¿Qué es la Espiritualidad Ignaciana?

En sentido amplio, la espiritualidad es aquello que lleva a la familia humana a canalizar sus más profundas energías. Nos mueve a orientar nuestros esfuerzos para dar más de nosotros mismos y trascender. Quizá el propósito más importante de la vida sea ese: aprender a dejarse llevar por el Espíritu para responder al llamado de Dios a ser cada vez más y mejores seres humanos.

En el Cristianismo existen varios modelos que en la historia han probado su efectividad como orientación espiritual para el seguimiento de Jesús. Así podríamos decir que hay espiritualidades franciscana, benedictina, dominica, carmelita, o ignaciana según los modos de seguir a Jesús de San Francisco de Asís, Santo Domingo, San Benito, Santa Teresa y San Juan de la Cruz o San Ignacio de Loyola.

El mayor legado que San Ignacio ha dejado a la iglesia es la espiritualidad ignaciana, contenida en el libro de los Ejercicios Espirituales. En muchas de las imágenes aparece escribiendo o portando este libro, en memoria de la gran herencia que nos dejó.

La espiritualidad Ignaciana es una espiritualidad de cara al mundo, donde Dios habla y al mismo tiempo nos llama a responderle. Es una espiritualidad para buscar, hallar y hacer la voluntad de Dios en sus creaturas, utilizando todos los medios al alcance del ser humano.

La espiritualidad ignaciana es para quienes buscan algo más en su vida. Ignacio pretende que la persona se adentre en el mundo de los deseos para dejarse llevar por aquéllos que le conducen al amor más grande y a la verdadera libertad. La persona, por sí misma, tendrá que darse cuenta de cuáles son esos deseos, porque dirá Ignacio que es de “más gusto y fruto espiritual” que la persona por sí misma se dé cuenta de las cosas, que si quien lo acompaña se las hiciera saber. Ciertamente necesita un buen acompañante que le ayude a confirmar sus búsquedas.

Ignacio nos anima a orar con los cinco sentidos: mirar, oír, tocar, oler y saborear. La oración donde sólo utilizamos la razón no es suficiente para afectar nuestra voluntad. Necesitamos generar experiencias dentro de la oración que realmente afecten los sentidos, para impulsarnos a ordenar nuestros afectos. Ignacio dirá que “no el mucho saber harta y satisface el alma, sino el sentir y gustar de las cosas internamente”. Se trata de contemplar cómo Dios está presente en la naturaleza, en la creación, en la humanidad, en el universo y en mí mismo.

En efecto, Ignacio nos conduce a una relación personal y afectiva con la persona de Jesús. Se trata de sentir su amistad y desde ahí buscamos vivir el seguimiento. La persona de Jesús se convierte en modelo de nuestra vida, su modo de proceder es nuestro parámetro para relacionarme hoy con las personas, la creación, Dios, los excluidos, la mujer, el hombre, el dinero, el poder, etc.

Como característica carismática, los jesuitas subrayamos la necesidad de tomar tiempo para reflexionar y orar, y así darnos cuenta de cómo quiere Dios que sirvamos en todos nuestros ministerios. Este compromiso activo de buscar la dirección de Dios se llama “discernimiento”. Como jesuitas creemos que Dios anima nuestros corazones para contemplar el mundo y detectar las necesidades que ahí encontramos, pensando que es Jesús crucificado-resucitado quien hoy sigue llamando a nuestro corazón. La espiritualidad ignaciana es una espiritualidad de la encarnación y de la acción.

Además, la espiritualidad ignaciana contempla el mundo como el lugar en el que Cristo caminó, conversó y abrazó a la gente. Por lo tanto, el mundo es un lugar de gracia, en donde se puede dar la vida a otros. La espiritualidad ignaciana afirma nuestro potencial humano, pero también está entregada a la lucha diaria y constante entre el bien y el mal. Ninguna obra apostólica agota el bien que se puede hacer; por tanto, los ignacianos están abiertos a toda clase de trabajos realizados en nombre de Dios. La norma jesuita es encontrar a Dios donde mejor se le pueda servir y donde el pueblo esté mejor servido.

Centro Loyola Pamplona

 

AUSJAL consolida proyectos de Ambiente y Sustentabilidad

La Red de Universidades Jesuitas de América Latina (AUSJAL), de la que la UCC (Universidad Católica de Córdoba) y la UCU (Universidad Católica del Uruguay) ha encarado una suerte de proyectos en consonancia con el ‘cuidado de la casa común’. Tema sobre el que se ha invitado a reflexionar especialmente a partir de la publicación de la encíclica Laudato Si’.

