De Misión en Santa Fe – Grupo Peregrinos de Buenos Aires

Durante el fin de semana largo del 12 al 15 de octubre, doce integrantes del grupo Peregrinos, de la Red Juvenil Ignaciana de Buenos Aires, fueron a misionar a Alto Verde, Santa Fe.

Nicolás Pissani, uno de los participantes de esta experiencia, comparte su vivencia de la misión y el encuentro con la Red Juvenil Ignaciana de Santa Fe.

En las visitas de casas…

Uno de los principales objetivos que nos planteamos para la misión fue conocer la realidad de la gente del barrio. Desde el primer minuto buscamos escucharlos y compartir un poco la vida con ellos. Toda la mañana del sábado la dedicamos a eso. Conocimos un poco de sus vidas, cómo viven, sus costumbres… Se dieron ‘compartires’ sinceros y profundos en las casas, incluso de aspectos de sus vidas sobre los que no suelen hablar, como la ausencia de familiares o amigos, sus intenciones o la memoria de algún difunto.

Pero sobre todo, intentamos acompañarlos en la fe y ser instrumentos para acercarles la palabra de Dios. Nos contaron su modo de vivirla: cómo rezan y qué entienden ellos de la fe. Desde nuestro lado, tratamos de transmitirles que Dios siempre está: en las pequeñas cosas, en lo cotidiano… Hicimos bendiciones de casas y rezamos juntos.

Con los más chicos

También preparamos actividades para los chicos de la catequesis. El domingo dedicamos todo el día a estar con ellos. Se suspendió la catequesis habitual, por lo que pudimos comenzar el día con un taller de animación en el que cantamos y nos divertimos mucho. Después hicimos juegos y la representación actuada de una parábola del Evangelio.

La comunidad también es misión

Un aspecto en el que hicimos mucho énfasis fue que cada misionero tuviera su experiencia de fe comunitaria. Además de enfocarnos en el compartir con la gente del lugar, también le dimos mucha importancia a que cada uno de nosotros pudiera compartir su fe y afianzarla junto a los demás miembros del grupo.

Encuentro con la RJI Santa Fe

Por último, sobre el cierre de la misión, tuvimos un momento de encuentro con algunos miembros de la Red Juvenil Ignaciana de Santa Fe. Los chicos nos vinieron a buscar a la escuela en la cual nos estábamos quedando en Alto Verde y nos llevaron a la costanera. Ahí almorzamos, charlamos, tocamos la guitarra y les contamos de la misión. Aprovechamos también para conocer cómo trabajan ellos y ver cuál es su visión de la fe en comunidad. Intercambiamos ideas y experiencias. Finalmente nos acompañaron a la terminal y nos despidieron.

Frutos para la vida

En lo personal, esta misión a Alto Verde que realizamos con el grupo de Peregrinos me sirvió para reforzar mi fe y seguir conociendo realidades distintas que nos enriquecen mucho como personas y nos permiten tomar conciencia de lo necesario que es salir de uno mismo para ayudar a los demás al menos en pequeños gestos. Me voy muy contento y con muchísimo aprendizaje. Espero que podamos repetirla el año que viene.

 

Caminos hacia Dios: Quienes Dejaron la Fe

Muchas veces no sabemos las causas profundas de las decisiones de los demás. Sin embargo, nos hacen preguntarnos por las nuestras.

Por Emmanuel Sicre SJ

Las opciones que vemos nos envían mensajes. Muchas veces no sabemos las causas profundas de las decisiones de los demás. Sin embargo, nos hacen preguntarnos por las nuestras. He aquí donde quienes abandonaron la fe en Dios, o en Jesús, o en la Iglesia, pueden estar dándonos una dirección para pensar. Reubicados en nuestra propia experiencia, en lo que vamos creyendo y en lo que los demás nos reflejan, comienza a emerger dentro un contrapunto: ¿y tú? ¿qué?

Estamos entonces ante la posibilidad de indagar sobre nuestra fe. ¿Cómo hacerlo? En soledad pero acompañada, con hondura pero sin obsesiones, responsables pero sin tragedia, anhelantes pero sin desesperación, en el ‘aquí y el ahora’ de nuestra vida pero con memoria y deseo, con ciencia pero con paciencia de sabios ignorantes, volviendo a los orígenes pero sin nostalgias esclavizantes. Es decir, soportando la tensión que toda realidad compleja merece, evitando los portazos que nos cierran o los cachetazos que nos aíslan. Y aquello que osadamente llamamos Dios se encargará de darnos una respuesta generosa y vital.

