¿Qué es la Red Juvenil Ignaciana?

La Red Juvenil Ignaciana (RJI) es una herramienta que promueve en los jóvenes el crecimiento en una fe cristocéntrica que los lleve a un compromiso apostólico, con especial predilección hacia los más pobres y sintiéndose parte de la Iglesia.Red Juvenil

El objetivo de la Red es articular y dinamizar los movimientos y grupos de jóvenes ignacianos en Argentina y Uruguay.

Los grupos que conforman la RJI son formados por jóvenes de 18 a 33 años (aproximadamente). En general, los grupos son acompañados por Jesuitas, Religiosas y Laicos de Espiritualidad Ignaciana.

Además, la Red comprende cuatro pilares, sobre los cuales se propone a cada joven, hacer experiencia y crecer. Estos son:

  • Formación Integral: involucra cuestiones que ayuden al joven a crecer como persona, en su fe, su vocación y su servicio. Para ello, además de las instancias de formación que pueden darse dentro de cada grupo, la Red ofrece talleres de formación abiertos a todos los jóvenes de Argentina-Uruguay.
  • Espiritualidad: para crecer en interioridad e intimidad con el Señor, se ofrecen retiros, tandas de ejercicios espirituales, espacios de oración y acompañamiento espiritual.
  • Compromiso Apostólico: Se trata de espacios en los que los jóvenes puedan participar y comprometerse desde una tarea o un servicio concreto. Las actividades de servicio que se realizan dentro de la Red tienen una enorme variedad.
  • Comunidad: para ser parte de la RJI, es necesario ser parte de un grupo: la Fe del joven ignaciano es una fe que se vive y se comparte en comunidad. A su vez, la Red tiende puentes entre jóvenes de distinta procedencia, promoviendo una mayor conciencia eclesial.

 Una característica que identifica de modo particular a los jóvenes ignacianos es el estar en búsqueda. Los jóvenes ignacianos buscan encontrar a Dios inmerso en el mundo, para amarlo y servirlo en todo y en todos.

Arturo Sosa SJ es el nuevo Asistente Eclesiástico Mundial de CVX

El Padre Arturo Sosa SJ, elegido en octubre de 2016 como Superior General de la Compañía de Jesús, fue nombrado Asistente Eclesiástico Mundial de la Comunidad de Vida Cristiana por la Santa Sede, a través del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.

Anteriormente, este puesto era ocupado por el Padre Adolfo Nicolás SJ también anterior Superior Genral de la Compañía. Por este cargo, se convierte en miembro del Consejo Ejecutivo Mundial de la Comunidad de Vida Cristiana.

La Compañía de Jesús apoya la Renovación de la Iglesia

La Escuela de Teología y Ministerio del Boston College, fiel a la identidad y misión de las Universidades jesuitas, realizó el Primer Encuentro Iberoamericano de Teología al cual asistieron más 40 teólogos provenientes de América Latina, España y Norteamérica.

Teólogas y teólogos de Iberoamérica firmaron la Declaración de Boston, documento en el que apoyan con esperanza y “el proceso de reforma de mentalidades y estructuras” de la Iglesia católica impulsado por el Papa Francisco. Esta Declaración fue respaldada por el padre General de la Compañía de Jesús, Arturo Sosa, S. J.

 El documento fue firmado por 45 teólogas y teólogos de todo el continente, incluido el Dr. Carlos Mendoza-Álvarez, director de la División de Humanidades y Comunicación de la Universidad Iberoamericana, con el fin de apoyar la reforma sinodal de todas las instancias de la Iglesia. Una de las conclusiones del Primer Encuentro Iberoamericano de Teología, organizado en Boston, Estados Unidos, enfatiza enfatiza lo siguiente: “Una institución espiritualmente más evangélica, teológicamente más consistente y pastoralmente más abierta a la diversidad sociocultural y religiosa, podrá responder al desafío de trabajar por la justicia, la paz y el cuidado de la casa común, desde una genuina atención a los más pobres y excluidos de nuestra época”.

 Por su parte, el padre General de la Compañía de Jesús, Arturo Sosa, S. J., señaló en un video para los participantes en el evento de Boston: “El discernimiento es el camino propuesto por el Papa Francisco para renovar la misión evangelizadora de la Iglesia alrededor del mundo y el único modo verdadero en que realmente se transformen y renueven las estructuras de la propia Iglesia”.

 “La Compañía de Jesús quiere ser parte de ese camino, de ese proceso de renovación que sentimos como una llamada del Señor a toda la Iglesia católica, que desde abajo pueda sustentar esa estructura que permita una acción efectiva en beneficio de toda la humanidad”.

 Comentó que a pesar de las dificultades sociales que viven millones de personas en América Latina y el Caribe, se siguen apoyando “en su fe para seguir viviendo y seguir caminando, esa fe que es un don del Señor, que la gente recibe con alegría y en la que encuentra vida y sustento para un camino lleno de obstáculos”.

 Reconoció que la teología está llamada a seguir acompañando este proceso eclesial y humano, compartir la fe de la gente, pensarla con ellos en diálogo con otras culturas y religiones que ven situaciones desafiantes, quizá tan grandes o mayores que las nuestras.

 “San Pablo nos insiste, la fe sin obras no es verdadera. Ese discernimiento desde la fe de lo que sucede y por donde pasa Dios en este momento de nuestra historia es el empuje a una actividad efectiva que permita aliviar la vida de la gente mientras se hace llegar a ellos ese mensaje de salvación”.

