Símbolos religiosos e instrumentalización política. Una reflexión bíblica (fragm.)

En tiempos recientes, con una frecuencia cada vez mayor, los símbolos religiosos irrumpen en la arena política. A menudo, Dios es invocado de manera inapropiada, llamado como testimonio de una facción política o como una etiqueta para promover un partido. El tema es sin duda de actualidad, pero la problemática tiene raíces antiguas. Por eso mismo, las propias Escrituras judeocristianas contienen anticuerpos contra cualquier instrumentalización de lo divino.

 

Si, por un lado, el Señor es el Dios de un pueblo particular, Israel; por otro lado, el texto sagrado es consciente de que él es «Santo» (cfr. Ex 15,11; Is 6,3; Os 11,9), está «separado», es decir, es «distinto» del mundo. El Señor dice a través del profeta: «los pensamientos de ustedes no son los míos, ni los caminos de ustedes son mis caminos –oráculo del Señor» (Is 55,8). Ese Dios tan cercano a su pueblo, hasta el punto de intervenir para liberarlo de la esclavitud de Egipto y llevarlo a la Tierra Prometida, es también Otro en relación con Israel. Un signo elocuente de esto es el Tetragrámaton, el Nombre de Dios que no se puede pronunciar.

 

Esta prohibición protege la alteridad de Dios, porque no es posible aprehender el misterio del Señor llamándolo por su nombre. Esta trascendencia, y al mismo tiempo inmanencia, divina es recordada por el profeta Isaías: «¡Aclama y grita de alegría, habitante de Sión, porque es grande en medio de ti el Santo de Israel!» (Is 12,6). El Dios Santo se hace presente en la historia de una comunidad particular, Israel, que él eligió entre todas las naciones de la tierra (cfr. Dt 14,2).

 

El arca de la alianza o del pacto es un signo de esta presencia concreta de Dios en medio de su pueblo, en una dinámica que prefigura la encarnación del Emmanuel, el Dios con nosotros (cfr. Is 7,14; Mt 1,23). ¿Cuál es la relación de Israel con el Dios que camina junto a ellos? ¿Podrán respetar su alteridad, o intentarán convertir a este Dios en un ídolo? ¿Qué sucede cuando el Señor de los ejércitos es llevado de manera inapropiada al campo de batalla?

 

En la historia bíblica, el poder confiado a los soberanos les otorga grandes responsabilidades, ya que sus acciones pueden conducir a muchos hacia la muerte o hacia la vida. ¿Qué sucede cuando aquel que está al frente del pueblo instrumentaliza a Dios para su propio beneficio? En este sentido, el caso de Jeroboam, rey de Israel, resulta emblemático.

 

Vincenzo Anselmo

@laciviltacattolica

 

Papa Francisco entre japoneses recuerdo hiroshima

El rostro de la iglesia católica japonesa (fragm.)

La Constitución garantiza a los ciudadanos japoneses la libertad de profesar cualquier religión, pero no siempre fue así…

La evangelización de Japón tiene una fecha de inicio precisa: el 15 de agosto de 1549, día en que san Francisco Javier desembarcó en el archipiélago procedente de la península de Malaca. La primera comunidad cristiana se fundó en la isla de Kyushu, la más meridional de las cuatro grandes islas que componen el archipiélago. Después de que San Francisco Javier se marchara de Japón, llegó al archipiélago el jesuita italiano Alessandro Valignano (1539-1606).

 

A los jesuitas les siguieron los frailes franciscanos, principalmente italianos. A los extranjeros que llegaban a Japón desde el sur en aquella época, a bordo de sus barcos de color oscuro (para distinguirlos de los japoneses, que eran de bambú y generalmente de color más claro), se les llamaba Nan Ban (‘bárbaros del sur’), ya que se les consideraba gente tosca e inculta, simplemente porque no practicaban las costumbres y tradiciones del país.

 

Durante el siglo XVI, la comunidad católica creció hasta superar los 300.000 fieles y en 1588 se estableció la diócesis de Funay. La ciudad costera de Nagasaki era su principal centro. Los misioneros italianos, en su labor de evangelización, seguían las normas elaboradas por Valignano, autor del Ceremonial fundamental para los misioneros en Japón.

 

En 1582, los jesuitas japoneses organizaron un viaje a Europa para ser testigos de la apertura a la fe cristiana del pueblo del Sol Naciente. El viaje duró ocho años. La delegación, compuesta por cuatro prelados, visitó primero Venecia, luego fue a Lisboa y finalmente regresó a Italia, donde terminó su viaje en Roma. Los jesuitas japoneses fueron recibidos por el Papa Gregorio XIII y también conocieron a su sucesor, Sixto V. En 1590 regresaron a su patria.

 

El Shogunato Tokugawa pronto se dio cuenta de que los jesuitas, a través de su labor evangelizadora, influían en la dinastía imperial, relegada de hecho a una función meramente simbólica. Por ello, interpretó la presencia de los cristianos en su conjunto, y de los Nan Ban en general, como una amenaza para la estabilidad de su poder.

