostólicos no son compartimientos estancos sino, más bien, dimensiones transversales características del modo nuestro de proceder y presentes en todos los sectores apostólicos y en cada una de las obras.

3. Al reflexionar sobre la misión, la CG 36ª, dirige su mirada a la crisis que vive la humanidad actual.

  • El mundo vive una sola crisis que envuelve el modelo económico, las relaciones sociales y el deterioro del medio ambiente.
  • Se han establecido relaciones entre los seres humanos que llevan al abuso de las personas y de los bienes

4. La misión a la que somos enviados tiene la fe como fuente de la que nacen acciones al servicio de la promoción de la justicia a través del diálogo con las culturas y las religiones. El servicio de la fe se actúa en el ministerio de la reconciliación de los seres humanos entre sí y con la naturaleza creada que lleva a la reconciliación con Dios en Cristo.

5. Se nos invita a ser mensajeros de la esperanza conscientes de las muchas dificultades que viven los pueblos, especialmente los más pobres. Inspirados en nuestra fe somos enviados al:

  • Ministerio de la reconciliación por el cual ayudamos a sanar un mundo herido.
  • Curar las heridas personales, promover nuevos modos de producir bienes y consumirlos garantizando el respeto a la naturaleza, orientar las relaciones sociales hacia la justicia de modo que todos encuentren las condiciones para una vida digna y libre.
  • La reconciliación comienza con entender dónde estamos parados y discernir nuestra contribución más efectiva (magis).por eso es apostolado intelectual que permita comprender y ayudar a comprender las situaciones en las que viven los seres humanos para contribuir a la transformación de nuestras culturas y sociedades a la luz del evangelio. Por eso lo llamamos “apostolado”. Se trata de un trabajo intelectual consistente capaz de ser vehículo de la Buena Noticia.

6. Es una invitación a integrar una vida coherente con la vocación elegida y la disponibilidad a la misión en colaboración con otros.

  • Una vida coherente con la vocación elegida supone:
  • Un proceso permanente de conversión para ganar libertad interior, superar los afectos desordenados y adquirir la indiferencia ignaciana.
  • Formar parte activa de una comunidad de vida, es decir desarrollar la dimensión humana de la fraternidad que nos hace hermanos y hermanas.
  • Cercanía afectiva y efectiva a los pobres. Los pobres nos retan a volver una y otra vez a lo esencial del evangelio. Hacernos amigos de los pobres, oírlos, aprender de su sabiduría, inspira una misión que busca un mundo justo donde todos caben y encuentran condiciones para una vida digna.
  • Sólida formación intelectual para comprender el mundo que vivimos y contribuir eficientemente en su transformación desde cualquiera de las actividades o ministerios al que podamos ser enviados. En fin, una vida de unión con Cristo que nos permite ir adquiriendo el estilo de vida de Jesús.

Fuente:imapctandosj.org

Síntesis del debate de las Prioridades 5 y 6 del PAC

Compartimos un resumen de las conclusiones de la discusiones que se llevaron adelante en el encuentro ‘ImPACtando’ que se llevó a cabo el mes pasado, sobre las dos ultimas prioridades del Proyecto Apostólico Común (PAC) para todo América Latina y su puesta en práctica desde el año 2000.

Prioridad 5: Espiritualidad Encarnada y Apostólica

Esta prioridad tuvo un balance positivo dentro de la discusión. En general, se considera que en todas las obras de la Compañía de Jesús y el Caribe se experimenta una incidencia fecunda de la Espiritualidad Ignaciana.

Al mismo tiempo, los ejercicios espirtuales han sido protagonistas de experiencias sumamente diversas e interesantes, dado que de ellos han participado personas de otras religiones, con buenos resultados, al tiempo que la espiritualidad se ha enriquecido gracias a los contextos en los que está inmersa.

Al mismo tiempo, se enumeran una suerte de desafíos en los que trabajar los próximos años:

  1. Financiamiento de EE.EE de 8 días para que alcance a personas empobrecidas y excluidas; hacer esta experiencia asequible a todos.
  2. Hoy tenemos nuevas fronteras, nuevos medios (redes sociales), nuevos públicos y nuevos lenguajes.
  3. Nuestro modo de proceder tiene que estar más acorde con la espiritualidad y que adoptemos el discernimiento y la colaboración como principio de gobierno.
  4. Profundizar la encarnación de la espiritualidad en las obras y cultivar más la creatividad. Abrirnos a los nuevos aprendizajes.
  5. Adecuar los EE.EE a las personas, lugares y edades. Por ejemplo con la población joven.
  6. Colaborar en la formación del clero. Entrar en diálogo con otras espiritualidades.
  7. Seguir cultivando el carácter transversal de la espiritualidad ignaciana, transmitirla en todas las dimensiones de las obras.
  8. Formación de acompañantes espirituales (jesuitas y colaboradores).
  9. Socializar mejor las experiencias que ya tenemos.

