Pascua, esa Alegría Eterna

Por Matías Hardoy SJ

Llegó la Pascua. La esperamos, la deseamos, la buscamos. Algunos más que otros. Tal vez nos agarró un poco desprevenidos, se nos vino encima. Pero llegó, y Jesús resucita para todos.

San Ignacio descubrió que una de las características más fuertes de la experiencia pascual es la alegría. Por eso nos invita a pedir la gracia de “alegrarnos y gozar de tanta gloria y gozo de Cristo Nuestro Señor” (EE 221).

Siempre me ha llamado la atención que lo que pedimos es alegrarnos con la alegría de Jesús, es decir, que es Jesús quien se siente feliz por estar vivo. El miedo de la Cruz se transforma ahora en una alegría infinita por volver a estar vivo y para siempre. Esa pasión por la vida, por los amigos y por el camino es lo que hace tan grande el contraste entre la angustia y el miedo del Huerto y la Cruz, y la alegría de este Domingo pascual.

Es que la Pascua es así, todo lo transforma. Nuestra mirada, nuestro sentir, nuestro modo de estar en el mundo. De ella brota la serena certeza de que toda situación, por oscura y difícil que parezca, tiene futuro y esconde Vida en su interior, de modos muchas veces misteriosos.

Pero, ¿de qué alegría hablamos cuando hablamos de la alegría pascual? No se trata de una alegría superficial, de sonrisas vacías o fingidas, ni de una euforia forzada. Se trata, más bien, de una alegría honda y profunda.

Una alegría que no niega el dolor, sino que se anima a mirarlo a los ojos y a sostenerlo con la mirada, pero de la mano del Resucitado.

Una alegría que nos hace profundamente libres para amar, porque sabemos que la última palabra siempre la tiene el Señor y la fuerza de su Amor.

Una alegría que amplía horizontes, renueva la esperanza y reaviva deseos.

Una alegría, como la de Jesús, que necesita ser compartida. Y por eso esas escenas que nos regalará el Evangelio en este tiempo: los abrazos de reencuentro, el asado que le prepara Jesús en la playa a sus amigos. Tanta alegría no puede no ser compartida.

Ojalá esta Pascua, sea como sea que nos haya salido al encuentro, venga con la gracia de sentir en lo más hondo de nuestro corazón esa alegría pascual que nada ni nadie nos puede quitar.

Les comparto, para terminar (o, tal vez, para dar comienzo a este tiempo pascual) un poema de Cristophe Lebreton, monje trapense mártir en Argelia, quien entregó su vida confiando en esta alegría eterna.

“Nacer (la esperanza que me llega)

contigo todo comienza por fin

ayer es liberado, hoy es libre

en la abertura se dibuja un porvenir de luz

tu semejanza me atrae

dentro de tu pascua me he deslizado

y me dejo tomar enteramente en tu vida

Tu resurrección me invade

por ti se actualiza el don

y todo se eterniza en alegría

Evangelio y poema según tu parecer.”

 

Jesús es el Corazón de la Cruz

Por Cristian Marín SJ

En este viernes de Semana Santa recordamos como Iglesia la pasión de Jesús.

Como una madre educa a sus hijos, ella – nuestra Iglesia – nos enseña que Jesús muere por amor a todos, que Él es el Salvador aún para aquellos que ni lo conocen o lo niegan o ni les interesa todo lo que tenga que ver con la idea de Dios.

Jesús muere por nosotros. Ahora, podríamos pensar que Dios quiere el sufrimiento de su Hijo. Y aún más, podría instalarse en nosotros la idea de que Jesús mismo desea y quiere sufrir todo lo que recordamos hoy.

Muchas veces hemos escuchado que “no es el deseo de sufrir por sufrir lo que mueve a Jesús, lo que lo mueve es el amor” pero pareciera que no nos queda bien en claro esto.

La Palabra de Dios nos ilumina en este asunto, leemos en la biblia: “amor quiero, no sacrificios”. Y es lo que vemos que hace Jesús: Ama.

Y por amor al plan, al proyecto de que venga el Reino del Padre, está decidido a ir hasta las últimas consecuencias. Por amor a aquellos a quienes curó, a todos aquellos a quienes enseñó, a todos a quienes les devolvió la dignidad de sentirse hijos amados por Dios frente a la exclusión que sufrían por parte de todos.

