Mega Tecnología contra la Basura

Podemos usar el propio medio digital para convencer, concienciar y educar en no generar contenido inservible o de dudosas intenciones.

Por Isaac Seoane Pujol

Que los humanos humanos generamos cantidades ingentes de basura de todo tipo es algo obvio y fácil de contrastar. Y de esa obviedad nace el hecho de que estemos acostumbrados a ello y nos lo tomemos de una forma poco alarmante. Y si no, hagan la prueba: junten a varias familias con integrantes de cualquier edad en la misma casa y observen con qué naturalidad van llenando bolsas y bolsas de desperdicios. Con honrosas excepciones, por supuesto.

La tecnología es a su vez una fuente de basura, dado que los propios dispositivos tecnológicos quedan cada vez más rápido estropeados o en desuso, y están llenos de plásticos, elementos de metal, etc. Pero también puede ser una herramienta útil para luchar contra ella.

La basura que genera la tecnología puede ser además intangible. En el espacio digital hay mucho y variopinto contenido que podría categorizarse de, al menos, poco útil, por ser pudorosos. Pero también podemos usar el propio medio digital para convencer, concienciar y educar en no generar contenido inservible o de dudosas intenciones.

Este ejemplo y muchos relacionados con él parecen obvios para demostrar que la tecnología puede ser también una solución. Esto ocurre también para desperdicios analógicos. Me gustaría hablarles de un par de proyectos, por si no los conocen donde la tecnología permite luchar contra la producción de basura en este mundo y quien sabe si en los siguientes que colonicemos.

Un ejemplo puede ser la lucha contra la actual proliferación de desperdicios fabricados en plástico. Independientemente de si es o no biodegradable, los humanos desperdiciamos ingentes cantidades de plástico. No existe un rincón del planeta donde no haya llegado desperdicios plásticos de todo tipo, llegado a crear montañas del tamaño de países hasta en el propio océano.

La tecnología actual nos permite desde intentar fabricarlo, dada su inevitabilidad de uso con materiales biodegradables que permitan su desaparición natural más rápida. Pero qué hacemos con toda la basura que ya está allí. De hecho, en el Océano Pacífico existe una concentración de basura, en su gran mayoría, plástico, del tamaño de una isla o país pequeño. Contra esta isla de desperdicios se está luchando desde la concienciación de su existencia de forma digital en redes, hasta con grandes estructuras que seguro que despertarán el interés de los megalómanos y amantes de las superestructuras, como en el proyecto The Ocean Cleanup. Para seguir la evolución del proyecto podéis leer su timeline.

Pero no sólo tenemos mar y tierra llenos de basura: también tenemos el espacio lleno. Aquí además de plástico, hay metal. Mucho, muy grande, y muy pesado metal. Proveniente de satélites en desuso y otras infraestructuras espaciales, el ser humano ha creado un cinturón de basura tecnológica que comienza a ser peligroso que esté ahí.

Pero ¿cómo nos deshacemos de esta basura espacial? Los diseñadores del satélite RemoveDebris proponen lanzar desde éste una serie de grandes redes al estilo de los arponeros en el mar. Estas grandes redes se desplegarían por el espacio y la atraparía, cayendo de nuevo a la atmósfera de la forma más controlada o predecible posibles. Para que no nos acabe por caer una red llena de hierros en la cabeza. El experimento se lanzó al espacio en abril de 2018. En estos videos se puede ver su lanzamiento y primeros pasos así como una explicación de cómo funcionan estas redes y arpones cazabasura.

Ya sea, de plástico, como de metal, o de otros tipos de basura menos tangible como puede ser la información inútil o el ruido ambiental y el ruido en la red, tenemos que concienciarnos todos de poner nuestro granito de arena, por difícil que sea, y colaborar intentando generar la mínima cantidad de desperdicios difíciles de hacer desaparecer. En cualquier caso, la tecnología será de gran ayuda para apoyar a la idea genial con la que el propio ser humano vendrá de nuevo a nuestro propio rescate.

Fuente: Entre Paréntesis

 

¿A Quién Dejar de Seguir?

Para terminar bien una relación se requiere un esfuerzo que no siempre estamos dispuestos a asumir.

Por Alvaro Zapata SJ

Poco a poco nos vamos dando cuenta de las personas detrás de los perfiles. Aunque aún nos quede mucho camino por recorrer en ese sentido. Y si ya vamos conociendo bien el modo de relacionarnos, creo que nos queda una asignatura pendiente: el modo de terminar con relaciones que nos dañan, que no nos aportan, que hace tiempo se han apagado. Porque esto es más complejo que darle al botón de eliminar y enviar la relación a la papelera de reciclaje.

Ahora que Twitter está probando un nuevo menú de sugerencias basado en a quién deberíamos dejar de seguir. El mensaje que algunos usuarios se han encontrado lo dejaba claro: «No necesitas seguir a todo el mundo para saber qué ocurre. Asegúrate de que solo sigues a la gente que hace que Twitter sea estupendo para ti». Y encierra una parte de verdad. Nos habla de mucha gente a la que seguimos, de la que somos amigos solo por mantener un número más en nuestro conteo de seguidores. Personas que tenemos silenciadas, a las que no respondemos o que directamente nos asquea lo que publican, por el motivo que sea. Relaciones que hay que cortar, en definitiva. No porque no interactuemos, sino porque nos suponen un mantener una relación que en realidad no existe, solo por la apariencia de los números.

