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“Infocaminante”: Migración acompañada, informada y protegida

Una aplicación diseñada para acompañar cada paso del camino migratorio con información útil y actualizada. Infocaminante es un esfuerzo de las obras de la Compañía de Jesús por una migración acompañada, informada y protegida.

Encuentra información a tener en cuenta durante tu camino migratorio sobre cuidados, riesgos y otros temas importantes.

Información sobre instituciones públicas, visados y alternativas migratorias, rutas migratorias recomendadas y puntos de acompañamiento.

Recuerda visitar frecuentemente la aplicación para obtener la información más actualizada.

Ninguna persona es ilegal. La libertad de movilidad es un derecho de todos los seres humanos

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Información en cada país…

 

Información general: Números telefónicos relevantes y cómo llamar desde dentro y fuera del país

 

Rutas: Puntos fronterizos, ciudades, recorridos, clima y consejos

 

Legal y migratoria: Posibilidades para solicitar en cada país Refugio, tramitar visas y otras alternativas migratorias

 

Puntos de acompañamiento. Lugares donde acudir y servicios ofrecidos

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Servicios en puntos de acompañamiento

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Alojamiento

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Alimentación

Acompañamiento espiritual

Medios de vida – Generación de ingresos

Acompañamiento educativo

grupos refugiados atravesando agua

Papa Francisco: «Lo que mata a los migrantes es nuestra indiferencia y esa actitud de descartar»

El Papa Francisco en su catequesis habitual de este 28 de agosto, llamó la atención sobre la situación actual de los migrantes, víctimas de la “indiferencia y el descarte” que pierden la vida en los “mortíferos” mares y desiertos en busca de una vida de paz y seguridad.

El Pontífice inició pronunciando las palabras «Mar y desierto», estas, dijo «vuelven a aparecer en muchos testimonios que recibo, tanto de migrantes, como de personas que se comprometen a rescatarlos».

Mares y desiertos se han convertido en cementerios

Se refirió al mar como “todas las masas de agua traicioneras que tantos hermanos y hermanas de cualquier parte del mundo se ven obligados a cruzar para llegar a su destino”. En el caso del desierto, hizo énfasis también a “todos aquellos territorios inaccesibles y peligrosos como bosques, selvas, estepas, donde los migrantes caminan solos y abandonados a su suerte”.

Como en otras ocasiones lo ha hecho, el Papa Francisco denunció una vez más que el Mediterráneo (mare nostrum) se ha convertido en un cementerio. “Y la tragedia es que muchos, la mayoría de estos muertos, podrían haberse salvado”. Propuso además que, quienes trabajan sistemáticamente para repeler a los migrantes y lo hacen con conciencia y responsabilidad están cometiendo un pecado grave.

En una cosa podemos estar todos de acuerdo, planteó, “en esos mares y desiertos mortíferos, los migrantes de hoy no deberían estar. Pero no es mediante leyes más restrictivas, no es mediante la militarización de las fronteras, no es mediante rechazos como lo conseguiremos”.

Fomentar una gobernanza mundial

Frente a este drama, el obispo de Roma aseguró que la única respuesta para que los migrantes puedan pasar mares y desiertos seguros “es ampliar las rutas de acceso seguras y las vías de acceso legales para los migrantes, facilitando el refugio a quienes huyen de la guerra, de la violencia, de la persecución y de tantas calamidades».

A esto agregó, «lo conseguiremos fomentando por todos los medios una gobernanza mundial de la migración basada en la justicia, la fraternidad y la solidaridad. Y aunando esfuerzos para combatir el tráfico de seres humanos, para detener a los traficantes criminales que se aprovechan sin piedad de la miseria ajena».

¡Gracias! a los buenos samaritanos

El Santo Padre reconoció y alabó a los «buenos samaritanos» que cada día se esfuerzan por «rescatar y salvar» a los migrantes heridos en las «rutas de la esperanza desesperada» que bordean los cinco continentes. Estos, declaró, son «un signo de una humanidad que no se deja contagiar por la malvada cultura de la indiferencia y el descarte (…) lo que mata a los migrantes es nuestra indiferencia y esa actitud de descartar».

