La oración judía de las mujeres

LA ORACIÓN de las mujeres judías representa un vasto campo de verdad en la literatura hebrea y abre cuestiones complejas. De orígenes antiguos, rastreables ya en la Torá. El ejemplo más arcaico sea el cántico de Miriam acompañado por el coro femenino con danzas y tambores que sigue al cántico de Moisés después de que el pueblo judío cruzara el Mar Rojo (Éxodo 15,20-21). Otras dos mujeres lograron elevar cánticos al Señor como ningún hombre lo hizo jamás: la profetisa Débora tras la victoria sobre Sísara (Jueces 5,1-31), y Ana que suplicó al Señor poder ser madre (Samuel 1,13). Esta súplica silenciosa en la que la desesperación de la mujer se revela en el movimiento de sus labios, viene seguida de una posterior oración de alabanza por el nacimiento de su hijo Samuel, el futuro profeta, que inspirará la súplica de la mujer en busca de un hijo y que tiene su precedente en las invocaciones de matriarcas estériles, empezando por Raquel (Génesis 30,6).

Desde el principio, la oración femenina ha tenido un papel significativo en el ámbito público y en el privado y se ha caracterizado por sus temas y estilos personales. A las antiguas oraciones de alabanza y súplica se suman las vinculadas a las mitzvot (mandamientos) dirigidas específicamente a las mujeres, así como los hombres se reservan para otras cuya ejecución debe ser a una hora o parte del día establecida. Así, por ejemplo, las mujeres no están obligadas a usar el talleth ni a ponerse tefilín (ambos accesorios litúrgicos) precisamente porque son mitzvoth relacionados con momentos específicos del día. Hay excepciones en las que las mujeres cumplen mandamientos litúrgicos en momentos específicos: la participación en el seder de Pesaj, la lectura de la Meguilat Esther en Purim y el encendido de las luces de Janucá.

Encendido de las velas

A ellos se suma la oración vinculada al encendido de las velas de Shabat, la primera festividad mencionada en la Torá y observada hasta por el Señor (Génesis 2,3). Es la mujer de la casa quien tiene el honor de cumplir esta mitzvá, a diferencia del hombre que da la bienvenida al Shabat participando en la oración en la Sinagoga. Como explica el Talmud, la mujer tiene el privilegio de acoger el sábado en su hogar.

Mi madre bendice las velas como en el cuadro de la lituana Antonietta Raphaël (1895-1975), la pintura más representativa de este momento femenino íntimo y doméstico. La obra, creada en 1932, plasma el instante más solemne de la mujer judía cuando enciende las luces que consagran la entrada al Shabat. En el lienzo, Antonietta Raphaël expresa un doble homenaje: A su madre Chaya y a la tradición que se convierte en base sólida y fundamento de su futuro, emblema de una religión que se transformará a lo largo de su vida de mandamiento a recuerdo. La obra ofrece una mirada conmovedora de la tradición y la espiritualidad femenina dentro de la familia judía.

La figura de la madre que perpetúa este antiguo ritual representa una profunda conexión con la historia y la cultura del pueblo judío que transmite sus valores e identidad a través de generaciones. En el centro de la imagen está la figura de la madre, cuyo rostro está iluminado por la luz de las velas que simbolizan el carácter sagrado y la tradición del Shabat. Las manos levantadas en gesto de oración, mientras su mirada parece absorta en el profundo significado de este antiguo ritual, representa el momento de conexión espiritual y gratitud hacia el Creador por el regalo del Shabat.

El detalle de la ventana al fondo desde donde se ve el sol de poniente, momento en el que la luz del día da paso a la noche, resalta el significado temporal de la ceremonia del encendido de las velas que marca el descanso sagrado y la renovación espiritual. La obra de Antoinette Raphaël captura magistralmente la esencia y la belleza de un momento tan significativo en la vida judía y transmite una sensación de paz, continuidad y devoción. A la dimensión doméstica e íntima, que hace de la oración de la mujer un momento privado e individual, pasamos a la dimensión pública y de sinagoga donde la mujer no tiene obligaciones. Su presencia no es marginal.

La madre

Maurycy Gottlieb (1856-1879) un año antes de su muerte, creó uno de los cuadros más representativos de su joven vida. Se trata de Judíos orando en la sinagoga de Yom Kipur, hoy conservada en el Museo de Arte de Tel Aviv. La artista, que fue una gran protagonista de la pintura judía polaca, logró plasmar con maestría toda la solemnidad del día del Kippur, ocasión en la que el pueblo judío hace teshuvà (“retorno”, arrepentimiento) mediante un ayuno de 25 horas acompañado exclusivamente de oración. La obra gira en torno a la imagen de la propia Gottlieb, que se representa a sí misma en tres momentos diferentes de su vida, son las mujeres retratadas al fondo las que dominan con su presencia.

En el conjunto de rostros podemos ver a la mujer amada por la artista, Laura Henschel-Rosenfeld, que aparece dos veces. Arriba a la izquierda está de pie con la mirada dirigida al espectador, como si nuestra presencia la hubiera distraído. Sostiene el libro de oraciones cerca de su pecho, con los dedos entre las páginas. La volvemos a ver a la derecha con la mirada inclinada hacia otra mujer a la que le susurra algo.

Probablemente sea la madre que, a pesar de mirar hacia nosotros, está absorta en la lectura del libro que tiene en la mano. El equilibrio armonioso del gran lienzo se debe a la disposición piramidal de las figuras masculinas lo que da al cuadro una sensación de estabilidad y orden visual dictado por la fuerte simetría de la composición, trazada por la columna que continúa en la imagen de la Torá en manos de uno de los asistentes. Esta disposición se ve contrarrestada por la posición horizontal de las mujeres que aparecen detrás, pero más arriba que los hombres en primer plano. Además de dar una armonía a la obra, podría tener un significado más profundo, en el que la oración de la mujer es percibida por la artista como una culminación imprescindible, no solo para la función litúrgica, sino para la existencia misma del hombre.