Esto encierra, a su vez, un peligro. Porque podemos acabar convirtiendo nuestras redes, nuestra vida, en un espacio donde no cabe quien no piensa como yo, quien no me sigue el juego, quien no me aporta beneficios. Construyendo relaciones en términos de eficiencia y costo, quedándome solo con lo que me viene bien, con lo que es «estupendo para ti», sin pararnos a pensar en el otro, en si le suponemos una ayuda, en si estamos comprometidos con él. Dejo de seguir, termino una relación sin detenerme a pensar más que en mi interés.

Para terminar bien una relación se requiere un esfuerzo que no siempre estamos dispuestos a asumir. El esfuerzo de poder acercarnos al otro para alejarnos definitivamente, de poder expresar aquello que sentimos y acoger lo que provocamos. Y eso no es fácil, ni sencillo, ni se resuelve dándole a un botón, siguiendo la sugerencia de unos cuantos algoritmos. A veces dejar de seguir a alguien es sencillo, es como cuando terminas una conversación con el desconocido con el que has compartido viaje o espera en una parada de bus. Pero en muchas ocasiones respondemos a una historia en la que se han ido generando compromisos. Y debemos ser conscientes de ello al decidir cortar el contacto. Porque nuestras relaciones en las redes siguen siendo con personas, también cuando decidimos pasar página.

Fuente: Pastoral SJ

 

Mensaje de la XXXVI Asamblea de CPAL

Los Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe estuvieron reunidos del 6 al 10 de noviembre en Brasil. Compartimos aquí el mensaje final de laXXXVI  Asamblea de CPAL en el que, entre otras cosas, se anuncian las nuevas preferencias apostólicas para el trabajo de la Compañía de Jesús en la región. 

Queridos compañeros y compañeras en la Misión:

Los Provinciales de América Latina, reunidos entre los días los días 6 al 10 de noviembre en el Centro de Espiritualidade Cristo Rei (CECREI) de São Leopoldo, cerca de Porto Alegre, Brasil, les enviamos un saludo fraterno. Compartimos con ustedes la memoria de lo que han sido nuestras conversaciones en este hermoso espacio de las “tierras gaúchas”.

La reunión tuvo tres grandes momentos: el primero con los miembros de los equipos de formación de nuestra Conferencia, el segundo centrado en el discernimiento de las Preferencias Apostólicas Universales a ser presentadas por la CPAL al Padre General y, el tercero para tratar asuntos varios presentados por el equipo ejecutivo de la Conferencia. Participaron con nosotros los PP Gabriel Ignacio Rodríguez S.J. y Claudio Paul S.J., Asistentes del Padre General para América Latina, el P. David Romero S.J., Delegado del Provincial de Brasil para la preferencia Amazonia, el P. Cris Llanos S.J., Superior Regional de Guyana y Jamaica, y el P. Agbonkhianmeghe Orobator S.J., presidente de la Conferencia de África y Madagascar. Por dificultades de visado, no pudieron acompañarnos los PP. David Pantaleón S.J. (Cuba) y Jean Dennis Saint Félix S.J. (Haiti).

El primer día de nuestra reunión lo dedicamos a participar en el último día del Encuentro de Formadores organizado por la CPAL con los miembros de todas las casas de formación de América Latina y el Caribe. Escuchamos el reporte de los días de trabajo previo (en los que participaron tres Provinciales) sobre el uso de los medios de comunicación y las redes sociales en las casas de formación, y sobre los desafíos comunes para una mayor y mejor integración de lo afectivosexual en nuestra vida consagrada; todo eso a partir de valiosos aportes hechos por dos compañeros nuestros: los PP. Kevin Flaherty S.J. (UMI/PER) y Rufino Meana S.J.(ESP). Fue un interesante y enriquecedor encuentro; valió la pena escuchar las inquietudes y logros de los equipos de formación, y compartir la esperanza que todos tenemos puesta en nuestros compañeros más jóvenes. El día terminó con un sabroso y abundante churrasco “gaúcho”, altamente apreciado por todos.

El segundo día de la Asamblea trabajamos los informes de la Presidencia y de los sectores y redes apostólicas, así como de la administración de la CPAL. Nos sigue sorprendiendo el volumen de trabajo realizado y la generosa dedicación de los compañeros del equipo ejecutivo. La tarde la dedicamos a conversar con el P. Rafael Velasco S.J. (ARU), coordinador de la Red Latinoamericana de Parroquias Jesuitas sobre el estado actual, las necesidades y los desafíos de la red. Ya en la noche el P. Juan Carlos Morante S.J., provincial del Perú, nos presentó la situación actual de las investigaciones en torno del asesinato del P. Carlos Riudavets S.J., en agosto pasado, en la Amazonía peruana. Las investigaciones continúan y se espera que desemboquen en el esclarecimiento de lo sucedido y la impartición de justicia.

