Nuevo libro de Gabino Uríbarri sobre la Vida Consagrada

El jesuita Gabino Uríbarri, profesor de la Universidad Pontificia Comillas, acaba de publicar, junto a Nurya Martínez-Gayol, ACI el libro “Raíz y Viento. La vida consagrada en su peculiaridad” (Editorial Salterrae)

El Papa Francisco convocó un año de la Vida Consagrada del 30 de noviembre de 2014, al 2 de febrero de 2016. A través de la propuesta de los dos autores, este libro se adentra en la peculiaridad Teológica de la Vida Consagrada desde dos perspectivas expresadas a dos voces. La primera, de Gabino Uríbarri, que profundiza en la raíz. Es decir, en su cualificación teológica y sustancial “sin perder de vista que la vida consagrada está constitutivamente llamada, por su propia vocación a ser viento dinámico y huracán del evangelio radical”. La segunda voz, de Nurya Martínez-Gayol, trata de emprender el vuelo que precisa del viento del Espíritu y que tome una forma de vida ‘sin forma’, sostenida por la fe, radicalizada en la esperanza y habitada por el amor. Precisamente el título, Raíz y viento, alude a esa combinación paradógica y esencial que marca la Vida Consagrada.

En la conclusión general conjunta, muestran la estrecha ligazón entre estas dos perspectivas, raíz y viento.

Gabino Uríbarri sj, es doctor en Teología, profesor ordinario del Departamento de Teología dogmática y fundamental de la Universidad Pontificia Comillas (Madrid) y miembro de la Comisión Teológica Internacional. Es autor de La singular humanidad de Jesucristo (Madrid 2007). Nurya Martínez-Gayol, aci, es profesora de Teología dogmática en la Universidad Pontificia Comillas. Doctorada en la Universidad Gregoriana con una tesis sobre «La gloria de Dios en san Ignacio», es autora de Los excesos del amor (Madrid 2012).

InfoSJ

 

Cambio climático: 12 claves de la cumbre de París

Fuente: El País

Los representantes de 195 países, la mayoría de los Estados del mundo, se reúnen en la cumbre del Clima de París entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre. En este encuentro se tratará de cerrar el primer acuerdo global para intentar frenar el cambio climático.

¿Qué es el cambio climático?

Los llamados gases de efecto invernadero, principalmente el dióxido de carbono (CO2), se acumulan en la atmósfera e impiden que las radiaciones infrarrojas que emite el planeta al calentarse salgan al espacio. Esto hace que la temperatura del planeta suba. Estos gases siempre han estado presentes en la atmósfera. El problema, según el consenso científico (casi absoluto), es que las actividades humanas han contribuido a romper el equilibrio existente. La industria, el transporte y los usos del suelos han aumentado la concentración de estos gases. Según la según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la concentración de CO2 en la atmósfera alcanzó en 2014 las 397,7 partes por millón (ppm). Antes de la Revolución Industrial era de 278 ppm.

¿Qué consecuencias tiene el cambio climático?

Los científicos del grupo IPCC de la ONU señalaban que si el ser humano continúa con el ritmo de emisión de gases sin tomar medidas de mitigación la temperatura media global subirá entre 3,7 y 4,8 grados en 2100 respecto al nivel preindustrial. Además del aumento de la temperatura y del nivel del mar, los científicos sostienen que también afectará a los fenómenos climáticos extremos, como inundaciones, sequías y ciclones. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE UU ha analizado 28 fenómenos extremos registrados en el planeta en 2014. Y concluye que en 14 casos el cambio global ha hecho que sean más probables o más fuertes.

¿Se puede revertir?

Los científicos del IPCC advierten de que ya existe un cambio climático comprometido debido a los gases de efecto invernadero que el hombre ha emitido, sobre todo, desde la década de los setenta del siglo pasado. Esto hace que no se pueda impedir que la temperatura media global aumente. La opción que dan es limitar ese incremento a dos grados en 2100 respecto a los niveles preindustriales, para evitar así grandes desastres naturales.

¿Qué es la COP21 de París?