La Compañía de Jesús ha venido prestando atención a la cuestión ecológica desde hace tiempo, por lo que algunos de estos proyectos han tenido un inicio anterior a la publicación de la encíclica.

La Red de Homólogos de Ambiente y Sustentabilidad de AUSJAL avanza en el desarrollando varios proyectos e iniciativas sobre esta temática:

P 10: “Universidades Comprometidas con Sociedades Sustentables”.

Este proyecto consiste en la instrumentación de los 10 indicadores de monitoreo de la gestión sustentable de campus universitarios. El proyecto implica, además, un trabajo colaborativo con la Red de Responsabilidad Social de AUSJAL mediante la aplicación coordinada del diagnóstico de RSU en 16 universidades de AUSJAL. Está planeado que el año de 2016 sea el año de conformación de la línea base en todas las universidades participantes.

P 28 Concurso “Construyendo mundos sustentables”.

Esta iniciativa surge de la colaboración entre la Conferencia de Provinciales en América Latina (CPAL) y AUSJAL a fin de poder diseñar estrategias de vinculación entre las obras sociales y las universidades de la Compañía de Jesús en América Latina. Actualmente el concurso está en su fase de recepción de postulantes. Este proyecto se realiza gracias al financiamiento de la fundación Porticus.

P 27: “Las universidades de AUSJAL y su acompañamiento a los procesos de transformación socio ambiental en América Latina”.

Se trata de un proyecto de sistematización de la vinculación de las universidades con la sociedad por medio de proyectos de investigación ambiental. Actualmente este proyecto está en su fase de consolidación del protocolo de socialización entre las universidades.

Vinculación de la Red de Homólogos de Ambiente de AUSJAL /”Proyecto Pan Amazónico”.

Se trata de una acción que surge frente a la necesidad de atender una de las regiones prioritarias para los provinciales de la Compañía de Jesús: la cuenca amazónica. Actualmente se trabaja en el diseño de una base de datos y hoja de captura de las investigaciones y los procesos de incidencia de las universidades de AUSJAL en esta prioritaria región del mundo. En fechas próximas se iniciará la etapa piloto en tres universidades de la Asociación. La fundación Porticus también apoya esta iniciativa.

Finalmente, apoyo a la adecuación (traducción) del e book Healing Earth para las universidades y colegios de la Compañía de Jesús en América Latina. La red asume esta tarea en respuesta al acuerdo de rectores de AUSJAL, reunidos en Australia en julio de 2015, sobre la necesidad de difundir esta obra para educación media y media superior de los colegios de la Compañía de Jesús. Es una obra pedagógica acerca del cuidado de la Madre Tierra desde un enfoque de la pedagogía Ignaciana diseñada por la Universidad de Loyola en Chicago.

Fuente: AUSJAL

 

Las obras de la Compañía como signos de esperanza

Desde el 12 de diciembre del año pasado comenzaron en todo Venezuela celebraciones con motivo de los 100 años del regreso de los jesuitas al país. Entre ellos, se organizó un conversatorio con el Provincial, Arturo Peraza SJ. La convocatorio trató el tema de los «Retos y Horizontes de la Compañía de Jesús en una Venezuela en tránsito».

La actividad sirvió para conocer cómo se visualiza el presente y futuro de la organización de acuerdo al contexto de la Venezuela actual.

Para el padre Peraza los retos de Compañía de Jesús están orientados a construir una nueva esperanza. “Esta es una necesidad perentoria, ¿qué es lo que hay que hacer hacia el futuro?, construir una nueva esperanza para el país”. Señaló que “tenemos que ser capaces de pensar, diseñar, escribir y prácticamente vender una nueva esperanza y este tema debemos acompañarlo todos y claro que sin espiritualidad no se tiene esperanza”.

A su vez, el Provincial expresó que las obras de la Compañía de Jesús deben ser signos de la esperanza en la vida de la gente. También ofreció un mensaje para la juventud Ucabista: “Hace 100 años vivimos una época muy oscura bajo la bota de un caudillo militar, pero en medio de ese conflicto se configuró una respuesta democrática y la educación dio fuerza al futuro, respuestas alternativas”.

Destacó que la universidad presenta un mundo de posibilidades y que la Ucab Guayana es ejemplo de ello.

