Roberto Jaramillo: «Cuba siempre ha merecido y gozado de una atención especial de nosotros”

Compartimos una entrevista realizada por Julio Pernús al P. Roberto Jaramillo S.J., Presidente de la Conferencia de Provinciales Jesuitas en América Latina y el Caribe (CPAL), durante su visita Cuba para participar en la 37ª Asamblea de la CPAL.

¿Quién es Roberto Jaramillo, SJ?

Yo soy un jesuita de origen colombiano que funge como presidente de la CPAL desde hace dos años, específicamente desde marzo de 2017. En la oficina de Lima cuento con un equipo de tres compañeros que me acompañan: un brasilero que es secretario, encargado de las Redes de Educación: FLACSI (educación primaria y secundaria), Fe y Alegría y AUSJAL (educación universitaria); también cuento con un jesuita, Mario Serrano, dominicano, que funge como responsable de todas las Redes Sociales: centros indígenas, centros sociales y de comunicación, radios, migrantes etc… El otro compañero es un colombiano, Hermann Rodríguez, responsable de formación, juventudes y la economía de la conferencia. Somos cuatro, vivimos en Lima y ese es mi ambiente actualmente.

¿Cómo se decide hacer la Asamblea de la CPAL en un país tan “sui géneris” como Cuba?

Siempre tenemos las asambleas bianuales y hay como una especie de ruleta, de forma que cada provincia recibe la asamblea cada seis años. Y cuando le tocó el turno a las Antillas, vimos la oportunidad de volver a Cuba. Hace mucho tiempo que no se hacía en tu país; creo yo que desde un largo tiempo atrás, porque siempre se escogía la República Dominicana, pero ya nos ves, aquí estamos. Cuba es uno de los territorios prioritarios dentro del Proyecto Apostólico Común (PAC) de la CPAL. Nosotros hemos sido muy bien recibidos y la gente está admirada de la gentileza, el cariño ofrecido por los jesuitas y ustedes, los miembros del pueblo cubano.

¿Cuáles son los temas que se han debatido en la Asamblea y esto qué impacto tendrá de cara al trabajo de la Compañía en América Latina y el Caribe?

En las asambleas usualmente debatimos muchas cosas, ya que en ellas participan doce provinciales que son parte de la CPAL; ellos tienen voz y voto, más el presidente de la institución, o sea yo. También son convocados los asistentes del Padre General de la Compañía de Jesús, que vienen de Roma; usualmente son dos asistentes, pero en esta oportunidad hay tres, porque hay uno que va a terminar su período. También participan cuatro superiores de la región: el de Cuba, que es el superior de la sección, el representante de la preferencia apostólica de la Amazonía en  Brasil, el superior de la región de Haití y el de la región de Guyana–Jamaica, que es una misma .

Además, en esta ocasión invitamos al padre Alfredo Ferro, que es el coordinador del Proyecto Panamazónico, Servicio Jesuita en la Panamazonía, quien nos ha mostrado todo el panorama de lo que se hace con respecto a la REPAM, que es la red de trabajo ignaciana en la cuenca del Amazonas, quien participará del Sínodo de la región amazónica en octubre.

Hemos estado también compartiendo las situaciones de las diferentes provincias como parte de nuestro servicio apostólico. El plato grueso de esta reunión, además de todas las decisiones que debemos tomar a nivel de las 14 redes apostólicas de la CPAL, ha sido el de pensar cómo vamos a realizar el cuarto año de teología que todos los jesuitas deben cursar. El cuarto año, en este momento, es una etapa que no está muy bien definida; unas provincias lo hacen de una manera y otros en forma distinta. Entonces, dedicaremos dos días a realizar un discernimiento sobre este tema, para preguntar a Dios las mejores maneras para vivir este proceso y de ahí podremos sacar propuestas para proponer a los jóvenes de la Compañía para realizar ese cuarto año.

También hemos tenido alguna tarde para conocer la ciudad, visitar algunos lugares importantes. Visitamos la iglesia de Reina y el Centro Loyola y pudimos encontrarnos con los jesuitas de La Habana en el Centro de Espiritualidad Pedro Arrupe (CEPA), en el Vedado, además de toda una serie de actividades, que son parte del acontecer habitual de un grupo como este a quien toca evaluar y realizar acciones comunes sobre el acontecer cotidiano en temas como formación, la etapa de tercera probación y las preferencias apostólicas universales, que acaba de señalar el Padre General.

Al estar en Cuba, creo que hay una pregunta obligatoria: ¿cómo se visualiza desde la CPAL nuestra isla?

