Misioneros Jesuitas, Hombres de Dios

Resulta curioso, cuando menos, el fenómeno protagonizado por los misioneros jesuitas. Más bien sería admirable el adjetivo a colocar aquí ya que si analizamos la vida de cualquiera de ellos, llama inmediatamente la atención su trayectoria.

En el inicio, una entrega inusitada. Eran, ciertamente, otros tiempos en los que unas Provincias podían exportar jesuitas hacia otras, dentro de una generosidad tremenda. Ahí no había obstáculo que valiera, ni distancia, ni continente, ni cultura, ni siquiera la lengua distinta. Un ardor de corazón lo llenaba todo y la aventura empezaba con la insistencia a ser enviado allá donde fuere necesario. Hemos asistido a partidas hacia el otro extremo del mundo, a años de estudio de la lengua, pacientes e infinitos, a llegadas a climas desconocidos; todo ello en el marco de una entrega al Señor que llamaba con urgencia.

La inculturación ha sido, sin duda alguna, el fenómeno que se ha hecho denominador común en los misioneros jesuitas. Allá dónde fueren, allá que observaban, vivían, conocían, se dejaban impregnar por lo local, y se hacían solidarios con todos. Más tarde llegarán los trabajos codo con codo, la paciencia y el aprendizaje mutuo, hasta saberse valorados y queridos y, desde ahí, poder iniciar un Anuncio respetuoso con las otras culturas religiosas. El prestigio fue clave para hacerse un hueco y para salvar las ánimas de otros muchos que quisieron ver y creer que el ejemplo vale más que mil palabras y que lo predicado de un estilo de vida distinto era cierto.

Años de entrega radical, en muchas ocasiones en circunstancias adversas, llenas de contratiempos y falta de comodidades dieron paso a innumerables transformaciones, mejora de la calidad de vida en muchas culturas y de admiración por lo otro, por otros conceptos desde los que entender la vida y el universo, y trabajar finalmente de modo conjunto para conseguir dar gracias a Dios.

Y la vida misionera no siempre se queda anclada en un momento determinado pues los años, en definitiva, no pasan en balde. En otras circunstancias, adversas, el desgaste es mayor y más rápido y, al final, todo pasa factura. Los regresos a las tierras que vieron nacer a los misioneros jesuitas han sido muchos, pero siempre con una mirada hacia esa misión que ha dado sentido a toda una larga vida. Tal vez la enfermedad o el desgate ha pillado a más de uno de estos admirables compañeros aquí y aquí han descansado en paz, pero muchos otros han pedido, solicitado y suplicado una vuelta allá donde desean finalmente reposar porque allá todo tiene más sentido, entre los suyos, y en una tierra que los amó profundamente y a la que quisieron con locura.

Curiosos sentimientos, admirables vidas, logros inusitados. Quizás eran, y son, de otra madera, estos compañeros nuestros, los misioneros jesuitas. Labrados por la mano de Dios, fieles a su voluntad y con ganas de seguirle a Él por un camino desconocido, difícil a veces y, otras, lleno de cruces, algunos, incluso, con la vida arrebatada desde la violencia. Todos ellos, sin duda, hombres de Dios.

Fuente: Jesuitas España

 

Responder a Retos Globales

A pesar de la diversidad de contextos en los que se radican, las universidades jesuitas a lo largo y ancho del mundo han encontrado retos comunes desde los que enfocar su misión.

En el mundo hay aproximadamente 200 instituciones de educación superior jesuita, aunque la diversidad es enorme en cuanto a su titularidad jurídica y, sobre todo, en cuanto su contexto de misión: implica cosas muy diferentes ser una universidad en Costa de Marfil (hay dos: Centre de Recherche et D’action pour la Paix y el Institut de Théologie), ser el Newmaninstitutet de Upsala (Suecia) o ser Georgetown en Washington (EEUU). Uno puede preguntarse si existen elementos comunes suficientes a todas estas instituciones que justifiquen reflexionar sobre ellas en conjunto. ¿Comparten algo más que los rasgos esenciales del apostolado al que pertenecen, como para que pueda ser posible articular iniciativas que sumen a entidades tan dispares?