Fuente: Jesuitas Venezuela

 

FAVELA AMAZONIA – MAFIAS

Días antes hemos publicado la primera parte del reportaje «Favela Amazonia», producido y difundido inicialmente por el Diario Estado, de Brasil. El mismo va describiendo diferentes problemáticas que afectan a la población con menos recursos de esa zona de nuestro continente. Aquí ponemos a su disposición la segunda entrega:

Mafias que controlan a los beneficiarios del Bolsa Familia y a los jubilados

El sistema que desvía dinero de las credenciales de asistencia social del gobierno incluye comerciantes y casas de lotería; práctica que remite al sistema esclavista de las caucherías. Continuamos publicando la IV parte del reportaje Favela Amazonia hecho para Estadao.

Maria Nascimento Rodrigues Canamari y Raimundo Canamari, una pareja de la aldea Bananeira, en Atalaia do Norte, en el estado de Amazonas, perdió hace dos meses a su hijo Rogério de un año de edad. “Murió de vómito, de diarrea” cuenta la madre. “Ellos (agentes de salud de la aldea) no cuidaron a mi hijo”, reclama. El niño, según el Ministerio de Salud, murió de desnutrición.

María recibe 154 reales por mes gracias al plan Bolsa Familia. Sin embargo, la credencial del programa se encuentra en manos del comerciante Luciano Rodrigues, quien la retiene por una supuesta deuda, que no para de crecer. El tiempo de las caucherías –cuando, a principios del siglo XX, indígenas y ribereños vivían en un sistema de esclavitud con deudas impagables- volvió al Alto Solimões.

Fuimos con la pareja a buscar a Luciano. Nuestra apariencia, no muy común en la región, debió haber hecho pensar al comerciante que éramos agentes del gobierno. María pide su credencial en lengua canamari. Luciano, que también es canamari responde algo sin quitar la vista de nosotros. Sin identificarme pregunto cuál es la deuda que tiene. Rodrigues responde que llega a “doscientos y algo”. Digo sencillamente que debe entregar la credencial de María. “Ella dejó la credencial empeñada aquí”, argumenta.

Se levanta de una silla, sale del comercio y vuelve minutos después con la credencial de María. Dice que también es indígena canamari y que trabajó como regatão (comerciante que navega por los ríos y arroyos cambiando productos industrializados por pieles de animales, peces secos y frutas de la selva). Pregunto si es verdad que tiene más de 60 credenciales. “Tengo más o menos ocho. La gente habla mucho” Insisto: “Pero cuántas credenciales del seguro social retiene usted?” “Tengo tres credenciales de jubilados”. “Y cuantos del Bolsa Familia?”, pregunto. “Tengo más o menos ocho del Bolsa Familia”.

Al preguntar si otros comerciantes retienen credenciales, Rodrigues responde “Mire, aquí es todo intercambio. Muchas personas de esas grandes tiendas también lo hacen”. También le pregunto si tiene complicaciones a la hora de reclamar los beneficios en la casa de lotería São Sebastião. “Solo se puede con documento. Muchos no pueden sacar. Solamente con la credencial no se puede sacar. Solo se puede con la clave”, aclara (él tiene las claves de las credenciales). Finalmente pregunto si Dênis Paiva, el dueño de la lotería, sabe de todo ese manejo. “A veces saco de allá. Solo con la clave.”

Buscamos a Paiva, pero había dejado la ciudad y no tenía fecha de regreso. Intentamos hacer contacto por teléfono, pero el comerciante no respondió las llamadas.

Acompañamos a Joana Matis, indígena, a hablar con Renikson Monteiro en otro comercio. Dijo que necesita saldar la deuda de su hermana, Jocelina Nascimento Matis, que vive en una aldea distante y que dejó la credencial con el comerciante. La deuda de ella llega a 540 reales, según Renikson. Joana le pide que al menos le deje ver el número, pues necesitaba vender artesanías. En realidad, necesitábamos una prueba de que Monteiro también actuaba en el sistema de retención de las credenciales. El hombre va hasta el piso de arriba de la construcción en donde funciona su comercio y vuelve con la credencial de Jocelina.

Después, bajamos hasta el centro comercial a orillas del río Javari con Pekompa Marubo, un jubilado de la aldea Boa Vista. En noviembre, dejó su credencial del seguro social al comerciante João Barbosa, João Alma de Gato, a cambio de comida y gasolina para volver a la aldea. Ahora en abril, Pekompa volvió a la ciudad para intentar recuperar la credencial. En el comercio de Alma de Gato, una empleada dice que no tiene la credencial. Para complicar la situación, otra mujer dijo que estábamos filmando. Ante nuestra insistencia para informar el total de la deuda, la vendedora saca del cajón un cuaderno con decenas de extractos bancarios de saldo y retiro de dinero. Uno de ellos es de la cuenta de Pekompa. Él estaría debiendo 800 reales. Un día después, Pekompa nos busca: dice que Alma de Gato le devolvió su credencial.