Cuba, de conjunto con Haití y la Amazonía, son los tres territorios prioritarios del Proyecto Apostólico Común (PAC) de la CPAL; siempre ha merecido y gozado de una atención especial de parte de nosotros; venir aquí es un desafío porque muestra a los provinciales, que son los responsables de los recursos humanos, las urgencias y las necesidades de la Compañía, no sólo la historia, sino el hoy de Cuba. Yo creo que se hace un esfuerzo muy loable y valioso para acompañar la “densificación del sujeto” -como diría Pedro Trigo, un famoso jesuita venezolano-, la formación humana y espiritual de los sujetos, además de los pueblos, que son la base de cualquier cambio posible. Se hace un trabajo profético en ese sentido en esta isla.

Otro aspecto importante de la vida pastoral de Cuba tiene que ver con la tercera probación. A Cuba, durante nueve años, vinieron “tercerones”, estudiantes jesuitas de todo el mundo, ya al final de su formación. Así que esperamos y rezamos porque, después de un tiempo de descanso tomado por Benjamín González-Buelta, SJ, pueda retomarse esa experiencia en Cuba, tal vez con otro instructor. Por eso considero que Cuba está también muy presente en la vida de toda la CPAL; de ahí que no deje de tener un valor agregado el estar aquí y conocer las historias de lucha de tu pueblo. Hablo desde la pobreza de nuestras provincias, porque tampoco es que contemos con provincias absolutamente holgadas en cuanto a número y recursos.

Si tú comparas las dimensiones de Cuba con las de Brasil, tal vez haya una densidad poblacional jesuítica más fuerte en tu país que en aquel gigante sudamericano. Pero, yo comprendo que son situaciones diferentes; por eso, en medio de nuestra precariedad por todas partes, queremos ser solidarios también con la Amazonía, Haití y esta bella isla, de modo que podamos dibujar una experiencia de fraternidad y solidaridad. Yo espero que en estas reuniones, el superior de Cuba y el provincial de las Antillas puedan encontrar espacios para motivar a que cada vez vengan más jesuitas a colaborar, conocer y servir a este pueblo, que tanto lo necesita.

¿Alguno de sus sueños como presidente de la CPAL…?

Yo tengo dos años al frente de la CPAL y usualmente son tres o seis años en los cargos de responsabilidad en la Compañía; si a los tres años uno no lo ha hecho muy mal, lo dejan seis. Por lo tanto me puede quedar de uno a cuatro años en esta labor. Yo digo que tengo como la función de animar el trabajo que los otros hacen, algo un poco atípico. En ocasiones, mi servicio es similar al de un director de orquesta, que no es especialista en ningún instrumento, pero vigila porque la gente toque bien lo que sabe y lo haga de forma armónica junto con otros.  Y esa armonía tiene que ver con los planes y desafíos de las otras Conferencias de Provinciales. Somos seis en todo el mundo. Tenemos especiales relaciones con la Conferencia de Estados Unidos y Canadá; de hecho, el Caribe como Cuenca-Caribe, representa un lugar común donde nos encontramos; por ejemplo, Haití pertenece a la Conferencia del Norte, pero participa en nuestras reuniones; aquí está el superior de esa sección.

Te puedo decir que las seis conferencias soñamos y tratamos de realizar un trabajo colaborativo. Hay jesuitas de Asia en Guyana, hay jesuitas de Europa trabajando en Cuba, Perú o Venezuela. Quizás, una de mis funciones principales, como presidente, es intentar desde nuestro contexto, tejer esas redes con el mundo; yo creo que lo intentamos con fuerza, pero no lo conseguimos siempre.

Como despedida de nuestra charla, el Padre Roberto Jaramillo quiso enviar un mensaje especial a los laicos cubanos.

Mira, yo visité las obras de la Isla hace unos cuatro años cuando era delegado del apostolado social; estuve en Santiago, Camagüey, conocí los Centros Loyola y te puedo decir que llevo a la gente que conocí en ese momento en el corazón; admiré mucho su capacidad de resiliencia, esperanza y lucha. Creo que con ustedes, los laicos cubanos, vemos de forma más sencilla el evangelio y se nos hace más sencillo comprender que el mundo hay que vivirlo como un don de Dios.

Yo reconozco todos los desafíos que experimentan en tu país y acompaño con mi oración su búsqueda para crear una sociedad más justa, participativa, democrática, abierta y plural. Por supuesto, comprendo que esa es una labor que se debe realizar día a día. Como son tan poquitos los jesuitas en la Isla, siento que ustedes los laicos amplían el cuerpo apostólico de la Compañía, las preferencias y las invitaciones de la Congregación; el mensaje del Evangelio es para el cuerpo todo del pueblo de Dios.

A mí me alegra mucho poder saludarles por este medio también y animarles porque somos cuerpo. Y quiero que sepas que cada uno de nosotros tiene un papel. Así como dice San Pablo, el ojo no le puede decir al dedo pequeño del pie que no lo necesita porque no ve; todos somos importantes, algunos visibles, otros menos visibles, pero todos somos parte del cuerpo de Cristo y de la Compañía.  