La vigésimo primera Conferencia de las Partes (COP21) es la cumbre en la que se sientan los 195 países firmantes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). En este tratado internacional, que data de 1992, se reconocía la importancia del calentamiento global. Pero ese texto tenía que desarrollarse con medidas concretas.

¿Qué es el Protocolo de Kioto?

El Protocolo de Kioto, de 1997, fija las metas concretas de reducción de gases que tienen que acometer los países desarrollados. Pero, finalmente, solo vinculó a 37 Estados, de los que 28 pertenecen a la Unión Europea, y que representan el 12% de las emisiones globales. Fuera se quedaron las principales potencias emisoras: China, al no estar dentro del grupo de países desarrollados, y EE UU, que no ratificó el protocolo. Kioto entró en vigor en 2005 y, tras diez años de aplicación, ha conseguido una reducción del 22% de las emisiones en los 37 países firmantes, muy por encima del 5% fijado como meta. Pero al no estar las principales potencias, las emisiones globales han seguido creciendo. Entre 2000 y 2010, por ejemplo, se incrementaron un 24%.

¿Qué se discute en París?

Un protocolo que sustituya al de Kioto y que se empezaría a aplicar a partir de 2020. En este caso, la intención es que los 195 firmantes lleven a cabo políticas de mitigación, es decir, reducciones de emisiones. Además, se espera que se fije como objetivo que, a final de siglo, la temperatura global no supere los dos grados, aunque los Estados más expuestos (como los isleños) quieren bajar esa meta a 1,5 grados.

¿Qué fórmula se ha elegido?

El tratado no impondrá metas individuales de reducción de CO2. Para intentar no repetir Kioto, con un alcance muy limitado, se ha optado por otra fórmula: que cada país voluntariamente presente compromisos de reducción de emisiones, tanto los desarrollados como los que no lo son. A unos días del inicio de la cumbre, más de 170 lo han hecho. Entre ellos figuran todas las principales potencias económicas del mundo.

¿Son suficientes los esfuerzos presentados?

No. Según las estimaciones realizadas por la ONU, al extrapolar los compromisos voluntarios (en los que los Estados fijan metas para 2025 y 2030) el resultado es que la temperatura a final de siglo subirá como mínimo 2,7 grados, aunque otras organizaciones e instituciones hablan de hasta cuatro grados. De hecho, la previsión es que hasta 2030 las emisiones sigan creciendo, aunque a un ritmo menor que en las últimas décadas. Algunas potencias, como la UE y China, proponen como solución ante esta brecha que esos compromisos individuales se vayan revisando al alza cada cinco años e ir acercándose a la meta de los dos grados.

¿Será vinculante el protocolo de París?

Este puede ser uno de los puntos más complicados en la cumbre de París. La UE apuesta por un protocolo con apartados vinculantes. Por ejemplo, que lo sean los compromisos de reducción de emisiones que cada país ha presentado voluntariamente. Sin embargo, la Administración de Barack Obama podría tener problemas, como ya ocurrió con Kioto, para que el Congreso y el Senado ratifique un protocolo legalmente vinculante. La UE ha renunciado ya a que se incluyan sanciones, al considerarlo un elemento que puede disuadir a algunos países a la hora de firmar el acuerdo.

¿Qué es la adaptación?

Además de mitigación, en la cumbre también se discuten políticas de adaptación, es decir, medidas para que los países más vulnerables puedan prepararse para el cambio climático. Para ello, está prevista la creación del llamado Fondo Verde para el Clima, que a partir de 2020 cuente con 100.000 millones de dólares anuales. ¿Quién debe aportar? Esta puede ser otra de las dificultades en París. En teoría, solo los países considerados desarrollados. Pero fuera de esa categoría se quedarían potencias como China.

¿Habrá acuerdo?

Es complicado aventurarse. En 2009, con la cumbre de Copenhague, se levantaron expectativas parecidas a las de París y se fracasó. En esta ocasión, al margen de que las señales del cambio climático se han acentuado, parece haber una implicación mayor de las principales potencias, del G20 en general y de China, EE UU y Alemania en particular. Los líderes de estos tres países han situado el cambio climático en su agenda durante el último año.

¿Y si no hay acuerdo?