Por optar vivir amando a todos y enseñando a hacerlo es que terminó clavado de pies y manos en una cruz.

Pero ojo, Jesús no es una especie de superhéroe que la industria del cine cada año nos muestra en varias películas. Porque el superhéroe está centrado en sí mismo y el yo puedo todo, tengo que sufrir esto o aquello para ganarle a… Aunque es cierto que despiertan admiración… pero…

No, nuestro humilde carpintero amigo es distinto, se juega hasta lo último por todos incluso hasta por sus enemigos. Está abierto a todos, no está cerrado en sí mismo. Si hasta parece que desde la misma cruz, en medio del dolor, abre sus brazos para abrazar.

Jesús despierta, en todo aquel que contempla toda su vida y su cruz, más que admiración, despierta el misterio de la atracción cumpliendo su promesa: “Cuando sea elevado, yo atraeré a todo el mundo” que leemos en el evangelio de San Juan.

El dolor por el dolor en sí, no es normal. Sólo si el dolor está dentro de un proceso – que produce dolor – pero que busca sanar, es soportable.

Jesús busca sanar. Busca salvar del pinchazo que produce el “aguijón del pecado” y que nos aleja de Dios. “He venido en nombre de mi Padre y uds. no me reciben”. Jesús desea cumplir la misión que el Padre le ha encomendado y sus acciones, sus palabras, sus decisiones causan como consecuencia la muerte.

Al morir en una cruz, nos enseña la Iglesia, se entregó por amor a todos y padeció por nosotros todos nuestros dolores y sufrimientos.

El corazón de nuestros sufrimientos y dolores es este Verdadero Hombre, Hijo de Dios. Pues si observamos bien, el centro, el corazón de la Cruz es Él mismo.

Dejémonos atraer…

Sabemos que no todo termina allí…

 

Tiempo para los Pies

Por Joaquín Taberas SJ

Hoy vivimos en una época y sociedad en las que nos resulta sumamente difícil la falta de tiempo. Nunca nos alcanza el tiempo. Esto puede ser por las nuevas exigencias del trabajo y del estudio, por la “inmediatez” de las comunicaciones o por el agotamiento que acarrea el trajín del día a día. Lo cierto, es que cada vez más el tiempo alcanza menos.

Ante nuestra constante falta de tiempo, el ejemplo de Jesús en Jueves Santo nos desconcierta y hasta puede llegar a resultarnos aterrador. Jesús, sabiendo que sus horas estaban contadas, no se dedicó a hacer milagros a mansalva (trabajar) para terminar su misión lo antes posible, no se puso a escribir instrucciones para los apóstoles preocupándose por el futuro, ni mucho menos se encerró a llorar sus penas. Jesús, estando sin tiempo, se sacó el manto y se puso a servir.

Jesús se sacó el manto, lleno una palangana con agua y se puso a lavar los pies de todos los que estaban ahí con Él (incluso a Judas). Una tarea indigna, sin resultados duraderos, y que cualquier otra persona podría haber hecho ¡Pero Jesús decidió perder esa hora ganándola!

Este perder el tiempo lavando pies es porque Jesús se había dado cuenta (y quería trasmitirlo) que en el servir al otro es que el tiempo cobra su sentido, que en el servicio gratuito es donde podemos llenar el vacío que nos deja la ansiedad del no tener tiempo. Que dándose, uno se siente pleno. Que perdiendo el tiempo por y con los demás es la forma de ir ganando las horas.

En esta Semana Santa que comienza ¿Cómo estoy de tiempo? ¿Estoy pudiendo ganar las horas gastadas? ¿Hay algunos pies que tenga que ponerme a lavar?

Pidamos estos días la Gracia de que Jesús nos enseñe a ganar el tiempo perdiéndolo por los demás. Preguntémosle: Jesús ¿Qué pies querés que lave hoy?

 

Llegó el Resucitado – Palabra de CPAL de Abril

Compartimos la Palabra de CPAL del mes de abril, que el Presidente de la Conferencia envía a toda Latinoamérica.

Por Roberto Jaramillo SJ 

Comenzamos el mes de abril en domingo de resurrección, como una señal que nos invita a refundar nuestra vida sólo en el Resucitado conduciéndola, con mente y corazón renovados, hacia tiempos y formas de proceder nuevas.