Además de saludarles y agradecerles por lo que hacen, deseo animarles a que sigan participando de este cuerpo que es mayor que el reducido grupo de jesuitas. Yo creo que la Iglesia cubana es una Iglesia de resistencia y fermento; siento que es una comunidad que ha comenzado a manifestar, desde hace algunos años, su fuerza con densidad. Ustedes deben ser los que propongan a la Iglesia latinoamericana caminos menos clericales, más ministeriales, dado que son mayores sus dificultades a nivel de vocaciones y de prácticas sociales, religiosas o litúrgicas. Cuba tiene una potencialidad de servicios diversos, de apostolados diversos y carismas, que deben ser ofrecidos a América Latina en su totalidad y en particular a la Compañía de Jesús. Nosotros se lo agradeceremos siempre.

Fuente: CPAL SJ

El P. Arturo Sosa SJ animó a estudiantes polacos a crecer en sensibilidad social

Durante su visita a la Universidad jesuita en Cracovia, el P. General remarcó que “la verdadera medida de las universidades de la Compañía consiste en saber en qué tipo de persona convierten a nuestros alumnos”.

En su intervención, el P. Sosa SJ destacó que el apostolado intelectual, más que un sector, es una dimensión propia del carisma de la Compañía que, como tal, debe impregnar todas nuestras obras. Debe impulsar a alcanzar la sabiduría y el verdadero desafío es que llegue a ser una manera de transmitir la Buena Nueva, una forma de percibir la presencia de Dios en el mundo y la acción del Espíritu en la historia.

Este ‘mirar al mundo con los ojos de Dios’ se traducirá, en la práctica, en una sensibilidad social que permita escuchar el grito de los millones de personas que realmente lo necesitan. Subrayó que las universidades deberían contribuir a este cambio social, cuya fuente e inspiración es el Evangelio.

Fuente: Curia General Jesuita

Las 7 ‘llagas sociales’ que indignan a los obispos brasileños

El 10 de mayo concluyó la 57° Asamblea General de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB) en el Santuario Nacional de Aparecida.

Durante la cita anual más importante del episcopado brasileño, que convocó a más de 300 obispos activos, además de casi 200 eméritos y representantes de organismos eclesiales, fueron elegidos los nuevos directivos, se definieron las ‘Directrices de Acción Evangelizadora’ para los próximos cuatro años, y se reflexionó en torno al Sínodo Panamazónico que tendrá lugar en Roma, del 6 al 27 de octubre.

Crisis múltiple

La Asamblea General también le ha tomado el pulso a la realidad nacional y, concretamente, a “la crisis ética, política, económica y cultural que se ha encrudecido cada vez más en Brasil”.

De ello da cuenta el Mensaje de la CNBB al pueblo brasileño, donde se destacan siete ‘llagas sociales’ denunciadas por los obispos del país que, al mismo tiempo, convocan a la Iglesia a “empeñar todas sus fuerzas en la superación de lo que se opone al Reino de justicia y de paz inaugurado por Jesús”.

  1. El liberalismo exacerbado y perverso

La imposición exacerbada y perversa de políticas liberales que “deshidratan el Estado casi al punto de eliminarlo”, trae consigo “el aumento de las desigualdades y la concentración de renta en niveles intolerables, tornando a los ricos cada vez más ricos a costa de los pobres cada vez más pobres, conforme ya recordaba el papa Juan Pablo II en la Conferencia de Puebla (1979)”. De ahí que la Campaña de la Fraternidad de este año haya acentuado la necesidad de “políticas públicas que aseguren la participación, la ciudadanía y el bien común”.

  1. El ‘cáncer social’ de la corrupción

La corrupción, calificada por el papa Francisco como “cáncer social”, está presente en diversas estructuras del país y es, como tal, “una de las causas de la pobreza y la exclusión social”. Combatir la corrupción tiene que ver con “un cambio de mentalidad que lleve a la persona a comprender que su valor no está en tener, sino en ser y que su vida se mide no por su capacidad de consumir, sino de compartir”.

  1. La educación amenazada

En Brasil, una de las consecuencias de la corrupción se refleja en el desvío de recursos que podrían destinarse a la inversión en educación. La CNBB clama a favor de la educación, “gravemente amenazada con la reducción de recursos, el retiro de disciplinas necesarias en la formación humana y la falta de consideración de la importancia de las investigaciones”.

  1. El crecimiento del desempleo

El escandaloso número de desempleados brasileños –más de 13 millones–, al que se suman los subempleados –28 millones–, demuestran la ineficacia de las medidas asumidas, hasta ahora, para combatir esta ‘llaga social’.  Al igual que en su mensaje del pasado 1º de mayo, los obispos de Brasil reclaman al gobierno “preservar los derechos de los trabajadores y de las trabajadoras” y garantizar el trabajo digno, de modo que “se respete la primacía de la persona sobre el mercado y del trabajo sobre el capital”.