Por último, hablando de una «lucha de civilización», Francisco subrayó que «hay muchas maneras de dar tu propia contribución, en primer lugar, la oración». Pidió además que «unamos nuestros corazones y nuestras fuerzas, para que los mares y los desiertos no sean cementerios, sino espacios donde Dios pueda abrir caminos de libertad y fraternidad».

 

@adncelam t.ly/sZqJj


El Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) es la oficina de la Compañía de Jesús en Argentina y Uruguay que tiene como misión acompañar a personas migrantes con el objetivo de promover y proteger la dignidad y los derechos de quienes migran forzosamente a nuestros países.

 

Entre sus objetivos están:

  1. Acompañar personal y colectivamente los procesos de incorporación social de los migrantes.
  2. Promover una cultura de la hospitalidad y la inclusión.
  3. Promover los derechos humanos de los migrantes a través de la incidencia pública.

 

Contacto en Argentina: +54 11 284 78764    contacto@sjmargentina.org

Contacto en Uruguay: +598   94  395 078    contacto@sjmuruguay.org 

Bocalic (arzobispo santiago del estero) García Cuerva (arzobispo de buenos aires)

Traspaso de la sede primicial argentina de Buenos Aires a Santiago del Estero

“Un hecho de justicia y rigor históricos”

El domingo 25 de agosto de 2024, en la Catedral de Buenos Aires, Argentina, se llevó a cabo la misa solemne durante la cual se firmó el traspaso de la sede primicial argentina de Buenos Aires a Santiago del Estero.

Presidió esta eucaristía el arzobispo porteño monseñor Jorge Ignacio García Cuerva, y concelebraron el nuncio apostólico monseñor Miroslaw Adamczyk; obispo de Santiago del Estero monseñor Vicente Bokalic Iglic; obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina Oscar Ojea Quintana; arzobispo emérito de Buenos Aires cardenal Mario Aurelio Poli; y los obispos auxiliares de la sede porteña monseñores Gustavo Carrara, Joaquín Sucunza, Alejandro Giorgi, Alejandro Pardo, Pedro Cannavó e Iván Dornelles.

Arzobispo García Cuerva desarrolló su homilía sobre tres ejes

La Iglesia no mide sus acciones pastorales con números: “Si fuese así, lo de Jesús fue un absoluto fracaso. De 5000 seguidores en el mismo capítulo 6 de Juan pasó a 12 y 12 que están dudando en seguirlo o no seguirlo; pensemos tan solo en el momento de su mayor demostración de amor cuando entrega su vida en la cruz solamente había 4, María, María Magdalena, la otra María y el discípulo amado. En términos de rating el programa de Jesús había que sacarlo prontamente de la televisión porque era un fracaso”.

La importancia de sostener el sí a Jesús aunque caigamos en el camino: “Elijamos a quién queremos servir, si servir al Señor a pesar de que a veces su lenguaje es duro y nos desafía a amarnos más allá de todo y sin límites, aunque nos diga que tenemos que amar al enemigo y que tenemos que perdonarnos siempre y aunque seamos unos pocos (…) parecería que el evangelio es un proyecto contracultural”.

Y la verdadera razón del traspaso de la primacía de Buenos Aires a Santiago del Estero: “Santiago Del Estero es la diócesis más antigua por eso es la primera. Elegimos dar información con datos frente a la especulación berreta que trató de interpretar al Santo Padre y de buscar la quinta pata al gato tratando de elucubrar por qué el Santo Padre decidía esto. Damos la información, los datos históricos y no la pseudo interpretación de algunos. Y elegimos también la fraternidad porque algunos vieron aquí una intención de desvalorizar a Buenos Aires. En realidad lo que elegimos es la fraternidad. No nos van a pelear a Buenos Aires con el interior. No nos van a pelear a Santiago Del Estero con Buenos Aires. Que se queden con las ganas. Somos hermanos, somos Iglesia, elegimos la fraternidad, elegimos la cultura del encuentro, elegimos tender puentes”.