La oración doméstica femenina adquiere una función más compleja que la oración pública. Según la Torá la esfera pública es la del compromiso, donde la persona es llevada a asumir un papel, a ponerse una máscara. Pensemos en una de las heroínas judías más famosas de la historia, Esther, que significa “oculta”. Habiendo entrado en la corte y en el corazón del rey persa Asuero, a quien había ocultado su identidad, Ester invocó al Señor para que salvara a su pueblo del plan mortal de Amán.

El análisis de la oración de las mujeres judías a través de las obras de arte de Raphaël y Gottlieb nos ofrece una perspectiva fascinante sobre la dualidad y complejidad de este aspecto de la tradición judía. Desde antiguas súplicas silenciosas hasta expresiones públicas, emerge el papel fundamental de la mujer en el ámbito doméstico y en la educación de los hijos. A través de la práctica y la memoria, la oración femenina se convierte en un puente entre el pasado y el presente, uniendo generaciones y subrayando la continuidad milenaria del pacto con el Señor.+


*Artículo original publicado en el número de abril de 2024 de Donne Chiesa Mondo. Traducción de Vida Nueva

APUESTAS ON LINE TECLADO CARTAS DADOS

«Apostar no es un juego»

Pastorales Sociales Argentinas emiten documento sobre problemática de las apuestas on line y la ludopatía en niños, jóvenes y adultos

Firmado por 44 espacios que se ocupan de la Pastoral Social, en el día de ayer se conoció el documento “Apostar No Es Un Juego” que aborda sin rodeos el acceso de menores —Niños, Niñas y Adolescentes (NNyA)— a los juegos con apuestas on line y la ludopatía como una adicción que va decididamente in crescendo en la Argentina.

“Debemos afirmar, una vez más, que la legalización de juegos on line logró dos cosas: aumentar la riqueza de quienes manejan el negocio y, paralelamente, aumentar la cantidad de apostadores en general y de adictos ludópatas o potenciales ludópatas. Nunca se debió permitir”, desarrollan en uno de los párrafos.

Y sugieren en el mismo texto, entre varias propuestas dirigidas a las autoridades competentes “que en cada distrito o jurisdicción regulan las apuestas on line y los juegos de azar, que tomen medidas inmediatas -en algunos casos se vienen implementando- para impedir el acceso de menores de edad a los sitios que se han legalizado; que se restrinja todo tipo de publicidad sobre este negocio; que no se otorguen nuevas licencias de juego on line; que no se renueven las que están vigentes; y que se denuncien los sitios ilegales para que sean bloqueados de inmediato”.

 

@ADNCELAM

Virginia Bonard (enlace a la nota completa AQUÍ

Enlace al comunicado AQUÍ

 

Raul Gonzalez Bernardi sj (ARU) con archivistas cpal junio 2024

I Encuentro de Archivistas Jesuitas de la CPAL

Por iniciativa del ARSI y con el acuerdo de la CPAL, se celebró el 1er Encuentro de responsables de los archivos de la CPAL, en Bogotá (Colombia), del 25 al 27 de junio de 2024. Asistieron el P. Raúl González Bernardi, director administrativo del ARSI, el P. Cristhian Espinal (CAR), el P. Leopoldo Galdámez (CAM), el P. José Méndez (MEX), el P. Roberto Barros (BRA), el Hno. René Cortínez (CHI), el Hno. Fernando Breihl (ECU), la Sra. María Elena Rojas (PER), la Sra. Shirley Echenique (VEN), el P. Jorge Salcedo y el P. Jairo Bayona (COL). No participaron representantes de las provincias de ARU, BOL y PAR.

 

Tres líneas temáticas orientaron el desarrollo del encuentro:

  1. Abrir la aproximación del cuidado de nuestro patrimonio documental y de nuestros archivos, a la mirada más amplia y compleja del patrimonio cultural.
  2. Incentivar la optimización de nuestros recursos comunes, como es el caso de los avances y experiencia acumulados en distintas provincias en materia de conservación, prevención, restauración, descripción archivística, o también en el ámbito de la formación profesional a través de nuestras universidades.
  3. Resignificar el concepto de archivo, con el fin de realizar una puesta en valor de colecciones generalmente olvidadas, como es el caso de los acervos fotográficos, entre otras.

 

Algunos elementos evaluados a tener en cuenta en adelante:

  • Profundizar en la formación en gestión documental, preservación, descripción, digitalización, conservación de documentos y de patrimonio cultural.
  • Considerar alternativas de formación aprovechando los recursos de nuestras universidades: maestrías en archivística, programas de formación continua, pequeños cursos y charlas virtuales, pasantías en archivos; fomentar los talleres en las diferentes áreas de la archivística.
  • Considerar formación en ATOM y otro tipo software de gestión documental, así como la gestión de archivos digitales.
  • Considerar la conformación de bases de datos compartidas en la web: inventarios de colecciones, resultados de proyectos, entre otros.
  • Proponer realizar alianzas entre provincias y/o archivos, incluyendo las oficinas de comunicaciones para mejorar la difusión de nuestros trabajos.

 

En la evaluación final se propuso la realización de un segundo encuentro en dos años (2026), en otro país de América Latina (por ejemplo en Brasil).

 

Raúl González Bernardi SJ. Director Administrativo del Archivum Romanum Societatis Iesu (ARSI)

*El ARSI se dedica a la custodia y preservación documental, comunicación de registros y datos y a la promoción de investigaciones sobre la historia de la Compañía de Jesús y tiene su sede en la Curia General de la Compañía de Jesús en Roma.