Fuente: Pastoral SJ

Una Transformación Competitiva

En el marco del II Workshop de Bioinformática y Bioestadística en Genómica, el responsable del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Provincia de Córdoba (MINCYT), Walter Robledo, visitó la Universidad Católica de Córdoba (UCC). El evento se realizó del 1 al 3 de octubre en la Facultad de Ingeniería de la Universidad.

En diálogo con Noticias UCC, habló de los temas fundamentales para el desarrollo de la cartera que dirige.

¿Cuáles son los temas que prioriza la Provincia en materia de ciencia y tecnología (CyT) y cómo impacta en ellos la bioinformática?

Uno de los temas priorizados desde la Provincia y en particular desde el MINCYT tiene que ver con el área de producción de alimentos tanto a nivel de productos primarios como de alimentos listos para el consumo humano. El otro tema es la salud.

En este sentido, nos parece muy importante mejorar la producción primaria mediante el desarrollo de nuestra propia genética vegetal y animal, un espacio que liderábamos en las décadas del 60 y 70. Hoy, claramente eso se perdió.

A través de la genética se puede lograr un mejoramiento significativo de los niveles de producción y su calidad. En particular este II Workshop de Bioinformática y Bioestadística apunta a fortalecer la formación de investigadores y técnicos en la materia y es por eso que la Provincia apoya este tipo de iniciativas. En el área de la salud también se aplica de manera directa este paquete científico tecnológico de Bioinformática y Bioestadística sobre todo en el sector público. Para nosotros tiene mucho valor este espacio de capacitación y actualización.

Hay ideas muy interesantes para desarrollar en nuestras economías regionales y muchas veces el sector privado no tiene capacidad de profundizar por el presupuesto que conllevan.

En Córdoba las universidades privadas empiezan a crecer en materia de investigación. Por ahí no tienen el volumen de las investigaciones en el sector público, pero tienen mucha calidad y es notable cómo se percibe la vinculación de ese conocimiento y su aplicación o transferencia a la actividad económica de nuestra provincia.

Con respecto a nuestra economía actual en la que hay muchos presupuestos ajustados, muchos recortes. ¿Cómo evalúa el impacto en ciencia y tecnología?

A nivel nacional existe un planteo de ajuste. El gobierno se comprometió a no emitir moneda por un lado, y por el otro lado, achicar el gasto público. Eso implica disminuir los presupuestos en todos los frentes y esto significa que el ajuste también está planteado en el presupuesto nacional de CyT que se ha elevado a Diputados.

Desde nuestro ministerio, tenemos una mirada crítica al respecto. Hemos planteado analizar y definir los nuevos presupuestos tanto de las universidades como del INTA, del CONICET y de las distintas instituciones de ciencia y tecnología nacionales, de forma tal que el impacto sea el menor posible sobre el desarrollo de las actividades de investigación, y de los procesos de inversión en infraestructura científica y tecnológica. Me refiero fundamentalmente a la actualización de los equipos, a la compra de todos los insumos, y la literatura necesaria para sostener las actividades de investigación.

Entendemos que el ajuste hay que hacerlo, tal cual está planteado en todos los frentes, pero en el caso de CyT proponemos sentarnos a discutir sobre como redistribuir la asignación del presupuesto, para que sea más eficiente. A través de los diputados de Córdoba, estamos abriendo la discusión para proponer un presupuesto, que si bien acotado, sea mejor asignado a las distintas funciones de CyT.

¿Qué puede comentarnos respecto al cambio del ministerio a secretaría a nivel nacional?

Es una pérdida de calidad institucional, que es, a mi parecer, más significativa que el ajuste presupuestario que es más coyuntural. Con esto quiero decir que se puede discutir y entender que una coyuntura se tenga ajustar, y eso puede revisarse de aquí a uno o dos años. Pero un ajuste de una estructura institucional no es tan fácil de recuperar.

Particularmente, hemos lamentado que el rango ministerial del área de CyT se pierda porque entendemos que es muy importante participar en forma directa de la discusión de los temas nacionales. En paralelo la posibilidad de estar sentado en esa mesa de decisiones permite defender mejor los presupuestos y argumentar el por qué hacen falta. Por eso entendemos que perder ese lugar a nivel de la mesa de ministros es delicado, y nos preocupa.

