10 Características de la Espiritualidad Ignaciana
La espiritualidad ignaciana no consiste en sumar a todo lo que hacemos otras actividades «más espirituales». No se trata de «…y ahora, además de lo que haces, apártate de todo y ponte a rezar». La espiritualidad ignaciana intenta ayudar a vivir la vida de una forma integrada. Integrar es marcar un horizonte claro en el proyecto personal de vida: un horizonte que da sentido a lo que se va haciendo, que ayuda a vivir reconciliado con uno mismo, con lo demás y con la creación.
La espiritualidad ignaciana es un camino para mirar la vida de una manera nueva, agradecida, con ojos compasivos y comprometidos, con dosis de humor, de sentido común, de apoyo en los demás, de una lectura sabia de nuestro pasado para no tomarnos trágicamente el presente y vivir inspirando futuros. Esa es, en definitiva, la mirada de Jesús de Nazaret.
¿Quieres saber en qué consiste la espiritualidad ignaciana? Aquí te contamos 10 características:
- Buscar y hallar a Dios en todas las cosas.
- Relación personal con Cristo y amor por la Iglesia.
- Reflexión que lleva a la gratitud, que, a su vez, lleva al servicio.
- Contemplación en la acción: acción trascendida por la oración.
- Libertad interior: del conocimiento interno y el discernimiento.
- Fe que promueve la justicia: no hay verdadera expresión de la Fe cuando no hay justicia ni dignidad humana.
- Una visión positiva y comprometida de cómo Dios interactúa constantemente con la creación.
- Para Mayor Gloria de Dios: Alabar a Dios y trabajar con Él en la misión de sanar al mundo.
- Flexibilidad: respetando la experiencia de la vida de las personas.
- Unión de Ánimos: escuchar al Señor que está presente entre nosotros.
Fuente: Compañía de Jesús España
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