Para conocer más dirigirse al enlace en el logo

Logo ARSI Archivum Romanun Societatis Iesu

Seminario JESEDU-Jogja2024: educar para la fe en el S. XXI

El II Seminario JESEDU-Jogja2024, celebrado en Yogyakarta, Indonesia, ha reunido a educadores y jesuitas de todo el mundo para reflexionar sobre un concepto crucial: «Educar para la fe en el siglo XXI».

Este simposio, que da relevo al II Coloquio JESEDU-Global 2021, forma parte de un ciclo de encuentros destinados al discernimiento continuo de los colegios jesuitas a nivel global.

 

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Educar en la fe

El seminario se desarrolló bajo el lema «Educar para la fe en el siglo XXI», alineándose con la misión de la Compañía de Jesús definida por la Congregación General 36 como una «Misión de Reconciliación y Justicia con Dios, en la Humanidad y con la Creación».

Durante cinco días, los participantes compartieron conversaciones y reflexiones profundas, con el fin de explorar cómo nuestros centros pueden servir mejor al Evangelio y a la Iglesia en los contextos actuales. Esta es una experiencia global, algo que destaca positivamente Fran Delgado sj.: «Es un motivo de consolación el poder compartir las perspectivas adoptadas en la misión, caminando junto a los últimos y tratando de mostrar el camino a Dios desde cada rincón del mundo… sentir el pálpito de la misión del cuerpo universal», señala.

Por ello, la primera jornada se centró en clarificar lo que significa ser una escuela católica/jesuita hoy en día, destacando la importancia de nuestra misión educativa en un mundo cada vez más secularizado.

El segundo día del seminario dio pie al diálogo interreligioso, un componente esencial en la promoción de una formación en una fe abierta al contexto actual. Las sesiones de este día abordaron cómo nuestras escuelas pueden fomentar el respeto y la colaboración entre diversas creencias y convicciones, un aspecto crucial para nuestra misión de justicia y reconciliación.

 

Relevancia y profundidad

El tercer día, los participantes se embarcaron en un viaje espiritual, profundizando en la Espiritualidad Ignaciana y su papel en la formación en la fe tanto de estudiantes como de educadores.

El cuarto día se centró en los retos y oportunidades de educar en una fe resiliente en contextos seculares e, incluso, con tendencia al fundamentalismo. Mientras que el quinto giró en torno a la educación para una fe actual, como colegios católicos y en la tradición ignaciana.

Construir una identidad que dialoga

Los representantes de Educación Jesuitas han vuelto con algunas certezas, muchas preguntas y alguna conclusión. Este seminario ha puesto de manifiesto la enorme diversidad y complejidad que rodea la educación en la fe en nuestros centros y, a la vez, la importancia de abordarla y la certeza de que tenemos herramientas y voluntad para hacerlo. La diversidad, dentro y fuera de la Compañía, es enorme. Por eso, una de las claves es crecer en una identidad propia, la católica, que lleva inherente el diálogo. El reto no es afianzarse en la identidad propia primero y, después, dialogar, sino construir y profundizar una identidad que dialoga.

También lo hacen con la intuición de que no es posible hablar sobre educar en la fe en el siglo XXI sin alimentar y vivir la propia fe según los signos de los tiempos. El II Seminario JESEDU-Jogja2024 no sólo ha sido un encuentro global, también un pistoletazo de salida para abrir preguntas y explorar posibles respuestas a nuestra misión respecto a la transmisión de la fe, así como reforzar nuestro compromiso con la justicia y la reconciliación en el siglo XXI.

Sobre ello se continuará reflexionando en futuros encuentros de educación. Que nuestro deseo de ser Anuncio sea audaz, desde la inculturación y la creatividad, para acompañar de la mejor manera posible a los jóvenes en su camino hacia Dios.

@Educsi

t.ly/Yyoeq

Video Día 1

 

Redes sociales y evangelización

Las redes sociales han llegado para quedarse. Son una realidad para millones de personas en todo el mundo e influyen en el modo de actuar, vivir, pensar y discernir. Crean, incluso, nuevas profesiones como influencer, en general, o youtuber, en particular.

Las redes sociales mueven, en conjunto, miles de millones de seguidores y de valores, tanto económicos como morales. Dudo que haya alguna persona que esté leyendo este texto que no haya por lo menos oído hablar de Facebook, YouTube, el antiguo Twitter (ahora X), Instagram, TikTok, BeReal, Snapchat, WhatsApp, Telegram y Threads.

Seguro que muchos, o en su caso todas y todos ustedes, usarán por lo menos dos de estas plataformas, con distintos fines. Uno de éstos podría ser compartir sobre la vida, o la fe en los demás y en Dios.

«Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en el corazón de Cristo», nos recuerda la apertura de Gaudium et Spes. Así que, en esta realidad de las redes, que están para quedarse, también tiene lugar la presencia de la Iglesia. Hay que recordar que fue por estos medios que, mientras duró el confinamiento por covid–19, hubo continuidad en el encuentro con Dios y con la comunidad.

Así, más que un análisis sobre las redes sociales —del que no me siento con competencia para tal—, intentaré hacer una reflexión sobre los desafíos que como Iglesia nos plantean, sobre todo en estos tiempos de diálogos y reformas importantes dentro de la Iglesia católica, como lo es el Sínodo de la Sinodalidad.

Sínodo y mundo digital

Meses antes de la etapa continental fui contactado por miembros del Dicasterio de la Comunicación para difundir una encuesta en mis redes, invitando a mis seguidores a contestar una serie de preguntas sobre la Iglesia.

