60º Jornada Mundial de Oración por las vocaciones

En su mensaje para la 60ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, que se celebrará el domingo 30 de abril, Francisco ilustra el tema «Vocación: gracia y misión», y recuerda que el cristiano «se deja interpelar por las periferias existenciales y es sensible a los dramas humanos». Una misión que es siempre «obra de Dios» y que no se lleva a cabo solos, “sino en comunión eclesial».

«Dios llama amando y nosotros, agradecidos, respondemos amando». Pero la llamada, aclara el Papa, «incluye el envío», porque «no hay vocación sin misión. Y no hay felicidad y plena realización de uno mismo sin ofrecer a los demás la vida nueva que hemos encontrado.»

La vocación, llamada del Señor para «cada uno en el mundo de hoy», es gracia, un «don gratuito», y al mismo tiempo un compromiso a ponerse en camino, a salir, para llevar el Evangelio», una tarea que es «fuente de vida nueva y de alegría verdadera».

vaticannews.va

Amén: Francisco Responde

El papa Francisco se ha reunido con diez jóvenes, de entre 20 y 25 años de edad, para hablar de los temas que ellos han querido abordar con él; sin duda, de los asuntos más controvertidos hoy en la Iglesia: pederastia, aborto, migración y racismo, corrupción dentro de la Iglesia, abuso de poder, colonialismo de la evangelización, feminismo, diversidad sexual, pornografía, etc.

La conversación fue en español, pero la realidad de las personas jóvenes es muy variada: tres son varones y siete son mujeres; hay de España, de América Latina, de India, Senegal; algunas fueron educadas como católicas y hoy han abandonado la religión.

Enlace a la nota https://christus.jesuitasmexico.org/amen-francisco-responde/

 

¡Oh buen Jesús, óyeme!

Claro, Tú siempre lo haces, aunque no te lo implore.

Estás siempre atento a mi súplica y a mi agradecimiento.

Conoces mis necesidades, mis carencias y mis fallas. También conoces mis dones, mis aciertos y mis luces.

Oyes mi voz entre todas las que se alzan hacia ti, porque me conoces y me amas en lo individual. Me oyes con amor y compasión ya que conoces mis afanes.

Siempre me oyes, aunque me sienta solo y crea que mis palabras se las lleva el viento. Oyes mi voz por encima del incesante ruido frenético de mi vida apurada. Me oyes aunque mis peticiones, cuestionamientos, dudas y reclamos sean más frecuentes que mis agradecimientos. Me oyes incluso cuando la opresión de la injusticia dificulta la salida de mi voz. Oyes mi llanto ante la tragedia y la desigualdad que sembramos en el mundo.

Quiero aprender a escuchar como Tú.

Quiero aprender a escuchar a mi prójimo. A no gritar por encima de sus palabras, ni ahogar su voz con mis prejuicios y mis pendientes. Quiero aprender a oír sus palabras con solidaridad, compromiso y encuentro.

Quiero aprender a escuchar como Tú.

Quiero aprender a escucharme y estar atento a mis palabras. Que sean siempre de aliento y consuelo. Que lo que oiga salir de mi boca no cause dolor. Que no sean palabras de desánimo o calumnia que separen.

Jesús, soy yo quien necesita oírse, quien necesita escucharse, ya que Tú siempre lo haces.

Frederick Armstrong

FLACSI: Historias reales de migración en el aula

Una iniciativa de FLACSI, la Red Jesuita con Migrantes (RJM) y el Servicio Jesuita a Migrantes Argentina-Uruguay.¹

La migración forzada sigue siendo una realidad latente y preocupante: miles de personas en nuestro continente se siguen viendo forzadas a huir de sus hogares. Las causas aumentan y se entrelazan complejizando su abordaje; las condiciones del trayecto muchas veces ponen en mayor peligro sus vidas; y las actitudes de exclusión, violencia y discriminación en los lugares de llegada por parte de la ciudadanía empeoran aún más su situación.

Como respuesta ante esta realidad, desde varias obras de la Compañía de Jesús en el continente seguimos apostando por la hospitalidad, resaltando y rescatando que la migración forzada afecta a personas, seres humanos con rostro, nombre, familia y una historia: historias reales de vida que nos permiten verlas con los ojos del corazón y sentirlas cercanas, como hermanos y hermanas.

