Vaticano: un nuevo documento pide una ‘verdadera pastoral de la vida humana’

Se trata de un texto publicado por el Dicasterio para los Laicos, la familia y la vida con motivo del 30º aniversario de la encíclica «Evangelium vitae» de San Juan Pablo II.

«En este tiempo de graves violaciones de la dignidad humana, en muchos países plagados de guerras y de todo tipo de violencia (especialmente contra las mujeres, los niños -antes y después del nacimiento-, los adolescentes, las personas con discapacidad, los ancianos, los pobres, los migrantes) es necesario dar forma a una verdadera Pastoral de la Vida Humana», indica el cardenal Kevin Farrell -Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida de la Santa Sede- en la introducción del documento, titulado ‘La vida es siempre un bien’.

El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida desafía así a los católicos a «promover iniciativas concretas que ofrezcan alternativas concretas al aborto, la fertilización in vitro, la eutanasia y el suicidio».

El documento, destaca la necesidad de «iniciar procesos eclesiales para promover una Pastoral de la Vida Humana, con el fin de defenderla, protegerla y promoverla en los diferentes contextos geográficos y culturales, en un momento de gravísimas violaciones de la dignidad humana».

El Dicasterio recuerda también, en el texto, la declaración ‘Dignitas infinita’, publicada en abril de 2024 por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe.

«La vida de cada hombre y de cada mujer debe ser siempre respetada, preservada y defendida. Este principio, reconocible también por la razón pura, debe ponerse en práctica en cada país, en cada pueblo, en cada hogar», se agrega.

El Vaticano subraya, además, que el nuevo subsidio es fruto del diálogo constante con los obispos.

«Los principales destinatarios de esta ayuda pastoral son los obispos, quienes, en sus frecuentes visitas ad limina a la Santa Sede, siempre han reafirmado la urgencia de un esfuerzo por proteger y promover la vida y la dignidad de toda persona humana», afirmó monseñor Dario Gervasi, vicesecretario del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.

«Queremos apoyar el camino de cada diócesis para que pueda invertir los recursos necesarios en una formación más eficaz de los laicos y aumentar la conciencia de las nuevas generaciones sobre el valor de la vida humana», se añade en el comunicado de prensa.

El volumen, disponible en el sitio web del Dicasterio en italiano, inglés, francés y portugués -próximamente también lo estará en español-, propone «un método actualizado para favorecer la Pastoral de la Vida de manera integral en las diversas diócesis del mundo».+

Acceso al documento completo bit.ly/4l4MngB

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Reflexiones Jubilares: cómo romper el ciclo de la deuda, la pobreza y la crisis climática

El curso del Cebitepal (Centro de Formación del Celam) ofreció una oportunidad única para profundizar en el papel de los cristianos como Peregrinos de la Esperanza frente a los desafíos contemporáneos de las poli crisis.

Los participantes, entre el 5 de febrero y el 12 de marzo, analizaron interrelaciones entre la deuda, la pobreza y la crisis climática, fomentando acciones concretas en sus territorios en el contexto de la celebración del Jubileo 2025: Peregrinos de la Esperanza. Las reflexiones se fundamentaron en la Doctrina Social de la Iglesia y el Magisterio Latinoamericano, haciendo hincapié en la Ecología Integral, resaltando el carácter social de la evangelización y la importancia de la sinodalidad.

El curso fue el resultado de una colaboración entre los cuatro Centros del Celam: Formación, Comunicación, Gestión del Conocimiento, y Programas y Redes de Acción Pastoral, en asociación con Cáritas Latinoamericana y la Conferencia Latinoamericana de Religiosos (CLAR). La programación incluyó un análisis de la realidad socioeconómica, política, ambiental y psíquica de América Latina y el Caribe, dirigido por Francisco Campos del Centro de Gestión del Conocimiento del CELAM.

Deuda, justicia social y alternativas económicas

El tema de la deuda y sus impactos fue abordado por Emilce Cuda, secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina, y Alessandra Miranda, coordinadora de la Dimensión Sociotransformadora de la CNBB. La necesidad de justicia climática, social, alimentaria y fiscal fue explorada por Gabriela Blanco (Cáritas Argentina) y Giovana Kanas (Cáritas Brasileña).