  1. Los niveles insoportables de la violencia

“La violencia ha llegado a niveles insoportables”, aseguran los pastores, testigos excepcionales de lamentos y lágrimas de “madres que entierran a sus hijos asesinados, de familias que pierden a sus seres queridos, y de todas las víctimas de un sistema que instrumentaliza y deshumaniza a las personas”. La violencia denunciada por la CNBB incluye modalidades como el feminicidio y la criminalización de defensores de derechos humanos, además de la violencia que se desprende del submundo de las cárceles.

  1. Las amenazas a los derechos de los pueblos indígenas

Entre los pueblos amenazados en sus derechos fundamentales, “las graves amenazas” a los indígenas, por encima de la misma Constitución, visibiliza realidades de discriminación, prejuicio y odio en la sociedad brasileña. Asimismo, la mercantilización de las tierras indígenas y quilombolas, motivadas por actividades mineras y madereras vinculadas al agronegocio, urgen una “revisión de los conceptos de progreso, crecimiento y desarrollo”, de acuerdo con la CNBB.

  1. Las reformas que lesionan a los más pobres

Finalmente, de cara a las reformas políticas, tributarias y de la seguridad social, los obispos de Brasil estiman que “solo serán legítimas si se hacen con miras al bien común y con participación popular, de modo que sean atendidos los pobres en primer lugar”. “Ninguna reforma será éticamente aceptable si lesiona a los más pobres”, asegura la CNBB, justificando la importancia de las iglesias y los movimientos sociales como “centinelas del pueblo”.

Fuente: Vida Nueva Digital

Amazonía: retos y perspectivas para la Casa Común

El jueves 16 de mayo, tuvo lugar,  en la Universidad Gregoriana, un seminario que cuyo objetivo fue, tanto, dar a conocer los grandes desafíos que enfrentan los habitantes y la Iglesia de la región amazónica, como también abrir un espacio para reflexionar sobre dichos desafíos buscando caminos para enfrentarlos desde el trabajo pastoral, formativo y la educación formal.

Las ponencias fueron presentadas por expertos, misioneros y representantes del Secretariado General del Sínodo y miembros de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), creada para coordinar la acción de cada una de las Conferencias Episcopales en el vasto territorio amazónico, que abarca nueve países. Esta iniciativa surge en un momento en que se juega el futuro de la humanidad.

La jornada de estudio comenzó con un video mensaje de parte del Cardenal K. A. Turkson, Prefecto del Dicasterio de Desarrollo Humano Integral, en el que desarrolló el tema de la protección del tesoro amazónico. Cuidar de los 7.5 millones que la componen es un desafío para la humanidad, no solo para las comunidades locales; que, al mismo tiempo, supone una acción a largo plazo. Se trata de una responsabilidad intergeneracional.

El purpurado insistió en que “Nosotros hemos recibido esta herencia de nuestros ancestros, así como su sabiduría. Por eso, nuestra responsabilidad es administrar los recursos para que estos, en el largo plazo, lleguen a las futuras generaciones.” “El objeto del desarrollo humano es el desarrollo de la dignidad de la persona, sin dejar a nadie fuera”.

El tiempo apremia

Por su parte, el Relator del Sínodo y Presidente de la REPAM, Card. Claudio Humes, presentó el contexto de la crisis ambiental y humana que se vive en la Amazonía: degradación ecológica; tiempo con cambios repentinos y extremos; contaminación del aire y de las fuentes de agua; agroindustrias que son insostenibles; un mercado depredador de la naturaleza.

Para el Cardenal Humes, las causas están en “el sistema económico tecnocrático, que tiene como objetivo primordial el lucro y no el bienestar humano o ambiental”. A esto se unen principios que atentan contra la vida humana: “el subjetivismo, el individualismo que caracteriza la cultura occidental. Según esto, el ser humano es el centro. Es creador de un progreso económico ilimitado”. Insistió: “para la ecología integral, el ser humano no es el propietario, el dueño, sino que es parte de todo lo que lo rodea, es una unidad”.  Añadió: “es mentira que los recursos del planeta sean infinitos”.

Finalizó su presentación afirmando que “el actual sistema económico mundial es insostenible”. El Cardenal cuestionó a los presentes: ¿Qué tipo de mundo queremos dejarle a los que vienen después de nosotros? La Amazonía es un punto de equilibrio para el planeta. Nunca ha estado tan amenazada como ahora. La Iglesia misionera en nombre de la encarnación de Jesucristo debe asumir el cuido de la casa común”.

Expectativas de los pueblos indígenas

El Cardenal Pedro Barreto, del Perú insistió en que en el momento actual es importante “tomar conciencia de lo que la ciencia nos dice: estamos urgidos a la acción: la Iglesia debe ser pobre para los pobres y debemos comenzar por los más pobres que son los indígenas”.

