Taller de Oficios en Alto Verde – Manos Abiertas

«El Taller de Oficios de Alto Verde ya es una realidad»

En Alto Verde, Santa Fe, funciona la escuela de oficios «Papa Francisco», a la que asisten unos 27 alumnos. Los talleres que se dictan, por el momento, son el de montadura de electricista y albañilería. Sin embargo, la idea es que la oferta pueda ir ampliándose  progresivamente.

El proyecto es llevado adelante, conjuntamente, por el Colegio de la Inmaculada y la Fundación Manos Abiertas.

Si queres saber más de esta iniciativa, te invitamos a ver este vídeo.

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AUSJAL celebró su XIX Asamblea General y eligió a sus autoridades

Representantes de las universidades jesuitas de América Latina se reunieron en la ciudad de Melbourne, Australia, los días 6 y 7 de julio para celebrar la XIX Asamblea General de AUSJAL, evaluar los resultados obtenidos a la fecha y reflexionar sobre el futuro de la Asociación para los próximos dos años.

En el encuentro se eligieron a las nuevas autoridades de AUSJAL quienes conformarán el Consejo Directivo para el periodo 2015-2017. Las votaciones ratificaron como presidente de la Asociación a Fernando Fernández Font, S.J., rector de la Universidad Iberoamericana Puebla, mientras que la Asamblea eligió como vicepresidentes de la red a Marcelo Fernandes de Aquino, S.J., rector de la Universidad do Vale do Rio dos Sinos; Alfonso José Gómez, S.J., rector de la Universidad Católica de Córdoba y a Francisco José Virtuoso, S.J., rector de la Universidad Católica Andrés Bello. Además, el Presidente en acuerdo con los vicepresidentes, reeligió a Susana Di Trolio como Secretaria Ejecutiva.

Por otra parte, durante la actividad se discutió y aprobó el Informe de Gestión 2013-2015, documento presentado por la Presidencia y la Secretaría Ejecutiva, que resume los avances alcanzados en la ejecución de los proyectos estipulados en el Plan Estratégico 2011-2017.

Revisión de proyectos académicos

Los rectores asistentes a la XIX Asamblea acordaron iniciar el proyecto P1. Programa de Gerencia e Identidad de Universidades Jesuitas, orientado a brindar formación y actualización profesional a laicos y jesuitas que tienen responsabilidades académicas de liderazgo. Para avanzar en esta área, se decidió organizar en el mes de marzo de 2016 un primer Encuentro Regional entre las universidades de la Región Andina y el Caribe, en la sede de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. El vicepresidente de AUSJAL, Francisco José Virtuoso, S.J., con el apoyo de la Secretaría Ejecutiva, trabajarán en la preparación del P1.

Así mismo, el proyecto P21. Compras Consorciadas de Bases de Datos Académicas fue revisado por los asistentes quienes resaltaron su importancia estratégica, al tiempo que reconocieron el esfuerzo realizado por el Grupo de Bibliotecas y, especialmente, por la comisión designada para desarrollar esta iniciativa. Igualmente, se discutieron algunos proyectos comunes de gran importancia para las universidades, tales como: P17. Internacionalización de Postgrados AUSJAL y P8. Fortalecimiento Institucional RSU.

Del mismo modo, se decidió transformar la Red de Homólogos de Ingeniería en un Grupo de Trabajo en el que participarán aquellas universidades que estén interesadas en desarrollar intercambios de docentes y estudiantes.

Pronunciamientos y reflexiones

Los miembros de AUSJAL también aprovecharon la ocasión para conversar sobre la próxima Congregación General 36 de la Compañía de Jesús, al igual que aprobaron suscribir la declaración conjunta de las universidades católicas ante la Encíclica del Papa Francisco Laudato Si.

Sobre este último punto, la Asamblea acordó organizar en cada universidad de AUSJAL seminarios de reflexión interdisciplinar sobre le Encíclica y varios documentos de la Compañía relacionados con el tema. Adicionalmente, la Red de Ambiente y Sustentabilidad desarrollará un repositorio virtual en el que se divulgarán todos los materiales elaborados al respecto.

Además, se reflexionó sobre la colaboración entre las universidades a nivel regional y global para la Justicia Social, haciendo un balance de lo que se ha hecho y lo que debería emprenderse en los próximos tres años para incrementar el aporte de los miembros de la Asociación.