Acaba de celebrarse en Bilbao la asamblea fundacional de la Asociación Internacional de Universidades Jesuitas (IAJU). Esta nueva entidad que agrupa a todas las universidades jesuitas del mundo surge, precisamente, por el convencimiento de que en el contexto de la globalización actual es ineludible reflexionar y dar respuestas comunes a los retos que todas las universidades jesuitas comparten. La asociación ha marcado además cuáles son esos retos, señalando seis áreas de interés:

  1. Formación de líderes, todas las instituciones necesitan disponer de líderes fuertemente vinculados a la misión;
  2.  Liderazgo cívico y político, formando líderes con una mentalidad solidaria global, y participando como instituciones jesuitas en el debate público;
  3. Justicia ambiental y económica, promoviendo una perspectiva que vincule ambos desafíos: desigualdad y medio ambiente;
  4. Educación de los marginados y pobres , mediante iniciativas para ofrecer estudios superiores en zonas desfavorecidas, introducir contenidos específicos en la docencia o facilitar el acceso a la universidad de personas sin recursos;
  5. Diálogo interreligioso, buscando la colaboración con otros sin dejarse paralizar por debates conceptuales;
  6. Paz y reconciliación, orientando el apostolado intelectual a dar respuesta a la llamada de la última Congregación General.

Las universidades jesuitas buscan responder al magis ignaciano intensificando su colaboración en estas áreas a fin de ofrecer propuestas más transformadoras a nivel global. Pero eso no significa que haya que ignorar las particularidades y necesidades de cada lugar. El Padre General Arturo Sosa SJ lo advertía en Bilbao: el reto es el de «marcar un rumbo en el que profundicemos nuestro compromiso conjunto, sin perder nada de nuestras raíces en cada uno de los sitios en los que estamos». Las universidades jesuitas seguirán siendo instituciones muy diversas, enraizadas en contextos específicos a los que servir desde determinadas especificidades. Pero lo serán en un mundo que vive un proceso imparable de integración que afecta también al ámbito universitario, donde la pertenencia a una red mundial que colabore para buscar respuestas conjuntas a retos comunes será una indudable fortaleza.

Fuente: Jesuitas España

 

La Insipidez de lo Genérico

Podemos sentirnos demandados de atender a todos, de abarcar todo, y caemos en la tentación de lo ‘genérico’, de lo impersonal.

Por Hernán Quezada SJ

Me resisto a acoger aquello que no tiene mi nombre. Me niego a apropiarme lo que no me señala como destinatario. No asumo lo que no me alude de manera particular. Un mensaje que pretende lo particular, pero ha sido creado para todos es algo genérico, y una producción sin destinatario es insípida.

Suelo recibir en mis redes sociales varias ‘producciones genéricas’ (posts, vídeos, frases, cadenas, etc.) que vienen cargadas de intención particular: «Buenos días», «Felicidades», «Te quiero», «Dios te bendiga», «¡Feliz año!»… pero han sido construidas para la generalidad y enviados a todos, a listas de contacto. Confieso que estos mensajes me resultan sin sabor, insípidos y, honestamente, no los agradezco.

Pensé mucho en escribir esto, pues temo sonar ofensivo con gente a la que estimo y quiero, pero creo que muchos compartimos este desencanto de ser convertidos en destinatario genérico, en perder el derecho a ser llamados por nuestro nombre y a ser aludidos como sujeto.

Hay mensajes, como este y otros tantos, que son creados visualizando como destinatario a muchos, y este ‘muchos’ es el sujeto. Llevan en su intención la certeza de un impacto en ‘algunos’. En este tipo de producciones pretendemos compartir una idea, una reflexión, algunas veces también un sentimiento. Pretendemos entablar un diálogo, una discusión, un intercambio de ideas, pero finalmente sabemos que son mensajes dentro de botellas tiradas al mar. Cualquier respuesta será una sorpresa que surja de este deseo genérico.