Comenzamos, luego, un tercer tiempo de nuestra Asamblea: con la valiosa y serena orientación de nuestros hermanos los PP. Álvaro Pimentel S.J. (BRA) y Hermann Rodríguez S.J. nos sumergimos durante casi dos días y medio en el discernimiento de las Preferencias Apostólicas Universales. Este recorrido comenzó con una presentación / análisis de algunos de los grandes desafíos actuales de la humanidad, para lo cual nos ayudó especialmente el P. Inácio Neutzling S.J. (BRA) luego recogimos y consideramos, de manera personal y también en grupos, el recorrido del proceso en las provincias, el examen de las preferencias anteriores, los desafíos actuales y futuros para la Misión de la Compañía, y las preferencias propuestas por cada Provincia. El Padre General nos había solicitado no sólo hacer una sistematización de los aportes de las Provincias sino realizar nuestro propio discernimiento; para ello nos ayudó grandemente la metodología del “diálogo espiritual”: la escucha atenta, abierta e indiferente, de lo que el Espíritu habla a los miembros del grupo que discierne. Fue un recorrido bonito al final del cual formulamos cinco preferencias que serán nuestro aporte al discernimiento de toda la Compañía, y que el Padre General habrá de presentar al Papa, probablemente, en el primer trimestre de 2019. Los enunciados de las cinco preferencias que son fruto del discernimiento de la CPAL son los siguientes:

1. Migrantes, refugiados, desplazados y víctimas de trata de personas. Nos comprometemos a “acoger, proteger, promover, e integrar a los migrantes, refugiados y las víctimas del tráfico humano” (Discurso del papa Francisco a los participantes del Foro Internacional de Migraciones y Paz, 21/02/2017).

2. Cuidar la casa común y promover la justicia socio ambiental. Nos comprometemos en la misión de trabajar en la promoción de una ecologíaintegral como expresión del amor misericordioso de Dios hacia toda la creación, con un particular énfasis en la Amazonia y la cuenca del Congo, biomas que interesan de manera preeminente a todo el Planeta.

3. Formación integral de los jóvenes. Fortalecer nuestro compromiso en la formación integral de los jóvenes a través de los diversos servicios apostólicos de la Compañía, colaborando de manera intersectorial e interprovincial, para promover su liderazgo en la construcción de sociedades más justas y fraternas y de una Iglesia sinodal (cfr. sínodo de la juventud 2018).

4. Espiritualidad y Ejercicios Espirituales. Ofrecer con más audacia y creatividad la riqueza de nuestra Espiritualidad para ayudar a las personas y las comunidades a salir “del propio amor, querer e interés” (EE.189).

5. Colaborar en la construcción de un mundo más justo, más democrático y ambientalmente sostenible. Nos comprometemos a formarnos intelectualmente de manera profunda y seria, y a colaborar con otros en la formación de nuevos liderazgos que contribuyan a la construcción de comunidades reconciliadas, más fraternas, y una aldea global más justa y democrática.

En el cuarto día de nuestra asamblea, terminamos la jornada escuchando al P. Orobator S.J., Presidente de la JESAM, quien presentó los desafíos apostólicos y las perspectivas de futuro de las provincias miembros de la Conferencia de África y Madagascar. Por ser una Conferencia con una gran mayoría de jesuitas jóvenes, su principal tarea es la formación. Su presencia entre nosotros: agradable, amiga y provocativa, nos hizo sentir más fuertemente la vocación universal de nuestra misión.

El último día, además de afinar el discernimiento sobre las Preferencias Apostólicas Universales, iluminados por la última carta del Padre General y orientados por el P. Cristián Del Campo S.J. (CHL), lo dedicamos a conversar sobre los aprendizajes alcanzados hasta el momento en la tarea de velar en todos nuestros ministerios por la seguridad e integridad de los menores y adultos vulnerables. Esta cultura del cuidado, forjadora de ambientes sanos y seguros, es un compromiso permanente del cuerpo apostólico para que nuestro servicio tenga credibilidad y sea evangélicamente eficaz.

Durante la 36ª Asamblea de la CPAL hemos tenido particularmente presentes la crítica situación de Venezuela, de Nicaragua y de Honduras; de manera especial ha estado presente en nuestro recorrido el masivo movimiento migratorio de hermanos de varios países de Centroamérica, quienes, con pleno derecho, buscan una salida a la violencia y pobreza que tienen que enfrentar cotidianamente. Nos solidarizamos con estos pueblos, agradecemos a los compañeros y compañeras de la Red de Jesuitas con Migrantes y del Servicio de Jesuitas a Refugiados su generosidad y sus trabajos. ¡Ustedes son el cuerpo apostólico de la CPAL en las carreteras, acompañando al pueblo que sufre! Nos comprometemos a colaborar y seguir acompañando sus necesidades.

Agradecemos a toda la Provincia del Brasil, en la persona del Provincial, P. João Renato Eidt S.J. y a su Socio, el Hno. Eudson Ramos S.J., por su hospitalidad.