Por otro lado, los desafíos del desarrollo, subdesarrollo y dependencia económica fueron presentados por Marina Oliveira, doctoranda de la PUC Minas, mientras que Agustín Sálvia del Observatorio Social Argentino de la Universidad Católica Argentina analizó el papel de los pobres en la economía contemporánea.

Caminos posibles para romper el ciclo de la deuda, la pobreza y la crisis climática fueron el tema de la conferencia de José Óscar, coordinador de Gestión del Conocimiento, Programas y Proyectos de Cáritas Latinoamericana y Caribeña.

Economía solidaria y alternativas al modelo vigente

El curso también incluyó intervenciones del Padre Francisco Hernández, director del Ceprap, quien destacó la necesidad de formar discípulos misioneros para enfrentar las complejas relaciones entre la deuda, la pobreza y la crisis climática. El Padre Israel, secretario adjunto de la CLAR, subrayó el papel de la vida consagrada en la promoción de la economía solidaria, el trabajo cooperativo, la agroecología, la autonomía territorial y el rescate de la economía popular como alternativas al modelo actual de crisis sucesivas.

Llamado a la conversión integral y al compromiso social

El cierre del curso, el 12 de marzo, contó con un saludo especial del Cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, quien destacó la interconexión entre la deuda, la pobreza y la crisis climática y llamó a los participantes a vivir el Jubileo con compromiso, justicia y reconciliación. En la apertura del curso, el presidente del Celam y la CNBB, Cardenal Jaime Spengler, invitó a los participantes a comenzar esta jornada formativa con una conversión integral de mente, corazón y responsabilidades.

La formación fue coordinada por Augusto Martins, estudiante de la Licenciatura Canónica en Teología Pastoral en el Cebitepal, bajo la dirección institucional del director, el Padre Fábio Antunes (Cebitepal), y la secretaria académica Sofia Brizuela. La iniciativa surgió de la intuición de la Plataforma Economías de América Latina y el Caribe, vinculada al Ceprap, con el objetivo de fomentar formaciones integradas que ayuden a los pueblos a organizarse hacia una sociedad más digna, fraternal, sostenible y ética.

Inspirado por el Papa Francisco, el curso propuso un «peregrinar jubilar», en el cual los participantes fueron llamados a crecer en madurez y conciencia, pues, como destaca el pontífice: «La esperanza necesita organizarse».

 

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Mujeres argentinas: compromiso por la justicia y la equidad en el Jubileo de la Esperanza

El Área de Mujeres de la Conferencia Episcopal Argentina reafirma su lucha por la justicia, la igualdad y la dignidad, recordando el llamado de Francisco a construir un mundo más justo e inclusivo.


En el marco del Jubileo de la Esperanza, el Área de Mujeres, perteneciente a la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), comparte su mensaje para el 8 de marzo, en el que reconoce la incansable lucha de las mujeres argentinas por la justicia, la igualdad y la dignidad en la sociedad.

Recordando que Francisco ha destacado la importancia de las mujeres en la construcción de un mundo más justo y humano, señalan se señala que «esa capacidad para combinar fortaleza y compasión es crucial para promover la justicia y la paz en nuestro país».

«La realidad argentina nos muestra que, a pesar de los avances, persisten desafíos significativos», se lamenta, y se enumeran, entre otros, la violencia de género, la desigualdad laboral y la falta de representación en espacios de toma de decisiones.

«Son obstáculos que debemos superar juntos», se consideran, y se plantea que «es necesario escuchar y consultar a las mujeres, en la construcción de políticas justas y equitativas».

Con el impulso dado por el Papa Francisco para trabajar activamente para eliminar las barreras que impiden la plena participación de las mujeres en todos los sectores, se expresa: «Nos sentimos especialmente cerca de las mujeres que sufren a causa de la pobreza y la falta de oportunidades, y nos comprometemos a trabajar para que la esperanza vuelva a nacer en sus corazones».

«En este Jubileo de la Esperanza, renovamos nuestro compromiso con la promoción de acciones concretas en búsqueda de la justicia y la equidad en la Argentina», se asegura, en el mensaje titulado «Esperanza para las mujeres«.