Las nuevas tecnologías de la comunicación nos han colocado ante un universo ampliado de relaciones. Podemos sentirnos demandados de atender a todos, de abarcar todo, y caemos en la tentación de lo ‘genérico’, de lo impersonal. Por otra parte, todos tenemos la necesidad de ser nombrados, de ser atendidos y llamados por nuestro nombre, de ser aludidos de manera personal. Qué sensación placentera da leer nuestro nombre, o encontrar entre líneas códigos únicos de la relación que tenemos con el emisario de la comunicación.

Me surge la idea de decir a mis contactos: amigas, amigos, les libero del imperativo de atenderme con ritmo y prontitud, y con ello ¡Renuncio a ser genérico! Me coloco en la lista de espera de su tiempo. Sabré esperar el mensaje particular, el mensaje cómplice, el mensaje lleno de sabor y de sentido que me quieran enviar cuando puedan, cuando quieran, cuando lo necesiten; o quizás, cuando se den cuenta que yo lo necesito. Bienvenidos los mensajes sin grandes producciones, sin muchos colores, sin despliegues cibernéticos. Basta un «Hola», seguido por mi nombre. Con esto sentiré el deseo de detenerme y saborear lo que me ha sido compartido y que ahora es mío. Surgirá entonces el deseo de comprometerme con ello.

Fuente: Pastoral SJ

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38 Aniversario del Servicio Jesuita al Migrante

El Servicio Jesuita al Migrante (JRS) de Europa y el Servicio Jesuita al Migrante (JRS) Internacional celebran el 38 aniversario del Servicio Jesuita al Migrante.

Un año tras otro, los equipos del JRS de todo el mundo se reúnen, recuerdan, oran y renuevan su compromiso con ocasión del cumpleaños del P. Pedro Arrupe, antiguo Superior General de la Compañía y fundador del JRS.

En esta ocasión, el Centro Astalli, filial del JRS-Italia, ha organizado una rueda de prensa para presentar los resultados de un proyecto de investigación que lleva por título: Dimenticati ai confini d’Europa (Olvidados en las fronteras de Europa). Este estudio, realizado entre 2014 y 2016 en nueve países europeos, destaca la dificultad de acceso a la protección cuando los solicitantes de asilo llegan a las fronteras de un país europeo. El presidente del Centro Astalli, Camillo Ripamonti, SJ, admitió que el estudio estaba ya anticuado… porque, lamentablemente, el acceso a Europa es aún más difícil ahora que cuando se realizó el estudio. El testimonio de Momodou, un refugiado senegalés que huyó de la guerra en su región, fue particularmente fuerte, al dar un tono humano a los datos estadísticos y a las reflexiones de los expertos. El informe final de la investigación está a su disposición, en español, en la red.

El 14 de noviembre, aniversario del nacimiento del Padre Arrupe, el equipo del JRS-Internacional se reunió para celebrar la Eucaristía. En primer lugar, hizo una oración por todos los refugiados a cuyo servicio los equipos del JRS se consagran en todo el mundo. Hubo una acción de gracias por lo que esta obra de la Compañía ha podido hacer para acompañar, servir y defender los derechos de los refugiados y desplazados forzosos en el mundo. Fue una oportunidad para celebrar el lanzamiento del nuevo sitio web www.jrs.net.

En los últimos meses, el equipo ha trabajado duro para lanzar este sitio web. Es una herramienta que proporciona una variedad de maneras de presentar las historias de los refugiados, que atiende y acompaña la organización. Ayudará, sin duda, a resaltar el impacto del trabajo del JRS de una manera más creativa. Esperamos que permita a los usuarios encontrar la información que buscan sobre los servicios ofrecidos, sobre los países en los que está activo el JRS y sobre las formas de apoyar todo este trabajo. El sitio está actualmente disponible en inglés; las versiones en español y francés estarán disponibles a principios de 2019.

