Card. Rossi SJ: ‘Estamos llamados a ser amigos de los pobres’

La arquidiócesis de Córdoba celebró la VIII Jornada Mundial de los Pobres con distintas actividades llevadas a cabo por la Vicaría de Pobres. En su mensaje, el arzobispo instó a la fraternidad social.

«La Jornada Mundial de los Pobres en este año dedicado a la oración, con vistas al jubileo del 2025, nos recuerda que ‘la oración del pobre sube hasta Dios’ (SI 21,5)», expresó el arzobispo de Córdoba, cardenal Ángel Rossi SJ.

En su mensaje con motivo de la jornada, instaurada por el papa Francisco en 2017, el prelado recordó la invitación del pontífice a «hacer nuestra la oración de los pobres y rezar con ellos, lo cual requiere un corazón humilde que tenga la valentía de convertirse en mendigo, un corazón dispuesto a reconocerse pobre y necesitado».

«Los pobres en su oración expresan su necesidad con sencillez, sin vueltas, o como se dice ahora: ‘van al hueso’, lo cual es una ocasión propicia para ayudarlos, para llevar a cabo iniciativas que ayuden concretamente a los pobres, que respondan a sus necesidades reales, y también para reconocer y apoyar a tantos voluntarios que se dedican con pasión a los más necesitados», destacó.

A su vez, citando a la Madre Teresa de Calcuta añadió: «Cuando rezo, Jesús pone su amor en mi corazón y yo salgo a entregarlo a los pobres que encuentro en mi camino». Y planteó: «Estamos llamados a ser amigos de los pobres, lo cual no es fácil, es gracia, se pide, se trabaja, se purifica. Y para ser amigos no hay que esperar a que llamen a nuestra puerta, es urgente que vayamos nosotros a encontrarlos en sus casas, en los hospitales y en las residencias asistenciales, en las calles y en los rincones oscuros donde a veces se esconden, en los centros de refugio y acogida», animó.

Por último, recordó que «todos los miembros del conjunto social y eclesial tenemos la obligación humana y cristiana de transformar las cuestiones de fondo que condicionan, hipotecan y muchas veces descartan las vidas de nuestros hermanos más pobres».

«A ustedes hermanos más pobres, heridos y tantas veces maltratados les pedimos perdón y queremos que sepan que la Iglesia es su casa, que ustedes tienen un lugar de predilección en el corazón de Jesús, queremos aprender a caminar juntos, a latir juntos en ese corazón de Jesús para sentir, pensar, organizar la vida y transitar los sueños, proyectos y anhelos que ustedes tienen», concluyó.

Tres ejes para celebrar la Jornada

El viernes 15 de noviembre, desde el eje «asistencia», se realizó un encuentro de bendición, cena y música en vivo en el atrio de la catedral con personas en situación de calle.

El sábado 16, con eje en el «trabajo», se desarrolló una feria de emprendedores y economía popular con radio abierta.

Este domingo 17 de noviembre, desde el eje «fe», el arzobispo compartió un mensaje para la ocasión tanto en la Misa Radial de las 8 por Cadena 3 como en la celebración de la catedral a las 11.+

Enlace a la Homilía dominical @cadena3 t.ly/TnZSV

@aica | t.ly/uXo_i

Evangelio del Domingo. “MIS PALABRAS NO PASARÁN” (Marcos 13, 24-32)

Así como hay páginas del Evangelio que, de inmediato, nos parecen muy cercanas a nuestra situación y preocupaciones y cuyo sentido entendemos de inmediato, páginas como la de hoy nos parecen muy alejadas de nuestra sensibilidad y, en consecuencia, difíciles de entender y aplicar a nuestra vida. Efectivamente, el Evangelio de hoy pertenece a un estilo y lenguaje apocalíptico muy cercano a las comunidades para las que Marcos escribe su Evangelio, pero nada fácil de comprender por nosotros. Con todo, yo quiero destacar una afirmación que el evangelista pone en boca de Jesús y que puede ser iluminadora e incluso estimulante y esperanzadora para nosotros: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”.

Una primera reflexión sobre esta afirmación evangélica es la del valor de las palabras de Jesús. No son palabras cualesquiera; como se dice en otros lugares del Evangelio, las palabras de Jesús son palabras “con autoridad” (Mateo 7, 29). Vivimos un tiempo en el que se es muy escéptico frente a las palabras: tantas palabras vacías, tantas palabras banales, tantas palabras mentirosas, tantas palabras que se las lleva el viento… Las palabras de Jesús son muy de otro nivel, son palabras de las que nos podemos fiar, porque son palabras que transmiten verdad. La transmiten y la han transmitido a lo largo de los tiempos, en todo tiempo y lugar. Son, en ese sentido, palabras trascendentes.

