Reflexión del Evangelio – Domingo 28 de Abril

Evangelio según San Juan 20, 19-31

Al atardecer del primer día de la semana, los discípulos se encontraban con las puertas cerradas por temor a los judíos. Entonces llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: “¡La paz esté con ustedes!”. Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo: “¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes”. Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: “Reciban el Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan”. Tomás, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Los otros discípulos le dijeron: “¡Hemos visto al Señor!”. Él les respondió: “Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré”. Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo: “¡La paz esté con ustedes!”. Luego dijo a Tomás: “Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe”. Tomás respondió: “¡Señor mío y Dios mío!”. Jesús le dijo: “Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!”. Jesús realizó además muchos otros signos en presencia de sus discípulos, que no se encuentran relatados en este Libro. Estos han sido escritos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo, tengan Vida en su Nombre.

Reflexión del Evangelio – Ignacio Puiggari SJ

Si escuchamos este texto con la confianza de que Jesús nos descubre el rostro velado de nuestra humanidad, entonces podemos atrevernos a mirar con más detalle lo que le sucede a él mismo, y así comprender un poco más el alcance de nuestro destino. Lo que llama la atención tanto en la pasión como en la resurrección es el misterio de su corporalidad. El misterio de la pascua converge en la pregunta por el cuerpo: ¿qué es este cuerpo que somos? ¿Quién es este compañero fiel tan fundamental para nuestra identidad? Al parecer, en los relatos de la resurrección encontramos dos grandes experiencias relativas al cuerpo: la experiencia del límite que revela una necesidad de amor; y con ello, la experiencia de la apertura posible al misterio, esto es, a la “presencia ausencia” del Resucitado. Veamos qué sucede en este relato.

Primero, tanto los discípulos como Tomás tienen una peculiar experiencia de finitud y de límite. Los discípulos tienen miedo de los judíos; Tomás, por su parte, le falta cierta experiencia que otros sí tuvieron. Podemos pensar que esos límites así sentidos, el miedo y la indignación por esa falta de experiencia, esconden cierta necesidad de amor. Los discípulos necesitan sentirse amados, es decir, protegidos, salvados; Tomás, a su vez, necesita sentirse enseñado vitalmente por esa verdad de la comunidad que hasta el momento para él es una “verdad abstracta”. Y Jesús los alcanza en esa necesidad; entra por esa puerta dándoles paz, alegría y fe nacida de la experiencia misma. De aquí la relevancia de mirar con amplitud el alcance de nuestros límites (miedos, faltas de experiencia) para descubrir esa necesidades de amor latentes que no terminamos de pronunciar.

Pero además del límite, el cuerpo nos vincula con un tiempo finito e histórico que esta traspasado por la presencia-ausencia del resucitado. Al modo de las huellas que nos indican cierta experiencia pasada (alguien que pasó por acá) y nos descubre un camino a seguir (por dónde siguió camino), del mismo modo Jesús resucitado pasa, hace experiencia de encuentro con nosotros y, no dejándose retener, como punto de fuga, nos envía a un camino de servicio y testimonio. De algún modo revela también la condición de nuestro paso por la historia, que acaso deje huellas de amor, pero que tampoco puede ser retenida ni fijada. La ausencia de Jesús nos obliga a discernir los signos de su amor, de su paz, su alegría, su fe y su misión de amor. En el corazón de cada persona y en medio de los pueblos habita su Espíritu de amor, con sus signos que requieren ser escuchados, sentidos y seguidos.

Pidámosle entonces al Señor Resucitado la ayuda para descubrir esas huellas de paz, de alegría y fe que nos impulsan desde dentro hacia la misión y hacia el encuentro con los otros.

Fuente: Red Juvenil Ignaciana Santa Fe

Nuevos rumbos, un mismo camino… Hno. Santiago Centeno SJ

Con este título queremos compartir con ustedes las primeras impresiones de aquellos compañeros que reciben un nuevo destino para seguir colaborando en la misión de Cristo, con una nueva tarea o en un lugar diferente al que estaban.

