La dificultad de ser cristiano en la cristiandad

¿Qué significa ser cristiano? Ismael Bárcenas se basa en unos escritos de Kierkergaard sobre los modos de ser del cristianismo para dar su definición de qué significa para él ser cristiano.

Por Ismael Bárcenas Orozco SJ

La cristiandad es esa sociedad que mayoritariamente pertenece a una iglesia cristiana, sea católica, luterana, anglicana, etc. En estos ambientes, hay quien cree que ser cristiano consiste en tener un acta bautismal. También se cree que ser cristiano es cumplir con ciertas reglas, preceptos, devociones y tradiciones. Incluso votar por tal partido político o pertenecer a alguna cofradía. . O no comer carne roja los viernes de cuaresma. O crisparse y dar manotazos en la mesa ante ciertos temas. O tener alguna jaculatoria de muletilla. O colgarse algún escapulario o algún otro detalle externo que lo demuestre. En fin, podríamos tener, dependiendo del país o del lugar, algunos parámetros para decir, por ejemplo, tal persona es muy católica.

Sin embargo, la pregunta sobre qué significa ser cristiano, fue algo que Søren Kierkegaard. Este filósofo, en algunos de sus escritos, inventó dos personajes: Juan Clímaco y Juan Anti-Clímaco. Juan Clímaco se presentaba como alguien que se interesaba por analizar y entender el cristianismo, aunque se reconocía no creyente. En cambio, Juan Anticlímaco sí se reconocía cristiano convencido y se exigía vivir su fe hasta el grado más alto. Ambos decían que ser creyente no es tan fácil.

Juan Clímaco decía que ser cristiano implica una decisión y un apropiarse internamente de lo que se cree que es la verdad. Es importante «qué» crees, pero es más importante el «cómo» lo vives. La fe es un regalo que da Dios y, también, es una decisión. Por su parte, Juan Anticlímaco dice que, en el caso del cristianismo, la fe significa ser discípulo del Maestro, es decir, de Jesús.

Ser cristiano de verdad implica una decisión sería de asumir el riesgo y, a su vez, estar arraigado en una estrecha relación con Dios. Es Jesús quien tiene la iniciativa de salir a buscar y quien, a través de su vida, expresa con callada y sincera elocuencia de los hechos que Él es la verdad. Ser cristiano de verdad significa seguir sus pasos y estar dispuesto a ser injuriado o humillado por su causa. Aquí radica el problema que vive la cristiandad, pues ha hecho del cristianismo algo soso y se ha desmarcado de las dificultades. Aceptar la invitación de Jesús y atreverse a ser su discípulo significa exponerse a perderlo todo a los ojos de los prudentes, razonables y encumbrados. La burla podría caer despiadada sobre la propia espalda. Pensemos en lo irritados que están algunos cardenales ante los gestos de solidaridad y sencillez del Papa Francisco.

Cristo es el Maestro que impulsa, estimula e invita a la interioridad. Otro problema de la cristiandad es que ha eliminado esta relación interna entre el creyente y Dios, y la ha suplido al divinizar usos y costumbres externas. No cumplir alguna de estas costumbres hace que la persona entre en pánico. Pero esto no es temer a Dios, sino a los hombres. Y si alguien no se subordina a lo establecido, será acusado de falsedad. Siempre que un testigo de la verdad convierte la verdad en interioridad, se escandaliza de él el orden establecido.

Juan Anticlímaco enfatiza que el cristiano de verdad debe conformar su vida ante paradigma que es la vida de Cristo en la tierra. La verdad en Cristo era su vida, pues Él era la verdad. Y solamente conozco la verdad, en verdad, si ella se hace verdad en mi vida. Esta sería la prueba que ayuda a palpar la sintonía y relación que hay entre el discípulo y su Maestro, entre el cristiano y Cristo. Y si Cristo sufrió, padeció y fue humillado por la maldad de algunos, su respuesta no fue la venganza, no fue devolver mal por mal. Ante la maldad, la respuesta de Cristo fue la bondad. Esto lo tendrá en cuenta el cristiano que deseará y se obligará a responder con bondad.