Prioridad 6: Fortalecimiento del Cuerpo Apostólico y Colaboración en la Misión

Esta prioridad define como idea central para pensar y planear su desempeño: “adecuar las estructuras, estilos de gobierno y de gestión para la misión en colaboración con otros.”

En general, los debates que se dan son incipientes y no cuentan con grandes antecedentes. Sin embargo, se plantean una suerte de desafíos para pensar en la colaboración:

  1. Conciencia de diversidad de personas colaborando en la misma misión: trabajar en la terminología e identidad (¿compañeros y no colaboradores? ¿cuerpo apostólico y no sujeto apostólico?), diversas identidades, compromisos vitales diferentes y respuesta diversa a la llamada.
  2. Colaboración no es solo trabajo, sino formar comunidad de vida (modelos comunitarios, cuidar la confusión con lo laboral y sus implicaciones, atención a la responsabilidad por el cuidado de la vejez y situaciones familiares de todo el Cuerpo).
  3. Ausencias: en otras congregaciones ignacianas, colaboración en obras de otros(as), colaboradores no ignacianos o no cristianos.
  4. Propuesta: difundir curso de las Antillas (Cuba).

Para saber más sobre ImPACtando,  podes consultar su página web: impactandosj.org

ImPACtando: Conciencia y Solidaridad Latinoamericana

Conciencia y Solidaridad Latinoamericana es la cuarta prioridad del Proyecto Apostólico Común (PAC) que los jesuitas de América Latina y el Caribe estuvieron evaluando para re-lanzarse a la misión en sus lugares con criterios transversales a todas las obras y comunes para el continente entero.

Entre las conclusiones de la Prioridad 4 del Proyecto Apostólico Común (PAC), existe una percepción general: “vamos por buen camino, lentos pero en movimiento”, para seguir fomentando la integración en la misión común de las Provincias de América Latina y el Caribe.

La formación de los Centros Interprovinciales de Formación (CIF) es estratégica para dar una nueva visión y conciencia de una vocación que supere los límites provinciales. Los participantes destacan que el paso por los CIF es una buena estructura para ir formando un espíritu latinoamericano, porque enfatiza la sensibilidad de pertenecer y compartir una visión universal, y a la vez, hace énfasis en la riqueza de la diversidad cultural.

Sobre el trabajo en red y proyectos comunes, se compartieron algunas reflexiones y aprendizajes que ayudan a identificar elementos que pueden impulsar la integración:

  • Los proyectos concretos comunes entre provincias (Fronterizos, Panamazónico, Proyecto Caribe…) nos unen.
  • Una condición de posibilidad para que funcione el trabajo en red o un proyecto común es que el centro esté en atender un problema o desafío común sentido. De lo contrario, es visto como una carga. Esto implica que debe hacerse énfasis en buscar una mirada latinoamericana, una visión y análisis común de América Latina, para identificar lo que nos integra.
  • Potenciar el trabajo intersectorial es clave, y los proyectos comunes o en red lo refuerzan. Ahora bien, esta relación intersectorial debe comenzar dentro de cada provincia.
  • La tarea de dinamizar las redes necesita de personas y recursos. El Programa Comparte es una experiencia positiva de esto.

“El mayor desafío es abrirnos a la vocación universal del jesuita, a la conciencia del cuerpo universal -Compañía de Jesús-, que encamina a tener una sensibilidad afectiva y de disponibilidad a la misión común. Es necesario romper la barrera de la apropiación y de nuestras zonas de confort (mi obra, mi sector, mi provincia) con audacia y generosidad”.

Para ello, se aportan algunas luces, como: promover el discernimiento comunitario para pensar la misión en común: la integración, el encuentro y el intercambio de los laicos y laicas en la misión. El rol de los provinciales en impulsar este desafío, es clave: que se converse más sobre las redes y proyectos comunes, sobre la realidad latinoamericana; profundizar en la identidad latinoamericana; buscar formas de hacer más horizontales: negociación, coordinación, convencimiento y motivación.

Fuente: impactandosj.org

IV Domingo de Cuaresma – Reflexión del Evangelio

Lectura del Evangelio – Juan 9:1, 6-9, 13-17, 34-38

Vio, al pasar, a un hombre ciego de nacimiento.