En la semana santa no fue difícil actualizar de diversas maneras la pasión del Señor. Signos de Su crucifixión se hacen visibles en nuestra realidad cotidiana: son tiempos de autoritarismos e irrespeto de las voluntades populares sin importar programas políticos; tiempos de hegemonía del capital y de políticas ultra-liberales que parecen gobernar el mundo entero, tanto en lo público como en lo privado. Son tiempos de divisiones sociales (y aún familiares) atizadas intencionalmente por grupos aferrados al poder a través del miedo, la mentira y el prejuicio contra el ‘otro’, el ‘diferente’. Tiempos de acciones absurdas como hacer explotar una bomba en un supermercado atestado de gente, o asesinar a una mujer por ser negra, y por pertenecer y defender a grupos sociales marginalizados.

Son tiempos de miseria, enfermedad, hambre y desesperanza que llevan a miles de personas a dejar su propio país y arriesgarse en los caminos buscando una nueva vida en culturas diferentes. Tiempos marcados por la corrupción y la deshonestidad entre los grandes -pero también entre los pequeños- en el día a día, como si se tratara de un verdadero cáncer que destruye los fundamentos de la convivencia entre los hombres: la posibilidad de confiar en la palabra. Y tantas otras cruces, grandes y pequeñas que hay en nuestra vida y la de nuestras sociedades e instituciones.

Vivimos, sí, en tiempos sombríos. Para nosotros, los cristianos, la mayor tentación es la resignación: renunciar al momento decisivo de la resurrección – ‘tirar la toalla’. Pero las celebraciones de la Semana Santa encienden nuestro corazón y nos invitan a no a reproducir el discurso triste de los que van a Emaús alejándose de la comunidad (Lc. 24), sino a volver con renovada alegría y entusiasmo al camino del evangelio.

“A los que vivían en tinieblas y en sombras de muerte una luz les brilló” (Is. 9,2). La luz del Niño que nació en el pesebre es la misma del crucificado-resucitado que venimos de celebrar: “él nos ha rescatado de las tinieblas del pecado y nos ha trasladado al Reino de su Hijo, el Amado” (Col. 1,13)

Es este el momento de demostrar que, como cuerpo apostólico hemos sido salvados en y por el Resucitado. Que allí donde vivimos división y autoritarismo somos capaces de sembrar con nuestra vida perdón, escucha, reconciliación y participación. Que allí donde se excluye a los otros porque piensan diferente o tienen otro color de piel, somos capaces de reconocer el multiforme don de Dios y acogerlo y celebrarlo. Que allí donde el mundo grita e infunde -casi ciegamente- división, sospecha, individualismo, nacionalismo o proteccionismo, nosotros hacemos realidad el entendimiento, el diálogo, la búsqueda en común, la acogida del otro en su particularidad y con sus derechos.

En un mundo como el que nos toca habitar, sólo viviendo a contracorriente podremos dar testimonio de esta verdad y vivir en la alegría de ser salvados.

Incomodar, ser criticados y perseguidos, dar la vida como diario sacrificio (quien sabe: martirialmente, como nunca lo imaginaron Rutilio Grande o Mons. Romero) pueden ser señales de que ‘algo nuevo’ irrumpe y despunta en nuestras vidas.

¡Felices Pascuas para todos y todas!

Semana Santa: Contemplar cómo la Divinidad se Esconde

Una reflexión para comenzar la semana Santa renovando la propuesta de la espiritualidad ignaciana de contemplar cómo: ‘la divinidad se esconde’.

Por Maximiliano Koch SJ

En sus Ejercicios Espirituales, san Ignacio invita a que nos acerquemos a contemplar la Pasión del Señor considerando “cómo la Divinidad se esconde”. Durante este tiempo, el hombre que se atrevió a llamar a Dios Padre y que demostró tener poder sobre la enfermedad, los demonios, las rígidas estructuras sociales y religiosas, aparece rendido, abatido, impotente. Será objeto de risas, insultos, castigos y, finalmente, una muerte en cruz. Sí… la divinidad parece esconderse…

La Pasión es una triste historia que muchas veces no queremos recordar. Queremos pasar de página o de día rápidamente, intentando llegar al acontecimiento de la Resurrección para gritar al mundo que verdaderamente Cristo es el anunciado, el salvador, el verdadero Mesías. Pero sólo a través de lo que ocurrió en aquella semana de Pascua judía podemos entendernos como cristianos hoy. Porque en esos tristes acontecimientos donde parece que la divinidad se esconde, Dios reveló plenamente cómo actuaba, a qué invitaba al hombre y mostró qué significa el ser humano para Él.