 

En 1587, el kampaku (líder político y militar) Hideyoshi, «Mariscal de la Corona» en Nagasaki, promulgó un edicto que ordenaba a los misioneros extranjeros abandonar el país. Sin embargo, siguieron operando en la clandestinidad. Diez años después, comenzaron las primeras persecuciones. El 5 de febrero de 1597, veintiséis cristianos (6 franciscanos, 3 jesuitas y 17 japoneses) fueron crucificados.

 

En 1614, el shogun Tokugawa Ieyasu, gobernante de Japón, prohibió el cristianismo en otro edicto y vetó a los cristianos japoneses la práctica de dicha religión. El 14 de mayo de ese año se celebró la última procesión por las calles de Nagasaki, que tocó siete de las once iglesias existentes en la ciudad; todas fueron demolidas posteriormente.

 

La política del régimen se hizo cada vez más represiva. Entre 1637 y 1638 estalló una revuelta popular en Shimabara, cerca de Nagasaki. Animada principalmente por campesinos, y dirigida por el samurái cristiano Amakusa Shiro, la revuelta fue reprimida con sangre, y siguieron varias ejecuciones sumarias de los que la apoyaban. Se calcula que unos 40.000 conversos fueron masacrados.

 

En 1641, el shogun Tokugawa Iemitsu promulgó un decreto, que más tarde se conocería como sakoku («país blindado»), por el que prohibía cualquier forma de contacto entre la población japonesa y los extranjeros. A partir de entonces, los cristianos crearon una simbología, una ritualidad e incluso una lengua propias, incomprensibles fuera de sus propias comunidades. En 1644, el último sacerdote cristiano que quedaba fue condenado a muerte.

 

La Iglesia católica en Japón cuenta hoy con 419.414 católicos sobre una población de 125 millones de habitantes (alrededor del 0,34%)

El personal misionero está formado por 459 sacerdotes diocesanos, 761 sacerdotes religiosos, 135 religiosos, 4.282 religiosas y 35 seminaristas mayores, en un territorio con tres provincias eclesiásticas, en las que se agrupan las 15 diócesis

Aunque pequeña en número, gestiona numerosas instituciones educativas (828 según datos del Anuario Pontificio 2023) y de beneficencia (653)

 

@religiondigital

 

 

J. Dardis SJ: Un nuevo modelo para una nueva época

 

Planificación apostólica transformativa (fragm.)

En la Iglesia, y hasta cierto punto en la sociedad en general, el término «planificación» se ha convertido en una especie de palabra de moda, pero esta palabra y su aplicación también han causado controversia y división. De ahí que surjan algunas cuestiones fundamentales, entre ellas: ¿qué sentido tiene planificar en un contexto en el que confiamos en el Espíritu Santo, que «sopla donde quiere» (Jn. 3,8)? ¿Hasta qué punto podemos dejarnos guiar por la razón humana, dados nuestros defectos y nuestra inclinación al pecado? Y si nos fijamos en cómo está el mundo ahora mismo, el llamado «entorno VUCA» [acrónimo de Volatile, Uncertain, Complex, Ambiguous (en español: volátil, incierto, complejo y ambiguo)], ¿podemos realmente ponernos a planificar?

 

Otra cuestión se refiere a las características particulares de la era tecnocrática, que tiene poco en cuenta la dimensión afectiva, la sabiduría y la intuición interior. A este respecto, Christina Kheng, profesora de Liderazgo Pastoral en el East Asian Pastoral Institute de Manila, comenta: «La práctica actual de la planificación estratégica gravita a menudo hacia lo que es cuantificable, estereotipado, inequívoco y controlable. A veces el proceso emprendido tiene connotaciones mecánicas, burocráticas y superficiales, carece de verdadero diálogo, reflexión crítica o pensamiento estratégico […]. En el contexto de la era digital, existe el riesgo de que estas tendencias aumenten aún más».

 

Partiendo de estas premisas, sin duda podemos afirmar que el tipo de planificación que hacemos en la Iglesia debe ser radicalmente diferente de la que se practica en los entornos corporativos, especialmente en aquellos dominados por un modelo tecnocrático. El Papa Francisco lo señaló y se mostró muy escéptico con la planificación dominada por ciertas ideologías: «Hemos caído, en estos casos, en la dictadura del funcionalismo. Es una nueva colonización ideológica que intenta convencernos de que el Evangelio es una sabiduría, es una doctrina, pero no es un anuncio, no es un kerygma».

 

Nuestro guía es el Espíritu Santo, y es ese Espíritu, dice el Papa Francisco, el que desbarata nuestros planes y los reorienta: «Hace falta el Espíritu Santo; y el Espíritu Santo voltea la mesa, la tira y vuelve a empezar». Francisco afirma que para escuchar de verdad el grito de la gente de la diócesis, no basta «habitar con ideas, con planes pastorales, con soluciones preestablecidas», sino que «hay que habitar con el corazón». Por otra parte, el Papa no está en contra de la planificación per se. De hecho, como señaló Robert Mickens, en la misma ocasión Francisco se refirió a la Evangelii gaudium (EG) y al discurso que él mismo pronunció en Florencia en 2015, en la V Convención Nacional de la Iglesia Italiana, y llamó a estos dos textos «el plan para la Iglesia en Italia y el plan para esta Iglesia en Roma».

