La Red Juvenil con Francisco en Paraguay

Con motivo de la visita del papa Francisco, 17 chaqueños pertenecientes a la Red Juvenil Ignaciana, hemos asistido al país vecino para participar de un Encuentro de Jóvenes Ignacianos, viajamos junto a una delegación de la Red de Corrientes, en total fuimos 58 Jóvenes.

Del Aty Guasu de Jóvenes Ignacianos: #EJUFRANCISCO, el lema fue: HAY UN LUGAR PARA VOS. 

Participaron aproximadamente 600 jóvenes de Argentina, Paraguay y Brasil. Parte del encuentro consistió en la preparación para ser servidores en el Ñu guazú, lugar donde se realizó la misa presidida por el Papa el día domingo 12 de Julio donde fuimos parte de los 70.000 servidores, como así también asistir al encuentro que Francisco iba a tener con los jóvenes en la costanera de Asunción. Nos alojamos en el colegio jesuita Cristo Rey.

Nuestra Alegría fue tan grande, cuando comenzó a circular el rumor desde la noche del viernes, que el Papa Francisco podría llegar al colegio para saludarnos. Por gracia de Dios y como una caricia para el alma para cada uno de nosotros, Francisco pasó a saludarnos, el sábado por la tarde, en una visita que salió del protocolo.

Primero fue a saludar a la reliquia de San Roque González y sin avisar al personal de seguridad caminó hasta donde estábamos, en medio del rosario vimos una figura blanca que se acerco, inmediatamente comenzamos a pararnos y a gritar “ GRITA GRITA GRITA EL PAPA ES JESUITA”.-

Nos dio unas palabras, cortitas pero profundas, nos agradeció por hacer cosas pequeñas pero profundas, dijo que no nos jubilemos antes de tiempo, pidió que quememos nuestra vida por cosas que valen la pena y resalto como de costumbre que «hagamos lio», se despidió con una bendición y su pedido: “recen por mi”.-

Testimonio

La invitación de Dios fue distinta para cada uno de los que fuimos a recibir el regalo que nos tenía preparado, y cada uno fuimos con expectativas claras de compartir un encuentro que nos anime en el camino que elegimos que es conocer más a Dios y traernos con nosotros un poco de esa Paz que transmite Nuestro Papa Francisco. Creo que la Gracia recibida de compartir con otras personas, tantos momentos de risas, charlas, oraciones y experiencias de vida, era la misma Gracia con la que Dios nos acomodaría el Corazón para recibir luego la dicha de que Nuestro Papa se tome unos minutos a pesar de su inmenso cansancio. Cuando Francisco se hizo presente, nos dirigió unas palabras, y nos dio la bendición, que fue tan grande que nos marcó la vida a todos y cada uno para siempre, alcanzó incluso, para expresar lo vivido y así transmitir la bendición a los que nos escuchaban o leían los mensajes. Su sola presencia, con tanta claridad en su mensaje, con tanta ternura en su mirada, en sus gestos nos dejó tan plenos, que parecía que nos bastaría para desear el cambio necesario que cada uno necesitaba, porque está claro que fue un momento de compartir que delimito un antes y un después, en todos. Expresar todo lo vivido es casi imposible, solo puedo y podemos decir Gracias y Amen por el cariño inmenso que recibimos.

Espiritualidad Ignaciana

Fuente: Jesuitas Loyola

La espiritualidad tiene que ver con la vida y con nuestra forma de vivirla. Tiene que ver con el ánimo con el que nos levantamos todos los días para ir a trabajar, con la manera de afrontar los problemas de los hijos o con nuestras relaciones con el vecino del quinto. Tiene que ver con nuestra reacción cuando, delante del espejo, las arrugas nos indican que vamos envejeciendo; tiene que ver con las páginas que visitamos en Google, con nuestro tiempo libre, o con el espíritu con el que sobrellevamos la enfermedad, nuestra o de un ser querido. Y tiene que ver, por supuesto con lo que las personas creyentes llamamos Dios y con esa experiencia que cambia la vida hasta el punto de querer desvivirse por los demás.