La XX Asamblea Ordinaria de AUSJAL se llevará a cabo en la sede de la Universidad Católica de Pernambuco, Brasil, entre los días 15 y 17 de mayo de 2017. Entre las temáticas a abordar se revisará el estado de la formación humanística en las universidades AUSJAL y el papel de los rankings y acreditaciones internacionales que otorgan instituciones especializadas.

¿Qué puede enseñar Ignacio de Loyola a un joven de hoy?

¿Qué puede aportar la vida y la espiritualidad propuesta por Ignacio de Loyola a lo jóvenes de hoy?

“Y todo eso está en el caso de San Ignacio, que ayuda a construir personas con cinco elementos importantes: primero, es la capacidad de tomar las riendas de la propia vida (…); segundo, el conocimiento personal es muy necesario (…); también enseña a afrontar el fracaso (…); a buscar la voluntad de Dios, no como algo que está escrito en las estrellas (…) y el ser capaces de vivir desde la gratuidad y la gratitud”.

José María Rodríguez Olaizola, jesuita español nos lo explica en este video desde su experiencia en la espiritualidad ignaciana.

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Reunión de Rectores de universidades jesuitas del mundo

Por P. Dr. Alfonso J. Gómez sj

La UCC forma parte de la red de Universidades Católicas y de las Redes Jesuitas de colaboración universitaria, sin lugar a dudas, una de las más grandes del mundo y con universidades de enorme prestigio. La última reunión que congregó a representantes de todas las casas de estudio es una oportunidad más para destacar la importancia de trabajar en red.

Melbourne, Australia, fue el lugar de encuentro elegido para la reunión de Rectores de las universidades jesuitas de todo el mundo y la Asamblea de Rectores de la Federación Internacional de Universidades Católicas. El encuentro se realizó la primera quincena de julio y contó con la participación del Secretario de la Congregación para la Educación Católica, Mons. Ángelo Vincenzo Zani, como enviado del Papa Francisco.

Las instituciones de educación superior jesuitas, alrededor de doscientas, y las universidades católicas, mil trescientas sesenta y cinco, se potencian en las redes facilitando la movilidad de estudiantes; profesores e investigadores. Más allá de los numerosos convenios bilaterales o con redes regionales como AUSJAL (Asociación de Universidades Jesuitas de América Latina), los encuentros fortalecen la conciencia de una misión común y abren la posibilidad para nuevas colaboraciones. A esto se debe agregar el interés de muchos países en favorecer los intercambios universitarios.

Somos un conjunto de universidades con valores en común como el compromiso social; el cuidado ambiental; el respeto a la diversidad étnica, cultural y religiosa; una visión amplia e integral del ser humano y la sociedad; un deseo de servicio a la verdad en las investigaciones, por poner algunos ejemplos.

De ahí que realicemos proyectos en común liderados por universidades jesuitas como el libro “Sanando la tierra” (Healing the earth), sobre ecología considerada desde la ciencia; el ambiente; la espiritualidad y la ética. Se trata de un libro en formato electrónico que invita a la interacción y en papel pensado para los primeros años de la Universidad.

Otro ejemplo es el de los procesos de autoevaluación de la responsabilidad social en las universidades confiadas a la Compañía de Jesús en América latina. Se trata de un esfuerzo liderado por la Universidad Católica de Córdoba. Como ven, la búsqueda de una educación que aliente al compromiso es una visión y un convencimiento compartido especialmente con las universidades jesuitas y con muchas universidades católicas.

Hay una gran disponibilidad para compartir información; experiencia y generar redes de común interés. Tal actitud se concreta en proyectos como: la red digital jesuita; los variados grupos de profesores e investigadores de las mismas ciencias (homólogos); o los proyectos como “inserción dual” que involucra a estudiantes de AUSJAL que desean practicar inglés o castellano con encuentros virtuales, ya hay más de 6.000 estudiantes de 21 Universidades en estos programas.

La generación de empleo de calidad es una de las mayores preocupaciones de la sociedad en todo del planeta. El emprendedurismo es uno de los caminos de solución confirmado por numerosas experiencias. La UCC como numerosas universidades de América Latina (por ejemplo la Universidad Ibero-Americana de Puebla) hemos realizado importantes experiencias a nivel local. También pretendemos realizar impacto a nivel global mejorando nuestro apoyo a los emprendedores, como es el caso de la aceleradora de empresas alentada desde la Universidad Santa Clara, en EE UU, que tiene la intención de impactar positivamente la vida de 1 mil millones para el 2020.