Sobre el tema ecológico afirmó: “tenemos que escuchar el clamor de la tierra y de los pobres. Escuchar sin protagonismos. Ninguna institución por sí sola va a solucionar lo que está ocurriendo. Necesitamos una red que busque la justicia en el cuidado de la casa común. Todos tenemos que sentirnos parte de esta acción. Esta red tiene que ser organizada y los indígenas son parte de ella”.

Educación para los pueblos indígenas

La educación constituye uno de los grandes desafíos en la Amazonía. Las grandes distancias y la ausencia de recursos humanos formados en las propias lenguas locales son algunos de los problemas que cualquier solución debe enfrentar.

Pablo Mora, jesuita peruano analizó este desafío: “en la mayoría de los casos, la educación bilingüe termina en la escuela primaria”. “Debido a las grandes distancias, los alumnos que van a las escuelas, se alojan en internados y regresan a sus comunidades una o dos veces al año. Esto crea la ausencia de los padres de familia en los procesos formativos de sus hijos”.

El Padre Mora expresó que la Iglesia es una de las instituciones en la que las comunidades y las autoridades civiles confían. Esta confianza, en el área educativa, debe ser asumida con responsabilidad y creatividad, para ofrecer una educación de calidad que permita fortalecer las comunidades y sus culturas.

El seminario contó con la presencia de casi doscientos participantes. Las imágenes, los cantos, los distintos rostros de las personas de origen amazónico, el verde de los bosques y las aguas cristalinas están allí, esperando que actuemos para cuidar la Casa Común.

Fuente: Vatican news

«Un gobierno renovado para una misión renovada» – Palabra de CPAL

Compartimos la Palabra de la Conferencia de Provinciales de América Latina, que se dirige a todos los jesuitas y colaboradores religiosos, religiosas, laicos y laicas de la región. 

Por João Renato Eidt, s.j.  – Provincial del Brasil.

El título del primer decreto de la Congregación General XXXVI no era el tema de la 37ª Asamblea de la CPAL, celebrada entre los días 07 al 11 de mayo pasado en La Habana, Cuba. Sin embargo, considerando  los temas trabajados, tuve la impresión de que ese título (un gobierno renovado para una misión renovada) define muy bien el espíritu que movió nuestro corazón, nuestro compartir y nuestras decisiones a lo largo de estos días.

 Desde la 36ª CG e incluso antes: ya durante el gobierno del P. Adolfo Nicolás, la Compañía de Jeús vive procesos de reconfiguración  de las provincias, y nos invita al trabajo en redes regionales para mejor cumplir la misión que el Señor nos ha confiado. Los temas principales trabajados durante la 37ª Asamblea de la CPAL: el compartir sobre las provincias, países y regiones, las conversaciones entre provinciales, las oraciones en común, la eucaristía diaria y los momentos de convivencia fraterna reflejan el profundo deseo del Cuerpo Apostólico de la Compañía de Jesús, América Latina de actualizarse para continuar sirviendo al Señor con generosidad y creatividad. Es consolador percibir que estos procesos sucedieron en estrecha comunión con el espíritu de la Congregación General 36, especialmente con el decreto n. 1°.

Las tres maneras de proceder que propone el decreto 1º, a saber: el discernimiento, la colaboración y el trabajo en red marcaron, de alguna manera, los días de gracia y bendicion durante la reunión en Cuba. En este sentido, el discernimiento hecho sobre el cuarto año de teología trajo mucha paz, serenidad y consuelo a todos. El fortalecimiento de las redes y su fruto apostólico en la conferencia también confirmar la orientación de la Congregación General. Ese trabajo en redes nos lleva a una mayor colaboración entre provincias y obras apostólicas; también nos mueve a colaborar con otros hombres y mujeres que, inspirados por el Evangelio, organizan y ponen sus fuerzas al servicio de la vida digna para todos y el cuidado de la casa común.

Necesitamos «un gobierno renovado para una misión renovada» con el fin de aprender a vivir de manera saludable a pesar de nuestros límites, respetando a todos y garantizando la seguridad, especialmente de los más indefensos y vulnerables. Conviene que vivamos como verdaderos «Amigos en el Señor», amigos que cuidan unos de los otros de manera que todo nuestro ser, nuestras fortalezas y dones para ser colocados, con la alegría, al servicio de la vida y el anuncio del evangelio. Para ello la vida comunitaria es muy importante. «En nuestra vida de comunidad jesuítica debemos crear espacios para el encuentro y el compartir. Esta disposición ayuda a que la comunidad se convierta en un espacio de verdad, alegría, creatividad, perdón y búsqueda de la voluntad de Dios. De este modo, la comunidad se convierte en un lugar de discernimiento «(CG 36, d. 1, n. 10).