La espiritualidad ignaciana no consiste en sumar a todo lo que hacemos otras actividades «más espirituales». No se trata de «…y ahora, además de lo que haces, apártate de todo y ponte a rezar». La espiritualidad ignaciana intenta ayudar a vivir la vida de una forma integrada. Integrar es marcar un horizonte claro en el proyecto personal de vida: un horizonte que da un plus de calidad y sentido a lo que se va haciendo, que ayuda a vivir reconciliado con uno mismo, con lo demás y con la creación.

La espiritualidad ignaciana es un camino para mirar la vida de una manera nueva, agradecida, con ojos compasivos y comprometidos, con dosis de humor, de sentido común, de apoyo en los demás, de una lectura sabia de nuestro pasado para no tomarnos trágicamente el presente y vivir inspirando futuros. Esa es, en definitiva, la mirada de Jesús de Nazaret.

En la continuidad de aquella misión – Boquerón

Por Marcos Alemán SJ

Aquel primer obispo de Añatuya, Monseñor Jorge Gottau fue capaz de encontrar el Reino en medio del monte. Fue capaz de encontrar la Iglesia presente en las pequeñas comunidades. En donde hasta los caminos había que abrir, respondiendo a aquella biblica invitación de ‘allanar los caminos’.

La gente del monte, los campesinos, las teleras, aquellos maestros y maestras también estaban presentes. Nunca se habían ido. Cuidaban la memoria, crecían con identidad. Rezadoras, celebraciones, procesiones, musiqueros. Ritmos de violín y bombo que suenan desde siempre y antes. Costumbres llenas de detalles para acompañar y despedir a los difuntos con tanta delicadeza y con una mirada llena de resurrección. Además sabían que había un San José el de las Petaca que tenía que volver.

Llegaron aquellos compañeros entre sí y sobre todo compañeros de Jesús. De la misma familia que siglos atrás también habían estado presentes.

Hace cuarenta años llegaron Juan Carlos Constable y Agustín López. Llegaron para quedarse y así juntos seguir escribiendo la historia. Cuatro años anduvo Agustín y partió.

Siguió Juan Carlos andando ahora con otros compañeros y compañeras capaces también de seguir encontrando pedazos de Reino en medio del monte. Reino que si iba transformando en caminos, escuelas, capillas, organizaciones, proyectos. Presentes en el monte lograron viajar con Boquerón para Buenos Aires, España, Suiza, Alemania, Praga, Córdoba, La Rioja y quién sabe cuántos lugares y personas más.

Quiero agradecer a la gente del monte por estar y habitar estas tierras.

Quiero agradecer a los padres De Castro y Almirón y al hermano Hoyos por no tener miedo a las fronteras.

Quiero agradecer a Monseñor Gottau por desaar a la misma Compañía de Jesús

Quiero agradecer a Juan Carlos por ser el a su vocación misionera y responder a semejante desafío

Quiero agradecer a todos y cada uno que desde sus distintos lugares nos acompañaron y nos siguen acompañando.

En cualquier misión que realizamos, buscamos solo estar donde Cristo nos envía. La gracia que recibimos como jesuitas es estar y caminar con Él, mirando al mundo con sus ojos, amándolo con su corazón y penetrando en sus profundidades con su compasión ilimitada.

11 de Julio de 2015

Amor y Amistad – Luis Espinal SJ

Por Luis Espinal Sj

Amar es la palabra más usada, y la más incomprendida.

Dos enamorados con la mano en la mano; la mamá con su wawa en la espalda; dos ancianos tomando el sol en silencio: esto es amar.

Amar: esta afinidad interpersonal, cuando el secreto del “tú” se sale por los ojos; este despliegue metafísico hacia la entrega; esta superación del dónde, cuándo y qué… Todo esto es amor; pero hay más…

Señor, te damos gracias porque has inventado el amor. Porque nos has hecho tan semejantes a Ti que hasta podemos amar. Gracias, por ser algo más que instinto; gracias, por el misterio del amor.