Fuente: jesuits.global

 

Frutos muy por Encima de Nuestras Limitadas Fuerzas

El sínodo de los obispos de octubre pasado trató sobre la vida de los jóvenes. Los participantes abordaron, en el marco de este tema, otro muy relacionado con él: el discernimiento vocacional. Este mes, el equipo de comunicaciones de la Compañía en Roma quiere responder al desafío que supone para nosotros. En su sitio web podrán encontrar, varios artículos y videos cortos sobre el discernimiento vocacional.

Compartimos aquí la reflexión de Antonio España, Provincial de la Provincia de España; ante la siguiente pregunta.

¿Cuál es el lugar de la espiritualidad y la religión en la juventud española y, en este contexto, qué lugar puede tener la vocación religiosa?

La marcha actual de la Compañía pasa por momentos de discernimiento constantes sobre la misión y para el bien de la Iglesia. La profundidad de nuestros ministerios y la cercanía a los pobres están en el corazón de todo lo que hemos compartido y seguro que podrán atraer a más jóvenes a seguir a Jesús.

Además, se ve una vitalidad y una ilusión por los frutos que se siguen dando, muy por encima de nuestras limitadas fuerzas, como es la experiencia internacional de MAGIS+. Afortunadamente, no dejan de aparecer nuevas ideas para evangelizar creativamente a los más jóvenes y por saber transmitir la fe actualizada y llena de esperanza. Ojalá el Señor nos ayude y nos dé fuerzas para poder conocer lo mejor posible su voluntad para tantos desafíos como tenemos por delante.

Fuente: jesuits.global

 

En el Límite de Nuestras Fuerzas

“Cuando lo que creíamos ser se derrumba, se revela quienes somos en verdad”

Por Javier Rojas

¿Por qué encontramos a Dios cuando llegamos al límite de nuestras fuerzas? Porque cuando ya no podemos sostenernos por nuestros propios medios abrimos los brazos, como los niños, buscando sentirnos seguros en su abrazo. Cuando nuestras fuerzas ya no pueden sostener nuestra lucha, cuando nuestro ingenio no es suficiente para encontrar una salida o cuando nuestras capacidades humanas ya no responden, no queda más que dar el salto. Y ahí está Él, esperándonos… siempre ha estado ahí. Tal vez sea por interés, o porque simplemente “no te queda otra”, creo que todos hacemos lo mismo, todos esperamos lo mismo: el abrazo de Dios en el límite de nuestras fuerzas.

Tal vez sea el lugar escogido por Él para hacernos sentir su fuerza y amor. Cuando quedamos despojados de poder y autosuficiencia podemos aceptar y reconocer quienes somos en verdad y quién es Él. Creo que es el mejor momento para encontrarse con la propia verdad, con el Amor de un Padre que espera pacientemente, y que sabemos que no reclamará nada. En ese límite se encuentran nuestro anhelo y el deseo de Dios, nuestro sueño y su proyecto, nuestro amor y el suyo. Ahí, en ese límite al que llegamos la mayoría de las veces cansados y maltrechos, agobiados y derrumbados, se renuevan nuestras fuerzas, se enderezan nuestros pasos y adquirimos una nueva conciencia, gracias a la luz que recibimos de Dios.

Es como si las escamas de los ojos, que tan ciegos nos tenían, se cayeran de una vez por todas y descubrimos que estábamos alejados de nuestros ser más profundo; que andábamos extraviados. Todos llegamos alguna vez a este límite, a ese momento en la que nuestra pseudo-omnipotencia se derrumba por completo. Esa instancia en que nos vemos confrontados por una realidad que nos abofetea con crudeza. En el límite de nuestras fuerzas, ese poder que creíamos tener se esfuma, desaparece por completo, y surge del interior de nuestro ser la verdadera fortaleza. Cuando todo lo que creíamos ser se derrumba, se revela quienes somos en verdad, nuestra naturaleza, nuestro destino y a lo que hemos sido llamados. Ese límite, como ha dicho un autor conocido, es sanador. Nada es más sano que encontrarse con lo que uno es en verdad y dejar atrás la mentira de lo que «nos gustaría ser». Hay más «ser» que descubrir y desplegar dentro de nosotros, que posibilidad de vida plena en la quimera de nuestra fantasía, cuando pensamos en lo que nos gustaría ser.