Como en la época de las caucherías.

Varney da Silva Tavares Kanamari, presidente de la Asociación de los Kanamaris del Valle del Javari (Akavaja), dice que hace tiempo que intenta convencer a los “parientes” de no entregar sus credenciales a los comerciantes. “El Bolsa Familia está trayendo mucho problema. El pariente deja la aldea y se viene a la ciudad. Compra fiado una vez y cuatro meses después el patrón (comerciante) dice que la deuda todavía no está paga. Entonces, el pariente queda por aquí, sin comida para los niños, que están enfermos”, afirma. “Yo digo, pariente, quédate cinco meses en la aldea, con cinco meses vuelves y haces la compra”.

Leonardo Gomes Kanamari, también representante de Akavaja y tesorero de esta entidad, dice que Luciano y otros comerciantes cobran hasta 180 reales por una caja de 25 balas para escopeta de caza, que cuesta en promedio 70 reales. “Doblan el precio de los productos, saben que cometen un crimen.”

En las primeras décadas del siglo pasado, indígenas y ribereños estaban en manos de los “patrones”: comerciantes o dueños de caucherías que mantenían un sistema esclavista. Ribereños e indígenas entregaban pieles de animales, peces secos y caucho para saldar deudas que nunca terminaban. Era común que los dueños de las caucherías cobraran por los alimentos precios que jamás podrían ser saldados con el trabajo forzado en la explotación del látex.

Es un crimen: afirma la ministra

Tereza Campello, de Desarrollo Social, reconoce que el Estado no debe desorganizar aldeas.

La práctica de los comerciantes de Atalaia del Norte de retener credenciales de los beneficiarios del Bolsa Familia indignó a la ministra de Desarrollo Social, Tereza Campello. Al ver los videos hechos por Estado, prometió accionar la Policía Federal. “No es simplemente que sea incorrecto. Es un crimen que cometen comerciantes y loteros cuando le quitan el derecho a las personas”, resalta. “La policía necesita accionar algún tipo de medida. Yo no puedo enterarme de esa situación y no tomar cartas en el asunto. Solo hay una forma en la que podemos solucionar ese problema: recibiendo información como la de los comerciantes que retienen las credenciales, una realidad que ustedes mostraron”.

Al frente de un programa de inclusión social que atiende a 14 millones de familias y que logró éxito por todo Brasil, Tereza Campello señala que es preciso conocer realidades como la de los beneficiarios del Vale do Javari y otras áreas indígenas. “Una cosa es él (el indígena) tener derecho como brasilero y otra es nosotros, al llevar al Estado, estar desorganizando esas comunidades. Hay una línea muy tenue ahí”, afirma. “El Estado no debe llegar e imponer el Bolsa Familia de una vez, es necesario conversar”. “Todavía tenemos un largo camino por delante. Es un momento de aprendizaje”.

Actualmente 133.161 familias indígenas reciben en todo el país el Bolsa Familia. Los beneficiarios aumentaron un 28,42% desde 2011. Ella reconoce que la población indígena necesita una atención diferenciada. “Estamos lidiando con una situación delicada. Dependiendo de la acción del gobierno, se puede desestructurar una sociedad entera. Es diferente actuar con la población de la calle, por ejemplo, pues ya tenemos experiencia”. La ministra dice que pretende inquirir las asociaciones de casas de lotería para determinar su responsabilidad en el asunto. Aunque aclara que no es posible suspender la distribución del Bolsa Familia a través de las casas de lotería por el hecho de que el programa no tiene una red de atención al público.

En los últimos años, Tereza Campello ha realizado alteraciones en el registro único de los beneficiados del Bolsa Familia para incluir una variedad de cuestionamientos y entender públicos específicos atendidos por el programa, como indígenas, gitanos, comunidades afro, palenqueros y ribereños. “El registro único era una cosa homogénea. El Bolsa Familia logró llegar al país porque es algo simple. Pero hoy sabemos que necesitamos conocer más. Pasamos de tener suplementos para públicos diferenciados, a buscar informaciones diferenciadas”, afirma. “Eso nos ayudará a hacer política pública, que no puede ser igual para todo el mundo.”