Las palabras de Jesús son palabras de vida. Palabras que dan vida y palabras que ayudan a dar sentido a la vida y a superar los momentos duros de la vida. El contexto del evangelio de hoy es un contexto de dificultades. Escuchar las palabras de Jesús, darles cabida en nuestro corazón, es una fuente increíble de fortaleza en esas situaciones que nos ponen a prueba. Las actitudes que las palabras de Jesús promueven son palabras que hacen fuertes a personas y sociedades frente a las desgracias de la vida. Podemos preguntarnos cada uno de nosotros qué palabras son las que nos han ayudado a salir adelante en los momentos difíciles por los que hemos pasado: seguro que muchas de esas palabras son palabras del Evangelio.

Decir que “cielo y tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” es una muy buena noticia. Es muy buena noticia porque abre nuestras vidas a la esperanza. Las palabras de Jesús a lo largo de toda su vida y de todo su Evangelio son palabras de consuelo, de perdón, de salvación… Y afirmar que esas palabras son las palabras últimas de la historia humana es la mejor de las noticias. Pese a los malos momentos, pese a las inseguridades, en contra de los malos augurios. El final en ese “día y hora que nadie conoce”, sea personal o colectivo, es un final de encuentro y abrazo con el Dios del amor.

Domingo 33º del Tiempo Ordinario – Ciclo B

Darío Mollá, SJ | @centroarrupevalencia

XLIX Congreso Internacional de Fe y Alegría «Desafíos y oportunidades de la Educación Popular»

El Congreso Internacional de Fe y Alegría inició con un acto inaugural que subrayó el papel fundamental de la educación popular como una herramienta transformadora en medio de las crisis que enfrenta el mundo. En palabras de los ponentes, la educación popular no es solo un método, sino un compromiso profundo con la construcción de paz y justicia. Las y los participantes recordaron la importancia de transformar la indignación ante las injusticias en esperanza, y reafirmaron su compromiso inquebrantable con los sectores más vulnerables. El compromiso cotidiano de las y los educadores de Fe y Alegría sigue siendo un testimonio vivo de que la educación no es un privilegio, sino un derecho.

En la Mesa 1 se compartieron experiencias en torno a comunidades centradas en el derecho al aprendizaje. El diálogo giró en torno a cuatro principios clave: el estudiante como titular de derechos; el aprendizaje como un derecho a lo largo de toda la vida; una mirada integral de la calidad educativa para promover la transformación social; y el reconocimiento de las condiciones de vulnerabilidad (como la pobreza y la falta de recursos) que impactan directamente en el aprendizaje.

Prácticas transformadoras y el Marco Pedagógico de Fe y Alegría

En la Mesa 2 se presentaron las Prácticas Transformadoras identificadas en diferentes países y en las Iniciativas Federativas durante el precongreso, están disponibles en el Repositorio de Prácticas en la página Web del Congreso. Estos esfuerzos ofrecen una base para un marco pedagógico que permita responder a los desafíos de la educación popular en cada contexto donde Fe y Alegría tiene presencia.

Tejiendo los procesos de Aprendizaje, Pedagogías y Educación, continuamos reflexionando y fortaleciendo de manera colectiva una propuesta educativa orientada a la transformación de personas conscientes y comprometidas, con el fin de contribuir a la creación de sociedades solidarias, pacíficas e inclusivas.

La reflexión del movimiento: propuestas educativas en clave de Educación Popular

En la Mesa 3, los grupos de trabajo destacaron los elementos clave de la educación popular: ser una opción para los más vulnerables y marginados, caminar desde los pilares de la educación popular, favorecer el trabajo en red, garantizar los saberes fundamentales, promover pedagogías críticas que garanticen aprendizajes para la vida, tener el contexto como punto de partida, promover acciones transformadoras y garantizar la inclusión.

Los diálogos durante el Congreso confirman para el Movimiento cinco aspectos a considerar para la incidencia en las políticas públicas: trabajo en alianzas y redes; espacios de diálogo con tomadores de decisión y otros actores; formación en incidencia; y la investigación acción participativa sobre la agenda de incidencia.

Lanzamiento de la campaña por el derecho al aprendizaje

Esta campaña está destinada a visibilizar las brechas que están afectando el acceso y la calidad de los aprendizajes, especialmente para las poblaciones más vulnerables, y busca reforzar el papel de Fe y Alegría en la defensa del derecho a una educación inclusiva y de calidad para todos y todas, invitando a la sociedad y a los actores clave a sumarse a esta causa.