La elección de las preferencias apostólicas universales de la Compañía de Jesús es fruto de un proceso de discernimiento que se dio en las obras apostólicas, en las comunidades, en las provincias, en las conferencias y finalmente, para concluir, en el gobierno general. La divulgación de las PAUs causó satisfacción y alegría en todo el cuerpo apostólico de la Compañía de Jesús. Que esta experiencia de discernimiento inspire y anime a las provincias a iniciar su discernimiento apostólico. Como decía el Papa Francisco a los jesuitas reunidos durante la CG 36ª: «La Compañía inicia procesos y deja espacios». El discernimiento apostólico ayudará a encontrar los llamados y la misión que el Señor quiere que realicemos. A través del discernimiento podremos también ayudar al P. General a renovar la estructura de gobierno de la Compañía de Jesús. El discernimiento y nuestra intimidad con el Señor, en fin, nos ayudarán a ser «servidores de la misión de Cristo» (CG 34ª, 2) en estrecha comunión con la Iglesia de Cristo. Esta es la razón de ser de la Compañía de Jesús.

  En América Latina estamos siendo testigos a diario del empobrecimiento de las poblaciones, el desplazamiento forzado de personas, las opciones políticas que privilegian pocos despojando elementos esenciales en situaciones de los regímenes democráticos y de los derechos humanos llegando al absurdo de la violencia y del autoritarismo. En el ámbito eclesial notamos dos movimientos que, muchas veces, se contraponen: uno de ellos propuesto y animado por el Papa Francisco que invita al diálogo, respeto, acogida, cuidado de la Casa Común, a la Iglesia en salida y a vivir la «alegría del Evangelio»; y por el contrario somos testigos de otro movimiento con actitudes conservadoras, autoritarias y clericalistas que irrespetan a las personas vulnerables y frágiles. Estos comportamientos son fuertemente criticados por el Papa Francisco que mantiene en su discurso la promoción de la paz como camino para un mundo mejor.

Las grandes inspiraciones de la CG 32ª como «el servicio de la fe, del cual la promoción de la justicia constituye una exigencia absoluta» (d.2, n.7) deben inspirar nuestro modo de ser y de actuar. Del mismo modo hay que recordar el primer decreto de la CG 36ª que nos motiva a ser «Compañeros en Misión, reconciliación y la justicia». Creo que estas Congregaciones Generales y las exhortaciones del Papa Francisco nos invitan a tener actitudes proféticas en la sociedad y en la iglesia. Para ello, la oración comunitaria, la Eucaristia y encuentro personal con Cristo son fundamentales, porque dar testimonio y vivir la fe y la justicia en nuestras  situaciones pueden dar lugar a malentendidos, persecuciones, amenazas e incluso el martirio. Que estas consecuencias no nos impidan ser testigos de la justicia y la reconciliación, más necesarias que nunca, en los contextos en los que vivimos.

Reflexión del Evangelio – Domingo 26 de Mayo

Evangelio según San Juan 14, 23–29

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: “Me voy y vuelvo a vuestro lado.” Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.»

Reflexión del Evangelio – Por Emanuel Vega SJ

El Evangelio de hoy puede resultarnos -si lo leemos por arriba o ‘a las apuradas’- un tanto confuso y misterioso. Pareciera que al escritor sagrado -que nos regaló este bonito texto- le gustara sorprender o extrañar a sus lectores. Sin embargo, al leer a conciencia y detenidamente el Evangelio de hoy, sale a la luz que detrás de esa aparente complejidad, se esconde un mensaje muy concreto, muy sencillo y esencial: “el Señor te quiere, y se muere de ganas de que vos también lo quieras. El Señor ha abierto el juego para que entres en relación con Él, por eso te dejó su Palabra. Ahora, te toca corresponder a vos”. Todo el Evangelio de Juan es un canto al amor; es una llamada apasionada a vivir desde lo único desde lo que vale la pena vivir: el amor a Dios y a los hermanos.

Jesús deja las cosas claras ya desde el inicio: sólo el amor a Él nos hará fieles a su mensaje. A veces, los cristianos, estamos tentados a creer que nuestra fe es una mera adhesión a normas, leyes, ideas claras y distintas. Y nos olvidamos que nuestra fe es mucho más que eso: nuestra fe es adhesión existencial (vital, afectiva) a una persona: Jesús. Una persona tan auténtica, tan libre y disponible, tan entregada y cálida, que simplemente enamora. Y ese amor que surge al encontrarnos con Él, transforma las perspectivas y los horizontes desde los cuales miramos y participamos de la realidad. Ese amor que podemos sentir y vivir gracias al encuentro con el Señor, nos hace mujeres y hombres nuevos: derriba nuestras asperezas personales, nos desinstala de nuestras seguridades, nos ordena los afectos, nos educa la sensibilidad y nos posibilita sentir gusto por aquello de bueno y bello que tiene nuestro mundo. En definitiva, el amor profundo -ese que nos hace salir de nosotros mismos- nos hace más divinamente humanos. Y nos habilita a la fidelidad: te creo y te sigo Señor, porque te amo. Te sigo porque en Vos encuentro la plenitud que ansío. Sin amor, nuestra fe sería puro voluntarismo: pura formalidad sin contenido vital.