La ministra decidió retirar del registro la exigencia de una dirección fija para poder incluir gitanos y otros pueblos nómadas en el subsidio. A su vez, lamenta que hay alcaldes que incluso han puesto obstáculos para registrar familias indígenas. “Las soluciones que las personas sugieren no han resuelto el asunto”. Aumentar el plazo para el retiro del beneficio tiene un efecto colateral. “Si un indígena va a sacar un gran monto de dinero por año, lo pueden robar. Y no se cumple la función de un programa regular de alimentación.”

Tereza Campello relató que técnicos del ministerio ya habían identificado algunos problemas vistos por este reportaje, como la retención de credenciales por los comerciantes, pero este asunto se topa con la falta de pruebas.

Aclara que el hecho de que una persona no tenga ingresos fijos por mes no significa que está en la línea de pobreza. Sin embargo, en el caso de la población indígena, el 40% de las familias están en extrema pobreza. “Son ciudadanos que tienen los mismos derechos que los demás brasileros. La meta ahora es saber llegar para garantizar derechos respetando las culturas”, dice. “Una distribución de la canasta básica con productos como azúcar, por ejemplo, puede significar un mal para las culturas indígenas. Ninguna solución es simple y no puede haber una solución pasteurizada. Las situaciones de un indígena en Espírito Santo y otro en el Amazonas son diferentes”.

Fuente: Estadao

Traducción ( I, II, III y IV) : Constanza Solórzano

CPAL Social

 

Ciencia y Religión a la luz de la Laudato Si´

La encíclica Laudato Si’ sigue haciendo ecos y dando herramientas para abrir debates y establecer diálogos. En la Universidad de Comillas se han reunido cuatro de los ocho integrantes del equipo que redactó el libro ‘Cuidar la Tierra, Cuidar los pobres’, para dar lugar a un debate en el que se profundizó sobre la encíclica y la relación entre ciencia y religión desde una mirada integral. 

Un debate de a cuatro que expresa el diálogo entre ciencia y religión: Julio Martínez Martínez, rector de la Universidad Pontificia Comillas, Enrique Sanz Giménez-Rico, sj, decano de la facultad de Teología y los profesores Pedro Linares Llamas y Pedro Fernández Castelao. Los cuatro forman parte del equipo de ocho profesores y dos colaboradores que redactó el libro Cuidar de la tierra, cuidar de los pobres, de Sal Terrae. Y ellos mismos, profundizaron en la encíclica del papa Francisco, Laudato Si´, desde distintas perspectivas teológicas y científicas, en sintonía con las propuestas reflejadas en el libro, sobre la promoción de la justicia en nombre del evangelio. El debate fue más una invitación al diálogo entre ciencia y religión, al diálogo dentro de la propia ciencia, y a combatir una crisis integral con ecología integral.

Pedro Fernández Castelao, profesor de la Facultad de Teología, se reafirmó en la idea de que “no hay dos crisis, dos problemas, uno humano y otro ambiental, sino una sola y compleja crisis socioambiental”. Castelao aseguró que el texto del Papa propone una ecología integral que muestre que “todo está conectado y que la degradación del ser humano implica la degradación de la naturaleza. Sin embargo, que todo esté conectado no significa que todo sea lo mismo”, puntualizó.

Desde la perspectiva de la ciencia, Pedro Linares, vicerrector de Investigación e Internacionalización, también refutó la idea de que no hay dos crisis, sino «una sola crisis ecosocial». Apuntó a que la encíclica nos recuerda que el saber no es neutro, sino que se produce en un contexto, y nos enfrenta a su compartimentación. «Los problemas reales del mundo son multidisciplinares y, por tanto, tenemos que trabajar juntos para resolverlos«. Linares agradeció al papa Francisco la encíclica porque «nos recuerda que investigamos para el bien común y nos invita a mantener la dignidad del hombre y la sacralidad de la naturaleza en el centro del debate».

Tradición ecosolidaria

Por su parte, Julio L. Martínez recordó que la universidad busca articular una visión integral del ser humano y de la realidad, y que la Iglesia ha estado siempre en diálogo con la experiencia humana por lo que, para los cristianos, la ecosolidaridad y «la conciencia ecológica no son algo nuevo». Su defensa es clara: no hay justicia social sin dimensión ecológica, ni ecología sin justicia social.