Los invitamos a conocer la perspectiva con la que perciben su tarea y los desafíos que reconocen para este tiempo de novedad, un modo también de acompañarlos en la misión compartida.

Hno. Santiago Centeno SJ – Destinado a la Comunidad jesuita en Corrientes.

Vuelvo a la ciudad de Corrientes después de 13 años. Allí,  espero encontrar una comunidad distinta a la que dejé; ya sea por el paso del tiempo, como por los cambios que se fueron dando.

En esta misión, trabajaré en la pastoral de la Vicaría San Pablo, junto con Antonio Ocaña, y allí, me imagino que me tocará trabajar con los grupos que funcionan en la Vicaría; al mismo tiempo que visitar las casas de las familias del barrio.

Uno de estos grupos, el de la Obra del Niño Jesús, lo fundamos años atrás con David Sánchez. Éste promueve actividades con los niños del barrio como apoyo escolar y una huerta comunitaria. Este grupo sigue funcionando con voluntarias desde hace 18 años. Otro de los grupos con los que espero compartir la pastoral y la presencia religiosa es el de la Escuela Profesional San Pablo, que depende del Arzobispado y brinda talleres de formación en salones de la Vicaría

En estos días, espero con la alegría de afrontar los desafíos del nuevo destino –aunque ya conocido-. Al aceptar la misión del P. Provincial, me vino una alegría grande de volver a Corrientes; donde espero poder responder bien la misión.

Me encomiendo a Nuestra Señora de Itatí, poniendo toda la confianza en Dios Padre.

Nueva plataforma colaborativa: Jesuit.Network

La iniciativa Jesuit Networking ha lanzado una nueva plataforma web: Jesuit.Network. La misma constituye un espacio dinámico para estudiar, sistematizar y fomentar el trabajo en red internacional entre las instituciones jesuitas.

En la nueva página web, los usuarios pueden encontrar el primer mapa global de redes regionales e internacionales relacionadas con la misión de la Compañía de Jesús; en el momento de su lanzamiento, existen 81 en total.

Acompaña el lanzamiento de la web el documento “Redes proféticas para una Misión Universal“,  que comparte las reflexiones la segunda reunión internacional sobre redes para catalizar las conexiones entre profesionales, académicos y miembros del gobierno de la Compañía de Jesús.

El proyecto Jesuit Networking se lanzó en 2012 en colaboración con el Secretariado de Colaboración de Roma para promover la reflexión sobre el trabajo en red y para acompañar y fomentar iniciativas de colaboración internacional dentro de la Compañía de Jesús. Alentados por el llamamiento de las recientes Congregaciones Generales para promover la creación de redes como nueva forma de proceder de la Compañía, los esfuerzos se han centrado en compartir herramientas, investigaciones y noticias relevantes, así como en la celebración de talleres y conferencias para promover una cultura de colaboración y fortalecer iniciativas comunes.

El proyecto, apoyado por diversas instituciones jesuitas, da ahora un paso más al convertirse en Jesuit.Network plataforma para visibilizar el ecosistema de las redes internacionales vinculadas a la Misión Universal de la Compañía.

A través de la difusión de información y propuestas de colaboración, tanto en inglés como en español, la plataforma ofrece un espacio dinámico para aprovechar los retos y las lecciones aprendidas de los esfuerzos de colaboración y apoyar estructuras de red más sólidas que conduzcan a un mayor impacto y eficiencia. Los líderes de la red tendrán la oportunidad de publicar y dialogar sobre sus experiencias de colaboración con otros expertos y usuarios de la página.

“Esta no es una plataforma para información generalista sobre el trabajo de la Compañía. Nuestra audiencia son las personas e instituciones que sienten pasión por el mundo de las redes y la creación de culturas de colaboración al servicio de la Misión Jesuita”, dice Daniel Villanueva SJ, coordinador de Jesuit Networking. “Esta página web busca involucrar a una comunidad de personas motivadas por la importancia de colaborar más y mejor, porque creemos que juntos podemos fortalecer la ‘redarquía’ de la Compañía de Jesús“.