La Compañía de Jesús es la institución que da soporte al Sistema Universitario Jesuita, en el cual la Universidad Iberoamericana centra su modelo educativo.

Fuente: CPAL SJ 

Relaciones en la Era Digital

Ni demonizar ni santificar las nuevas vía de comunicación, que parecen haber transformado el modo de relacionarse para siempre. 

Por José Fernando Juan

Otra de las grandes alteraciones, antropológicas y sociales, es la relativa a las relaciones en la era digital. Después del tiempo y el espacio, aporto algunas ideas respecto a este cambio. Muchos han mostrado su preocupación con suspicacia y sospecha, y otros tantos manifiestan su encanto y hacen valer sus posibilidades. Lo cual muestra, ya partida, que es una cuestión cuanto menos controvertida y muy polivalente. Si alguien tiene todo claro, quizá no sepa absolutamente nada.

Como punto de partida diría que Internet es un espacio lo suficientemente dilatado y real como para que tengan cabida infinidad de tipos de relaciones. Las relaciones en la era digital se mueven igualmente en dos ámbitos. Y existen tantas en lo digital como en la vida no digital. Abarca tanto el trato asiduo y constante con los amigos que vemos todos los días o una vez al año, como la búsqueda de nuevos contactos y experiencias, de cualquier signo.

Antes de comenzar, hablemos de qué es una relación y qué la define. Sin muchos matices, es la capacidad de una persona de llegar a otra, por lo tanto la caracteriza la capacidad de apertura del uno al otro. E, igualmente, ese conocimiento se da recíprocamente, de tal modo que uno y otro se reconocen mutuamente. Esa fractura, la de la distancia absoluta y la ignorancia mutua, se rompe definitivamente. Y dicha nueva situación para ambos es causa del cuidado común, de la responsabilidad compartida. La vida sólo se amplia en más vida.

Amplitud y alcance de la relación digital.

Una de las características más destacadas de las relaciones en la era digital. Llegar, por doquier, a miles de personas. Se define como viralidad esta capacidad de comunicación, quizá sin llegar a crear una auténtica relación, por carencia de encuentro. Pero no puede ser todo. La amplitud define posibilidades, también de establecer otro tipo de relaciones y entrar en contacto con personas allende los mares. El encuentro se define por el tema, que aproxima interesados y convoca. Un #hahstag auténtico define una enorme proximidad, que debe ser a su vez ampliada. Es decir, que cuando hablamos de amplitud se trata del espectro de posibles, pero la vida digital debe llevar necesariamente a la concreción, selección y cuidado de la relación.

Fragilidad y fortaleza del vínculo digital.

Se dice, a mi modo de ver con muy poco acierto o criterio, que las relaciones digitales son frágiles, se limitan al “contacto”. Creo que esta debilidad descrita no provine de la cultura digital, sino del individualismo postmoderno. Diría que aquellas relaciones que se quedan en el ámbito digital meramente, ciertamente pueden decaer en frágiles. Pero, por el contrario, las relaciones se fortalecen gracias al alcance y presencia de estos nuevos espacios. Recibir una palabra de ánimo, de alguien que queremos en un momento en el que lo necesitamos. Los vínculos y su fortaleza no dependen de las herramientas sino de quién las usa. La clave está en crear verdaderas comunidades (amigos, familia, trabajo, proyectos) que se vean cuidadas también en lo digital, pero no al margen de la vida.

Encuentros entrecortados.

Otra característica, que todos hemos vivido: la multitarea, estar a varias cosas al mismo tiempo. También en el campo de las relaciones. Igual que es posible “abrir ventanas”, sin centrarse en ninguna, lo mismo ocurre en el campo de las relaciones. La imagen común es la de estar a mil cosas, y a mil relaciones. ¿Esto es cierto?

 Diría más bien que se trata de encuentros “breves”, más que encuentros entrecortados. Un comentario, la respuesta a un mensaje, no son encuentros. De hecho, la llegada del streaming a las redes sociales impone la permanencia. Quien participa del directo de otra persona, no puede ver más a través de su dispositivo. Queda atrapado en la relación, todavía en germen de humanidad. Falta mucho, pero el paso es definitivo. Cada vez mayor presencia y más dedicación personal, del uno con el otro.

Tratar al desconocido. ¿Autenticidad?

La gran cuestión del desconocido es la autenticidad del otro. Dando por supuesto, eso sí, aunque quizá demasiado rápido, la propia autenticidad en la red, el deseo de mostrarme como persona, sin instrumentalizarme primero a mí mismo. En principio, toda persona es desconocida y me llevo de ella una primera impresión. Ya sabemos que nunca debemos quedarnos ahí, sino profundizar. El hecho de saber “algo” de “alguien” no significa, en absoluto, haber llegado a conocer a esa persona. Es decir, nos conocemos por “datos”, más o menos simples, y se mantiene el reto de llegar a saber quién es, no qué. Quien en la red se da a conocer por “algo”, ciertamente se instrumentaliza primero a sí mismo. Pero también valdría esto para todo aquel que entabla relación con otra persona por “algo” distinto a la persona misma.

El “algo” que conocemos de una persona es la oportunidad para ir más allá. ¿Se da este paso en el mundo digital? Creo que sí, sin lugar a dudas. El desconocido deja de serlo. Los vínculos y las relaciones se deslocalizan, superan ampliamente los límites de un espacio concreto. Nos permite llegar mucho más allá.