Creemos y apostamos porque las escuelas y aulas sean espacios de hospitalidad y transformación frente a la migración forzada, reconociendo que las y los docentes están en un lugar muy significativo con un potencial enorme para promover procesos con sus estudiantes de sensibilización y acción.

Es por esto que lanzamos el taller “Historias reales de migración en el aula”, un espacio formativo y de intercambio dirigido a docentes de los colegios FLACSI, en el que a través de historias reales de vida de personas en situación de migración forzada, ofrecemos una actualización del contexto migratorio en la región y algunas herramientas para el trabajo de sensibilización con estudiantes.

¹Esta iniciativa hace parte del Proyecto «Ciudadanos para el Mundo”, liderado por la Asociación de Colegios Jesuitas de Colombia (ACODESI), que busca impulsar en los colegios FLACSI espacios e itinerarios para la formación de estudiantes en ciudadanía global. 

Fuente: flacsi.net

Mujeres Ignacianas: escritos esenciales

Cuando en los primeros años de la Compañía los jesuitas cerraron la posibilidad de contar con una rama femenina en la orden, la vida misma fue encontrando otros caminos para la consagración y misión de mujeres inspiradas por la espiritualidad de los Ejercicios Espirituales.

De las primeras fundaciones lideradas por Juana de Lestonac o Mary Ward, hasta avanzado el siglo XX surgieron congregaciones inspiradas en los documentos fundacionales de los jesuitas. Al día de hoy, se reconocen más de 210 congregaciones e institutos femeninos de espiritualidad ignaciana.

De toda esta historia habla ‘MUJERES IGNACIANAS. ESCRITOS ESENCIALES’, libro de la colección Manresa (n86), a través de 20 mujeres fundadoras que vivieron ‘a la ignaciana’. Es un libro de comunión y de Iglesia, de misión y fraternidad que saca a la luz por primera vez tanto bien recibido de Dios a través de estas mujeres y sus congregaciones.

Para más información: bit.ly/3L6fejI

Pasión de Cristo, confórtame

La Real Academia Española de la Lengua define el verbo «confortar» de la siguiente manera: «animar, alentar, consolar a una persona afligida».

A mi hermana, que tiene 25 años, le diagnosticaron esclerosis múltiple hace dos meses. Empezó a ver borroso por el ojo izquierdo. Los médicos le dijeron que sería estrés, quizá algo de cansancio. Pero lo que parecía un síntoma inocente e inofensivo acabó convirtiéndose en el motivo de un montón de pruebas que acabarían concluyendo una noticia fatal.

Cuando la vida te pega una sacudida como esa hay pocas cosas que te conforten. La impotencia te reconcome por dentro. ¿Por qué ella? ¡No es justo! ¿En base a qué? ¡Si ella es una buena persona! ¿No le puede tocar esto a alguien que se dedique a hacer el mal?

Pero los conocidos, sobre todo los conocidos íntimos, intentan confortar. Los hay de todos los colores. Están los que te dicen que les llames cuando quieras para desahogarte, porque menuda desgracia, qué horror. En el extremo opuesto se encuentran quienes te dicen que menuda bendición, que seguro que la enfermedad te va a acercar a Dios y que qué suerte que vas a poder ofrecer tu sufrimiento por los pecados del mundo. Y entre las dos posturas límite, infinidad de posiciones intermedias que reconocen que la esclerosis múltiple no es una buena noticia pero te animan a asumir la situación como se pueda y a extraer de ella todo lo bueno que pueda traer.

Se tarda un poco en dejar de estar enfadado con el mundo tras un diagnóstico así. En tu cabeza sigue resonando el «¿por qué ella?» que no te deja dormir por las noches. A medida que pasa el tiempo, sin embargo, notas cómo, lentamente, vas serenándote por dentro. La esclerosis múltiple no es ni una desgracia por la que romper a llorar desconsoladamente hasta el fin de tus días ni una bendición por la que aplaudir y dar gracias con una sonrisa de oreja a oreja. La esclerosis múltiple es una enfermedad como muchas otras que merodean por ahí.

