«Muchos Relatos, una Sola Historia”

“Muchas llamas, un solo fuego: muchos relatos, una sola historia”

Este es el título en el que se encuadran una serie de Videos Vocacionales producidos por el Equipo de Comunicación de la Red Juvenil Ignaciana en Santa Fe.

En ellos, varios jesuitas, argentinos y uruguayos contestan a preguntas como: ¿Qué le dirías a un joven que quiere ser jesuita? ¿Alguna vez tuviste dudas? ¿Qué te ayudó a perseverar en los momentos difíciles? ¿Cómo viven los jesuitas su vocación hacia los más necesitados? ¿Cómo vive un jesuita la pobreza?

Y muchas más…

En los días cercanos a la fiesta de San Ignacio de Loyola estaremos compartiendo estos videos. ¡No te pierdas ninguno!

Matías Yunes – ¿Qué te ha dado la Compañía de Jesús?

«Muchos Relatos, una Sola Historia» – Marcelo Amaro SJ

“Muchas llamas, un solo fuego: muchos relatos, una sola historia”

Este es el título en el que se encuadran una serie de Videos Vocacionales producidos por el Equipo de Comunicación de la Red Juvenil Ignaciana en Santa Fe.

En ellos, varios jesuitas, argentinos y uruguayos contestan a preguntas como: ¿Qué le dirías a un joven que quiere ser jesuita? ¿Alguna vez tuviste dudas? ¿Qué te ayudó a perseverar en los momentos difíciles? ¿Cómo viven los jesuitas su vocación hacia los más necesitados? ¿Cómo vive un jesuita la pobreza?

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Marcelo Amaro SJ – ¿Qué significa para vos ser Jesuita?

«Muchos relatos, una sola Historia” – Franco Raspa SJ

“Muchas llamas, un solo fuego: muchos relatos, una sola historia”

Este es el título en el que se encuadran una serie de Videos Vocacionales producidos por el Equipo de Comunicación de la Red Juvenil Ignaciana en Santa Fe.

En ellos, varios jesuitas, argentinos y uruguayos contestan a preguntas como: ¿Qué le dirías a un joven que quiere ser jesuita? ¿Alguna vez tuviste dudas? ¿Qué te ayudó a perseverar en los momentos difíciles? ¿Cómo viven los jesuitas su vocación hacia los más necesitados? ¿Cómo vive un jesuita la pobreza?

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Franco Raspa – ¿Qué significa ser Jesuita? 

 

Pachacutí 2016: “Con misericordia lo miró y lo eligió”

Más de 380 estudiantes de Colegios pertenecientes a la Federación Latinoamericana de Colegios de la Compañía de Jesús (FLACSI) de Argentina, Chile y Uruguay a los que se suman estudiantes de Estados Unidos, estuvieron repartidos a lo largo y ancho de Uruguay viviendo el Pachacutí.

Tiempo de profunda gracia, en donde a través del trabajo junto a la gente de los distintos lugares de servicio, los estudiantes y acompañantes fueron testigos de “la presencia del Dios de la vida que se nos sigue haciendo presente”.

“El regreso nos encuentra más que nunca con los pies firmes y comprometidos en la tierra, y con la mirada fija y confiada en el cielo. Sigamos trabajando para que el testimonio de nuestras vidas haga creíble el amor de Dios”, comentan desde el Liceo Monseñor Ricardo Isasa de Uruguay.

Para compartir la experiencia, los jóvenes han hecho un vídeo que puedes ver aquí ¡No te lo pierdas!

«Muchos relatos, una sola Historia” – Javier Rojas SJ

“Muchas llamas, un solo fuego: muchos relatos, una sola historia”

Este es el título en el que se encuadran una serie de Videos Vocacionales producidos por el Equipo de Comunicación de la Red Juvenil Ignaciana en Santa Fe.

En ellos, varios jesuitas, argentinos y uruguayos contestan a preguntas como: ¿Qué le dirías a un joven que quiere ser jesuita? ¿Alguna vez tuviste dudas? ¿Qué te ayudó a perseverar en los momentos difíciles? ¿Cómo viven los jesuitas su vocación hacia los más necesitados? ¿Cómo vive un jesuita la pobreza?