El evento de lanzamiento tuvo dos momentos, uno liderado por jóvenes en el parque La Carolina de Quito y el segundo en el Ministerio de Educación, en el que las juventudes presentaron un manifiesto con sus demandas por aprendizajes inclusivos y de calidad para todos y todas. Finalmente, la ministra de Educación de Ecuador, Alegría Crespo, el coordinador de Fe y Alegría Internacional, Dani Villanueva y el director de Fe y Alegría Ecuador, Carlos Vargas, firmaron, junto con otros aliados, su compromiso para defender el derecho al aprendizaje para todos y todas.

Cierre del Congreso

El Congreso culminó con la intervención del director de Fe y Alegría Ecuador, Carlos Vargas, quien reafirmó el compromiso de Fe y Alegría de recrear nuestra propuesta educativa en clave de Educación Popular, que atienda la formación integral de estudiantes, educadores y comunidades en los diversos contextos nacionales donde opera. “Las Direcciones Nacionales, estamos llamadas a protagonizar el cambio educativo, junto a los equipos y aportar a la justicia educativa global, sin renunciar al aporte que la propuesta educativa de Fe y Alegría, brinda a la educación pública”.

En palabras de los participantes, es necesario avanzar en aspectos como el bienestar socioemocional, el desarrollo del pensamiento crítico, la ciudadanía global, las comunidades de aprendizaje y el sentido de comunidad, elementos que apuntan a una educación humanizadora e integral que fomente la vida plena y digna para todas y todos.

Fe y Alegría, con su historia y experiencia, se posiciona como un movimiento de educación popular global que impulsa el cambio desde las bases, y el Congreso dejó claro que su compromiso por una educación transformadora sigue tan fuerte como siempre. La propuesta educativa del movimiento se reafirma como un vehículo para el bien común y la transformación de nuestras sociedades, promoviendo relaciones, diálogos y prácticas que posibiliten otro mundo posible: equitativo, pacífico y sostenible.

@feyalegria | t.ly/sAJ1r

Ignacio Ellacuría SJ y compañeros mártires. 35 aniversario

El próximo sábado 16 de noviembre se cumplirán 35 años del martirio de Ignacio Ellacuría, SJ, Ignacio Martín-Baró, SJ, Segundo Montes, SJ, Juan Ramón Moreno, SJ, Joaquín López y López, SJ, Amando López, SJ, el ama de llaves, Elba Ramos, y su hija Celina, de 15 años, quienes fueron asesinados en 1989 en la Universidad Centroamericana (UCA) en El Salvador.

 

Estos mártires, que dieron su vida por la dignidad y los derechos del pueblo salvadoreño, nos inspiran a continuar su legado enfrentando la injusticia y abogando por los marginados en nuestros propios contextos.

 

En cada uno de nuestros lugares, invitamos a que nos tomemos un tiempo para orar y elevar nuestra plegaria al Dios de todo consuelo para que sostenga nuestra misión de reconciliación, por la verdad y la justicia. .

 

Para guiar nuestra reflexión podemos considerar:

 

¿Qué injusticias modernas lamentas? ¿En qué lugares del mundo hay dolor por el que debemos orar?

¿Qué testigos de la justicia te gustaría nombrar y ofrecer oraciones de acción de gracias?

¿Quién ha contribuido a la obra de la justicia en tu propia vida o en tu vida, y por quién quieres ofrecer gracias a Dios?

 

Al recordar este trágico aniversario, se nos desafía a abrazar una vida de compasión valiente y acción llena de fe. Las vidas de los mártires nos recuerdan que la justicia a menudo tiene un costo, pero su sacrificio continúa inspirando el trabajo de las comunidades en todas partes.

 

Hoy y todos los días, renovemos nuestro compromiso de construir un mundo que refleje la dignidad y el valor de cada persona y nuestro planeta, manteniendo viva la misión de quienes dieron todo por la paz y la justicia.

 

Caminemos en solidaridad unos con otros, sacando fuerza de su legado, y rezando la oración de ofrecimiento de los Ejercicios, dispuestos a trabajar por un mundo digno del amor de Dios.

 

OFRECIMIENTO DE SÍ MISMO

Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer, Vos me lo disteis, a Vos Señor lo torno, disponed de ello a toda vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y vuestra gracia que ésta me basta. Amén.

Universidad Centro Americana José Simeón Cañas

Enlace a las actividades propuestas t.ly/2yvT8

Vigilia del XXXV aniversario de los mártires de la UCA t.ly/FSIub

Mensaje final de la 52° Asamblea de la CPAL

Entre el 4 y el 8 de noviembre de 2024, los provinciales nos reunimos en la 52ª. Asamblea de la CPAL, realizada en San Lucas Sacatepéquez, Guatemala. Acogimos en nuestras conversaciones y discernimientos los desafíos y las realidades de nuestras provincias y países y vivimos estos días en un clima de unión de ánimos y conversación espiritual. Agradecemos a la Provincia Centroamericana por la alegre y calurosa acogida brindada a los/as participantes de la asamblea.