En mi caso, participo en los grandes temas que tiene la Provincia para definir. Tengo la oportunidad de discutir mano a mano con los otros ministros, interactuar de una forma mucho más proactiva y acercar más a la CyT como posibles herramientas e instrumentos que puedan ayudar a abordar esos problemas.

¿Qué proyecciones hacen entonces?

Intentaremos trabajar desde las provincias, desde el Consejo Federal de Ciencia y Tecnología, más en cercanía con nuestros diputados, nuestros senadores y las comisiones que gestionan el presupuesto, para sostener la CyT.

 En un país como el nuestro, tenemos una gran oportunidad de crecer, de ganar competitividad, de ganar soberanía, ganar independencia, desarrollar mejor nuestra potencialidad como sociedad y como país si nos apoyamos en la CyT.

También sostengo que la comunidad científica debe hacer una autocrítica y comprometerse más en la transferencia de los conocimientos que gestiona para lograr una real transformación de nuestra sociedad. Desde las ciencias básicas se puede hacer: desde la matemática, la física, la química, la biología, y fundamentalmente de las aplicadas como la agronomía, las ciencias de la salud, la informática, entre otras. Está empezando a ocurrir ese cambio, pero nos hace falta más. Yo estoy en este workshop para apoyar estas iniciativas y para incentivar esa vinculación.

Fuente: Noticias UCC

 

Reflexión del Evangelio – Domingo 11 de Noviembre

Evangelio según San Marcos 12, 41-44

Jesús se sentó frente a la sala del tesoro del Templo y miraba cómo la gente depositaba su limosna. Muchos ricos daban en abundancia. Llegó una viuda de condición humilde y colocó dos pequeñas monedas de cobre. Entonces él llamó a sus discípulos y les dijo: “Les aseguro que esta pobre viuda ha puesto más que cualquiera de los otros, porque todos han dado de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir”.

Reflexión del Evangelio – Por Oscar Freites SJ

El evangelio de este domingo nos trae algunas enseñanzas que no podemos dejar pasar.

Jesús se sentó a mirar No se detuvo simplemente a ver cómo la gente pasaba, sino que se detuvo a mirar. En medio del bullicio, del ir y venir de tanta gente, Jesús se detiene a mirar y a dejarse mirar por la realidad. Parece que Jesús quiere invitarnos a tener la capacidad de contemplar en profundidad aquello que cotidianamente ocurre a nuestro alrededor. Sin preguntas, sin especulaciones, sin debates; solamente contemplando y dejando que la realidad nos interpele, nos cuestione, nos transforme.

En la sala del tesoro del Templo... Podemos imaginarnos aquel lugar abarrotado de gente, una multitud de voces, aromas y colores; una sobreabundancia de estímulos para cada uno de nuestros sentidos. Estar en aquella sala, sería algo así como subirse, en alguna de nuestras ciudades, en un transporte público a la hora en que todos van saliendo de sus trabajos. En medio de esta cotidiana y frenética realidad, Jesús es capaz de mirar más allá. Es capaz de contemplar los gestos radicales y sencillos que silenciosa o estruendosamente se van sucediendo.

Una viuda de condición humilde En medio de aquel bullicio, irrumpe el gesto silencioso de aquella mujer que se anima a darlo todo. Una acción contrastante que sólo aquél que se detuvo a mirar puede llegar a contemplar. El evangelio no nos dice que Jesús se acerque o dialogue con aquella mujer. Sencillamente la contempló, miró en profundidad su humanidad y comprendió que ella estaba amando más. Sin aparentar, sin relucir, sin teorizar; aquella viuda había ofrecido confiadamente lo poco que poseía.

Todo lo que tenía para vivir La ofrenda de la viuda devela una actitud muy contraria al modo de proceder de aquellos escribas de los cuales Jesús hace referencia al inicio de este trozo del evangelio. Sin escatimar, sin calcular, la viuda ofrece todo lo que tiene. Con ello, se colocan frente nuestro, dos maneras muy distintas de construir y llevar adelante relaciones. La apariencia que busca recompensas y la gratuidad que se ofrece confiadamente.

Detenerse, mirar, contrastar, para dejarse transformar Sencillos y a la vez complicados pasos que el evangelio nos invita a transitar en nuestra cotidianeidad. Pasos para cuidarnos de los vínculos construidos sobre la apariencia y el egoísmo autorreferencial; pasos para aprender de la gratuita generosidad de aquellos que, teniendo poco lo dan todo.