Además, se indica que, siguiendo las enseñanzas del Papa Francisco y las orientaciones de la Conferencia Episcopal, «nos unimos en la construcción de una sociedad y de una comunidad eclesial donde cada mujer sea valorada, respetada y pueda desarrollar plenamente sus talentos y vocación».

«Que este día sea una oportunidad para reflexionar, celebrar los logros alcanzados y fortalecer nuestro compromiso, con un futuro más justo e inclusivo para todas las mujeres argentinas. Que la Virgen de Luján, mujer de esperanza, nos fortalezca y acompañe», concluyen las integrantes del área.+

“MISIONEROS DE LA ESPERANZA”, tema del Día Mundial del Migrante

Se ha anunciado el tema elegido por el Papa Francisco para el 111° aniversario, que este año no se celebrará como de costumbre el último domingo de septiembre, sino los días 4 y 5 de octubre con ocasión del Jubileo del Mundo Migrante y Misionero

 

“Migrantes, misioneros de la esperanza” es el tema elegido por el Papa Francisco para la 111 Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, que este año no se celebrará como de costumbre el último domingo de septiembre, sino que se celebrará el 4 y 5 de octubre, con ocasión del Jubileo de los Migrantes y del Mundo Misionero.

 

El anuncio lo hace una nota del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral (DSDHI), encargado de la organización de la Jornada, que subraya que “a la luz del Jubileo, el tema pone de relieve el coraje y la tenacidad de los migrantes y refugiados, que dan testimonio cada día de su esperanza en el futuro a pesar de las dificultades. Es la esperanza de alcanzar la felicidad incluso más allá de las fronteras, la esperanza que les lleva a confiarse totalmente a Dios”.

 

«Los migrantes y refugiados se convierten en ‘misioneros de la esperanza’ en las comunidades donde son acogidos – afirma el DSDHI -, contribuyendo a menudo a revitalizar su fe y a promover el diálogo interreligioso basado en valores comunes. Recuerdan a la Iglesia el objetivo último de la peregrinación terrena, es decir, alcanzar la futura Patria».

 

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JESUITAS EN SIRIA: «Nuestro país se está recuperando»

En esta sentida declaración sincera y portadora de esperanza, los jesuitas en Siria reflexionan sobre la situación del país que se esfuerza por alcanzar la unidad y la reconciliación en medio de los desafíos actuales. Los jesuitas piden un proceso de sanación que trascienda el miedo y la división y un compromiso conjunto para trabajar por una Siria mejor.


Hombres y mujeres sirios, hermanos y hermanas en un país digno de la vida:

Los jesuitas en Siria formamos parte del pueblo sirio, con el que y para el que nosotros trabajamos. Nuestras preocupaciones son las suyas, y nuestros sueños son los suyos… Somos libres del régimen de Assad, pero aún no somos libres del miedo. Buscamos el diálogo nacional, pero la percepción que tenemos los unos de los otros sigue distorsionada, porque las heridas a la fraternidad aún no han cicatrizado. Hoy tenemos que emprender, juntos y decididamente, un proceso de curación.

 

Confesamos

En una declaración que emitimos en 2011 sobre los acontecimientos en Siria, reflexionamos sobre la unidad nacional, el diálogo, la libertad de expresión y el rechazo a la violencia. Desde 2011, hemos hecho todo lo posible para solidarizarnos con los que sufren, por servir a nuestro país. Cuando sus hijos y sus hijas se sacrificaban generosamente como mártires, detenidos, ausentes o desplazados, las vidas del P. Frans van der Lugt y del P. Paolo Dall’Oglio fueron la mejor expresión del deseo de estar unidos a nuestro pueblo. Pero no siempre fuimos fieles, también a nosotros nos atenazó el miedo, y a veces nos callamos cuando había que alzar la voz de la verdad.

 

Creemos

Creemos en la bondad y en la libertad del hombre. Creemos que cada uno merece encontrar su lugar en la sociedad. Creemos que la dignidad de un individuo es inseparable de la dignidad de los demás, que nuestro mundo hoy necesita puentes, y confianza para alcanzar la reconciliación. Reconocemos los desafíos y las dificultades a las que nos enfrentamos, creemos que todos somos socios en la construcción y recuperación de este país. Esperamos con impaciencia un país que una a todos sus hijos e hijas, que preserve su libertad y su dignidad sobre la base de los valores que nos unen, como la fraternidad y la hospitalidad, el valor y la apertura, la confianza y la responsabilidad.