Esta asamblea se realizó por primera vez con la participación de los coordinadores de las redes de la CPAL y el objetivo fue trabajar en la evaluación del PAC.2 y presentar el mapeo de las redes. Fueron dos días de trabajo conjunto que dieron buenos resultados para avanzar en los procesos de mejora de las presencias e incidencias apostólicas y la articulación entre las provincias y las redes.

En el marco de la reestructuración en la conferencia y en las provincias, tratamos el tema de la formación y a partir del pedido de la asamblea realizada en mayo de 2024 en San Miguel, Argentina, se presentaron y definieron propuestas para caminar, respetando diferentes ritmos, en la reestructuración de la etapa del noviciado a nivel de la conferencia.

También se trató el tema de la Facultad de Filosofía y Teología de la Compañía de Jesús en Belo Horizonte – FAJE. A pedido del Padre General, se creó una comisión para presentar un estudio de las necesidades de la facultad para los próximos tres años. Los datos fueron presentados y el trabajo de la comisión continúa de acuerdo con la petición del Padre General. La asamblea también celebró las bodas de plata de la CPAL y fue una oportunidad para dar gracias a Dios por el trabajo de tantos jesuitas y laicos/as que han colaborado en la misión de la conferencia durante los últimos 25 años. Se unieron a la celebración jesuitas y compañeros/as apostólicos de las obras de Guatemala, y nos acompañó el tono suave y dulce de la marimba que, con su sonido característico, invita a la fiesta y a la gratitud.

Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe

Mensaje final de la 52a Asamblea CPAL – en español

A la salida del aula sinodal: ‘Es cierto que en algunos temas seguimos caminando con mucha lentitud’

He dejado pasar unos días desde el final de la asamblea sinodal, para poder reposar las vivencias recogidas en mi corazón a lo largo del pasado mes de octubre. Por eso ahora es el momento de compartir la experiencia ya interiorizada.

Siento que he vivido en una caja de resonancia mundial, que en el aula estaba la iglesia en su universalidad y el mundo que la envuelve. Considero un regalo haber sido testigo directo de las búsquedas compartidas y por eso no quiero guardarlo para mí.

La primera sensación es la de tocar muy directamente la realidad de nuestra iglesia, en su inmensa amplitud y diversidad de contextos, culturas, razas, lenguas, tradiciones, situaciones socio-políticas, culturales, económicas… poder escuchar tantas horas por mi servicio de facilitadora, me ha permitido palpar esa multiplicidad que somos.

Otra experiencia que me ha tocado muy hondamente, es haber participado en espacios que se nos han ofrecido fuera del aula y como complemento del trabajo en la misma: los Foros Teológicos, los diálogos con las Comisiones de Estudio de los 10 temas asignados por el Papa, la celebración del perdón-reconciliación, la vigilia ecuménica, las eucaristías en San Pedro, y de modo especial los días de retiro con las meditaciones de nuestros hermanos María Grazia Angelini, benedictina y Timothy Radcliffe, dominico.

Nos han ayudado a vivir una espiritualidad enraizada en la vida cotidiana del tiempo histórico que nos toca. En el aquí y ahora, con hondura y esperanza, sin que falte la alegría y el sentido del humor…

He aprendido a escuchar, no solamente con los oídos, sino sobre todo con los ojos, mirando a cada persona que formaba parte de la mesa redonda que me tocaba moderar. ¡Es tanto lo que trasmitimos con el lenguaje gestual que no quería perderme nada!

Los diálogos se han hecho con gran libertad y mucho respeto, las opiniones eran muy diversas pero se escuchaba todo. Después estaba el voto final a cada punto del documento que es también expresión de la libertad personal. Muchos resultados ya se preveían antes de la votación, precisamente porque se escuchaban posturas diversas con resistencia a cambios y posiciones divergentes.

«He aprendido a escuchar, no solamente con los oídos, sino sobre todo con los ojos, mirando a cada persona que formaba parte de la mesa redonda que me tocaba moderar»

Todo ha confluido en el documento final que considero amplio y abierto para poder adaptar las cosas a los diversos contextos. La sinodalidad es un proceso que continúa y nos toca a todos, en los diversos niveles, hacerla realidad. Es cierto que en algunos temas seguimos caminando con mucha lentitud, no pasamos de las palabras a los hechos reales, aunque afirmemos la igual dignidad bautismal.

 Quedan muchos temas pendientes, algunos encomendados a las Comisiones citadas que esperan cuantas sugerencias e ideas podamos aportar. Son desafíos que no debemos perder de vista y aportar cuanto podamos.