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@laciviltacattolica

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Publicación Dignitas Infinita

‘Dignitas infinita’: el Vaticano actualiza los DDHH con los ojos del papa Francisco

 

DOCUMENTO: Declaración ‘Dignitas infinita’ sobre la dignidad humana (íntegro)

 

El Dicasterio para la Doctrina de la Fe publica este documento de puesta a punto la Declaración Universal de los Derechos Humanos –que precisamente cumple este año su 75 aniversario– con los ojos del papa Francisco.

El prefecto del Dicasterio vaticano, Víctor Manuel Fernández, actualiza con esta declaración la defensa de la vida, que va mucho más allá del aborto o la eutanasia. Así, ‘Dignitas infinita’ busca acabar con la dicotomía entre quienes consideran que la dignidad humana lleva solo aparejada la defensa del no nacido y de quienes olvidan esta planteando solo la defensa de los pobres.

Y, para ello, se vale del magisterio de Francisco en estos once años de pontificado, pero acompañándolo de todas las enseñanzas de Benedicto XVI, Juan Pablo II y Pablo VI sobre estas cuestiones, ya que el texto se vale de multitud de citas de los cuatro últimos pontífices. De hecho, la declaración está firmada el 2 de abril, fecha del 19º aniversario de la muerte de Karol Wojtyla.

La lista de violaciones a la dignidad humana que ‘Dignitas infinita’ recoge va desde la violencia contra la mujer, la violencia contra los migrantes, la trata de personas, la guerra, la pobreza, el aborto, la maternidad subrogada, la eutanasia, la teoría de género, la violencia digital a los homicidios, los genocidios, el suicidio voluntario, el trabajo forzado, la prostitución, la esclavitud, la pena de muerte o las encarcelaciones arbitrarias.

VM Fernández

Card. Victor M. Fernández

Tras ‘Fiducia supplicans’

La realidad es que este documento, según se expone en la presentación, lleva cinco años cocinándose. En 2019 se inició la redacción y un primer borrador fue considerado “insatisfactorio”, por lo que se siguió trabajando. A final del pasado año, Jorge Mario Bergoglio recibió un borrador más completo tras el que pidió resaltar “el drama de la pobreza, la situación de los migrantes, las violencias contra las mujeres, la trata de personas o la guerra”.

Este es el primer gran documento de la era de Fernández al frente de Doctrina de la Fe. Desde noviembre de 2023, cuando Fernández comenzó a dirigir el Dicasterio, se han publicado varios documentos en respuesta a preguntas de obispos o cardenales sobre diversas cuestiones, las cuales abarcan desde la posibilidad de que las personas transexuales reciban el Bautismo, hasta la gestación subrogada o la prohibición de que los católicos se inscriban en la masonería.

Pero ninguno tan polémico como ‘Fiducia supplicans’, publicado el 18 de diciembre, con el que Doctrina de la Fe abría la posibilidad de bendecir a las parejas en situación irregular –como divorciados o parejas del mismo sexo–, al margen de cualquier ritualización.

En palabras del cardenal argentino, ‘Dignitas infinita’ “recuerda los principios fundamentales y los supuestos teóricos para ofrecer importantes aclaraciones que puedan evitar las frecuentes confusiones que se producen en el uso del término ‘dignidad’”, al mismo tiempo que “presenta algunas situaciones problemáticas actuales en las que no se reconoce adecuadamente la inmensa e inalienable dignidad que corresponde a todo ser humano”.

En relación a esta segunda parte, el documento llama la atención sobre trece violaciones graves de la dignidad humana hoy.

 

Las trece violaciones graves de la dignidad humana

El drama de la pobreza: “Uno de los fenómenos que más contribuye a negar la dignidad de tantos seres humanos es la pobreza extrema, ligada a la desigual distribución de la riqueza”.

La guerra: “Otra tragedia que niega la dignidad humana es la que provoca la guerra, hoy como en todos los tiempos. Con su estela de destrucción y dolor, la guerra atenta contra la dignidad humana a corto y largo plazo. Esto es aún más grave en nuestra época, en la que se ha convertido en normal que, fuera del campo de batalla, mueran tantos civiles inocentes”.

El trabajo de los migrantes: “Los migrantes están entre las primeras víctimas de las múltiples formas de pobreza”.

La trata de personas: “La Iglesia y la humanidad no deben abandonar la lucha contra fenómenos como el comercio de órganos y tejidos humanos, explotación sexual de niños y niñas, trabajo esclavo, incluyendo la prostitución, tráfico de drogas y de armas, terrorismo y crimen internacional organizado”.

Los abusos sexuales: “La profunda dignidad inherente al ser humano en su totalidad de mente y cuerpo nos permite comprender también por qué todo abuso sexual deja profundas cicatrices en el corazón de quienes lo sufren: estos están, de hecho, heridos en su dignidad humana. De ahí el inquebrantable compromiso de la Iglesia por poner fin a cualquier tipo de abuso, empezando desde dentro”.