Agradecemos también a todo el equipo del CECREI que nos recibió y atendió con dedicación inmejorable. El Señor de la Vida y Nuestra Señora Aparecida sabrán recompensar su enorme generosidad.

Fraternalmente en Cristo

IV Bienal de Arte de Colegios Jesuitas

“Creamos, para en todo amar y servir” fue el espíritu que animó la IV Bienal de Arte de Colegios Jesuitas que se llevó a cabo en el Colegio del Salvador, del 23 al 26 de octubre, donde participaron más de 150 estudiantes y educadores de colegios de Argentina, Uruguay y Paraguay.

El encuentro reunió a representantes de los colegios:

  • Colegio de la Inmaculada | Santa Fe, Argentina
  • Colegio Sagrada Familia | Córdoba, Argentina
  • Colegio Patriarca San José | San Miguel, Argentina
  • Colegio Nuestra Señora de la Asunción | San Miguel, Argentina
  • Colegio Nuestra Señora de Itatí | San Miguel, Argentina
  • Colegio Santa María de Trujui | San Miguel, Argentina
  • Colegio Nuestra Señora de Luján | San Miguel, Argentina
  • Colegio Seminario | Montevideo, Uruguay
  • Colegio San Ignacio – Isasa | Montevideo, Uruguay
  • Colegio Cristo Rey | Asunción, Paraguay
  • Colegio Técnico Javier | Asunción, Paraguay
  • Colegio San Roque González | Paraguarí, Paraguay

Cada delegación preparó presentaciones escénicas: danzas, canciones, obras de teatro y también exposiciones de pinturas, y objetos. Durante los días del encuentro no solamente se realizaron estas muestras sino que también los participantes realizaron un recorrido de turismo cultural por el centro histórico y una visita al Museo de la Cárcova.

En la bienal se vivió un espíritu de celebración disfrutando la belleza de la expresión artística en sus diferentes manifestaciones. También fue una buena ocasión para fortalecer la dimensión del arte en la formación integral que caracteriza la propuesta educativa ignaciana.

Desde el Equipo Organizador, agradecieron a todas las personas e instituciones que se hicieron parte del evento y lo hicieron posible:

Como equipo organizador de la Bienal de Arte, agradecemos a todas las instituciones que participaron del encuentro y a todas las personas del Colegio del Salvador que se sumaron a colaborar de diferentes maneras tanto en el servicio como en la organización de las actividades. Y también queremos agradecer a todas las familias que generosamente alojaron a los participantes, permitiendo que el encuentro sea verdaderamente fraterno.

Fuente: Colegio del Salvador

 

Centro Virtual de Pedagogía Ignaciana: «Repensar la educación desde la Ecología Integral»

Compartimos la selección bibliográfica del Centro Virtual de Pedagogía Ignaciana para el mes de noviembre de 2018; que está orientada hacia el tema de la ‘Ecología Integral’.

Desde el Centro Virtual de Pedagogía Ignaciana (CVPI), que pertenece al Sector Educación de la Conferencia de Provinciales Jesuitas en América Latina y El Caribe (CPAL), queremos compartir las selecciones Octubre – Noviembre 2018: «Repensar la educación desde la Ecología Integral».

Es mucho lo que se ha escrito acerca de la Carta Encíclica “Laudato Sí” sobre el Cuidado de la Creación. Seguramente ya es un documento familiar para la mayoría de nuestros educadores. En ella el Papa Francisco nos describe el contexto y nos da pistas para una misión educativa renovada centrada en la reconciliación con Dios, la humanidad y la creación. El Padre Arturo Sosa, en su reciente discurso sobre “La Educación Jesuita hoy” (18/7/2018), nos dice:

No hemos encontrado todavía un modelo educativo y de vida en equilibrio sano con el ambiente. La reconciliación con el medio ambiente es una tarea importantísima, prioritaria, que no sabemos exactamente cómo hacerla; pero cada día que pasa, se pone más a riesgo la vida del Planeta, se arriesga diariamente el futuro. Ahí tenemos una tarea desafiante y apasionante. La reconciliación entre nosotros también es importante. Vivimos en sociedades heridas, sociedades llenas de violencia, llenas de injusticia, en la que tratamos de incidir para lograr la reconciliación entre personas y pueblos. Ese es el camino que nos lleva a la reconciliación también con Dios.

Se trata de un camino de “conversión ecológica” que implica la creación de conciencia, de nuevos hábitos sustentados en valores humanos y, lo más importante, el compromiso ciudadano activo por la transformación socio-política y la preservación del medioambiente. En este número ofrecemos una selección de lecturas que aportan a la reflexión sobre el tema y pueden ayudarnos a repensar la misión de nuestras instituciones educativas, desde la “ecología integral”, con concreciones pedagógicas nuevas.

Fuente: Centro Virtual de Pedagogía Ignaciana

 

Bienestar y Felicidad: Riqueza y Bienaventuranzas

Potenciar el espíritu comunitario es condición indispensable para lograr una sociedad civil viva y fuerte.