Firmas y placa recordatoria

Luego de la firma del acta de traspaso por todos los obispos presentes y al finalizar la misa, se bendijo la placa recordatoria de este día, ubicada en el atrio del templo mayor de la capital argentina.

La Banda de Oficiales de la Policía Federal Argentina ejecutó marchas y canciones populares porteñas y santiagueñas como modo de reafirmar desde la música la fraternidad entre ambas arquidiócesis. Con vivas a la Patria, Buenos Aires y Santiago del Estero se dio por concluida la celebración.

Virginia Bonard

@adncelam

t.ly/8pkQP

cruz en gargantilla sobre un cuello femenino

¿Por qué llevas esa cruz?

Si me pidieran una definición sencilla de mí misma, podría decir que tengo 20 años, soy estudiante y me confieso creyente. Sí, soy joven y creyente a la vez, y lo subrayo porque en nuestros días hay quien dice, con total seguridad en su afirmación, que eso es imposible. Que las palabras joven y creyente no casan bien en una misma frase, porque «los jóvenes ya no hacemos eso», porque «ser creyente es ser un carca», porque «la sociedad está cambiando».

Efectivamente, la sociedad está cambiando, pero no por ello la gente deja de apostar por la fe. Y digo apostar porque parece que en nuestros días creer supone arriesgarse a ser tomado en serio o no. Muchas veces, por miedo a perder una reputación, una seguridad o una confianza, preferimos callarnos y guardarnos lo que sentimos para alguien que comparta nuestra fe.

La gente creyente joven (y con joven me refiero a persona en edad universitaria) vive diariamente una serie de situaciones incómodas y sin sentido que hacen reflexionar. Son cosas tan simples como sentir vergüenza al decir que uno va a misa (o directamente ocultarlo) o llevar un signo religioso visible y que la gente le pregunte: «¿Por qué llevas esa cruz?» Pues ahí está la clave del asunto, ¿por qué llevamos esa cruz? ¿Por qué cargamos con el peso de la vergüenza y el incomodo cuando se trata de hablar de nuestra fe? Son muchas las ocasiones en que nos vemos obligados a callarnos o a minimizar nuestras creencias por miedo a lo que puedan pensar. Por miedo a que nos encasillen como ‘antiguos’ o a que, directamente, nos rechacen.

Sin embargo, ¿merece la pena ese miedo frente a la libertad de poder decir en alto lo que uno siente? Yo creo que no. Porque cuando uno ha elegido, o más bien, se ha sentido llamado a seguir este camino, el miedo no es más que un obstáculo que ralentiza la marcha. La duda es inherente a la fe, pero el miedo lo ponemos nosotros. Y toda persona se merece ser feliz siendo una misma. Pero es cada uno quien debe decidir sobre su vida, enfrentarse a sus miedos y pronunciar en alto las palabras que los provocan. Y también debe hacer ver a esa sociedad que no lo entiende que un joven creyente no es una persona antigua o alguien que acuda engañado a seguir las tradiciones de sus padres. Se trata, sencillamente, de alguien que busca respuesta a sus preguntas y que ha descubierto en su vida otra forma de ver el mundo. Alguien que busca más allá.

Elena Lozano Santamaría
@pastoralsj

t.ly/x6au2

El Cardenal Czerny hace un llamado a acoger y proteger a los migrantes

Durante una eucaristía el 20 de agosto en Ciudad de Panamá, el Cardenal Jesuita Michael Czerny destacó la importancia de acoger y proteger a los migrantes, recordando las palabras del Papa Francisco y la necesidad de una respuesta cristiana ante la crisis migratoria en la región.