La circularidad y el encerramiento.

Toda persona en la red, como en el mundo, se ve posicionada en un espacio concreto, no tan visible ni tan perceptible. Viene dado por la información que la red analiza de nosotros mismos, derivada eso sí de nuestra actuación, comentarios, vínculos. Este posicionamiento es muy útil para seguir creciendo en una determinada dirección, con unas relaciones concretas. Un educador difícilmente encontrará y ampliará su red con médicos, y a la inversa exactamente igual. A no ser que decida no encerrarse en sí mismo y en sus cosas. Pero, por desgracia, debemos hablar que la obligación que comporta la presencia física con personas de distintos ámbitos, no se da por igual en la vida digital. De ahí que la red sea, al mismo tiempo, una fuente de conflictos y enfrentamientos en el que unos “grupos” se intentan alzar por encima de otros, funcionando en masa. Esto se ve muy reflejado en la radicalidad creciente de posiciones políticas y sociales. Lo humano, desgraciadamente, es otra cuestión: la proximidad, la obligación de tratar con el otro, distinto, para que no se convierta en distante y ajeno.

 Descuido de los cercanos.

 Es la gran crítica, la madre de todas las críticas. Padres enfadados con sus hijos porque “no están” en familia, sino con el móvil, profesores que se quejan de las distracciones de sus alumnos, empresarios que se plantean la falta de productividad de sus trabajadores. El argumento es claro: estar “en las pantallas” comporta el olvido de lo más próximo. Sinceramente creo que esto no es así, por la cultura digital sin más, sino por la adolescentización de la sociedad, la falta de madurez. Evolutivamente estamos diseñados para la proximidad y el cuidado de lo próximo, pero también necesitamos de un momento de expansión y formación personal. Ese desarrollo de uno mismo comporta las relaciones de forma decisiva y la persona debe cuidarlas. Lo cercano, ciertamente, es elegido por uno mismo en su crecimiento y creado por sus decisiones y libertad. Esto se da en la adolescencia, pero cuando esta se prolonga bajo el individualismo y una sociedad líquida, las relaciones carecen de compromiso y se valoran en función de uno mismo y no las relaciones. Yo diría que quizá la cultura digital está cultivando, aún más si cabe, esta tendencia pero podría ser de otro modo. Un adulto, persona madura en la red, no descuida, ni de lejos, lo más próximo sino al contrario. Ve en este nuevo espacio una oportunidad más.

 Fuente: Entre Paréntesis 

 

Después de la Misión San Francisco Javier

La semana pasada, jóvenes de toda la red Juvenil Ignaciana de Argentina y Uruguay estuvieron viviendo la Misión San Francisco Javier. Esta experiencia se realiza todos los años durante el mes de febrero. Este año participaron de la misma más de 100 jóvenes, que se dividieron en pequeñas comunidades, a lo largo de diferentes barrios y pueblos de la diócesis de San José, en Uruguay.

Compartimos aquí una entrevista que hizo Ecos Regionales Uruguay al Padre Ignacio Rey Nores SJ, que vive y trabaja en Montevideo, y dos jóvenes, Diego y Guadalupe, que compartieron la comunidad de misión con él en Trinidad.

¿Cómo vienen asumiendo esta experiencia llevada a cabo en el Interior del Uruguay?

-Guadalupe: Primero fue un desafío porque es un grupo de personas de diferentes lugares. Si bien en otros encuentros nos teníamos más o menos de vista, ahora es como empezar a formarnos en nuestra pequeña comunidad y luego poder salir a visitar las casas; quizá también a compartir vida y experiencias con las personas de Trinidad.

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Nos hemos encontrado con otras creencias, con otras religiones y lo rico es justamente eso, el compartir vida. Nos han recibido de maravillas, la generosidad que ha tenido la Parroquia Nuestra Señora de Luján –tanto el Padre Gabriel, como las Hermanas y toda la comunidad- ha sido una caricia al alma, porque sin conocernos nos han llenado de cariño y nos han acompañado en todas las actividades que realizamos.

 -¿Qué tal la misión? ¿Cómo calificas este contacto con la comunidad trinitaria?

-Diego: La misión significa enamorarse y ser parte de la comunidad. Este año y por tres años va a ser acá en Parroquia de Luján en Trinidad, donde nos han recibido en forma espectacular. No nos imaginamos que fuera así, nos han acogido muy bien y por eso el agradecimiento a la Diócesis de San José donde existe tanta preparación y participación de los jóvenes.

Nosotros salimos a misionar con jóvenes de Trinidad, que están involucrados, de ahí que estemos muy agradecidos y felices porque vemos a esa Iglesia que quiere salir a misionar, como dice el lema de la Diócesis de San José.

 ¿Qué le plantean a la gente en esta misión?

-Diego: Lo primero ha sido conocernos, vamos a estar tres años compartiendo con la gente, llevando la Buena Noticia del Evangelio, estar con ellos. A veces es necesario solamente escucharlos, otras veces es necesario una palabra de aliento, hacer un lectura, bendecir las casas.

Eso lo hacemos en la mañana, y en la tarde la idea es participar en los talleres. Ahí va la parte de nuestro lema que es Vengan y Vean. Saben que están los misioneros, pero que no se queden solo con eso, sino que vengan y vean lo que es la misión, los talleres y con ellos profundizar un poco más en la lectura del día.

 ¿Cuál es el mensaje que pueden resumir, dirigido fundamentalmente a los jóvenes?

