I Congreso Latinoamericano de Marketing Social

Desde el miércoles 31 de julio hasta el sábado 3 de agosto la Universidad Católica de Córdoba (UCC) fue sede del I Congreso Latinoamericano de #MarketingSocial con académicos y referentes nacionales e internacionales que presentaron casos, experiencias y estudios sobre marketing desde una perspectiva sostenible y socialmente responsable.

El evento fue organizado por la Asociación Internacional de Marketing Público y No Lucrativo (AIMPN) en colaboración con la UCC. 

El objetivo de esta instancia fue el de debatir sobre la responsabilidad y/o el carácter sostenible de las actividades realizadas por emprendedores, empresas, entidades públicas, y ONG desde la perspectiva del marketing.

Los oradores invitados para esta ocasión fueron: 

  • Carlo García Gallucci | Vicerrector Universitat Ramon Lüll
  • José Luis Vázquez Burguete | Presidente IAPNM
  • Helena Alves | Editora de la International Review on Public and Nonprofit Marketing (IRPNM)
  • Mercedes Galán Ladero | Co-editora del libro Case Studies on Social Marketing. A Global Perspective
  • Alejandro Álvarez Nobel | Director General de Comunicación y Medios Municipalidad de Córdoba

Tras finalizado el Congreso, la UCC compartió un video en el que diferentes participantes pertenecientes a empresas, ONGs y obras de la Compañía de Jesús expresan su impresión sobre esta  instancia

Innovación frugal

«Más con menos». Así definió sintéticamente Allan Báez Morales a la innovación frugal, una nueva forma de diseño de soluciones. Baez es Director del Frugal Innovation Hub de la Universidad de Santa Clara, Estados Unidos, y participó en el I Congreso Latinoamericano de Marketing Social que tuvo lugar en la Universidad Católica de Córdoba.

¿De qué trata la innovación frugal?

En resumen, se trata de una estrategia de diseño para mercados emergentes que se basa en los recursos locales. ¿Qué existe localmente para crear soluciones para las poblaciones que no tienen capacidad de pago? Si hiciéramos un comercial, el slogan sería «más con menos». Más impacto, valor agregado para el cliente, con menos energía, tiempo e inversión; porque necesitamos bajar esos parámetros para poder vender un producto para esos mercados con gente de baja capacidad adquisitiva pero que son muchos.

¿Cuándo y cómo nace?

Nace alrededor de la década de los ’50s. Se dice que nace de la innovación gandhiana, sobre la idea que tenía Gandhi de que a las comunidades rurales de India el gobierno nunca llegaría, entonces proponía buscar sus propias soluciones. Esto es un poco propio de comunidades latinoamericanas. Se aplicó con la idea de buscar soluciones improvisadas para un determinado problema de alguna comunidad en particular. La innovación frugal se encuentra en una escala superior en la que establece que esas soluciones pueden llevarse a un mercado y pueden ser replicables y sostenibles. La innovación frugal es entonces esa innovación del concepto. Actualmente es muy usado por grandes empresas como Philips, Unilever, etc, que generalmente producen para el 3% de la población que son los que más tienen, pero existe otro grupo más grande, que tiene necesidades diferentes y un menor poder adquisitivo. Aquí es donde entra la innovación frugal.

¿Cómo lo desarrollan ustedes en Santa Clara?

Nosotros en Santa Clara lo desarrollamos desde la ingeniería, para diseñar soluciones a distintas poblaciones, generalmente de África, Latinoamérica e India. Tenemos la ventaja de ser conocidos mundialmente, entonces empresas, ONG y gubernamentales nos buscan para ese tipo de soluciones, de bajos costos pero de alto impacto para la población. Este grupo de clientes nos dicen cuál es el problema, luego vemos si tenemos la capacidad para hacerlo, buscamos al profesor y los alumnos para iniciar el proyecto. El Laboratorio de Innovación Frugal funciona en la Escuela de Ingeniería. Trabajamos también con salud pública y ciencias ambientales, pero está radicado en Ingeniería.