Gracias por estas amistades concretas. Gracias, por esta persona querida, más íntima que nosotros mismos, porque sin ella no tendríamos interioridad. Gracias, Señor, porque te has revelado tangiblemente, avasalladoramente, en el sacramento de la persona amada.

Gracias, porque así nos has suavizado la existencia; porque amando has dado sentido a nuestro dolor y a nuestra espera.

Una persona que ama sinceramente, ya está amortizada. Ha librado más energía que todas las fisiones atómicas; puede transformar el mundo. Gracias, Señor, porque un acto de amor no es algo que pasa; es un monolito para la eternidad; es un chispazo definitivo en el corazón de Dios.

Tenemos miedo que nos falte tiempo para amar; que nos malgastemos en el egoísmo. En el mundo hay millones de personas que mueren de hambre; pero hay estadísticas para los famélicos de amor. ¿Qué hacemos con el corazón cerrado como una caja fuerte?

Jesucristo, enséñanos a amar totalmente, hasta la última consecuencia; y no dejes que se envejezca nuestro corazón.

El Papa recordará en Bolivia al misionero y jesuita español Luis Espinal

El Papa recordará en Bolivia al misionero y jesuita español Luis Espinal

Este 8 de julio, coincidiendo con su visita a Bolivia, está previsto que, en el desplazamiento desde el aeropuerto de El Alto hasta el arzobispado de La Paz, el Papa Francisco se detenga unos minutos para orar cerca del lugar donde fue encontrado, hace 25 años, el cadáver del jesuita español Luis Espinal, asesinado en Bolivia por su compromiso con la justicia y los derechos humanos. Según informa la Compañía de Jesús, con este gesto, el Papa nos invita a recordar la figura de Espinal y, especialmente, a recoger su legado de defensa de los más desfavorecidos.

Era el 21 de marzo de 1980 por la noche, en Bolivia, y el jesuita catalán Luis Espinal salía del cine. Unos desconocidos le obligaron a entrar en un jeep. Espinal fue torturado y asesinado.

Luis Espinal Camps había nacido en Sant Fruitós de Bages, cerca de Manresa, hijo de una familia trabajadora tradicional y cristiana. Era el 4 de febrero de 1932. Cuando tenía sólo 4 años estalló la guerra civil española, que marcó su infancia. Uno de sus hermanos mayores murió fusilado. El 29 de julio de 1962, Luis Espinal se ordenó sacerdote en Sant Cugat. En esos momentos, la Iglesia estaba viviendo cambios fundamentales. Muere Pío XII, y llega Juan XXIII con el Concilio Vaticano II y Espinal se siente entusiasmado por las perspectivas abiertas por el Concilio.

En 1964 parte hacia Bérgamo, Italia, para estudiar Periodismo Audiovisual con la especialización de cine para la televisión. A su regreso a Cataluña hace crítica cinematográfica, trabaja en el guión y montaje de una película y empieza a trabajar en Televisión Española, en el programa “Cuestión Urgente”, con el sacerdote Martínez Roura. Abordaban temas de implicación social, como la inmigración, el alcoholismo, la prostitución, las drogas o la delincuencia. El programa obtiene un gran éxito. En el año 1967 la censura prohíbe un programa donde aparecen las viviendas miserables de los barrios marginales de Barcelona y una entrevista con Alfonso Carlos Comín. Espinal dimite.

En estos momentos pasa por Barcelona el obispo boliviano Genaro Prata, encargado de los medios de comunicación de la Conferencia Episcopal Boliviana, y lo invita a ir a Bolivia. En 1968, Luis Espinal llega a Bolivia, un país con una gran riqueza humana y material, pero que se encuentra entre los más pobres de América Latina. Desde 1968 hasta su muerte, en 1980, Espinal vive en Bolivia una época de terribles dictaduras, represión, fusilamientos y violaciones de los derechos humanos.