En efecto, a través de gestos como el lavatorio de los pies, Jesús enseñó que no vino a imponer su voluntad a los hombres sino a servirles. Pudo ponerse de rodillas y actuar del mismo modo que los sirvientes o esclavos de las casas. Esta cualidad, ciertamente, no coincide con lo que muchos esperan de Dios. Por el contrario, queremos que aparezca un ser que condene tanto el pecado como los pecadores, un dios que juzgue y demuestre su poder definitivamente bajo el sometimiento. Aún hoy rechazamos la imagen de ese Dios que quiere servirnos, ofreciéndonos lo que necesitamos para vivir en plenitud.

Pero Jesús, en esa semana, no sólo sirvió al ser humano, sino que lo amó plenamente. Sólo entregándose para ser crucificado podía mostrar cuál es la medida del amor que Él nos tiene. Asfixiándose, desangrándose, sufriendo insoportables dolores físicos y espirituales, todavía tuvo fuerzas para gritar: “perdónalos, porque no saben lo que hacen”, mostrándonos cuál es la medida de la misericordia. Esta imagen de un Dios que es capaz de amar y perdonar hasta morir también puede ser objeto de rechazo por nosotros. Nos es más fácil primero juzgar y luego actuar en consecuencia. Es más fácil vivir desde relaciones de poder e imposición que desde relaciones horizontales, de entrega. Y, sin embargo, Dios invita a algo distinto, nuevo, liberador, que resulta capaz de plenificarnos.

Finalmente, otro en su camino al Calvario, Jesús también nos enseñó qué somos los seres humanos ante los ojos de Dios. Él sabía que, si entraba en Jerusalén, seguramente sería asesinado porque su figura había creado una fuerte tensión en la sociedad. Y, sin embargo, entró. Sabía que, si permanecía esa noche en la ciudad, lo irían a buscar para ser juzgado, condenado, torturado y asesinado en una cruz. Y, sin embargo, permaneció. Pero todo lo que iba a ocurrir valía la pena para Dios porque, para Dios, el hombre vale la pena. Aunque peque, aunque se equivoque, aunque robe, mienta, asesine, Dios no deja de amar al ser humano y cada uno vale la pena. Esta es la dignidad con la que Dios mira al hombre. Esto nos desconcierta absolutamente, al punto que San Pablo reconocerá que predicar a un Cristo crucificado constituye una locura y una necedad para el mundo. Quizá porque, para nosotros, la humanidad y la vida poco valen, al contrario de la mirada de Dios.

 La Divinidad, en la Pasión, pareció esconderse. Y, a la vez, se mostró plenamente en su propuesta, en su modo, en su acción. Realizó una oferta abierta a la humanidad para que viva plenamente. Nosotros seguiremos negociando con nuestras seguridades, comodidades, temores, deseos de aferrarnos a odios y tensiones. Pero la oferta de Dios está allí para que la acojamos en el tiempo, lugar y cantidad oportunas y necesarias, para que podamos hacerla acción en nuestras vidas a través del servicio, del amor, de la misericordia y de la entrega.

Fuente: Red Juvenil Ignaciana Santa Fe 

Personajes de la Pasión

Una propuesta para rezar la Semana Santa desde sus protagonistas.

Tiene algo de desafío aproximarse a los que vivieron la pasión de Jesús “con él”. Es otra forma de “mirar” estos días. Es un intento de zambullirse en una realidad densa y provocadora. Es atreverse a asomarse a las contradicciones, temores y al valor de “LO CRISTIANO” en la encrucijada, en el punto límite, en su radicalidad más firme…

Esta Semana Santa los invitamos a caminar con esas figuras. Hombres y mujeres que buscaron, atacaron, creyeron, lloraron, sufrieron o “resucitaron” con Jesús. Como nosotros estamos llamados a hacer. Os invitamos a pasar un rato cada día de esta Semana Santa “dialogando” con ellos.

Lunes: Caifás, «El escandalizado»

«Los que prendieron a Jesús le llevaron ante el Sumo Sacerdote Caifás, donde se habían reunido los escribas y los ancianos”.

Martes: Juan, «El amigo»

“Junto a la cruz estaba su madre… y junto a ella el discípulo a quien amaba”

Miércoles: Judas, «el triste»

«El llamado Judas, uno de los Doce, iba el primero, y se acercó a Jesús para darle un beso.»