¿Cuál es la importancia de hacerlo desde una universidad?

La experiencia que significa. Nuestros estudiantes trabajan con gente de Kenia, Uganda, Nicaragua, India, gente que tiene expectativas, que necesitan una solución y, por su parte, nuestros alumnos quieren trabajar para darles esa solución.

¿Con qué financiamiento cuentan?

Contamos con un financiamiento interno de la Universidad. Pero tenemos la gran ventaja de encontrarnos en el valle de Silicon Valley, por lo que nos conectamos con muchas empresas y organizaciones.

¿Cuál es el marco que utilizan para este tipo de diseño?

Para el marco teórico utilizamos el Design Thinking Process para el diseño de soluciones y las diez competencias básicas de la innovación frugal, entre ellas que su enfoque sea en la persona, que las soluciones sean simples, ecológicas, durables, etcétera. Por ejemplo, si están diseñando un sistema de irrigación de agua, se debe pensar en cómo hacerlo simple, que aguante las condiciones climáticas, que sea ecológico, móvil. Debe apuntar a que las soluciones deben ser replicables, sostenibles y escalables. Esto último tiene que ver con el empoderamiento, es decir que la gente entienda cuál es la solución y que la sigan ellos mismos.

Fuente: Universidad Católica de Córdoba

La celebración de la Eucaristía en casas de familia – Marcos Alemán SJ

Los párrocos de parroquias jesuitas a lo largo de toda Argentina Uruguay nos cuentan la experiencia, motivación y frutos de celebrar la eucaristía en las casas de las familias de las comunidades a las que han sido misionados. 

Marcos Alemán SJ – Párroco de Virgen de los Pobres de Mendoza

Considero que, hoy en día, no nos alcanza con celebrar sacramentalmente y tener solo el domingo como día religioso festivo. Estoy convencido de que tenemos que congregarnos más y reunirnos más para celebrar y agradecer. Y de una manera más viva, echando mano y construyendo nuevas presencias y expresiones sacramentales en la vida ordinaria. 

A partir de esto es que comenzamos a juntarnos, los días jueves, en casas de familia de la comunidad del barrio San Martín. Con un mínimo de previsión y organización, se corrió la voz y aquellas familias que iban ofreciendo sus hogares, se anotaban en la secretaria parroquial. Así fuimos armando el calendario que ya ha crecido tanto en demanda que pronto sumaremos otro día en la semana.

Esta es una iniciativa que ya ponía en práctica en la parroquia de Boquerón (Sgo. del Estero). Allí, se fue gestando desde la motivación por dar más vida a la participación de las propias comunidades. En esta etapa, sueño con una parroquia que viva y se respire presente en los rincones del barrio, no sólo en la sede parroquial. 

De este modo, también puedo percibir que, para las familias, hace sentido como un modo de testimoniar lo sagrado de sus hogares: lo sienten como auténticos ‘espacios sagrados’ y estas celebraciones son un modo de confirmar su intuición. Lo viven como un acontecimiento en el que se está honrando sus hogares, los espacios que viven como propios, íntimos, y en los que también quieren hacer presente a Dios.

El fruto con el que nos encontramos es, primero, el agradecimiento de la misma familia que nos recibe, y su sorpresa, porque es como si les costara creer que estamos celebrando la Eucaristía en su propia casa. Y a partir de allí, todas las muestras de generosidad y amabilidad de hacernos sentir a nosotros en casa. Fieles a sus costumbres, muchas familias disponen lo necesario, ya tienen alguna comida preparada para compartir con todos y así pasamos de la misa a la mesa para seguir en acción de gracias. El entusiasmo se va contagiando poco a poco y son más las familias que se suman.

En este espíritu, cotidiano y sacramental, vivimos la eucaristía más allá del precepto dominical. Así, vamos expresando –y construyendo- el deseo de vivir la fiesta del Señor en comunidad, con el solo motivo de compartir la vida misma y el deseo de hacer a Cristo presente en ella y entre nosotros.