Las violencias contra las mujeres: “Las violencias contra las mujeres es un escándalo global, cada vez más reconocido. Aunque de palabra se reconoce la igual dignidad de la mujer, en algunos países las desigualdades entre mujeres y varones son muy graves e incluso en los países más desarrollados y democráticos la realidad social concreta atestigua que a menudo no se reconoce a la mujer la misma dignidad que al varón. Entre las formas de violencia ejercidas contera las mujeres, ¿cómo no mencionar la coacción al aborto, que afecta tanto a la madre como al hijo, tan a menudo para satisfacer el egoísmo de los varones? ¿Y cómo no mencionar también la práctica de la poligamia que – como recuerda el Catecismo de la Iglesia Católica – es contraria a la igual dignidad de mujeres y varones? Es este horizonte de violencia contra las mujeres, no se condenará nunca de forma suficiente el fenómeno del feminicidio. En este frente, el compromiso de toda la comunidad internacional debe ser sólido y concreto”.

El aborto: “Sobre la base del valor intangible de la vida humana, el magisterio eclesial se ha siempre pronunciado contra el aborto. Merece mencionarse aquí el compromiso generoso y valiente de santa Teresa de Calcuta en defensa de todo concebido”.

La maternidad subrogada: “La Iglesia, también, se posiciona en contra de la práctica de la maternidad subrogada, mediante la cual el niño, inmensamente digno, se convierte en un mero objeto. La práctica de la maternidad subrogada viola, ante todo, la dignidad del niño. La práctica de la maternidad subrogada viola, al mismo tiempo, la dignidad de la propia mujer que o se ve obligada a ello o decide libremente someterse. Con esta práctica, la mujer se desvincula del hijo que crece en ella y se convierte en un mero medio al servicio del beneficio o del deseo arbitrario de otros. Esto se contrapone, totalmente, con la dignidad fundamental de todo ser humano y su derecho a ser reconocido siempre por sí mismo y nunca como instrumento para otra cosa”.

La eutanasia y el suicidio asistido: “Hay un caso particular de violación de la dignidad humana, más silencioso pero que está ganando mucho terreno. Tiene la peculiaridad de utilizar un concepto erróneo de la dignidad humana para volverla contra la vida misma. Esta confusión, muy común hoy en día, sale a la luz cuando se habla de eutanasia. Por ejemplo, las leyes que reconocen la posibilidad de la eutanasia o el suicidio asistido se denominan a veces ‘leyes de muerte digna’. Está muy extendida la idea de que la eutanasia o el suicidio asistido son compatibles con el respeto a la dignidad de la persona humana. Frente a este hecho, hay que reafirmar con fuerza que el sufrimiento no hace perder al enfermo esa dignidad que le es intrínseca e inalienablemente propia, sino que puede convertirse en una oportunidad para reforzar los lazos de pertenencia mutua y tomar mayor conciencia de lo preciosa que es cada persona para el conjunto de la humanidad. Ciertamente, la dignidad del enfermo, en condiciones críticas o terminales, exige que todos realicen los esfuerzos adecuados y necesarios para aliviar su sufrimiento mediante unos cuidados paliativos apropiados y evitando cualquier encarnizamiento terapéutico o intervención desproporcionada. Pero tal esfuerzo es totalmente distinto, diferente, incluso contrario a la decisión de eliminar la propia vida o la de los demás bajo el peso del sufrimiento. La vida humana, incluso en su condición dolorosa, es portadora de una dignidad que debe respetarse siempre, que no puede perderse y cuyo respeto permanece incondicional. En efecto, no hay condiciones en ausencia de las cuales la vida humana deje de ser digna y pueda, por tanto, suprimirse. Ayudar al suicida a quitarse la vida es, por tanto, una ofensa objetiva contra la dignidad de la persona que lo pide, aunque con ello se cumpliese su deseo”.

El descarte de las personas con discapacidad: “Un criterio para verificar la atención real a la dignidad de cada individuo es, obviamente, la atención prestada a los más desfavorecidos. Nuestro tiempo, por desgracia, no se distingue mucho por esa atención. Para contrarrestar esta tendencia, merece especial atención y solicitud la condición de quienes se encuentran en situación de déficit físico o psíquico. La cuestión de la imperfección humana tiene también claras implicaciones desde el punto de vista sociocultural, ya que, en algunas culturas, las personas con discapacidad sufren a veces marginación, cuando no opresión, al ser tratadas como auténticos ‘descartados’. En realidad, todo ser humano, sea cual sea su condición de vulnerabilidad, recibe su dignidad por el hecho mismo de ser querido y amado por Dios”.

La teoría de género: “Hay que denunciar como contrario a la dignidad humana que en algunos lugares se encarcele, torture e incluso prive del bien de la vida, a no pocas personas, únicamente por su orientación sexual. Al mismo tiempo, la Iglesia destaca los decisivos elementos críticos presentes en la teoría de género. Con respecto a la teoría de género, sobre cuya consistencia científica se debate mucho en la comunidad de expertos, la Iglesia recuerda que la vida humana, en todos sus componentes, físicos y espirituales, es un don de Dios, que debe ser acogido con gratitud y puesto al servicio del bien. Querer disponer de sí mismo, como prescribe la teoría de género, sin tener en cuenta esta verdad fundamental de la vida humana como don, no significa otra cosa que ceder a la vieja tentación de que el ser humano se convierta en Dios y entre en competencia con el verdadero Dios del amor que nos revela el Evangelio. Un segundo aspecto sobre la teoría de género es que pretende negar la mayor diferencia posible entre los seres vivos: la diferencia sexual. Esta diferencia constitutiva no solo es la mayor imaginable, sino también la más bella y la más poderosa: logra, en la pareja varón-mujer, la reciprocidad más admirable y es, por tanto, la fuente de ese milagro que nunca deja de asombrarnos que es la llegada de nuevos seres humanos al mundo. En este sentido, el respeto del propio cuerpo y de aquel de los otros es esencial ante la proliferación y reivindicación de nuevos derechos que avanza la teoría de género. Por lo tanto, debe rechazarse todo intento de ocultar la referencia a la evidente diferencia sexual entre hombres y mujeres. Solo cuando cada persona humana puede reconocer y aceptar esta diferencia en reciprocidad es capaz de descubrirse plenamente a sí misma, su dignidad y su identidad”.