Jesuit.Network se presenta en un momento en que se necesita más que nunca una colaboración regional e internacional para acompañar las Preferencias Apostólicas Universales de la Compañía de Jesús recientemente publicadas. Como explica Villanueva, “El trabajo en red no es un objetivo en sí mismo, sino un medio potente para llevar a cabo nuestra misión en un contexto incierto y complejo, y una manera útil de trabajar juntos como un cuerpo apostólico que abarca nuestra diversidad”.

La nueva página web también sirve como repositorio de recursos con los últimos documentos sobre los temas de redes y colaboración relacionados con la Compañía de Jesús, incluido el documento recientemente publicado de la 2ª Conferencia Internacional sobre Redes Jesuitas, celebrada en la Universidad de Georgetown, “Redes Proféticas para una Misión Universal.”

“Necesitamos un ecosistema que fomente la colaboración y la asociación a mayor escala y la formación de individuos con las habilidades, la visión y el liderazgo necesarios para una misión universal y de colaboración.” Aunque en los últimos años se han hecho muchos esfuerzos en las conferencias y en los secretariados apostólicos, que poco a poco ya han comenzado a dar sus frutos, es necesario garantizar la profundidad y la armonía de estas iniciativas de colaboración para asegurar que “las redes emergentes sean verdaderamente proféticas, y que nuestro desarrollo organizativo a nivel internacional responda al de un cuerpo apostólico con una misión compartida.

Fuente: Jesuit Networking

 

Conferencia de Liderazgo y Discernimiento en Roma

Entrevista a Daniela Gargantini, quien participó de la Conferencia de Liderazgo y Discernimiento que se llevó adelante en la Curia Jesuita en Roma de desde el 1° al 5 de abril. De ella participaron jesuitas y laicos ignacianos de todo el mundo.

¿De qué se trató el encuentro ‘Discernimiento y Liderazgo’?

Durante la primera semana de abril, la Oficina de Discernimiento y Planificación Apostólica de la Curia convocó a Roma a referentes de diversas partes del mundo (jesuitas y laicos) con la intención de conformar una comunidad global que colabore con la renovación creativa de la Compañía de Jesús y la Iglesia a partir de las preferencias apostólicas anunciadas por el padre General.

La convocatoria surge a partir de detectar una necesidad creciente y un deseo de formación ignaciana en discernimiento y liderazgo, no como un apéndice sino integrada profundamente con el quehacer diario de la Compañía y sus obras.

¿Quiénes estaban representados?

El Encuentro reunió a 54 líderes ignacianos con experiencia en diversos campos de acción de todos los continentes. De ellos 26 fuimos laicos. Sólo 9 mujeres participamos del encuentro. Latinoamérica estuvo representada por 6 latinoamericanos de diferentes obras (FLACSI, AUSJAL, CPAL, Sector social y Migrantes)

¿Qué temas se propusieron?

El encuentro se estructuró en torno a los siguientes ejes temáticos:

  • Recibir orientación personalizada por parte del padre General sobre las preferencias apostólicas y discernir cómo hacerlas avanzar con los referentes de las Conferencias regionales, las provincias y los encargados de las diferentes obras.

  • Aclarar los elementos claves del liderazgo en una forma ignaciana de proceder.

  • Reflexionar sobre los desafíos del trabajo en las fronteras y las vulnerabilidades de nuestro mundo, y sus implicancias en nuestro modo de entender el discernimiento y el liderazgo.

  • Adquirir conocimientos teóricos y prácticos de cómo liderar procesos comunitarios de cambio y superación de crisis y dificultades.

  • Compartir experiencias, conocimientos, buenas prácticas y recursos en liderazgo y discernimiento ignacianos.

¿Qué expectativas tenías sobre el encuentro? ¿Se fueron cumpliendo?

Recibir la invitación fue una gran sorpresa para mí. Asistir representando a todas las universidades de América Latina implicó una gran responsabilidad.