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Recursos Ignacianos en la Web

¿Cuántas veces hemos escuchado las palabras «discernimiento en común», «liderazgo ignaciano» o «planificación apostólica» y nos hemos preguntado qué significan realmente? 

Ahora tenemos la respuesta en la punta de los dedos. La Curia General de la Compañía de Jesús, con el apoyo de los jesuitas de Europa, ha desarrollado contenidos en estas áreas y los ha hecho accesibles a toda la familia ignaciana. 

Toda la información se puede encontrar en la página web: “Recursos Ignacianos Esenciales” que abordan temas como el discernimiento en común, la planificación apostólica y el liderazgo ignaciano.

Todos estos recursos están disponibles en diferentes idiomas y se mejoran continuamente. Además, también se ofrece formación a través de seminarios webs (‘webinars’). 

Detrás de cada contenido hay una serie de expertos de alto nivel que facilitan la comprensión y aplicación de los recursos que, inicialmente, pueden parecer complicados.

 

Una llamada para la vida 

Esta iniciativa, por un lado, es una llamada personal a cuidar de nuestra vida interior; a sentir y gustar las cosas interiormente, a dejarnos cambiar, a hacernos crecer y a ayudarnos a acercarnos a Dios. Es una llamada que nos lanza al mundo y nos invita a compartir con los demás nuestra experiencia de vida. 

Por otro lado, es una llamada colectiva y comunitaria, que nos invita a cuidar de las instituciones en las que trabajamos, lo que San Ignacio de Loyola reconoció como la cura apostólica. 

Te invitamos a formar parte de esta familia y a inspirarte en este apasionante reto.

Diplomatura en Pensamiento Social Cristiano

Desde la Facultad de Teología de la Universidad Católica de Córdoba (UCC) ofrecemos en la Diplomatura en Pensamiento Social Cristiano un espacio para que aquellos interesados puedan discernir los problemas actuales y los instrumentos para dar un testimonio cristiano en el ámbito de sus diferentes y variadas incumbencias.

Por Silvana Scarpino, abogada y profesora de la  Universidad.

La Doctrina Social de la Iglesia está constituida por los principios, valores, normas, directivas, enseñanzas, emanadas de la Revelación, la Ley Natural y el Magisterio de la Iglesia. Se proyecta sobre la vida social centrando y concentrando sus preocupaciones en la dignidad de la persona humana pero no en una persona «cualquiera» sino en una persona con destino trascendente, por eso su mensaje integral.

Los estudios del Pensamiento Social Cristiano que en su actividad docente la Iglesia ha ido transmitiendo en materia social a la luz del mensaje revelado, lo ha sido en la certeza de que, si la humanidad y sus constructores se proponen realizarlo, habrán hallado el modo de construir un mundo más humano, más fraterno en la primacía del amor.

Pensamiento Social Cristiano

Su enseñanza y difusión forman parte de la misión evangelizadora de la Iglesia. Juan Pablo II en Centesimus Annus (1991), habla del anuncio de la Doctrina Social de la Iglesia, manifestando la esperanza de un renovado impulso para el estudio, difusión y aplicación del Pensamiento Social Cristiano en todos los ámbitos, considerando que difundir esta doctrina constituía una verdadera prioridad pastoral.

Si ello es correcto, debemos reconocer que poco es lo que hemos hecho al respecto ya que la Doctrina Social de la Iglesia es ignorada por la mayoría de los laicos.

Es sabido, aunque olvidado por muchos, que cada hombre tiene asignada por Dios una vocación particular aquí en la Tierra, mediante la cual se realiza el plan de Dios en cada creatura; misión que asume las más variadas circunstancias y acontecimientos en la vida de cada uno.

Problemas sociales

El Pensamiento Social Cristiano propone, especialmente a los laicos católicos, los principios ideales actuales como criterios de juicio y construcción social. Debemos estar convencidos de que la Doctrina Social de la Iglesia es apta para resolver los problemas sociales, y ello no se da si no se desarrolla una formación verdadera y eficaz. No es una «última vía» de solución, sino que tiene categoría propia; no pertenece al ámbito de la ideología sino al de la teología siendo lo suficientemente amplia para adaptarse y aplicarse a las variables de los tiempos sin negar sus principios inmutables y permanentes.