El cambio de sexo:La dignidad del cuerpo no puede considerarse inferior a la de la persona como tal. De ahí que toda operación de cambio de sexo, por regla general, corra el riesgo de atentar contra la dignidad única que la persona ha recibido desde el momento de la concepción. Esto no significa que se excluya la posibilidad que una persona afectada por anomalías genitales, que ya son evidentes al nacer o que se desarrollan posteriormente, pueda optar por recibir asistencia médica con el objetivo de resolver esas anomalías. En este caso, la operación no constituiría un cambio de sexo en el sentido que aquí se entiende”.

La violencia digital:El avance de las tecnologías digitales, aunque ofrece muchas posibilidades para promover la dignidad humana, tiende cada vez más a crear un mundo en el que crecen la explotación, la exclusión y la violencia, que pueden llegar a atentar contra la dignidad de la persona humana. Basta pensar en lo fácil que es, a través de estos medios, poner en peligro la buena reputación de cualquier persona con noticias falsas y calumnias”.

 

@vidanueva

t.ly/wtKNJ

Stop war con oso de peluche

¡NO PODEMOS CALLARNOS!

Casi seis meses de guerra en Gaza, y las armas no han callado. Nosotros, los miembros de la Compañía de Jesús (los jesuitas), como tantos otros católicos, cristianos, hombres y mujeres de todos los credos y no creyentes, nos negamos a callar. Nuestras voces siguen alzándose en oración, en lamento, en protesta por la muerte y la destrucción que siguen reinando en Gaza y otros territorios de Israel/Palestina, extendiéndose a los países vecinos de Oriente Medio.

Tras los horrores de los ataques sobre el sur de Israel el 7 de octubre de 2023, los bombardeos masivos israelíes sobre la Franja de Gaza, la ofensiva terrestre que ha dejado en ruinas la mayor parte de la Franja de Gaza, ahora somos testigos de la hambruna y la propagación de enfermedades en Gaza. Decenas de miles de personas han muerto, casi 1.800 israelíes, más de 32.000 palestinos (sin contar los que aún quedan por desenterrar de entre los escombros). Además de las vidas apagadas, hay cientos de miles de vidas arruinadas, heridos, personas sin hogar y ahora hambrientos y golpeados por la enfermedad.

Nosotros, jesuitas, reiteramos nuestro compromiso de no permanecer en silencio. Es inaceptable que, a pesar de los intentos, casi seis meses después de la actual ronda de conflicto, nadie haya sido capaz de detener la matanza. Es escandaloso que nadie haya sido capaz de garantizar que los residentes de Gaza tengan suficiente para comer. Es vergonzoso que nadie haya sido capaz de pedir cuentas a los belicistas. Tristemente, recordamos que se ha permitido que un conflicto en curso en la tierra llamada a ser santa continúe y supure como una herida abierta en la faz de Oriente Medio.

Comprometidos durante décadas en las comunidades y sociedades de Oriente Medio, nosotros, como jesuitas, queremos decir que no tiene por qué ser así. La elección de la muerte sobre la vida, de la venganza sobre la reconciliación, de la injusticia sobre la justicia, del interés propio sobre la relación, de la violencia sobre el diálogo, es una elección y no un destino predestinado. Se pueden hacer otras opciones. Seguiremos fomentando el sueño de un futuro diferente, un futuro ya previsto por los profetas en las Sagradas Escrituras. “Convertirán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en podaderas; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.” (Isaías 2,4)

Unimos nuestra voz a la del Santo Padre, el Papa Francisco, que ha advertido en repetidas ocasiones: “¡La guerra es una derrota! Toda guerra es una derrota” (Angelus, 8 de octubre de 2023). Reiteramos nuestro llamamiento a un alto el fuego inmediato, a la liberación de todos los rehenes del 7 de octubre, a las negociaciones y al inicio de un proceso que traiga liberación, libertad y justicia para todos en Oriente Medio, el único camino hacia la verdadera paz.

[Foto de Marina Shatskikh, en Pexels]

Encuentro ecuménico de oración por la justicia, la paz y la esperanza

Las Iglesias cristianas piden a todos los argentinos convertirse en testigos vivientes y promotores de comunión y reafirman su mandato siempre renovado de amor modelado en el Hijo del hombre.

“Caminamos también siendo conscientes de que lo hacemos dentro de un clima nacional y mundial en donde parecen exaltarse dolorosas divisiones, conflictos sociales o bélicos en aumento y peligrosos discursos de odio”. Es el contexto en el que se efectuó un encuentro ecuménico de oración por la justicia, la paz y la esperanza en el mundo y en la Argentina, organizado el 21 de marzo por la Conferencia Episcopal Argentina y la Comisión Ecuménica de Iglesias Cristianas en la Argentina.