Por Juan Ignacio Palacio

Con el emocionado recuerdo de Enrique Comas

En nuestra cultura se tiende a confundir, cada vez más, el bienestar, asociado a la riqueza, con la felicidad, el gozo derivado de las buenas actitudes (bienaventuranzas)

Además, se ha convertido al Estado en el garante del bienestar (Estado de Bienestar). El Estado es en última instancia el responsable de que tengamos todo aquello que necesitemos y deseemos para ser felices. Esta concepción del Estado tiene un efecto parecido al que tiene la conducta de muchos padres que consienten todo a sus hijos, en vez de educarles señalándoles los límites y consecuencias de sus acciones: infantiliza a la población haciéndola irresponsable.

Lo que resulta paradójico es que muchos de los que critican esa concepción del Estado mantienen, aún más si cabe, esa identidad entre riqueza y felicidad. La diferencia es que abandonan a la acción de cada uno la consecución de la riqueza (felicidad). Aparentemente esto hace a todos responsables de sus actos. Sin embargo, conduce igualmente a la irresponsabilidad, incluso en mayor grado. Nadie responde de las consecuencias que sus actos tienen sobre los demás sino sólo sobre sí mismo. Este individualismo extremo tiende a crear situaciones de tensión.

Sobre la base común que identifica riqueza y felicidad colectivas, las posiciones sociopolíticas tienden a polarizarse entre los que consideran que es el mercado el principal medio para alcanzar esa riqueza-felicidad, y los que atribuyen al Estado ese papel fundamental. Unos minimizan y tienden incluso a anular la función del Estado, los otros plantean lo mismo con el mercado. Bajo este juego se ha dicho que las alternativas que saben combinar en dosis adecuadas Estado y mercado son las que triunfan, el centro derecha y el centro-izquierda. Así ha sido hasta ahora, al menos en la Europa occidental, donde han dominado los partidos liberal-conservadores y la socialdemocracia.

El intercambio mercantil (mercado) y la regulación de la vida colectiva (Estado) forman parte intrínseca de cualquier tipo de sociedad. Pretender prescindir de uno o de otro es un intento vano. Cuando se asfixia al mercado resurge por mil intersticios en forma de mercado negro. Si se debilita en exceso el Estado rebrota normalmente con formas autoritarias. La clave no reside pues en que haya más o menos Estado y mercado, sino en que en los Estados haya una representación participativa (democracia) y los mercados tengan una regulación que incentive la innovación (competencia). Ahora bien, es difícil que mejore la democracia y la competencia cuando no se cuenta con una sociedad civil fuerte que no confunde bienestar material (riqueza) con satisfacción personal (felicidad).

El ámbito macrosocial no puede funcionar adecuadamente si no se apoya en una base microsocial sana y estable. La sociedad civil representa el ámbito comunitario donde no predomina el interés individual, que supone un intercambio interesado equivalente (mercado), ni la obligación que imponen las leyes que regulan la vida colectiva (Estado), sino los valores compartidos. La sociedad civil es, por tanto, la base social (micro) sobre la que se conforman las instituciones colectivas (macro). Es el espacio de la tribu, la familia o las asociaciones que comparten aficiones o creencias sin que medien intereses de lucro o una obligación legal. Sin una sociedad civil fuerte, que vertebre el conjunto de la sociedad, es imposible que el Estado no se incline hacia los intereses de los grupos más poderosos y organizados, y que se logre que haya mercados más competitivos (mejor regulados).

Es cada vez más frecuente oír la queja de que “ya no hay valores”. Lo que se expresa con ello es que faltan valores asumidos comunitariamente y con proyección social. No es que no existen valores, puesto que no hay sociedad que pueda sobrevivir sin valores; como tampoco puede subsistir sin Estado, ni sin mercado. Si los humanos no hemos desaparecido como especie es porque se han mantenido espacios y valores compartidos.

Para muchos, probablemente para una mayoría, aunque eso es cada vez más dudoso, la felicidad no se asocia la riqueza o bienestar material; sino que depende del disfrute de las pequeñas cosas cotidianas que se comparten con la familia, los amigos y los compañeros de trabajo, o con personas que salen a nuestro encuentro por distintas circunstancias y caminos. Sin embargo, cuando se perciben los problemas de desigualdad, desarraigo, miseria, violencia, corrupción, destrucción de la naturaleza y demás signos de degradación social que nos acompañan, tendemos a proyectar las soluciones exclusivamente hacia el Estado y/o el mercado, que deben proporcionar el crecimiento y bienestar para todos, desentendiéndonos de nuestra responsabilidad como sociedad civil.

Refleja esto que en gran medida lo que domina es una actitud que podemos denominar tribal, que defiende los intereses del grupo de pertenencia (familia, amistades), pero que no se asienta en valores compartidos que se viven en común y trascienden al propio grupo. Esa es por cierto la esencia y principal novedad del mensaje evangélico: que el fundamento de toda la vida personal y social es el amor, y que éste tiende a expresarse comunitariamente.