-Guadalupe: Que confíen en ellos, que confíen en sus sueños, que vengan y vean a este Cristo que nos está buscando.

– Diego: Me sumo a ese mensaje de Guada y agrego que se insiste con que la juventud está perdida, pero creo que en Trinidad hemos conocido lo contrario. La juventud en este lugar no está perdida; hay más de 30 jóvenes participando en los talleres, así que, como dice el Papa Francisco, que salgan y hagan ruido, se manifiesten y crean en Jesús.

¿Qué es lo que has vivido estos días en Trinidad?

Ignacio Rey Nores SJ – Lo que me ha tocado en la Parroquia de Luján es ver una Iglesia de puertas abiertas. Como nos reciben a nosotros los misioneros, recibe día a día, fin de semana a fin de semana, una gran variedad de personas –niños, jóvenes, adultos- y de actividades.

A mí me pasa como párroco que también uno tiene que generar actividades donde se facilite el encuentro con Jesús. Y esas actividades de catequesis, de rumbear la palabra de Dios, de salir al servicio, lo que hacen los Vicentinos, lo que hacen las Hermanas, todo eso genera una atracción en la comunidad que quiere estar, que quiere sentirse parte.

Entonces, me he encontrado con eso, con una Iglesia de puertas abiertas y también con un énfasis más diocesano de ser una Iglesia Misionera.

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Ese esfuerzo de sumarse a tantas actividades de misión, antes fue con los Oblatos y ahora venimos nosotros de la Red Juvenil Ignaciana, con el deseo de sumar a la comunidad entera a que salga a misionar.

Nos ha tocado salir mucho con los adolescentes y con los jóvenes de esta comunidad parroquial, y vemos cómo encaran estos pibes la misión, con experiencias como la de las Hermanas Pobres Bonaerenses del Colegio San José y con otras experiencias, con la misma fe, con el mismo deseo de salir a las casas para disfrutar de esa sintonía de querer anunciar a Jesús

Reflexión del Evangelio, Domingo 19 de Febrero

Compartimos el Evangelio del Domingo 19 y una breve reflexión para poder seguir rezando esta invitación que nos hace Jesús a lo largo de la semana. 

Evangelio Mateo 5, 38-48

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: -Ustedes han oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente” Pero yo les digo: No resistas al que te haga algún mal; al contrario, si alguien te pega en la mejilla derecha, ofrécele también la otra. Si alguien te demanda y te quiere quitar la camisa, déjale que se lleve también tu capa. Si te obligan a llevar carga una milla, llévala dos. A cualquiera que te pida algo, dáselo; y no le vuelvas la espalda al que te pida prestado.

 También han oído que se dijo: “Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo.” Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, y oren por quienes los persiguen. Así ustedes serán hijos de su Padre que está en el cielo; pues él hace que su sol salga sobre malos y buenos, y manda la lluvia sobre justos e injustos. Porque si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué premio recibirán? Hasta los que cobran impuestos para Roma se portan así. Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? Hasta los paganos se portan así. Sean ustedes perfectos, como su Padre que está en el cielo es perfecto (Mateo 5, 38-48).

Reflexión Del Evangelio – Por Gabriel Jaime Pérez Montoya, S.J.

 1.- Ustedes han oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente”…

La frase ojo por ojo, diente por diente expresaba la llamada Ley del Talión. El término talión proviene de talis, que en latín significa igual o semejante, y establecía un principio de proporcionalidad: a tal ofensa le corresponde tal reacción o castigo equivalente. De ahí el concepto de la retaliación. La Ley del Talión, enunciada en el Código de Hammurabi, legislador caldeo y sexto rey de Babilonia, fallecido en el año 1750 AC, constituyó una limitación a la venganza desmesurada.

 Varios libros del Antiguo Testamento hacen referencia a la ley del Talión, como el Éxodo (21, 23-25: vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe), el Levítico (24, 17-20: El que le quite la vida a otra persona, será condenado a muerte. El que mate una cabeza de ganado, tendrá que reponerla: animal por animal. El que cause daño a alguno de su pueblo, tendrá que sufrir el mismo daño que hizo: fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente; tendrá que sufrir en carne propia el mismo daño que haya causado), y el Deuteronomio (19,21: cobren vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie).

Pero Jesús va más allá al proponer un comportamiento que supere toda forma de venganza para terminar con la espiral de la violencia, que va creciendo a medida que se devuelve mal por mal y sólo puede parar mediante un comportamiento que se identifique con el del mismo Dios, de quien dice el Salmo responsorial: El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia; no nos trata como merecen nuestros pecados ni nos paga según nuestras culpas [Salmo 103 (102), 8-10].

 2.- También han oído que se dijo: “Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo”…

En la tradición judaica, los prójimos eran las personas cercanas o próximas, las de la misma raza o nacionalidad. Así la frase amarás a tu prójimo como a ti mismo, que encontramos en la primera lectura, se limitaba a los lazos nacionales. Los extranjeros eran excluidos de ese amor. Y aunque en los libros de la Ley o “Torah” de la Biblia no estaba escrito formalmente como una norma odiar al enemigo, sin embargo en el Salmo 109 [108] el perseguido maldice a quien lo persigue y le desea toda suerte de males.

 Por eso la interpretación de la Biblia implica tener en cuenta una evolución en la forma de entender el amor al “prójimo”, y es con la predicación y el ejemplo de Jesús cuando este entendimiento llega a su plenitud: los “prójimos” son todos los seres humanos, sin distinciones ni exclusiones. Y esto lo dice Jesús no sólo en su predicación sino también acercándose a todas las personas sin discriminaciones, mostrando su compasión por los pecadores y pidiendo perdón a su Padre por quienes lo han torturado y clavado en la cruz.