El debate sirvió, además, para presentar el libro “Cuidar de la tierra, cuidar de los pobres”, editado por la editorial Sal Terrae y escrito por ocho profesores de la universidad, entre ellos el Rector y el Decano, y dos colaboradores. Bajo la coordinación del decano de Teología, este nuevo libro de la colección Presencia Teológica, propone un diálogo entre teología y ciencia suscitado por la propia encíclica, y desentraña el valor del documento, una oportunidad de abrir nuevos diálogos sobre la actual realidad medio ambiental y social.

Sal Terrae

 

Reflexión del Evangelio, Domingo V de Pascua

Por José Antonio Pagola

No perder la Identidad

Jesús se está despidiendo de sus discípulos. Dentro de muy poco, ya no lo tendrán con ellos. Jesús les habla con ternura especial: «Hijitos míos, me queda poco de estar con vosotros». La comunidad es pequeña y frágil. Acaba de nacer. Los discípulos son como niños pequeños. ¿Qué será de ellos si se quedan sin el Maestro?

Jesús les hace un regalo: «Os doy un mandato nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado». Si se quieren mutuamente con el amor con que Jesús los ha querido, no dejarán de sentirlo vivo en medio de ellos. El amor que han recibido de Jesús seguirá difundiéndose entre los suyos.

Por eso, Jesús añade: «La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros». Lo que permitirá descubrir que una comunidad que se dice cristiana es realmente de Jesús, no será la confesión de una doctrina, ni la observancia de unos ritos, ni el cumplimiento de una disciplina, sino el amor vivido con el espíritu de Jesús. En ese amor está su identidad.

Vivimos en una sociedad donde se ha ido imponiendo la «cultura del intercambio». Las personas se intercambian objetos, servicios y prestaciones. Con frecuencia, se intercambian además sentimientos, cuerpos y hasta amistad. Eric Fromm llegó a decir que «el amor es un fenómeno marginal en la sociedad contemporánea». La gente capaz de amar es una excepción.

Probablemente sea un análisis excesivamente pesimista, pero lo cierto es que, para vivir hoy el amor cristiano, es necesario resistirse a la atmósfera que envuelve a la sociedad actual. No es posible vivir un amor inspirado por Jesús sin distanciarse del estilo de relaciones e intercambios interesados que predomina con frecuencia entre nosotros.

Si la Iglesia «se está diluyendo» en medio de la sociedad contemporánea no es solo por la crisis profunda de las instituciones religiosas. En el caso del cristianismo es, también, porque muchas veces no es fácil ver en nuestras comunidades discípulos y discípulas de Jesús que se distingan por su capacidad de amar como amaba él. Nos falta el distintivo cristiano.

Los cristianos hemos hablado mucho del amor. Sin embargo, no siempre hemos acertado o nos hemos atrevido a darle su verdadero contenido a partir del espíritu y de las actitudes concretas de Jesús. Nos falta aprender que él vivió el amor como un comportamiento activo y creador que lo llevaba a una actitud de servicio y de lucha contra todo lo que deshumaniza y hace sufrir el ser humano.

 

Miserando atque III

Por Fr. Roberto, cisterciense.

La Misericordia en la tradición cisterciense

Quizá para algunos la vida monástica es un vuelo hacia el cielo, un subir hacia arriba, que poco tiene que ver con lo que pasa en la tierra. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Ya los monjes antiguos decían: “¿Quieres conocer a Dios? Aprende antes a conocerte a ti mismo” (Evagrio Póntico). Sin esto, estaremos siempre en peligro de que nuestra idea de Dios sea una pura proyección de nosotros mismos.

Y precisamente del conocimiento de sí mismo y el descubrimiento de la propia miseria y el propio pecado surge la misericordia. Los monjes no son mejores que nadie ni están hechos de una pasta especial: son pecadores como todos, necesitados de la Misericordia. Solo desde aquí uno puede ser misericordioso con los demás sin creerse mejor que nadie.

San Bernardo lo expresó bellamente: “el enfermo y el hambriento son los que mejor se compadecen de los enfermos y hambrientos, porque lo viven… Para que sientas tu propio corazón de miseria en la miseria de tu hermano, necesitas conocer primero tu propia miseria. Este fue el programa de nuestro Salvador: se hizo miserable para aprender a tener misericordia, (…) ¿cuánto más debes tú, no digo hacerte lo que no eres, sino reflexionar sobre lo que eres, porque eres miserable? Así aprenderás a tener misericordia. Solo así lo puedes aprender”.