Por lo mismo, no es tan fácil ser cristiano en la cristiandad. Creer es decidir dar el salto de fe que significa recorrer el camino. Jesús es el «camino». Peregrinar este camino es lo que realmente nos hace libres. No será fácil, pues como dice una canción: “El que siga un buen camino tendrá sillas, peligrosas, que lo inviten a parar”. Mi oración por el Papa Francisco.

Entre Paréntesis

 

MISERANDO ATQUE VII

Hemos compartido diferentes textos para reflexionar sobre la misericordia desde distintas espiritualidades y perspectivas. Ya cerca del día de San Ignacio les traemos esta propuesta, para conocer más de la misericordia en la Tradición Ignaciana.

Por Luis Mª García Domínguez, SJ. Director del Instituto Universitario de Espiritualidad de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid

La misericordia en la tradición Ignaciana

¿Cómo aparece la misericordia en el carisma original ignaciano? Es decir, en la tradición espiritual que encuentra su expresión en la misma experiencia de Ignacio de Loyola y sus primeros compañeros, en los documentos fundacionales y en la comprensión que tuvieron los primeros compañeros de dicho carisma. Se trata, ante todo, de una misericordia divina experimentada como reconciliación personal y, después, reconocida como atributo divino que el creyente puede participar como virtud, desplegándose en obras de misericordia, espirituales y corporales.

Sin duda, la misericordia forma parte del núcleo carismático de la Compañía de Jesús porque es una experiencia central de Ignacio y de los primeros compañeros que se refleja en los textos fundacionales y se despliega en la praxis constante de los primeros jesuitas. Podemos verlo en seis afirmaciones concatenadas:

La misericordia es un atributo divino, un rasgo central del ser de Dios Padre hacia sus criaturas, manifestado de modo culminante en la entrega de su propio Hijo. Es curioso y significativo que, en los escritos ignacianos, la misericordia divina se cita el doble de veces que la humana, tanto en la Concordancia como en el Epistolario (69-68% de apariciones frente al 31-32%).

Los creyentes experimentan esa misericordia divina de muchas maneras pero, especialmente, en forma de perdón recibido, como Ignacio y los primeros compañeros experimentan en los Ejercicios espirituales (Ej 61, 71). Esa precedencia de la misericordia divina será una referencia constante en toda la formación y la vida apostólica del jesuita, que se hace hombre misericordioso.

Ignacio y los primeros jesuitas entendieron su vocación como «servir al solo Señor y a la Iglesia su esposa» mediante la consagración de sus vida en un cuerpo apostólico dedicado «a la defensa y propagación de la fe y al provecho de la almas» mediante el ejercicio de ministerios muy variados, pero entendidos en clave de la práctica de «obras de caridad» espirituales y corporales.

Las obras de misericordia «corporales» están desde el principio en la experiencia de Ignacio y de los primeros jesuitas. Cuando los primeros compañeros reciben la ordenación sacerdotal los ministerios de la palabra son vividos muy conjuntamente con las obras corporales de misericordia, de modo que en los hospitales tanto confiesan y dan la comunión como lavan y cuidan a los enfermos. Pero viven su dedicación a los ministerios espirituales de la palabra como ejercicio de una profunda misericordia, de modo que en ocasiones no podrá el jesuita dedicarse más que a obras de misericordia «espirituales» (ver Constituciones de la Compañía de Jesús, número 650).