Las ventajas de la movilidad que nos dinamiza y abre horizontes; los valores que crean familiaridad aún en tierras lejanas o con estudiantes y profesores de otros países; los proyectos concretos compartidos, sea en forma virtual o presencial, son algunos de los muchos ejemplos de colaboración ya existentes entre universidades católicas y jesuitas. Tantas oportunidades son parte de nuestra propuesta educativa, de investigación y de servicio a la sociedad, son valiosas herramientas que ayudan a formar “los mejores para el mundo”.

Reflexión del Evangelio, Domingo 26/07

Por Franco Raspa SJ

El evangelio de hoy nos describe la multiplicación de los panes realizada por Jesús. Los invito, a que podamos imaginarnos juntos, la escena que el evangelista Juan nos narra.

El relato comienza contándonos cómo Jesús atravesaba el mar de Galilea, mientras una multitud lo seguía. Dicho seguimiento, según Juan, se debía a los signos que Jesús había realizado en medio del pueblo. Sanando a muchos de sus enfermedades.

Sin embargo, al parecer Jesús sin caer en la cuenta de que muchos lo seguían, sube a una montaña y se sienta con sus discípulos. Hagamos el esfuerzo por ver a Jesús y sus discípulos sentados, en un lugar elevado. Y como desde allí se podía apreciar el inmenso mar de Tiberíades.

Desde ese lugar de la montaña, el Hijo de Dios reunido con sus compañeros, levanta los ojos y ve a la multitud. Cabe aquí preguntamos ¿Qué habrá visto Jesucristo en esa multitud que acudía a Él? ¿Qué habrá pasado por su corazón? ¿Qué necesidades habrá contemplado? Quizá estas mismas preguntas, podrías hacértelas tú también: Diciéndote ¿Qué verá Jesús en Mí, cuando me acerco a Él? ¿Qué pasará por el corazón de Jesús cuando me observa detenidamente? ¿Qué necesidades verá el Señor en mí, que hacen que lo busque y lo siga?

Si bien el relato no nos dice a ciencia cierta qué ve Jesús en la multitud. Lo que sí sabemos es que la respuesta a la visión del Señor, involucra a otros. Es decir que la palabra de vida que el Señor viene a dar, al peregrinar del hombre, no se formula desde un Dios que trabaja de manera individual y directa, sino de manera colectiva.

En el relato de Juan es Jesús el que ve y toma la iniciativa, pero la respuesta no se manifiesta individualmente, sino que la formula en relación con aquellos de los que se rodea.

Es por eso, que la pregunta de Jesús a sus discípulos, los interpela profundamente, desubicándolos; ellos no saben a lo qué se refiere; por qué les pregunta a ellos, si es él quien tiene que solucionar esto.

La primera reacción que entra en escena es la de Felipe, mostrando una actitud realmente pesimista. Sosteniendo que esto es una locura, que doscientos denarios no bastarían para dar de comer a tantos.

Sin embargo, la intervención de un segundo discípulo, Andrés, temeroso y un tanto avergonzado, presenta las ofrendas de un niño, que trae cinco panes de cebada y dos pescados.

De esa insignificante ofrenda humana, sostenida en las manos de un niño, Jesús llevará adelante el milagro de la multiplicación. Porque no es, sino a través de la generosidad de la bondad del hombre, que el Dios de Jesús, puede operar el milagro de los panes.

Nuevamente, como lo había hecho junto a sus discípulos, Jesús hace que Toda aquella multitud se siente junto a Él. Es interesante el énfasis del evangelista Juan, en resaltar que Todos se sentaron y una vez que Todos se saciaron, Todos los pedazos fueron recogidos.

Es decir que Nada de la ofrenda se pierde. El Señor respetando nuestra generosidad, multiplica aquello que le hemos ofrecido y la lleva a plenitud.

Finalmente, el relato culmina con un Pueblo que viendo saciado su hambre, aclama a Jesús como el profeta que debía venir. Sin embargo, Jesucristo siente que dicha aclamación del Pueblo, viene solo porque ha visto saciado su hambre de pan. Pero no han sido capaces de percibir el signo aún mayor.