Y muchas más…

En los días cercanos a la fiesta de San Ignacio de Loyola estaremos compartiendo estos videos. ¡No te pierdas ninguno!

Javier Rojas, sj – ¿Qué le dirías a un joven que se plantea su vocación?

«Muchos relatos, una sola Historia» – Alvaro Pacheco SJ

“Muchas llamas, un solo fuego: muchos relatos, una sola historia”

Este es el título en el que se encuadran una serie de Videos Vocacionales producidos por el Equipo de Comunicación de la Red Juvenil Ignaciana en Santa Fe.

En ellos, varios jesuitas, argentinos y uruguayos contestan a preguntas como: ¿Qué le dirías a un joven que quiere ser jesuita? ¿Alguna vez tuviste dudas? ¿Qué te ayudó a perseverar en los momentos difíciles? ¿Cómo viven los jesuitas su vocación hacia los más necesitados? ¿Cómo vive un jesuita la pobreza?

Y muchas más…

En los días cercanos a la fiesta de San Ignacio de Loyola estaremos compartiendo estos videos. ¡No te pierdas ninguno!

Alvaro Pacheco, sj – ¿Qué descubriste de vos mismo en la Compañía?

CG36: La Curia Jesuita en Roma se Moderniza

Además de la preparación en oración y formación que los jesuitas de todo el mundo están haciendo en la previa a la Congregación General 36, es necesario también aprontar muchas cuestiones logísticas para recibir a los electores que participarán de esta gran reunión en octubre.

La Curia Jesuita en Roma constituye la oficina central de la Compañía de Jesús, queda sólo a unos pasos del Vaticano. Por más de dos años el amplio edificio ha estado en remodelación. A medida que se acerca octubre y el comienzo de la Congregación General 36, el ritmo de los trabajos se acelera. El proyecto estaba ideado para ser terminado el 31 de julio, día de San Ignacio. Hoy unos 51 jesuitas de todo el mundo que viven y trabajan en la Curia.

La Curia Jesuita en Roma cuenta con 110 habitaciones. El edificio data de 1927 y en él se atesoran muchas cosas de gran valor, como las reliquias de 16 santos que se guardan en la capilla; el archivo que contiene un invaluable tesoro de documentos y objetos de la historia jesuita; y una terraza-jardín completamente oculta a la agitada entrada de la calle Borgo Santo Spirito.

Este complejo habitacional incluye la Residencia San Pedro Canisio, de 90 habitaciones, que acoge la enfermería de los jesuitas que trabajan en Roma y a los jesuitas que laboran en Radio Vaticana. Construido en el siglo XVII, en el pasado fue el palacio de una familia de la nobleza italiana.

Todo este conjunto está en la Zona Extraterritorial, lo que significa que, aunque no es parte de la Ciudad del Vaticano, pertenece a la Santa Sede y tiene la misma protección que las propiedades dentro de las murallas del Vaticano.

A lo largo del tiempo, se han ido haciendo diferentes mejoras en el edificio de la Curia. Por ejemplo, en 2005 se instaló aire acondicionado. Sin embargo el proyecto actual constituye la intervención más fuerte como este proyecto de dos años. Estas obras implican a todo el complejo, pero especialmente al Aula donde los 215 delegados a la Congregación General 36 se reunirán a partir del 2 de octubre.

Muchos de los delegados a la Congregación vivirán en la Curia y el Canisio, pero algunos tendrán que ser acomodados en otras residencias jesuitas de Roma. Esto significa que desde finales de Septiembre la normalmente hospitalaria Curia no podrá alojar otros visitantes.

El Padre Giuseppe Bellucci, SJ, es el Ministro de la Curia es el responsable de las operaciones diarias. A pesar de aproximarse a los 80 años, no muestra señales de cansancio y está decidido a que la Curia “marche perfectamente cada día”.

En los meses agitados de Enero y Febrero el P. Bellucci recibe hasta 40 huéspedes por noche, sobre todo jesuitas y laicos colaboradores que vienen a reuniones en Roma, por lo que está acostumbrado al ritmo de las visitas que le implica estar disponible todo el tiempo.