Pidamos a Jesús que nos enseñe a detenernos a contemplar los silenciosos contrastes de nuestra cotidianeidad, para descubrir allí la voz de Dios nos invita a amar sin calcular.

Fuente: Red Juvenil Ignaciana Santa Fe

 

La Bondad Herida

“Si perdemos la esperanza, perdemos la voluntad de vivir”

Por Javier Rojas

Hace unos meses atrás tuve la grata sorpresa de recibir un mensaje a través de las redes sociales que decía: «¿Se acuerda de mí, soy Gustavo, nos conocimos donde las paredes son de agua?» Mi sorpresa fue inmensa porque supe inmediatamente de lo que estaba hablando. Y agregó, «Llevo años queriendo encontrarlo y ahora estoy feliz de haberlo logrado». Me inundó una emoción muy profunda. Supe de quién se trataba, lo recordé. Vinieron a mi mente, como si fueran las escenas de una película, lo que compartimos, lo que vivimos, el tiempo que pasamos juntos y hasta las conversaciones que tuvimos. Siempre dije que soy muy desmemoriado, pero gracias a Dios la memoria es selectiva y emocional.

Aquella experiencia fue tan importante para mí, que guardé preciosamente el recuerdo del tiempo que pasé en aquella cárcel federal en México. Sí, estuve un mes viviendo con los presos en las Islas Marías y puedo decir que fue una de las experiencias más impresionante de mi vida, sucedió durante el tiempo de mi formación. ¡Me encantaría volver algún día! ¿Qué fue lo que aprendí estando con aquellos hombres? Desde que somos muy niños nos enseñan que existe el bien y el mal. Que los buenos son personas ejemplares y que los malos, si son criminales, deben estar en la cárcel. Pero sabemos que esa no es la realidad, porque ni “los buenos” son totalmente buenos, ni “los malos”, son totalmente malos. Ser un convicto no significa que se es una mala persona y ser un pecador tampoco. Cuando visitas las cárceles o te sientas largo rato en el confesionario, tarea que realizo ahora con un gusto enorme, te das cuenta de que hay personas que viven o hay pasado por un verdadero infierno. No pretendo justificar ningún delito, ni minimizar algún pecado, solo digo que cuando se conoce el sufrimiento de esas personas, te brotan lágrimas de compasión.

El juicio que hacemos sobre quienes están presos, como los que hacemos sobre quienes han pecado, o cuando nosotros mismos juzgamos nuestras faltas en lugar de dejar a Dios que Él haga su trabajo, nos metemos en un infierno mayor. Todos necesitamos una segunda oportunidad. No sé si el sistema carcelario lo procura, pero yo sí lo hago sentado en el confesionario. Y creo que todos debiéramos hacerlo, seas sacerdote o no, creyente o no, porque ¿Quién es la persona que podría decir “yo no necesitaré jamás volver a comenzar”? Este amigo que me contactó tuvo su segunda oportunidad. Hoy está casado, tiene una hija, tiene un trabajo y vive una nueva vida.

¡Todos cometemos errores! ¡Todos somos malos a veces! Toda persona, aún la más denigrada puede dar un giro a su vida, sólo que con ayuda. Cuando damos a otros la oportunidad de mejorar, les estamos avivando la esperanza, de lo contrario, se la quitamos. Y si se pierde la luz de la esperanza, se pierde la voluntad de vivir. Es muy triste encontrar personas que creen que los criminales no necesitan ayuda o que algún pecado sea “imperdonable”. Alguien se apiadó de mí en el momento de necesidad y no estoy seguro si le di razón suficiente para recibir el perdón, y esto me ayudó a seguir adelante. Jamás hay que quitar a alguien la perspectiva de que su vida puede cambiar. Todos debemos trabajar mucho para ver lo bueno que hay en las personas en lugar de lo malo. Miremos en nosotros lo bueno que hay en nuestro interior, dejando a Dios los errores que cometimos, y busquemos ser cada vez mejores.

 

No se entiende lo que no se ve

«Los movimientos sociales seguirán en la justa búsqueda de equidad en el reparto de la riqueza»

Por Virginia Bonard

En la Argentina y desde hace casi 20 años suelen suscitarse enfrentamientos de diversa intensidad pirotécnica entre los movimientos sociales populares y los gobiernos de turno.