Solo habían captado la parte exterior del signo. Es por eso que el relato culmina con Jesús retirándose nuevamente solo a la montaña. Jesús se retira nuevamente a la montaña, para volver a observar cómo y de qué manera él puede seguir revelándose a su pueblo. Hasta transformarse en el único alimento capaz de calmar el hambre de nuestro corazón.

El Dios de Jesús no se reduce a solo a un Rey que calma el hambre de la población. El Dios que nos revela Jesucristo, se parte, multiplicándose hoy en cada eucaristía, haciendo que todos los seres humanos formemos parte de su misma vida divina.

San Ignacio de Loyola

Su nombre era Iñigo López de Loyola, que cambió entre 1537 y 1542 por el de Ignacio «por ser más universal», o «más común a las otras naciones». Según la tradición, fue el último de los ocho hijos varones de Beltrán Ibáñez de Oñaz, señor de Loyola, y Marina Sánchez de Licona.

I. Inicios

Sobre su fecha se estima alrededor de 1491. Su padre debió de fallecer antes de 1506; su madre, poco después de otorgar testamento el 23 octubre 1507. Por estos años, el joven Iñigo se incorporó en Arévalo (Ávila) a la familia del contador mayor [ministro de Hacienda] de los reyes, Juan Velázquez de Cuéllar. Allí pasó unos diez años, en los cuales tuvo ocasión de acompañar al contador durante sus viajes a la corte y otros lugares. Con los libros de su protector pudo adquirir una cierta cultura y perfeccionar su escritura, que le mereció ser considerado «muy buen escribano».

Tomó parte en la defensa de Pamplona al ser atacada (1521) por el ejército francés. Incitó a sus compañeros de armas a resistir en el castillo, pero fue herido por una bala que le rompió una pierna y le lesionó la otra.

II. Conversión y Peregrinaciones

Durante su convalecencia pidió que le diesen libros de caballerías para entretenerse, pero al no encontrarse en la casa, le dieron a leer la Vida de Cristo. La lectura de estos libros le provocó una lucha interior que le abrió el paso a su conversión. Se dio cuenta de que, cuando se entretenía en pensamientos mundanos, encontraba gusto en ellos, pero después se sentía árido y descontento; mientras que cuando pensaba en imitar a los santos, cuyas vidas estaba leyendo, no sólo se consolaba con estos pensamientos, sino que después de dejados, quedaba contento y alegre. La pregunta que se hacía a sí mismo era: «¿Qué sería si yo hiciese lo que hicieron Santo Domingo y San Francisco? y se proponía: ¿Santo Domingo hizo ésto? Pues yo lo tengo de hacer. ¿San Francisco hizo ésto? Pues yo lo tengo de hacer.» Decidió romper con su vida pasada y empezar una nueva. Su primer propósito fue realizar una peregrinación a Jerusalén.

Salió de Loyola en febrero 1522, con el plan de dirigirse a Barcelona y de allí a Roma, para procurarse el necesario permiso del Papa en orden a su peregrinación. En Montserrat, se preparó por un tiempo a una confesión general, que duró tres días, y la vela de armas, que realizó ante la imagen de la Virgen morena en la noche del 24 al 25 marzo 1522.

El 25 de Marzo emprendió el camino hacia Manresa. Su estadía allí se prolongó unos once meses, y puede dividirse en tres períodos: uno de calma casi en un mismo estado interior; el segundo, de terribles luchas interiores, dudas y escrúpulos acerca pasadas, con tentaciones de suicidio; el tercero consolaciones e ilustraciones divinas, que tuvieron por objeto el misterio de la Eucaristía y otros. Lo que allí vio, probablemente, fue el nuevo rumbo que había de imprimir a su vida: cambiar el ideal del peregrino solitario por el de trabajar en bien de las almas, con compañeros que quisiesen seguirle en la empresa.

En febrero 1523 dejó Manresa para ir a Roma a conseguir el permiso Pontificio para viajar a Jerusalén. Llegó a Jerusalén el 4 de septiembre. Iñigo siguió a sus compañeros en la visita a los Santos Lugares. Pero su intención secreta era quedarse allí establemente, en parte para satisfacer a su devoción y en parte para ejercitar su apostolado con sus habitantes. El provincial de los franciscanos, encargados de la Custodia de la Tierra Santa, se opuso tenazmente a aquel proyecto por el peligro que corría la seguridad personal de los forasteros en la región. Iñigo se vio, pues, forzado a renunciar a su sueño y emprender el viaje de vuelta.