Fuente: CPAL SJ

Fracasos

Fracasar es parte de la vida, y aunque no es el horizonte más alentador a la hora de enfrentar un desafío, sabemos que siempre es posible. Como en todos los ámbitos, en el trabajo pastoral la posibilidad de fracasar está siempre abierta. La particularidad, es que al darse en este lugar pone en juego otras cuestiones, como nuestra fe y nuestras convicciones. Sabemos que es inevitable, ahora bien ¿Cómo gestionarlo cuándo ocurre?

Dani Cuesta sj

Aunque es algo que normalmente se trata de ocultar… tengo que reconocer que fracaso a menudo.

Es algo que nos pasa habitualmente a los que trabajamos haciendo pastoral, o le dedicamos a ella buena parte de nuestro tiempo libre. Invertimos grandes esfuerzos, ponemos medios, hacemos planes y objetivos, para obtener finalmente unos resultados francamente pobres. Y es un problema, porque en el fondo en la vida nadie nos enseña a fracasar o a gestionar los fracasos, sino que la tónica va por caminos totalmente contrarios.

Y en el mundo de la pastoral o de la evangelización, el tema de la gestión del fracaso es si cabe todavía más complicado. En primer lugar porque toca uno de nuestros elementos más esenciales; ya que con la fe queremos compartir la propuesta que da sentido a nuestra vida. Y claro, ante el rechazo o la indiferencia delante de esta propuesta, quien más y quien menos siente como algo se le tambalea dentro. En segundo lugar, porque ante la pastoral todo el mundo tiene claro lo que se hace mal, y la mayoría de la gente tiene la solución para este problema: habría que hacerlo más atractivo… acercarse más a los jóvenes… salir… Y ante estas críticas y propuestas, cuando se ha tratado de poner toda la carne en el asador, uno se queda tocado y preocupado por el hecho de no saber qué tecla tocar para poder hacerlo bien.

Llegados al punto en el que se ha fracasado en las propuestas pastorales, uno se siente frustrado al ver que tiene mucho que ofrecer (de hecho lo mejor) pero no encuentra el modo de hacerlo. Ahí vienen las salidas fáciles: echarles la culpa a los otros (que son los que no quieren escucharme), refugiarme en una espiritualidad cerrada e intimista (con mi grupito y nada más), alejar la mirada del problema y poner el acento en mis éxitos (profesionales y personales) o rebajar al máximo la propuesta pastoral (es decir en lugar de adaptar el mensaje, tratar de diluirlo lo más posible para que así pueda tener el mayor número de gente en la foto con la que justificaré mi “éxito” delante de mí mismo y de los demás) etc.

Pero en el fondo, todas estas vías de escape son una trampa que antes o después lleva a la frustración o al abandono de la causa. Por eso creo que la única salida (o entrada) para afrontar el fracaso pastoral es mirar a Jesús: el triunfador y también el fracasado. No digo nada nuevo, ni descubro el Mediterráneo, precisamente porque no hay otra manera de afrontar que nuestros planes pueden salir mal, igual que pasó con los suyos. Pero esta mirada a un Jesús que fracasa, no debe dejarnos encerrados en nosotros mismos y menos aún hacernos tirar la toalla. No, esta mirada nos tiene que llevar a descubrir que no todo depende de nosotros, sino que en nuestros planes debemos contar con la libertad de las personas y sobre todo con la acción de Dios.

Digo todo esto porque estoy seguro de que si trabajas en pastoral, habrás tenido igual que yo la experiencia de que, además de fracasar… de vez en cuando Dios se cuela en la vida de las personas y a través de ti les dice cosas que ni tú mismo te hubieras imaginado. Es verdad que esto suele ocurrir menos veces de las que planeamos, pero lo cierto es que es algo de lo que todos tenemos experiencia. Y creo que esto es algo muy importante, sobre todo porque nos hace darnos cuenta de que no todo depende de nosotros, sino que en nuestra tarea pastoral (a diferencia de cualquier otro tipo de trabajo) la intervención de Dios es la parte más importante de todas.

