Fiesta de San Ignacio de Loyola
El año 1491 nacía un peregrino. Buscador, discípulo del Espíritu, pasó de la nobleza caballeresca a ponderar dentro una cueva la voz de Dios hasta encontrarlo. Fuente inagotable que lo guió hasta Jerusalén, lo fortaleció formándolo en letras y acompañamiento, lo hizo dócil hasta el punto de obedecer lo que no entendía: el sacrificio de esta llamada a Tierra Santa, para el bien de una misión a Roma que encendería otros fuegos. Su legado culmina en los Ejercicios, camino de búsqueda de la voluntad de Dios para millones de cristianos durante siglos, y en las Constituciones, que en 1540 fundaron la Compañía de Jesús.
AMDG, A Mayor Gloria de Dios.
31 de julio, fiesta de San Ignacio de Loyola, el peregrino, el santo de la inseguridad. De la vida a la intemperie. A cielo descubierto, sin techo ni otro reparo alguno. Sin certidumbre ninguna. En referencia continua a Dios. Investigando, discerniendo, buscando sin descanso lo que Dios quiere a través de un método original: los Ejercicios Espirituales. Una forma novedosa de acercarse al Evangelio.
Cortesano, militar, enfermo, peregrino, estudiante, compañero, religioso, sacerdote, escritor, gestor…jesuita. Caras de un mismo anhelo, vivir hoy al modo de Jesús. Agradecido porque intuyó que todo es regalo de Dios. Feliz porque siempre respondió entregando todo. Hasta que dio con la clave: en todo amar y servir.
Hoy es el día de las personas que duermen poco, pero sueñan mucho. Las que ven el futuro como una oportunidad y no como un problema. Todos los que no tienen todo planeado ni decidido. Los que andan perdidos y, también, enamorados. Aquellos que creen que lo mejor está pasando ahora, perdonan rápido y agradecen lento. Los que saben que el devenir de sus vidas depende del futuro de la de los demás. Los de sin ti, yo no.
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