Cuando en los Evangelios se afirma “no penséis que he venido a sembrar paz, sino espadas; porque he venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con la suegra; así que los enemigos serán los de su casa. El que quiere a su padre o a su madre más que a mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue, no es digno de mí. El que ponga a seguro su vida, la perderá, y el que pierda su vida por causa mía, la pondrá al seguro” (Mateo 10, 34-39; Lucas 12, 51-53 y 14, 26-27); o “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? Y señalando con la mano a sus discípulos, dijo: -Aquí están mi madre y mis hermanos. Porque cualquiera que lleva a cabo el designio de mi Padre del cielo, ese es hermano mío y hermana y madre” (Mateo 12, 48-50, Marcos 3, 31-35; Lucas 8, 19-21), no implica un desprecio de la familia o de la amistad. Lo que se señala es que es necesario trascender el egoísmo compartido, como dijera Erich Fromm, para formar comunidades que por estar basadas en el amor, en valores evangélicos compartidos que conducen a la felicidad (bienaventuranzas), son la base de toda la vida social.

Jesucristo no se presenta como un líder que se sitúa al margen de las comunidades, sino que asienta toda su acción en las comunidades apostólicas. Tampoco como un ser con poderes mágicos: “Sí, os lo aseguro: Quien me presta adhesión, hará obras como las mías y aun mayores; porque yo me voy con el Padre, y cualquier cosa que pidáis en unión conmigo la haré; así la gloria del Padre se manifestará en el Hijo. Lo que pidáis unidos a mí, yo lo haré” (Juan 14, 12-14).

Los Hechos de los Apóstoles dibujan el panorama de los primeros tiempos del cristianismo como una proliferación de comunidades. “Todos los que iban creyendo tenían el mismo propósito y lo tenían todo en común; vendían sus posesiones y sus bienes y lo repartían entre todos según la necesidad de cada uno. A diario frecuentaban unánimes el templo; partían el pan en las casas, comían alabando a Dios con alegría y de todo corazón, y siendo bien vistos de todo el pueblo. El Señor les iba agregando a los que día tras día se iban poniendo a salvo con el mismo propósito” (Hechos de los Apóstoles 2, 44-47 y 4, 32-35).

A lo largo de la historia se ha distorsionado el mensaje evangélico por hacer de Jesús un superhombre o un Dios que puede manipular la realidad a su antojo, en vez del hijo de Dios por antonomasia, todos somos hijos de Dios, único ser humano capaz de haberse mantenido permanentemente abierto a la voluntad del Padre: “¿No crees que yo estoy identificado con el Padre y el Padre conmigo? Las exigencias que yo propongo no las propongo como cosa mía: es el Padre, quien, viviendo en mí, realiza sus obras. Creedme: yo estoy identificado con el Padre y el Padre conmigo; y si no, creedlo por las obras mismas” (Juan 13, 10-11).

También se ha desfigurado el sentido comunitario. Las comunidades de vida, fermento de una sociedad más justa y solidaria, bien vistas en su entorno social como se constata reiteradamente en los Hechos de los Apóstoles, han quedado subsumidas en una estructura clerical que aísla de algún modo la vida religiosa de la vida cotidiana de la gente. La comunidad, asentada en el amor mutuo que se alimenta de la fuerza del Espíritu de Jesús y Dios mismo, encarna la primicia de una nueva sociedad, que trasciende al ámbito puramente familiar o de tribu, pero no se diluye en un todo que se impone a los individuos.

La fe religiosa se ha trastocado para convertirla en una creencia en unas verdades (“creer qué), un conocimiento puramente intelectual, o a lo más en un asentimiento a lo que dice una persona (“creer a”), en vez de en una adhesión personal (“creer en”) que supone una implicación mayor que la simple aceptación de lo que otro dice. Esta transmutación ha originado que se asiente la convicción de que la fe es algo individual, una exigencia ética derivada de unos principios (mandamientos), que puede mantenerse sin necesariamente estar implicado en una comunidad, ni tener una proyección sobre las estructuras sociopolíticas.

Más aún, en muchas ocasiones se ha transformado en un rigorismo moral que inevitablemente deviene en fariseísmo. Se anula así el mensaje evangélico que proclama que no ha venido a buscar justos sino a pecadores y anuncia que las prostitutas precederán en el reino de los cielos a los celosos de la ley y la moral (sacerdotes, letrados, escribas y fariseos). Se instala un dualismo que opone la materia y el cuerpo al espíritu, y convierte la sexualidad y el disfrute de la comida y la bebida en mera ocasión de pecado, en vez de expresión de amor fraterno.

Ya denunciaba Jesucristo esa actitud cuando dijo: “Tocamos la flauta y no bailáis, cantamos lamentaciones y no hacéis duelo. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dijeron tiene un demonio dentro. Viene el Hombre, que come y bebe, y dicen: ¡Vaya un comilón y un borracho, amigo de recaudadores y descreídos! Pero la sabiduría de Dios ha quedado justificada por sus obras” (Mateo 11, 17-19). De ahí la demoledora crítica a los que se atribuían el monopolio de la verdad (Mateo 23, 1-36; Marcos 12, 38-40; Lucas 11, 37-52 y 20, 45-47) cerrando a los hombres el reino de Dios: “Porque vosotros no entráis, y a los que están entrando tampoco les dejáis… recorréis mar y tierra para ganar un prosélito y, cuando lo conseguís, lo hacéis digno del fuego el doble que vosotros” (Mateo 23, 13 y 15).