Este país latinoamericano, mi país, que dio vida al peronismo en la década del 40 del siglo XX (movimiento político-sindical cuyo principal énfasis estaba colocado en la reivindicación de los trabajadores y la justicia social, liderado por el general Juan Domingo Perón), engendró también un nuevo sector que lucha desesperadamente por ser visibilizado por todos los argentinos: el de los movimientos sociales que surgieron como respuestas comunitarias a la gravísima crisis socio-económica-política (que rebotó contra los límites éticos empujando a la ciudadanía hacia un estado de desconfianza social que en algunos espacios aún sobrevive) que afrontó la Argentina en los años 2001-2002; familias enteras que quedaron sin trabajo se volcaron a las calles a «cartonear» (levantar de la basura cartón y papel para venderlo a mayoristas del reciclado), a buscar en los desperdicios de los barrios más pudientes el sustento cotidiano.

Estos movimientos fomentaron diversas economías populares que, de modo creativo y respetando localías, lograron encontrar nichos de producción según las características de las geografías puntuales y las habilidades de las familias carenciadas que las habitaban. Y sumaron miles. Al mismo tiempo, ese peronismo y junto con él otros partidos políticos no lograron abarcar a estos movimientos en sus filas: los movimientos sociales no tenían sindicatos, no se agregaban a sectores ideológicos tradicionales, simplemente asumieron su propia personalidad y marcaron la cancha de la economía popular desafiando estructuras de expresión política tradicional.

Tanto el kirchnerismo -que gobernó la Argentina del 2004 al 2015- como la alianza Cambiemos que hace lo propio desde fines de 2015 y hasta la actualidad, implementan ayudas sociales desde el Ministerio de Desarrollo Social dirigidas a los miembros de estos movimientos.

Según consigna el diario argentino Clarín en varias publicaciones relacionadas con este tema, fue «durante el primer año de Cambiemos, en 2016, [que] las ‘Orgas’ consiguieron la sanción de la ley de Emergencia Social, que implica 30.000 millones de pesos a distribuirse en los años 2017, 2018 y 2019 en tres partes iguales». Y fue ese mismo diario que también dio cifras sobre los beneficiados: en total son 261.000 personas las que reciben planes sociales de las cuales 60.000 pertenecen a los movimientos descriptos.

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En este contexto y dando relieve a este repaso histórico, la Iglesia argentina acompaña evangélicamente el andar de los movimientos sociales, sus tribulaciones tanto en arenas públicas como privadas.

Monseñor Fernando Maletti, obispo de Merlo-Moreno y miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, es el principal referente del episcopado argentino para estos movimientos. Con la Evangelii gaudium en una mano y la Laudato si’ en la otra, Maletti es quien se sienta en la mesa de diálogo que de modo ininterrumpido desde que asumió su cargo lleva adelante la ministra de Desarrollo Social Carolina Stanley junto a los dirigentes de las principales movimientos sociales: Carlos Alderete, Daniel Menéndez, Juan Grabois, Emilio Pérsico y el «Gringo» Castro. Aunque se exalta que Maletti no es garante del diálogo, se sabe que la escucha respetuosa y la palabra que destensa oportunamente han propiciado mucho de la paz renegociada entre el Gobierno y los movimientos.

Este mapa analítico se va completando cuando hacemos foco en el Papa Francisco quien en el Encuentro Mundial de Movimientos Populares, acontecido en Roma el 28 de octubre de 2014, dijo sin vueltas: «Este encuentro nuestro responde a un anhelo muy concreto, algo que cualquier padre, cualquier madre quiere para sus hijos; un anhelo que debería estar al alcance de todos, pero hoy vemos con tristeza cada vez más lejos de la mayoría: tierra, techo y trabajo. Es extraño pero si hablo de esto para algunos resulta que el Papa es comunista». Y Tierra, Techo y Trabajo se convirtieron en las «3 T» que identifican las luchas de estos millones personas que en el mundo hacen visibles a los pobres descartados de las sociedades posmodernas.

Paralelamente y otra vez en la Argentina, un escenario de continuas y masivas expresiones de los movimientos sociales está situado en las calles de la ciudad de Buenos Aires. Esto trae aparejadas repetidas situaciones conflictivas que colocan en aparentes veredas opuestas a la citada ministra Stanley y a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Tal el repique ocurrido hace unos días cuando Bullrich vinculó a los movimientos sociales, las villas de emergencia y el narcotráfico: «Hemos tenido situaciones de desarme de búnkeres y detenciones de personas que los atendían, y una situación de ataque hacia las fuerzas de seguridad por parte de determinadas personas que participan de ciertos movimientos sociales, intentando parar estos procedimientos. Es necesario que los dirigentes entiendan que las personas que venden drogas no pueden ser protegidas», publicó el diario La Nación. Y estalló la polémica entre las áreas de competencia de Bullrich y Stanley.

