«Bolivia Tiene una Riqueza Única, un Legado para el Mundo»

El padre polaco Piotr Nawrot, misionero del verbo divino presentó una conferencia magistral en la Universidad Católica Boliviana «San Pablo», en la que expuso las características y la gran valía del archivo musical que guarda el país de la etapa misional.

Para el padre Nawrot, la riqueza musical de la época misional en Bolivia es única y, por lo tanto, se trata de un legado de la Iglesia y los pueblos indígenas que debe ser conocido por el mundo entero.

“Después de tres décadas, confirmo que cuando hablamos de música, ni potencias como México o Perú podrían competir con este país. Es lo más grande que hay en toda América”, afirmó Nawrot durante la conferencia “Música del Tiempo de la Colonia Española, en los Archivos Musicales de Bolivia”, desarrollado el lunes por la Universidad Católica Boliviana “San Pablo”, institución que organizó el evento a propósito de su aniversario 52.

Sin duda, el sacerdote es una voz autorizada para hacer tal afirmación. Sus 30 años de estudio sobre la música misional en Bolivia lo avalan como uno de los expertos más importantes del planeta y que actualmente tiene el cargo de director artístico del Festival Internacional de Música Renacentista y Barroca Misiones de Chiquitos, labor que desarrolla hace 21 años.

Nawrot clasificó la música colonial que existió en Bolivia en los siguientes grupos: música traída desde europa por conquistadores y misioneros; música hecha por compositores que fue traída de Europa y la que fue compuesta por criollos en estas tierras; música catedralicia; música conventual, música misional; música afroamericana y la música autóctona de los indígenas.

Respecto a este último tipo de música, Nawrot dijo que gracias a sus estudios y reconstrucción de antiguos archivos musicales puede afirmar que la música autóctona fue escrita en el sistema de pentagrama.

“Eso es muy importante para abrir nuestros horizontes. Quiere decir que los modos de hacer música y su función que tenía antes de la conquista era algo era semejante a lo que traían los misioneros, caso contrario nosotros no podríamos codificarlo en el pentagrama”, dijo.

Esto lleva a pensar, según el experto, que la enseñanza de la música en las reducciones misionales en Bolivia no fue tan difícil dado que ya tenían un conocimiento propio sobre su escritura.

Una de las características de la música misional fue que era interpretada en la lengua originaria. Muchas de las reducciones jesuíticas y de otras órdenes religiosas llegaron a distintos países del continente americano, sin embargo, su música no fue conservada y llegó a perderse.

Esto no pasó en Bolivia, debido a que los indígenas supieron mantener el legado musical con el paso de los años, a tal punto, que muchas composiciones que fueron creadas en las misiones de Argentina o Paraguay y que se creían perdidas fueron encontradas en los archivos musicales de las Misiones de Chiquitos de Santa Cruz.

Los manuscritos de Chiquitos

Para el especialista, uno de los tesoros musicales del tiempo de la Colonia en Bolivia está en el archivo de las Misiones de Chiquitos, obras que fueron rescatadas y sometidas a un cuidadoso trabajo de restauración, labor de la que también participó Nawrot, quien no solo los conservó y transcribió, sino que hizo que las interpretaran para conocer su grandiosidad.

Se habla de al menos 3.000 partituras de música barroca misional que fueron compuestas durante la época de las misiones jesuíticas para que sean interpretadas en las distintas iglesias y catedrales del oriente boliviano.

“Hoy en día el manuscrito de Chiquitos es uno de los mejores restaurados de toda América. Nos ayudaron embajadas y universidades. Esto está protegido de tal manera que si el manuscrito se quema, tenemos copias por doquier”, dijo.

Nawrot contó que durante sus casi 30 años de investigación en la llanura boliviana pudo contabilizar al menos 13.000 páginas correspondientes solamente a la música misional.

“¿Cómo pensaban los indígenas? ¿Por qué guardaban la música de generación en generación?”, se preguntó el experto, quien mostró el amplio repertorio misional que tan solo corresponde al pueblo chiquitano, mojeño y guaraní, mismo que está clasificado en música vocal e instrumental.

Para ese tiempo, los indígenas eran considerados grandes intérpretes de música, lo que generó interés de compositores europeos que decidieron llegar hasta América para compartir sus composiciones.

Una particularidad de los indígenas, según Nawrot, era que reinventaban sus composiciones a partir una música europea, ya que ellos tenían una visión que iba más allá de la hermosura y sofisticación de los acordes.

“Consideran cambiar las cosas porque sienten que el músico en europeo quiere en mostrar más su técnica y para los indios, y esto se vive en la actualidad también, es distinto. La música en las misiones debe ser alabanza a Dios y una forma de acercarse a él”, explicó.

Nawrot indicó que la música misional contenía tres características que la diferenciaba de otras composiciones de ese tiempo.

“Esta música es bella, es espiritual y tiene mensaje”, agregó.

“La historia de la música debe ser reescrita…”

Para el experto, la historia de la música en América debe ser reescrita debido a los últimos hallazgos hechos en Bolivia que muestran que, a diferencia de lo que se creía, en este continente si se compuso música barroca.

“Después de 30 años de investigación que se hacen en Colombia, México, Perú y en Bolivia, tenemos que reescribir la historia de la música, porque lo que se ha encontrado aquí no se ha tomado en consideración”, argumentó.

Un tesoro que debe ser compartido

Por todo lo expuesto, Nawrot aseguró que los archivos musicales de Bolivia de la época misional no deben permanecer en un museo en el país, sino que deben salir de esos espacios para interpretarse y compartirse con el mundo “dado que son un patrimonio universal”.

“Con esta música de Bolivia estuve en salas de Londres, en Ámsterdam, Viena, Nueva York, Washington y la gente lo aplaude de pie”, indicó.

Asimismo, ponderó el trabajo de las órdenes religiosas que llegaron a Bolivia no solo a catequizar a los indígenas, sino que compartir un legado que pervive hasta nuestros días gracias a la sabiduría de sus intérpretes.

Nosotros estamos comenzado a abrir nuestros ojos y odios para estudiar y escuchar la grandeza de lo que es Bolivia en el campo de la música antigua”, finalizó, no sin antes expresar su deseo de que las universidades del país asuman la responsabilidad de estudiar su historia musical abriendo facultades de musicología.

“En Bolivia no hay ninguna facultad de musicología. Los indígenas han sido prudentes, sabios y creyentes. Aprendamos de ellos y hagamos algo”, aseguró.

Fuente: Noticias Fides

 

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