Cuando entramos en la Orden, al comenzar el noviciado, el P. Abad nos pregunta: “¿Qué pides?”, y el postulante responde: “La misericordia de Dios y de la Orden”. En aquel momento uno no sabe muy bien lo que pide, ni por qué van a tener misericordia de él que es tan bueno como para entrar en un monasterio, pero el camino cisterciense le va haciendo ver lo verdadero de esa petición.

Hace poco el Papa Francisco, jesuita pero que parece monje, decía algo como esto: “precisamente en lo hondo de nuestros pecados es donde mejor podemos hacer experiencia de Dios”.

Sí, solamente así la misericordia hacia el otro brota del corazón como algo debido, no como un favor.

La misericordia y la mansedumbre siempre se consideraron en la tradición monástica la cima del camino espiritual y los criterios de la auténtica espiritualidad. Lo que distingue la espiritualidad de los monjes desde antiguo no es el rigor, el discurso moralizante o amenazador, sino el animar a la mansedumbre y la misericordia. Pues dicen que solo cuando el hombre se hace manso y trata con misericordia a los demás muestra que su espiritualidad es según Cristo. Todas las demás formas pueden revestirse de espiritualidad, pero proceden del espíritu del propio miedo y de la presión de las pasiones.

Algunos monjes se distinguieron por su hermoso canto a la misericordia, como Isaac de Nínive que recuerda al monje su vocación a la misericordia: “Tú no has sido constituido para clamar venganza en contra de las acciones y en contra de aquellos que las cometen, sino para invocar sobre el mundo la misericordia, para velar por la salvación de todo y para unirte al sufrimiento de cada hombre, de los justos y de los pecadores…Persigue el bien, no la justicia. La justicia es ajena a la conducta del cristianismo… No amonestes a ninguno, no reprendas a ninguno, ni siquiera a aquellos cuya conducta es muy mala. Extiende tu manto sobre el que cae y cúbrelo. Si no puedes tomar sobre ti mismo sus pecados y recibir en su puesto el castigo por ellos, soporta al menos que te tomen como desvergonzado para no avergonzarle a él”.

¡Qué bien entendió este hombre la misericordia de Dios!

EntreParéntesis

 

Concurso ‘Construyendo Mundos Sustentables’

Con motivo de la apertura a la convocatoria para este concurso, publicamos esta información. La misma es llevada adelante por la Asociación de Universidades Jesuitas en América Latina (AUSJAL) de la que la UCC (Universidad Católica de Córdoba) y la UCU (Universidad Católica del Uruguay) son parte.

Durante la reunión de la Conferencia de Provinciales en América Latina (CPAL) celebrada en Lima, Perú en 2015, los responsables de las redes educativas y sociales de la CPAL, y el Presidente de AUSJAL, Fernando Fernández Font, S.J, aprobaron el Proyecto (P28) el Concurso AUSJAL-Sector Social “Construyendo Mundos Sustentables”.

Este Concurso, dirigido a estudiantes de pregrado de las universidades de AUSJAL, tiene como objetivo promover profesionales ambiental y socialmente comprometidos, a incentivar el trabajo en equipo de manera interdisciplinar, a favorecer la creatividad de los estudiantes de AUSJAL, y a encontrar y promover soluciones prácticas que beneficien a los más pobres.

La convocatoria estará abierta hasta el 15 de mayo de 2016.

Lo invitamos a consultar las Bases del Concurso impulsado por el Sector Social de la CPAL y AUSJAL, en este enlace.

Fuente CPAL SJ

 

El Padre Arrupe, la Fe y la Justicia

Falleció hace 25 años en Roma, enfermo y apartado de la jefatura de la Compañía de Jesús por Juan Pablo II. Sintiéndose “destruido y roto”, después de agachar la cabeza ante la autoridad papal. Pero, como narró ayer en el Club Diario de Mallorca de forma apasionada el jesuita Pedro Miguel Lamet, la vida del padre Pedro Arrupe no sólo supuso una revolución mundial en el seno de los jesuitas, sino también en la Iglesia católica de todo el mundo.

“Fue un adelantado a su tiempo. Decía que no tenía miedo al futuro, que lo que de verdad temía era que los jesuitas no tuvieran nada que ofrecer a la sociedad”, recordó Lamet. “Creía en una Europa solidaria, que no se mirara el ombligo, que se hiciera responsable de las desigualdades del tercer mundo”, añadió. “Creía también que la mujer debía ocupar el papel que le correspondía, que eso no era una cuestión de cortesía mal entendida, sino de justicia”.