Jueves: Pedro, «El bocazas»

Pedro dijo: “Señor, estoy dispuesto a ir contigo hasta la cárcel y hasta la muerte”

Viernes: Pilatos, «el ciego»

Salió entonces Pilato, fue hacia ellos y dijo: “¿Qué acusación traéis contra este hombre?”

Sábado: María, «la esperanzada»

“…perseveraban en la oración con un mismo espíritu, en compañía de algunas mujeres, y de María, la madre de Jesús…”

Domingo: María Magdalena, «La fiel»

«El primer día de la semana va María Magdalena de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro…»

Fuente: Pastoral SJ

 

La Contabilidad Imposible de la Pobreza

¿Cómo es la vida de quienes tienen menos de lo que necesitan para vivir?

Por Gaby Jorquera

Una de las cosas que más nos cuesta imaginar a la clase media, con vidas medias y salarios medios, es cómo se las arreglan para vivir quienes perciben un tercio o un cuarto de lo que ganamos. Si nosotros llegamos más o menos justos a fin de mes ¿Cómo hace una familia de dos padres y dos hijos para mantenerse mensualmente con, por ejemplo, los 426 euros de subsidio de desempleo que se recibe cuando el paro se acaba? Es lo que llamo la contabilidad imposible de la pobreza: sobrevivir con muchos más deberes que haberes.

Es una contabilidad imposible porque no hay manera de cuadrar el dinero que entra con los gastos que hay que afrontar ¿Cómo se puede vivir así? Equilibrándose como quien atraviesa una cuerda floja. Planificando cada compra como si estuvieras desactivando una bomba. Una madre de tres hijos en paro me contaba que se dedica a recorrer los cuatro supermercados de su barrio con la lista de la compra para comparar precios. Si algo de lo que necesita está 20 céntimos más barato en un lugar, ahí lo compra. Hace la compra en cuantos sitios sea necesario y cada céntimo de ahorro es un pequeño triunfo.

Se dejan de pagar algunas cosas, por ejemplo, algunas facturas de la vivienda que sabes que podrán esperar un par de meses sin que se produzca un corte en el suministro. Se solicitan las ayudas de alimentos, de ropa, de lo que sea. Se cena en casa de los padres o familiares cada vez que pueden, porque es una comida que se ahorra.

Hay muchas renuncias, casi nunca se puede comprar aquello que se quiere, o lo que se necesita, sino lo que se puede. Para los adultos es más fácil. Pero los niños tienen menos elementos con los cuáles procesar la escasez. Saben que no pueden merendar en una cafetería, ni ir al cine, ni a una hamburguesería como hacen otros niños y niñas. Por supuesto disfrutan de ir a jugar al parque, de los mimos de sus padres, del cariño de sus profesores y amistades, pero también hay cosas que les gustaría hacer -ir a un parque de atracciones, a una excursión del cole, usar una tablet- cosas normales para otros y que les están vedadas.

Sus padres sufren porque querrían poder darles más. Tener hijos es querer cuidarlos, protegerlos y darles lo mejor que se pueda. Que lo mejor que se pueda no sea suficiente, es algo que causa un profundo dolor. Para quienes lidian con la pobreza severa la relación con sus hijos tiene una tensión particular. Hay que decirles tantas veces que no y es tan difícil de explicar el porqué. Un padre me contaba que después de 6 años difíciles, en los que habían hecho esfuerzos ímprobos para que sus hijos no se dieran cuenta de los problemas económicos con los que estaban lidiando, finalmente volvió a encontrar un trabajo (nada para tirar cohetes: 900 euros al mes para mantener a 5 personas). Cuando les contó, sus hijos lloraron de alegría. Y los padres lloraron también, porque se dieron cuenta hasta qué punto no los habían podido proteger de esa realidad.

Cuando vives con tan poco dinero, cualquier pequeño evento se transforma en el catalizador de una tragedia. En el ejemplo anterior, primero fue el paro, después, una lesión por una caída de muy lenta recuperación, y finalmente el desahucio de la vivienda que ya no podían pagar.