Los ministerios espirituales producen sus efectos. Los ministerios sacramentales suscitan gestos de misericordia; por ejemplo, la confesión que reconcilia profundamente al individuo le mueve a perdonar a los enemigos de un modo también público, a «hacer paces». Por otra parte, los fieles que se acercan a los jesuitas se sienten también movidos a poner en práctica la misericordia. De este modo Ignacio y los primeros jesuitas predican la misericordia de Dios, pero también invitan a los fieles a entregarse o a colaborar con ellos en estas obras de caridad. Pues las dimensiones vertical y horizontal de la vida cristiana forma parte de la catequesis ignaciana desde muy pronto. Ya en los tiempos de Alcalá de Henares se formula como «visitar a pobres» y «acompañar el Santísimo Sacramento» (Autobiografía, número 61).

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La misión actual de la Compañía ha sido definida como «servicio de la fe, del que la promoción de la justicia constituye una exigencia absoluta» (Congregación General 32, decreto 4, número 2), entendiendo en esta «promoción de la justicia» una relectura histórica de aquellas «obras de caridad» y de misericordia que señalaba la Fórmula del Instituto. La «recepción» de la Fórmula por parte de las últimas Congregaciones Generales ha acercado al presente, con «fidelidad creativa», la primera formulación del carisma ignaciano mediante nuevas formulaciones que, a su vez, pueden ser iluminadas por el antiguo texto ignaciano cuando no solo lo leemos en los documentos, sino que lo descubrimos en la práctica ordinaria de los primeros jesuitas.

Así pues, es claro que la misericordia es parte integrante y nuclear del carisma ignaciano. Se trata de un ideal que Ignacio y los primeros compañeros experimentaron practicaron inicialmente de un modo casi espontáneo, aunque luego de modo más explícito. Pero esa misericordia, como parte del carisma, es siempre un ideal en el horizonte vital de quienes son llamados a la vida religiosa al modo ignaciano. Ni los primeros compañeros fueron movidos siempre y solo por esa misericordia ni, menos todavía, los jesuitas que después les siguieron a lo largo de la historia la vivieron y practicaron de la misma manera.

Por eso la Iglesia, que anima a todos los cristianos «a contemplar el misterio de la misericordia» (Misericordiae vultus, n. 2), nos estimula a los que queremos vivir el carisma ignaciano a re-descubrir este verdadero misterio de la misericordia recibida, para que sea motor de la misericordia practicada en nuestra vida.

Este texto está tomado de las conclusiones del artículo «La misericordia en el carisma de la Compañía de Jesús», publicado en la revista Manresa, vol 88, n. 346 (2016), págs. 5-18. Agradecemos al autor del texto y al director de la revista las facilidades dadas para reproducirlo aquí.

Entre Paréntesis

 

Fiesta de San Ignacio de Loyola

El año 1491 nacía un peregrino. Buscador, discípulo del Espíritu, pasó de la nobleza caballeresca a ponderar dentro una cueva la voz de Dios hasta encontrarlo. Fuente inagotable que lo guió hasta Jerusalén, lo fortaleció formándolo en letras y acompañamiento, lo hizo dócil hasta el punto de obedecer lo que no entendía: el sacrificio de esta llamada a Tierra Santa, para el bien de una misión a Roma que encendería otros fuegos. Su legado culmina en los Ejercicios, camino de búsqueda de la voluntad de Dios para millones de cristianos durante siglos, y en las Constituciones, que en 1540 fundaron la Compañía de Jesús.

AMDG, A Mayor Gloria de Dios.

31 de julio, fiesta de San Ignacio de Loyola, el peregrino, el santo de la inseguridad. De la vida a la intemperie. A cielo descubierto, sin techo ni otro reparo alguno. Sin certidumbre ninguna. En referencia continua a Dios. Investigando, discerniendo, buscando sin descanso lo que Dios quiere a través de un método original: los Ejercicios Espirituales. Una forma novedosa de acercarse al Evangelio.

Cortesano, militar, enfermo, peregrino, estudiante, compañero, religioso, sacerdote, escritor, gestor…jesuita. Caras de un mismo anhelo, vivir hoy al modo de Jesús. Agradecido porque intuyó que todo es regalo de Dios. Feliz porque siempre respondió entregando todo. Hasta que dio con la clave: en todo amar y servir.