“¿Cómo puede ser usted tan optimista?”, recordó Lamet que le preguntaban a Arrupe con frecuencia. “Cómo no lo voy a ser si creo en Dios”, respondía, según el relato de su biógrafo.

Precisamente justicia y optimismo en las personas fueron los dos ejes del mensaje renovador de Arrupe, según contó Lamet, un hombre que perdió a sus padres siendo todavía muy niño, que vivió la última expulsión de la Compañía de Jesús de España del año 1932, decretada por Manuel Azaña durante la II República; que vio con horror cómo Alemania abrazaba la causa del nazismo estando en el país germano; que en Estados Unidos dio auxilio espiritual a los condenados del corredor de la muerte; que sobrevivió a la explosión de la bomba atómica desde las afueras de Hiroshima y aún tuvo fuerzas para ponerse manos a la obra en la ingente labor de atender a los miles de heridos, y que fue amenazado de muerte por las Brigadas Rojas. Pese a todo, el mensaje de Arrupe fue de justicia y de optimismo en el hombre.

“Al ser nombrado general de la Compañía en 1965 tuvo que enfrentarse a problemas como la crisis racial en Estados Unidos; la acusación de elitismo de los colegios; las críticas por su defensa de los curas obreros y su preocupación por la renovación espiritual de los jesuitas”, enumeró Lamet.

Su biógrafo desveló que Arrupe hizo el voto de perfección, que consiste en elegir siempre el camino más difícil de entre dos opciones.

“En los convulsos años 60 se produjo una crisis de vocaciones en el seno de la Compañía de Jesús. Muchos jesuitas abandonaban la orden”, rememoró. “Él decía que debíamos querer más a los que nos abandonaban y que la compañía de Jesús no era un absoluto”.

Arrupe tuvo una buena relación con Pablo VI, pero en 1974, en la Congregación General 33 empezaron los problemas. “Surgió el movimiento de los Jesuitas Descalzos que reclamaban volver a los orígenes y fue llamado por el Papa. Él defendió que había que optar por la justicia como algo previo a la fe. E incluso mucho más allá, argumentaba que la justicia era una consecuencia de la fe. Años más tarde, en 1989, se produjo el asesinato de Ignacio Ellacuría en El Salvador y, después de él, de más de un centenar de jesuitas en todo el mundo que abrazaron esos nuevos mensajes”.

Juan Pablo II chocó con el padre Arrupe. “Fueron dos hombres de Dios, pero muy distintos. Wojtyla era tomista, dualista, con un sentimiento de vida trágico y del pecado del hombre. Arrupe, en cambio, era puro optimismo, con una confianza en la bondad del mundo y en la justicia, incluso por delante de la caridad porque en ocasiones ésta puede llevar a engaños, como cuando uno es muy caritativo en la Iglesia cada domingo y luego es capaz de maltratar a un empleado”, explicó Lamet.

Extraído de Jesuitas Centroamérica, con informaciones del Diario de Mallorca.

 

María, Madre de toda la Companía

El 22 de abril de 1541, en la basílica romana de San Pablo y ante la imagen de la Santísima Virgen, hicieron los votos solemnes los primeros jesuitas. Con razón, pues, a este día se lo considera como el del nacimiento de la Compañía de Jesús. Y en recuerdo de ello, en este mismo día se celebra la fiesta de Santa María Virgen, Madre de la Compañía de Jesús.

María, Ponnos con tu Hijo

María, madre y hermana nuestra en la fe,

Intercede por cada uno de nosotros para que podamos vivir en espíritu y en verdad la fe y el compromiso por la justicia,

Ayúdanos a vivir con humildad los momentos difíciles de la realidad,

Enséñanos a gestar en nuestras entrañas la vida de Dios,

Muéstranos cómo guardar las cosas en nuestro corazón cuando no entendamos lo que está pasando,

Haznos cantar contigo la gloria de Dios que enaltece a los humildes y los llena de gozo,

Que veamos en tu vida la mujer confiada que va rápido a quien lo necesita,

Que sepamos permanecer en la cruz del sufrimiento de nuestros hermanos,

Que podamos gozar de la visita de tu hijo resucitado por la gracia de la fidelidad y la entrega,

María, ponnos con tu Hijo para que no nos perdamos en el camino,

María, ponnos con tu Hijo para que seamos sus compañeros en los días que nos tocan,

María, ponnos con tu Hijo para que podamos conocerlo cada vez más y así se nos regale la gracia de entregar la vida por el Reino.

Espiritualidad Ignaciana