 3.- Sean ustedes perfectos, como su Padre que está en el cielo es perfecto

 En la primera lectura Dios exhorta a la santidad: Sean santos, porque yo, el Señor, su Dios, soy santo. Él, en efecto, como lo dice el libro del Génesis en el primer relato de la creación, nos ha creado a su imagen y quiere que participemos de su vida divina.

 El Concilio Vaticano II, celebrado (1962-1965), dice en su Constitución sobre la Iglesia: Todos los fieles cristianos, de cualquier condición y estado (…), son llamados por el Señor, cada uno por su camino, a la perfección de aquella santidad con la que es perfecto el mismo Padre (LG 11, c). (…) El Divino Maestro y modelo de toda perfección, el Señor Jesús, predicó a todos y a cada uno de sus discípulos, cualquiera que fuese su condición, la santidad de vida (…): “Sean pues ustedes perfectos como su Padre celestial es perfecto” (LG 40, a).

 Pero ¿en qué consiste la verdadera santidad? En el Evangelio de Lucas (6, 36) Jesús culmina su predicación diciendo: sean pues ustedes misericordiosos como Dios es misericordioso. He ahí la clave para entender a qué tipo de perfección invita Jesús: a la perfección de Dios, que se muestra precisamente en la misericordia. Esta invitación se opone a los criterios de una falsa sabiduría, que incluye el arte de saberse vengar del enemigo. Por eso san Pablo dice en la segunda lectura que la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios.

Pidámosle entonces al Señor que nos disponga a identificarnos cada día más y mejor con Él, que con el ejemplo de su propia vida nos reveló al Dios infinitamente compasivo y misericordioso, de modo que así lo seamos también nosotros, llevando a la práctica lo que decimos en la oración que Él mismo nos enseñó: Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a quienes nos ofenden.

Fuente: Jesuitas Colombia 

Vivir la Espiritualidad en los Días Actuales

Pedro Trigo es teólogo jesuita español, naturalizado venezolano y uno de los coordinadores del Centro Gumilla. En la entrevista que compartimos a continuación, habla sobre el modo de ser cristiano y lo que esto exige para marcar la diferencia en el mundo actual.

¿Qué es la urgencia de lo esencial?

 Es importante, primero, observar que, para los cristianos, lo esencial no es lo estático, aquello que es siempre igual a sí mismo. Para los cristianos, a diferencia de los griegos, lo que tiene más realidad no es la sustancia, sino el actuar. Dios dice que es el acto puro. El Dios cristiano es relación, o sea, para nosotros la relación es lo que tiene más realidad. La relación hace la diferencia, para que el padre sea padre, el hijo sea hijo y se mantenga la unidad. Entonces, para nosotros, lo esencial siempre tiene que tener ese elemento dinámico y relacional. Por eso lo esencial no puede ser dicho de una vez y para siempre, tiene que ser dicho nuevamente, en cada situación, porque si no es dicho en la situación, es una ortodoxia que resulta insignificante.

 ‘¿Qué está diciendo ese señor? ¿Una cosa arcaica que no tiene nada que ver con lo que estamos viviendo?’. Es muy arriesgado decir lo que es lo esencial en cada situación. Yo parto de la novedad del [Concilio] Vaticano II y estamos en los 50 años de su realización. Para mí, lo más esencial que necesita ser dicho es que, en relación con el Cristianismo, en el cual nací, la institución eclesiástica decía que era necesario salvarse del mundo, que el mundo moderno estaba perdido, y que había que hacer una institucionalización paralela, sindicatos cristianos, por ejemplo, había un cine para cristianos, un bar para cristianos. El primer concilio pleno latinoamericano, además de decir esto, dijo también, por ejemplo, que una mujer que va dar a luz tiene que ser atendida siempre y solamente por una partera que sea cristiana. Esto es totalmente increíble, ¿no?

 Al respeto, ¿qué dijo el Concilio? Dijo que si yo, para encontrar Dios me aparto del mundo, me cruzo con la dirección de Dios que va hacia o entra en el mundo. Si lo fundamental del Dios cristiano es la encarnación, ¿cómo voy a salir del mundo? Estoy haciendo lo contrario que hace Dios. Entonces, ¿qué es lo más fundamental de todo? Encarnarme en la situación que tengo que vivir. Podríamos decir ‘no, como Jesús era hijo de Dios, él tuvo que ser un ser humano, pero, si usted es un ser humano, ¿no tiene que encarnar?’ Sí, porque en la encarnación de Jesús se hizo no sólo un ser humano, sino también nuestro hermano. Entonces, ¿qué se me pide? Que no sea uno entre tantos de una especie, de una cultura, de una clase social, de un país, sino que sea un hermano de todos.

 Jesús encarnó a partir de abajo, nació pobre, vivió pobre y murió como había nacido. (…)

 Para los cristianos, los pobres son el único lugar de universalidad real. Esto es lo más elemental de todo, pero lo que parece es que lo más elemental es lo menos practicado. No es esto lo que se acostumbra escuchar en las misas, ni en las disertaciones de teólogos. Lo que se acostumbra definir por algo más específico -yo soy jesuita y me defino como jesuita, o soy cristiano y me defino como cristiano, o soy empresario y me defino como empresario, o soy de este partido y me defino como de este partido. O soy yo y me defino por mí y todo lo demás viene después, lo que importa soy yo, y las personas con quien quiero relacionarme, mientras quiero relacionarme.