 

Nos comprometemos

En armonía con nuestra fe y nuestras aspiraciones, enraizados en los valores que nos unen, nos comprometemos a caminar con aquellos que tienen el valor de superar sus debilidades y sus limitaciones, nos comprometemos a caminar con aquellos que están abrumados por la desesperación o perdidos, para encontrar juntos el camino de la vida, y de la esperanza.

Juntos, traduciendo y promoviendo en nuestras vidas, a nivel social, artístico, académico o espiritual, los valores que nos unen, contribuyamos a curar las heridas que desfiguran la fraternidad. ¡Juntos, construyamos una Siria sana, valiente y liberada!

Damasco, 6 de febrero de 2025

 

Texto original en árabe

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P. Arturo Sosa SJ. Mensaje de Navidad 2024. ¡La esperanza no defrauda!

El nacimiento de Jesús, pobre y humilde, fue una “revolución” silenciosa y decisiva que generó una transformación fundamental de la humanidad. La Navidad es el gozoso cumplimiento de la promesa de salvación de Dios, en quien ponemos nuestra Esperanza.

Como experimentamos en la Contemplación de la Encarnación en los Ejercicios Espirituales, la mirada amorosa de la Trinidad revela un mundo de extremas desigualdades y polarización: el bien y el mal, el amor y el odio, la alegría y la tristeza, los ricos y los pobres, la paz y la guerra, la vida y la muerte. En un contexto, no muy diferente al nuestro hoy, en el momento señalado, Jesús tomó nuestra condición humana y plantó su tienda entre nosotros (Juan 1:14). Con San Ignacio de Loyola, pedimos la gracia del conocimiento interno de Jesús, para amarlo más profundamente y seguirlo más de cerca (Ejercicios Espirituales 101-109).

A pesar de los enormes progresos realizados en diversas esferas de la actividad humana, nuestro mundo sigue acosado por inquietantes desafíos como la degradación ecológica, la pobreza deshumanizante, la crisis de liderazgo, los desplazamientos masivos de pueblos y conflictos y guerras devastadores. A todos los que instigan el conflicto, y a los que se benefician de la guerra, queremos gritarles ¡deténganse! ¡Ya basta! A todos los que han sido relegados a los márgenes de la sociedad, cuya dignidad está herida, y que soportan el peso de la agitación continua, los exhortamos a crecer en la Esperanza que no defrauda.

La Compañía de Jesús, en colaboración con nuestros partners en la misión, continuará ejerciendo su ministerio en lugares variados, complejos y difíciles, para llevar la luz del Evangelio y trabajar por la justicia, la paz, la sanación y la reconciliación. Que esta Navidad marque el comienzo de un cese el fuego tan necesario para dar paso al final de los sangrientos conflictos que desfiguran nuestro hermoso mundo en forma pacífica, justa y equitativa.

El Sínodo sobre la sinodalidad, recientemente concluido, llama a todo el Pueblo de Dios a convertirse en “peregrinos de esperanza” (Documento final, n. 115). En la víspera de Navidad, el Papa Francisco inaugura el Jubileo de la Esperanza. Nuestro mundo anhela “una esperanza que no defraude” (Rm 5,5), una esperanza que esté enraizada, inspirada y alimentada por el pobre y humilde Jesucristo, que entregó su vida por amor a la humanidad.

En esta Navidad nos unimos a los millones de peregrinos que visitarán Roma para el Jubileo de la Esperanza 2025, y por los millones más que celebrarán el Jubileo en sus diócesis y países de origen. Pedimos que cada uno de nosotros, y todos nosotros, seamos portadores e instrumentos de Esperanza en nuestro mundo.

Puesto que “Él [Jesús] nos amó” podemos seguir el consejo del Papa Francisco, y aprender del corazón de Jesucristo cómo “relacionarnos unos con otros de manera sana y feliz, y construir en este mundo el reino de amor y justicia de Dios. Nuestro corazón, unido al corazón de Cristo, es capaz de obrar este milagro social” (Dilexit nos, n. 28 – Carta Encíclica del Papa Francisco “Sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo”).