Acepté la invitación con algo de temor, asumiéndola como un llamado a profundizar mi vivencia de fe profundamente unida a mis tareas cotidianas en la universidad y a mi propia vida, y preguntándome qué esperaba Dios de mí tras la invitación.

La experiencia, la formación y la gracia recibida superaron ampliamente mis expectativas. Fui grata y exigentemente sorprendida por un Dios que no se cansa de llamarnos a vivir en coherencia nuestra fe en medio de las obras y tareas cotidianas. En ello cultivar la identidad y espiritualidad ignaciana constituye un gran apoyo.

La metodología del encuentro fue propicia para ir integrando los contenidos teóricos y prácticos a una profunda reflexión y discernimiento no sólo personal sino comunitario. Esa fue una de las principales riquezas del encuentro. No sólo discernir el qué sino el modo de alcanzar los objetivos frente a los desafíos vigentes.

¿Con qué quedaste más impactada de lo vivido en esos días?

La vivencia universal de la Iglesia y de la Compañía fue una experiencia que me impactó profundamente. El encontrar un llamado y modo de proceder común en medio de diferentes culturas y lenguas fue muy movilizador.

Junto con eso, el poder experimentar las vulnerabilidades sociales y eclesiales despertaron en mí mociones de gran desolación.

Frente a ello, la integración de nuestra fe a opciones de vida y de ejercicio concreto de nuestra profesión o actividad a partir del modo particular de proceder ignaciano fue motivo de gran consolación, que se transformó en una invitación a un compromiso más activo para poder compartir con otros lo recibido.

¿Qué desafíos percibís como más cercanos para la Iglesia y la Compañía en Argentina?

Creo que el principal desafío es poder ofrecer espacios de relectura y reflexión profunda de las preferencias apostólicas, donde poder iniciar procesos de discernimiento comunitario y colaborativo que nos permitan, no sólo pensar qué vamos a hacer o qué tenemos que hacer frente a los diferentes desafíos que tenemos delante, sino, fundamentalmente,  cómo lo vamos a hacer.

La formación e invitación a compartir la identidad y los modos de proceder ignacianos resulta una deuda pendiente en la mayoría de nuestros espacios. Sin que ello se comprenda y se vivencie profundamente tanto en jesuitas como en laicos colaboradores, será difícil cumplir con la misión encomendada y ser factores de transformación real de nuestra sociedad y de la misma Iglesia.

 

Hablar desde las periferias

Solo quien comunica poniéndose en juego a sí mismo puede representar un punto de referencia”. Ese es el mensaje que deberíamos escuchar y poner en práctica quienes vivimos en sociedades en las que la palabra de la Iglesia ha perdido vigor y actualidad.

Por Jorge Oesterheld

La reciente entrevista concedida por el Papa a un programa de televisión español –’Salvados’, de La Sexta– vuelve a poner en escena la sorprendente manera que tiene Francisco de comunicarse: siempre se lo puede ver cómodo cuando habla desde los márgenes de la Iglesia, cuando se expone a situaciones y diálogos atrevidos. Sus mensajes están dirigidos a todos, pero el lugar desde el que habla no acostumbra a ser el que tradicionalmente han utilizado papas, obispos o sacerdotes.

Al participar de un programa de esas características, Francisco habla desde un sitio que visto desde la Iglesia resulta “marginal”, pero que si se lo observa desde “el otro lado”, desde donde observa la sociedad en su conjunto, es un espacio en el cual lo “marginal” es la Iglesia. Seguramente para muchos de los habituales seguidores del programa la entrevista con el Papa significaba el acercamiento a un personaje extraño y procedente de una periferia social.

Esa manera de comunicar que tiene Francisco está reflejada también en sus viajes. El primero fue a Lampedusa, una isla del mediterráneo que hasta esa visita papal era solo famosa por sus playas paradisíacas pero que, desde entonces, es conocida por los miles de migrantes que llegan a sus costas o mueren ahogados al intentarlo. Con su presencia, Francisco exhibió ante el mundo el drama que allí se vivía y desde ese sitio se dirigió a los poderosos de Europa y del mundo.