Por tanto, ante el fracaso en la pastoral no vale ni lamentarse, ni quedarse de brazos cruzados esperando que la acción de Dios surja de manera espontánea. Sino que más bien se trata de entender que nuestra tarea es la de preparar el camino al Señor. Sé que de nuevo no descubro el Mediterráneo, pero es así. En el trabajo pastoral, toda acción es en realidad colaboración. Y cuando uno trabaja en equipo, tiene que saber aceptar los tiempos y modos de hacer del otro.

Pastoral SJ

Liderar es educar

En el mes de mayo se realizó el I Encuentro de Recursos humanos en organizaciones responsables en la Universidad Católica de Córdoba. El mismo fue organizado organizado por la Cátedra libre de Economía Civil de nuestra Facultad de Ciencias Económicas y de Administración, nuestra Escuela de Negocios ICDA y su centro Proética. En este marco, el español Juan José Almagro, Doctor en Ciencias del Trabajo y Doctor «honoris causa» UCC brindó la conferencia ‘Jefes, jefazos y jefecillos’.

La temática giró en torno a la importancia de formar a las personas con responsabilidades sobre otras personas para desarrollar el respeto mutuo y la dignificación del trabajo.

–¿Cómo deben prepararse las personas para generar organizaciones más responsables?

– Yo creo en el poder transformador que tiene la Universidad y tengo enormes esperanzas de que no solo sirva para que los egresados se formen, sino que aprendan a dirigir. El principal problema no es tener conocimientos sino saber aplicarlos y saber dirigir a las personas que hacen un proyecto conjuntamente con nosotros. La Universidad tienen que ser capaz de liderar ese proceso y hacerlo posible para todos los miembros de una organización puedan crecer. Tiene que convertirse en la conciencia crítica social y ética del conjunto de la ciudadanía. Solo desde la educación y desde la cultura nos hacemos más sabios, más libres y más humanos, y sin dudas, mejores profesionales.

–¿Hasta qué punto el miedo de los directivos de empresas a ser considerados incompetentes puede ocasionar comportamientos y decisiones equivocadas?

–Uno tiene que prepararse para hacer las cosas bien y a partir de ahí puede aplicar y tomar las decisiones. Buena parte de la crisis ha venido por la falta de competencias de quienes tomaron las decisiones y por la imprudencia.

Muchos CEOs de grandes empresas se creen en absoluta posesión de la verdad y piensan que son una especie de superhéroes modernos que no necesitan consultar con nadie. Y se equivocan rotundamente, porque al final la empresa es un proyecto común entre humanos y solo si lo hacemos de esa forma probablemente tendrá éxito, y lo que es más importante será una empresa excelente.

–¿Se pueden enseñar valores como la humildad?

–La humildad es el único antídoto que conozco contra la depresión. El gravísimo problema de los CEOs es que como se creen que están por encima del bien y del mal, cuando se dan cuenta que no es así se deprimen. Por eso el líder tiene que ser fundamentalmente humilde y tiene que ser capaz de acercarse a los demás. En la empresa hay aspectos que muchas veces se descuidan como la comunicación que no es otra cosa que involucrar a todos en el proyecto común y una forma de hacer las cosas en donde prime el respeto. Eso es lo que la sociedad le está pidiendo a las organizaciones: que además de dar resultados, ofrecer trabajo, ser innovadoras y competitivas, se hagan todas esas cosas en un escenario mucho más amigable y humano.

Fuente: Prensa UCC

Hay en cada ser humano un aliado del bien perfecto

Quienes pertenecemos a ámbitos religiosos donde nos sentimos a gusto y se vive un alto nivel de identificación corremos el riesgo de cerrarnos en nuestro círculo y distanciarnos progresivamente de las instancias de encuentro con otro diferente. Quizás una cuestión para reflexionar de cara al modo que tiene Jesús de acercarse a la alteridad…

Por Miguel García-Baró

Debemos resistir a la tentación de conceder que, cuando se está inmerso en lo religioso, la capacidad de reflexión y de razonamiento disminuye muchísimo. Y es tentación fuerte, porque una y otra vez vemos que el tan habitual exceso de identificación de sí mismo con lo que se toma por el credo religioso de una comunidad impide argumentar. Impide, en realidad, escuchar lo que el otro dice. Simplemente es el Otro, y ya con eso basta. No habiendo de veras oído, no cabe realmente hablar en respuesta, sino vociferar o hacer gestos de rechazo y repudio.