El regalo que obtendremos al vivir desde ese amor, es lo más hemoso que nos podrá pasar como creyentes: Dios vendrá y habitará en nosotros; y seremos parte de Él, unidos en un mismo abrazo. Seremos recipientes de la divinidad y el amor se nos hará carne. De este modo, realizaremos nuestra más autentica vocación: ser imagen y semejanza de Dios en el mundo; ser la oportunidad del darse de Dios en la historia. Pidámosle a Dios la gracia de poder transparentarlo en nuestra vida, con ‘todo esto’ que cada uno de nosotros somos.

Fuente: Red Juvenil Ignaciana Santa Fe

Testigos de la Vida de Monte

En la página web de la Parroquia San José de las Petacas, en San José del Boquerón se pueden encontrar una serie de entrevistas a la gente del Monte.

El proyecto fue llevado a cabo por la productora BOP  e ideado por el Hno. Rodrigo Castells SJ. El objetivo que persigue es el de dar a conocer la historia, la riqueza de la vida de la gente del monte.

Las entrevistas fueron realizadas a los referentes de las comunidades que ‘se animaron’ a ponerse frente a la cámara y contar allí cómo ha sido su vida en el monte. Dejándolo registrado, se puede hacer como un ‘cajón’ donde guardar la experiencia de estas personas y ‘hacer memoria’  del sacrificio que ha significado la vida del monte en el pasado, cómo se vivía, se trabajaba, se creía. De hecho, algunos videos que estarán dedicados a contar ‘mitos’ del monte santiagueño, como el del Yachay (duende).

Si quieres ver la serie de entrevistas puedes visitar la web de la Parroquia de Boquerón o en el canal de YouTube de la productora.

Encuentro del Grupo Iberoamericano de Teología

Entre el 23 y el 25 de abril se llevó adelante en la Universidad Iberoamericana de Puebla el 3er. encuentro del Grupo Iberoamericano de Teología. El mismo, fue organizado por los Teólogos Rafael Luciani, Carlos María Galli y Fernando Fernández Font SJ.

Este encuentro, se enmarca dentro del Programa de Formación Continua del Boston College y busca contribuir al camino eclesial de diálogo interdisciplinar entre teólogos/as, pastoralistas y canonistas que han iniciado hace unos años.

Se puede acceder a las ponencias del Encuentro en su Canal de Youtube: Formación Continua Boston College.

Una fiesta que no es obvia – Testimonio de la beatificación de los Mártires Riojanos

El día 27 de Abril, fueron beatificados Monseñor Angelelli, Fray Carlos de Dios Murias, Wenceslao Pedernera y Gabriel Longueville, en La Rioja. Unos 30 jesuitas estuvieron acompañando la celebración. Uno de ellos, Juan Luis Panizza nos comparte su recorrido a través de este evento.

Por Juan Luis Panizza SJ

Llegamos a La Rioja la mañana del sábado. Antes de salir nos habían advertido: -“No vayan por la ruta que pasa por Punta de Llanos, va a estar ‘tapadaza’ de autos”. Pero casi no hubo autos durante el viaje. Cuando llegamos tampoco había carteles ni música.

Antes de ir a la misa desayunamos en casa de la familia de una religiosa de la Virgen Niña. Cuando les preguntamos cómo era el ambiente respecto a la beatificación nos contestaron: “Angelelli es más valorado por la gente de afuera que por los propios riojanos. Está muy metida la cuestión política. No tenemos dimensión de quien fue”.

Salimos para el Parque de la Ciudad, donde se iba a celebrar la misa. Menos autos todavía que en el ingreso a la ciudad. Y nada de música. En el lugar un policía nos indicó dónde podíamos estacionar: ahí nomás, al ladito de donde estábamos.

Lo que veníamos comentando de la falta de movimiento se hacía cada vez más patente, más pesado. La fiesta de la beatificación no era la fiesta que yo me esperaba, no era la fiesta que hubo con las beatificaciones del Cura Brochero y de Catalina de María. Decirle sí al martirio de Angelelli y sus compañeros, a la Iglesia que ellos buscaban, no es la obviedad que yo pensaba que era. Estar ahí con mis compañeros, decirle sí a esta celebración, tomó una nueva hondura y un nuevo matiz.

Nos fuimos acercando al predio. En la búsqueda de un lugarcito, tuve el gusto de saludar a amigos religiosos de diversas congregaciones (mercedarias, frailes menores, religiosas del Sagrado Corazón de Jesús, religiosas de Jesús María, salesianos). Faltando 10 minutos para que empezara la misa conseguimos sillas, y muy bien ubicadas. En las fotos sacadas por los drones aparece mucha gente. Pero si hubiese sido un evento verdaderamente multitudinario no habríamos conseguido lugar así.