El Cardenal Jesuita Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, presidió una misa el martes 20 de agosto en la Catedral Basílica Santa María la Antigua, en Ciudad de Panamá. Este acto litúrgico se enmarcó dentro de la reunión de obispos y agentes de la Pastoral de Movilidad Humana de las Conferencias Episcopales de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe. El evento, que comenzó el 19 de agosto y se extenderá hasta este jueves, tiene como objetivo abordar de manera conjunta la compleja crisis migratoria que afecta a la región, comprometiéndose a implementar acciones que promuevan la dignidad humana de la población migrante.

Un mensaje desde el corazón

Durante su homilía, Czerny compartió que había preparado un sermón escrito, pero decidió hablar desde el corazón tras visitar el Centro de Recepción Migratoria «Lajas Blancas» en Darién. Inspirado por la lectura del día del Evangelio de San Mateo, el Cardenal destacó que los migrantes que llegan a Panamá «vienen del infierno», narrando cómo llegan exhaustos, hambrientos y enfermos, tras haber enfrentado innumerables peligros. “Hemos encontrado a los migrantes que vinieron del infierno y ahora estaban volviendo a la tierra de los hombres”, expresó, destacando la diversidad de orígenes de los migrantes, quienes provienen de lugares tan lejanos como Nepal, Angola, Haití y Venezuela.

Paralelismo con el pueblo de Israel

En su reflexión, el Cardenal hizo un paralelismo entre la situación de los migrantes y la historia del pueblo de Israel, que, liderado por Moisés, tuvo que huir por miedo y enfrentarse a numerosos obstáculos en su camino hacia la libertad. Czerny advirtió que los migrantes de hoy huyen de situaciones similares de opresión, abuso, inseguridad y discriminación, enfrentando en su travesía el hambre, la sed, el cansancio y la enfermedad. A pesar de todas estas adversidades, subrayó que “todos estos sufrimientos no valen tanto si encuentran una acogida cristiana, fraterna y humana”. Este llamado a la hospitalidad cristiana resonó en la catedral, recordando a los presentes la importancia de brindar apoyo y protección a quienes han sido forzados a dejar sus hogares.

La respuesta Cristiana ante la crisis

El Cardenal Czerny también reflexionó sobre la incertidumbre que sienten los migrantes, citando el Evangelio para enfatizar la necesidad de una respuesta cristiana. Recordó a los fieles que la Iglesia tiene la vocación de ayudar a Dios en lo que parece imposible: acoger y proteger a quienes se ven obligados a huir de sus hogares. En este contexto, destacó que la reunión en Panamá tiene como propósito el desarrollo de una Pastoral Migratoria que abarque toda la región de las Américas, desde Colombia hasta Canadá, incluyendo el Caribe. Este esfuerzo, según el Cardenal, es una manifestación del deseo de la Iglesia de ser un instrumento de Dios en la creación de un entorno de bienvenida y apoyo para los migrantes que atraviesan sus parroquias y diócesis.

El migrante como reflejo de Cristo

Czerny hizo hincapié en que cada encuentro con un migrante es un encuentro con Cristo, quien nos llama a abrir nuestras puertas y corazones. Para él, esta es una experiencia que transforma y desafía a cada creyente a responder con generosidad y amor. “Estos pobres nos permiten encontrarnos con el rostro del Señor”, afirmó, instando a la comunidad cristiana a no cerrar las puertas a quienes buscan refugio y esperanza.

Al finalizar la misa, el Cardenal Czerny invitó a dar gracias a Dios y pidió la intercesión de San Bernardo Abad, para que inspire corazones generosos que se dediquen a ayudar a los migrantes. Además, exhortó a que todos los proyectos y esfuerzos de la Iglesia se orienten hacia la acogida y protección de los más vulnerables, reafirmando el compromiso cristiano con aquellos que, obligados por la desesperación, buscan un nuevo comienzo en tierras extranjeras.

manos manchadas de negro

Trivializar el perdón  

Una de las cargas que a veces tiene que llevar alguien, tras haber sufrido algún tipo de agresión, es la exigencia del perdón. En contextos cristianos ocurre mucho. El agresor convierte el perdón, no en petición humilde, sino en exigencia soberbia. «Ya te he pedido perdón», se convierte en un arma con la que se vuelve a cargar sobre la víctima el peso de una situación. El agresor enarbola el arrepentimiento como arma, lo convierte en exigencia de la fe, y enamorado de su nuevo rol, se ve con otro prisma de virtud, el del penitente.