Hoy es el día de las personas que duermen poco, pero sueñan mucho. Las que ven el futuro como una oportunidad y no como un problema. Todos los que no tienen todo planeado ni decidido. Los que andan perdidos y, también, enamorados. Aquellos que creen que lo mejor está pasando ahora, perdonan rápido y agradecen lento. Los que saben que el devenir de sus vidas depende del futuro de la de los demás. Los de sin ti, yo no.

Si quieres conocer más de la vida de Ignacio puede hacer Click en alguno de estos dos links: 

San Ignacio de Loyola – La Aventura de un Cristiano

San Ignacio de Loyola

Vencer los miedos al Compromiso Socio-Político

“El camino a seguir tiene tres pautas: uno, metámonos en política definitivamente. Y cuando hablamos de meternos en política estamos hablando de por qué no ser dirigente sindical, por qué no ser dirigente del centro de alumnos en la universidad, por qué no estar metido en una junta de vecinos, o por qué no ser concejal en la municipalidad. El desafío no es solamente ser Senador o presidente de la república…

Segundo: ¿Por qué no hacer esfuerzos estructurados, serios para formar a nuestros jóvenes para que ingresen a la política? Y tercero: ¿por qué no ir a evangelizar a quiénes ya están metidos en política?”

Estas son algunas de las reflexiones que tiene Miguel Collado, director de CVX Chile, sobre la llamada a involucrarse en la dimensión política que siente que tienen los laicos que forman parte de la CVX en su país. En un video, comparte sus reflexiones e invita a vencer los miedos al compromiso político, dando razones por las que es importante comenzar a pensar el ámbito de la política también como espacio de evangelización y construcción del Reino.

Si te interesa el tema, puedes ver el vídeo completo

 

Política teológica

La relación entre religión y poder ha sido una cuestión presente en todas las civilizaciones, y que ha tenido un desarrollo y evolución interesante para la civilización occidental. Hoy quizás la tesis más aceptada es la de considerarlos como ámbitos que deben permanecer disociados y discutir la relación entre ambos lleva indefectiblemente a conflictos. Sin embargo, aquí tenemos una perspectiva sobre el tema.

Por Juan Antonio Senent

La posibilidad de contribución al espacio público de una religión depende de cómo entienda el ámbito de su ocupación, es decir, su marco teológico. Ello supone la afirmación de una mirada propia a la realidad, pero también, el intento de configurar desde el poder el ámbito propio de competencia de la religión. Por ello, hay una lucha por determinar el ámbito de su marco teológico, una política teológica en orden a su configuración legítima.

¿Quién determina su configuración legítima, quienes establecen esta mirada a la realidad o el poder y la ley? El ejercicio de la libertad de los sujetos y sus comunidades son quienes establecen o reciben una mirada sobre la realidad, sobre su carácter último y sobre su desenvolvimiento. En este sentido, la libertad cultural y religiosa es anterior y no modulada por el poder político y la ley. Cuando este ejercicio ha hablado, es cuando el poder y la ley reaccionan y tratan de limitar, establecer su competencia, el ámbito de su legitimidad. Y para ello, perseguirlo, limitarlo, tolerarlo o tratar de absorberlo.

Esta lucha político-teológica se da cuando hay un conflicto entre la mirada teológica y la configuración del espacio social y político determinada por el poder. La mirada religiosa también puede penetrar sobre las relaciones sociales, sobre el tratamiento debido a los seres humanos, sobre la justicia y los límites de la ley, la legitimidad del poder.

Lo propio del poder es su capacidad de imposición y determinación y la autoafirmación de la bondad de su propio poder. En este sentido, es una instancia inmanente, que tiene la capacidad de configurar y decidir este mundo. La religión siempre tiene los pies de barro ante este poder (a no ser que se desnaturalice y asuma el poder político) porque está sometida corporalmente a esta disciplina política.