Potenciar el espíritu comunitario es condición indispensable para lograr una sociedad civil viva y fuerte, base imprescindible de un Estado democrático y una economía competitiva. La crisis del Estado de Bienestar, seña de identidad de los Estados que se proclaman democráticos, y los desequilibrios económicos que impiden un crecimiento sostenible, no tienen solución sin una sólida base social de carácter comunitario. No debería olvidarse que las primeras medidas que fueron el germen de la seguridad social y el posterior Estado de Bienestar se impusieron en la Alemania de Bismarck con la oposición de los sindicatos y el partido socialista, que fueron ilegalizados, ya que aspiraban a ser ellos los gestores de su previsión social y a que los empresarios asumiesen sus propias responsabilidades en las consecuencias que tenían para los trabajadores las condiciones de trabajo por ellos impuestas.

Aunque no es ya este post lugar para abordar cuestiones más concretas, que muestren las implicaciones que tendría la existencia de una sociedad civil fuerte de base comunitaria, sirva como ejemplo el tema de las pensiones y los servicios sociales. Una cosa es que el Estado ampare iniciativas sociales en el terreno de la previsión, la sanidad o la educación; otra muy distinta es que necesariamente tenga que gestionarlas. La alternativa a las pensiones, la sanidad y la educación estatales no tiene por qué ser, como pretenden algunos, su privatización para situarlas en el ámbito del mercado. El carácter público no significa estatal, sino que preferentemente debe entenderse como social, fruto de la confluencia de iniciativas comunitarias, alejadas del lucro privado del mercado pero también del burocratismo estatal. ¿Dónde están las comunidades que eran bien vistas por su entorno social y eran germen de una sociedad más justa y solidaria?

Fuente: Entre Paréntesis

 

No puede ser un lujo

Para millones de personas en África y Asia lo necesario, lo imprescindible, lo cotidiano se está convirtiendo en una riqueza inaccesible, en algo al alcance de unos pocos, que ni se da por supuesto que se pueda acceder a ella, ni se consigue fácilmente.

Por Alvaro Zapata, SJ

Vivimos en el planeta azul, rodeados de agua. Y no solo rodeados, también estamos hechos mayoritariamente de agua. El agua es símbolo de vida, quizás porque es parte de nuestras necesidades más básicas, sin la que no podríamos existir. Por eso se nos hace difícil pensar que el agua sea un producto de lujo, siendo algo tan cotidiano, tan accesible para nosotros. Tenemos un grifo a unos pocos de metros de distancia casi siempre. De hecho, cuando pedimos un vaso de agua en algún bar nos escandaliza que nos lo cobren. O nos parece que algunas de esas aguas de lujo que nos venden a precio de oro son poco más que tonterías para esnobs. Porque el agua no es un producto de lujo.

Pero eso es mentira para una buena parte de la población de nuestro mundo. Para una no pequeña parte de nuestro planeta el agua sí es un lujo. Para millones de personas en África y Asia lo necesario, lo imprescindible, lo cotidiano se está convirtiendo en una riqueza inaccesible, en algo al alcance de unos pocos, que ni se da por supuesto que se pueda acceder a ella, ni se consigue fácilmente. Ya no se trata de un difícil acceso, con largas caminatas a pie para llegar a una fuente potable. Se trata de la imposibilidad de usar el agua como recurso, para consumir, cultivar, tener una higiene mínima, cocinar… Por sus precios desorbitados o el simple agotamiento y por tanto inexistencia de las reservas. Sobre esta realidad de muchas personas de nuestro planeta nos quiere alertar la Semana Mundial del Agua, que acabó el pasado viernes.

Puedes pensar que es un ‘día internacional de…’ con los que nos llenan el calendario y que ya cansan o que directamente no tienen sentido, porque una vez que pasa el evento volveremos a nuestra despreocupación habitual, hasta la próxima vez que toque. Y quizás tengas razón. De hecho, en parte, la tienes. Pero también depende de ti, reconócelo. Al menos una vez al año tienes la oportunidad de reflexionar sobre el modo de vida que estamos construyendo y promocionando. Y aunque no puedas cambiarlo tú solo de arriba abajo, piensa que por lo menos podrás tener una opinión bien formada sobre si estamos en el camino correcto o no. Al menos no te dejarás arrastrar por la corriente. Porque sabrás que para mucha gente el gesto tan cotidiano de beber un vaso de agua limpia es un lujo tan inalcanzable como lo es para ti tener un Ferrari aparcado en la puerta. Y eso no te puede dejar indiferente.

Pastoral SJ

 

Reflexión del Evangelio – Domingo 04 de Noviembre

Evangelio según San Marcos 12, 28b-34

Un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: “¿Cuál es el primero de los mandamientos?”. Jesús respondió: “El primero es: ‘Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas’. El segundo es: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’. No hay otro mandamiento más grande que estos”. El escriba le dijo: “Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios”. Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le dijo: “Tú no estás lejos del Reino de Dios”. Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Reflexión del Evangelio – Por Fabio Solti SJ 

El Evangelio que nos reúne hoy dice respecto a la praxis cristiana.