También durante la semana pasada, los sacerdotes de villas de emergencia de la capital y el Gran Buenos Aires, acompañados por monseñor Gustavo Carrara, dieron a conocer el documento «Los movimientos sociales y su compromiso por una patria para todos». En él no se defiende tanto a los movimientos populares como que se intenta mostrar el rostro de cientos de miles de trabajadores pobres que no están en blanco, que reciben salario social complementario para seguir «parando la olla», y que a la vez pugnan por entrar al sistema laboral formal porque las economías populares forman parte de la economía grande del país aunque no se la vea. En estos barrios relevados, en perspectiva histórica, prácticamente no hubo presencia del Estado, y en muchos de ellos se instaló el narcotráfico.

«Los vecinos y vecinas son los primeros en padecer las consecuencias, en aquello más sagrado que tienen, en sus hijos e hijas. Eso los ha empujado a organizarse y a pensar no sólo en sus hijos sino en los de los vecinos. Al encontrar un espacio de participación comunitaria en distintos movimientos sociales, empezaron caminos de prevención y de asistencia directa», indica el documento.

Carrara nunca se reunió cara a cara ni con Grabois ni con Pérsico; sin embargo, considera válidas muchas de las argumentaciones que ellos sostienen al dialogar con las instituciones porque buscan visibilizar al pobre, hacer escuchar sus necesidades, acompañarlo en su búsqueda de dignidad.

Los curas de las villas de emergencia comprenden la pobreza y a los pobres de sus barriadas porque los ven: están ellas, celebran ahí la vida con alegría y sufren los impactos de la violencia instalada por el narcotráfico enseñoreado especialmente entre los más jóvenes casi como una fuente de trabajo «digno» más. La lucha por la integración urbana de las villas la semana pasada también tuvo su punto de inflexión pero esta vez fue positivo, y aquí también mucho tuvo que ver la convicción de los sacerdotes de villas junto con las organizaciones sociales: se sancionó la ley de regularización dominial para la integración socio urbana que beneficiará a 4 millones de personas que hoy viven en 4.416 barrios populares de todo el país.

La filósofa española Adela Cortina habla de «aporofobia»: odio al pobre junto a sus lógicas e inmersos en sus contextos. Y si no nombramos a los pobres hasta (quizás) no existen de veras. Saliendo de los sarcasmos, ampliar la mirada implica incluir. Quizás sea el momento de traer unas cifras indicadoras: si el 15% del presupuesto del Ministerio de Seguridad se trasladara, por ejemplo, para recuperación de adictos cambiaría esta realidad y muchísimo.

En tanto nuestras sociedades sigan apañando políticas que desdibujen estigmatizando a estos millones de vidas sumidas en la pobreza y la angustia social que ella conlleva, los movimientos sociales seguirán portando en alto sus banderas en la justa búsqueda de equidad en el reparto de la riqueza que nuestro desigual mundo hoy exhibe sin pudores ante las necesidades básicas insatisfechas de niños, jóvenes, adultos y mayores repartidos en el globo más allá de las geografías.

Fuente: Periodista Digital

 

Santos, Beatos y Tú

Que la Iglesia proponga figuras de referencia es una llamada de atención. Es recordarnos que el evangelio puede ser esa corriente de fondo que da sentido, dinamismo y hondura a la vida.

Por José María Rodríguez Olaizola SJ

Hace unos días se celebraron unas canonizaciones de mucha repercusión, y muy seguidas en todo el mundo por la trascendencia de figuras como Monseñor Romero o Pablo VI. Este 20 de octubre, en Málaga, se ha beatificado al jesuita Tiburcio Arnaiz, que al principio del siglo XX y con María Isabel González del Valle, fundó las Misioneras de las Doctrinas Rurales.

Que la Iglesia proponga figuras de referencia es una llamada de atención. Es recordarnos que el evangelio puede ser esa corriente de fondo que da sentido, dinamismo y hondura a la vida. Es decirnos que no nos conformemos con ser cristianos a medias, cuando tantos hombres y mujeres, en distintos contextos, han encontrado maneras de hacer real la lógica de las bienaventuranzas y transparentar el espíritu de Dios en ellos. Es retarnos a hacer esto real en el hoy de cada uno, porque cada contexto pide una forma diferente de aterrizar el seguimiento. No era lo mismo El Salvador de Monseñor Romero, golpeado por la violencia, o la Roma desde la que Pablo VI tenía que hacer enormes esfuerzos para empujar un Concilio que encontraba al tiempo apoyos y resistencias. O la Málaga en la que Tiburcio y María Isabel fueron conscientes de que las personas trabajadoras y pobres en un contexto rural necesitaban acceso a la educación como forma de conquistar un futuro mejor.