III. Estudios

Se instaló entonces en Barcelona. Allí, a sus 33 años, empezó a estudiar latín.

Pasados dos años, se trasladó a Alcalá para cursar la filosofía. Estuvo en la ciudad desde marzo 1526 a junio 1527, dedicado más a sus actividades apostólicas que al estudio. El extraño modo de vestir que él y sus compañeros usaban y sus reuniones para hablar de cosas espirituales, infundieron sospechas en las autoridades eclesiásticas, precavidas contra las desviaciones de los alumbrados de la región. Se le hicieron tres procesos, tras los cuales quedó libre. Sin embargo, ante la evidencia de que se le cerraban las puertas para el apostolado, se determinó ir a París para proseguir sus estudios.

Iñigo obtuvo el grado de bachiller en Artes en 1532, el de licenciado en 1533 y el de maestro en 1535. Estudió teología durante año y medio, teniendo que interrumpirla por motivos de salud.

IV. Hacia la Fundación de la Compañía de Jesús

Entre tanto se habían juntado con Iñigo los compañeros que habían de fundar con él la Compañía de Jesús. Todos ellos se proponían «servir a nuestro Señor, dejando todas las cosas del mundo», como escribió Laínez, uno de ellos. Este plan se concretó en el voto de Montmartre, que pronunciaron el 15 agosto 1534 y lo renovaron el mismo día los dos años siguientes. En aquel voto prometieron vivir en pobreza y realizar una peregrinación a Jerusalén. Si esperado un año, la peregrinación resultase imposible, se ofrecerían al Papa, para que él los enviase allá donde juzgase más conveniente.

Ignacio y sus compañeros recibieron las órdenes de mano de Vicente Negusanti, obispo de Arbe (actual Rab, Croacia). El grupo de compañeros tuvo que reconocer finalmente que la proyectada peregrinación era imposible y, en consecuencia, decidió ponerse a disposición del Papa.

En noviembre 1537, Ignacio entró definitivamente en Roma. Allí, mientras los otros compañeros se dedicaban a otras tareas apostólicas, él daba Ejercicios. Ignacio quiso que se iniciase un proceso formal para la instauración de la Compañía de Jesús. Procuró y obtuvo una audiencia del Papa en Frascati. El 8 abril se procedió a la elección de su primer General, que recayó, por voto unánime, en Ignacio. Tras la elección del General, el 22 de abril hicieron todos los presentes la profesión en la basílica de San Pablo extramuros; los ausentes la hicieron en fechas y lugares diferentes.

V. Actividad en Roma como General

Salvo brevísimas ausencias, Ignacio permaneció en Roma el resto de su vida. Resumiendo su actividad durante el generalato, pueden distinguirse en él dos aspectos: su apostolado directo en la ciudad de Roma y su acción de gobierno de la Compañía de Jesús.

En los quince años de su gobierno logró dar a la Compañía una organización ejemplar, infundirle un espíritu y abrirle las puertas hacia un apostolado universal. Fue más hombre de acción que un especulativo. En la estructura que dio a la congregación introdujo novedades que chocaron con la mentalidad de su tiempo.

No quiso tener hábito propio ni coro ni penitencias impuestas por regla ni tiempos determinados de oración para los jesuitas formados. Todo ello para que los jesuitas tuviesen aquella movilidad y disponibilidad que exigía su forma de vida y su proyecto apostólico. Por lo mismo, no admitió una rama femenina en la Compañía ni quiso aceptar el cuidado habitual de religiosas sujetas a su obediencia. Tampoco admitió dignidades eclesiásticas o civiles.

Su salud se resintió para toda la vida luego de las ásperas penitencias practicadas después de su conversión. Murió en la madrugada del 31 julio 1556. Su cuerpo fue sepultado en la pequeña iglesia de Santa Maria de la Strada y, en sucesivas traslaciones, depositado en el actual altar de dedicado a él en la iglesia del Gesù (Roma). Beatificado el 27 julio 1609 fue canonizado por Gregorio XV el 12 marzo 1622 junto con Francisco Javier, Teresa de Jesús, Isidro Labrador y Felipe Neri. Pío XI le nombró (1922) patrono de los Ejercicios Espirituales y de las obras que los promueven.