La lectura bíblica estuvo a cargo del Obispo Berardo y las reflexiones fueron confiadas a tres familias confesionales: ortodoxos, Monseñor Iosif Bosch; católicos romanos, Monseñor Oscar Ojea; evangélicos/protestantes: Pastora Mariel Pons.

En una declaración conjunta posterior a esta actividad, los participantes aseguran que “en todos estos años hemos aprendido a valorar la “unidad en la diversidad”, la riqueza del disenso, la armonía de las voces diferentes, la otredad por encima del individualismo egoísta, la fortaleza de los consensos en tiempos de conflicto y la cultura del encuentro fraterno por encima de la anticultura del desencuentro, sin mermar la Tradición a la cual cada uno es fiel”.

Los líderes religiosos escriben que se reconocen “conciudadanos de un contrasistema centrado en la humanidad del Dios encarnado frente a la deshumanización del injusto y violento descarte de los débiles y vulnerables: ‘Porque el reino de Dios es vivir en justicia, paz y alegría por medio del Espíritu Santo’” (Ro. 14,17).

También sostienen que “es el mismo Reino de Cristo que hoy nos impele a proclamar el valor de la igualdad y la unidad en una sociedad donde todos somos hijos de Dios sin importar raza, situación social, cultural o género”. Porque -prosigue el texto-, “ya no importa el ser judío o griego, esclavo o libre, hombre o mujer; porque unidos a Cristo Jesús, todos ustedes son uno solo” (Gal. 3,28).

Los representantes de distintas confesiones cristianas convocan a todos los hermanos y compatriotas a unirse en oración y acción inspiradas en las bienaventuranzas de la paz y la justicia hoy tan vigentes como necesarias: “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios”; “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque serán saciados” (Mt. 5,9; 5,6). En este sentido, exhortan a todos los argentinos a convertirse “en testigos vivientes y promotores de paz y justicia en un proceso de ‘cristificación’ que implique una apertura e inclusión amplísimas, sobre todos hacia los que más sufren”. Asimismo, invitan al pueblo a aferrarse “a la esperanza confiablemente forjada en nuestros corazones: ‘Esperanza que no defrauda, porque Dios ha llenado con su amor nuestro corazón por medio del Espíritu Santo que nos ha dado’” (Ro. 5,5).

Fuente: @vaticannews

Foto: @perfil

XXXIX Asamblea General de la Federación Fe y Alegría Panamá 2024

Panamá recibe la XXXIX Asamblea General de Fe y Alegría

La Ciudad del Saber (Panamá, Ciudad de Panamá) fue el escenario de la XXXIX Asamblea General de Fe y Alegría; un evento que reunió a más de 80 líderes y representantes de más de 30 países. La Asamblea es el máximo órgano de gobierno de la Federación y está compuesta por los 22 países miembros, la Coordinación General y los Presidentes de las Conferencias de Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe, África y Europa.

 

Durante el evento, Sylvia Schmelkes, mexicana, reconocida experta en temas de educación, logró sintetizar algunos de los principios educativos de Fe y Alegría entre los que destacó su raíz en la educación popular e inspiración ignaciana, la valoración de la diversidad como parte del hecho educativo y la relación escuela comunidad, punto en el que enfatizó la importancia de continuar aprovechando el poder educativo de las comunidades.

 

Con pleno consenso, la Asamblea ratificó la importancia de seguir con la reflexión y avanzar en la propuesta de marcos internacionales (en donde se puedan recoger dichos principios y los que sean fruto de futuras reflexiones) que contribuyan a orientar la acción educativa de los países en donde se encuentra Fe y Alegría y/o de aquellos lugares de máxima exclusión en los que se está fortaleciendo nuestro Movimiento, estamos hablando de Nepal, Camboya, Angola, Guinea Conakry y Kenia.

 

Los asambleístas también solicitaron a la Coordinación General y a su Equipo Ejecutivo, actualizar el sistema de medición de la calidad con el objetivo de contar con evidencia actualizada del impacto de la acción educativa así como proporcionar información suficiente para seguir innovando en estrategias que potencien la cultura de la calidad y mejoren los resultados académicos de nuestros estudiantes.

 

Por otra parte, se recogieron insumos muy valiosos para enriquecer la propuesta de sostenibilidad del Movimiento; estrategia en la que sin duda la relación con el Estado, la raíz en la comunidad, el trabajo en red con las Congregaciones Religiosas (os) y la cooperación internacional seguirán teniendo un rol fundamental para sostener e, incluso, ampliar la atención educativa que el Movimiento ofrece en la actualidad a más de un 1.000.000 de personas. 

 

Como parte de las funciones de la Asamblea, los 22 países miembros aprobaron por unanimidad el informe de ejecución presupuestaría y de gestión del año 2023, el presupuesto 2024 y el plan de trabajo para el 24 – 25.  En esta ocasión se renovó un vocal principal para la Junta Directiva de Fe y Alegría Internacional; la hermana Nancy Fretes ODN fue electa y ejercerá dicho servicio hasta marzo de 2027.