«Los diálogos se han hecho con gran libertad y mucho respeto, las opiniones eran muy diversas pero se escuchaba todo»

No me parece detalle menor que el documento esté referido a Cristo Resucitado, signo y fuente de esperanza cristiana, y que el Papa exprese: “No pretendo publicar una Exhortación Apostólica; quiero de este modo reconocer el valor del camino sinodal realizado, que con este Documento entrego al santo Pueblo de Dios”.

Finalmente, aun sintiendo dolor por muchas cosas que no veo positivas en la iglesia, deseo permanecer en ella, luchando desde dentro, volviendo mi corazón continuamente a Jesús y su evangelio, Señor de la historia que acompaña nuestro caminar.

Me da fuerza saber que vamos juntos y que podemos (recordando a Madeleine Delbrel) “vivir nuestra vida no como un teorema que nos rompe la cabeza, sino como una fiesta sin fin, con la música universal del amor”.

@religiondigital | María Luisa Berzosa fi | t.ly/gt9PW

Revista Manresa #381. El Arte de Contemplar

La contemplación es una de las prácticas recurrentes de oración, que en la actualidad muchas personas buscan deseosas de encontrarse con Dios y resignificar sus vidas en la unidad con Él. Ciertamente, en la propuesta ignaciana, la contemplación es el modo de orar por “excelencia”.

Desde hace un tiempo y partiendo de la oración contemplativa de Ignacio de Loyola han aparecido nuevas propuestas, modos y maneras de llevarla a cabo. Su presencia en la vida del creyente cada vez es más notable y significativa. De ahí, que la revista Manresa le dedique el presente número.

Nuestra perspectiva es mirar al pasado, pero también al futuro, como toda vida espiritual, la contemplación ignaciana es algo vivo, dinámico, capaz de ser recreada a la luz de la novedad de la realidad. La práctica de la oración contemplativa dentro de la tradición ignaciana se subraya por su relevancia contemporánea así como su conexión con métodos espirituales de la tradición cristiana.

La unión con Dios representa el objetivo final de la vida espiritual y del ser cristiano, y la oración se erige como un medio esencial para alcanzar esta meta. Existen numerosos métodos de oración, pero lo crucial radica en la calidad de la experiencia más que en la técnica en sí; un uso inadecuado de un método puede dificultar la conexión con lo divino.

…como toda vida espiritual, la contemplación ignaciana es algo vivo, dinámico, capaz de ser recreada a la luz de la novedad de la realidad.

La contemplación, adoptada por San Ignacio como un método central en sus Ejercicios Espirituales, tiene múltiples significados, es imperativo que tanto el ejercitante como el acompañante la comprendan de manera congruente.

Empezamos por una mirada al pasado, el profesor de la Universidad Gregoriana, Paul Rolphy Pinto escribe sobre la oración contemplativa en la tradición spiritual de la Iglesia. Hace un repaso completo y claro sobre aquellos autores anteriores a Ignacio de Loyola que escribieron de esta modalidad de oración y que de alguna manera tuvieron influencia en Ignacio de Loyola.

Josep María Margenat, jesuita radicado en la Cova de Manresa nos introduce en la complejo mundo en que se desarrolló y afianzo la oración de contemplación en la primera Compañía de Jesús.

El número continúa con la aportación del jesuita uruguayo, psicólogo y buen conocedor de la espiritualidad ignaciana, Pablo Lamartheé sobre la relación entre lo espiritual y lo psicológico que es posible establecer desde la contemplación ignaciana.

Javier Melloni narra su viaje personal en busca de una mayor profundización en la contemplación, que culminó en su descubrimiento del método de Jalics en Manresa.

Carlos Álvarez, jesuita chileno, partiendo también del jesuita húngaro Frank Jalics presenta la importancia que tiene la oración contemplativa en el cuidado de la casa común.

En el apartado Colaboraciones, encontramos una “miscelánea” de trabajos llegados a la redacción de esta revista. Por un lado el testimonio del teólogo José Ignacio González Faus sobre los Ejercicios Espirituales y el proceso de sanación y liberación que generan. De otro, un trabajo de campo de dos profesores, Bruno Pazzi y Jean Gabriel Bela de la Universidad Gregoriana sobre la interrelación de la espiritualidad ignaciana, parroquias regentadas por jesuitas en diversos lugares del mundo y la sinodalidad.