Con excepción de su viaje a Estados Unidos para participar del Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia, sus viajes lo han llevado a los países más pobres y de diferentes maneras “marginales”. Incluso su visita a México estuvo marcada por su condición de país “marginal” con respecto a su vecino del norte, y por su especial situación, como camino de paso para miles de refugiados que intentan escapar de los diferentes dramas que arrasan los países centroamericanos.

En el año 2015, la Puerta Santa antes de abrirse en Roma se abrió en Bangui, capital de la República Centroafricana. Desde ese escenario dirigió el Papa al mundo su mensaje del Año de la Misericordia. Cuando se anunció que Francisco inauguraría el Año Santo desde allí el mundo entero comenzó a preguntarse dónde quedaba ese lugar. Hasta los periodistas mejor informados tuvieron que recurrir a Google para enterarse de algo que el Papa conocía muy bien.

Este año Francisco viajó a los Emiratos Árabes, después a Marruecos, y pronto lo hará a Bulgaria, Macedonia y Rumanía. Aún no ha visitado muchos países llamados “centrales”, ni a la católica España ni a su tierra natal Argentina. ¿Acaso no le interesa que su palabra llegue a esas sociedades o trata de que su mensaje llegue a ellas pero desde los márgenes, desde aquellos sitios que en muchos casos son desconocidos para los habitantes de esos países?

No debería sorprender esta manera de actuar en un Papa que constantemente llama a los hijos de la Iglesia a dirigirse con audacia hacia las periferias existenciales. Lo sorprendente es que nos hayamos acostumbrado a ver a los sucesores de los Apóstoles ocupando primeros lugares y alternando diariamente con los poderosos de la tierra.

Ponerse en juego

“Solo quien comunica poniéndose en juego a sí mismo puede representar un punto de referencia”, dijo el Papa en el Mensaje para la 48ª Jornada de las Comunicaciones Sociales. Esa actitud suya de arriesgarse permanentemente es lo que lo ha convertido en “punto de referencia”. Eso es lo que logra al aceptar entrevistas desafiantes y al emprender viajes y realizar gestos que están cargados de múltiples significados.

Ese es el mensaje que deberíamos escuchar y poner en práctica quienes vivimos en sociedades en las que la palabra de la Iglesia ha perdido vigor y actualidad. Ponerse en juego, arriesgarse, hablar desde las periferias, generar incomodidad en los que están cómodos; no se trata de acciones que descubrió del Papa del fin del mundo, lo hizo mucho antes el Maestro de Galilea.

Fuente: Vida Nueva Digital

“Mártires riojanos”: los nuevos beatos de la Iglesia en Argentina

La Iglesia en Argentina espera la beatificación de los “mártires riojanos” que tendrá lugar el 27 de abril: los hoy Venerables Siervos de Dios, monseñor Enrique Angelelli, tercer obispo de La Rioja; presbítero Gabriel Longueville, sacerdote diocesano; fray Carlos de Dios Murias, sacerdote profeso en la Orden de los Frailes Menores Conventuales; y Wenceslao Pedernera, laico y padre de familia, serán beatificados en La Rioja, en una misa que presidirá el cardenal Angelo Becciu, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

Los «mártires riojanos»

“Su muerte (de monseñor Angelelli, en agosto de 1976) se inscribe dentro del contexto martirial de la Iglesia de La Rioja, de la que son expresiones inobjetables la muerte de Murias, Longueville y Pedernera (en julio de 1976). También confirma la coherencia testimonial de vida, pensamiento y opción pastoral del mismo Angelelli. Él fue testigo del Reino de Dios y de su justicia en una Iglesia perseguida, obstaculizada y martirizada en sus sacerdotes, religiosos y laicos. Esa fue su identidad más genuina, la básica, la que fundamentó y orientó toda su existencia hasta la consecuencia lógica de demostrar el mayor amor: dar la vida por su pueblo y ser instrumento de la luz del Evangelio”, señalaron los obispos argentinos en una declaración conjunta de noviembre de 2018 titulada: “Pascua Riojana, alegría de la Iglesia”.