En la época de Jesus se procuraba mucho reunir las 613 “leyes” que el judaísmo profesaba en una única instrucción que ayudase a hacer síntesis de tantos preceptos que atrapaban en “legalismos” la vida del pueblo.

Jesús responde diligente e inteligentemente a la demanda del escriba, hombre especializado en la interpretación de la ley. Jesus hace una conexión entre el mandamiento del amor de Dios y el del amor al prójimo. Y esta unión podemos expresarla diciendo que el amor de Dios se refleja en el amor al prójimo.

Esta unidad es destacada por la respuesta del escriba, que no se limita solo a reafirmar lo que responde Jesús, mas agrega que esta unidad es mucho más que todos los holocaustos y sacrificios.

Por fin, Jesús agrega una ultima novedad: “Tú no estás lejos del Reino de Dios”.

En este sentido podemos afirmar que la proximidad con Dios y su Reino se realiza amando. Esa es la posibilidad ofrecida al hombre, aquí y ahora.

Es amando donde se suscita el encuentro con aquél que torna visible y accesible el amor de Dios.

Es amando como me encuentro con Jesus, el Cristo y hago visible el Reino de Dios. Reino a ser construido en comunidad, en Iglesia, hoy. Reino que es don, pero también tarea.

Que juntos podamos amar al “próximo” pidiendo siempre que aparezca en ese encuentro Aquél que nos amó primero.

Fuente: Red Juvenil Ignaciana Santa Fe

Monseñor Angelelli y los Mártires Riojanos serán Beatificados el 27 de Abril

La diócesis de La Rioja dio a conocer la fecha de beatificación de monseñor Enrique Angelelli y los mártires riojanos: será el 27 de abril de 2019 en La Rioja, y estará presente, como representante del papa Francisco, el cardenal Angelo Becciu, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

Serán beatificados los venerables siervos de Dios Enrique Ángel Angelelli Carletti, obispo de La Rioja, Gabriel Longueville, sacerdote diocesano, Carlos de Dios Murias, sacerdote profeso en la Orden de los Frailes Menores Conventuales y Wenceslao Pedernera, padre de familia, tenga lugar en la ciudad de La Rioja, el 27 de abril de 2019. En un primer momento tal rito había sido fijado para el 15 de diciembre de 2018.

Así lo anuncia una comunicación dirigida al obispo emérito de La Rioja, monseñor Marcelo Colombo, y actual arzobispo de Mendoza, firmado por el sustituto para los asuntos generales de la Secretaría de Estado del Vaticano, monseñor Edgar Peña, y fechada el 17 de octubre, fiesta de San Ignacio de Antioquía, obispo y mártir.

Asistirá a la celebración como representante del papa Francisco, el cardenal Angelo Becciu, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

Fuente: AICA 

 

No es Tuyo

Dios se da escondidamente entre las cosas, las personas, todo lo que existe.

Por Iñigo Alcaraz, sj

Dicen que nacer es uno de los momentos más estresantes de la vida humana. Que el bebé naciente no tenga el cerebro totalmente desarrollado hace que lo pueda sobrevivir. Probablemente, un adulto no podría asumir tal experiencia extrema de salir a la luz y respirar aire fresco.

Lo mismo ocurre con Dios. Sabe que no podemos con todo. Dios es discreto, nos da poco a poco para que podamos asumir tanto regalo. La misma vida es donada, nadie puede decidir nacer y existir con un determinado y único cuerpo. Para que Dios infinito no asuste a una criatura tan pequeña como nosotros, Dios se da escondidamente entre las cosas, las personas, todo lo que existe.

Por eso una tentación habitual es pensar que algo es nuestro. La vida, aunque cada uno la vive singularmente, no es de quien la vive. Las capacidades tampoco son del todo nuestras porque no hicimos nada para tenerlas. Ni la forma física, ni la inteligencia ni la belleza. Lo que tenemos, lo que vino dado, no podemos atribuírnoslo. Sin embargo, apropiarnos de cosas es muy humano. Pensamos que esos árboles que vemos son de uno y lo llamamos propiedad. Pero, en realidad, esos árboles y sus frutos están allí creados para que los disfrutemos cuantos más mejor.

Hay un término jurídico que se aproxima más a lo que es real: el usufructo. Es decir, el uso y disfrute de las personas, las cosas, todo lo creado. Pero la propiedad es de Dios. De Él salió todo y al volverá, en eso creemos los cristianos. Incluidos tiempo y espacio. Todo. Absolutamente todo. Y, entre sus propiedades, navega nuestra libertad para hacer que lo creado merezca la pena. Para aprovechar el regalo. La vida no es tuya. Lo que ves y tocas no es tuyo. Disfruta y aprovecha el regalo de tener más tiempo. Seguro que en eso consiste vivir una vida buena.

Fuente: Pastoral SJ