Y poco a poco empieza a volcar sobre la víctima el peso de la culpa de la situación. «Si no me perdona es porque no tiene corazón». Es posible que además el agresor se convenza de que «no fue para tanto», «fue sin querer», «fue un error, no una agresión». De ahí al insulto (quien no me perdona es mezquino, rencoroso, etc) no hay más que un paso. Y en el proceso, en lugar de haber verdadera sanación, lo que hay es orgullo.

Pedir perdón de verdad es algo mucho más complejo. Primero, es ser consciente de lo que uno ha hecho mal. Y ser consciente de que el otro tiene derecho a estar molesto, al enfado, y a la distancia. Es más, tiene derecho a perdonar a su manera. El perdón no son palabras bonitas y fáciles. A veces es poner distancia. Otras veces es no tomar represalias –cuando a lo mejor podría–. Perdonar a veces es hacer ver el error en privado en lugar de proclamarlo a los cuatro vientos.

Quien de verdad se arrepiente no exige el perdón. Lo pide. Y después espera. Y acepta. Acepta el enfado, y el dolor, y el silencio. Acepta los ritmos. Y esa espera se convierte en escuela, en pozo de sabiduría, y en silencio en el que la escucha se vuelve a llenar de sentido.

Estamos en una sociedad que todo lo adelgaza. Todo es banal, superficial, e intrascendente. Todo es prescindible, trivial, y olvidable… ¡Pero no! La vida es seria. El amor es serio. Y la justicia. La verdad. La vocación. El talento. Y el perdón. No podemos estar jugando con las palabras ni con la virtud. No podemos estar jugando a ser lo que no somos. Y mientras no entendamos esto, nos convertiremos en charlatanes, vendedores de humo, y manipuladores del evangelio.

José María Rodríguez Olaizola, sj

@Pastoralsj – t.ly/pLdzv

XI Asamblea general ordinaria de cvx en españa

XI Asamblea Ordinaria de CVX España 2024 en Málaga

La CVX en España, reunida en asamblea del 2 al 8 de agosto de 2024, se ha puesto a la escucha de la Ruah, Espíritu de Dios, y la realidad. Con la metodología del Sínodo de la sinodalidad, se ha colocado en disposición de salir de su propio amor, querer e interés.

La CVX ha visto la urgencia de poner en el centro de su discernimiento y acción a la Madre Tierra y a las víctimas de la exclusión producida por los actuales modelos social y de Iglesia. Pretende identificar grietas de las estructuras injustas y sembrar vida en ellas, en colaboración con tantas personas, dentro y fuera de la Iglesia, que comparten el sueño de Vida de Dios Padre-Madre.

Se ha reafirmado en su carácter de comunidad laical, ignaciana y apostólica, con hermanos y hermanas en todo el mundo, con quienes compartimos espiritualidad y tareas de transformación social y eclesial. Nuestra llamada es a vivir la misión en las fronteras desde la opción por las personas empobrecidas, buscando siempre el diálogo y la reconciliación.

Seguimos a Jesús, amigo de publicanos, mujeres, personas afligidas y humildes; tierno, compasivo y amante, que camina libremente sirviendo al Reino. CVX quiere crecer en esa libertad y responder con acciones concretas, sin estar pendientes de éxitos o fracasos.