Fuente: eclesia.info

 

Noches de Caridad: la solidaridad juvenil ilumina Buenos Aires

En la última exhortación apostólica ‘Christus Vivit’, Francisco pone de ejemplo de acción social vivit’ a los jóvenes porteños que participan de ‘Las Noches de la Caridad’, que llevan 18 años llevando aliento a los sintecho.

Las Noches de la Caridad en Buenos Aires Argentina

Cuando la noche aprieta y se empieza a sentir el frío. Cuando no hay algo caliente en el estómago, ni una frazada para cubrirse, y mucho menos una palabra de aliento o la simple compañía, aparecen ellos, los más jóvenes, como signo de la fuerza de la Iglesia en las llamadas Noches de Caridad. En 2001, en medio de la crisis socioeconómica Argentina, distintas comunidades parroquiales creyeron en la necesidad de salir a recorrer las calles de la ciudad con la única intención de dar una respuesta inmediata a la realidad. Más de 20 parroquias de las cuatro vicarías de la Arquidiócesis de Buenos Aires despliegan su atención y están a disposición de quienes más lo necesitan.

Francisco conoce perfectamente este trabajo. Como arzobispo de Buenos Aires fue testigo. “Hoy, gracias a Dios, los grupos de jóvenes en parroquias, colegios, movimientos o grupos universitarios suelen salir a acompañar ancianos y enfermos, o visitan barrios pobres, o salen juntos a auxiliar a los indigentes en las llamadas ‘noches de la caridad’. Con frecuencia ellos reconocen que en estas tareas es más lo que reciben que lo que dan, porque se aprende y se madura mucho cuando uno se atreve a tomar contacto con el sufrimiento de los otros…”. Así lo expresa Jorge Mario Bergoglio en el punto 171 de la exhortación ‘Christus vivit’.

“Oración y acción, la mejor síntesis”

Los jóvenes de las Noches de Caridad  acercan, durante todo el año, un plato de comida caliente a la gente que vive en situación de calle. El objetivo es claro: ofrecer una vianda y un oído para quien quiera charlar y contar sus vivencias. De este modo incansable comienzan con una tarea que tiene mucho de promoción humana y de la dignidad de las personas, pero no alcanza. Es sólo el primer paso. En muchos lugares están preparados también para hacer un seguimiento de los casos: colaboran con trámites legales o pedido de turnos para ser atendidos en hospitales.

Leonardo, estudiante de 17 años, es uno más en las Noches de Caridad: “Ser parte le da sentido a ese tiempo de escucha y meditación de la palabra de Dios”. Y es que “oración y acción es mi mejor síntesis”, subraya. Con este servicio, descubren que el voluntariado y el servicio son muestras de que quizás no todas las noches son oscuras.

Fuente: Vida Nueva Digital

La voz de la Juventud por el cuidado del Medio Ambiente

Teniendo la voz como principal instrumento de protesta, la juventud acude a tomar el espacio público para manifestar su inconformidad, su frustración y también sus esperanzas para que quienes tienen en sus manos la toma de decisiones, lo hagan pensando en los que vienen por delante.

Por Flor María Ramírez

A mediados de marzo pudimos ver cómo niños y jóvenes estudiantes se movilizaron por el cambio climático, en ciudades emblemáticas para exigir a sus gobiernos medidas urgentes, a través del movimiento ‘Fridays for Future’. Denominada una cita social “sin banderas”, se ha puesto énfasis en la inactividad de los gobiernos para avanzar sobre acuerdos comunes que permitan reducir las consecuencias de este fenómeno. El papa Francisco ha reconocido este entusiasmo en el lanzamiento del reciente proyecto Scholas, afirmando que “hemos visto cómo en estos días, jóvenes de diversas ciudades del mundo han tomado la calle para defender el ambiente. Para defender la tierra. Los jóvenes tienen una potencia inimaginable, son creativos; lo que pasa es que la mayoría de las veces no tienen líderes que los conduzcan porque los buscan afuera y no se dan cuenta que los tienen adentro”.