En este sentido, con el objetivo de mostrar a la Doctrina Social de la Iglesia no solo como un pensamiento sino como expresión de la vida de la Iglesia, desde la Facultad de Teología ofrecemos en la Diplomatura en Pensamiento Social Cristiano un espacio para que aquellos interesados puedan discernir los problemas actuales y los instrumentos para dar un testimonio cristiano en el ámbito de sus diferentes y variadas incumbencias.

Puedes inscribirte a la Diplomatura aquí

Fuente: Universidad Católica de Córdoba

Siguiendo los pasos de Javier: la colaboración jesuita en un Japón secularizado

El Padre Renzo De Luca SJ, superior provincial en Japón, presenta las raíces de la presencia cristiana en el Japón, con motivo de la visita del P. General a las tierras evangelizadas por San Francisco Javier.

La figura de Francisco Javier sigue animando las nuevas formas de predicar el evangelio desde la escucha atenta a las aspiraciones y deseos de humanidad del prójimo, aprendiendo del otro y compartiendo la tarea de reconciliación y justicia.

El Padre Renzo, entrerriano de nacimiento y misionero por más de 30 años en Oriente, nos presenta los desafíos actuales para el diálogo interreligioso en una sociedad atravesada por el consumismo, el materialismo y la secularización.

Mira el testimonio de Renzo Sj en este link

Hiroshima – Pedro Arrupe y su “energía apostólica”

El 2 de agosto, pocos días antes del triste aniversario del 6 de agosto de 1945, día en que “la bomba” golpeó a Hiroshima, el Padre Arturo Sosa presidió la Eucaristía en la fiesta de San Pedro Fabro, que se celebró en la capilla del noviciado jesuita de Nagatsuka, a poco más de cuatro kilómetros del epicentro de la explosión. El noviciado se convirtió en aquellos momentos en un refugio para miles de heridos. El Padre Arrupe, superior y maestro de novicios, aprovechó sus estudios de medicina para tratar de aliviarlos a lo largo de días y noches interminables.

Homilía del Padre Arturo Sosa SJ

“Yo mismo, hermanos, cuando vine a vosotros a anunciaros el misterio de Dios, no lo hice con sublime elocuencia o sabiduría, pues nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado”. (1 Cor 2, 1-2)Estas palabras, han sido proclamadas en la primera lectura, especialmente elegidas para esta memoria de San Pedro Fabro, porque reflejan la personalidad y experiencia de este primer compañero de San Ignacio. Curiosamente, reflejan también la personalidad y experiencia de otro jesuita, el vasco, de la Provincia de Japón, Pedro Arrupe. Experimento una gran alegría al celebrar esta Eucaristía con vosotros en un lugar tan cercano al de la llegada del Padre Arrupe a Japón en 1942. El joven ‘escolar’ Arrupe había pedido insistentemente a sus superiores ser destinado a las misiones, específicamente al Japón. Esto se hizo realidad en 1938, casi dos años después de su ordenación, al desembarcar en Yokohama, y venir a este sitio donde nosotros estamos ahora, para iniciar el aprendizaje de la lengua japonesa y su cultura. Aquí inició su renuncia a sus costumbres occidentales, para ceder el sitio a las del pueblo al que ahora había sido enviado. Desde este punto y momento empezó a tomar conciencia y asimilar aquellas cualidades de los japoneses que tanto admiró: la cortesía, la delicadeza y la hospitalidad; la rectitud, la honestidad, la disciplina y el autocontrol, la paciencia y el aguante; la capacidad para el trabajo y el sacrificio, la capacidad de recuperación frente a la dureza de la vida.