Si no se cierra, o se cierra un pacto poco ambicioso, no significará que la lucha contra el cambio climático se pare. Muchos de los compromisos voluntarios de reducción de emisiones ya los contempla cada país en su legislación nacional. Sería el caso, por ejemplo, de la UE, que se ha fijado unas metas concretas para 2030 al margen de la cumbre. Si no hay acuerdo, quizás, la peor parada sería la ONU y la idea de que un problema global como el cambio climático puede tener una respuesta también global

 

¿Es el ateo el buen samaritano?

En estos días ha aparecido un artículo en prensa titulado “El buen samaritano es el ateo” sobre un estudio que muestra que los niños y niñas criados en ambientes religiosos son menos proclives a ser generosos.

No tengo manera de contestar al estudio ni de hacer observaciones, pero como cristiana sí de hacer preguntas. Para ello quizá ayude el enfoque que José Laguna proponía en el cuadernillo de Cristianime i Justicia “Hacerse cargo, cargar y encargarse de la realidad” donde a través de la parábola del Buen Samaritano analiza nuestra forma de ver y de actuar como cristianos en el sXXI.

Dice Pepe Laguna que en la parábola tanto el sacerdote como el levita “viendo no ven”, es decir, que teniendo claro que ambos vieron al “hombre medio muerto” ninguno se paró a ayudarle porque según su religión quedarían impuros si lo tocaban. Sin embargo, el samaritano “hizo lo que se esperaba de un pecador como él, impurificarse”, es decir, la cosmovisión religiosa fue la causa de la ceguera ante el dolor ajeno. Siendo esto así, quizá no sean tan extrañas las conclusiones del estudio, lo que no quita que sigan siendo inquietantes para los que pensamos que nuestra fe en el sXXI nos lleva a ser más generosos y compasivos.

Bien es cierto que la fe y la religión no tienen por qué ir de la mano y que el estudio se refiere a las religiones en general. Además, el estudio parece referirse a una solidaridad espontánea, esa que responde o no al ver a una persona siendo agredida en el metro, a un chico subsahariano que está siendo detenido por no llevar la documentación requerida o a una persona sin hogar tiritando de frío en las noches de invierno.

La compasión es quizá una de las claves pare leer este comportamiento. Dice José Laguna que el término griego usado por Lucas en el evangelio (esplagchnisthe) significa abrazar visceralmente, con las propias entrañas, los sentimientos o la situación del otro y que no debemos confundir compasión con lástima porque esta última pone distancia.

En el mismo artículo se habla de otro estudio que muestra que la compasión llevaba a las personas no creyentes a ser más generosas y aseguraba que «Los más religiosos, por el contrario, fundamentan menos su generosidad en las emociones y más en otros factores, como el dogma, la identidad de grupo o la reputación».

Estoy segura de que hay otros estudios que demuestran lo contrario, al igual que estoy segura de que uno siente mil contradicciones cuando lee estas conclusiones, y yo la verdad me acuerdo de las palabras que el jesuita Adolfo Chércoles repite una y otra vez. No recemos con los ojos cerrados, sino con los ojos abiertos, porque es en la realidad, en esa que pasa delante de ti y donde el Dios en el que creemos actúa cada día, donde nos la jugamos.

Pastoral SJ

 

Se acerca el Inicio del Año Jubilar de la Misericordia

El logo y el lema del Año Jubilar son una buena síntesis de lo que será este año de la Misericordia.

Con el lema ‘Misericordiosos como el Padre’ se propone vivir la misericordia siguiendo el ejemplo del Padre, que pide no juzgar y no condenar, sino perdonar y amar sin medida. El logo –obra del jesuita Marko I. Rupnik– se presenta como un pequeño compendio teológico de la misericordia. Muestra, en efecto, al Hijo que carga sobre sus hombros al hombre extraviado, recuperando así una imagen muy apreciada en la Iglesia antigua, porque indicaba el amor de Cristo que lleva a término el misterio de su encarnación con la redención.