La voz como principal instrumento de protesta

Teniendo la voz como principal instrumento de protesta, la juventud acude a tomar el espacio público para manifestar su inconformidad, su frustración y también sus esperanzas para que quienes tienen en sus manos la toma de decisiones, lo hagan pensando en los que vienen por delante. Estamos ante la reacción de una generación que tal vez creíamos apática o poco interesada en asuntos medioambientales que son de larga data. Recordemos que la preocupación global por la degradación medioambiental de nuestras ciudades y países se remonta a los años 70’s y desata un activismo internacional en el que emergen organizaciones ecologistas que, lograron mantener e incluir en la agenda internacional alcanzando culmen con la inclusión de la sustentabilidad en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entendida ésta como “la capacidad de satisfacer necesidades de la generación humana actual sin que esto suponga la anulación de las generaciones futuras”.

Las nuevas formas de manifestación a favor de un cuidado al medio ambiente han tenido una funcionalidad indiscutible en la delimitación de la esfera pública, y la construcción paulatina de una cultura cívica que se auxilia de las herramientas digitales, misma que en épocas pasadas tuvo que forjarse a base de marchas y protestas, en una localidad que a duras penas alcanzaban resonancia nacional. Las protestas más globales, visibles y virales, se han ido dando en la medida en que hemos ido también teniendo información de las devastadoras afectaciones que en varias regiones del planeta han ido teniendo las actividades industriales y la irresponsabilidad tanto colectiva como individual.

Nuestra capacidad de acción, compromiso u omisión

En 2009 el Premio Nobel de Economía fue concedido a Elinor Ostrom por su teoría sobre el gobierno de los bienes comunes. Ostrom, usa la “tragedia de los bienes comunes” para explicar la degradación de los recursos naturales que son usados colectivamente, pero sobre los que es difícil acordar un sistema de reglas para gobernar. Este sería el caso del Acuerdo de París que tras años de negociaciones ha sido aprobado como parte del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático realizado en 2015. Lo que vemos hoy en día, resulta un motor clave por reconocer las responsabilidades a todos los niveles, particularmente, la responsabilidad que está en manos de los Estados. Las nuevas generaciones reclaman una acción inmediata y solidaria que va más allá del sistema de gobernanza global de esos bienes comunes.

El papa Francisco en la encíclica ‘Laudato si” de 2015 ha señalado que “necesitamos una conversación que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos. Lamentablemente, muchos esfuerzos para buscar soluciones concretas a la crisis ambiental suelen ser frustrados no solo por el rechazo de los poderosos, sino también por la falta de interés de los demás. Las actitudes que obstruyen los caminos de solución, aun entre los creyentes, van de la negación del problema a la indiferencia, la resignación cómoda o la confianza ciega en las soluciones técnicas. Necesitamos una solidaridad universal nueva”. La conversación ya está iniciada en muchos lados, también la Iglesia es un buen lugar para continuarla. Lo primero quizá será analizar con honestidad nuestra capacidad de acción, compromiso u omisión en el tema.

Fuente: Vida Nueva Digital

Reflexión del Evangelio – Domingo de Pascua

Evangelio según San Juan 20, 1-9

El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto”. Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes. Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró. Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro; vio las vendas en el suelo, y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte. Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: Él también vio y creyó. Todavía no habían comprendido que, según la Escritura, él debía resucitar de entre los muertos.

Reflexión del Evangelio – Por Santiago Suárez, sj

Hoy no es un día cualquiera, celebramos la Pascua del Señor, el acontecimiento más importante para los cristianos. El misterio de la  Resurrección nos pone de frente a la realidad de un Dios que radicalmente apuesta por la vida, pues, como afirma San Irineo de Lyon, “la gloria de Dios consiste en que el hombre viva, y la vida del hombre consiste en la visión de Dios”.