La asamblea de CVX ha aprobado 24 recomendaciones para los próximos 5 años. Destacan:

  1. Priorizar el trabajo de cuidado de la Madre Tierra (Ecología integral), y la incorporación de pleno derecho en la Iglesia de las mujeres y personas de la comunidad LGTBIQ+.
  2. Continuar nuestro trabajo con jóvenes, familias, acogida de personas migrantes, propuestas de diálogo cívico y de espiritualidad ignaciana para la Iglesia y la sociedad.
  3. CVX trabajará en la fundamentación teológica de sus líneas de trabajo.
  4. Colaborar con otras instituciones en la misión, especialmente con la Compañía de Jesús.
  5. Comprometerse a participar en las estructuras eclesiales, en el camino del pleno desarrollo de las dinámicas sinodales, que incluye la incorporación plena de personas tradicionalmente apartadas.
  6. Cuidar los procesos de crecimiento personal de las personas que forman la comunidad.
  7. Revisar las estructuras internas, para una gestión cada vez más participada y sostenible.

La CVX se siente pobre y vulnerable, pero firme en la unión con el Maestro, nutrida por laRuah y deseando configurarse en Cristo. Quiere ser comunidad en salida, en actitud de escucha orante del mundo y abierta a la novedad. Agradecida por la experiencia de discernimiento comunitario, pide a Dios Padre-Madre que le ayude a ser fiel a las decisiones.

Fruto de la Asamblea es la elección de un nuevo Consejo Ejecutivo que será presidido por Itziar Ugarte de la CVX Arrupe Elkartea en Bilbao.

 

@infosj.es

t.ly/7i9Oh

multitud personas random caminando por las calles

Santos por nuestras calles

Hay santos anónimos, esos que no fueron oficialmente canonizados, pero cuyas vidas han sido reflejo auténtico del evangelio. Eso celebramos hoy. Esto lleva a pensar. Por una parte, que a lo largo de la historia ha habido muchos más de los que pensamos. Y por otra, que también hoy en día hay muchos por ahí, hombres y mujeres anónimos, que probablemente jamás pasarán a los libros de historia ni a los calendarios litúrgicos, pero que, sin embargo, son santos.

¿Qué tienen en común? Que sus vidas apuntan a Dios de manera clara. Que lo que viven, lo que hacen, y lo que dicen, deja traslucir al espíritu de Dios al que han dado cancha en sus vidas. Y por eso, cuando los ves, intuyes que es posible el Amor, y la misericordia, y la compasión, y la justicia…

¿En qué se diferencian? En todo lo demás. Seguro que los hay jóvenes y ancianos, formados y analfabetos, mujeres y hombres, de derechas, de izquierdas, o apolíticos… Los habrá tímidos y extrovertidos, hiperactivos y pausados. Unos vivirán el evangelio en el contacto constante con la gente. Seguro que hay algún otro que consagra su vida a la ciencia en la soledad de un laboratorio o de una biblioteca. Bailan, rezan, toman un café, abrazan, lloran, aman, se enfadan, se equivocan, aciertan… porque son humanos, al fin y al cabo.

La santidad no es un perfeccionismo neurótico, ni un cumplimiento virtuoso para ponerse medallas de excelencia. Es una forma de amor. Radical, posible, definitiva. Y no es que sea deseable para que uno se pueda sentir orgulloso de sí. Es deseable porque es una forma de mejorar el mundo, y la vida propia y de los otros. A veces me pregunto si seguimos creyendo que se puede ser transparencia de Dios en este mundo. Porque se puede. Seguro que muy cerca de ti alguien es ventana abierta que apunta en esa dirección. Y tú, ¿por qué no intentarlo?

José María Rodríguez Olaizola, sj
@pastoralsj
t.ly/L8XI_

19 de agosto. Día Latinoamericano de Personas en Situación de Calle

 “Que la Iglesia sea la familia de las personas que están rotas”

Con el objetivo de visibilizar a las personas que están en situación de calle, sus padecimientos, sus alegrías, sus luchas, y sensibilizar a nuestra Iglesia a fin de que reconozcamos en estas personas que están en situación de calle a verdaderos hermanos nuestros, la Pastoral Latinoamericana de Calle organizó junto con el Celam y el Cebitepal este recordatorio a 20 años de la Masacre de Sé.