 En todos esos casos, no ocurre la encarnación como la entiende el Cristianismo, como la practicó Jesús. Quiere decir que yo, si me identifico como la institución eclesiástica, no soy cristiano. Jesús no fue de la institución eclesiástica. Entonces, ¿qué significa esto? Que tengo que identificarme como un ser humano y que ser cristiano es una especificación de ser un ser humano. Si no es una especificación del ser humano, o incluso un medio para ser más humano, entonces esa encarnación ya no será solidaria.

 Para Trigo, la encarnación cristiana solidaria tiene que hacerse a partir de abajo, porque solamente desde abajo se puede llegar a todos. «Los pobres son elúnico lugar de universalidad real”.

 Esta época en que vivimos podría ser la primera época mundial de la historia, pero no lo es, porque aunque su ámbito sea mundial y todos podamos ver a todos, aunque todos podamos ver lo que pasa en cualquier lugar del mundo, en tiempo real, sin embargo, no todos somos sujetos, sólo algunos pocos. ¿Cuál es la prueba más clara de esto? Que las mercaderías son llevadas a todos los lugares libremente, que los capitales no tienen ninguna frontera, que los gerentes, los grandes empresarios o los grandes financistas no tienen ninguna frontera, pero, para la gente de abajo las fronteras son absolutamente drásticas. Cada vez más, están colocando muros y, si las cosas no cambian sustancialmente, dentro de poco tiempo, veremos al asesinato masivo de cientos de miles de personas, porque ya no hay otro modo de contener esto. Si no las reconozco como personas, si no ayudo a desarrollar los lugares de origen, en vez de empobrecerlos, no hay remedio.

 La falta de consideración de que todos somos seres humanos, de que todos somos hermanos, está llevándonos a ver que ya es imposible vivir así. O esto cambia, o se vuelve cada vez más inviable. Esto que podría parecer algo muy elemental no lo es.

 La fraternidad es una magnitud absolutamente trascendente. Los seres humanos, en los mejores momentos, por ejemplo, en el momento de los estoicos, llegaron a decir: ‘yo soy un cosmopolita’, o sea, no soy un ciudadano de Atenas o de Tebas, sino del cosmos y de todo el mundo. Esto fue una cosa maravillosa y totalmente inasimilable para el orden establecido. Lo mismo hicieron Kant y otros [filósofos] y volvieron a hablar de cosmopolitismo, diciendo que, de alguna manera, la paz tenía que ver con esto y sobre cómo nos definimos como seres humanos.

 Encarnarse como hermano en este mundo es ser cristiano. Ser cristiano no es algo fundamentalmente religioso, no es hacer prácticas religiosas, no. Es, como hijo de Dios, vivir como hermano de todos a partir de abajo. Esto es lo esencial.

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¿Cómo vivir hoy la espiritualidad ante la intolerancia religiosa?

 Mi percepción es que, si nosotros no tenemos más densidad humana que las corporaciones mundiales, tenemos que resignarnos a lo que ellas nos dicen. La propuesta es que tenemos que fortificar al sujeto, de tal manera que me pueda afectar lo que hacen, pero no me influencian en absoluto, porque mi vida nace de mí.

 ¿Cómo se hace esto en forma cristiana? No se hace ensimismándonos. Cristianamente, esto sólo se hace a través de las relaciones, poniéndome en las manos de Dios, sabiendo que el amor es el origen de la vida y, por lo tanto, nada puede separarme de la vida, porque nada puede separarme del amor. Podrán, en todo caso, matar, pero no van a separarme del amor.

 ¿En qué se manifiesta esa confianza de fondo? En lo que me dedico a ser, fraternidad a partir de los de abajo. Cuando actúo densamente, en ambas dimensiones, libero mi libertad y esa libertad liberada se aplica en la capacidad de hacer fraternida

¿Cuál es la prueba de que hay confraternidad a partir de abajo y que incluyo a mis enemigos? La señal de que es la verdadera fraternidad, como humanos, es que inmediatamente desde abajo incluyo a mis enemigos. Por ejemplo, en Venezuela, ¿qué dije todos estos años? Si uno es antichavista, no es cristiano si uno no pide, con toda sinceridad, con toda el alma a Dios, cada día, que Chávez acierte. Si uno es chavista, no es cristiano si uno no pide, con toda sinceridad, que los no chavistas acierten. Esto es un test y no significa que me haga bien o mal, no tiene que ver con sentir, tiene que ver con querer, con lo que sale de lo más profundo de mí. Yo quiero su bien, aunque usted me considere su enemigo.

Esta perspectiva es la única que puede salvarnos, porque esas diferencias se hacen absolutas y no puede ser. En el caso de Chávez, por poco marxista que fuese, tendría que reconocer que la política es una superestructura. Y una superestructura no puede definir mi vida, esto sería totalmente irracional. Hay cosas mucho más profundas que ésta, no puedo definirme por eso. Para poder pensar, tengo que tomar decisiones más profundas, si no, como me identifico con esto, no puedo pensar. En todo caso, puedo pensar ideológicamente como una declaración de principios, pero no como una realidad actuante en mi vida. La espiritualidad es vivida a través de las relaciones, poniéndonos en las manos de Dios, sabiendo que el amor es el origen de la vida.