En ese contexto, él trató de hacerse el mejor ‘discípulo’, queriendo, – como escribe en sus Memorias, “hacerme como uno de ellos, de modo que en todo haya verdadera armonía”. Trató de asimilar el espíritu japonés, aprendiendo la complicada ceremonia del té, la caligrafía, la música de su teatro, en una experiencia de lo que más tarde se llamaría la “inculturación”. Después de este “noviciado cultural” reconoció que se encontraba en su ambiente, ‘en mi centro’, como él decía.Su larga estancia en la colina de Nagatsuka, comenzó en 1942 cuando fue nombrado Maestro de novicios y superior. Fue un humano, pero exigente, formador, idealista y sensible ante las realidades concretas; creativo, pero atento a las tradiciones de la Compañía; siempre precediendo con su ejemplo. De Nagatsuka salieron muchos jesuitas bien preparados para enfrentarse a los retos de la misión, como el mismo Arrupe. Pero fue también aquí donde hubo de enfrentarse al sufrimiento, en la terrible experiencia del 6 de agosto de 1945, cuando la primera bomba atómica fue arrojada sobre Hiroshima. El noviciado se convirtió en un hospital improvisado y abarrotado con tantos heridos. La mesa de despacho del P. Arrupe se convirtió en una ‘mesa de operaciones’ y su antedespacho en una sala de espera donde los gritos de dolor no podían evitarse. En estas condiciones, toda la comunidad cedió cuanto tenía y podía ser útil, con gran generosidad. Años después, Arrupe, reflexionando sobre la invención de la energía de la bomba atómica, notaba cómo tan poderosas fuerzas se declaraban a sí mismas dominadoras del mundo, eliminando a Dios, y amenazando a los otros seres humanos como “objetos”, meros instrumentos para sus intereses personales, “la más grande perversión de la persona humana”. A esta fuerza negativa, el P. Arrupe ofrecía una contrapuesta “energía apostólica”, – una de sus expresiones favoritas -, que representaba la misma fortaleza que movía a Fabro en sus viajes por toda Europa, promoviendo la fuerza de la misión expresada en el Evangelio de hoy: “Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz, y lo que os digo al oído, pregonadlo desde la azotea” (Mt 10,27). Respondiendo a esta Palabra, Arrupe salió a todo el mundo, para contar su experiencia en Hiroshima, y para invitar a todos a ser agentes de vida y bien; no, de muerte y destrucción. Uno de los estudiantes que, en el salón de actos del colegio de Areneros, en Madrid, escuchó sus palabras, era Adolfo Nicolás, que más adelante declaró que había corrido para ser un gran misionero, “un hombre de fuego”.

En 1951, mirando a su pasado, el Padre Arrupe marcó el camino a la verdadera fuente de la energía apostólica: “Él, en el sagrario, conociendo todo y contemplándolo todo”, y esperando que nosotros nos comprometamos en el trabajo de reconstruir todo. Fue en este momento, mirando al Corazón de Cristo, crucificado y resucitado, cuando Arrupe recuperó su fuerza. También en este encuentro es donde Pedro Fabro acompañó a tantos.Lleno de la esperanza que proviene del Resucitado, Arrupe escribió en Roma, veinticinco años después de la explosión de la bomba, que la humanidad “necesita un rayo de luz mucho más potente que aquél que nos cegó en Hiroshima: la luz de la fe que ilumina sin cegar…” Es esta fe la que lo mantuvo constantemente abierto al Espíritu y comprometido con la voluntad de Dios.Como sabéis, el proceso de canonización del Padre Arrupe, ha comenzado. Testimonios orales y escritos se están presentando que hablan de la profunda confianza en Dios, – “en Él sólo la esperanza” -, y del impulso evangélico, y audacia en la lectura de los signos de los tiempos, y en la respuesta a ellos. Estas cualidades le llenaron de fortaleza a lo largo de su generalato. Ahora los llamados “Censores Teólogos” están leyendo un sinfín de trabajos suyos publicados; la Curia General ha preparado una completa bibliografía; la Comisión Histórica está revisando miles de documentos del archivo, no publicados; y en el Vicariato de Roma han comenzado los escrutinios.