Allí se convierte en Lucho, como le llaman en Bolivia, y ejerciendo su trabajo como periodista y crítico de cine, trabaja al servicio del pueblo boliviano, denunciando la dramática situación que se está viviendo, la represión militar y las consecuencias del narcotráfico. Su voz se hizo incómoda para muchos. Tres días después de su martirio, en El Salvador, era asesinado también el arzobispo Oscar Romero.

Ya en Bolivia, su compromiso con los más desfavorecidos y con la lucha por la justicia, lo llevó, como él mismo decía, a “gastar la vida por los demás”.

El compromiso de Luis Espinal por la defensa de la justicia y de los pobres, desde la fe cristiana está en la línea de la misión de la Compañía de Jesús tal y como se definió en la Congregación General 32. Desde ese momento y hasta la actualidad, más de 50 jesuitas, entre ellos Espinal, han dado su vida justamente por defender una fe ligada a la justicia.

‘Necesitamos vivir de otra manera’

El bilbaíno Patxi Álvarez, secretario de Ecología en Roma en la Compañía de Jesús, repasa la ‘encíclica verde’ del Papa y advierte que «ya hay 25 millones de personas desplazadas» por el calentamiento global.

JOSÉ MARI REVIRIEGO

Patxi Álvarez de los Mozos (Bilbao, 1967) conoce los problemas generados por el calentamiento global, especialmente acusados en los entornos rurales y en las comunidades indígenas, tras visitar numerosos países del Sur en calidad de secretario de Justicia Social y Ecología en la Compañía de Jesús. Afincado en Roma desde 2011 tras diez años de trabajo en Alboan, Álvarez repasa la revolucionaria encíclica ‘Laudato si’ que acaba de difundir el Papa Francisco en un intento por marcar los peligros que sufre el medio ambiente y por corregir los desequilibrios. El jesuita bilbaíno avala las críticas lanzadas por Jorge Bergoglio contra el capitalismo salvaje y el comportamiento «depredador» de las multinacionales con los recursos naturales. «El deterioro medioambiental tendrá ganadores y perdedores. El cambio climático perjudicará más a los pobres», advierte en esta entrevista.

– En uno de sus mensajes más contundentes, el Papa asegura que «la Tierra es un inmenso depósito de porquería». ¿Hemos roto la convivencia con nuestro medio ambiente?

– Sí, creo que ha sido así. Hay una lucha contra la naturaleza, una explotación desde hace mucho tiempo. Este proceso es muy notable en los dos últimos siglos, pero sufre un acelerón a partir de los años cincuenta. Ha sido progresivo. La conciencia sobre el deterioro surge en la década de los sesenta y setenta. La urgencia, a partir de los noventa. Con la cumbre de Río.

– ¿Es entonces cuando se notan los primeros síntomas del cambio climático, del calentamiento global?

– Así es. Incluso antes de eso ya no llegaba información de que se estaba produciendo el cambio climático. De hecho, la preocupación por el medio ambiente en la Iglesia surge en 1971, con Pablo VI. Lo menciona la encíclica del Papa Francisco. Hay una lucha contra la naturaleza intentando beneficiarnos de ella a toda costa. Y hemos faltado a la convivencia, al cuidado de la casa común.

– Usted conoce muchos países del Sur. ¿Cuáles serían los síntomas más alarmantes que ha percibido del cambio climático, tanto en las personas como en el entorno?

– Allá donde he ido, las personas me han dicho: ‘el clima ya no es el que era’. Se está produciendo un cambio. A mí me toca visitar muchas comunidades rurales, y, en ocasiones, comunidades indígenas. Haciendo de testigo, me dicen que ha cambiado el calendario para el crecimiento de las cosechas o que los patrones climáticos se han alterado.

-¿Ha llegado a asesorar al Papa en la elaboración de la ‘encíclica verde’?

– Es una encíclica del Papa Francisco. Lleva su sello de muchas maneras. En cualquier caso, él ya ha dicho que han participado decenas de personas. Ha mencionado al Pontificio Consejo de Justicia y Paz e Integridad de la Creación, donde está el cardenal Turkson. En mi caso, yo no lo puedo revelar. Digamos que hay una cercanía con las preocupaciones y las tareas que a mí me encargan en este momento.