Que el nacimiento de Jesús, el Príncipe de la Paz, encienda el amor y la esperanza en nuestros corazones, en nuestras familias, comunidades, ministerios y en nuestro mundo.

¡Les deseo una Feliz Navidad y un Año Nuevo 2025 lleno de esperanza!

Arturo Sosa, SJ

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Desmontando el mito migratorio: 5 verdades incómodas

En el marco del Día Internacional del Migrante, tuvo lugar en Valencia la Conferencia: Desmontando el mito migratorio, 5 verdades incómodas, impartida por Alberto Ares Mateos, director del Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) Europe e investigador del IUEM de la Universidad P. Comillas.

Un evento organizado por el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) Valencia, como un espacio donde poder tratar algunas creencias que subyacen en torno al tema de las personas migrantes y su integración en la sociedad. En este contexto, se abordaron varios mitos migratorios sobre cuestiones relevantes de la gestión de la diversidad y la realidad de la movilidad humana a nivel estatal, europeo y global.

[…]

Seguidamente se recogen 5 mitos sobre la realidad migratoria sobre las que Alberto Ares diálogo en su presentación. Sobre cada uno de estos mitos, Ares presenta la realidad con datos desde estadísticas oficiales, estudios especializados de gobiernos, universidades y organismos internacionales, así como de instituciones especializadas tanto en el ámbito económico, social, político y de seguridad.

1.- “Nos invaden”

Los niveles de migración internacional se han mantenido relativamente estables durante años, representando el 3% de la población mundial. Asimismo, el porcentaje de población que llega a España y a Europa de forma irregular cada año no supera el 5 o 10% de la migración total. En España, el crecimiento de población de los últimos años se debe al incremento de las personas migrantes, que han aportado considerablemente a nuestra economía y nuestra sociedad envejecida.

2.- “Reciben más ayudas”

Las personas migrantes aportan más de lo que reciben al estado, contribuyendo significativamente al crecimiento económico y la innovación. La verdad es que los inmigrantes aportan a la economía mucho más de lo que reciben en ayudas. Así lo avala un reciente estudio en la comunidad murciana que demuestra que, los inmigrantes aportan al Estado un 70% más de lo que reciben, y un 30% más que los españoles nativos. Durante el periodo 2014-2018, los inmigrantes en la UE aportaron una cantidad neta de más de 1.500 euros anuales per cápita, lo que supone 47 veces más que la población nativa.

3.- “Menos seguridad”

Este mito relaciona la inmigración con el aumento de los índices de delincuencia. No hay pruebas que apoyen la afirmación de que la inmigración aumenta la delincuencia. De hecho, algunos estudios muestran un descenso de la delincuencia en ciudades con alta inmigración. Datos del Instituto Nacional de Estadística español indican que los españoles cometen más delitos que los extranjeros en términos absolutos. Asimismo, los estudios demuestran que la regularidad promueve la seguridad, es decir, la estancia regular permite a las instituciones saber quién vive en sus comunidades y qué necesidades tienen, así como asegurar la responsabilidad de todos los miembros de la comunidad ante la justicia y ante sus vecinos; así como proteger a las personas de la explotación laboral y abusos.

4.- “Nos quitan el trabajo”

Este mito crea un ambiente de competencia entre los trabajadores nativos y las personas migrantes. Los estudios demuestran que, por lo general, los migrantes no compiten por los mismos puestos que los trabajadores locales, y a menudo desempeñan funciones esenciales en sociedades envejecidas. De hecho, 9,93 millones de ciudadanos extracomunitarios estaban empleados en la UE en 2022, lo que representa el 5,1% de la mano de obra total. Por otra parte, las personas migrantes de países no pertenecientes a la UE ganan aproximadamente un 30% menos que los trabajadores españoles.

5.- “Más muros”

Este es un mito muy extendido, pero la realidad demuestra que las medidas restrictivas de control fronterizo para reducir la inmigración son ineficaces y causan muertes y deshumanización. Aunque el mundo ha visto multiplicarse por diez la construcción de muros desde 1990, estas barreras no han frenado la migración. Como nos recuerda el Papa Francisco: “Todos, todos los muros caen, hoy, mañana, o dentro de cien años, pero todos caen. No es una solución. El muro no es una solución. Construyamos puentes y no muros. Puentes que nos permitan derribar los muros de la exclusión y la explotación. Pasemos de la cultura del rechazo a la cultura del encuentro”.