Profetas, maestros, discípulos, amantes, amigos, en vanguardias y en retaguardias, hombres, mujeres, laicos, consagrados… Gente que da la vida. Gente que transparenta, con su camino, el Camino, Verdad y Vida de quien amó más y primero. Gente que se convierte para nosotros en llamada, en pregunta y en provocación: «Y tú, ¿cómo piensas hacer real el evangelio en tu vida?» Porque al final, de esto se trata.

Fuente: Pastoral SJ

Ejercicios Espirituales 2019

MES DE EJERCICIOS

  • 28 diciembre 2018 al 28 enero 2019  en San Miguel, Buenos Aires – para información e inscripciones: administracion@centroloyola.com.ar
  • 2 al 31 de enero en ‘Casa de Retiros San Ignacio’ de Corrientes – para información e inscripciones: araffo@ucu.edu.uy / 3794 099005

 

8 DÍAS

4 DÍAS

  • 7 al 10 de enero en Agrelo, Mendoza – para información e inscripciones: rjicuyo@gmail.com
  • 11 al 14 de enero en Agrelo, Mendoza – para información e inscripciones: rjicuyo@gmail.com
  • 16 al 20 de enero Casa de Retiro San Ignacio, Corrientes – para información e inscripciones: araffo@ucu.edu.uy / 3794 099005
  •   Del 17 al 21 de abril en Villa San Ignacio, Provincia de Buenos Aires. Para informes e inscripciones secretaria@ceia.org.ar
  •   Del 16 al 19 de agosto en Villa San Ignacio, Provincia de Buenos Aires. Para informes e inscripciones secretaria@ceia.org.ar

Desplazados: un Grito de Humanidad – Palabra de CPAL de Noviembre

Compartimos Palabra de CPAl del mes de noviembre.

Por Gustavo Calderón, S.J. – Provincial Ecuador

Es desplazamiento forzado. Nos muestra la cruel realidad a la que miles de personas están obligadas en el mundo entero. No dudemos en calificar apropiadamente la situación. Salen porque no tienen otra opción ante las guerras, los conflictos, la persecución, la violencia e inseguridad alimentaria a la que están sometidos. Sus hogares, sus lugares de trabajo no brindan más un ambiente para la vida, para el sano crecimiento de sus hijos.

Cada marcha de los desplazados forzados es un grito. Cada hombre, cada mujer en el camino, cada familia es clamor de humanización para un mundo herido. El último informe de ACNUR refiere que hay 68,5 millones de personas desplazadas por la fuerza a finales del 2017. El número de refugiados que ha huido de sus países para escapar a los conflictos asciende a 25,4 millones de los 68,5 millones de personas desplazadas. Esta cifra supone un incremento de 2,9 millones respecto al 2016 y el mayor aumento registrado jamás por ACNUR en un solo año. Las cifras son alarmantes.

 Michael Czerny S.J. en Lampedusa hace unos meses reiteró como prioridad absoluta de la Iglesia el afrontar el fenómeno de movilidad humana. Insistió en que es necesario contribuir a leer los desplazamientos como “signo de los tiempos”, y esforzarnos por formular respuestas pastorales eficaces y adecuadas. Recordó que el Papa Francisco favorece la cultura del encuentro remarcando la centralidad de la persona humana, y nos invita con cuatro verbos – acoger, proteger, promover e integrar – a un compromiso irrestricto por el desarrollo humano integral. En este escenario, no se puede hacer oídos sordos al grito, lo primero es salvar la vida de quienes marchan. Ni el Mediterráneo, ni los desiertos, ni nuestras fronteras latinoamericanas son cementerios.