– El manifiesto de Jorge Bergoglio es muy claro sobre el origen del desastre: «El calentamiento obedece a la gran concentración de gases de efecto invernadero emitidos sobre todo a causa de la actividad humana». El Papa denuncia el cambio climático frente a los llamados negacionistas y las grandes corporaciones que hacen oídos sordos a las voces de alarma para no perder producción.

– El Papa Francisco menciona y subraya el consenso científico mayoritario que afirma que ese calentamiento del clima se está produciendo y que tiene en su base, fundamentalmente, causas humanas. Recoge una afirmación de la comunidad científica suficientemente avalada hoy en día.

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– Sin embargo, en Estados Unidos, uno de los países más contaminantes junto a China, no existe esa sensibilidad que reclama el Papa para preservar el planeta. La mitad de la población estadounidense no le concede mucha importancia, según las últimas encuestas -incluso una buena parte de la población católica descarta su gravedad para el medio ambiente-. El propio candidato republicano Jeb Bush, que, quién sabe, podría ser el próximo presidente de EE UU, declara sin tapujos que no cree en el cambio climático y emplaza al Papa a no meterse en terrenos políticos. Y eso, pese a que Obama abandera el entorchado ecologista para reducir las emisiones a la atmósfera.

– La sociedad norteamericana está profundamente dividida en torno a muchas cuestiones y ésta es una de ellas. Posiblemente, porque hay un modelo de desarrollo concreto que promueve este cambio climático por medio de la emisión de gases de efecto invernadero. Muchos sectores no están dispuestos a renunciar a ese modelo. El Papa habla de los problemas de la humanidad hoy en día. Por eso aborda la ecología y la vida. No sólo es una ‘encíclica verde’. Habla de la ecología integral; de los seres humanos y de nuestra convivencia con la naturaleza y la creación.

– En ese manifiesto se censura la voracidad de los países ricos y las multinacionales, capaces de poner en peligro el equilibrio medioambiental. ¿Ha recibido presiones el Papa por parte de los poderes políticos o económicos?

– No tengo constancia de ello. Yo lo que he visto es una oposición organizada para negar la credibilidad de las afirmaciones. Hace escasas semanas se pudo constatar en el Vaticano con motivo de una reunión sobre el cambio climático. Hay algunas fundaciones dedicadas a esto. Una que estuvo en el Vaticano presentando su protesta era la fundación Heartland (un think-tank liberal norteamericano que agrupa a científicos escépticos). Sobre esta fundación habla la periodista Naomi Klein (activista canadiense muy influyente en el movimiento antiglobalización). Klein ha hecho un esfuerzo por dar a conocer algunos de los intereses económicos que están detrás de la postura negacionista del cambio climático.

– Una de sus funciones al frente del secretariado de Justicia Social y Ecología es la atención a las grandes migraciones de población y a los refugiados. Aunque los conflictos bélicos están en el origen de muchos de esos desplazamientos, ¿las sequías y las pérdidas de cosechas pueden agravar el problema?

– Efectivamente. Una de las afirmaciones fuertes de la encíclica es que hay una conexión directa entre el deterioro medioambiental y el impacto sobre las poblaciones más pobres. Es decir, el deterioro va a tener ganadores y perdedores. No va a afectar del mismo modo a las poblaciones del mundo. En este momento, se calcula que hay 25 millones de personas desplazadas por cuestiones climáticas. Ya existe un número muy grande. Está calculado sobre un total de 60 millones de refugiados y desplazados internos en el mundo. Es la cuota más alta desde la Segunda Guerra Mundial.

– «La tierra de los pobres del Sur es rica, pero el acceso a la propiedad de los recursos les está prohibido», escribe el Papa. ¿Hay forma de atajar esas desigualdades?

– Los más perjudicados serán los pobres. Son los descartables que dice el Papa. Nosotros estamos adquiriendo una deuda con la naturaleza que no vamos a poder pagar. Se la dejaremos a las nuevas generaciones.

