Arquidiócesis de Córdoba: Encuentro con el Obispo
/El jueves 13 de octubre, Mons. Ángel Rossi SJ, convocó a un grupo de jóvenes coordinadores, animadores y dirigentes de grupos juveniles para escucharlos y que le cuenten qué están construyendo en la Iglesia en este tiempo. Compartimos el testimonio de Celina García, religiosa de las Hijas de Jesús, quien comparte con nosotros impresiones generales del evento:
El Señor confía en los jóvenes
El evento realizado en el Seminario Mayor de Córdoba, fue asistido por miembros de la “Pastoral de Juventudes” de la Arquidiócesis, que tuvieron el rol de guiar la conversación, teniendo como finalidad la escucha atenta de los jóvenes, quienes tomaron la palabra la mayor parte del encuentro fueron los jóvenes.
Se abrió el micrófono y el arzobispo retomo algunas citas de la Exhortación apostólica postsinodal, Christus Vivit que sintetizan las convicciones que tiene la Iglesia dadas por el pasado Sínodo de los jóvenes, para este tiempo. Seguidamente los representantes de cada comunidad y parroquia se fueron presentando.
El clima fue de reencuentro, abrazos, saludos… que daba cuenta de cierta familiaridad, alegría y sorpresa por la convocación recibida. Entre mates fue pasando el micrófono de un lado a otro del salón, el cual quedó pequeño, eran más de 100 jóvenes provenientes de zonas céntricas y también del interior de Córdoba.
Luego de la presentación, se dieron un tiempo de reflexión para que los representantes de cada comunidad preparen la segunda parte de la conversación, orientados por cuatro elementos: las necesidades que traen, los límites con los que conviven, que se está construyendo y que sueñan.
Haciendo un intento de síntesis de lo compartido, en esta segunda parte, hay algunos elementos importantes que valen ser destacados. Los jóvenes desean ser acompañados en el itinerario cotidiano y formativo en sus comunidades; que en ese caminar juntos, jóvenes y adultos, puedan “ponerse” sobre la mesa, en diálogo sincero, los diversos temas que abarcan los desafíos de la vida actual y; varios destacaban la formación en prevención y acción para casos de abuso, adicciones y otras problemáticas que afectan a todas las zonas pastorales, especialmente en algunas zonas más que en otras.
El encuentro finalizó con una breve síntesis, por parte del Mons. quien advirtió que es un pecado eclesial no escuchar a los jóvenes, agradeció cada cosa linda que fue compartida, destacó que el próximo año el eje de la Arquidiócesis será la misión, que tenemos que pensar en dos o tres momentos de reunión de “todos los pelajes”. Exhortó a los jóvenes a buscar “liderazgos lindos” en los grupos donde están, que cuiden a los que llegan a sus comunidades especialmente a los frágiles.
Y, como tesoro final compartió dos ejemplos del Evangelio que nos hablan de que Dios confía en los jóvenes, la primera la Virgen María, una muchacha, adolescente de Palestina a quien se confía en su vientre la encarnación del Hijo de Dios y, otro momento el de Juan, el discípulo amado, cuando se le confía, a los pies de la cruz, el cuidado de María, la Madre de Jesús, y desde ese momento Madre de la Iglesia. Ambos eran jóvenes cuando se les confía una tarea grande, porque Dios Confía en los jóvenes.
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