En otros casos, una enfermedad. Una mujer me contaba que le habían diagnosticado diabetes, y a su hija mayor sobrepeso. Les dieron una dieta a ambas y le soltó la carcajada al médico. No tenía manera de asumir el coste de esa alimentación. El médico la regañó por no entender lo importante que era seguir las indicaciones. Cómo le explica ella al médico que rebaja la leche de los niños con agua y maicena porque no tiene otra manera de que le alcance para darles de desayunar. En el supermercado, le dio un ataque de llanto mirando el precio de los aguacates, una de las recomendaciones de la dieta.

No son una excepción. Esta realidad la viven el 14% de los hogares con niños, niñas y adolescentes a su cargo, que están en pobreza severa, es decir, que reciben menos del 40% de la mediana de ingresos –la clase media recibe entre el 75% y el 200%-. Es decir, estas personas no sólo son pobres, sino muy pobres.

La pobreza severa afecta en mucha mayor medida a las familias con niños y niñas, duplicando la tasa en hogares que no tienen menores a cargo. Así es cómo viven más de un millón trescientos mil niños, niñas y adolescentes en España. Estas son las dificultades con las que lidian sus padres, que además escuchan de manera cotidiana que no se esfuerzan lo suficiente, o que en España no hay pobreza. Estas son las personas que lidian con esta contabilidad imposible en la que la vida digna está fuera del horizonte.

Fuente: Entre Paréntesis

 

Levanto Mis Ojos

Una reflexión sobre la experiencia de confiar y descansar en Dios.

Por Pedro Miguel Lamet

(Glosa al Salmo 120)

Levanto mis ojos a los montes, por encima de los rascacielos, más allá de los satélites y las constelaciones, hacia los espacios siderales donde aún no ha llegado la mirada del hombre, al fondo inexplorado de los océanos y hasta el vacío quántico de la materia…

¿De dónde me vendrá el auxilio? ¿De las organizaciones políticas de los hombres? ¿La ONU, la UE, el FMI, las ONG, un nuevo orden internacional? ¿Del poder económico, la banca, las multinacionales y oligopolios? ¿De la asociación de vecinos, el club, mi equipo de fútbol?

El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. De ti, solo de ti, que haces girar los planetas, habitas el cosmos, el fondo del mar, la sonrisa del niño y la lágrima de la madre. Que alientas mi respirar y mantienes vivos desde un insecto y una flor a todo el Universo, que eres el misterio recóndito de cada cosa…

No permitirá que resbale tu pie, tu guardián no duerme; no duerme ni reposa el guardián de Israel. Me habitas, me acompañas, me sostienes. Siento tu mano en mi hombro al cruzar el abismo de la soledad, el dolor, la incomprensión. Todos se van. Tú nunca me fallas.

El Señor te guarda a su sombra, está a tu derecha; de día el sol no te hará daño, ni la luna de noche, y enciendes de ilusión cada mañana, me arropas con tu embozo cada noche, me despiertas al ahora eterno del que ya formo parte, sin angustia por el pasado mi miedo al futuro. El Señor te guarda de todo mal, él guarda tu alma, porque eres parte de su Ser, beso de Dios, vibración de su amor, luz de su mirada. El Señor guarda tus entradas y salidas, cuando sales de casa, subes al autobús, lloras y ríes, naces y mueres a la apariencia de mundo, ahora y por siempre, en el ahora y en la eternidad.

Por eso solo descanso, confío y en lo profundo de mi entraña ya soy feliz.

Fuente: Página de Pedro Lamet

 

La Compañía de Jesús se Involucra en la Lucha contra el Desmonte en Santiago del Estero

La Parroquia de los jesuitas en San José del Boquerón, junto con otras organizaciones está trabajando en el monte Santiagueño con la problemática de los desmontes, que afecta miles de hectáreas a lo largo del país, y que, en especial en esta región afecta a los más necesitados.

En estos días, habría llegado una autorización desde la Dirección General de Bosques y Fauna, avalando el desmonte. Según las organizaciones comprometidas con la protección de los bosques, esta sería ilegal. Por ello, ha armado una denuncia conjunta entre Greenpeace, la Parroquia San José de las Petacas y las organizaciones campesinas.

Además de chequear la acción de quienes ya han iniciado el desmonte del boque chaqueño por vía satelital (gracias a herramientas que provee Greenpeace) se está armando una visualización de los terrenos donde se está llevando adelante el desmonte con un grupo de campesinos.

A su vez, se está intentando mantener el diálogo con diversas instituciones, como la Dirección General de Bosques y Fauna; la Comisión Municipal y la Policía de la localidad.