Pero, a su vez, el poder siempre tiene los pies de barro ante la mirada trascendente que procede del ámbito religioso. Los poderes de este mundo buscan su divinización, lo cual es una afirmación teológica del poder de este mundo. Sin embargo, una religión como la cristiana, trasciende el poder de este mundo y choca por tanto con la divinización teológica del poder. Este trascender es ir más allá, estar en el mundo pero sin asimilarse e identificarse con él, abrir un horizonte nuevo, que muestra el carácter penúltimo del poder y de sus determinaciones y por ello, su carácter incompleto, limitado, torpe.

Continuamente reclamará el brillo de lo intocable, de lo perfecto, de lo cumplido, de lo sagrado. En cambio, una mirada trascendente del mundo, mostrará su distopía, su capacidad de engaño, su limitación.

Pero uno y otro están convocados a convivir en el mundo. Si el poder tendrá el oficio para administrarlo, la mirada religiosa tendrá la oportunidad de trascenderlo y de abrir un nuevo horizonte de humanización en una lucha inacabable históricamente.

Fuente: Entre Paréntesis

 

Encuentro Nacional de Laicos – Uruguay

El pasado 28 de mayo se celebró el XXXIV Encuentro Nacional de Laicos, en el Colegio Maturana de Montevideo. Del mismo participaron integrantes de las CVX de Uruguay.

El lema del Encuentro fue “Construyamos Fraternidad en una Sociedad Fragmentada”. En base a esta temática, se envió a las comunidades que participaron un material con la idea de que pudieran llevarlo al encuentro ya trabajado.

Por la mañana hubo una conferencia de apertura titulada “Las fracturas de la sociedad uruguaya en un mundo complejo y fragmentado”. Luego, se dividieron los participantes para trabajar por grupos en base a lo compartido a lo largo de la conferencia.

Por la tarde habrán 5 mesas de debate que abordaron los siguientes temas:

1- Trabajo,

2- Familia,

3- Educación.

4- Convivencia Ciudadana,

5- Medio Ambiente.

Las conclusiones de cada mesa se pusieron en común antes de finalizar el encuentro. Luego, se hizo una síntesis de principales aspectos abordados en cada una de las Mesas y desafíos que quedan abiertos para profundizar la reflexión.

Luego de un momento musical se dio cierre al encuentro.

 

¿Internet favorece el bien común?

Las nuevas tecnologías modifican la realidad en que vivimos, el modo en que nos relacionamos y cómo trabajamos y nos movemos en sociedad. Frente a estos cambios, surge la inquietud sobre si colaborar con la construcción de una sociedad más justa o por el contrario, profundizan las diferencias.

Aquí algunos puntos para reflexionar.

Por José Fernando Juan

Común parece, internet no lo es. Internet, por sí mismo, no favorece el bien común. La brecha digital, que no sufren aquellos que pueden leer este artículo, diferencia no sólo dos grandes ámbitos globales, sino que también potencia la desigualdad dentro de las mismas sociedades. Pero dicho esto, ¿puede favorecer el bien común?

Lo común en los paradigmas digitales

El paradigma de “lo compartido”.

En primer lugar conocimiento y relación, pero se extienden las fórmulas a través de las cuales se comparte transporte, casa, incluso tiempo. Estas fórmulas de consumo colaborativo sirven más para rentabilizar bienes que para hacerlos propiamente comunes. La lógica que subyace sigue siendo por tanto la propia del mercado liberal, potenciado además por su crecimiento sin regulación en la mayor parte de los casos y basado en el acuerdo entre usuarios.

La gran reflexión, muy importante, es el desaprovechamiento de nuestros propios bienes. Nos sobra mucho de lo que tenemos, nos aporta compartirlo. Construir comunidades en las que este intercambio se hace posible ofrece muchas posibilidades de futuro, aunque por el momento sigan siendo limitadas contribuciones a la construcción y contribución de lo común. Para empezar, educa en compartir sin miedos y en el respeto a lo no apropiable, enseña a leer las necesidades de otros y nuestras propias posibilidades de contribución.