La misa se vivió con mucha devoción y mucho entusiasmo. Los aplausos cortaron constantemente la homilía y las demás intervenciones. El más aplaudido de los cuatro mártires, al menos en el sector en que nos encontrábamos, era Wenceslao Pedernera. Tal vez por la cantidad de militantes de la Acción Católica presentes, tal vez porque su vida de laico padre de familia resultaba más interpelante para la mayoría de los que nos rodeaban. Se vivía con intensidad y alegría (e incluso con lágrimas) el festejo por la vida de estos cuatro hombres que, como canta el himno compuesto para la ocasión, “con su lucha y con su ofrenda traen la Buena Noticia”.

En la Homilía, el cardenal Amato expresó que los mártires “fueron asesinados debido a su diligente actividad de promoción de la justicia cristiana” en un tiempo en que la dictadura “intentaba instrumentalizarla (a la religión católica), pretendiendo una actitud servil por parte del clero y pasiva por parte de los fieles, invitados por la fuerza a externalizar su fe solo en manifestaciones litúrgicas y de culto”. Enrique Angelelli ejerció un ministerio cuya clave fue “la acción social en favor de los más necesitados y explotados”.  Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville fueron sacerdotes “cercanos a las franjas más desfavorecidas de la población”. Wenceslao Pedernera “se dedicó apasionadamente a una generosa actividad social”.

Esta beatificación es un regalo de la Iglesia, que propone a estos hombres y su lucha para “la admiración e imitación de todos los fieles”. Sin duda, su consagración interpela mi consagración.

Reunión de Directivos y Pastoralistas de los Colegios Ignacianos

Se llevó a cabo del 15 al 17 de mayo de 2019 en el Colegio Inmaculada, Santa Fe – Argentina

Por Emmanuel Sicre SJ

Se llevó a cabo la Asamblea anual de Red Argentino-Uruguaya de Colegios Ignacianos (RAUCI) con la participación de rectores y directores generales. Llegamos como peregrinos a los pies de Nuestra Señora de los Milagros, Patrona de la Provincia jesuita argentino-uruguaya,  más de 80 directivos de RAUCI, Fe y Alegría y Manos Abiertas buscando fortalecer nuestra presencia educativa en la misión compartida de evangelizar educando y educar evangelizando.

El principal fruto ha sido el encontrarnos, fortaleciendo el conocimiento y valoración mutua, que nos permite crecer en la conciencia de ser una comunidad apostólica al servicio de la misión de la Compañía de Jesús. El foco, este año, lo pusimos en el desafío de realizar la síntesis fe-cultura en nuestra actividad escolar.

Con la coordinación del P. Leonardo Nardín, SJ, delegado de educación y Presidente de RAUCI, el encuentro  se organizó teniendo en cuenta los cuatro ámbitos en relación con la síntesis fe-cultura en el marco de la formación integral.

1.- Experiencia de Dios.

 Con la dedicación de un tiempo generoso a rezar juntos. Por eso, como todos los años, la primera mañana del miércoles tuvimos un retiro orientado por el P. Fernando Cervera y  por la tarde compartimos trabajos en grupos conducido por el Consejo Pastoral de RAUCI. Asimismo todos los días posteriores comenzamos con la oración ignaciana guiados por alumnos de la Inmaculada y por la tarde finalizábamos el día con la Pausa ignaciana y la Eucaristía en el Santuario

2.- Tradición e Innovación.

El jueves por la mañana compartimos  las experiencias de Innovación, en especial la del Colegio San Ignacio- Mons. Isasa de Montevideo así como otras experiencias que van creciendo en calidad y profundidad.

3 y 4.- Reconciliación con Dios, con la Creación y la Humanidad: enviados a una red global

Por la tarde del jueves compartimos la creación de tres Foros de Reflexión de RAUCI a fin de ayudar a la síntesis fe-cultura en el ámbito específico de las Ciencias Sociales, de la Economía y de las Ciencias Naturales. Son espacios de ejercicio de red mirando nuestra misión de reconciliación que tendrán una modalidad virtual. El viernes hicimos un ejercicio de conocer mejor la cultura juvenil, punto de partida de nuestra tarea de hacer síntesis fe-cultura trabajando en grupos con alumnos del Colegio de la Inmaculada

Finalmente compartimos el camino de las escuelas de Fe y Alegría y Manos Abiertas así como próximas actividades de la agenda de  nuestra red

Agradecemos especialmente el fraternal recibimiento de toda la comunidad de la Inmaculada. Padres y madres colaboraron preparando cenas y descansos. Los alumnos fueron anfitriones en una visita guiada a los lugares históricos del Colegio.

Fuente: Colegio del Salvador