Un recordatorio con formato de video, en las voces de quienes acuden hacia los hermanos en situación de calle y también en sus propias voces, una verdadera bendición escucharlos, saber desde sus propios labios el efecto del amor, el abrazo, el gusto y agradecimiento por superar la soledad y las violencias de las que son víctimas en las calles.

Fueron momentos de luz y esperanza porque se recogieron hermosas experiencias de trabajo eclesial con “povo da rua” de varios países de nuestro continente: Panamá, Puerto Rico, Bolivia, Colombia, Uruguay, Brasil, Chile, Argentina y Paraguay.

Todos somos iguales

El sacerdote argentino Carlos “Charly” Olivero, impulsor de esta Pastoral Latinoamericana de Calle, expresó su sentir al finalizar los testimonios: “En esta transmisión vimos un montón de cosas muy importantes. Las personas que están en situación de calle, los hombres, las mujeres son hermanos nuestros, viven, piensan, sienten, sufren, igual que nos pasa a nosotros. Es muy importante que la Iglesia sea siempre la familia de las personas que están más rotas, de los que están sufriendo más. Abramos nuestras puertas, necesitamos que estén sentados en nuestras mesas”.

@adncelam

 

tatuaje mariposa en el brazo

Tatuarse la piel

Cuando llega el calor y empezamos a enseñar más centímetros de piel es cuando una servidora constata que quienes no tenemos tatuajes en alguna parte del cuerpo somos “la resistencia”, una especie en peligro de extinción.

Ya hablé de este tema en otra ocasión, y, en este caso, no me refiero a todos esos casos en los que puedes tener dudas sobre el color original de la piel, como sucede con quienes compiten con algún maorí en el porcentaje de tinta que concentran en su cuerpo.

Más bien me refiero a esos tatuajes, con frecuencia discretos, que descubres en las personas más variopintas cuando menos te lo esperas y que siempre son especialmente significativos para quien decide hacérselo. Se trata de esos pequeños guiños que uno mismo se hace a sí mismo como recuerdo permanente de aquello que no conviene olvidar nunca.

Punto y coma

Todo esto me ha venido a la cabeza porque una amiga se ha hecho un pequeño tatuaje en el que hay una pequeña mariposa. A simple vista es fácil que pase desapercibido que el cuerpo del insecto está formado por un punto y coma. Parece que este signo de puntuación, que implica una pausa y, a la vez, una continuidad, se utilizó en las redes sociales para visibilizar la experiencia de quienes han superado intentos de suicidio, depresiones u otros momentos duros.

Sin necesidad de llegar a esos extremos, me parece una manera elocuente de expresar esa vivencia que, antes o después, todos hemos experimentado: aquello que podía parecer un “punto y final” a una manera de situarse en la existencia y que, además de no frenarnos, sino de convertirse apenas en una pausa que da inicio a otra frase, es capaz de transformarnos en esa mariposa que nos permite alzar el vuelo de un modo nuevo.

Tengo la sensación de que aquello que simboliza esa pequeña mariposa es, en realidad, el núcleo esencial de la experiencia cristiana. Esa vivencia que solo es posible en primera persona y que, después de un proceso y a “toro pasado”, es capaz de reconocer en los acontecimientos más complejos un sentido más profundo en el que todas las piezas del puzle encajan por dentro. Esa experiencia que lleva al asombro de esos dos compañeros que, de camino a Emaús, reconocen que algo ha cambiado en su interior sin que nada cambiara por fuera, pues “¿acaso no ardía nuestro corazón?” (Lc 24,32).

No nos dice nada el evangelista, pero quizá, después de regresar corriendo a Jerusalén, fueron a hacerse un tatuaje que les grabara en la piel aquello que ya se les había grabado en el alma. Al menos, eso hubieran hecho en esta época…

 

@vidanuevadigital

t.ly/Jwoqg