 

El último día los participantes visitaron las instalaciones centrales de Fe y Alegría en Panamá (barrio las Mañanitas)  e interactuaron de primera mano con cientos de niños y niñas migrantes que han encontrado en Fe y Alegría una oportunidad de retomar algunas actividades escolares y recibir acompañamiento psicosocial. La visita a Fe y Alegría Panamá se vivió como una auténtica consolación en un ambiente de profunda empatía y compromiso por los miles de migrantes que mes a mes se arriesgan a atravesar la selva del Darién para buscar oportunidades en Centroamérica o Estados Unidos.

 

La Asamblea cerró oficialmente con el evento “Educación y Movilidad Humana”, que también se celebró en el Centro de Convenciones de la Ciudad del Saber y en el que participaron más de 100 personas, un conversatorio que tuvo como panelistas principales a Javier Coretogoso (Coordinador de RJM), Oscar Calderón (Director de JRS – LAC), Elías Cornejo (Coordinador de Promoción Social de Fe y Alegría Panamá) y Blanca Gutierrez (Líder de la Iniciativa Internacional de Migraciones de Fe y Alegría). Durante el evento, resultó claro que para una atención educativa verdaderamente integral a la población migrante y/o en situación de desplazamiento forzado es necesario un trabajo de altísima coordinación, cooperación y complementariedad entre obras y/o instituciones que comparten esta misión común pero que por sí solas son insuficientes para responder a la complejidades y los retos de la migración.

 

En medio de un ambiente de alegría y consolación, se cerró la Asamblea, que en 2025 se celebrará entre el 18 y 21 de marzo en Venezuela, país en el que nació Fe y Alegría en 1955.

Proteger a las personas

UNA CUESTIÓN SOCIAL QUE TAMBIÉN AFECTA A LA ESPIRITUALIDAD

La primera reunión presencial de los delegados y equipos de protección de las Conferencias tuvo lugar en Roma del 11 al 14 de marzo de 2024. Las seis Conferencias estuvieron representadas por la Sra. Lucy Monari (JCAM), la Sra. Julie Ashby-Ellis (JCEP), Larry Yévenes SJ (CPAL), la Sra. Kristin Austin (JCCU), Konrad Noronha SJ y Ravi Sagar SJ (JCSA) y Simon Davies (JCAP). Estos delegados apoyan la misión de PCCP en sus Conferencias.

El P. General, Arturo Sosa SJ, abrió la reunión con una charla profunda e inspiradora. Enfatizó que el abuso es un problema social, y que la Compañía de Jesús no es un satélite ajeno a esta realidad y quiere contribuir a superarla, dentro y fuera de la Iglesia, como se recoge en la Preferencia Apostólica Universal nº 2. El P. General subrayó que por eso la característica principal del nuevo programa de capacitación y formación, que lanzó el pasado mes de diciembre de 2023, es el impacto social. El P. General destacó la importancia del compromiso y la colaboración de los delegados con otras personas en este programa, y en su aplicación efectiva en todas las Conferencias de la Compañía de Jesús.

2024-03-25_pccp_session

El nuevo programa de capacitación y formación de PCCP (Promoción de una Cultura Consistente de Protección) fue uno de los temas principales de la agenda de esta reunión. El programa comenzará con el sector de educación pre-secundaria y secundaria, la formación de los jesuitas y las universidades. John Guiney SJ y la Dra. Sandra Racionero-Plaza compartieron con los delegados los desarrollos en la arquitectura y contenido de la primera fase de este programa único. Estos desarrollos se están haciendo en co-creación con diversos actores, desde Secretarios y Asistentes en la Curia hasta supervivientes. No es un programa más de salvaguardia, sino que busca promover el impacto social, el cambio cultural. El programa contiene evidencias científicas de impacto social, dando a los participantes herramientas específicas para identificar y analizar las raíces sociales de diferentes tipos de abusos y para intervenir con toda la comunidad para promover una cultura coherente de protección. Estos conocimientos se ponen en diálogo con la espiritualidad ignaciana.

La Dra. Racionero-Plaza, una destacada investigadora en salvaguardia a nivel internacional, abordó cuestiones emergentes clave planteadas por los delegados, compartiendo las últimas pruebas de investigación sobre temas como el acoso entre adultosel consentimientola participación de toda la comunidad, el papel clave de los upstanders (defensores) y su protección. Más tarde, el P. James Hanvey, Secretario para la Promoción de la Fe en la Curia, compartió los avances en el módulo de teología de la salvaguardia, que emplea los Ejercicios Espirituales para leer las realidades del abuso y considerar cómo poder atenuar sus efectos. Uno de los momentos más consoladores de la reunión fue darse cuenta del profundo diálogo y las conexiones entre la investigación científica y la teología/espiritualidad ignaciana en relación con la atenuación y la prevención de los abusos. Este diálogo es una de las principales características del nuevo programa.

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El P. Mark Ravizza SJ, Delegado para la Formación en la Compañía de Jesús, presentó la historia de la formación en salvaguardia de los jesuitas, compartiendo evidencias sobre el trabajo realizado y la necesidad actual de avanzar con un programa de estudios en esta área para todas las etapas de la formación jesuita. Los coordinadores de PCCP compartieron sus primeros pasos de este programa, que se centra en la dimensión comunitaria del desarrollo humano positivo y la socialización.