El discípulo que llegó a Japón, en 1938, para aprender, – confiando en “el poder de Dios” que supera toda “humana sabiduría” -, se ha convertido en maestro para todos nosotros. Se le recuerda hoy en tantos sitios y programas a lo ancho de todo el mundo que llevan su nombre, y que buscan su inspiración. Nosotros, jesuitas, y los no jesuitas igualmente, seguimos leyendo sus escritos y encontrando en ellos orientación para nuestra vida.Hoy, la Compañía de Jesús se compromete en un proceso de aprendizaje compartido, por medio de las Preferencias Apostólicas Universales. Sería curioso ver cómo el Padre Arrupe, a su manera, los vivió en su propio tiempo aquí en Japón, – cómo mostró el camino hacia Dios por medio de los Ejercicios espirituales y el discernimiento, cómo se volcó en los excluidos y caminó con los jóvenes, o se preocupó de nuestra casa común. Tal vez alguno se sienta inspirado a hacer un estudio en el que se descubra a Pedro Arrupe como un verdadero modelo para nuestra misión de hoy. Ciertamente en la primera de las opciones encontramos un buen patrono en Pedro Fabro, el mejor, – según el parecer de San Ignacio -, en presentar los Ejercicios, que encontró a Dios en todas las cosas, confiando a todos a la protección de los santos y de Nuestra Señora. En este día tan especial, seguimos los ejemplos de Arrupe y Fabro, pidiendo por intercesión de Nuestra Señora, Madre de la Compañía de Jesús, que fortalezca constantemente nuestra fe, para que podamos llegar a ser mensajeros de esperanza. Y en este privilegiado lugar de Nagatsuka y Hiroshima, pedimos por la especial intercesión de Pedro Arrupe, que podamos recibir la energía apostólica para vencer el odio y la enemistad, y contribuir a una profunda transformación de nuestras vidas hacia la reconciliación.

Fuente: sjcuria.global

Ithaka: el Centro de Empendedurismo de la Universidad Católica del Uruguay

En 2017, Magdalena Guria asumió el cargo de directora de Ithaka con el desafío de crear el centro desde cero. En la siguiente entrevista, habla del funcionamiento del centro de Emprendedurismo que se ha puesto en marcha con la nueva estructuración de la Universidad Católica del Uruguay (UCU).

¿Con qué fin se creó Ithaka?

La facultad hace más de 10 años que viene trabajando en emprendimientos pero muy facultad-dependientes, en donde algunas facultades tenían emprendimientos más grandes. Ahora, se está tratando de hacer una transformación tratando de unificar carreras y generar centros que funcionen de manera transversal. Es un ejemplo de intraemprendimiento porque es un proyecto nuevo que nace dentro de la universidad y tiene que buscar el modelo de negocios que enganche y logre funcionar. 

¿En qué tipo de emprendimientos se enfoca?

Nos dimos cuenta de que, en realidad, debido al rol de la UCU, preferíamos enfocarnos en temáticas de impacto, ya sea de emprendedurismo social o de apoyo a asuntos que traten de generar algún impacto. Hemos trabajado en iniciativas de género, ahora estamos con medio ambiente o la mejora en la gestión de residuos. Otro de los buques insignias es la vinculación academia-empresas. El 34 % de las personas que concurren al centro son graduados. Es gente que ya egresó, trabajó, hizo experiencia, y ahora quiere emprender. Vuelve graduada y nosotros la ayudamos. 

¿Cómo acercan a los estudiantes que no ven el emprendedurismo como una opción?

Tenemos emprendimientos con graduados en sociología y enfermería, por ejemplo. Nos gusta mostrar ejemplos que salen de lo clásico. Obvio que tenemos chicos que hicieron administración o licenciatura en Informática, pero eso es lo más típico. Hay que formar equipos interdisciplinarios. Ahora estamos trabajando con emprendimientos buscándoles socios y es parte del trabajo. A veces conocemos gente que quiere emprender, pero no tiene muy claro, tal vez es muy fuerte a nivel comercial. Entonces hay otro que ya tiene una idea y los juntamos. 

¿Qué le falta al esquema emprendedor local?