En el habitual apartado de Ayudas para Ejercicios encontramos dos aportaciones muy sugerentes de dos colaboradores habituales de la revista: David Guindulain nos presenta las adiciones de la penitencia y Luis María García Domínguez “discernir los tres pensamientos” y la “acción del demonio” en la vida espiritual de la que habla san Ignacio en sus Ejercicios Espirituales. En la sección de Semblanzas, Diego Molina nos presentará a Manuel Ruiz Jurado, uno de los grandes historiadores y conocedores de la espiritualidad ignaciana en su faceta de docente en la Universidad Gregoriana y de conocedor de los Ejercicios Espirituales. Gracias a todos por seguir acompañándonos en este camino apasionante de la espiritualidad ignaciana.

Enlace a más información REVISTA MANRESA

@infosj | t.ly/gHWi2

Evangelio del Domingo. “JESÚS MIRABA… LLEGÓ UNA VIUDA POBRE…”

Jesús enseña los valores del reino y lo hace con ejemplos fáciles de entender y que se evidencian en su entorno. En el caso del evangelio de hoy, Jesús presenta el contraste entre dos personajes: los escribas y una viuda pobre. De los primeros, hace una crítica fuerte: se pasean con amplio ropaje, quieren ser saludados en las plazas y ocupar los primeros puestos. Todas estas actitudes son las que garantizan el honor en la sociedad del tiempo de Jesús y, salvadas las distancias del contexto, siguen siendo actitudes que garantizan la importancia de las personas en la sociedad actual.

 

Jesús mira todo eso con recelo. El “honor”, tan importante para la sociedad judía, no cabe entre los valores del reino. El valor importante es el de “servir” como Jesús se lo ha dicho a sus discípulos de tantas maneras. Además, Jesús hace una denuncia del comportamiento de los escribas: devoran los bienes de las viudas so capa de largas oraciones. No es ajena esta actitud tampoco en el tiempo de hoy frente a tantas estafas que, en nombre de Dios, hacen algunos predicadores y negociadores de la fe.

 

Pero volvamos al texto. Jesús después de reprochar esa conducta de los escribas, se sienta frente al arca del Tesoro del templo y hace un juicio crítico sobre lo que pasa allí: ciertamente, muchos ricos van y echan mucho dinero. Pero la viuda pobre (podría pensarse que es una de estas viudas estafadas por los escribas o las mujeres viudas que quedaban totalmente indefensas al morir su marido) echa todo lo que tiene para vivir. Jesús se refiere a la moneda de menor valor en aquella época y es esta la que mujer deposita en el arca. Con este contraste Jesús muestra el verdadero significado del compartir de bienes que en nuestro contexto podríamos interpretar cómo dar de lo que sobra o dar de lo poco que se tiene.

 

En el primer caso, no hay una solidaridad efectiva. Si le sobraba es porque estaba acaparando algo que no le pertenecía o viviendo la dependencia del acumular y del tener, convencido que en ello está la felicidad. La verdadera solidaridad es la de la viuda que saber dar y darse, repartir y compartir. La solidaridad no se mide por el exceso de bienes dados sino por la capacidad de sentir con el otro su situación y hacerse solidario con ella.

 

Ahora bien, estos ejemplos no se refieren a temas a considerar sino a actitudes que han de vivir los discípulos de Jesús. A ellos se dirige al final del texto y les muestra con hechos reales en que consiste el verdadero discipulado. Ni honores, ni prestigio, sino servicio, en el caso de los escribas. Ni vanagloria por las muchas riquezas valiéndose, también de ellas, para ser alabado, en el caso de los ricos. El discipulado va en la línea de aquella viuda pobre que da lo que tiene para vivir porque su amor es efectivo, su solidaridad entrañable.

 

Si el domingo pasado el evangelio nos mostró que el escriba que dialoga con Jesús sabía que el primer mandamiento era amar a Dios y al prójimo, en este nos muestra que es la viuda la que no “sabe”, sino que “hace” y, en esto, consiste el verdadero discipulado. Las obras son las que dan testimonio de lo que somos, las que muestran que nuestro seguimiento sí está guiado por los valores del reino.

(Marcos 12, 38 -44)

Domingo 32º del Tiempo Ordinario – Ciclo B

@consuelovelez

Embarrarse

Hay quien, irónicamente, dice que soy como “mudita”, la versión femenina del enanito de Blancanieves. Quiero pensar que es porque soy buena conversadora y no porque no sepa callarme cuando hace falta hacerlo. El hecho es que, por muy habladora que sea y aunque no sea fácil, a veces me quedo sin palabras. Es lo que me ha pasado durante estos días ante los desastres que ha provocado la DANA. Llevo varios días consciente de que no había otro tema posible sobre el que escribir este blog, pero, a la vez, sin saber de qué hablar. Una pierde la capacidad de decir nada ante las imágenes dantescas y el relato de las víctimas. Cuando te haces cargo del desconcierto, de la incertidumbre y del dolor de los afectados, las palabras se esfuman y no sé qué se puede decir sin que suene a hueco, a vacío, a lo de siempre…