El dibujo se destaca el Buen Pastor que toca en profundidad la carne del hombre, y lo hace con un amor capaz de cambiarle la vida. El Buen Pastor con extrema misericordia carga sobre sí la humanidad, pero sus ojos se confunden con los del hombre. La escena se coloca dentro la mandorla que es también una figura importante en la iconografía antigua y medieval por cuanto evoca la presencia de las dos naturalezas, divina y humana, en Cristo. Los tres óvalos concéntricos, de color progresivamente más claro hacia el externo, sugieren el movimiento de Cristo que saca al hombre fuera de la noche del pecado y de la muerte. Por otra parte, la profundidad del color más oscuro sugiere también el carácter inescrutable del amor del Padre que todo lo perdona.

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El Himno inicia con las palabras “Misericordiosos como el Padre”, que es el lema del Jubileo, inspirado en el Evangelio de San Lucas (6,36). El canto presenta una estructura trinitaria – en sus tres primeras estrofas – y la invocación a la paz en la cuarta y última estrofa. La primera estrofa resalta la sabiduría con la cual, Dios Padre ha creado el mundo, el mismo, que ha guiado a su pueblo a lo largo de la historia, que acoje y perdona a sus hijos. En la segunda estrofa, se alaba a Dios Hijo, “luz de los pueblos”, que ama a las creaturas con un “corazón de carne”. La alusión al Espíritu Santo, lo encontramos en la tercera estrofa, donde se invoca sus “siete santos dones”. Finalmente, en la última estrofa se pide la paz de Dios y la llegada del nuevo cielo y la nueva tierra.

Los autores, de la música, Paul Inwood, y del texto, el jesuita Eugenio Costa, han donado los derechos de autor de esta obra al Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización con el fin de facilitar la difusión del Himno en toda la Iglesia.

La grabación ha sido ejecutada por la Capilla Musical Pontificia, bajo la dirección de Mons. Massimo Palombella, y de Radio Vaticana.

Himno de la Misericordia

3 Errores en los que podemos caer tras los atentados de París

Los atentados terroristas del pasado viernes 13 de noviembre fueron cometidos por tres comandos yihadistas, que actuaron de manera coordinada. Su objetivo era, directamente, sembrar el caos y la muerte en las calles de París. E, indirectamente, impulsar el horror que desde hace tiempo muestra el grupo terrorista Daesh. Es claro que se hace necesaria una respuesta, pero conviene advertir que dejarnos dominar por el terror nos puede conducir al error.

Concretamente, quiero señalar tres posibles errores concatenados, como los tres comandos del terror, en este caso referidos a cómo abordamos la cuestión de los refugiados.

ERROR NÚMERO 1:

EN ORIGEN Cuando hemos sido golpeados tan brutal y directamente, los europeos podemos pensar que esto solo nos pasa a nosotros, o que se trata de un acto muy excepcional. Pero, desgraciadamente, no es así. Según datos del Global Terrorism Index 2015, publicado hace apenas unos días, el año pasado hubo más 32.000 muertes por terrorismo en todo el mundo, el 78% de las cuales se concentraron en cinco países: Iraq, Afganistán, Nigeria, Pakistán y Siria. Sólo en este país hubo 232 ataques terroristas que causaron unos 1.700 muertos. Pues bien: no podemos olvidar que los refugiados sirios huyen de la misma barbarie que estos días estamos sintiendo tan cerca. Si nuestra rutina nos hace olvidar la brutalidad de Boko Haram secuestrando niñas en Nigeria o de Al Shabab matando universitarios en Kenia, que al menos los atentados de París nos hagan un poco más cercanos a quienes sufren las bombas de Daesh en Siria, Líbano o Egipto. Sería un error olvidar el horror que empuja a las personas a huir de un país en guerra.