Festejo de los 40 años de la Parroquia de Boquerón

El pasado sábado 14 de Julio, se cumplieron los 40 años de la Parroquia San José de las Petacas, ubicada en la localidad de Boquerón, Santiago del Estero.

La celebración contó de una gran y cariñosa preparación de parte de toda la comunidad, que se encargó de aprontar la ornamentación del lugar, la comida, los cantos, bailes y obras de teatro que se presentaron a lo largo de la jornada.

Todas las poblaciones trajeron imágenes de sus Santos Patronos a participar de la fiesta. Cada uno fue colocado en un lugar particular dentro de la Iglesia, que contó con una decoración creada por el profesor Luis y algunos colaboradores.

La Misa de Acción de Gracias fue el centro de la fiesta, concelebrada por el Padre Marcos, el Padre Juan Carlos, los Padres Jesuitas: Oscar Calvo, Guillermo Blasón, Víctor Pacharoni, Mariano Durand y Héctor Bossié; y por el Padre Juani, Párroco de la vecina localidad de Santos Lugares.

Al finalizar la misa se dieron una suerte de homenajes y presentes al P. Juan Carlos, primer párroco de San José de las Petacas, que incluyeron una poesía recitada por Goyo (Gregorio Solorza). (ver vídeo)

Luego, vino el momento del almuerzo. Gracias al trabajo de muchísimos colaboradores, la comunidad pudo compartir una rica y abundante comida. El servicio estuvo a cargo de los Servidores de Huachana.

La comida fue acompañada de números artísticos preparados para la ocasión. La apertura estuvo a cargo de la Academia Santa Cecilia, que se encargó de los espectáculos de danzas folklóricas. Luego, se invitaron a todos los presentes a convertir el lugar en una pista de baile.

Más tarde se sucedieron números musicales y obras de teatro interpretadas por niños y adolescentes pertenecientes a los establecimientos educativos de la localidad.

La fiesta en general se vivió en un clima de gran alegría y gratitud.

Taller del Plan de Formación Común – CPAL

Por María José Casiraghi

“No sois colaboradores en la Misión de la Compañía, sois colaboradores

con los jesuitas en la misión de Cristo, que es siempre más grande”

“En esta perspectiva, Misión quiere decir envío de parte del Señor cuya

aceptación supone ponerse en manos de Dios y compromete a toda la persona”

“Compartir la Misión no es cogestionar tareas ni repartir funciones, es compartir una herencia espiritual y participar en una conciencia común de servir la utopía del evangelio”.

P. Adolfo Nicolás sj, Loyola, 2011

 

Una de las prioridades del Proyecto Apostólico Común (PAC) de la CPAL (Conferencia de Provinciales en América Latina) es el Fortalecimiento del cuerpo apostólico y colaboración en la misión. En el entendido de que todos los cristianos, religiosos y laicos, somos colaboradores en la Misión de Cristo cada uno desde su vocación específica, se nos presentan desafíos tanto en el trabajo compartido como en la formación. Desde la CPAL se nos motivó a profundizar en este último ámbito.

Un equipo de trabajo (el Sector de Colaboración de la CPAL) compuesto por jesuitas y laicos se encargó de recopilar diferentes experiencias formativas llevadas adelante en las distintas Provincias de Latinoamérica y España, y en base a esto se generó un Plan de Formación para la Colaboración en la Misión pensado para tres niveles.

1) Formación en Identidad Ignaciana. El nivel más básico o inicial. En base a dos posibles itinerarios disponibles.

2) Formación Común para Crecer en la Fe y el Servicio: “El Plan busca dar al participante la oportunidad de profundizar en su vida, en las siguientes dimensiones: crecimiento personal y liderazgo, espiritualidad ignaciana, compromiso apostólico desde la Fe y la Justicia, y trabajo colaborativo y vida comunitaria, estableciendo para ello procesos o itinerarios de formación que consideran diversos niveles de profundización y realidades sectoriales.” (Plan de formación para la colaboración en la misión, CPAL, 2015).

3) Profundizaciones Opcionales. En este momento se ofrecen dos posibles espacios: la Formación Teológica Magis (llevado adelante por CVX); y el Diplomado en Gerencia Social Ignaciana, un diplomado virtual que cuenta con el respaldo de CPAL y universidades de la AUSJAL (Asociación de Universidades confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina).