Desconocer la propia verdad es la ruina de nuestro ser, es como condenar a la luz que hay en nosotros a permanecer en la oscuridad. Lo que somos, los recursos internos y posibilidades con las que contamos son inmensas, pero no podremos llegar a ellas y desarrollarlas, si las desconocemos. No llegaremos a ese centro vital sin una renovación de mente y corazón. Las puertas de nuestro interior no se abren para quien no ha abandonado por completo la fantasía de vivir lo que no es. En el límite de nuestras fuerzas nuestra mente y corazón se armonizan y se conectan. En ese momento de “precariedad” nuestro espíritu encuentra la Fuente de Sabiduría interior que tanto tiempo tuvimos olvidada. Nuestra vida ya no será la misma, ya no será posible volver atrás, porque una vez que atraviesas las puertas de tu interioridad todo se ve distinto, contemplas la realidad por primera vez tal cual es. No temas llegar a Dios en el límite de tus fuerzas porque ahí te espera. Solamente cuando te hayas despojado de toda seguridad externa podrás aferrarte a la verdadera fuerza que anida en ti. ¡Anímate a dar el salto!

 

Un Documental sobre el Sacerdote que Transformó la Pobreza en Esperanza

Se ha proyectado en la Filmoteca Vaticana el documental «Pedro Opeka – buenos amigos» de Jože Možina; el sacerdote argentino que vive y trabaja en la Isla Africana de Madagascar.

Hay quien lo define como el “Santo combatiente” o “el hombre de los milagros”. Su nombre es padre Paolo Pedro Opeka. Su historia de amor hacia quien sufre está atravesando océanos y montañas. Consigo lleva sólo la fuerza de la fe y del rostro de Cristo en las periferias del mundo. Lazarista, misionero, el padre Pedro Opeka es un argentino de ascendencia eslovena.

Su Historia

En 1975 se dirige a Madagascar donde conoce la desesperación y la pobreza de miles de personas que viven en los basureros. No acepta esta situación: se pone del lado de los pobres, lanza proyectos, entre ellos, la ciudad de la esperanza, Akamasoa, que en malgache significa «buenos amigos”. En la capital Antananarivo, hay basura por escarbar, pero también una colina de piedra.

El primer albañil

Es el primero que se pone a martillar esa base dura para transformarla en grava para construir. Transmite, como su padre le había enseñado, el trabajo de albañil y tanta esperanza. Año tras año, ladrillo tras ladrillo, vuelve a escribir el futuro. Hoy día 23 mil personas, que antes escarbaban en los basureros, viven en aldeas recibiendo cuidados médicos, jardines de infancia, escuelas y parques.

Fuente: Vatican News

Cuando una Pasión te Mueve

Entre las muchas virtudes que llevaron a este aventurero a anunciar la fe y la justicia hasta los confines del mundo estaba el paradigma de la inculturación.

Por Alvaro Lobo SJ

Este año conmemoramos el 400 aniversario de la llegada de Pedro Páez sj a las fuentes del Nilo Azul, convirtiéndose de esta forma en el primer europeo en lograr una gesta nada desdeñable. Una epopeya que probablemente en otras latitudes ya se estudiaría en los libros de texto, sería recordada con calles y estatuas y todo el mundo sabría lo que este jesuita hizo en la época de los grandes descubrimientos.