ERROR NÚMERO 2:

EN TRÁNSITO Durante las horas y los días que siguieron a los ataques terroristas del viernes hubo muchas informaciones inexactas, bastantes desmentidos, varios datos no contrastados e incluso algunos bulos. Una de las historias, aún no esclarecidas pero que ha recibido gran atención (quizá interesada), se refiere a la aparición en las inmediaciones del campo de fútbol de Saint Denis de un pasaporte sirio, supuestamente perteneciente a un refugiado que entró por Grecia. Ha bastado este dato, aún confuso, para que algunas voces hayan levantado alarmas, señalando que los yihadistas supuestamente entran en Europa camuflados de refugiados y reclamando un cierre de fronteras que bloquee la acogida a las personas que, huyendo de la guerra, solicitan protección internacional. Parece que el pasaporte en cuestión es falso, pero en todo caso bastaría uno entre 700.000 para poner en cuestión todo un sistema de asilo y refugio. Craso error, de nuevo motivado por el terror.

ERROR NÚMERO 3:

EN DESTINO Si algo muestran los atentados de esta semana es que vivimos una confrontación entre civilización y barbarie. La civilización es, o quiere ser, un espacio de acogida e integración, de convivencia y de respeto, de pluralidad y de igualdad, de justicia y de paz. La barbarie pretende construir una sociedad totalitaria, homogénea, oprimida. Pues bien, en la medida en que nos dejamos llevar por el prejuicio y la discriminación, caemos del lado de la barbarie. Y ese es otro error, explícitamente buscado por el terror. Por ello, como ha declarado la portavoz de ACNUR, Melissa Fleming, “los refugiados no deben ser convertidos en chivos expiatorios ni en víctimas secundarias de esos trágicos eventos”. Una sociedad civilizada, por el contrario, debe apostar por la acogida y la integración plena de las personas refugiadas en su seno. He a los terroristas. Y es que, si el horror nubla nuestros ojos, podemos errar en la mirada y en la acción.

Ante el terror, ¿muros o derechos?

Todos nos hemos sentido conmovidos por los brutales atentados de París del pasado viernes. Y los pasados en Líbano, y antes en Bali, en Afganistán, en Londres, en Irak… Pero si algo hemos aprendido en estos años es que el dolor y la rabia por las víctimas no pueden justificar medidas contrarias a los derechos humanos, que además se han demostrado claramente ineficaces. En ese sentido, resulta absolutamente inaceptable, y contrario al derecho internacional, las medidas anunciadas por algunos países de restringir el acceso de personas refugiadas tras los atentados de París.

Parece que algunos dirigentes que llevan meses regateando en sus obligaciones con los refugiados y retrasando posibles soluciones han encontrado una excusa, más que un motivo real, para cerrar sus fronteras y no cumplir con sus obligaciones internacionales. Además, para justificar estas medidas nos encontramos con numerosos discursos de líderes políticos y sociales que fomentan actitudes racistas y xenófobas contra la población migrante, refugiada o de otras creencias religiosas. Estos mensajes no solo son peligrosos para nuestra convivencia, además son falsos.

Vincular a las personas refugiadas que llegan a Europa con actos terroristas es además de injusto, irresponsable e irreal, particularmente cruel dado que miles de ellas precisamente huyen de esos grupos terroristas. De hecho, la inmensa mayoría de los actos terroristas los sufren población de países de mayoría musulmana. Así, para muchos de los que llegan a Europa, los actos terroristas no son una sorpresa que les sobresalta, sino que ha sido su rutina durante meses, o incluso años. Confiamos en que la sociedad europea no se deje manipular y rechace estos mensajes xenófobos y mantenga la actitud general de solidaridad y acogida hacia las personas refugiadas que ha mantenido en los últimos meses.

Ahora que parece que la tendencia tras los atentados es levantar muros en todas las fronteras de Europa en aras de una presunta seguridad, conviene señalar que la principal medida para salvar vidas de las personas que huyen los conflictos puede ser también una herramienta eficaz contra el terrorismo.

Si se habilitan vías legales y seguras para que se pueda solicitar asilo en los países de tránsito en el recorrido a Europa, se permitirá una mejor identificación y se minimizarían los riesgos, y sobre todo se desmontará gran parte del negocio de las mafias que trafican con personas ahora que sabemos que son otra de las vías de financiación de los grupos terroristas.

Es precisamente en estos momentos de consternación cuando con mayor fuerza hay que reclamar a los Estados que las respuestas ante esta situación se basen en el respeto de los derechos humanos y no se afecten vidas de población civil inocente.