La enfermedad existe y nos puede tocar a cualquiera. Comporta dolor, sufrimiento, cansancio. A nadie nos gusta sentir dolor, sufrir o estar cansados. Por eso es legítimo la rebeldía y el rebote (al menos, temporal) cuando a uno le comunican que está enfermo. Pero, en algún momento del proceso de aceptación de la enfermedad, si se es creyente, se ha de poner la mirada en la Pasión de Cristo. Él, que era el Hijo de Dios, que podría haberse descolgado del madero, quiso asumir el sufrimiento humano hasta el final, sin ahorrarse ni una gota de sangre.

Nada de lo que nos acongoja y nos preocupa le es ajeno a nuestro Dios, pues Él mismo quiso pasar por la experiencia de sentirse abandonado, maltratado, ninguneado. El sufrimiento, aunque nadie lo elegiríamos si pudiéramos evitarlo, es parte de la vida, es lugar de crecimiento y de encuentro con Dios. Es oportunidad para la confianza y la fidelidad. Es el tiempo del amor hasta el extremo, como el de Jesús en la Cruz.

Confortarse en la Pasión de Cristo es fácil cuando se está sano y todo va bien. Cuando el sufrimiento llama a tu puerta, la identificación con la Pasión de Cristo es bastante más compleja. Pero, también, sin duda, mucho más auténtica y reparadora.

Pastoralsj.org

Tercer domingo de pascua: Domingo del compartir

Los obispos argentinos han dispuesto que el tercer domingo de Pascua sea siempre motivo para reflexionar sobre la importancia del Sostenimiento de la Misión de la Iglesia. Este año, el 23 de abril, celebramos el segundo Domingo del Compartir en todas las parroquias y comunidades del país para recordar a la luz de la Pascua la importancia de sostener la Misión.

El sostener la Misión tiene tres aspectos fundamentales: el primero es la necesidad de hacer catequesis sobre esta temática junto al Pueblo de Dios, que tiene que conocer y recordar permanentemente que la Iglesia necesita sostenerse con el aporte de sus fieles. Más allá del aporte económico o más allá de qué es lo que puedo colaborar, es primordial la necesidad del compromiso y del sostenimiento como parte de la expresión de un vínculo comunitario que nos da la Fe. Es bueno recordar lo que decía en su momento el Plan Compartir y el recordado y querido Monseñor Carmelo Giaquinta: no se trata solo de dinero, sino de tiempos y talentos.

En segundo lugar, la Iglesia celebra esta jornada para concientizar sobre la necesidad del sostenimiento de su misión en el tiempo pascual. Las primeras comunidades, como narra el libro de Hechos de los Apóstoles, compartían lo propio y lo ponían en común. Todos los momentos donde aparece Jesús resucitado son parte de una comida que se comparte. Lo celebramos en tiempo pascual porque alrededor de la resurrección de Jesús comienza la experiencia del compartir.

En tercer lugar, el fortalecimiento concreto para posibilitar la ayuda económica por parte de los fieles para llevar adelante la misión. En esta jornada de concientización, volvemos a presentar la invalorable ayuda del Programa FE, el Programa oficial de la Iglesia para recibir donaciones. Este nos ayuda a tener una experiencia de transparencia, a poder tener un lugar donde las comunidades pueden participar y generar un compromiso.

episcopado.org

Hogar y Obra de San José: Renovando esperanzas

Araceli Barraza – Directora general

Comenzamos este año 2023 recibiendo muchas personas que se acercan en los desayunos con situaciones de vida muy difíciles y quizás aún más complejas que años anteriores.

Esta realidad hace que nos pongamos a pensar nuevos desafíos para renovar nuestros esfuerzos y esperanzas, y así poder acompañarlos en esta dura y difícil realidad que les toca vivir.

Hombres y mujeres en situación de calle que han perdido todo y que no encuentran la salida o el camino para revertir esa situación.

Han perdido el trabajo, la vivienda, se desvincularon de sus familias o de una u otra manera han sido expulsados (adicciones, violencia, delincuencia). Se han cortado sus lazos afectivos y sociales sin tener a quien recurrir. De este modo, cuando pueden hacerlo, empiezan a generar una cadena de asistencia entre los diferentes servicios que encuentran.

Son muchas las realidades que ellos viven, algunos llevan poco tiempo en la calle. Otros han permanecido en calle mucho tiempo, tienen adicciones, problemas psiquiátricos y problemas físicos y utilizan la red de servicios que van encontrando en la ciudad.