El texto del Evangelio nos sugiere un juego entre las tinieblas que representan a la muerte y la luz de la Resurrección: “… cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro”. La oscuridad de la madrugada representa la vivencia de los discípulos del drama del Viernes Santo, cuando la muerte de Jesús pareció matar la esperanza que habitaba en el corazón de ellos. Tal oscuridad en su propio corazón les impedía ver. Sin embargo, al ser alcanzados por el hecho de la Resurrección pueden realmente ver y creer. Ese hecho misterioso de la piedra quitada permitiendo la entrada de luz en una tumba, el lugar oscuro por antonomasia y símbolo de la muerte, provoca en los discípulos un mirar renovado de la realidad: ahora sí comprenden las Escrituras, es decir, ahora pueden, de alguna manera, ver a Dios en su acción redentora y esa visión los transforma, les da una vida nueva. Como consecuencia de esta experiencia los discípulos salen a iluminar el mundo con la luz de la Buena Noticia, la muerte ha sido vencida.

Esa luz que brota de la Resurrección del Señor mantiene encendida la llama de la esperanza y nosotros la hemos recibido en el bautismo. Pidamos, pues, la gracia de hacer brillar esa luz de esperanza en medio de un mundo que no siempre parece apostar por la vida, para que cada vez sean más los que dejen atrás la oscuridad y que puedan cantar con alegría profunda “¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!”.

Fuente: Red Juvenil Ignaciana

22 de Abril: Ignacianos por la Ecología

Los colegios de la Federación Latinoamericana de Colegios de la Compañía de Jesús  se ha propuesta revisar sus hábitos de consumo que se dan dentro de sus instituciones a fin de hacerlos más amigables con el ambiente. Este 22 de Abril, día de la Tierra, lanzan su propuesta.

“Cuidar de nuestra Casa Común” sigue siendo definitivamente un llamado a la acción urgente. Así lo reconfirma una de las Preferencias Apostólicas Universales de la Compañía de Jesús, aquellas que guiarán nuestro espíritu de servicio y promoción de la justicia durante los próximos 10 años.

El pasado 28 de marzo, estudiantes de colegios de la Compañía, se reunieron para compartir sus iniciativas para el cuidado del medio ambiente, en una Aula Conectada promovida por Educate Magis, la comunidad global de educación.

Impulsados por el compromiso y creatividad de estos grupos de estudiantes, desde FLACSI-Jóvenes nace esta propuesta de acción conjunta, para que el próximo lunes 22 de abril, Día Internacional de la Tierra, ¡unamos nuestro espíritu ecológico! Y cambiemos nosotros para darle una vuelta al cambio climático.

Somos consumidores cotidianos de bienes y servicios que tienen que ver con elementos de la naturaleza. En el día a día de nuestros colegios, tenemos un sinnúmero de hábitos asociados a nuestra relación con el medio ambiente: la energía eléctrica que usamos para los computadores y la luz, el agua para lavarnos las manos y con la que se cocina nuestro almuerzo, por nombrar sólo algunos. Esta propuesta de acción conjunta, invita a detenernos y reflexionar sobre el origen y destino de lo que consumimos. Seguiremos siendo consumidores, ¡pero más conscientes y responsables!

¿QUÉ HACER?

  • Organizarse, seleccionando una acción para llevar a cabo y la mejor manera de ejecutarla.

  • Hacer un registro gráfico de la acción, y compartirla en los medios oficiales del colegio (página web y redes sociales), recordando etiquetar a @flacsijovenes (Instagram y Facebook), y usando los hashtags: #IgnacianosPorLaEcología y #SomosFLACSI.

  • Ignacianos Por la Ecología es una de las iniciativas que componen FLACSI – Jóvenes, línea de trabajo dirigida a nuestros estudiantes para promover su formación como ciudadanos globales, desde el trabajo con migrantes, liderazgo Ignaciano, conciencia ecológica y política; y, trabajo en red global. En FLACSI contribuimos al desarrollo integral.

Fuente: FLACSI