Haber sufrido dentro de las fronteras europeas la barbarie terrorista nos debería reafirmar en nuestra solidaridad con los que la llevan sufriendo de forma constante y con los valores de derechos humanos. Si empezamos a cuestionarlos y a aplicar restricciones al derecho de asilo, el terror podrá decir que se ha anotado una victoria.

Por: Estrella Galán (secretaria general de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado – CEAR)

Fuente: Europa Press1

 

Respondiendo a la invitación de las redes

Existen algunas iniciativas que han surgido en el ambiente ignaciano para responder al mandato propiciado por la Congregación General 35 para mejorar las redes globales en la Compañía de Jesús, pero es importante resaltar dos de ellas:

-En Noviembre de 2008, colaboradores laicos y jesuitas de todos los continentes se encontraron en El Escorial, Madrid, para reflexionar en la manera ignaciana de hacer incidencia. En esta reunión, el grupo identificó unas áreas prioritarias en las que la Compañía debe basar las redes de incidencia. De esta forma es que surge la Red Global de Incidencia IgnacianaGIAN (por sus siglas en inglés).

La segunda respuesta al mandato de la CG35 tuvo lugar en abril de 2012, cuando se sostuvo una reunión internacional en Boston College para buscar la mejor manera de promover las redes de forma global. En esa reunión, los participantes identificaron la necesidad urgente de llevar una transformación mayor cultural y organizacional de la Compañía de Jesús y las redes fueron promovidas como la vía más inteligente para transformar a la Compañía de Jesús en un verdadero cuerpo global, capaz de responder a los principales retos globales del siglo veintiuno.

A un año de la Congregación General 36, las redes globales del Apostolado Social de la Compañía de Jesús se reunirá en Loyola en el encuentro nacional “Networking for Justice” para evaluar el impacto que han tenido las redes, identificar las principales lecciones aprendidas y proponer medidas concretas para mejorar aún más las redes en la Compañía de Jesús.

CPAL SJ

 

Las redes son el nuevo nivel de actuación

Por Dani Villanueva SJ

La adaptación a un contexto globalizado está en los genes de los jesuitas. San Ignacio ha promovido una visión universal claramente presente en la contemplación de la Encarnación (EE 102), que se traduce en lo que hasta ahora  es una sensación desconocida de ser enviado en una misión apostólica global, y con una dimensión de disponibilidad y movilidad para la mayor gloria de Dios. Incluso el cuarto voto es en sí una llamada a la universalidad, al servicio del obispado de la Iglesia mundial; y la unión jesuita de mentes y corazones es un medio espiritual que promueve unidad en una misión que dispersa inevitablemente el cuerpo apostólico por todo el mundo… ¿Acaso no estamos listos para las redes?

Empezamos llamándole cooperación interprovincial hace 50 años. Lo curioso desde entonces es que la atención creciente del medio corporal y la universalidad de la misión jesuita, cristalizada en las prioridades apostólicas formuladas en 1970 (repetidas en 2003 y actualizadas en 2008), no han sido igualadas con una actualización de nuestras estructuras. El desarrollo organizacional es de hecho una de las claves apostólicas para el futuro. Nuestras estructuras existentes deben ser renovadas para que podamos responder mejor a los retos globales y a los problemas internacionales de hoy y mañana. Esta, y nada más, es la razón por la que los jesuitas están desarrollando redes: son redes que promueven lo bueno de la misión.

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Desde la década de los setenta hemos estado creando redes: 

espacios colaborativos al servicio de la misión. Algunas operaron por unos años y superaron su utilidad, otras ni siquiera despegaron. Algunas redes simplemente sirvieron de soporte para obras individuales, centralizando e integrando servicios o vínculos comunes entre empresas localizadas en un solo lugar.  Otras, sin embargo, pueden ser consideradas redes organizacionales en las que miembros en distintos lugares coordinan esfuerzos y actúan en conjunto como un solo cuerpo.

Es precisamente este nivel de actuar que está en juego en el nuevo impulso hacia las redes jesuitas, uno en el que las instituciones e individuos se ven a sí mismos como parte de una misión más amplia y que trasciende los límites de su institución o región. Nos han dado una misión que es universal. Para responder como debemos en la actualidad, debemos desarrollar nuevas estructuras y formas de actuar. ¿Las redes pueden ser la respuesta?

CPALSJ

Seminario centroamericano de Colaboración entre laicos y jesuitas

Por Francisco Iznardo, SJ

El Centro Loyola de San Salvador sirvió para que se reunieran más de noventa personas de las diferentes obras y organizaciones e instituciones amigas para participar en el Seminario anual de Análisis. El tema que convocado fue “La colaboración de los jesuitas y el laicado en la Misión compartida de Fe y Justicia”.

Se inició con una ambientación a cargo de los hermanos mayas que venían desde Guatemala. Qajb’al Q’ij facilitó una ceremonia de agradecimiento y de petición al Corazón del Cielo y de la Tierra, a nuestra Madre y Padre el Dios de Jesús, para que nuestros días pasen tranquilos y saquemos buen fruto del encuentro.

El P. Provincial dio las palabras de Bienvenida y el primer día estuvo dedicado al marco teórico y al trabajo en grupos. Claudio Solís, coordinador de la Comisión de Colaboración, compartió los resultados de una reunión que se celebró el año 2006, sobre la colaboración entre laicos, laicas y jesuitas en América Latina y El Caribe y el P. Juan Hernández Pico ilustró sobre el significado del laicado en la Iglesia y sus orígenes bíblicos.

Después, iniciamos el trabajo en grupos para compartir nuestra experiencia en el trabajo conjunto de laicos y laicas y jesuitas en la Misión compartida. Se culminó el trabajo en grupos con una Plenaria muy rica. El Provincial cerró el día dando una visión de cómo está el trabajo conjunto en la Provincia.

El segundo día comenzó con un resumen preparado por la Comisión de Medios (C-CAM) que hizo reír y reflexionar. Yolanda González y Aracely Medina compartieron su visión sobre los desafíos de la realidad a la Misión compartida Fe y Justicia. Deleitaron a los asistentes con una presentación multimedia y un toque femenino que llegó al corazón. Los testimonios de dos laicas (Rosario Martínez y Evelin Salgado) y dos laicos (Marcelino López y Joksan Flores) sobre su relación con los jesuitas en la Misión y en su vida, fueron momentos emocionantes y muy significativos para entender los lazos afectivos pero sobre todo la importancia de trabajar juntos y juntas por la Misión Fe y Justicia. En la tarde se realizó un paseo “martirial” visitando la UCA y la tumba de Monseñor Romero.

Al día siguiente, el P. Ricardo Falla introdujo en la reflexión sobre cómo se lleva a cabo en las distintas obras y países la dimensión social y se reflexionó con “un café ciudadano” que fue sacando inquietudes, gozos y tristezas, que llevaron a concluir en la Cosecha.

El P. Melo nos ayudó a concretar nuestras reflexiones y esperanzas en acciones concretas al regresar a nuestra cotidianeidad.

El encuentro se llevó a cabo del 22 al 24 de septiembre del presente año.

El ambiente festivo pero intenso ha llenado de confianza en que se puede mejorar la Misión, pero que se va por el camino de la Fe y la Justicia, aprendiendo cada día más de la necesidad y complementariedad de jesuitas y laicado.

¡Ojalá que sepamos transmitirlo en nuestros apostolados y a los nuevos jesuitas y nuevos laicos y laicas que se vayan sumando en nuestro caminar!

CPAL SJ

Los provinciales se reúnen en la XXXI Asamblea de la CPAL

Una vez terminado el encuentro de Electores de la Congregación General 36 de nuestra Conferencia de América Latina del 2 al 5 de noviembre, luego de una hermosa visita al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, el compartir fraterno con nuestros hermanos de Santiago en la comunidad de San Ignacio y la visita a la tumba de San Alberto Hurtado, hemos tenido la XXXI Asamblea de la CPAL, desarrollada en la Casa de Ejercicios Padre Hurtado (Santiago de Chile), del 7 al 9 de noviembre del presente año, conformada por el Presidente de la CPAL, los doce provinciales, los dos Asistentes Regionales, tres miembros del Equipo de la CPAL y el Superior de la Plataforma Apostólica de la Amazonía.

De acuerdo a nuestro cronograma de trabajo, se dio inicio a la Asamblea con el informe del Presidente de la CPAL y de los diversos sectores interprovinciales: Formación, Educación, Juventud y Vocaciones, Social, Comunicación, Parroquias y Espiritualidad, y Colaboración. Estos informes nos permitieron constatar el avance significativo de CPAL.

Compartimos los esfuerzos que en cada una de nuestras provincias se está haciendo para llevar adelante la evaluación de las obras solicitada por el P. General y nos comprometimos a avanzar en esa dirección. También conversamos sobre las políticas establecidas en cada Provincia para profundizar los medios de prevención de abusos contra personas vulnerables en nuestras obras y actividades siguiendo en ello los deseos expresados por el Papa Francisco.

Uno de los temas centrales de la Asamblea fue la “Evaluación de medio término” de las seis prioridades del Proyecto Apostólico Común (PAC). El balance global fue positivo, se ha logrado consolidar las actividades interprovinciales y se ha fortificado el trabajo en redes; permanece sin embargo la dificultad de una aplicación uniforme de todas las prioridades, constatamos que las prioridades uno y seis han tenido un fuerte desarrollo, no 2 así la prioridad tres. Otro momento importante fue la revisión del Plan Operativo Anual (POA) 2016 de la CPAL, elaborado por los diversos sectores con sus respectivas prioridades, objetivos, líneas de acción, resultados, indicadores de impacto, metas y responsables.

Se abordaron también otros temas de nuestras Provincias, Conferencia y Compañía Universal, como también de nuestra próxima reunión a desarrollarse los días 3 al 7 de mayo de 2016 en El Salvador, donde tendremos unos días de trabajo conjunto con la Conferencia de Canadá y Estados Unidos.

Nuestro sincero agradecimiento al P. Provincial de Chile y a su Equipo de la Curia Chilena, al personal de la Casa de Ejercicios Padre Hurtado, a los escolares del CIF, a los jesuitas de la Residencia San Ignacio y a toda la Provincia chilena por la excelente atención y fraternidad manifestada en todo momento.

Se abre un tiempo importante donde la oración de todos por los frutos de nuestra Congregación General 36 es fundamental. A todos pues encomendamos esta misión, en particular a nuestros compañeros de nuestras enfermerías, para que el buen Dios nos regale su Espíritu con el cual podamos iluminar el camino que debemos seguir en servicio de Cristo y su Iglesia.

CPALSJ

 

Los jesuitas españoles que participarán en la CG 36 de la orden

La Congregación General (CG) tendrá lugar en Roma en octubre de 2016 y se elegirá un sustituto para el actual superior general de la Compañía de Jesús.

Esta mañana, durante la Congregación de Provincia de los jesuitas de España que se está celebrando en Loyola (Guipúzcoa) se ha elegido a los 6 jesuitas que participarán en la próxima Congregación General (CG), órgano supremo de gobierno de la orden.

La que será la CG 36 comenzará en Roma el 2 de octubre de 2016 y en ella se espera elegir al sustituto del P. Adolfo Nicolás SJ, actual superior general de la Compañía de Jesús.

Junto al actual Padre Provincial de los jesuitas en España, Francisco J. Ruiz Pérez, han sido nombrados para participar en la congregación otros seis miembros de la Compañía.

Los elegidos han sido: Pablo José Alonso, maestro de novicios de los jesuitas de España y delegado de Formación; Francisco Javier Álvarez de los Mozos, miembro del Secretariado de Justicia Social y Ecología; Cipriano Díaz Marcos, delegado provincial de la Tercera Edad; Juan José Etxeberría superior Provincial en Deusto; José Ignacio García Jiménez, director del Centro Social de los Jesuitas de Europa en Bruselas y Llorene Puig, delegado de la Plataforma Territorial de Cataluña.

Además se ha elegido al hermano jesuita español Wenceslao Soto para participar como candidato en la elección del hermano jesuita que representará a Europa.

Fuente: InfoVaticana