Los organizadores buscaban explícitamente perfiles personales de todo el mundo, que se podrían considerar como influencers católicos por la relación cercana con su público y por la variedad de creencias de quienes les siguen. El objetivo era conseguir las mayores respuestas posibles, alcanzando incluso a personas alejadas de la Iglesia para percibir su visión y sentir, como deseaba inicialmente el Sínodo.

Foto: © Dimitri Conejo Sanz, Cathopic

El proyecto se llamó La Iglesia te escucha y fue creado por la Red Informática de la Iglesia en América Latina (RIIAL), institución fundada por el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales y el Consejo Episcopal Latinoamericano en 1992. La metodología fue diseñada por iMisión y el equipo Delibera.

La RIIAL, junto a otras instituciones que se han ido sumando, han hecho eco de los discursos de  Benedicto XVI y acogieron la llamada del papa Francisco de poner la Iglesia, en actitud samaritana «de escucha y servicio», a disposición de quien sufre y necesita la ternura y misericordia de Dios.

La Iglesia te escucha fue apoyada por la Secretaría General del Sínodo y acompañada por el Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede. La iniciativa, según el sitio web del Sínodo digital, explica lo siguiente:

Nace de la convocatoria del Santo Padre a toda la Iglesia a realizar el Sínodo de la Sinodalidad, con la intención de llevarlo también a los ambientes digitales, para que nadie quede excluido del proceso sinodal, y nadie quede sin tener la posibilidad de ser escuchado ni de dar su aporte a la Iglesia, aunque no se mueva en las instituciones presenciales. Por ello es, por decirlo de alguna manera, una parte complementaria de la actividad sinodal presencial en el mundo digital. Nace [igualmente] de los dos grandes principios del papa Francisco: ser Iglesia de salida e ir a las periferias existenciales.

Hay muchísima gente del Pueblo de Dios que no participa en las instituciones eclesiales, y desde dentro se percibe la necesidad de comprender un poco más el porqué. Por ello, este proceso de escucha fue dirigido sólo y exclusivamente a quienes se encuentran en los ambientes digitales, que no participan en las instituciones eclesiales presenciales.

Los ambientes digitales son ya considerados parte de la realidad humana y han crecido en los últimos años, tornándose poliédricos, complejos e inmensamente numerosos, como refiere la misma página web del Sínodo digital: «Allí se comunican, aprenden, crean arte, se informan, compran y venden, se conocen y rezan en entornos digitales. Tienen ciertamente una vida física y un domicilio en un sitio geográfico, y muchos van a la misa los domingos, pero su centro de gravedad eclesial no está en una parroquia concreta, y no se sienten ligados a una comunidad presencial, sino virtual».

Por no haber manera de llegar a esas personas por las vías ordinarias de acercamiento, este proyecto ha contribuido a hacer posible la «participación de todos», como el papa Francisco deseó desde el inicio del Sínodo.

Del diálogo al «no juicio»

Después de haber lanzado el cuestionario, nosotros, influencers católicos, fuimos invitados a motivar la participación en la encuesta a partir de publicaciones. Sabíamos que sería un desafío, ya que, para mantener la confidencialidad y la credibilidad, los participantes tendrían que completar algunos pasos que no son muy rápidos e intuitivos, sobre todo para quienes utilizan más el celular que la computadora. Sin embargo, después de haberlo explicado, por lo menos de mi parte y de acuerdo con lo que vi que los demás compartieron, hubo muy buenos comentarios a la iniciativa, incluso de quienes se sentían más lejos de la Iglesia.

A partir de aquí mi reflexión se basa en el informe final de la encuesta, enviada al Secretariado del Sínodo, que publicó la RIIAL. El cuestionario tuvo un tiempo de ejecución de dos meses y medio. Fue lanzado en siete lenguas, en 115 países, por 244 influencers, con 110 mil respuestas completas y más de 200 mil propuestas al Sínodo.

Dentro de esta comunidad de «evangelizadores digitales» con una misión compartida encontramos una diversidad de perfiles: un 27% son sacerdotes, un 10% son religiosas y un 63% son catequistas y laicos comprometidos. Cada uno de ellos aporta diferentes estilos y sensibilidades eclesiales, lo que enriquece la variedad de mensajes y enfoques presentados en las plataformas digitales. En conjunto, han logrado alcanzar una audiencia de aproximadamente 20 millones de seguidores, consolidando así su influencia en el ámbito digital.

Junto a los bautizados y los creyentes activos en su fe destaca la presencia significativa de individuos alejados de la práctica religiosa, así como agnósticos y ateos, quienes siguen a estos evangelizadores y se sienten motivados a responder a la convocatoria de participar en este proyecto.

En los espacios digitales nos encontramos con personas heridas que expresan sus preguntas existenciales y que atraviesan situaciones de periferia y alejamiento, así como diversas experiencias de fe. Entre ellos, hay mujeres y hombres de diferentes edades, que aguardan expectantes, a veces sin saberlo, el anuncio de salvación.

El 58% de los encuestados tiene menos de 40 años y el 84% afirma haber tenido un encuentro personal con Dios. Muchos de ellos se identifican como «sólo digitales», lo que significa que no participan en actividades eclesiales presenciales.

«La internet ha permitido llegar a las profundidades de la vida de muchos fieles, brindando un espacio para la expresión, el diálogo y la consulta».

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Desde la perspectiva de la fe católica se distinguen tres principales grupos: los creyentes practicantes, quienes representan el 50% y se caracterizan por su compromiso activo y satisfactorio con la Iglesia; los católicos alejados, que conforman el 40% y son aquéllos que han perdido su conexión con la fe, ya sea por decisiones de la institución religiosa o por falta de interés, aunque muchos expresan el deseo de volver a acercarse, pero se sienten excluidos, y, finalmente, los agnósticos y ateos, un 10% minoritario, quienes han abandonado toda relación con la Iglesia católica y prefieren vincularse con otras organizaciones religiosas y filantrópicas, encontrando afinidad con influencers que transmiten mensajes más cercanos y acogedores.

