Entrevista a Alejandro Tilve SJ durante la XXXIV Asamblea de Provinciales de CPAL
Al finalizar el primer día de la Asamblea de Provinciales de la Conferencia de Provinciales de América Latina, conversamos con Alejando Tilve, actual provincial de Argentina y Uruguay. Aquí explica un poco algunos aspectos de la asamblea, al tiempo que focaliza en la realidad de la provincia a la luz de la CG 36 y de las prioridades de la región.
Como anfitrión de la CPAL ¿Qué tareas tiene planeadas para estos días de encuentro?
Teníamos una primera tarea que era reelegir o cambiar el consejo de la CPAL. Yo era uno de los consejeros pero como me queda un año de Provincial fue bueno que eligieran a otros. Renovaron al vicepresidente y eligieron dos vocales nuevos. Esta quizás fue una tarea más de gestión. Luego, la Conferencia tiene un inicio que consiste en una suerte de informes que presentan las Provincias y los sectores apostólicos. Todo este día está bastante cargado de información, pero también es interesante porque uno se entera de sucesos, de la realidad en distintos países, de la Iglesia en distintos países y de la Compañía de Jesús. En eso, ha sido bien interesante la jornada de hoy. Conocer situaciones de persecución en algunos lugares, así como de ayuda social frente a los desastres naturales en otros…
Luego viene otro conjunto de temas que se vienen tratando como, la cuestión de los Centros de Formación Interprovinciales, y su estatuto. Se va trabajando alrededor de las tres casas de formación: una en Chile, una en Brasil y una en Bogotá; que son cosas que compartimos y nos ocupan a todos los provinciales; y algunos otros temas como, pequeñas reformas de estatuto, el seguimiento económico.
Además, en esta Asamblea hay un tema bien interesante que nos toca que es que al Padre General, a pedido de la Congregación General, le toca renovar las prioridades apostólicas de la Compañía. En este caso tiene el nombre de ‘preferencias apostólicas’. Se trata de evaluar las que teníamos la Compañía en el mundo entero que son África, China, los migrantes, el apostolado intelectual y las casas en Roma y ver cómo nos había ido. De hecho en esas provincias tenemos muchos compañeros de Argentina-Uruguay que han sido destinados a allí.
Después lo que nos tocaría es una evaluación y un planteamiento que corresponde a cada una de las provincias, para desde nuestro lugar, ver las preferencias que tenemos para la Provincia y el mundo entero. De aquí a noviembre tenemos que preparar nosotros nuestro trabajo. Es interesante porque estas preferencias apostólicas nos dan una metodología de discernimiento y unas etapas y ahora nos proponen el trabajo y nos toca a nosotros los Provinciales apoyar el trabajo de cada provincia. Y aquí nos tocará a nosotros, a mí, pensar cómo voy a seguir ese trabajo. Ese es uno de los grandes temas que tenemos.
En el caso de las preferencias, ¿se renuevan o reflexionan porque pierden actualidad las que había o es para invitar a las Provincias a participar más en el discernimiento del destino de la propia Compañía?
Este hecho viene de antes, de la propia Congregación General. Uno de los postulados de la Congregación General era ‘realizar preferencias apostólicas’ que no sólo fueran prioridades, sino que ‘preferencias’ quiere decir ‘con etapas y posibilidad de medir la eficacia del trabajo’. El Padre General está renovándolas porque la Compañía, de alguna manera, se lo pidió a él. Y en vez de hacerlo desde su propia visión y de la escucha de lo anterior, quiere hacer un proceso largo. Me parece que es algo lindo porque esto se quiere incluir dentro de uno los pedidos de la Congregación General que es el ‘discernimiento común’: la planificación pero con discernimiento. Y entonces, nos está introduciendo a que discernamos juntos las regiones, las provincias, las comunidades y las obras, para recién después llegar al General.
Nuestro General al discernimiento común que es una de las últimas cartas que mandó a toda la Compañía en la que habla de la ‘Misión de Reconciliación’. ¿Cómo vive la CPAL, la región ese desafío?
Por ahora como desafío. Es verdad que en la región, en primer lugar, hay algunas experiencias importantes por el tema de la pacificación después de la guerra interna. Es el caso de Colombia con la guerrilla; Centroamérica lo ha vivido; otros países con un flujo migratorio muy grande están tratando de trabajar un poco el tema de la reconciliación, a veces étnica. Hay experiencias importantes. A nosotros como provincia me parece que nos queda como un horizonte el tema de la reconciliación. Yo creo que es un horizonte de todo ministerio, y en realidad quizás lo tenemos muy incorporado aunque no tenemos una explicitación en una misión o en un lugar específico; creo que lo tenemos incorporado. Quizás es una oportunidad para discernir si no tendríamos que focalizar más nuestra reconciliación.
Para los jesuitas de Argentina, de la CPAL, esta dinámica de la Misión Apostólica en cuanto a referencias: ¿cómo se traducen los desafíos más cotidianos que tienen? ¿Qué expectativas hay?
Yo creo que, por lo menos hasta ahora, en nuestra provincia, nosotros tenemos un conjunto muy grande de compromisos. En el área parroquial tenemos muchos jesuitas. En el ámbito educativo, en la educación básica, y en una educación más popular en algunas parroquias, en Fe y Alegría y en educación Superior las Universidades o las Facultades tenemos mucho compromiso. Entonces tenemos dos áreas: Parroquias, Educación y luego creo que Espiritualidad, tenemos muchos jesuitas que trabajan en ese campo. Después, en tareas sociales, solidarias específicas tenemos algunos proyectos en estos campos. Entonces cuando se piensa en la misión, prioridades, preferencias, muchas veces estamos pensando más en cómo enfocar nuestra tarea dentro de estas grandes acciones que parece que son de importancia. Que no son accidentales y que ese compromiso y la propia misión de la Compañía que se ha desarrollado así y se ha renovado históricamente y se sigue renovando en esos campos. Pero entonces yo creo que esto nos trae cómo un énfasis que poner en el modo de enfocar nuestra misión. Y yo creo que ahí es dónde podemos repensarnos de distinta manera. Y ahí poner un énfasis mayor, a veces en dos áreas apostólicas; o apoyando más un lugar. Nosotros tenemos algún lugar con menos recursos o instituciones al que se da un apoyo solidario. Y eso lo hemos comprobado en estos años: que todas nuestras obras tienen como una dimensión social, entonces, algunas están comprometidas más directamente, otras sensibilizando, sea alumnos, colaboradores o gente que acude al campo espiritual o ya sea intentando incidir de alguna manera en algunas universidades, en algunos centros sociales, solidarios o haciendo o acompañando situaciones de dificultad cerca de los pobres como tenemos algunas parroquias en el interior y en el conurbano. Entonces, hemos comprobado que tenemos una fuerte orientación social en nuestras obras junto con un sello muy espiritual además de educativo.
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