Construir Puentes en una Sociedad Fragmentada
Los Obispos Uruguayos publicaron un documento llamado ‘Construyamos puentes en una sociedad fragmentada’. En él habla de la creciente división social que se da en gran medida por un aumento de la pobreza, una reducción en la igualdad de oportunidades y una brecha cada vez más evidente distintos sectores sociales (campo-ciudad; pobreza-riqueza; etc.)
Preocupada por la fragmentación social cada vez más marcada de la sociedad uruguaya, la Conferencia Episcopal del Uruguay (CEU) presentó el documento “Construyamos puentes de fraternidad en una sociedad fragmentada”, elaborado por la Asamblea Plenaria de los obispos, reunida en Florida los primeros días de abril.
En conferencia de prensa el arzobispo de Montevideo, cardenal Daniel Sturla SDB, llamó la atención sobre el “deterioro del relacionamiento social” que se vive en el país, cuando este tradicionalmente se caracterizó por la integración social.
“Es una situación difícil, pero la misma sociedad tiene herramientas para superarlo”, manifestó el purpurado uruguayo.
En este sentido, enfatizó en el “desbalance generacional” que se ocasiona por la baja tasa de natalidad y el alto índice de suicidios. Para los obispos estos fenómenos tienen “raíces espirituales”, dado que la gente “necesita vivir una vida con sentido”, dice el documento.
El arzobispo de Montevideo hizo hincapié en la proporción de niños que viven en la pobreza, la cual, en relación a la totalidad de población pobre, es la más alta del continente. “De cada 1.000 niños menores de seis años, 174 son pobres, mientras que de cada 1.000 personas entre 18 y 64 años, 64 son pobres”, remarcó.
“Nos preocupa muchísimo que una parte importante de las futuras generaciones de uruguayos esté creciendo con menos oportunidades para desarrollarse plenamente”, señala el documento de la CEU. Al tiempo que advierte que esto lo pueden constatar los propios obispos en las visitas que realizan a los centros del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (INISA). “Vemos con dolor cómo la mayoría de los jóvenes compatriotas que están allí vienen de los sectores más empobrecidos de nuestra sociedad”, señaló el arzobispo.
Otro aspecto que preocupa a los obispos es la dicotomía ciudad–campo, un tema que ha estado presente en los últimos meses con el conflicto de los productores. El cardenal Sturla expresó que actualmente esta dualidad también se manifiesta en la proliferación de barrios privados, por un lado, y por otro, los barrios pobres en la periferia.
El cardenal también mostró su inquietud por la cantidad de gente que vive en la calle. Dijo que si bien no tiene cifras, todo parece indicar que son “muchos”. Manifestó que en Montevideo hay 16 grupos pertenecientes a diversas parroquias que salen a repartir comida todos los días de la semana y siempre tienen “clientes”.
“Acá hay un papel clave de la educación, uno de los elementos en los que hay más dificultad, no solo por los resultados, sino también porque las respuestas son lentas”, señaló el arzobispo.
En este sentido, el cardenal insistió con la idea de crear un sistema similar a los CAIF -donde Estado y privados trabajen juntos- para la educación formal. “Es una herramienta fantástica”, manifestó y recordó los buenos resultados que han dado liceos como el Jubilar (Casavalle), Providencia (Casabó) y el centro educativo Los Pinos (Casavalle).
En este sentido, el obispo auxiliar de Montevideo, monseñor Milton Tróccoli, quien también participó de la conferencia, expresó que no se entiende por qué un sistema así puede funcionar para la primera infancia (Caif), para la salud (Fonasa), pero no en la educación.
Monseñor Tróccoli recordó que el Estado debe velar por el bien común de toda la sociedad. Al respecto, llamó a la clase política a dejar de lados los intereses particulares y “buscar políticas públicas que ayuden a caminar hacia una sociedad más fraterna e integradora”.
A su vez, instó a los cristianos a ser “constructores de puentes” en la sociedad, “generando espacios de cercanía” y promoviendo “las experiencias de servicio a los demás”.
El documento de los obispos señala que así como “la Iglesia siempre ha buscado tener un rol activo en la reconciliación nacional, también ahora quiere ‘poner el hombro’“ para aportar a este proceso de integración.
Fuente: AICA
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