 Sobre la historia de la evangelización en América Latina, ¿cuál es su herencia hoy?

 América Latina nace con una contradicción constituida. La contradicción es que yo te bautizo y tú eres mi hermano, pero saliendo del templo yo soy el señor y tú eres el siervo. Los mejores momentos de la historia de América Latina son los que quisieron superar esta contradicción, de manera que pensemos la fraternidad por sobre la opresión.

 Escribí un largo artículo con la lectura de la historia de América Latina, que dice que los momentos que decimos que son buenos son aquellos en los que triunfó la fraternidad sobre la opresión del hombre por el hombre. Los mejores evangelizadores se pusieron a favor de los indígenas y en contra de los que habían llegado. Y los indígenas captaron esa contradicción.

Fuente: CPAL Social

Entre la Justicia Social y la Ingeniería Aeronáutica

Guillermo Blasón es un jesuita argentino que se encuentra realizando estudios en la Universidad de Santa Clara en Estados Unidos. Su disciplina es la Ingeniería y, a través de esta, cree que puede generar proyectos que ayuden a mejorar la calidad de vida de poblaciones en Argentina que se encuentran en zonas marginadas y con necesidades específicas. 

Guillermo Blasón SJ es un sacerdote jesuita argentino que actualmente se encuentra inserto en el programa Innovación Frugal para graduados, de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Santa Clara, en Estados Unidos. Bromeando sobre el modo en que se unen su vocación de jesuita con sus estudios, explica: “Yo quería ayudar a la gente a llegar al Cielo, por eso estudié ingeniería aeronáutica.”

De hecho, la ingeniería fue su primera opción al momento de elegir una carrera: “Siempre me gustó la ingeniería en general, más que el campo de la ingeniería aeronáutica. Me gusta crear y desarrollar cosas nuevas. De niño vivía en el campo, ahí estuve en contacto con las cuestiones técnicas y mecánicas”.

Antes de recibir su título de ingeniero, en 1999, Guillermo había considerado la vida religiosa, pero dice que: “no tenía el coraje suficiente en aquel momento para tomar esa opción”. En el año 2000, y sabiendo que los jesuitas también están presentes en el ámbito científico, ingresa a la Compañía de Jesús: “Entrar a la Compañía y todo el proceso de formación (que duró unos 11 años) fue una especie de paréntesis en mi vida como ingeniero. Me ordené sacerdote en 2009, cursé el máster en Teología en la Universidad de Santa Clara, y en 2011 regresé a la Argentina, a la Universidad Católica de Córdoba, donde fui misionado a trabajar en el Área Pastoral y a enseñar a la Facultad de Ingeniería. Cuando me reencontré con la ingeniería, fue algo lindo, pero con sentimientos diferentes sobre cómo ser ingeniero ahora que soy sacerdote. Estaba entusiasmado con diseñar proyectos sociales con mis alumnos” dice.

Trabajando dentro del ámbito de Responsabilidad Social Universitaria (RSU), el P. Guillermo colaboró en promoción social con sus alumnos por medio de actividades, proyectos y talleres. Se involucró con experiencias de misión en la Patagonia, en las que los alumnos llevaban paneles solares a la gente que vive en las zonas desérticas. En el norte de Argentina, encontró pozos de agua contaminada con arsénico, para lo cual, los estudiantes desarrollaron un filtro, sencillo y económico. “Los estudiantes estaban entusiasmados con la idea de generar soluciones”.

El padre Blasón cuenta que, cuando regresaron al lugar, 4 o 5 meses después, encontraron a pocas familias usándolo. Los filtros cambiaron el sabor del agua, además de que los habitantes de la zona no relacionan el arsénico con enfermedades como el cáncer. “Trabajar en este tipo de proyectos me hizo pensar que esto podría ser lo mío. Hablé con mi superior sobre hacer estudios más especializados y encontré este curso en la Universidad de Santa Clara. Este último tiempo tomé tres cursos y mi mentor, el Profesor de Ingeniería Eléctrica, Alex Zecevic me puso en contacto con Ashley Kim (profesora asociada de bioingeniería). Fui invitado a unirme a su grupo de investigación que está trabajando en un sensor electroquímico portable de arsénico en el agua.”

Están expandiendo el alcance de este proyecto testeando no sólo fuentes de agua contaminada, sino también cabellos de las personas que viven en las zonas afectadas para estudiar las consecuencias de la exposición prolongada al arsénico. Esto podría ser muy importante para el proyecto en el norte de Argentina, a unos 700 km de la ciudad de Córdoba donde el proyecto se está llevando a cabo.

“Acá en Santa Clara estoy leyendo artículos, haciendo mi parte, estoy muy contento. Terminaré mis estudios en Junio y regresaré a enseñar en la Facultad de Ingeniería de Córdoba. Estoy entusiasmado por volver con ideas nuevas y comenzar más proyectos como este sobre el arsénico. En Córdoba teníamos varias comunidades que necesitaban de nuestra ayuda, pero no pudimos dársela. Ahora me siento confiado como para decir que vamos por el camino correcto”.

Fuente: Santa Clara University Web Site 

¿De Qué se Trata ImPACtando?

¿Qué es ImPACtando?

Es un encuentro que se realiza después de la evaluación a mediotérmino del Proyecto Apostólico Común (PAC) y de la evaluación de la Conferencia de Provinciales de América Latina y El Caribe (CPAL). Esta instancia nace por primera vez por decisión de nuestros Provinciales a tres años de finalizar el PAC.