El paradigma de “lo gratuito”.

En no pocas ocasiones, lo gratuito no es tal. Hay una sensación enorme de gratuidad en lo que se refiere a internet, impulsada de la mano de numerosas aplicaciones para móvil y plataformas online, aunque finalmente no lo son. El usuario “intercambia” sus datos a cambio de servicios. De donde se deduce que la identidad (individual o colectiva) es un valor de futuro indiscutible. A este respecto cabe puntualizar que muchos usuarios hacen uso de estos servicios propiciando un auténtico espacio de relación y vinculación de cara a un bien común universalmente compartido, pero sin tener excesivamente presente la cesión de derechos que hacen.

Este paradigma también contribuye, y constituye, uno de los grandes retos de lo común: la gratuidad entendida como la vivencia del desinterés y de la corresponsabilidad. Junto al desinterés con el que se viven determinadas contribuciones también conviene reflexionar explícitamente sobre la dinámica que supone recibir de esta manera, y si no supone un salto más en la construcción de una persona capaz de reconocer el valor de lo común.

El paradigma de “lo libre”.

En relación con lo anterior, “lo libre” sería aquello que generosa y desinteresadamente, participando de una comunidad cada vez más global, las personas ponen a disposición de los otros para que se pueda usar lo que ellos han desarrollado por cualquier otro usuario. La relación entre ambos no es muy directa, en ocasiones ni reconocida suficientemente.

Es fundamental preguntarse sobre qué tipo de libertad ofrece, porque si sólo se trata de “consumo” o “uso”, pero no capacita a la persona para empoderarse y desarrollar proyectos de futuro, en el sentido amplio, se puede convertir fácilmente en una forma más de sometimiento a los “productos” ajenos.

El paradigma de “lo abierto”.

Internet no está hecho, se construye y cambia a un ritmo enorme. Su alcance, todavía desconocido, vemos que se hace presente en todos los aspectos de la vida y transforma, al mismo tiempo que se implanta, el medio y los hábitos de las personas involucradas.

¿Somos conscientes de que internet se crea, se autocreará en un futuro, que es una novedad permanente que permite una innovación continua? ¿Hacia dónde y de quién será? Sitúa a muchas personas en la misma dirección sin la capacidad de apropiación absoluta, construyendo inteligentemente. Es una auténtica filosofía de vida la que sostiene este tipo de procesos.

Supone, a su vez, un verdadero empoderamiento estructural de quien comparte espacio digital con otros.

Fuente: Entre Paréntesis

 

Iniciativas inter-religiosas para la Integración Social

El diálogo interreligioso es un área que ha sido promovida con las palabras y sobre todo, las obras por el Papa Francisco, desde que ha asumido su pontificado. Desde ese entonces se han multiplicado y reforzado las iniciativas que lo promueven. Aquí una de ellas, que se llevó adelante en el Reino Unido.

El pasado 16 de mayo, el Grupo de Investigación dedicado a apoyar el desarrollo de la capacidad comunitaria para el fortalecimiento de la sociedad civil de la Universidad de Lincoln (Reino Unido) generó un espacio de conversación construida entre representantes y académicos de la Iglesia Católica y la Iglesia Anglicana, líderes activos en los procesos de reflexión y acción en la transformación social. Se trató de una iniciativa para intercambiar opiniones y construir equipos internacionales con los que preparar propuestas de cooperación en el marco de los retos sociales de la UE.

Este grupo británico cuenta con una dilatada experiencia en la preparación de programas europeos y en la actualidad lidera iniciativas de ciudadanía activa.

Algunas cuestiones que se abordaron en el encuentro.