El «no juicio» emerge como un tema recurrente en las respuestas, especialmente entre aquéllos con situaciones personales complejas, como relaciones de pareja no convencionales o diferentes orientaciones sexuales, quienes abogan por el respeto a la dignidad de cada individuo, siguiendo el ejemplo de Jesús. Se demanda que la Iglesia se comprometa con las controversias sociales, fomente el diálogo y promueva la verdad de Cristo sin prejuicios, enfatizando la importancia de la escucha y la cercanía para un diálogo abierto.

Las respuestas reflejan un profundo cuestionamiento hacia la postura de la Iglesia respecto a la vida personal de los fieles, evidenciando una actitud crítica y de sufrimiento. Las experiencias individuales compartidas revelan un sentimiento generalizado de negatividad hacia la institución, influenciado por una percepción comúnmente dura.

La era digital ha facilitado la autoexpresión y ha acercado tanto a los distantes, quienes se sienten protegidos por el anonimato y más libres para expresarse, como a los cercanos, quienes están motivados a participar. La internet ha permitido llegar a las profundidades de la vida de muchos fieles, brindando un espacio para la expresión, el diálogo y la consulta, destacándose como una herramienta valiosa para la evangelización; aunque sea sólo una parte del todo, ha sido decisiva en este proceso.

Después de esta encuesta se decidió usar preferencialmente la designación de misioneros digitales. Hubo algunos encuentros con ellos, donde nos reunimos alrededor de 250 personas con la finalidad de redactar un texto que se enviaría al Secretariado del Sínodo, como síntesis del discernimiento de esta etapa continental desde el mundo digital.

El texto completo se puede encontrar en sinododigital.com; sin embargo, presento aquí algunas de las propuestas conclusivas:

• Acercar lo distante: la digitalidad permite reducir las distancias entre creyentes y no creyentes, entre sacerdotes y fieles, posibilitando relaciones de mayor igualdad, incluso a acortar las distancias generacionales.

• Pensar la «pastoral digital»: reconocer que existe y actúa, para así dejar de hablar en un lenguaje monocultural y abrir paso a una escucha dialogante con la múltiple expresión intercultural de la diversidad; todo desde el envío por parte de los responsables eclesiales, a través del acompañamiento y la formación.

• Construir redes: ampliar las oportunidades en el acompañamiento presencial si fuera necesario, y generar vínculos con otras comunidades del espacio digital, facilitando la experiencia eclesial de comunicación y comunión.

• Abrir camino para la comunión: promover la participación y la misión con reconocimiento de la presencia del Espíritu, pues en el espacio digital la mujer y el hombre de hoy pueden encontrarse con Dios y sentirse invitados a la comunión eucarística.

@Christus

Enlace al artículo completo t.ly/qpOkb

Una democracia en riesgo

La democracia hoy se aprecia menos y hay grupos que, desde dentro del sistema, podrían atenuarla o suprimirla. Es necesario reaccionar a nivel de gobierno, parlamento y partidos políticos, también colegios y barrios.

 

EN LATINOAMÉRICA, EN LOS ÚLTIMOS VEINTE AÑOS SE VIENE dando una tendencia que nos debe alertar: la preferencia por la democracia frente a otras formas de gobierno viene en descenso. En algunos países, como México y Guatemala, una porción creciente de la población plantea que formas de gobierno autoritarias pueden ser aceptables. Frente a gobiernos que parecen incapaces de dar un orden coherente a la convivencia social, sobrepasados por la violencia, atravesados por problemas de corrupción e infiltración del narcotráfico, ¿por qué seguir prefiriendo la democracia? Si la indiferencia y apatía marcan la relación de la ciudadanía con la democracia, e incluso lideres totalitarios son democráticamente electos por sus posturas claramente opuestas a la democracia, ¿qué argumentos ofrecer a quienes ven, en el sistema democrático mismo, la causa del problema?

 

En términos políticos, las tendencias antidemocráticas aparecen al interior de los mismos partidos, en particular en los extremos del arco político. El caudillismo autoritario ha radicalizado las posturas, adornándolas de «legítimas diferencias»; se produce incluso la paradoja de considerar antidemocrático e intolerante enfrentarse a ideas autoritarias. A ello se suma que los partidos políticos empiezan a aparecer como prescindibles: la impresión es que no funcionan bien, el sistema político no está generando las políticas públicas con la celeridad que la ciudadanía espera. Frente a la ansiedad económica o social que produce la falta de progreso, la narrativa de estos caudillos, exagerando las cosas, deviene en pesimismo y la sensación de inminente desgracia, en donde la violencia comienza a ser una alterativa válida, si no la única alternativa, para resolver las cosas. Y en este punto, desgraciadamente, los medios de comunicación, intelectuales, periodistas y artistas no siempre ayudamos a tranquilizar las posturas. El debate se torna agresivo y promueve la polarización, presentando una realidad sin matices con lógicas de amistad o enemistad, bondad o maldad. Esto, obviamente, dificulta mucho encontrar narrativas comunes.