Es innegable el cambio que ha habido en los últimos diez años, el emprendedurismo está mas instalado en la cultura. La gente sabe, escucha, lee términos de innovación y emprendimientos. Tenemos el desafío de abrirlo cada vez cada más y el próximo paso es empezar a profesionalizar y a especializarnos. Nosotros recomendamos otras instituciones, por ejemplo si viene un proyecto de hardware que no tenemos la infraestructura para atender. Pero tenemos planta piloto de alimentos y capaz que viene  alguien de otro lado para atenderla. Otra cosa es que, el que quiere emprender acá tiene que tener claro que tiene que tener una cabeza global. 

¿Cuáles son las fortalezas de emprender en Uruguay? 

Hay cosas que tenemos más a favor acá que en Silicon Valley. Que Uruguay sea chiquito, que en el mundo haya seis grados de separación y acá haya dos, nos juega a favor. Que la clase política sea super accesible, te facilita. He tenido emprendedores que se reunieron con ministros, senadores, jerarcas de la intendencia, etc. Andá a reunirte con un senador en Estados Unidos si podés. 

Fuente: elobservador.com.uy

Crisis en la frontera Arica-Tacna

¿Se cierran las fronteras para los migrantes venezolanos?

Julio Villavicencio SJ – Director del Servicio Jesuita a Migrantes Argentina-Uruguay (SJM ARU)

El pasado 25 de julio pude visitar la frontera entre Arica (Chile) y Tacna (Perú) donde cientos de migrantes venezolanos se encuentra retenidos. Para ellos, los requisitos de ingreso que Chile está estableciendo, se han convertido en un obstáculo prácticamente insalvable.

En Tacna, junto a dos miembros de la oficina del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) de Chile, la directora del SJM local nos puso al corriente de la situación las personas migrantes.

Nos dirigimos a su encuentro sorteando un mar de policías y escudos, uniformados detrás de retenes militares y restricciones de todo tipo. Ya en el lugar, decenas de carpas cobijaban las aspiraciones de millares que aguardan, desde hace días, una respuesta positiva a su solicitud de ingreso a Chile, frente a dependencias del consulado. 

Quienes habíamos ido pudimos hacer llegar la ayuda humanitaria que llevamos desde Chile en forma de víveres y frazadas, así como información sobre las nuevas exigencias migratorias vigentes. Los requerimientos, aprobados recientemente en Perú y Chile, imposibilitan a muchos migrantes venezolanos el que puedan ser recibidos: al inicio de su trayecto, estos simplemente no existían por lo que difícilmente podrían cumplimentarlos. Les cambiaron las reglas de juego a mitad de camino y, concretamente, no cuentan con lo necesario para acceder la así denominada visa de ‘compromiso democrático’.

Lo más crítico de esta situación es que no se han contemplado las condiciones mínimas para garantizar la defensa de sus derechos humanos básicos. Esto ha significado que familias enteras, niños, niñas, mujeres embarazadas y otras condiciones de vulnerabilidad, no acceden a las mínimas atenciones sanitarias, de alimentación y habitación. Ni el país que les niega el ingreso, ni el que los tiene retenidos se hacen cargo de estas personas.

A medida que las puertas se van cerrando, y la preocupación por la seguridad de estas personas va en aumento, solo las organizaciones humanitarias están presentes para colaborar en la atención de sus necesidades más básicas. Mientras tanto, las políticas hacen más foco en la perspectiva de la ‘invasión migrante’ que en la atención a las personas y sus derechos.

Los discursos en contra del gobierno venezolano de algunos países de la región y las críticas a la situación que están viviendo sus hombres, mujeres y niños, no van de la mano de políticas que ayuden a estos hermanos y hermanas latinoamericanos a superar esta crisis humanitaria, buscando un futuro mejor en otro país.

Una Iglesia que baila

Pablo Michel SJ se encuentra realizando sus estudios de Teología en Chile. Sin embargo, desde allá, tuvo la oportunidad de incorporarse a la vida comunitaria de los Promeseros de Jesús y de María, un grupo de baile religioso que asiste hace décadas a la fiesta de la Tirana para expresar su fe bailando para la Virgen del Carmen; y nos cuenta su experiencia.

