Los Juegos Olímpicos de París
Estos días no ganan sólo los medallistas y sus respectivos países. Tampoco gana sólo la ciudad de París, las grandes marcas o los adictos a este tipo de eventos. En unos Juegos Olímpicos gana la humanidad, porque es capaz de reunirse y de festejar la vida, tanto en lo individual como en lo colectivo. Países y banderas distintas, todos ellos capaces de competir bajo unas mismas reglas para saber abrazarse unos instantes después. Es el sano patriotismo que sabe reconocer que bajo colores e himnos hay personas, lejos de prejuicios, armas e intereses de otro tipo.
En un mundo en guerra, donde a veces nos parece que gana la discordia y donde demasiadas vidas humanas caen en el olvido, hoy empieza una fiesta que pone a las personas al servicio del bien común por medio del sacrificio, del esfuerzo, del compañerismo y de la sana competitividad. Como ocurre cada cuatro años, gane quién gane, los Juegos Olímpicos seguirán siendo una gran noticia, y esto, hoy por hoy, no lo podemos olvidar.
@Pastoralsj
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