 

Los movimientos populistas han aprovechado esta situación con una serie de estrategias ante las cuales hay que poner atención. Por una parte, aparecen ideologías populistas, que sobre simplifican problemas que en sí son multifactoriales, esgrimiendo un discurso contra las élites a las cuales presentan como que, en el fondo, no han querido resolver las cosas. Se apoyan en teorías conspirativas que manipulan la realidad y demonizan a los oponentes. Utilizan las redes sociales, en las cuales no hay genuino debate ni deliberación, para reprimir o cancelar a los adversarios. La insatisfacción social se amplifica para exacerbar la genuina rabia. Y, a la vez, generan la impresión de que se está al borde de una inminente desgracia, haciendo aflorar el miedo, también a través de las redes. En este contexto, la democracia aparece como incapaz, débil y lenta.

 

La tendencia a desconfiar de la democracia se ve exacerbada en los grupos más jóvenes de la sociedad. A ello se suma la indiferencia por el tipo de gobierno, que se verifica mayormente en grupos con menor educación. Los indicadores de participación cuando el voto es voluntario son elocuentes al respecto. Es decir, la democracia es apoyada por grupos más educados.

 

La tendencia a desconfiar de la democracia se ve exacerbada en los grupos más jóvenes de la sociedad.

 

Este fenómeno preocupa, más todavía cuando la historia reciente de nuestros países viene marcada por dictaduras que cargan con numerosos atropellos a los derechos humanos.

 

Los datos de Latinobarómetro indican que una raíz importante de este fenómeno tiene que ver con el desempeño de los gobiernos democráticos. De hecho, si no hay eficacia en lograr la paz social o mejorar los estándares de vida, el modo de gobierno se tiende a relativizar. El centro de atención para los ciudadanos es que se les resuelvan los problemas. Frente a ello, no parece relevante si los gobiernos controlan los medios de comunicación o si se trata de un gobierno militar.

 

La democracia, como modo de gobierno del pueblo por el pueblo, está en riesgo. En sí misma podría estar cultivando su autodestrucción sin darse cuenta.

 

PERO ¿POR QUÉ ES VALIOSA LA DEMOCRACIA?

Ante este fenómeno político-social en que la democracia va perdiendo valor, cabe preguntarse, una vez más, por qué este modo de organización política debiera ser cuidado. En este punto es importante distinguir entre la democracia como un mejor proceso de toma de decisiones, y la democracia como un modo intrínsecamente valioso de convivencia política, como un fin en sí misma. Reconocer el valor de la democracia tiene esas dos vertientes de justificación.

 

En cuanto medio para tomar buenas decisiones, la democracia como proceso deliberativo, con discusión, reflexión y debate, tiene más probabilidades de llegar a una decisión correcta, puesto que se ha considerado una variedad de perspectivas y argumentaciones antes de decidir. La calidad de la decisión debiera ser mejor. Estas mejores probabilidades, además, aportan a legitimar las decisiones ante la ciudadanía.

 

También en términos instrumentales, un beneficio de la práctica democrática es que el hecho mismo de participar en el debate hace que los adultos puedan desarrollar su potencial intelectual y moral, los posiciona en la búsqueda del bien común. Así, cuando la democracia se ejerce en varios niveles de la sociedad, incluso en ámbitos vecinales, las personas pueden ampliar su comprensión del mundo.

 

Finalmente, somos más propensos a pensar que las decisiones democráticas apuntan al bien común más que al bien de un grupo o persona particular, y eso aporta a la percepción de legitimidad.

 

Pero también la democracia tiene valor intrínseco, en sí misma. En primer lugar, ella permite vivir bajo la autoridad de leyes dadas por las mismas personas. Es decir, las personas son más libres en la medida en que se someten a leyes de organización y convivencia social que ellas mismas se han dado. En este sentido, las personas no se someten a voluntades ajenas. Esto no implica que nadie se someterá alguna vez al mandato de otros, pero la democracia sí es el procedimiento que más respeta la autonomía global de las personas. Todos tienen la oportunidad de participar en condiciones de igualdad en la formulación de las leyes y los asuntos colectivos.

 

En segundo lugar, las personas, al implicarse en la decisión de cómo organizar los asuntos colectivos, se realizan mejor al participar de una comunidad política autogobernada. Este proceso de deliberación facilita el desarrollo del diálogo, la empatía, la argumentación, la deliberación moral, entre otras cualidades esencialmente humanas.

 

En tercer lugar, la democracia es el procedimiento que más respeta la igualdad de los ciudadanos. Es una forma equitativa de dar voz a todos por igual. Es un ejercicio deliberativo donde se expresan y sopesan las perspectivas de todos los grupos representados.

 

Finalmente, la democracia es el sistema que permite respetar los derechos de las minorías, aun cuando se imponga la opinión mayoritaria.

NECESIDAD DE ACCIONES CORRECTIVAS

La democracia es un ideal complejo y su implementación está llena de tensiones. ¿El proceso debiera enfatizar la equidad de representación o la calidad de las decisiones que resulten? ¿Se trataría de cuantificar las preferencias personales respecto de un tema o, más bien, de analizar y deliberar buscando el bien común, incluidas las minorías? ¿Los que toman decisiones, basta que sean representantes de un grupo social, o esperamos que tengan conocimientos expertos en algún área? ¿Los representantes deben ser intransigentes, pues están ahí para mostrar la diversidad social o, más bien, dialogantes y capaces de consensuar el mayor bien para la mayoría, aunque no sea su propia preferencia? Aún con esta complejidad, por las razones antes dichas, creemos que es relevante cuidar la democracia.

 

Evidentemente, es fundamental la educación cívica de nuestros jóvenes. A nivel teórico es importante ayudar a comprender los procesos políticos, los modos de organización en el pasado y el presente. Pero a nivel práctico es imprescindible la discusión de temas de política pública nacional o la deliberación sobre temas locales, el ejercicio del debate y la decisión, la comprensión genuina de posturas diferentes, y la adquisición de destrezas de análisis y reflexión, aprender a argumentar y a dejarse persuadir cuando honestamente hay una mejor idea al frente. A nivel relacional, aprender a aceptar las derrotas y las decisiones legítimas, aunque no sean las preferidas, llevar los triunfos sin prepotencia, respetar y considerar a las minorías.