Pablo Michel SJ

Cada vez que iniciamos un viaje emprendemos también un camino interior. Nuestros sentidos comunican al alma que dejamos nuestro lugar, los colores que nos acompañan habitualmente, los sonidos que nos rodean, los olores y gustos de nuestra rutina. Al armar la mochila nos enfrentamos a nuestras inseguridades frente a lo ‘por venir’ y también a nuestros deseos. Desplegar lo que iremos a llevar sobre la cama se convierte en metáfora de lo que cargamos, señala lo que tememos enfrentar y lo que nos ilusiona. Nos subimos a un avión y nuestra alma despega mientras que nuestro mundo cotidiano se empequeñece tras la ventanilla. 

Dejo atrás Santiago de Chile, mis estudios de teología y aterrizo en Iquique, unos dos mil kilómetros al Norte, entre el mar y el desierto. Respiro el aire puro del desierto mezclado con la brisa marina y siento alegría. Mi alma se oxigena entre estas dos inmensidades y se dispone a la aventura de lo desconocido. 

Nos tomamos un minibús en el mercado antiguo de la ciudad y nos adentramos en el desierto hacia La Tirana, un pueblito de unos 800 habitantes. Somos parte de una gran peregrinación. Unas doscientas mil personas que se encaminan ilusionadas a encomendarse a la Madre de Dios. Siento que mi entorno ha cambiado, se respira algo así como expectación, acaso esperanza. Al llegar me encuentro con una verdadera explosión de sonidos musicales y con un mar inmenso de colores y de movimiento. Experimento una saturación sensitiva, no comprendo la abundancia de la que soy testigo y que me alegra y emociona de manera inesperada. 

Me toca incorporarme a la vida comunitaria de los Promeseros de Jesús y de María, un grupo de baile religioso que asiste hace décadas a la fiesta de la Tirana para expresar su fe bailando para la Virgen del Carmen, la Chinita. Mis sentidos experimentan de inmediato la bondad y la alegría que reina en la sala que hace de comedor comunitario. Como extranjero de ese mundo experimento e poderoso gozo de ser recibido. Se me sirve casi inmediatamente un plato colmado de comida, chistes por mi ser argentino, cariño profundo por ser jesuita y haber sido precedido por una lista de compañeros que guardan en el corazón: Esteban, Gustavo, Rafael, Santiago… Mi paso por la Tirana se inscribe entonces en una tradición, en una historia de amistad. 

Desde ese primer momento el gusto experimenta entonces por primera vez la delicia del cariño hecho comida que no se detendrá ni por un minuto en toda la semana. El pan amasado por la mañana, los queques y los postres, un picante de guata con pata con charqui, unas papas a la huancaína, ceviche de pollo, un tremendo asado. Todo va nutriendo una vida comunitaria muy rica, hecha de conversación profunda y también de juego. Descubro un mundo de una gran belleza, de mucha alegría y de fe vivida con profundidad. 

Los Promeseros son uno de los más de doscientos bailes que participan de la fiesta. Comprendo viviendo con ellos que el baile es oración que compromete toda la vida. Se preparan todo el año para estar ahí, recaudando fondos, elaborando sus propios trajes y ensayando sus pasos. Pero descubro además que pertenecer a un Baile es una profunda experiencia de ser Iglesia. Las personas se incorporan a una comunidad creyente bien organizada, a un itinerario catequético y sacramental, y a una vida sumamente atrayente para otros y de una evangelización tremendamente eficaz. El Baile es concreción del Reino de Dios, sin más. 

Al partir, Wil y Ale y su hijo Mateo me regalan una foto del baile y un pequeño bailarín de yeso. Me piden una bendición para su joven familia. Hacemos una oración juntos y marco una pequeña cruz en sus frentes. Soy yo el bendecido. Al partir, agradecido, grito bien fuerte como me han enseñado: “-¡Chaaau Baile!”. No funciona. El baile ahora viaja conmigo.