1.- Tenemos grandes oportunidades de promover una ética preventiva común donde las confesiones religiosas trabajen cooperativamente para promover iniciativas de justicia social, solidaridad y ecología y integral. Las diferencias confesionales pueden ser una oportunidad y no un obstáculo en la promoción de la ciudadanía activa.

2.- Evitar la simplificación de los análisis que limitan la acción socio-religiosa a la vida privada. Los grupos de acción social basados en motivaciones confesionales no son grupos de ética privada sino grupos sociales legitimados para participar en la construcción de espacios públicos de deliberación, de inclusión, de integración y de cohesión social.

3.- El factor religioso cada día desempeña un papel más importante en los procesos de mediación social. Resulta clave en las iniciativas inter-culturales que promueven las comunidades y siempre es necesario cuando queremos que las iniciativas intra-culturales redunden en beneficio de todos los miembros de la comunidad local.

4.- La tríada “servir, acompañar, defender” expresa bien la función social que realizan algunas confesiones comprometidas con colectivos socialmente vulnerables y desfavorecidos como inmigrantes, refugiados o menores no acompañados.

5.– Además de las fronteras externas, hay fronteras internas que establecen las propias comunidades locales. Una ética global no puede atender únicamente a los muros o fronteras físicas entre países sino que tiene que evitar el alzamiento de muros o fronteras mentales.

6.- La promoción de una ciudadanía activa requiere procesos de capacitación cívica liderados por la propia sociedad civil y unos poderes públicos al servicio del bien común. Es importante evitar y limitar al máximo el control partidista de estos procesos de capacitación.

7.-Resulta preocupante la situación de los jóvenes. A veces, los grupos de jóvenes son las víctimas inmediatas de una cultura individualista que no valora el compromiso, la participación social y la vinculación comunitaria.

Fuente: Entre Paréntesis

Exalumno del Seminario obtiene el Ignatian Award

Joaquín Loustau, exalumno del Colegio Seminario, egresado en 2011, ha obtenido el Ignatian Award. Dicho reconocimiento, constituye el mayor reconocimiento de Loyola Marymount University (LMU).

Este premio se concede a aquellos alumnos que, además de tener un rendimiento académico ejemplar, se ha distinguido en su espíritu de liderazgo y de servicio, tanto para con el cuerpo estudiantil, como para la Universidad en General.

Sin embargo, no es el único reconocimiento que el joven uruguayo ha obtenido. Además, fue reconocido con los premios Presidential Citation Award (alumnos que combinaron excelencia en el aula con servicio y liderazgo en la comunidad), Arete Award (alumnos que demostraron su compromiso con el servicio y la justicia en la actividad de voluntariado, especialmente con los marginados) y Sr. Raymunde McKay, RSHM Award (alumnos que sobrepasaron o excedieron expectativas tanto como líderes así como servidores, que son «catalizadores» del cambio y que desafían y motivan a sus pares).

El año pasado Pablo Teixeira, también egresado del Colegio Semiario (pero en 2010) recibió el premio University Scholar of the Year.

Fuente: Colegio Seminario

Gastronomía en un establecimiento de Fe y Alegría

Fe y Alegría en Uruguay sigue apostando a fomentar la educación y a ofrecer herramientas y recursos para que las personas puedan tener una inserción laboral positiva.

El primero de junio, comenzaron los cursos en gastronomía, en el Centro La Esperanza. Una nueva propuesta de la que participan 30 jóvenes. De esta manera se generan nuevas oportunidades para los adolescentes y jóvenes que buscan retomar la educación formal.

En Uruguay, los programas de Formación Profesional Básica son una propuesta de educación media básica con un componente de formación técnica en diferentes áreas. Son desarrollados por la Universidad Tecnológica del Uruguay (UTU) en convenio con organizaciones de la sociedad civil. En el Centro La Esperanza, ya funciona desde hace muchos años un FPB de carpintería.

Para Fe y Alegría supone un nuevo ejemplo de colaboración exitosa con el Estado que alienta a seguir adelante.

Fuente: Noticias de Fe y Alegría