 

Los partidos políticos tienen mucho que hacer. Por una parte, obviamente en la formación de sus cuadros. Pero también deben ser activos en filtrar posibles demagogos que pudieran gestarse en sus filas. Además, para evitar el desprestigio con que ya carga el mundo político, el control ético al interior de los partidos es un mínimo que redunda en la imagen del sistema democrático. Contar con políticos probos influye en la imagen de un sistema político confiable. Transparencia y rendición de cuentas, institucionales y personales, debieran ser cada vez más habituales.

 

También es necesario salir de las redes sociales como lugar de debate. Puede ser un muy buen espacio de información, en la medida en que sea veraz, pero los espacios de discusión deben ser otros que permitan el desarrollo de ideas complejas.

 

Finalmente, es imprescindible que el sistema político mejore su productividad. Esto implica optimizar la calidad de las discusiones y decisiones, cuidar las formas, sobre todo el respeto del adversario, y abreviar los plazos para las decisiones.

 

La democracia hoy se aprecia menos y hay grupos que, desde dentro del sistema, podrían atenuarla o suprimirla. Es necesario reaccionar a nivel de gobierno, parlamento y partidos políticos, también colegios y barrios. Confiamos en que una democracia revitalizada podrá mejorar la vida de los ciudadanos.

 

@RevistaMensaje

t.ly/lQYIC

CARD. CZERNY SJ: ‘Acoger al extranjero que necesita un puerto seguro’

Acoger a quienes tienen necesidad de un refugio seguro, de encontrar un lugar de pertenencia, de escuchar a una comunidad. Esta es la invitación prioritaria expresada por el cardenal Michael Czerny SJ, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, en su mensaje para el Domingo del Mar, que este año se celebra el 14 de julio. Deseo que los millones de trabajadores del sector marítimo sientan la labor de la Iglesia haciendo visibles sus realidades cotidianas invisibles.

 

El prefecto recuerda en su mensaje que en la época de las primeras misiones de los apóstoles, cada nuevo barco que llegaba significaba más encuentros e intercambios, más apertura a la novedad y a las vastas posibilidades más allá de las costas locales.

 

La invitación, por tanto, es a «acoger al extranjero»: puede desafiarnos cuando «preferimos permanecer aislados social y espiritualmente», señala el Cardenal Czerny SJ. Sin embargo, apunta, «no podemos estar abiertos a las posibilidades de la vida si preferimos las comodidades de lo familiar.

 

El camino de la apertura es el camino de la esperanza». La educación en la fraternidad y la amistad social es necesaria, concluye. Al confiar los marinos a Nuestra Señora, Estrella del Mar, el cardenal espera que «los marinos se sientan parte de la Iglesia dondequiera que vayan».

 

t.ly/di7Sz

acutis

Carlo Acutis: «NO YO, SINO DIOS»

Frente a la muerte, la esperanza de cada ser humano es puesta a prueba. No solo eso, sino que cuando se trata de la enfermedad y la muerte de un joven, la misma vida parece tambalearse en el borde de lo incomprensible. Y sin embargo, existen testimonios que penetran en la oscuridad de la razón como un rayo de sol y calientan el corazón de quienes han dejado de esperar. La vida de Carlo Acutis es uno de esos rayos de sol.

Carlo se enferma a los 15 años, en los primeros días de octubre de 2006. Todo hace creer que es una gripe, pero, después de realizar los exámenes clínicos, los médicos pronuncian su diagnóstico: «Es una leucemia fulminante». El 12 de octubre, Carlo deja este mundo. Su cuerpo es velado por un continuo peregrinaje de personas que lo han conocido. La misa de exequias está llena. Los mismos padres dicen que, junto a un dolor desgarrador – que solo quien da la vida puede entender – sienten una paz, signo no de «un fin», sino de «un con-fín» para vivir con su hijo Carlo.

carlo acutis

Pero hay más. Desde el momento en que Carlo deja esta vida, no cesan de llegar testimonios, relatos, recuerdos y correos electrónicos de muchas partes del mundo que tienen un denominador común: para aquellos que lo encuentran, Carlo sigue viviendo más allá del límite de la vida. Basta con escribir en un motor de búsqueda «Carlo Acutis» o en sus perfiles en Facebook para constatar los numerosos contactos y blogs en todos los idiomas que hablan de él; incluso el sitio web dedicado a él ha tenido aproximadamente 180.000 visitas. No solo es la red la que está difundiendo la figura de Carlo, sino también el «boca a boca» de los grupos juveniles eclesiales. El ejemplo de Carlo ya es considerado en muchas diócesis italianas como el símbolo de centros juveniles y centros vocacionales. Y en poco tiempo la figura de Carlo ha sobrepasado las fronteras nacionales.

Francesco Occhetta @laciviltacattolica

Enlace al artículo completo t.ly/YkT7O

*En el último consistorio de Cardenales, el Papa Francisco anunció que la canonización de Carlo Acutis se realizará ‘en fecha a determinar’, (probablemente durante el Jubileo de 2025).

Consistorio Ordinario Público de Cardenales 1 de julio de 2024

Lideres Discernimiento Sarasua Guilat Serrano

Se buscan líderes que contagien Evangelio

LiDE (Liderazgo de Discernimiento Sinodal), es un proyecto que nació de la mano del jesuita Elías López y que arrancó en febrero de 2021 con su primera promoción de 25 participantes, en plena resaca pandémica, con mascarillas por doquier.