– La gestión de los recursos naturales es clave en la búsqueda de ese equilibrio. Usted comenta que las explotaciones mineras, factor de crecimiento de muchos países de Sudamérica, se han convertido en un peligro para el medio ambiente y para sus poblaciones.

– Es un gravísimo problema. La minería está produciendo contaminación, desplazamientos de personas por la expropiación de tierras y muchos conflictos en el reparto de las ganancias. No es un problema exclusivo de América Latina. Se está produciendo también en Indonesia, Filipinas, Canadá, Australia, EE UU y una buena parte de los países de África. Allí donde el régimen político es más débil, como puede ser el caso del Congo, los confictos son mucho mayores y las luchas muy grandes.

– Subraya además la importancia del derecho a la educación -hay 60 millones de niños que no tienen acceso a la escuela-. ¿Es la base para poder progresar con respeto al medio ambiente?

– Es un gran reto, uno de los objetivos del milenio. El reto era que 600 millones niños fueran a la escuela primaria en 2015. No se ha logrado, aunque vamos mejorando. El reto es la calidad de la educación, cuántos años pueden ir a la escuela y cuáles son sus aprendizajes. La sociedad globalizada va a ser muy competitiva y eso necesita de educación.

– ¿Estamos preparados para afrontar el cambio en los hábitos de consumo que se plantea en la encíclica?

– … Uff. Yo creo que nos va a resultar muy difícil. Es necesario. Vivimos en la abundancia y nos cuesta creernos eso de que vivir con menos nos permitirá vivir mejor. Es un enorme reto para todos nosotros, individualmente. Empezar a valorar otras cosas que no tienen que ver con lo tangible, con lo material: las relaciones humanas, el arte, la belleza, el contacto con la naturaleza, la amistad.

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– En la encíclica se plantea una severa disminución de la producción de energías basadas en combustibles fósiles -petróleo, gas y carbón-. Son el motor que hoy mueve el mundo, pero a la vez los más contaminantes. ¿Es un toque de atención a las grandes petroleras de EE UU e, incluso, a los magnates musulmanes del Golfo Pérsico?

– Es posible que vaya por ahí. Están señaladas con el dedo las grandes compañías petrolíferas que están en manos de países occidentales. Debemos cambiar nuestra tecnología y avanzar hacia las energías renovables, energías alternativas. Pero hay muchos intereses económicos en contra.

– La búsqueda de esos combustibles más limpios no siempre es fácil. EE UU importa maíz de México para la elaboración de etanol como biocombustible, en sustitución de los derivados del petróleo. Sin embargo, ha terminado por disparar los precios de ese cereal para los mexicanos, que tienen en las tortitas de maíz su base alimentaria.

– Es muy controvertido el uso de biocombustibles. Lo más adecuado sería seguir progresando en tecnologías limpias a partir del sol, el viento y las mareas. Y luego mejorar el almacenamiento de las energías renovables.

– Pese a que el panorama parece a veces catastrófico, hay señales para la esperanza. Según Greenpeace, el gigante juguetero Mattel ha renunciado a productos papeleros procedentes de empresas ligadas a la deforestación. Multinacionales del calzado y la ropa como Adidas, Nike, Puma y H&M se han comprometido a eliminar los vertidos a ríos en sus instalaciones en China. Y Nestlé, productora del kit kat, ha dejado de comprar aceite de palma a proveedores que destruyen selvas tropicales en Indonesia. Al final, la presión ejercida por el ecologismo y el trabajo de concienciación realizado por personas como usted da sus frutos, ¿no?

– Cuando uno mira a las grandes cifras, puedes correr el riesgo de llevarte las manos a la cabeza. Pero están sucediendo muchas cosas positivas. Hay más conciencia en la juventud, más educación, más interés en responder a estos problemas y mayores esfuerzos por parte de las empresas, de gobiernos locales… En Estados Unidos, también. Podemos conseguir proteger y cuidar mejor de la Tierra. El mensaje debe ser de esperanza comprometida.

– Por su experiencia en medios rurales y en comunidades indígenas, ¿recuerda algún ejemplo de superación que le haya conmovido especialmente?