Mancharse con un barro que empapa

Quiero pensar que esta incapacidad para el discurso que nos genera el sufrimiento es también lo que nos moviliza, lo que relativiza nuestras preocupaciones y pone en primer plano la urgencia de los otros. Estos días no nos faltan imágenes de tantos que se ocupan y se preocupan por dar respuesta a esta urgencia… y todos están llenos de barro. No hay modo de acercarse a los lugares y a las personas afectadas sin mancharse y estoy convencida de que esto no vale solo para esta situación concreta. Asomarse al abismo del sufrimiento ajeno, vislumbrar su profundidad, intuir el peso del miedo y de la incertidumbre, experimentar la propia impotencia y dejarse conmover por la realidad solo lleva a un movimiento: posponer los discursos y aceptar mancharse con un barro que, sin ser nuestro, nos empapa y se nos pega hasta hacerse parte de nosotros.

No hay modo de caminar al lado de quienes están en el fango sin salpicarnos por él, sea este literal o metafórico. En el fondo, se trata de una consecuencia básica de confesar que el Hijo asumió nuestra condición humana, que no es una afirmación teórica. Implica reconocer que nuestro Dios no es de los que contempla la realidad protegiéndose en la distancia, sino que se vacía de sí y se embarra con las personas hasta las últimas consecuencias (cf. Flp 2,6-8). Si pretendemos mantenernos incólumes al dolor ajeno, sin que este nos afecte, nos dañe ni nos complique la vida, acabaremos hablando mucho, pero manchándonos poco y no es este el aprendizaje que nos da la Encarnación… ni la gente de Valencia.

Ianire Angulo Ordorika | @vidanuevadigital

t.ly/XpjD2

Reflexiones alrededor de Dilexit nos

El pasado 24 de octubre el papa Francisco sacaba su cuarta encíclica bajo el título Dilexit nos, ‘nos amó’.

Se trata de una encíclica diferente a las otras. No es como las anteriores y, tal vez por eso, su lectura resulte más compleja o extraña. El subtítulo desconcierta, «Sobre el amor humano y divino del corazón de Jesucristo». Sorprende que este papa nos hable del divino corazón de Jesucristo. Creo que no tendrá el éxito o seguimiento de encíclicas anteriores. Pero no por eso deja de ser un texto importante, que conviene leer y analizar, probablemente con cierta ayuda para entenderlo e interpretarlo bien.

Después de leer el texto y pensar un poco sobre lo que hay en ella, me lanzo a compartir unas reflexiones. Se trata de una encíclica que no va a resultar fácil de digerir. Por un lado, unos dirán que falta algo más en esos puntos que hablan de la adoración al corazón de Jesucristo, mientras otros no entenderán que se invite a dicha adoración. ¿No era este el papa de los signos con los pobres? ¿A qué viene ahora este texto?

Cuando salió, en seguida se dijo que era el texto que ayudaría a entender todo lo que el Papa había proclamado y escrito hasta ahora. Así lo expresa también en el punto número 217, cuando nos dice que lo escrito aquí permite descubrir cómo Laudato si’ y Fratelli tutti no son ajenas al encuentro con el amor de Jesucristo.

Antes de entrar a comentar la Encíclica, quisiera indicar varios aspectos que conviene tener en cuenta al situarnos ante Dilexit nos. Probablemente sea la encíclica más personal del Papa. Está llena de citas de autores de los que el Papa bebe espiritualmente. Nunca antes había hablado tanto de san Ignacio y sus Ejercicios. En ella hay algo de testamento, un explicar el porqué de mucho de lo que ha hecho hasta ahora y unas indicaciones para el cristianismo que viene. Creo que estas claves son importantes para entenderla.

El texto tiene una escritura curiosa. Se dirige al lector de manera directa en segunda persona, tanto al inicio como al final del texto. En medio pasa a la primera persona, primera persona que invita a la reflexión y la meditación; en esta primera persona no solo se encuentra la figura del Papa, sino también la de quien la lee, invitado a meditar y orar con el texto. Y también hay una buena parte del texto en la que hace una catequesis alrededor del corazón de Jesucristo.

La Encíclica se puede leer obviando dicha catequesis, como también se puede usar esta para trabajar en grupos y comunidades a manera de preparación para un retiro personal.

Si queremos entender el porqué de este texto y por qué ahora, tal vez lo encontremos en el punto número 87. Allí nos sitúa ante algunas de las preocupaciones del Papa en el momento actual: el avance de un mundo libre de Dios, religiosidades sin referencia a una relación personal con Dios, desencarnar el mensaje del cristianismo… En este momento de incertidumbre y de resituarnos ante lo que será el cristianismo del futuro, encontramos en la Encíclica ciertos apuntes que pueden ayudarnos. Veamos de qué nos habla el texto.