[…]

@religiondigital | t.ly/3UeBN

ACOGER LA SALVACIÓN CON GESTOS CONCRETOS DE JUSTICIA *

El Evangelio del Tercer Domingo de Adviento nos presenta el cambio de vida que Juan proponía a todos los que lo buscaban a orillas del río Jordán. Este cambio debía traducirse en modificar efectivamente las actitudes. No bastan declaraciones de buenas intenciones; la conversión debe manifestarse con gestos. Sin embargo, las personas pedían orientaciones más concretas. El Evangelista cuenta que ellos preguntaban: «¿Qué debemos hacer?» Esto significa la disposición para repensar la propia vida y para acoger la propuesta de salvación que viene de Dios.

En su respuesta, Juan no pide gestos piadosos o prácticas religiosas especiales; sino que propone acciones muy concretas, que van en dirección a una vida más humana, más justa y más fraterna. Podemos observar en este Evangelio que los «frutos de conversión» que Juan pide se refieren a comportamientos y actitudes hacia el prójimo. La mejor manera de preparar el camino al Señor que viene es, simplemente, cuidar nuestras actitudes hacia los hermanos y hermanas; la mejor forma de preparar el mundo para acoger la Salvación que viene de Dios es construir una sociedad más justa, más solidaria y más fraterna.

Aplicando este Evangelio desde la perspectiva del migrante y el refugiado, podemos decir que 281 millones de migrantes en todo el mundo han dejado su lugar de origen y, sin duda, muchos de ellos están entre los que pasan hambre porque algunos monopolizan los bienes que pertenecen a todos. Estamos llamados a responder con misericordia a nuestros hermanos y hermanas migrantes y refugiados.

El Papa Francisco nos dice que la realidad de la migración hoy es «una herida que grita al cielo; no queremos que la indiferencia y el silencio sean nuestra respuesta.» Que en este tiempo de Adviento, preparándonos para acoger al Señor que viene, nos dispongamos a un cambio que se traduzca en una nueva forma de mirar a las personas migrantes y refugiadas y a acoger a cada hermano y hermana que Dios pone en nuestro camino. ¡Que la alegría del Dios migrante que viene hasta nosotros sea nuestra esperanza!

Hna. Janete Ferreira, mscs. | @uisg.org

* Adviento y Migrantes: 3ª semana. «Adviento y Migrantes» quiere ser un espacio de reflexión sobre temas de gran relevancia social y humana, con una atención particular a la condición de los migrantes. t.ly/Z7s2a

DOLOR, INDIGNACIÓN, SOLIDARIDAD

 

 

Me piden mis compañeros de Cristianisme i Justícia unas palabras sobre lo que estamos viviendo en la provincia de Valencia en estos días, desde el trágico martes 29 de octubre.

 

No es fácil. Además, yo soy de los privilegiados que por vivir en Valencia capital apenas hemos sentido los efectos de la DANA. Sí muchos conocidos, amigos, compañeros de trabajo… Me salen fundamentalmente tres palabras y una reflexión final.

Darío Mollá sj |

 

La primera palabra es ‒no puede ser otra– DOLOR. Un dolor inmenso de proporciones gigantescas en calidad y en cantidad. El dolor de pérdidas humanas, de personas desaparecidas, arrebatadas en segundos por la fuerza del agua desbocada; el dolor de una angustia sostenida durante horas. El dolor de perder el hogar, los bienes indispensables, los medios de subsistencia… Las promesas de ayuda quedan lejos y la verdad, vistos los antecedentes, no tienen mucha credibilidad. Ahora son palabras; después vienen los papeles interminables y complicados, la burocracia, las respuestas que no llegan… Dolor por el presente y angustia por el futuro.

 

La segunda palabra, que suena tan fuerte como la primera, es INDIGNACIÓN. Quiero hacer un esfuerzo ‒que no me resulta nada fácil‒ de no entrar en consideraciones políticas de parte y de partido. Pero la sensación de abandono por parte del Estado ‒en todos sus niveles‒ es máxima. Los sucesos del domingo pasado durante la visita de los Reyes a Paiporta son suficientemente explícitos. Hoy mismo, ocho días después, el aspecto de muchas calles de las ciudades afectadas sigue siendo dantesco. ¡Ocho días después, en el siglo XXI, en la superdesarrollada Europa!

