Innovación frugal

«Más con menos». Así definió sintéticamente Allan Báez Morales a la innovación frugal, una nueva forma de diseño de soluciones. Baez es Director del Frugal Innovation Hub de la Universidad de Santa Clara, Estados Unidos, y participó en el I Congreso Latinoamericano de Marketing Social que tuvo lugar en la Universidad Católica de Córdoba.

¿De qué trata la innovación frugal?

En resumen, se trata de una estrategia de diseño para mercados emergentes que se basa en los recursos locales. ¿Qué existe localmente para crear soluciones para las poblaciones que no tienen capacidad de pago? Si hiciéramos un comercial, el slogan sería «más con menos». Más impacto, valor agregado para el cliente, con menos energía, tiempo e inversión; porque necesitamos bajar esos parámetros para poder vender un producto para esos mercados con gente de baja capacidad adquisitiva pero que son muchos.

¿Cuándo y cómo nace?

Nace alrededor de la década de los ’50s. Se dice que nace de la innovación gandhiana, sobre la idea que tenía Gandhi de que a las comunidades rurales de India el gobierno nunca llegaría, entonces proponía buscar sus propias soluciones. Esto es un poco propio de comunidades latinoamericanas. Se aplicó con la idea de buscar soluciones improvisadas para un determinado problema de alguna comunidad en particular. La innovación frugal se encuentra en una escala superior en la que establece que esas soluciones pueden llevarse a un mercado y pueden ser replicables y sostenibles. La innovación frugal es entonces esa innovación del concepto. Actualmente es muy usado por grandes empresas como Philips, Unilever, etc, que generalmente producen para el 3% de la población que son los que más tienen, pero existe otro grupo más grande, que tiene necesidades diferentes y un menor poder adquisitivo. Aquí es donde entra la innovación frugal.

¿Cómo lo desarrollan ustedes en Santa Clara?

Nosotros en Santa Clara lo desarrollamos desde la ingeniería, para diseñar soluciones a distintas poblaciones, generalmente de África, Latinoamérica e India. Tenemos la ventaja de ser conocidos mundialmente, entonces empresas, ONG y gubernamentales nos buscan para ese tipo de soluciones, de bajos costos pero de alto impacto para la población. Este grupo de clientes nos dicen cuál es el problema, luego vemos si tenemos la capacidad para hacerlo, buscamos al profesor y los alumnos para iniciar el proyecto. El Laboratorio de Innovación Frugal funciona en la Escuela de Ingeniería. Trabajamos también con salud pública y ciencias ambientales, pero está radicado en Ingeniería.

¿Cuál es la importancia de hacerlo desde una universidad?

La experiencia que significa. Nuestros estudiantes trabajan con gente de Kenia, Uganda, Nicaragua, India, gente que tiene expectativas, que necesitan una solución y, por su parte, nuestros alumnos quieren trabajar para darles esa solución.

¿Con qué financiamiento cuentan?

Contamos con un financiamiento interno de la Universidad. Pero tenemos la gran ventaja de encontrarnos en el valle de Silicon Valley, por lo que nos conectamos con muchas empresas y organizaciones.

¿Cuál es el marco que utilizan para este tipo de diseño?

Para el marco teórico utilizamos el Design Thinking Process para el diseño de soluciones y las diez competencias básicas de la innovación frugal, entre ellas que su enfoque sea en la persona, que las soluciones sean simples, ecológicas, durables, etcétera. Por ejemplo, si están diseñando un sistema de irrigación de agua, se debe pensar en cómo hacerlo simple, que aguante las condiciones climáticas, que sea ecológico, móvil. Debe apuntar a que las soluciones deben ser replicables, sostenibles y escalables. Esto último tiene que ver con el empoderamiento, es decir que la gente entienda cuál es la solución y que la sigan ellos mismos.

Fuente: Universidad Católica de Córdoba

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