El P. Roberto Jaramillo dio un claro marco de justicia social a la reunión, recordando a todos que los más vulnerables necesitan estar en el centro de nuestras preocupaciones y planificación en esta nueva fase de PCCP. El P. Benoît Malvaux SJ, Procurador de la Compañía de Jesús, compartió importantes actualizaciones en derecho canónico que se aplican a la salvaguardia. El P. John Dardis SJ, Consejero General para el Discernimiento y la Planificación Apostólica y Director de Comunicaciones en la Curia General, compartió con los delegados algunas pautas clave de comunicación, cuando se enfrentan a casos de abuso. El P. Víctor Assouad SJ, miembro de la Comisión sobre el papel y la responsabilidad de las mujeres en la Compañía, habló sobre el trabajo de la comisión y las posibilidades de colaboración.

Esta primera reunión en persona ha ayudado a cultivar un sentido de comunidad entre los delegados de salvaguardia de las Conferencias y nos fortalece en la misión de PCCP.

Fuente: jesuits.global

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Mensaje de la Conferencia Episcopal Argentina

“Entre ustedes no debe ser así”

 

 

Vivimos tiempos difíciles, de profundas confrontaciones. Necesidades de todo tipo, en una precaria situación económica y social a nivel nacional y mundial, alteran a las personas y a las comunidades. Discusiones, peleas y enfrentamientos se dan en los medios públicos y privados, en comunidades y familias.

La violencia en todas sus formas, circula entre nosotros y nosotras, particularmente, nos aflige la violencia ejercida contra las mujeres, que, lejos de aminorar, crece cada día. En este día de las mujeres, nuestras oraciones y pensamientos están con quienes más sufren en nuestro país y en el mundo. Nos sentimos especialmente cerca hoy de mujeres, adolescentes y niñas víctimas de la violencia física que a muchas lleva a la muerte; de violencia psicológica que las deja emocionalmente heridas y a veces condicionadas de por vida; de la violencia institucional y social que las priva de sus derechos y posibilidades de desarrollarse como personas; de la violencia que supone la pobreza con su falta de oportunidades de alimentarse, educarse, trabajar, criar a los hijos e hijas.

En este contexto nosotras, como mujeres de fe, sin ingenuidad pero con valentía, escuchamos las palabras de Jesús: “Entre ustedes no debe ser así” (Mc 10, 43).

Queremos ser artesanas de paz, en nuestras familias, en nuestras comunidades eclesiales, en nuestros barrios, en nuestros lugares de trabajo y de estudio. Queremos tener esta mirada hacia las realidades de nuestro país y del mundo. Respetar las diferencias, construir a pesar de ellas. Sostenernos en el trato justo hacia el prójimo, con empatía sin atacar ni anular. Esta dura realidad nos demuestra que aún en las tensiones, en las dificultades debemos recuperar la idea de que nadie se salva solo, somos por y con otros, más cuando el contexto requiere la salida colectiva.

Ojalá podamos darnos la oportunidad de no perder la humanidad, la ternura.

El Papa Francisco nos invita a que “hagamos de la no violencia activa nuestro estilo de vida”,1 tanto en la Iglesia como en el mundo. Esto significa no acomodarse a los criterios de un mundo en donde la violencia en sus diversas formas, permanece asimilada en cada una de las estructuras sociales. Queremos construir puentes y no muros como nos pide el Papa Francisco.

Mama Antula nos inspira: descalza, sola, recorriendo distancias enormes pero unida a Jesús, aferrada a la cruz y con el corazón lleno de amor. Que ella interceda por nosotras, en particular por las mujeres que más sufren.

Que este 8 de marzo de 2024 sea un día de paz, es nuestro deseo.

 

Área de las mujeres. Secretaría de Laicos
Conferencia Episcopal Argentina

 

Cáritas Argentina promueve la Campaña Solidaria de Navidad

Este año, la campaña solidaria navideña fue convocada bajo la consigna: “En esta Navidad, la ayuda se hace encuentro”, que evoca el sentido profundo de una Solemnidad en la que la ayuda de Dios se consuma en su encuentro con la humanidad.

Por tal motivo, la organización invita a toda la sociedad a sumar su aporte y colaboración para ayudar a los más vulnerables, durante el período que se inició con la fiesta de la Inmaculada Concepción, el pasado viernes 8, hasta el día de Reyes, el próximo 6 de enero.

“En el pesebre contemplamos el gran encuentro de Dios y la humanidad… de ese encuentro de Dios con los hombres y mujeres de todos los tiempos, nace nuestro deseo profundo de ayudar, despojados de nuestros orgullos y vanidades, de nuestras omnipotencias y prepotencias”. Así se expresó el obispo de Quilmes y presidente de Cáritas Argentina, Carlos Tissera, en su mensaje de fin de año.

Ante los tiempos complejo que se visualizan en la Argentina, que impactan en la vida de millones de compatriotas, Cáritas Argentina sigue alentando el trabajo de cada día, la organización comunitaria, el sostenimiento y la reconstrucción de la esperanza para los más pobres, permaneciendo siempre cerca.

Para quienes deseen y puedan, es necesario sumarse entrando a la web, vía celular o computadora.

Fuente: vidanuevadigital.com