 

La tercera palabra, la palabra que abre todo este dolor e indignación a la esperanza, es SOLIDARIDAD. Las muestras de solidaridad, particularmente de la población joven, han sido y siguen siendo impresionantes. Confieso que me emocioné al ver el día 1 de noviembre a las seis y media de la madrugada miles de jóvenes en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia dispuestos a pasar un puente festivo quitando barro y ayudando a la gente. En los puntos de recogida la acumulación de alimentos, objetos de higiene, etc. es impresionante… aunque después haya dificultades para su distribución. Seguramente todo lo que estamos viendo nos va a replantear muchos tópicos sobre la juventud actual.

 

Y quiero acabar con una mención que me parece de justicia. Tiene que ver con el papel de la Iglesia en todo este movimiento solidario. Obviamente, sin protagonismos, pero con una fuerza enorme. Cáritas, parroquias, movimientos juveniles, sacerdotes… Silenciados, no ignorados. Porque vivimos en unos tiempos donde parece que no se puede hablar bien de la Iglesia cuanto toca. Pero los damnificados sí que saben que pueden contar con ella desde el primer momento.

 

Darío Mollá sj | t.ly/UCONu

[Imagen de Bgasco, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons]

Mons. García Cuerva: ‘Hay que reconstruir la Argentina desde el corazón’

El arzobispo de Buenos Aires llamó a la responsabilidad social, y consideró necesario «tender puentes de fraternidad y generar diálogo». Fue en el marco de la XXVI Jornada de Pastoral Social porteña.

«A la hora de pensar en la reconstrucción de nuestra Argentina, hay que tender puentes de fraternidad y generar diálogo. Tenemos que empezar por la conversión del propio corazón. Los argentinos, en general, somos especialistas en hacer diagnósticos. Hacemos siempre un panorama, en general bastante trágico, de lo que vivimos como sociedad», planteó el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva.

Fue en su intervención en la XXVI Jornada de Pastoral Social, que se realizó el 23 de noviembre en la sede de Foetra, con el lema «Fraternidad y amistad social: caminos para la paz y el desarrollo integral».

El programa del encuentro, que reunió a dirigentes sociales y políticos de distinta extracción, hablaba de «un saludo» del arzobispo porteño, pero ni bien empezó, monseñor García Cuerva aclaró: «Vamos a decir algo, un poquito más que un saludo, quizá un poco menos que un mensaje».

El prelado fundamentó su exposición en la última encíclica del Papa Francisco, Dilexis nos, sobre la devoción al Sagrado Corazón, y en la que el pontífice también plantea la necesidad de «la reparación social».

«Necesitamos volver a la Palabra de Dios, para reconocer que la mejor manera y la mejor respuesta al amor del corazón de Jesús es amar a los hermanos», subrayó, leyendo un párrafo del texto apostólico.

Monseñor García Cuerva lamentó que los argentinos no puedan salir de los «diagnósticos, en los que, en general, siempre la culpa la tiene otro».

«Creo que, junto con eso, tenemos el otro problema, y es que también sabemos de todos los temas», expresó.

Monseñor García Cuerva expresó su deseo de que, desde el propio corazón, «podamos marcar la diferencia, porque tenemos una mística que nos es propia».

«Una mística que nos lleva a hacer del diálogo y de la fraternidad una cultura. Es una enorme responsabilidad, desde el propio corazón, entre todos trabajar por la reparación social, porque el clamor, como dije, de nuestros hermanos más pobres, nos tiene que doler profundamente y clama al cielo».

El encuentro fue encabezado por el responsable de la Comisión Arquidiocesana de Pastoral Social, presbítero Carlos Accaputo, y contó con la presencia de dirigentes sociales, sindicales y políticos, entre ellos Héctor Daer, Sergio Palazzo, María Rosa Muiños, Federico Storani, Jorge Argüello, Federico Pinedo, José Urtubey, Gabriel Mraida, Roberto Feletti y Alejandro Gramajo.+