Están las personas que hace poco han recuperado la libertad, que en su mayoría son hombres jóvenes. Hay otro grupo de personas que corren el riesgo de caer en situación de calle y son los que más estamos viendo actualmente, clase media baja empobrecida que no llegan a cubrir sus necesidades básicas y poseen un trabajo inestable (changas) o lo han perdido recientemente. En general carecen de redes de contención familiar que los puedan apoyar económica o emocionalmente.

Un sinfín de personas con diversas características pero una en común: estar en situación de calle…

Para leer la nota completa: bit.ly/40i4hkt.

  • Colaborar con el Hogar y Obra de San José: bit.ly/3mJtSVK
  • obrasdesanjose.org.ar

 

Uruguay: se acerca la beatificación de Jacinto Vera

La Iglesia de Uruguay se prepara para un gran momento eclesial por la beatificación del obispo gaucho, Jacinto Vera. Será el sábado 6 mayo sobre la Tribuna Olímpica del histórico Estadio Centenario de la ciudad de Montevideo.

En diciembre del 2022, el papa Francisco aprobó el milagro realizado gracias a la intercesión del siervo de Dios. Luego, ante el pedido de los obispos uruguayos, dispuso que la beatificación de Vera se realice en la misma fecha en que se recuerda su fallecimiento, el 6 de mayo.

Ceremonia

El viernes 5 de mayo, en la Parroquia del Sagrado Corazón – Colegio Seminario, se desarrollará la vigilia de oración, en espera de la ceremonia de beatificación. El sábado 6 comenzará un acto artístico con shows a cargo del grupo Texas, desde las 14. A las 15.30 se hará un fuerte momento de oración colectiva, y a las 16 comenzará la celebración de la Santa Misa y el Rito de la Beatificación.

El domingo 7, en la Catedral Metropolitana de Montevideo, se hará la Misa en acción de gracias por la figura del nuevo beato, Jacinto Vera.

El cardenal Daniel Sturla, refiriéndose al impacto que tendrá esta beatificación, reconoció ante los periodistas: “Hay un antes y un después en la historia de la Iglesia en Uruguay ligada a la figura de Jacinto Vera”.

Fuente: vidanuevadigital.com

Agua del costado de Cristo, lávame

Desde sus orígenes, el cristianismo apostó por la bondad de lo material. Mientras otras sectas contemporáneas a él veían con ojos negativos o sospechosos lo que tenía que ver con el cuerpo y con lo físico, los cristianos defendían: «¡la materia es buena!» ¿Cómo no va a serlo, si el mismo centro de nuestra vida, el Hijo de Dios, quiso asumir la condición física de los demás hombres?

El agua es un elemento básico para la vida de todos, porque somos fundamentalmente agua. Físicamente, el agua que salió del costado es el agua que se encuentra en la pleura, junto al corazón. Por eso, cuando en el Alma de Cristo expresamos nuestro deseo de que el agua del costado de Cristo nos lave, no lo hacemos como sádicos puestos debajo de la Cruz, como si quisiéramos mojarnos realmente con lo que cae de Su cuerpo. No es, por tanto, algo que queramos tocar y ver, y dejarnos mojar físicamente. Es el deseo de entrar en comunión con el corazón de Jesús en el momento más doloroso de su vida: su Pasión. Así nos hacemos conscientes de que su muerte nos ha traído la salvación; no sus sufrimientos, como si a más dolor se diese más salvación, sino su amor entregado y atravesado, hasta las últimas consecuencias.

De este modo, cuando pedimos que esa agua nos lave no hacemos sino actualizar lo que ya había dicho Dios por sus profetas: «derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará». Es el amor de Dios, que, con el costado abierto, sigue siendo fuente (nunca mejor dicho) de algo nuevo, renovador y purificador a la vez. Además, la Iglesia vio desde el principio en ese costado abierto el origen de los sacramentos: el Bautismo (por el agua) y la Eucaristía (referencia a la sangre). Ese costado abierto, por tanto, se convierte no sólo en herida desde la que recibir, sino en puerta por la que entrar al corazón de Dios.

Rodrigo Sanz Ocaña, sj

Fuente: pastoralsj.org