Revista MANRESA 379: Diálogo entre la Teología y la Espiritualidad
¿Qué diálogo es posible y necesario establecer entre la Teología que se presenta como una ciencia y por lo tanto, se apoya en fundamentos lógico-racionales, y la Espiritualidad sostenida ampliamente por la afectividad y la experiencia concreta de la fe en una realidad eclesial, cultural e histórica determinada?
Siempre la fe se vive de un modo concreto. En este caso, el elemento de concreción, viene determinado no solamente por la realidad sociocultural y eclesial que vivimos, sino por una manera específica de entender la espiritualidad: nuestra clave hermenéutica es la espiritualidad ignaciana. Una reflexión teológica sin espiritualidad fácilmente se convierte en una ideología religiosa. Y una espiritualidad sin teología, con frecuencia, se ve arrastrada a espiritualismos intimistas y desencarnados. En los grandes maestros de la espiritualidad, teología y espiritualidad aparecen sólida y profundamente unidas, como en nuestro caso es Ignacio de Loyola.
Hace tiempo que la revista MANRESA quería dedicar un número a la relación entre Teología y Espiritualidad Ignaciana en concreto. En el año 2018, dentro de la colección Manresa se publicaba Dogmática ignaciana “Buscar y hallar la voluntad divina” [Ej 1], editado por Gabino Uribarri Bilbao, lo cual, supuso un avance decisivo y cualitativamente importante en esta dirección. Desde ese momento, todos los que trabajamos en Manresa empezamos a pensar en hacer una aportación, quizá más modesta, pero con una clara vocación de ser a la vez práctica y fecunda para todos aquellos que se dedican al ámbito de los Ejercicios Espirituales y de la espiritualidad nacida de Ignacio de Loyola. La praxis, el dar y acompañar Ejercicios ha sido nuestro punto de partida, pero hemos dado un paso más: relacionar propuestas, dinámicas, contemplaciones, “modo y orden”, etc., que encontramos en los Ejercicios Espirituales con cuestiones, conceptos o temas relevantes de la Teología.
Comenzamos con un artículo de Josep Giménez Meliá, miembro del Consejo de Redacción de la revista que desde la consideración de las Tres Maneras de Humildad [164-168], hace una reelaboración del significado de la palabra humildad para el creyente actual. María Dolores López Guzmán, con su artículo, traza el rostro de Jesucristo que se puede descubrir en la espiritualidad ignaciana. Continua María José Schultz, exegeta y profesora de la facultad de Teología de Deusto, que se estrena en nuestra revista, dando pistas para el uso y la contemplación de la Escritura en los Ejercicios espirituales. Eduard López Hortelano desarrolla el tema de la gracia en los Ejercicios desde una comprensión de la gracia y la libertad como una unidad dialéctica.
Continúan dos artículos que relacionan la Teología Moral con propuestas de los Ejercicios: José Ramón Busto se centra en la relación entre la Primera Semana y la concepción del pecado que subyace; y Julio Martínez establece un diálogo entre Moral y espiritualidad ignaciana en torno a los conceptos de libertad y autoridad. Rogelio García Mateo buceará en las “raíces paulinas” en Ignacio de Loyola y Francisco Javier, dos de los fundadores de la Compañía de Jesús.
El número concluye con las tres secciones fijas de la revista: Semblanzas dedicada a un “grande” de la Iglesia y de la Espiritualidad Ignaciana en los últimos tiempos: Carlo María Martini que escribe el jesuita italiano Carlo Casalone. En Ayudas para Ejercicios, David Guendulain escribe sobre el sentido y la relevancia de los sacramentos y la liturgia en los Ejercicios y Javier Cía aborda el tema de las adiciones para la oración. El número no agota el tema, es un humilde primer paso. Probablemente aparezcan, más adelante, otros números que sigan acercándose a esta cuestión desde otros aspectos y perspectivas, que hagan fecundo y rico este necesario diálogo entre Teología y Espiritualidad Ignaciana.+
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