Por LiDE ya han pasado en estos años 180 personas con alguna responsabilidad en más de 20 instituciones como Cáritas, los salesianos, la Compañía de María, la Institución Teresiana, la Compañía de Santa Teresa de Jesús… Además de sacerdotes de las diócesis de Tenerife y Valencia.

Aunque la iniciativa dio sus primeros pasos de la mano de la Universidad Pontificia Comillas y de Porticus, ahora tiene entidad autónoma, con un título académico propio y el respaldo de una docena de congregaciones y plataformas eclesiales que se han conformado en una asociación. Al frente, en el Consejo de Dirección se encuentran como presidente Iñaki Sarasua, provincial de los marianistas; Marta Guitart, provincial de Jesús-María, como secretaria; y Jorge Serrano, director general de la Fundación para la Ciudadanía Global, como tesorero.

Sarasua considera que “basta con adentrarse en el Evangelio para descubrir todo lo que nos enseña Jesús en materia de liderazgo, en la manera en la que acompañaba a la gente, en la confianza desde la libertad que daba al grupo de sus discípulos, en cómo era su interlocución con el resto del mundo de su tiempo”.

“No hemos de olvidar que el liderazgo de Jesús, de puertas para fuera, solo se entiende si se aborda de puertas para dentro, desde cómo conecta con su fuente, que es el Padre”, subraya la provincial de las religiosas de Jesús-María, que pone el foco en que “la dinámica orante continua de Jesús es de donde brota lo demás”.

Finalmente, Jorge Serrano, el director general de Ciudadanía Global, señala dos caminos para que el estilo sinodal cuaje: desde la verticalidad, con un plan establecido de arriba a abajo, y desde la base: “En LiDE hemos apostado por la horizontalidad, una propuesta en red, en colaboración, buscando sinergias, escuchando a todas las organizaciones involucradas para ver qué se necesita para lograr un liderazgo sinodal. Por eso es importante tanto el contenido como la forma”.

La importancia del discernimiento

Eduardo Escobés es padre de familia y trabaja en el ámbito de la política social en una fundación de desarrollo. Es, además, el presidente de la Comunidad de Vida Cristiana (CVX) en España desde 2019. Cinco años en los que ha estado al frente de esta red mundial de laicos de espiritualidad ignaciana presente en 75 países del mundo y que, en España, aúna a 1.200 personas en distintos procesos de incorporación a la comunidad. En su caso, aprovechó esta experiencia de liderazgo para participar en los primeros momentos de preparación del programa LiDE. Así, fue ‘partner’ y estuvo en el proceso de idear el programa que después se ha comenzad a impartir.

“Para mí hay un componente del programa LiDE que conecta de forma directa con la Iglesia sinodal, es decir, plural y diversa”, señala, “y no es otra que el reconocimiento de los diferentes carismas y formas de recibir y expresar la fe”. Y es que, según subraya, “cada uno sabe cómo Dios le habla y a qué le llama”. Este llamado de Dios conecta directamente con el discernimiento, un elemento, dice, que es “clave” en su vida, “en lo personal, en lo comunitario y en mi responsabilidad en relación con la Iglesia y con el mundo”.

“Parte del ADN del programa LiDE es el discernimiento”, explica Escobés. Y este no es únicamente “a ver qué decido hacer” sino también “ser capaz de ponerse, en lo individual y en lo colectivo, a la escucha de lo que Dios quiere, e intuir, desde esa oración –que no es solo la que surge en silencio, en lo personal, sino también en ese ruido del mundo de hoy– hacia dónde intuimos que Dios nos está llevando”.

@VidaNuevaDigital t.ly/8rfH5

Para conocer más de la propuesta  Módulo 1      Módulo 2          Módulos 3 y 4

Las dos banderas, la ética y la estética  

En los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola se propone una meditación en la que el ejercitante debe de considerar bajo qué bandera, ejército o línea de actuación se reconoce. Si junto a Cristo en Jerusalén, lugar hermoso y gracioso, o en Babilonia, donde el malo convoca a sus huestes entre el fuego y el humo.

Ignacio conoció Tierra Santa, estuvo allí en 1523, pocos años después de que fuera incorporada al Imperio Otomano en 1517. Aún no estaban construidas las murallas de Jerusalén que hoy conocemos, pues fueron hechas por Suleiman entre 1535 y 1538. Es cierto que el sentido espiritual de Jerusalén es muy fuerte, ciudad santa para tantas religiones… Pero su distribución y arquitectura es más bien caótica, quizás la vista más bella que pudo contemplar Ignacio fue al subir al lugar de la Ascensión del Señor, desde donde se contemplan la cúpula de la Roca y los muros del antiguo Templo, con la puerta dorada por donde entrará el Mesías, inaugurando la Jerusalén celeste. Esta Jerusalén futura es a la ciudad que se está refiriendo Ignacio, y que colma su pensamiento. Ya que, puestos a pensar, la Babilonia donde murió Alejandro, sería un derroche de grandiosidad, por su disposición, sus palacios y sus jardines, lo que ha llevado a colocarla como una de las maravillas del mundo antiguo.

Pero Ignacio no fija la belleza en lo que realmente pudo llegar a ser Babilonia en contraposición con Jerusalén, sino en la Babilonia de la tradición griega y romana y especialmente bíblica, de ciudad de lujos, veleidades y vicios. En contraposición a la ciudad donde se peregrina y se ora y donde se espera que Dios inicie su reinado. No es que Ignacio tuviese mal gusto, ni mucho menos, sino que en el trasfondo de este ejercicio desarrolla un concepto estético desde lo puramente teológico: para él lo bello está unido a lo santo.

Pedro Rodríguez López, sj

@PASTORALSJ

t.ly/NjuEr