La denuncia planeaba ser presentada el día 23 de febrero. Además de las instituciones involucradas, la Carta era apoyada por el Obispo de la zona. Hasta ahora, el terreno desmontado consta de 500 hectáreas de territorios fiscales.

Carta de Denuncia por los Desmontes en Santiago del Estero

Sr. Gobernador de Santiago del Estero

Dr. Gerardo Zamora

CC: Ing. Víctor Abel Rosales

Dirección de Bosques y Fauna de la Provincia de Santiago del Estero

Dr. Juan Pedro Cano

Dirección Nacional de Bosques, Ordenamiento Territorial y Suelos

Por medio de la presente queremos denunciar ante Usted un desmonte ilegal de aproximadamente 500 has en el departamento Copo, en un predio denominado Calancati, solicitado por Luis Mendez Ezcurra y Horacio Gándara, donde actualmente se encuentran trabajando topadoras. La zona está zonificada como Categoría Amarilla, donde no se admiten desmontes.

De acuerdo al Monitoreo de Bosques Nativos del Norte de Argentina, que realiza Greenpeace, la provincia de Santiago del Estero continua realizando desmontes en zonas no permitidas. Según el último informe, en el año 2017, se desmontaron 42.827 hectáreas, de las cuales 28.987 eran bosques protegidos, incrementándose a la par, considerablemente el grado de violencia hacia los pobladores campesinos y campesinos indígenas. Particularmente el Pueblo Lules Vilelas que en este caso, no fueron consultados por parte de la Dirección de Bosques de la Provincia.

Cabe advertir que los solicitantes del mencionado desmonte, son socios de la empresa Sacha Rupaska SA, la cual presenta antecedentes de graves conflictos con campesinos en lotes cercanos, como Piruaj Bajo.

La Ley Nacional de Bosques establece en su artículo 40: “En los casos de bosques nativos que hayan sido afectados por incendios o por otros eventos naturales o antrópicos que los hubieren degradado, corresponde a la autoridad de aplicación de la jurisdicción respectiva la realización de tareas para su recuperación y restauración, manteniendo la categoría de clasificación que se hubiere definido en el ordenamiento territorial”.

La reglamentación de dicho artículo señala que: “Los trabajos de recuperación y restauración en los bosques nativos que hayan sido degradados por incendios o por otros eventos naturales o antrópicos motivados por causas imputables a su titular, podrán ser ejecutados por el Estado Nacional o Provincial según corresponda, con cargo al titular y/o responsable del siniestro o directamente por estos con la supervisión de la autoridad competente. En todos los casos se mantendrá la categoría de conservación del bosque que se hubiere definido en el Ordenamiento de los Bosques Nativos efectuado”.

Esperando que como máxima autoridad ambiental de la provincia, cumpla y haga cumplir la normativa forestal vigente, y detenga este crimen ambiental, saludamos a Usted atentamente,

GUIDO CORVALAN, MOCASE SANTIAGO DEL ESTERO

MOCASE VIA CAMPESINA

CRISTIAN CUELLAR, CENTRALCAMPESINA PRODUCTORES DEL NORTE CCP, LAS LOMITAS

HNO. RODRIGO CASTELLS, PADRE MARCOS ALEMAN, PARROQUIA JESUITA SAN JOSE DE

LAS PETACAS, BOQUERON

DIOSESIS DE AÑATUYA

MARIA RAIMUNDO LUNA, MESA DE TIERRA DE NUEVA ESPERANZA

COMUNIDAD INDIGENA TONOKOTES YAKU MUCHUNA DE SAN FELIPE IBARRA

PUEBLO LULES VILELAS, JUAN LUNA

NATALIA MACHAIN, GREENPEACE ANDINO

 

 

Conferencia Global sobre Cooperación Académica de las Universidades Jesuitas

Con la participación de jesuitas de diversas universidades de la Compañía de Jesús, se realiza en la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México, la conferencia global sobre cooperación académica ‘Universidades jesuitas: hacia la transformación del mundo’.

Optar por los pobres y excluidos, y acompañarlos en su liberación, es el deber primordial de las universidades jesuitas; el cual habrán de cumplir a través de la docencia, la investigación, la vinculación y la innovación, dijo el Maestro David Fernández Dávalos, S. J., Rector de la universidad jesuita de la Ciudad de México.