– En Perú hay mucha minería. Recuerdo una ciudad que se llama La Oroya, profundamente contaminada por una empresa norteamericana de explotación de oro. Pues ellos, con su esfuerzo, han conseguido paralizar durante un tiempo la producción y condicionar su actividad a que cambiase sus prácticas para que no fueran tan contaminantes.

– Sorprende en la encíclica su carácter reivindicativo, de crítica al capitalismo salvaje y al comportamiento «depredador» de las grandes corporaciones.

– Uno de sus mensajes básicos es que necesitamos vivir de una manera nueva. Necesitamos apoyarnos en un nuevo paradigma. Debemos entender nuestra vida ligada al entorno, a toda la realidad viva. ¡Qué difícil es proteger aquello que uno no agradece! Así no podemos continuar.

 Fuente: www.elcorreo.com

Fiestas Patronales – Parroquia Jesús Resucitado

«Dios nos regaló el Día y nosotros la Fiesta”… Lo vivido este Domingo en la “Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús”, Patrono de nuestra Parroquia “Jesús Resucitado”, fue esa devolución del Amor que recibimos de nuestro Padre Dios. El caminar por esas calles, tan golpeadas por la violencia, el abandono y el dolor, fue sentir que cada paso, cada canto, cada oración era el latido de un Corazón que deja huellas y da mucha Vida. Allí se veían congregados los peregrinos, misioneros, feligreses, movidos por la Fe y la Alegría, acompañados por las Instituciones del Barrio que se unieron en el camino y escoltados por la tradicional y siempre presente Agrupación de Gauchos “La Cautiva”, poniendo todo el color a la Procesión.

La Misa fue el centro de la Fiesta y también el motivo de compartir entre las Comunidades de las Capillas: San Alonso Rodríguez, Santos Mártires Rioplatenses y Nuestra Señora de los Milagros.

El cierre fue una tarde llena de Música y baile, donde los artistas mostraban sus talentos y sus bondades como Ofrenda y gratitud a la presencia de nuestro Patrono.

Una vez más, se ve la unidad, el trabajo, la perseverancia de nuestra Comunidad, con nuestra mirada puesta en el Corazón Santo de nuestro Señor.

Profetas de la debilidad

Por Matías Yunes SJ

(Reflexión en torno a lecturas del Domingo XIV del tiempo ordinario)

Recuerdo hace muchos años haber escuchado una prédica de domingo de Adviento sobre la figura de Juan el Bautista. La recuerdo porque era una misa para jóvenes y el cura hablaba muy bien. Tengo todavía grabadas las imágenes que se iban haciendo en mi cabeza cuando el cura nos pintaba la vida de este extraordinario personaje. Potente, lleno de energía, valiente, rudo, poniendo en palabras una fe que yo envidiaba tener. Sin miedo a dar la vida por Jesucristo, generando esa incomodidad positiva que viene de alguien que encarna el Reino en su vida. La verdad que en ese momento me enamoré de ese profeta, pero había algo que me entristecía. Me quedaba lejos. Era un ideal que me entusiasmaba, pero era muy difícil de alcanzar. Miraba mi vida de estudiante, rutinaria, algo monótona, con grandes deseos pero con pequeñas posibilidades para ponerlos en práctica. De a poco, Juan Bautista se fue alejando, enfriando, hasta volver a convertirse en piedra, como muchos de esos personajes que juntan polvo en los estantes de la Biblia.