Entre los días 27 de junio y 3 de julio se llevó adelante el Lanzamiento Oficial del Plan y se realizó un Seminario – Taller de capacitación para responsables, coordinadores y tutores locales. Nos reunimos allí alrededor de cuarenta representantes laicos y jesuitas de trece países de América Latina con el propósito de conocer más a fondo los planes de formación, hacerlos experiencia y pensar juntos la forma de motivar a nuestras provincias para llevarlos adelante. Se nos puso a disposición una caja de herramientas para que laicos y jesuitas podamos crecer en la formación para la colaboración.

Fue una semana de trabajo intenso signado por el compartir generoso y el intercambio de ideas y opiniones. Todos hemos salido enriquecidos por las diferencias que se presentan en cada una de nuestras historias y recorridos personales y las de nuestros países de origen, y a la vez fortalecidos por una identidad que nos congrega.

Hago mías las palabras de uno de los participantes del encuentro: “Recuerdo con gozo los rostros y participaciones de cada uno de ustedes, denotando vivencias comprometidas, historias sagradas matizadas por el compromiso, la fogosidad, el silencio, la juventud, la sabiduría, que los han llevado a tomar posiciones aguerridas en pos de ideales, desde el siempre presente amor de Dios, aun cuando en algún momento pudimos haberle dicho adiós a Dios, pero sobre todo desde el compromiso, de participar, de servir, de colaborar con el proyecto de Dios, Missio Dei, allí donde Él quisiera ser encontrado y servido.”

Ahora nos toca continuar la tarea, teniendo en cuenta que el plan no es un fin en sí mismo sino una herramienta para crecer en la colaboración, tenemos ahora que hacer el esfuerzo por contextualizar la propuesta realizada por la CPAL a la realidad y necesidades de nuestras provincias.

“Contemplativos en la acción, magis e indiferencia, confianza en Dios pero obrando desde nuestra finitud, son la armas que tenemos para seguir adelante, para continuar a Jesús, haciendo nuestras sus actitudes y sentimientos para con nuestros hermanos, recordando que las tareas particulares de cada uno de nuestros roles son de cada uno, pero la misión universal es de todos los que compartimos la espiritualidad ignaciana.” (Jorge Cela sj)

 

Pachacutí 2015 – Campamento Ignaciano

Pilar Bianco – Grupo Castores

La palabra Pachacutí significa «mundo al revés», esto es justamente lo que intentamos hacer. Dejamos la cotidianidad de nuestra vida, nuestras comodidades, amigos y familias para dar vuelta el mundo poniéndonos al servicio de los demás.

El Pachacutí reúne alrededor de 400 jóvenes de Uruguay, Argentina y Chile. Consiste en una semana durante las vacaciones de invierno, en la que vamos a diferentes partes del interior del Uruguay (25 este año) a vivir una experiencia de servicio y encuentro. Las actividades se llevan adelante en Cooperativas de Vivienda (cumpliendo los turnos de trabajo de los cooperarios), Escuelas y Capillas

El campamento es organizado por el Movimiento Castores del Colegio Seminario, por lo que se basa en sus tres pilares: Fe, Servicio y Grupo. El Pachacutí es una experiencia para profundizar y vivir intensamente estos tres pilares.

Personalmente, me parece una experiencia muy enriquecedora, que nos ayuda a crecer como personas, a ser más misericordiosos y a dejarnos conmover por las realidades con quienes compartimos el trabajo y la cotidianeidad del campamento. Creo que es muy importante en la etapa de crecimiento y formación en la que nos encontramos el defender y vivir estos valores, que no solo el Pachacutí, sino que Castores nos transmite sábado a sábado.

Al volver a recordar y revivir la semana, noto que me llevo de esta muchísimo más de lo que dejé. No solo por el crecimiento personal que compartía anteriormente, sino que al identificar las emociones vividas en la semana, las liturgias, las jornadas de trabajo o los momentos más simples como lo pueden ser un almuerzo o un mate; me siento con una profunda alegría. Esa alegría que llena y no puede tener origen más que en Dios.

Sinceramente creo que el Pachacutí es una experiencia imperdible, de profundo crecimiento y encuentro con Dios, con los demás y con uno mismo.