¿De dónde proviene el nombre ImPACtando?

El nombre surgió a partir del equipo de trabajo de la CPAL y se relaciona Proyecto Apostólico Común (PAC) con la palabra Impactando.Tiene como propósito revisar el “impacto” que tienen los Jesuitas con su labor en América Latina y El Caribe.

¿Qué se busca con ImPACtando?

Definir qué queremos lograr en estos tres años que faltan para completar el Proyecto Apostólico Común (PAC) y cómo lo queremos lograr. A su vez, se busca incorporar elementos a partir de la 36° Congregación General.

 ¿Cuáles son los objetivos de ImPACtando?

  • Definir a dónde queremos llegar en las prioridades del PAC y cómo.
  • Incorporar las novedades aportadas por la Congregación General 36 al PAC.

 ¿Quiénes participan en ImPACtando?

 Al encuentro se invita a los Provinciales y otra persona de las 12 Provincias de América Latina y El Caribe, así como a los responsables de todas las redes y sectores interprovinciales.

 También harán acto de presencia hermanos y jóvenes estudiantes de la Compañía de Jesús. Se espera la asistencia de 110 personas aproximadamente.

Fuente: impactandosj.org

Acompañar en la Familia

Saber acompañar, aprender a estar en la vida de otro: un dilema particularmente difícil para muchas familias actuales.

Vamos a hablar de familias, pero en esta ocasión no lo haremos de sus necesidades, de sus miedos, o de sus logros; seremos mucho más ambiciosos al iniciarnos con el ingrediente que nos permite darle sentido a nuestro trabajo en la intervención con familias: Acompañar.

Dice la Real Academia Española de la Lengua en su definición, que la palabra Acompañar es: “Estar o ir en compañía de otra u otras personas”; y profundizando en su significado gramatical, se corresponde con el grupo de verbos transitivos, ya que no son autosuficientes semánticamente, necesitan de una acotación que les dé sentido.

Con estas premisas, quienes trabajamos con familias, sabemos lo importante que es para ellos, sentir que alguien camina a su lado, en los momentos que nos incorporamos a sus vidas. …y ¿cuándo Acompañar? Siempre… antes, durante y después, …no podemos ni debemos esperar a que nos necesiten para estar, en una carrera contrarreloj para ganarle la batalla al tiempo; si salimos antes, llegaremos antes y en mejores condiciones, y serán las familias, madres, padres, hijas e hijos, quienes así lo vivan.

Las familias de las que hablamos, sienten que no saben manejarse en las relaciones con sus hijas e hijos, que tienen dificultades como madres y padres, …que ya se han sentido perdidos cuando ellos lo eran. El trabajo de intervención con estas familias, nos coloca ante una situación en la que sus hijas e hijos se encuentran separados de ellos, en centros de protección, o continúan en el domicilio familiar, con seguimiento de diferentes profesionales desde el Trabajo, la Educación Social, o desde la Psicología; no necesitan tener a nadie al otro lado de la mesa, que dirija sus vidas, cuestione sus decisiones, o autorice cada uno de sus gestos; necesitan sentirse acompañados, escuchados y sentidos, porque solo así seremos capaces de conocer lo que les preocupa y lo que sienten, para construir con ellos el nuevo escenario que les permita dar a esos niños y niñas, o a esas chicas y chicos, la seguridad que muchos de ellos nunca han conocido.

Y a mí me da miedo, miedo a no saber escuchar, miedo a no saber comprender, a juzgar sin preguntar o a creer que después de tanto tiempo, ya nadie me va a contar algo que no sepa; y entonces, es cuando realmente aparece el peligro. Por eso es tan importante no perder el paso, mantener la cercanía que permite al otro sentirse seguro a pesar de que en ocasiones nuestras inseguridades nos atenacen, y darle el impuso necesario para ser y estar, para saber dar y recibir.

Porque una de las cualidades de este verbo de la primera conjugación, es que permite huir de la soledad; mientras acompañamos ni ellos ni nosotros estamos solos, y quizá más importante aún, no nos sentimos solos. Las madres (sobretodo) y también padres, que están al frente de la mayoría de nuestras familias, esas que nuestra sociedad ha condenado antes de empezar, que se han salido de la cuadrícula, que lo han hecho casi todo mal, que casi nunca les han preguntado, suelen responder cuando les preguntamos cómo se sienten, cuando aparecemos en sus vidas, un programa nuevo, un técnico nuevo, una nueva oportunidad,…pues se sienten solas, sin fuerza y cansadas de contar una, y otra, y otra vez, su vida, sus fracasos,…porque no han logrado formar parte de una sociedad como los demás, porque ya les han quitado a sus hijos hace tiempo, o alguien revisa cada uno de sus pasos por si considera necesario hacerlo.

 Y cuando se sienten acompañados, ¿Qué ocurre?, ¿Cómo nos lo transmiten?, ¿Qué nos dicen?…Esa, es nuestra gran recompensa en el trabajo, no tanto por haber conseguido todos y cada uno de los objetivos que nos hayamos propuesto (que, a fin de cuentas, muchas veces es más lo que nosotros queremos que lo que ellos y ellas necesitan), sino por hacerles sentir protagonistas de sus propias vidas, con el sentimiento compartido con otros (quienes les acompañamos), de sus fracasos, ilusiones o temores, pero eso sí, vacíos de soledad, y con la esperanza puesta en el mañana que ya es hoy.

Fuente: Entre Paréntesis