Así lo comentó el Mtro. Fernández en ‘Desde abajo y desde adentro, la respuesta universitaria a los tiempos turbulentos’, comentario que hizo a la conferencia ‘Un puente sobre las aguas turbulentas: Las universidades jesuitas en la era de fragmentación’ que pronunció el Padre Michael Garanzini, secretario de Educación Superior de la Compañía de Jesús, en la conferencia global sobre cooperación académica ‘Universidades jesuitas: hacia la transformación del mundo’.

El Rector consideró que no puede haber reconciliación si no hay justicia. “Usted (Garanzini) lo señala, en efecto, pero pone un énfasis diferente al que yo quisiera poner: la justicia queda incompleta si no hay reconciliación, es cierto; pero pretender una reconciliación sin justicia, pretender que la Universidad se sitúe en los ‘puntos de reconciliación’ como usted dice, es situarse por encima y desde afuera de las contradicciones históricas y es falsear la reconciliación, es dejar de lado la transformación de realidad para consagrar el status quo”.

Dicho lo anterior, Fernández Dávalos mencionó que lo que entonces pueden hacer las instituciones de educación superior es por supuesto llenar las expectativas de los jóvenes que acuden a las universidades, con lo que señaló en su charla el Padre Garanzini: conocimiento integrado, una brújula moral, una comunidad genuina, un paradigma global y una espiritualidad adulta.

Pero, adicionalmente, el Padre David Fernández puntualizó que en las universidades de la Compañía de Jesús (como la IBERO) la misión de servir a la fe y promover la justicia y la reconciliación se puede concretar de la siguiente manera:

Habiendo considerado los actuales procesos internacionales y su asociación con los principales problemas socioeconómicos de los países pobres o dependientes o periféricos, es indispensable contribuir efectivamente a hacer crecer y distribuir la riqueza.

Asimismo, promover la eficiencia en la planeación y asignación de recursos y hacer de los mismos un uso que sea compatible con el medio ambiente y lo preserve para las generaciones venideras. Pasar de una “economía que mata”, como dijo el Papa Francisco, a otra que dé vida, particularmente a las mayorías. Necesitamos impulsar prioritariamente un desarrollo cada vez más incluyente y solidario.

Urge contribuir a posibilitar o fortalecer aquellos procesos, proyectos y decisiones gubernamentales y/o civiles dirigidos a generar mejores y consistentes condiciones de justicia social y equidad en nuestros países y el mundo.

Tales procesos, proyectos y decisiones deberán considerar con toda seriedad el punto de vista, los modos de organización y los recursos de los hombres y mujeres destinatarios de estos proyectos, a fin de lograr la existencia real de condiciones suficientes para satisfacer consistentemente sus necesidades de alimentación, salud, vivienda, educación, capacitación, seguridad, información y recreación. Especial atención requiere la situación de aquellos grupos y regiones pobres y/o en proceso de empobrecimiento.

Se requiere alentar la formación de una sociedad poseedora de una nueva cultura política en la que, lo mismo en una pequeña comunidad rural o grupo urbano que en los más altos niveles de decisión política, se respete la ley; se promueva la participación; tengan vigencia las libertades, los derechos y los deberes de todos; sea democrática la toma de decisiones y la conducción de los asuntos públicos; se priorice la resolución pacífica de controversias y la construcción de la paz.

Es fundamental reforzar y generalizar una nueva cultura en la que la dimensión ética, la identidad, la equidad entre géneros, la pluralidad, la inclusión, la solidaridad, la tolerancia, el respeto a los derechos humanos, el espíritu emprendedor y el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales destaquen entre los elementos sustanciales del modo de ser y hacer de los habitantes y grupos sociales de la región y el país.

En el contexto de una sociedad cada vez más afectada por la extendida vigencia de diversos mecanismos de muerte, especial esfuerzo se ha de realizar por reforzar y generalizar una cultura en favor de la dignidad humana y de la vida; una cultura que permita entender y enfrentar estos mecanismos de destrucción y muerte con respuestas y propuestas que reconstruyan y hagan brotar la vida en todas sus dimensiones.

En todos nuestros países es preciso hoy contribuir a robustecer el tejido social, a favorecer la creación de vínculos entre los diversos grupos y sectores de la sociedad, así como a buscar una relación más equitativa entre éstos, con pleno respeto a las diferencias de género, étnicas y de condición física y grupos de edad específicos.

(Con información de la Ibero)

Fuente: Jesuitas Latinoamérica