Comienza recordando la importancia del corazón. Desde aquí, resitúa qué es el ser humano —evitando reduccionismos— y ubica un centro desde el que poder responder a preguntas vitales y a la existencia misma. Si años atrás recuperó la misericordia, superando dificultades de comprensión del término y recogiendo lo mejor de este y su sentido pleno, ahora parece querer hacer lo mismo con el corazón. El mundo líquido actual necesita apuntar allí donde cada persona hace su síntesis, y este espacio no es otro que el corazón.

Un corazón que construye, que une, que permite superar la fragmentación y el individualismo de nuestro mundo. Solo desde aquí el mundo encontrará respuestas a sus necesidades más acuciantes; desde un corazón que nos invita a una espiritualidad, que tiene consecuencias sociales, que recupera la dignidad. Es por ello que dirige su mirada al corazón de Jesús.

El siguiente apartado lleva por título «Gestos y palabras de amor», y aquí apunta al origen de nuestra fe: a Cristo y al Dios que este presenta. Un Cristo que se acerca, que nos acompaña, nos anima, nos mira, nos habla.

El siguiente apartado nos habla del corazón ‘que tanto amó’. Sitúa la devoción al corazón de Cristo, como una imagen o símbolo que nos puede hacer bien y que merece la pena recuperar. Desde el principio reniega de adoraciones desencarnadas, ya que adorar el corazón es adorar a Cristo y su vida. Se trata de un símbolo para regresar al amor humano y divino de Jesucristo, y con ello recuperar y experimentar la esencia del cristianismo. Un cristianismo trinitario, en el cual la misericordia tiene un papel primordial.

El cuarto apartado habla de un «Amor que da de beber». El título ya indica la necesidad de no olvidar esa dimensión relacional con el Padre que nos ayuda a cuidar y sostener nuestra fe. A buscar a ese Dios que sale a nuestro encuentro. Y aquí encontramos una preciosa catequesis sobre el sentido de la adoración al corazón de Jesús a lo largo de la historia; en ella nos recuerda cómo ese misterio de amor no es un hecho del pasado, sino que sigue presente en nuestros días y hemos de buscar la manera de actualizarlo y meditarlo. En el fondo, nos habla del Evangelio, de un evangelio que no es solo para reflexionar o recordar, sino para vivirlo (cf. n.º 156).

Termina con una sección titulada «Amor por amor». En este apartado, Francisco recupera palabras olvidadas o apartadas de cuya realidad no podemos huir por el significado cristiano que aportan —como puede ser el de «pecado» o el de «reparación»—. Asimismo, invita a volver constantemente a la Palabra, a no reírnos del amor que hay en las expresiones de fervor creyente del santo pueblo de Dios, a recordar tanto la dimensión espiritual profunda que debe tener el cristiano como la dimensión de salida al otro para vivir en relación con todos los seres humanos —especialmente con los más desfavorecidos (cita expresa de Mt 25)—, a ser misionero desde el amor sin hacer proselitismo, a recuperar la vocación desde el servicio, etc.

Considero que es un texto para leer despacio, poco a poco, y más de una vez. Para compartirlo en comunidad y rezarlo. Tiene mucha enjundia y nos invita a soñar con el futuro. El corazón de Jesús es una imagen para volver a lo primordial del Evangelio y por ende del cristianismo. Un cristianismo que necesita ser místico a la par que profético, un cristianismo que nace del corazón y cuya fuerza reside en el amor, un amor compartido que se despliega desde la vivencia interior del Dios de Jesús de Nazaret hacia toda la humanidad. Solo así podremos construir un mundo nuevo.

Habría mucho que hablar y decir, siguiendo el camino del texto, sobre el recorrido que hace por la historia de la Iglesia y diferentes santos que nos señalan caminos a seguir. Especialmente sugerentes las referencias a san Ignacio, san Charles de Foucauld y santa Teresita del Niño Jesús.

Con vuestro permiso, acabo como acaba el texto. Con una oración que alienta para orar y para vivir:

«Pido al Señor Jesucristo que de su Corazón santo broten para todos nosotros esos ríos de agua viva que sanen las heridas que nos causamos, que fortalezcan la capacidad de amar y de servir, que nos impulsen para que aprendamos a caminar juntos hacia un mundo justo, solidario y fraterno. Eso será hasta que celebremos felizmente unidos el banquete del Reino celestial. Allí estará Cristo resucitado, armonizando todas nuestras diferencias con la luz que brota incesantemente de su Corazón abierto. Bendito sea».

[Imagen de Thomas en Pixabay]

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