José García Paredes, sostiene que la indignación surge cuando uno toma conciencia de su dignidad y constata cómo esa dignidad es pisoteada, despreciada, dejada de lado. Indignarse es una auténtica reacción ética. Es una señal de alarma que indica la inhumanidad de algo que está aconteciendo. Sin duda, este es un primer paso como respuesta. Tres mil hondureños salieron hacia el norte. En el camino se han convertido en más de seis mil. Indignados ante la situación de vida en sus pueblos han decidido buscar otras oportunidades. Pero también hemos visto, cómo otro grupo de indignados marcha hacia Tegucigalpa, en solidaridad y denuncia ante la incapacidad de un gobierno para brindar condiciones de vida para su pueblo. Nicaragua se sigue desangrando. Los jóvenes han liderado los reclamos por tanta injusticia. Se han perdido vidas, y son muchos los encarcelados. Centroamérica denuncia con dolor.

En Ecuador, especialmente a partir del año 2000, hemos acogido a miles de colombianos que cruzaron la frontera para encontrar espacios seguros donde vivir. La frontera norte se convirtió con el tiempo en mina codiciada del narcotráfico. El flujo de personas no ha terminado. Además, nuestros hermanos y hermanas venezolanas llegan diariamente, unos para quedarse, otros en tránsito hacia el sur. Hemos llegado a picos de 6000 por día cruzando la frontera. En la actualidad es de 2000. Se calcula 250,000 venezolanos en el país. Pocos con status legal reconocido.

 JRS Ecuador ha respondido ante este gigantesco desafío. Para ello hemos organizado albergues en el sur de Quito. Apoyamos las Escuelas de Ciudadanía y Derechos Humanos que es una propuesta de acompañamiento formativo y de fortalecimiento de saberes, experiencias y capacidades para el empoderamiento de la población desplazada en condiciones forzadas y en necesidad de protección internacional. Lideramos desde la Red Clamor conformada por otras entidades de Iglesia y civiles, las acciones de acogida, protección e integración de nuestros hermanos desplazados. Atendemos en tres lugares de frontera las situaciones diarias que se presentan. En coordinación con la Pontificia Universidad Católica, JRS Ecuador acompaña familias desde los consultorios jurídicos gratuitos, el centro de psicología aplicada, o las capacitaciones en emprendimientos productivos. Además, hemos acogido familias en nuestros centros educativos de Fe y Alegría, y el CMT. Junto con Hogar de Cristo en Guayaquil hemos dado alojamiento temporal a cerca de 7000 mil personas que han pasado desde mayo.

 Ante el grito de los desplazados forzados, como Compañía de Jesús, renovamos nuestro compromiso de luchar contra un sistema consumista que produce cada vez más empobrecidos. Buscamos soluciones duraderas. Es necesario ir a las causas de los conflictos. Miramos el futuro con esperanza. Sabemos que la solidaridad es respuesta legítima, pero hay que ir más allá, generando procesos de reconciliación profundos.

Estamos hoy llamados a acompañar y servir a los migrantes en sus tránsitos, compartiendo el pan con ellos, haciendo de sus padecimientos y luchas las nuestras, al tiempo que trabajamos por transformar un sistema que esquilma los recursos naturales de los pobres, refuerza regímenes autoritarios y alimenta conflictos bélicos, para luego cerrar fronteras y ojos ante los millones de personas que llaman a nuestras puertas a consecuencia de todo ello. Arturo Sosa, S.J. , Prepósito General

 

 

 

‘El mundo es nuestra casa’. Formando Ciudadanos Globales

Los colegios jesuitas se están volviendo cada vez más conscientes de la importancia de educar a sus alumnos para ser ciudadanos globales. Esto implica, para cada educador y cada educando, asumirse corresponsable del cuidado de la casa común y de la transformación de la sociedad a nivel local, regional y global.

Los ‘ciudadanos globales’ pueden ser personas muy arraigadas a su propia cultura, pero con un horizonte amplio, que contempla las posibilidades y la diversidad que aloja nuestro mundo.

Como decían Ignacio y compañeros desde los inicios de la Compañía de Jesús: ‘El mundo es nuestra casa’. Los jesuitas cuentan con colegios y muchas otras instituciones en todo el mundo, lo que representa una ventaja. Al reconocerse parte de esta comunidad ignaciana, el sujeto se siente parte de realidades y entidades que quizás, geográficamente, están muy alejadas. La red siempre ha estado ahí, es parte de la esencia del ser jesuita y del carisma ignaciano

Programa de Formación

La Red Educate Magis ha creado un plan de formación que ofrece, por un lado, la capacidad a profesores y maestros de formarse; al tiempo que pone a disposición distintos recursos para trabajar con los alumnos.

El curso de formación para educadores ha sido creado por miembros de la Comunidad de Educate Magis en todo el mundo.

Para acceder al curso de formación y los materiales puedes visitar: