Francisco: «Soñá que el mundo con vos puede ser distinto»

Palabras de aliento del Papa Francisco, que saludó a los Jóvenes cubanos congregados en el Centro Cultural P. Félix Varela de La Habana.

Fuente: Radio Vaticano

Ustedes están parados y yo estoy sentado. Qué vergüenza. Pero, saben por qué me siento, porque tomé notas de algunas cosas que dijo nuestro compañero y sobre estas les quiero hablar. Una palabra que cayó fuerte: soñar. Un escritor latinoamericano decía que las personas tenemos dos ojos, uno de carne y otro de vidrio. Con el ojo de carne vemos lo que miramos. Con el ojo de vidrio vemos lo que soñamos. ¿Está lindo, eh?

En la objetividad de la vida tiene que entrar la capacidad de soñar. Y un joven que no es capaz de soñar, está clausurado en sí mismo, está cerrado en sí mismo. Cada uno a veces sueña cosas que nunca van a suceder, pero soñalas, desealas, busca horizontes, abrite, abrite a cosas grandes. No sé si en Cuba se usa la palabra, pero los argentinos decimos “no te arrugues”, ¿eh? No te arrugues, abrite. Abrite y soñá. Soñá que el mundo con vos puede ser distinto. Soñá que si vos ponés lo mejor de vos, vas a ayudar a que ese mundo sea distinto. No se olviden, sueñen. Por ahí, se les va la mano y sueñan demasiado, y la vida les corta el camino. No importa, sueñen. Y cuenten sus sueños.

Cuenten, hablen de las cosas grandes que desean, porque cuánto más grande es la capacidad de soñar, y la vida te deja a mitad camino, más camino has recorrido. Así que, primero, soñar.

Vos dijiste ahí una frasecita que yo tenía acá escrita en la intervención de él, pero la subrayé y tomé alguna nota: que sepamos acoger y aceptar al que piensa diferente. Realmente, nosotros, a veces, somos cerrados. Nos metemos en nuestro mundito: “o este es como yo quiero que sea, o no”. Y fuiste más allá todavía: que no nos encerremos en los conventillos de las ideologías o en los conventillos de las religiones.

Que podamos crecer ante los individualismos. Cuando una religión se vuelve conventillo, pierde lo mejor que tiene, pierde su realidad de adorar a Dios, de creer en Dios. Es un conventillo. Es un conventillo de palabras, de oraciones, de “yo soy bueno, vos sos malo”, de prescripciones morales. Y cuando yo tengo mi ideología, mi modo de pensar y vos tenés el tuyo, me encierro en ese conventillo de la ideología.

Corazones abiertos, mentes abiertas. Si vos pensás distinto que yo, ¿por qué no vamos a hablar? ¿Por qué siempre nos tiramos la piedra sobre aquello que nos separa, sobre aquello en lo que somos distintos? ¿Por qué no nos damos la mano en aquello que tenemos en común? Animarnos a hablar de lo que tenemos en común. Y después podemos hablar de las cosas que tenemos diferentes o que pensamos. Pero digo hablar. No digo pelearnos. No digo encerrarnos. No digo “conventillar”, como usaste vos la palabra. Pero solamente es posible cuando uno tiene la capacidad de hablar de aquello que tengo en común con el otro, de aquello para lo cual somos capaces de trabajar juntos.

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En Buenos Aires, estaban – en una parroquia nueva, en una zona muy, muy pobre – estaban construyendo unos salones parroquiales un grupo de jóvenes de la universidad. Y el párroco me dijo: “¿Por qué no te venís un sábado y así te los presento?”. Trabajaban los sábados y los domingos en la construcción. Eran chicos y chicas de la universidad. Yo llegué y los vi, y me los fue presentando: “éste es el arquitecto – es judío – éste es comunista, éste es católico práctico, éste es…”.

Todos eran distintos, pero todos estaban trabajando en común por el bien común. Eso se llama amistad social, buscar el bien común. La enemistad social destruye. Y una familia se destruye por la enemistad. Un país se destruye por la enemistad. El mundo se destruye por la enemistad. Y la enemistad más grande es la guerra. Y hoy día vemos que el mundo se está destruyendo por la guerra. Porque son incapaces de sentarse y hablar: “bueno, negociemos. ¿Qué podemos hacer en común? ¿En qué cosas no vamos a ceder? Pero no matemos más gente”. Cuando hay división, hay muerte. Hay muerte en el alma, porque estamos matando la capacidad de unir. Estamos matando la amistad social. Y eso es lo que yo les pido a ustedes hoy: sean capaces de crear la amistad social.

Después salió otra palabra que vos dijiste. La palabra esperanza. Los jóvenes son la esperanza de un pueblo. Eso lo oímos de todos lados. Pero, ¿qué es la esperanza? ¿Es ser optimistas? No. El optimismo es un estado de ánimo. Mañana te levantás con dolor de hígado y no sos optimista, ves todo negro. La esperanza es algo más. La esperanza es sufrida. La esperanza sabe sufrir para llevar adelante un proyecto, sabe sacrificarse.

¿Vos sos capaz de sacrificarte por un futuro o solamente querés vivir el presente y que se arreglen los que vengan? La esperanza es fecunda. La esperanza da vida. ¿Vos sos capaz de dar vida o vas a ser un chico o una chica espiritualmente estéril, sin capacidad de crear vida a los demás, sin capacidad de crear amistad social, sin capacidad de crear patria, sin capacidad de crear grandeza? La esperanza es fecunda. La esperanza se da en el trabajo. Yo aquí me quiero referir a un problema muy grave que se está viviendo en Europa, la cantidad de jóvenes que no tienen trabajo.

Hay países en Europa, que jóvenes de veinticinco años hacia abajo viven desocupados en un porcentaje del 40%. Pienso en un país. Otro país, el 47%. Otro país, el 50%. Evidentemente, que un pueblo que no se preocupa por dar trabajo a los jóvenes, un pueblo – y cuando digo pueblo, no digo gobiernos – todo el pueblo, la preocupación de la gente, de que ¿estos jóvenes trabajan?, ese pueblo no tiene futuro. Los jóvenes entran a formar parte de la cultura del descarte. Y todos sabemos que hoy, en este imperio del dios dinero, se descartan las cosas y se descartan las personas.

Se descartan los chicos porque no se los quiere o porque se los mata antes de nacer. Se descartan los ancianos – estoy hablando del mundo, en general – se descartan los ancianos porque ya no producen. En algunos países, hay ley de eutanasia, pero en tantos otros hay una eutanasia escondida, encubierta.

Se descartan los jóvenes porque no les dan trabajo. Entonces, ¿qué le queda a un joven sin trabajo? Un país que no inventa, un pueblo que no inventa posibilidades laborales para sus jóvenes, a ese joven le queda o las adicciones, o el suicidio, o irse por ahí buscando ejércitos de destrucción para crear guerras. Esta cultura del descarte nos está haciendo mal a todos, nos quita la esperanza. Y es lo que vos pediste para los jóvenes: queremos esperanza. Esperanza que es sufrida, es trabajadora, es fecunda. Nos da trabajo y nos salvan de la cultura del descarte. Y esta esperanza que es convocadora, convocadora de todos, porque un pueblo que sabe auto-convocarse para mirar el futuro y construir la amistad social – como dije, aunque piense diferente – ese pueblo tiene esperanza.

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Y si yo me encuentro con un joven sin esperanza, por ahí una vez dije, un joven es jubilado. Hay jóvenes que parece que se jubilan a los veintidós años. Son jóvenes con tristeza existencial. Son jóvenes que han apostado su vida al derrotismo básico. Son jóvenes que se lamentan. Son jóvenes que se fugan de la vida. El camino de la esperanza no es fácil y no se puede recorrer solo. Hay un proverbio africano que dice: “Si querés ir de prisa, andá solo, pero si querés llegar lejos, andá acompañado”. Y yo a ustedes, jóvenes cubanos, aunque piensen diferente, aunque tengan su punto de vista diferente, quiero que vayan acompañados, juntos, buscando la esperanza, buscando el futuro y la nobleza de la patria.

Y así, empezamos con la palabra “soñar” y quiero terminar con otra palabra que vos dijiste y que yo la suelo usar bastante: “la cultura del encuentro”. Por favor, no nos desencontremos entre nosotros mismos. Vayamos acompañados, uno. Encontrados, aunque pensemos distinto, aunque sintamos distinto. Pero hay algo que es superior a nosotros, es la grandeza de nuestro pueblo, es la grandeza de nuestra patria, es esa belleza, esa dulce esperanza de la patria, a la que tenemos que llegar. Muchas gracias.

Bueno, me despido deseándoles lo mejor. Deseándoles… todo esto que les dije, se los deseo. Voy a rezar por ustedes. Y les pido que recen por mí. Y si alguno de ustedes no es creyente – y no puede rezar porque no es creyente – que al menos me desee cosas buenas. Que Dios los bendiga, los haga caminar en este camino de esperanza hacia la cultura del encuentro, evitando esos conventillos de los cuales habló nuestro compañero. Y que Dios los bendiga a todos.

Pobreza y Narcotráfico

Universidad Católica de Córdoba

En el marco de la jornada Pobrezas y narcotráfico. Políticas públicas sobre desigualdad social y prevención de adicciones, entrevistamos a Daniel Arroyo, politólogo y referente en desarrollo social. Será uno de sus disertantes en la jornada organizada por el Foro de Rectores de la Provincia de Córdoba que se lleva a cabo el 10 de septiembre a las 19h en Ciudad de las Artes, Concepción Arenales y Av. Richieri, Córdoba.

¿Por qué pobreza y narcotráfico van de la mano?

–Hay dos razones por las cuales pobreza y narcotráfico están hoy vinculadas. La primera es que el que vende droga gana más que el que trabaja. La segunda es que hay un ciclo complicado para los jóvenes: en la medida de que un pibe está hacinado en la casa, entonces se va a la esquina y empieza a consumir paco u otra sustancia porque si no consume no se integra al barrio, no tiene lugar. Cuando lo hace, además de un problema de salud y de adicción, adquiere una deuda y siempre hay alguien que se le acerca para plantearle cualquier idea para cancelar esa deuda. Ese ciclo se da en seis meses y lo sufren claramente más los jóvenes pobres. Por eso me parece que las adicciones y el narcotráfico son algo que atraviesa a distintos sectores sociales, pero que golpea fuertemente a los sectores pobres que en muchos casos son usados como modo para poder extender su negocio.

¿Cuál es la situación actual de nuestro país?

–Hay varias etapas en el tema del narcotráfico y en Argentina estamos en la tercera. La primera tiene que ver con el aumento de las adicciones: es claro que en nuestro país se consume más alcohol y drogas. La segunda es que el que vende droga es alguien que está instalado en el barrio, no viene de afuera y además, es el que tiene mayor movilidad social o el que le va mejor. Un pibe engancha un laburo por 4500 pesos y el que vende droga hace eso en pocos días. La tercera etapa es cuando hay dominio de territorio: lugares donde el Estado y la policía no entran y los dominan los narcotraficantes, muchas veces con connivencia de otros. La cuarta que es el financiamiento del sistema político, como se da en México y en Colombia.

Yo tengo una mirada muy crítica sobre lo que pasa en Argentina: tenemos 28% de pobreza, 34 % de trabajo informal y un millón y medio de jóvenes que no estudian ni trabajan. Ahí está el núcleo del problema central y es evidente que el avance del narcotráfico ha ido complicando las cosas no solo porque hoy quien vende droga es el que le va mejor, sino porque en parte es el que presta asistencia social. Cuando en el jardincito del barrio necesitan un micro para ir de excursión, el que puede financiar y tiene la plata es el que vende droga. Lo mismo hoy es el que está dando crédito en el barrio y se está transformando en un actor que va creciendo. Creo que ese es un punto importante para tener en cuenta.

Argentina no es ni México ni Colombia donde básicamente el narcotráfico va a llegar a definir y a financiar el sistema político, pero lo que está claro es que fuimos avanzando y ahí hay un problema serio, porque nos vamos acercando peligrosamente. La discusión sobre si es un país de tránsito o de producción es absurda: en Argentina se produce. Además, el que transita sustancias por la Argentina paga sobornos o coimas y lo hace en droga, o sea que el que se queda con esa coima tiene que transformarla en dinero y para eso la fragmenta y lleva a los barrios.

¿Cuál es el rol que debe asumir el estado y la política?

–Yo tengo una opinión muy crítica de lo que ha hecho el estado en los últimos años respecto de esto. Han hecho políticas respecto a educación y para reducir la pobreza, pero no contra el narcotráfico y el aumento de las adicciones y ese es un partido que estamos perdiendo diez a cero. Lo primero que tiene que hacer el Estado es tomarlo como prioridad y ahí yo creo que más allá de quién gobierne, hay que lograr un acuerdo multipartidario y hacer algo muy distinto los próximos años. A la Argentina le faltan 200 centros de atención de adicciones y lugares donde acompañar. La mamá que tiene un chico adicto rebota en todos lados. Si no tiene prepaga no tiene dónde mandar a su hijo y termina llevándolo a la comisaría porque no sabe qué hacer. Las organizaciones sociales o eclesiásticas pueden colaborar haciendo muchas cosas pero el rol central es del Estado y de la política. Por eso es prioridad poner en marcha rápidamente los centros de atención de adicciones.

Además, soy de los que creen que no es con la policía como se va a combatir la venta de droga sino que hay que crear una fuerza especial que tenga capacidad para intervenir por fuera de esa institución.

Para usted ¿cuál debería ser el rol de las universidades?

–Me parece que tienen un rol central que es el de investigación, trabajar con datos, construir metodologías de investigación y estudios cuantitativos y cualitativos que nos permitan ver dónde estamos parados. Por ejemplo, el estudio del observatorio de la deuda social de la Universidad Católica Argentina, establece que hubo un aumento del 50 % del consumo en los barrios pobres, y eso está marcando una tarea para encarar.

Más allá de esto, tienen un rol central en acompañar a los jóvenes en cambiar una matriz cultural importante. Hoy está instalada en los chicos de los distintos sectores sociales la idea de un poco no hace mal y que se puede entrar y salir. Y ahí es donde empieza a complicarse.

¿Sobre qué aspectos considera que se debería trabajar o hacia dónde se debe apuntar?

–Hay tres cosas que tenemos que lograr sí o sí. Una es que todos los chicos terminen la escuela secundaria y aprendan. Otra es sacar la droga de los barrios. La tercera tiene que ver con que mucha gente de los sectores más pobres está tomando créditos usurarios a tasas muy altas (150 o 200 % anual) y pagando lo que no le entra. Ese círculo complica todo el resto y es necesario cortarlo.

Si lo gramos esas tres cosas, habremos por lo menos avanzado y a eso es a lo que apuesto para los próximos años en la Argentina.

Encuentro Nacional de CVX Argentina

Por  Carlos Acosta – Presidente CVX – Argentina

Como Comunidad Nacional CVX – Argentina nos encontramos, los días 15 y 16 de agosto, en la ciudad de Corrientes en la Casa de Retiros “San Ignacio de Loyola”, bajo el lema: “Con Cristo en Familia, construyendo la paz”.

Nos propusimos como objetivos generales:

• Encontrarnos, celebrar y compartir para afianzar nuestra identidad como Comunidad Nacional y seguir concretando los desafíos discernidos en la Asamblea Nacional 2014.

Profundizar nuestra vivencia de la espiritualidad laical ignaciana.

Crecer en nuestra conciencia de una Comunidad Mundial.

Para concretarlos abordamos dos “fronteras”: Familia y Jóvenes, con el objetivo de : “Salir al encuentro de estas fronteras para vivenciarlas, reconociéndolas como “Misión Común”, desde los diferentes niveles de misión, a partir de lo que se está haciendo y de las invitaciones que estamos recibiendo”.

Cartel de bienvenida

En cada frontera se presentaron acciones que se están llevando adelante. Junto con esto se compartió qué es y que hace el MEJ y la Red Juvenil Ignaciana. Y se aprovechó la oportunidad para presentar la propuesta de “Hermanamiento Apostólico” hecha por la Parroquia San José de las Petacas de la localidad San José del Boquerón – Pcia. de Santiago del Estero –.

También se invitó a trabajar con el Plan de Formación mediante la vinculación con el Equipo de Formación Nacional para generar espacios de crecimiento comunes.

Para finalizar se propuso materializar algunas acciones respecto a las fronteras mencionadas. De esta última actividad surgió la iniciativa de vincularse con la comunidad del Boquerón mediante la creación de un equipo de trabajo que se ha denominado “Hermandad Boquerón». Esta vinculación se concretará oficialmente mediante el “Hermanamiento Apostólico” entre la parroquia y CVX – Argentina.

Participamos del encuentro 43 personas entre cevequianos y Jesuitas. Teniendo la grata presencia y bendición inicial del Arzobispo de Corrientes Monseñor Andrés Stanovnik OFMCap. que nos acompañó en la apertura y del Padre Provincial Alejandro Tilve SJ que nos acompañó durante todo el domingo y celebró, junto al Padre Victor Pacharoni SJ y Juan Berli SJ, la eucaristía de cierre y envío a la misión.

Y así nos despedimos muy consolados por todo lo vivido, sintiéndomos comprometidos a seguir dando vida al lema que nos acompañó: “CON CRISTO EN FAMILIA CONSTRUYENDO LA PAZ”.

Para terminar les compartimos la oración del Papa Francisco con la concluía la invitación al encuentro, decíamos así:

“Ofreciéndonos a nuestra Madre, escuchamos unas palabras del Papa Francisco:

“La Virgen María, que con su “sí” inspiró a vuestros fundadores, os conceda responder sin reservas a la vocación de ser “luz y sal” en los entornos en los que vivís y trabajáis. Os acompaña también mi bendición que de corazón imparto a todo vosotros y a vuestras familias. Por favor, no os olvidéis de rezar por mí”.

 

Inauguran el Centro de Interpretación del Legado Jesuítico

El jueves 3 de septiembre a las 18 hs, se inauguró, en la Estancia de Colonia Caroya, el nuevo Centro de Interpretación del Legado Jesuítico y Camino Real, para la recepción y atención de turistas. También quedará inaugurada la restauración de la Casona Antigua del Camino Real. El nuevo Centro de Interpretación del Legado Jesuítico y Camino Real, emplazado en el ingreso de la Estancia Jesuítica de Colonia Caroya, a 48 Km. de la capital cordobesa, en el Departamento Colón.

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El nuevo edificio, de 350 m2 está emplazado en un predio de 3500 m2, permitirá atender cómodamente a los turistas y albergar muestras y exposiciones en sus amplias dependencias.

También quedó inaugurada la restauración efectuada en la Casona Antigua del Camino Real, edificio del siglo XIX y la boca de acequia que los historiadores afirman data del siglo XVIII.

El ingreso al Centro de Interpretación se realiza por la fachada norte, donde los turistas llegarán a un punto de información y desde allí a una amplia recepción.

El Centro consta de cuatro salas equipadas con un moderno sistema de ménsulas multipropósito, que permitirán el armado de muestras artísticas, fotográficas e instalaciones de todo tipo, además de una sala de microcine multimedia para 40 personas.

Todos los ambientes están equipados con sistema de sonido y música ambiental y cuentan con Internet y WI FI.

En total, las cinco estancias con moderna iluminación de led están vinculadas por un pasillo que llega hasta el extremo oeste de la planta, donde se encuentra el sector de sanitarios y servicios.

En el exterior se ha dispuesto una playa de estacionamiento iluminada con farolas coloniales con capacidad para 80 autos, en un amplio parque de añosas especies autóctonas.

Contenidos del centro Turístico Caroya

Interpretar puede entenderse como un conjunto de acciones para presentar al público un lugar o un objeto, o un conjunto de ellos, para informarlo, despertar/satisfacer su curiosidad y motivarlo al conocimiento vivencial del mismo. El fin de la interpretación es dejar en el visitante un entendimiento de por qué y en qué sentido es importante ese lugar u objeto, cuál es su significación, preparándolo para la experiencia directa. Se trata de una herramienta básica para la apreciación y comprensión del público de los sitios culturales patrimoniales.

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En el caso del Centro Caroya, en el edificio principal se expone información gráfica y fotográfica sobre el patrimonio mundial en general y sobre el sitio Manzana y Estancias Jesuíticas de Córdoba en particular. Para ello, en la sala de acceso se presenta, al inicio de la visita (sala 1), una línea gráfica de tiempo conteniendo las principales acciones desarrolladas por la Compañía de Jesús en el territorio de Córdoba desde 1585 hasta el presente. Pequeños textos e imágenes permiten un acabado conocimiento de los hechos históricos para que el visitante pueda ubicar la importancia de esas acciones que se materializan en los conjuntos de la Manzana Jesuítica en la ciudad de Córdoba y las Estancias de Caroya, Jesús María, Santa Catalina, Alta Gracia y La Candelaria.

En las salas siguientes se exponen paneles conteniendo información básica sobre cada uno de los conjuntos y una amplia galería fotográfica que posibilitan al visitante hacerse una idea del valor arquitectónico, artístico y paisajístico de los conjuntos declarados patrimonio mundial por UNESCO en el año 2000. La sala 2 presenta los conceptos de patrimonio mundial y las características generales del sitio Manzana y Estancias Jesuíticas de Córdoba. La sala 3 está referida a la Manzana Jesuítica, Estancia de Caroya y Estancia de Jesús María. La sala 4 contiene la información e imágenes de la Estancia de Santa Catalina y la sala 5 los de las Estancias de Alta Gracia y La Candelaria.

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En el edificio anexo, del siglo XIX, se presenta una breve síntesis gráfica y conceptual sobre el antiguo Camino Real en el norte cordobés, incluyendo imágenes fotográficas de los lugares más relevantes de dicho itinerario cultural turístico.

Se ha previsto completar estas presentaciones con tecnología para la provisión de datos sobre los lugares patrimoniales y los aspectos turísticos relacionados con los mismos.

 Fuente: host.news.com.ar

II Encuentro de Confluencia

Por Sebastián Creusser

El II Encuentro de Confluencia (realizado el pasado 29 y 30 de Agosto en las instalaciones del Centro Manresa de la ciudad de Córdoba capital) significó la renovación de un espacio vital para el crecimiento y desarrollo vocacional de todo joven comprometido en su fe cristiana. En él participaron jóvenes de diferentes provincias, vinculados doblemente a la fe cristiana y la política a través de diferentes y respectivos ámbitos de participación local (partidaria, funcionarial, académica) y pastoral (apostólica, parroquial, espiritual). Enmarcado todo en el espíritu de diálogo, reflexión y sentir comunitario ignaciano, que favoreció una experiencia plena de sentido, crecimiento y motivación para la inquietud político-social cristiana de los participantes.

Las jornadas se extendieron desde el sábado 29 a la mañana hasta el domingo siguiente, también por la mañana, consistiendo en diferentes momentos y espacios de convivencia, trabajo y reflexión personal y grupal, junto a una experiencia comunitaria de servicio y misión. Desde el aporte de la perspectiva cristiana acerca de la política, realizada en un primer momento por Ángel Rossi sj, se incentivó a la profundización personal en oración, y luego comunitaria en grupo, sobre diferentes ejes vitales para el sentir y obrar en política: el diálogo, la escucha, la humildad, el compromiso, la comunidad, el liderazgo, entre otros.

Luego, por la tarde, fue el momento de escuchar y dialogar con distintos representantes de la práctica política, tanto partidaria como académica. Momento rico para compartir (desde la exposición e intercambio, sano y dialogado, de perspectivas diferentes) experiencias de vida, de fe y política, de las cuales nutrirse y crecer mutuamente.

Finalmente, se cerró el sábado con una experiencia de servicio a través de la cena junto a hombres en situación de calle albergados en la Hospedería Alberto Hurtado. Allí, todo sesgo abstracto o individualista acerca del interés personal político, se volvió necesariamente sobre sus ejes más fundamentales: la persona humana, y especialmente los más vulnerables. Si toda política ha de tener sentido, deberá estar esencialmente en la dedicación hacia los más perjudicados por la realidad tal como está y “el orden de las cosas” tal como se vive y desarrolla.

El cierre del Encuentro culminó con el trabajo personal y grupal, desde la exposición de Tomás Bradley sj acerca de las palabras del papa Francisco a los representantes de la sociedad civil de Paraguay, en ocasión de su reciente visita a Latinoamérica. Dicho momento fue aprovechado también para compartir las resonancias personales de ambas jornadas y del sentir respecto a las proyecciones futuras del espacio “Confluencia”.

Los días vividos en el II Encuentro de Confluencia han concluido, en lo personal, con un grandioso caudal de sentimientos de alegría, sanación y esperanzas. Alegría, por la convicción reafirmada de aquel deseo de transformar la sociedad desde el cambio de sus más dolorosas injusticias sociales y la “resistencia y combate” contra las estructuras y esquemas que robustecen e intensifican tales injusticias. Sanación, de las diferentes sensaciones de angustia y pesimismo que invaden y se instalan cuando lo único que se acostumbra a contemplar, ver, sentir y oír es lo “malo” y “vicioso” de la política. Y esperanzas, en las diferentes energías, motivaciones y fuegos interiores encendidos por el testimonio de los demás participantes, de que el amor en clave de servicio, escucha, diálogo y compromiso con los más perjudicados y vulnerables es lo que termina santificando la política como máxima “expresión de Caridad”.

Los desafíos son enormes. Las motivaciones también. Y en este sentido, acompañarnos en oración seguirá redundando en beneficios no solo para fortalecer este espacio de encuentro, sino la vocación misma de transformación social desde lo político. En donde la implicación y el compromiso del cristiano aspiren a más que la buena conciencia y la defensa mínima de determinados contenidos doctrinales. Sino que signifique también, como aquello a lo que nos invitaba San Alberto Hurtado sj, amar al pueblo “hasta no poder soportar sus desgracias”.

 

A la escucha de la Palabra

P. Jorge Cela, S.J – Presidente de la CPAL

La espiritualidad de Ignacio de Loyola tiene como experiencia fundante la vivencia trinitaria. Y así se refleja en la contemplación de la Encarnación en los Ejercicios Espirituales. Es la experiencia de un Dios comunidad cuya dinámica es darse en la comunicación nacida del amor. Es la experiencia de Dios que culmina en los Ejercicios con la Contemplación para Alcanzar Amor. Un Dios siempre creando, dando el ser y dándose a sí mismo a la creatura. El Dios que se hace Palabra de carne. Por eso la oración es fundamentalmente escucha. Como diría Karl Rahner, nuestra condición es ser oyentes de la Palabra. Por eso la espiritualidad que nace de los Ejercicios implica estar atentos a la voz de Dios, a la escucha de su Palabra, que se nos comunica en nuestra vida exterior (la historia) e interior. Es la actitud de discernimiento personal y comunitario. Por eso la importancia que da Ignacio al examen como momento de escucha del paso de Dios por nuestra vida. Una comunicación que comienza por la escucha de la Palabra de Dios antes de pronunciar la nuestra. Así al que da los Ejercicios le aconseja no hablar demasiado, no hacer ruido a la voz del Señor que se comunica.

De ahí la importancia que Ignacio daba a la comunicación para la vida del cuerpo de la Compañía. El énfasis que Ignacio pone en la cuenta de conciencia, en la escucha de los consultores, en el diálogo espiritual, en la búsqueda comunitaria de la voluntad de Dios que tiene su experiencia fundante en la deliberación de los primeros Padres, y que desemboca en la fundación de la Compañía de Jesús. Esto explica la importancia de la comunicación: personal, comunitaria o por carta en los comienzos de la Compañía.

Las nuevas tecnologías han puesto en nuestras manos instrumentos que nos ayudan a la comunicación, que nos abren nuevas posibilidades insospechadas en los tiempos de Ignacio. No sólo expanden la velocidad y cantidad de la información y facilitan la participación, sino que transforman las capacidades de escucha y comunicación.

La velocidad y alcance de la comunicación virtual nos permite mejorar la cantidad de información y la rapidez para obtenerla haciendo posible tomas de decisión mucho más complejas, pero tentándonos de la superficialidad y provisionalidad que puede producir la sobreabundancia de insumos poco procesados. Las nuevas oportunidades de contemplación y aplicación de sentidos con tecnologías cada vez más sensoriales tienen que afinar el discernimiento por los peligros que la comunicación virtual abre al ocultamiento, la mentira y la falta de compromiso.

Este mundo pluriconectado a través de múltiples redes puede llevarnos a la lógica del zapping, de la falta de concentración, a la dispersión, a distraernos de nuestro principio y fundamento. Pero si los hilos que nos conectan están cargados de una identidad plena de sentido compartido que nos facilita un lenguaje común de transparencia y diafanidad, y de una misión común que nos compromete y nos une en un proyecto de vida común, la comunicación se convierte en un estilo de ser y hacer fundamental para nuestra vocación. Ella arma el cuerpo apostólico, ampliado a todos los colaboradores de la misión de Cristo, y se hace necesaria para la vida espiritual y apostólica.

Por eso el gobierno de la Compañía, la vida espiritual de cuantos compartimos la manera ignaciana de vivir el Evangelio, la vida comunitaria, constitutiva de nuestra misión, y la proyección apostólica, requieren ser repensadas a partir de las nuevas posibilidades y estilos que nos abren las tecnologías de la comunicación.

En la reunión del Sector Comunicación, tenida en Santo Domingo, nos planteamos como mejorar nuestra comunicación interna: las formas de acompañamiento, de discernimiento personal y comunitario de nuestra identidad y misión en un mundo cambiante, intercultural e interreligioso; la necesidad del diálogo, comunicación de doble vía, especializada en la escucha, que nos permita aprender a escuchar a Dios juntos, para poder hablar de Él con un mismo lenguaje pentecostal, con el que podamos entendernos sin perder la riqueza de la diversidad, y mostrarnos como un cuerpo para una misión común de servicio de la fe y promoción de la justicia.

«Nos aterra la barbarie a la que somos conducidos» – P. Adolfo Nicolás

Reproducimos la reciente entrevista al Padre General de los Jesuitas, Adolfo Nicolás, sobre Siria y los esfuerzos del Papa Francisco por alcanzar la paz.

Q. El Santo Padre ha salido de su protocolo normal para hablar en pro de la Paz en Siria. ¿qué piensa Usted al respecto?

R. No tengo costumbre de comentar sobre situaciones internacionales o de carácter político. Pero en el caso presente estamos de frente a una situación Humanitaria que supera los límites normales que apoyarían el silencio. Y tengo que decir que confieso que no entiendo quién ha dado autorización a los Estados Unidos o a Francia para actuar contra un país de tal modo que sin duda aumentará el sufrimiento de una población que ya ha sufrido más de la cuenta. La violencia o acciones violentas, como la que se está preparando, solamente son justificables como último recurso y de tal manera que solamente los culpables reciban daño. En el caso de un país, esto resulta totalmente imposible y por lo tanto, a mí me resulta totalmente inaceptable. Nosotros, Jesuitas, apoyamos la acción del Santo Padre al 100% y deseamos del fondo de nuestro corazón que la anunciada acción punitiva no tenga lugar.

Q. ¿Pero, no tiene el mundo la responsabilidad de hacer algo contra los que abusan del Poder contra su propio pueblo, como en el caso de un Gobierno que usa armas químicas en un conflicto?

R. Tenemos en esta pregunta tres cuestiones, que conviene separar claramente. La primera tiene que ver con el hecho que todo abuso de poder ha de ser condenado y rechazado. Y, con todo respeto por el pueblo Norteamericano, creo que este concreto uso de poder que se está preparando constituye en sí mismo un abuso de poder. Los Estados Unidos de América tienen que dejar de actuar y reaccionar como el chico Grande en el barrio del mundo. Esto lleva inevitablemente al abuso, el atropello y el «matonismo» sobre los miembros más débiles de la Comunidad.

La segunda, es que, si ha habido uso de armas químicas, todavía nos queda la obligación de mostrar al mundo de una manera clara que un lado del conflicto, y no el otro, las han usado. No basta con que algún miembro del gobierno del país que quiere atacar diga que está convencido. Hay que demostrar al mundo que esto es así, sin lugar a dudas, para que el mundo pueda confiar en este país. Esta confianza no se da actualmente, y han comenzado ya las especulaciones sobre ulteriores motivos que pueda tener USA en su proyectada intervención.

Y la tercera, que los medios considerados adecuados para castigar el abuso, no dañen a las mismas víctimas del primer abuso, una vez se haya demostrado que esto es lo que ha sucedido. La experiencia del pasado nos dice que esto es imposible (aunque se llame a las víctimas con el eufemismo de «daño colateral») y los resultados son que aumenta el sufrimiento de los ciudadanos ordinarios inocentes y ajenos al conflicto. Todos sabemos que la gran preocupación de los Sabios y Fundadores Religiosos de todas las tradiciones y culturas era «¿cómo reducir el sufrimiento humano?» Es muy preocupante que en nombre de la justicia planifiquemos un ataque que va a aumentar el sufrimiento de las víctimas.

Q. ¿No es Usted especialmente duro con los Estados Unidos?

R. No lo creo. No he tenido nunca prejuicios sobre este Gran País y ahora mismo trabajo con algunos Jesuitas de allá cuya opinión y cuyos servicios valoro grandemente. Nunca he tenido sentimientos negativos frente a los USA, un país que yo admiro enormemente por muchas razones, incluyendo en ellas su dedicación, espiritualidad y pensamiento. Lo que más me preocupa es que precisamente este país, que yo admiro sinceramente, está al borde de cometer un gran error. Y podría decir algo parecido sobre Francia: Un país que ha sido un verdadero líder en esprit, inteligencia, y que ha contribuido en gran manera a la Civilización y a la Cultura y que está ahora tentada a conducir a la Humanidad hacia atrás, a la Barbarie, en abierta contradicción con todo lo que ha simbolizado a lo largo de muchas generaciones. Que estos dos países se unan ahora para una medida tan horrenda es parte de la ira de tantos países en el mundo. No tenemos miedo al ataque; nos aterra la barbarie a la que somos conducidos.

Q. ¿Y por qué hablar así ahora?

R. Porque el problema es ahora. Porque el Santo Padre está tomando medidas extraordinarias para hacernos conscientes de la urgencia del momento. El haber declarado el día 7 de Septiembre como día de ayuno por la paz en Siria es una medida extraordinaria y nosotros queremos unirnos a ella. Podemos recordar que en un momento en el Evangelio los discípulos no pudieron liberar a un joven del mal espíritu y Jesús les dijo: «Este tipo de espíritus no se pueden echar si no es con oración y ayuno» A mí me resulta dificilísimo aceptar que un país, que se considera, al menos nominalmente, cristiano no pueda concebir más que una acción militar en una situación de conflicto y que con ello pueda llevar al mundo, de nuevo, a la ley de la jungla.

Sector de Comunicación realiza VII Encuentro en Santo Domingo

El VII Encuentro del Sector de Comunicación de la CPAL fue celebrado en Santo Domingo República Dominicana del 14 al 20 de Agosto de 2015, en la casa de ejercicios Manresa Loyola. Agradecemos la calurosa acogida de parte de los compañeros jesuitas de la Sección Dominicana de la Provincia de las Antillas , que creó el clima apropiado para nuestra reunión.

Asistieron al Encuentro jesuitas y laicos de 8 de las 12 provincias de nuestra asistencia. Humberto González SJ y Mariano Durand SJ por Argentina – Uruguay, Sergio Montes SJ por Bolivia, Silvia Lenzi y Anselmo Nascimento SJ por Brasil, Enilda Ruíz e Ismael Moreno por Centroamérica, Luz Mery Cortés por Colombia, Rómulo Franco por Perú, Smelin Reyes, José Victoriano SJ, Guillermo Perdomo SJ, Director de Radio Marien y Carla Gautreaux por República Dominicana, Fátima Arévalo y José Martínez De Toda por Venezuela y el Jorge Cela SJ Presidente de la CPAL.

Acompañaron la reunión aportando su experiencia David Pantaleón SJ, Superior de la Sección Dominicana; Daniel Villanueva SJ, Director de Entreculturas; Claudia Ríos, Coordinadora de Comunicaciones de la Federación Internacional de Fe y Alegría; Frederic Fornos SJ, Director Mundial del Apostolado de la Oración; Sabina Barone, encargada del Proyecto de Hospitalidad de la Red de Jesuitas con Migrantes de América Latina y El Caribe; José Feliciano Pérez Sánchez, Radio Santa María; y Javier Vidal SJ, Provincial de las Antillas. Y en la logística, 3 personas: Reinaldo Rivas, Antonio Rodríguez y Milagros Frías de Rodríguez. Les agradecemos el cariño en cada gesto.

Al finalizar el encuentro queremos compartir con nuestros compañeros jesuitas así como con colaboradores y colaboradoras las principales líneas de acción que orientaran el trabajo del Sector en el bienio 2016-2017 y que buscan orientar al comunicación al servicio de las Prioridades del PAC, el fortalecimiento de la Red de Radios, de la Red de Oficinas de comunicación y de la comunicación interna y externa de la CPAL.

En primer lugar, para continuar con el fortalecimiento de la Red RadioSJ se ha acordado impulsar la producción conjunta de una Radio Revista Noticiosa Latinoamericana y Caribeña que se difundirá cada semana por medios digitales y radios comprometidas. También, en coordinación con el Proyecto Panamazónico crear una serie de micro programas orientados promover la conversión ecológica. Se procurará, revisar y actualizar los estatutos de la red y el inventario de las RadioSJ de la CPAL. Finalmente la página www.radiosjlac.org será reestructurada e integrada a un portal abierto a todos los medios de comunicación de la Compañía de Jesús en América Latina y el Caribe.

En segundo lugar, el VII Encuentro fue una excelente oportunidad para un diálogo rico y en profundidad acerca de la situación actual y posibilidades de la Red de Oficinas de Comunicación de las provincias.

Se acordó elaborar un documento con las líneas básicas para el buen funcionamiento de las oficinas, crear un equipo que impulsará el objetivo del Fortalecimiento de la imagen de la identidad “JESUITAS” en dos niveles: construir la imagen de una identidad ignaciana integradora – la “marca jesuitas” que dé sentido alrededor de la misión común y clarificar la imagen de la CPAL como una comunidad en identidad y misión de la que todos formamos parte, no como una superestructura ajena y englobante. Y finalmente hemos hecho la apuesta Fortalecer la formación interpro­vincial en el area de comunicación, al servicio de la misión. Esto incluye elaborar principios y criterios co­munes de formación para las diversas etapas, atendiendo principalmente a la perseverancia vocacional; y, a partir de la experiencia de formación teológica interprovincial, explorar las posibilida­des de una formación interprovincial en otras etapas.

Y en tercer lugar, se buscará el Fortalecimiento del sector Comunicación de la Cpal

Consolidando la estructura organizativa para una mejor coordinación y acciones conjuntas (REDCOMSJ).

Servirá a este propósito crear un directorio de jesuitas y colaboradores involucrados en comunicación, constituir un equipo de trabajo que apoye la coordinación del sector, incrementar la comunicación intersectorial y Consolidar una oficina digital del sector Comunicación. Crear una intranet que permita conjugar la labor pastoral, la importancia de la comunicación y las nuevas tecnologías, especialmente Internet, poniendo al servicio de sus proyectos y de los demás sectores herramientas que permitan utilizar estos medios de una manera práctica, ágil y eficaz.

Agradecemos al Señor por todos los beneficios recibidos, especialmente la confirmación de que la colaboración para la misión es el modo de proceder que permite a la Compañía de Jesús trabajar por el bien más universal.

Ignacio de Loyola y la Colaboración

Por Jorge Cela SJ – Presidente CPAL

A Ignacio de Loyola siempre lo relacionamos con La Compañía de Jesús. Sin embargo, vivió dos terceras partes de su vida como laico. Y todavía lo era cuando comenzó a compartir la experiencia de los Ejercicios Espirituales con sus compañeros y no pensaba aún en el sacerdocio ni en una orden religiosa.

Comenzamos el mes de julio con el Curso de Formadores para la Colaboración en la Misión y lo terminamos con la fiesta de Ignacio de Loyola, por eso el mes parece unir estos temas.

Esa imagen de Ignacio apóstol laico, sin tener en su horizonte la perspectiva de una orden religiosa, formando otros colaboradores laicos para la misión de Cristo, nos es poco familiar. Y no es sólo porque aún no había llegado a ser sacerdote y religioso. Ya de General de la Compañía envía a los jesuitas a formar personas “idóneas para ser apóstoles, y generalmente, aquellas que siendo ayudadas, podrán luego ayudar a otros para gloria de Dios”. Por eso, nos dice el P. Rambla, “tiene la convicción de que el seglar llega a lugares y alcanza resultados no asequibles al sacerdote o a los religiosos. De aquí el interés de atender especialmente a los seglares que manifiestan capacidades y disposiciones para ser verdaderos multiplicadores de la actividad apostólica eclesial”.

Sin duda así fue en la Compañía antes de la supresión. Pensemos cómo hubiera sido posible la labor de las reducciones con un sacerdote y un hermano jesuita solamente en cada reducción, si no hubieran tenido un ejército de colaboradores en la misión educativa, organizativa, evangelizadora.

Esto nos hace conscientes que existe una sola historia de salvación, la historia de la humanidad, en la que Dios nos salva. No son dos historias, sino una sola, que se construye con el aporte de todo el pueblo que avanza en la historia buscando su salvación. Esta conciencia ayudó a los padres reunidos en el Concilio Vaticano II a proponer una acción no eclesiocéntrica, y por lo tanto, no clerical. A recuperar el valor del sacerdocio bautismal que nos hace a todos y todas colaboradores en esta acción salvífica en la historia.

Por eso el Padre Kolvenbach nos invitaba a que “cuando recemos juntos por las vocaciones a la Compañía, recemos especialmente para que Dios prepare y llame a este servicio a jóvenes que formen parte de la Iglesia de los laicos” y no sólo de la Compañía de Jesús.

Y así, al pensar en la formación para la misión de la Compañía, no podemos pensar sólo en la formación de jesuitas, sino en toda la variedad de colaboradores en la misión de Cristo según la espiritualidad y carisma de Ignacio de Loyola. Esta perspectiva debe entrar en nuestra planificación y presupuestos.

Y cuando pensamos y oramos por el cuerpo de la Compañía deberíamos ampliar nuestra visión y situarlo en ese cuerpo más amplio de colaboradores en la misión según la espiritualidad ignaciana, que se constituye como un nuevo sujeto apostólico que no se confunde con el cuerpo de la Compañía, pero que es indispensable para concebir y realizar nuestra misión.

Fuente: www.cpalsj.org

Encuentro Nacional de CVX

Los días 15 y 16 de Agosto, se celebrará en Corriente el Encuentro Nacional de CVX, donde se congregarán miembros de las Comunidades de Vida de todo el país.

Mensaje a los asistentes

Lo primero, recordar que esta vez, el encuentro nacional no es en Asamblea para discernir comunitariamente prioridades, sin embargo, es importante preparar el corazón en comunidad para compartir la vida.

¿Cómo hacerlo?

• Recogiendo, en la oración de estas semanas, los regalos de la espiritualidad ignaciana en nuestra historia y nuestro presente y el modo particular en que jóvenes y familia son para cada uno y nuestras comunidades, fronteras de misión.

• Releyendo algunos documentos importantes: el documento final de nuestra Asamblea Nacional 2015, El lenguaje de la sabiduría para las fronteras, Desafíos para la misión CVX, Carta No. 2 del presidente a la comunidad mundial CVX 2015.

Como planteamos en la invitación al Encuentro, esperamos que sea un tiempo para profundizar en nuestra identidad y para dar nuevos pasos en el camino que estamos haciendo como CVX argentina, LA y mundial.

Oración, lectura, reflexión, todas compartidas con la comunidad y, por último, llevar algo propio de su región para compartir.

Carta No. 2 del presidente a la comunidad mundial CVX. 2015

(Fragmento)

«Pero, ¿no les da la impresión de que falta algo muy importante? Pues sí, esta “rosa de los vientos” o “rueda” no tiene razón de ser o existir sin el viento que es la fuente de vida para su movimiento. Toda su hermosa identidad no vale de nada sin ese soplo que le da vida. Ese viento es para la CVX el Espíritu de Dios que mediante toda la comunidad y los diversos contextos, y en todo el mundo donde estamos, se nos revela y nos llama a servir en esta misión. Somos instrumento de ese viento de vida, y nos sostenemos en la “misión de Dios”. ¡Qué bella experiencia sabernos en las manos de Dios, de su Espíritu, y tras el itinerario de Cristo, de esta manera!

Invitamos a toda la comunidad mundial a sentirnos unidos por esta imagen, siempre perfectible, pero la que esperamos que todos puedan utilizar como referencia, y a la que invitamos que todos contribuyamos para hacer realidad como verdadero Cuerpo. Un pedido muy importante: ¡No se sientan demasiado abrumados por tantas cosas dentro de esta imagen! Una tentación es que nos parezca tanto, que podríamos terminar congelados o inmóviles, y volviendo a lo que ya estábamos haciendo sin tomar en cuenta esta “rosa” o “rueda”. Somos una comunidad de miles de mujeres y hombres comprometidos con esta misión en todo el mundo, así que esta caminata la iremos compartiendo según los dones y capacidades de esta gran diversidad de miembros. Además, este es un camino que lleva 450 años (de hecho, más de 2000), y delante de nosotros hay siglos para seguir caminando, así que iremos paulatinamente, cada quien haciendo lo que le toca según los distintos tiempos, lugares y personas. Y además, ¿qué creen? ¡Dios lleva toda la iniciativa!, así que nosotros haremos lo que podamos con nuestras limitaciones, pero también con todo el corazón y convicción; y Él hará maravillas con nuestras fragilidades al servicio del reino