Este madrileño también logró ser el primer europeo en tomar café, en atravesar los desiertos de la península arábiga camuflado como comerciante 300 años antes de que los exploradores británicos pudieran cruzarlo y sobrevivió a siete años de cautiverio extremo. Pero la leyenda de Pedro Páez sj no se reduce a ser un adelantado de su tiempo. Sus hazañas estuvieron llenas de peligros, pero no dejó por ello de avanzar en su misión porque sabía que se dejaba guiar por una pasión más grande que cualquier dificultad. Sobre todo, mantenía vivo el deseo de anunciar un modo distinto de vivir en cualquier situación. Brillaba en él una habilidad capaz de adaptarse a todos, y portaba en su bordón el mensaje de Jesús hasta evangelizar al mismísimo emperador de Etiopía.

Entre las muchas virtudes que llevaron a este aventurero a anunciar la fe y la justicia hasta los confines del mundo estaba el paradigma de la inculturación. Una seña de identidad ignaciana que busca extender el Evangelio en cada cultura y sociedad con un lenguaje propio, autóctono y genuino. Sin embargo, si intentamos comprender esta actitud como una maniobra puramente estratégica, sería algo así como reducir el espíritu misionero a un simple marketing religioso o, peor aún, convertirlo en envenenada propaganda occidental. Detrás de este modo de actuar está la intuición de que Jesús y su Reino tienen algo que decir a cada pueblo y nación en cada momento y lugar, porque Dios –aunque nos cueste creerlo– tiene una palabra para cada uno de nosotros. Ojalá que esta semana del Domund podamos inspirarnos por tantos hombres y mujeres dispuestos a entregarse por cambiar la realidad allá donde nos toque vivir, porque en nuestra mano está –como Pedro Páez sj– hacer del Evangelio una gran aventura.

Fuente: Pastoral SJ

 

La Educación Hackeada

Entrevista a Roberto Balaguer Prestes, especialista y consultor en temáticas vinculadas a tecnología, educación y juventud; quien dictó una conferencia titulada Los estudiantes en una institución educativa hackeada.

Vas a dictar un curso de actualización docente en la UCC y va a dar comienzo con una charla abierta sobre los estudiantes en una institución educativa hackeada. ¿A qué te referís con este calificativo?

El concepto de hackeo tiene que ver con la pérdida de control, con el hecho de ser invadido, tomado desde afuera. De alguna manera la Universidad, como las instituciones educativas en general, han sido hackeadas por la tecnología y su impacto en la gestión y distribución del conocimiento. Sus paredes han sido metafóricamente derribadas, el conocimiento ya ha dejado de estar exclusivamente dentro de ellas y está fluyendo por múltiples redes y nodos de conexión por fuera de las universidades. Los títulos profesionales que éstas otorgan siguen teniendo valor en muchas áreas, pero hoy también el saber hacer es casi tan importante como el saber o tener el título que habilita para hacerlo. Parte de ese hackeo puede atribuirse a una nueva cultura maker, emprendedora, ligada a los avances tecnológicos y a necesidades reales más que teóricas.

¿Y hacia dónde va el saber en este escenario?

Las universidades se han tornado en lugares en donde se establecen nuevas y valiosas redes de conexión (entre las personas) pero no es el único lugar en donde se encuentra y genera el conocimiento. Sus aulas han sido invadidas por la constante conexión que hace que algunas cuestiones que eran básicas en el aula como la atención, hoy no sean tan simples de obtener, hay que ganársela. La multiplicidad de estímulos vuelven el saber universitario uno más y en constante colisión con otros estímulos que reclaman la atención del estudiante. La Universidad se encuentra frente a una generación millennial que prefiere mezclar ocio-comunicación-diversión-trabajo-estudios-socialización, estar en sus casas y elegir cursos abiertos y si es posible gamificados, con accesos a diferentes universidades del mundo.

Hay muchos cambios en el mundo del conocimiento que hace que tengamos, entre otras cosas, una alta dependencia a la tecnología que, a su vez, genera nuevas inteligencias colectivas o conectivas que se suman a las inteligencias artificiales para sumar y aunar el conocimiento que está por ahí, distribuido y en expansión geométrica constante. Lo que tienen que hacer las universidades es ver qué valor agregado le dan a ese conocimiento distribuido para que realmente tenga sentido para el estudiante estar en las aulas y poner la atención, ese bien tan preciado, allí. Ese es un desafío para las instituciones educativas, pero particularmente para la Universidad.

¿Qué aspectos crees que cambian en la manera de relacionarse a partir del avance de las redes sociales y la conexión virtual?

La tecnología hoy ocupa un lugar muy importante entre niños y padres, entre niños y niños, entre jóvenes y jóvenes, y entre adultos estudiantes y adultos profesores. Subrayo por tanto, el entre. Tal es así que vemos muchas capas superpuestas de generaciones cada vez más conectadas entre sí (WhatsApp ha acelerado este proceso) pero menos conectadas intergeneracionalmente. Esto tiene su correlato en múltiples cuestiones cotidianas, por ejemplo, en un menor tiempo de juego padres/hijos y por tanto, menos interacción de lenguaje entre padres e hijos, menor transmisión de historias y valores. Algo similar sucede en la Universidad donde si bien eso no se mide, seguramente haya descendido. Hay una postura ambivalente por parte de los adultos-padres ante una tecnología que por un lado, fomentan, pero por otro, le temen por los peligros que trae consigo. Esto sumado a una cierta incapacidad de los padres actuales para poder freno a una conexión que va en aumento en todas las generaciones. Este contexto genera una temprana tercerización de los vínculos, los cuales son cada vez más mediatizados, es decir más pantallas y menos cara a cara, menos sostén humano y esto tiene una importancia crucial en muchos aspectos. Desde el desarrollo cognitivo y emocional de las generaciones jóvenes hasta las concepciones de cómo estamos en el mundo, las distancias, lo que tiene que ver con los vínculos, las separaciones, las pérdidas, la autonomía, la dependencia.

En este mundo en el que estamos en conexión por defecto, tenemos que hacer un ejercicio extra y casi contracultural para desconectarnos de esa red y volver a conectarnos con nosotros, para desconectarnos de esa inteligencia colectiva y conciencia ambiental que nos permite saber qué pasa en lugares remotos, perdiendo de vista a quienes tenemos más cerca, los cuales muchas veces son los más importantes en nuestras vidas. Algunas series actuales como Black Mirror ponen de manifiesto algunos de estos miedos que tenemos a la separación, a la autonomía de los chicos que cada vez tienen un período de dependencia mayor con sus padres, debido a que no logran desconectarse, transitar la adolescencia y llegar a la adultez como un punto de llegada porque no es un lugar deseable, ni siquiera para los propios adultos. Hoy los niños pasan más rápido a la adolescencia, pero es más lenta la transición de adolescentes a adultos. Esto tiene un fuerte impacto en cómo concebimos ese lugar de llegada y cuál es el lugar deseable para nuestra sociedad hoy.

¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta la educación en este contexto?

La educación enfrenta múltiples desafíos en estos tiempos de conexión ilimitada. Se dan algunas paradojas porque al haber tanta conectividad hoy la institución educativa ha quedado como una suerte de bastión analógico, porque ya no puede seguirle el ritmo a la tecnología. Quedan pocos espacios analógicos para el desarrollo de algunas habilidades, sobre todo de las denominadas habilidades blandas que hoy son muy importantes en el trabajo. La generación millennial por lo pronto, ya muestra en el entorno laboral algunas dificultades en ese sentido. Muchos empleadores provenientes de otras generaciones, como los babyboomers o de la generación X, encuentran dificultades laborales para manejarse con esta generación millenial en permanente conexión. Entonces la educación tiene el desafío de pensar qué tipo de perfil queremos generar porque la tecnología y el mundo actual produce este modelo de millennials o centennials que tiene características propias pero que tienen que coexistir con determinadas formas de trabajo y relacionamiento que predominan en el mundo, lo cual no es fácil. Por otro lado, también está la pregunta de cuáles son los saberes, cuál es la alfabetización necesaria para desarrollar eso que buscamos. A la alfabetización tradicional, se suman la alfabetización en medios, en imágenes, en información y sobre todo la que tiene que ver con el pensamiento computacional, que para muchos va a ser una habilidad necesaria para subsistir. Los desafíos entonces son analogizar alumnos demasiado digitales (nativos digitales) y poder desarrollar en ellos habilidades blandas para que se desenvuelven fuera de las pantallas. Esto es algo que la institución educativa debe implementar en su currícula, al tiempo que debe dar respuesta educativa a la incorporación del Big Data y el Machine Learning.

Un desafío de otro orden es captar la atención nuevamente. Frente a una sobreinformación que proviene de una multiplicidad de estímulos permanentes que tienen los jóvenes, frente a una suerte de bulimia informativa, ¿cómo hacer para vencer cierta apatía existente y lograr que esta generación acostumbrada a la gamificación, al espectáculo, pueda sostener la atención y lograr enfrentar tareas que no precisamente son divertidas pero que son necesarias para incorporar determinados saberes? Esto se relaciona con otro desafío que tiene que ver con la didáctica y en cómo concebimos el aprendizaje, con dolor, con placer, con una mezcla de los dos y a cuál le ponemos énfasis. Todas estas cuestiones forman parte de esas discusiones que se dan en el ámbito educativo, que no siempre logran consenso.

¿Y cuál es el rol de la Universidad en particular?

De alguna manera la Universidad también se ha “taylorizado”; genera papers, investigaciones que no siempre resultan de genuino valor sino que está más motivada por una permanencia en el cargo o requerimiento de la gestión y no por unas legítimas ganas de aprendizaje o generación de conocimiento. El conocimiento y la generación de ideas se dan en ambientes distendidos, en el que no existe una presión por escribir sino que debe existir la motivación intrínseca para aprender y saber más. En ese sentido, la Universidad se ha formalizado demasiado y se muerde la cola. Por eso, sería bueno incorporar más el saber hacer para que tenga una pata anclada más en la realidad y no tanto en la teoría que muchas veces se despega de la realidad. Esta disociación sigue siendo tema de debate.

Fuente: UCC

¡La CPAL cumple 19 años!

El martes 27 de noviembre de 2018, la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe (CPAL) cumplió 19 años de fundación. Durante estos años, la Conferencia se ha dedicado a promover, articular, estimular e incentivar la colaboración entre hombres y mujeres, trabajando por una misma Misión, la Misión de Cristo.

 A lo largo de estos años, la CPAL ha inspirado su ruta de acción en el Proyecto Apostólico Común (PAC); columna vertebral del trabajo de la Compañía de Jesús en nuestro continente, que guía la planificación global de los sectores, redes y obras interprovinciales. Esto, le ha permitido ampliar su visión de los 18 países que la conforman, creciendo en la construcción de redes, colaboración y comunicación, trabajando cada día más en el “qué hacer” con y/por el otro.

 Somos un Cuerpo para la Misión: Colaboradores jesuitas y laicos conformamos un solo sujeto apostólico que refuerza, potencia e impulsa nuestra Misión. Es por esto, que hoy podemos decir que la CPAL ha tenido grandes avances significativos con aciertos y algunos desaciertos, pero con el ánimo intacto de seguir fortaleciendo nuestra labor en beneficio de una realidad mejor.

 La CPAL en números:

  •  12 Provincias en 18 países de América Latina y Caribe.
  • 14 Redes Apostólicas.
  • 17 Centros de Espiritualidad.
  • 40 Centros Sociales.
  • 42 Equipos de atención a migrantes (RJM).
  • 190 Parroquias y templos.
  • 100 y más Radios.
  • 89 Colegios, en 19 países, con 131.244 estudiantes.
  • 30 Universidades, en 14 países.
  • 2.000 Servicios Educativos de Fe y Alegría en 22 países, con 1.500.000 de participantes.
  • Servicio Jesuita a la Panamazonía (SJPAM) integrado por 9 países.
  • Red de Solidaridad Indígena integrada por 8 provincias.

Fuente: Jesuitas Latinoamérica