Dicho esto, escupió en tierra, hizo barro con la saliva, y untó con el barro los ojos del ciego y le dijo: «Vete, lávate en la piscina de Siloé» (que quiere decir Enviado). El fue, se lavó y volvió ya viendo.

Los vecinos y los que solían verle antes, pues era mendigo, decían: «¿No es éste el que se sentaba para mendigar?» Unos decían: «Es él». «No, decían otros, sino que es uno que se le parece.» Pero él decía: «Soy yo.»

Lo llevan donde los fariseos al que antes era ciego.

Pero era sábado el día en que Jesús hizo barro y le abrió los ojos.

Los fariseos a su vez le preguntaron cómo había recobrado la vista. El les dijo: «Me puso barro sobre los ojos, me lavé y veo.» Algunos fariseos decían: «Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado.» Otros decían: «Pero, ¿cómo puede un pecador realizar semejantes señales?» Y había disensión entre ellos.

Entonces le dicen otra vez al ciego: «¿Y tú qué dices de él, ya que te ha abierto los ojos?» El respondió: «Que es un profeta.» Ellos le respondieron: «Has nacido todo entero en pecado ¿y nos da lecciones a nosotros?» Y le echaron fuera.

Jesús se enteró de que le habían echado fuera y, encontrándose con él, le dijo: «¿Tú crees en el Hijo del hombre?»

El respondió: «¿Y quién es, Señor, para que crea en él?»

Jesús le dijo: «Le has visto; el que está hablando contigo, ése es.»

El entonces dijo: «Creo, Señor.» Y se postró ante él.

Reflexión por José Antonio Pagola

 Es ciego de nacimiento. Ni él ni sus padres tienen culpa alguna, pero su destino quedará marcado para siempre. La gente lo mira como un pecador castigado por Dios. Los discípulos de Jesús le preguntan si el pecado es del ciego o de sus padres.

 Jesús lo mira de manera diferente. Desde que lo ha visto solo piensa en rescatarlo de aquella vida de mendigo, despreciado por todos como pecador. Él se siente llamado por Dios a defender, acoger y curar precisamente a los que viven excluidos y humillados.

 Después de una curación trabajosa en la que también él ha tenido que colaborar con Jesús, el ciego descubre por vez primera la luz. El encuentro con Jesús ha cambiado su vida. Por fin podrá disfrutar de una vida digna, sin temor a avergonzarse ante nadie.

 Se equivoca. Los dirigentes religiosos se sienten obligados a controlar la pureza de la religión. Ellos saben quién no es pecador y quién está en pecado. Ellos decidirán si puede ser aceptado en la comunidad religiosa. Por eso lo expulsan.

 El mendigo curado confiesa abiertamente que ha sido Jesús quien se le ha acercado y le ha curado, pero los fariseos lo rechazan irritados: «Nosotros sabemos que ese hombre es un pecador». El hombre insiste en defender a Jesús: es un profeta, viene de Dios. Los fariseos no lo pueden aguantar: «¿Es que también pretendes darnos lecciones a nosotros, tú que estás envuelto en pecado desde que naciste?».

 El evangelista dice que, «cuando Jesús oyó que lo habían expulsado, fue a encontrarse con él». El diálogo es breve. Cuando Jesús le pregunta si cree en el Mesías, el expulsado dice: «¿Y quién es, Señor, para que pueda creer en él?». Jesús le responde conmovido: «No está lejos de ti. Ya lo has visto. Es el que está hablando contigo». El mendigo le dice: «Creo, Señor».

 Así es Jesús. Él viene siempre al encuentro de aquellos que no son acogidos oficialmente por la religión. No abandona a quienes lo buscan y lo aman, aunque sean excluidos de las comunidades e instituciones religiosas. Los que no tienen sitio en nuestras iglesias tienen un lugar privilegiado en su corazón.

 ¿Quién llevará hoy este mensaje de Jesús hasta esos colectivos que, en cualquier momento, escuchan condenas públicas injustas de dirigentes religiosos ciegos; que se acercan a las celebraciones cristianas con temor a ser reconocidos; que no pueden comulgar con paz en nuestras eucaristías; que se ven obligados a vivir su fe en Jesús en el silencio de su corazón, casi de manera secreta y clandestina?

 Amigos y amigas desconocidos, no lo olvidéis: cuando los cristianos los rechazamos, Jesús los está acogiendo.

Fuente: Teología Hoy