Reflexión del Evangelio, 19 de Julio

Por Gustavo Monzón Sj

La figura del Pastor en el pueblo de Israel, correspondía al líder del pueblo, a aquel referente de la comunidad que era presencia de Dios. Por otra parte, era aquel que estaba llamado a celebrar la Nueva Alianza. En esa función, se habían ido sucediendo “malos pastores”. Aquellos que no atienden a su pueblo, que no son capaces de mantener a las ovejas en el redil. (Jeremías 23, 1-6). Ante esta imagen de Pastor, nos encontramos a la persona de Jesús que se preocupa por su pueblo y va formando Pastores. En este Evangelio, tenemos el doble pastoreo de Jesus. Al interior de la comunidad de sus discípulos, “vayamos a descansar a un lugar apartado” (Mc. 6, 31) y ante la multitud del pueblo “sintió compasión de ellos” (Mc. 6,34).

A lo largo de este capítulo del Evangelio, vemos que los Apóstoles, venían de dos experiencias fuertes. La primera el envío misionero por parte de Jesús en donde los constituye dispensadores del mensaje evangélico (Mc. 6, 6-21). La segunda la muerte del Bautista (Mc. 6, 14-29), que presagia la suerte del “buen pastor”. Estas vivencias, les exigen “bajar un cambio”, hacer una pausa, apartarse de la cotidianeidad del ministerio para entrar en relación con el Señor. ¿De qué manera descanso en el Señor?, ¿Cómo me dejo acompañar por Él?, ¿Dónde descansan mis “éxitos” y mis “fracasos”?.

Este pasaje que la Iglesia propone para la liturgia de hoy, nos introduce en el corazón de Pastor de Jesús. En este hecho, narrado por Marcos, vemos como el Señor va tomando conciencia de su identidad de Pastor anunciado y esperado. Él cómo líder de la comunidad de los Apóstoles va acompañando el proceso de descubrimiento que la palabra de Dios es obra, anuncio, misión. Para eso, los lleva a descansar a un lugar apartado. Por otro lado, aparece la multitud. Vemos en ella rostros cansados, abatidos, decepcionados por sus malos pastores, abandonados a la buena de Dios. Ellos reconocen a su Pastor, son el pueblo que ve en Jesús el sentido de su vida, el sentido de la espera. En Jesús encuentran la más profunda verdad que les ilumina su camino. Ante esta actitud del pueblo vemos la compasión de Jesús. La misericordia lo decide a actuar. No es solo lástima, no es solamente caridad, sino una decisión radical de liberar al que está sin sentido, oprimido por un vacío que no lo deja en paz. Jesús ve que la gente está como “oveja sin pastor” (Mc. 6, 34). La compasión actúa, no se queda en palabras. Pone remedio, consuela, sostiene. A diferencia de los malos pastores, Jesús Buen Pastor comparte su Palabra, renueva el corazón.

El llamado de Jesús a nosotros, que nos toca transmitir su mensaje a nuestro medio, pasa porque seamos buenos pastores, que podamos ejercer el liderazgo en los distintos ámbitos en donde nos toca ejercer nuestro pastoreo.

Contemplar el pastoreo de Cristo, en este tiempo de ausencia de liderazgos claros y honestos, de crisis de sentido y de valores, de cambio de paradigmas y confusión, nos permite ver que tenemos una roca firme en la cual anclarnos, un modo de proceder que nos invita a ser compasivos en acción, convicción. Para esto, tenemos que descansar con Él. Estar en un tiempo de intimidad con el Señor, en la oración, en los Sacramentos, pues en el fortalecernos espiritualmente está la fuerza de nuestro liderazgo, ya que pues por él “podemos acercarnos al Padre con un mismo Espíritu (Ef. 2,13-18). De esa manera, podremos ser significativos en la vida de los demás. La persona significativa es aquel que alumbra, que acompaña en dar sentido, que deja que se den los procesos, que acompaña fielmente como San José sabiendo ponerse a un costado cuando es necesario. En definitiva, deja huella. Eso es lo que nos invita Jesús en nuestro pastoreo. De eso se trata la verdad y credibilidad de nuestro compromiso. Que el Señor nos regale la gracia de poder ser buenos pastores, creíbles, coherentes pero por sobre todas las cosas, compasivos.