Parece que la Buena Noticia de hoy vuelve a renovar el fuego de esta historia. Las lecturas nos hablan de los profetas. Profeta es aquel que anuncia (y por lo tanto denuncia) un mensaje de salvación, un mensaje vivo y presente hoy. Es aquel que teniendo “los ojos fijos en el Señor” (Salmo 122) nos habla de su misericordia, de su perdón y de su justicia. Es la voz de esperanza que necesitamos en los momentos de angustia. Es aquel que se anima a romper con lo establecido, salir de sí y agarrarnos desprevenidos con una palabra de vida. Pero, fundamentalmente, profeta es quien se sabe en las manos de Dios. “Me gloriaré de todo corazón en mi debilidad” (2 Cor 12, 9) dice San Pablo en la segunda lectura. Esto es lo que nos diferencia de la historia anterior con Juan el Bautista. No es profeta el héroe inalcanzable, el predicador exitoso o el pastor todopoderoso sobre el pedestal. Nuestro modelo está en Jesucristo pobre y humilde. Aquél que se entregó en el sufrimiento y en la muerte, en pleno fracaso, en los brazos de su Padre. “Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Cor 12, 10). Esas palabras de Pablo sí me invitan a vivir una entrega más real. Desde allí sí se puede vivir un profetismo en el día de hoy. A pesar, y justamente en nuestras debilidades, tristezas y limitaciones el Señor nos invita a darlo todo. A sentirnos llamados y enamorados de un proyecto que es suyo y no nuestro. Sabernos sostenidos por su amor y su gracia.

Este es el milagro que Jesús no pudo hacer en el Evangelio de hoy. Sus familiares y conocidos desconfían de él porque es “demasiado humano” para enseñarles y predicarles sobre Dios. No creen en el testimonio de alguien que no sea todopoderoso, fuerte y elocuente. El Mesías no puede ser alguien “tan conocido”. Este no es el modo en que lo estábamos esperando… Y así recae sobre él el desprecio. El desprecio por no ser más perfecto. “Jesús era para ellos un motivo de escándalo” (Mc 6, 3). Cuántas veces nos escandalizamos porque medimos a los otros con criterios tan altos que todos terminan quedando fuera de nuestro “círculo”. Cuántas veces nuestros juicios responden a un modelo donde no hay lugar para la humanidad. En cambio, hoy el Señor nos invita a ser profetas de la debilidad. Anunciadores de buenas noticias desde nuestros dones más preciados y también desde esas “espinas que cargamos en nuestra carne” (Cfr. 2 Cor 12, 7). Toda nuestra vida puesta al servicio de Dios y de los demás. Confiados en la promesa de que él está con nosotros como el fundamento de nuestra fe. Y esto es lo que nos convierte en testimonios actuales de su Reino. Esta puede ser la marca distintiva de nuestra fe. “Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Cor 12, 10).

 

Reflexión del Evangelio: 1° de Julio de 2015

Por Leonardo Amaro SJ

“Fueron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros”.

Aquellos pobres desgraciados eran fieros, metían miedo y su propia vida era para ellos un infierno. Estaban más muertos que vivos. Es curioso que salgan al encuentro de Jesús para rechazarlo. Lo buscan para enfrentarlo, para recriminarle… pero lo buscan. Desde lo más íntimo, salen a su encuentro porque lo necesitan.

¿Cuántas situaciones de inhumanidad hay a nuestro alrededor? A quienes las padecen les tenemos miedo y no sabemos interpretar sus gritos estridentes como pedidos de ayuda. Jesús no se asusta ni se achica. Sabe que allí adentro hay gente y que debe ser rescatada. Y afronta la tarea.

El relato es muy curioso, con ese toque fantástico de los cerdos que pastaban cerca, en quienes se meten los demonios que Jesús expulsa de estas pobres almas y la piara entera termina despeñándose del acantilado y ahogándose en el mar. Parece evidenciar la fuerza de autodestrucción con que estos demonios arrastran a aquellos a aquellos en quienes habitan.

A los criadores de cerdos no les gustó la cosa y termina toda la ciudad pidiéndole a Jesús que abandone su territorio. Me hace pensar que liberar de verdad a tanto ser humano desfigurado por la esclavitud de las adicciones, las depresiones, las heridas arrastradas y mal sanadas y las historias de violencia que se reproducen es necesario establecer prioridades e invertir recursos; tienen un costo económico que a veces las sociedades no están dispuestas a pagar.

La opción de Jesús por todo ser humano implica una inversión de prioridades con un costo para todos nosotros -en tiempo, recursos, formación, corazón- que tenemos preguntarnos si estamos dispuestos a afrontar.