Viene esto al caso de rememorar cómo se atrevía a pensar Edmund Husserl que volverse un hombre filósofo es darse a sí mismo un giro más radical que el que hay en una conversión religiosa; y viene también al caso de andar meditando el autor de estas líneas sobre el primer texto completo que nos ha legado la filosofía clásica de Atenas: el diálogo platónico que la tradición llama Hipias menor.

En estas pocas páginas se discute el más actual de los problemas, y con una profundidad y un sentido del humor y de la verdad que se echan de menos muy frecuentemente en el ensayo contemporáneo. El problema al que me refiero es el de la equiparación de todos los saberes; lo cual comporta la creencia de que en la vida no se dan misterios.

Lo primero que en Hipias menor se nos dice es que la cuestión de cuestiones es cómo vivir bien la vida, porque es evidente que podemos lograrla o malograrla. Lo segundo: que el aparente sentido común consiste sobre todo en una serie de afirmaciones y valoraciones rotundas que, en un principio, sumerge en su corriente a todo el mundo. Esta corriente tan poderosa –tercera enseñanza- cambia por completo de aspecto cuando alguien, en vez de dejarse llevar por ella, formula una pregunta de verdad, o sea, se para y hace que se pare de alguna manera el río de la vida diaria. Entonces las seguridades cotidianas se convierten en un errar de creencia en creencia, sin sitio en que detenerse. Ha intervenido la reflexión, es decir, el pensar sobre las cosas, en vez de darlas por ya pensadas y archisabidas.

El ejemplo socrático es contundente: todo el mundo cree saber justo lo más importante, es decir, en qué consiste la vida óptima. Todos dirán que lo realmente bueno es poder hacer lo que uno de verdad quiere, en el momento en que lo quiera (y ser capaz de repetir esta maravilla indefinida e infaliblemente).

El azar nunca proporcionaría la seguridad de no errar; tiene ésta que basarse en el saber. Ahora bien, el problema está en que los saberes nos dan la capacidad doble – y ambigua – de acertar siempre y, también, necesariamente, la de fallar siempre, si esto es lo que queremos. El mejor médico es el mejor envenenador, el mejor matasanos. ¡Que sane y no mate en cada caso concreto no lo debe a la medicina! Si el médico, además de buen médico, gracias a la medicina, es buena persona, empleará solo para el bien su arte.

El problema sube, pues, un nivel: hay que saber cuándo se debe querer hacer algo mal y cuándo no. Pero la dificultad se repite: todo saber parece que ha de serlo de los contrarios máximamente opuestos. Conocer cómo es la vida óptima coincidirá con conocer cómo es la vida pésima; y lo que es más grave: el mismo saber es el que interviene cuando se opta por una cosa o por la opuesta.

Y ¿qué mueve el optar? Si decimos que es un cierto saber, la paradoja surge de nuevo. Pero si decimos que esta opción es nada más que una capacidad, pero no un saber, entonces nos metemos en el temible problema de que los poderes son tanto mayores cuando permiten hacer algo mal adrede…

Solo queda abierta una posibilidad, por difícil que sea concebirla: que un último poder de nuestra existencia (o un último saber; o un saber que es también un poder) solo sea capaz de bien o solo sea saber del bien, sin saber ni poder el mal.

He ahí casi descubierto por la filosofía –o sea, por el argumento y el análisis de la vida tal como siempre es para todos– un último rincón de nosotros mismos, radicalmente secreto, que es, por así decirlo (con palabras inspiradas en Emmanuel Levinas y en Simone Weil), cómplice del bien perfecto. Algo más íntimo que nuestra intimidad.

No está mal como inicio de la historia de nuestra filosofía. Y no me digan que la filosofía no tiene nada que ver con la religión. Si me lo dijeran, regresaría a la primera línea de hoy.

Entre Paréntesis