«Un gobierno renovado para una misión renovada» – Palabra de CPAL

Compartimos la Palabra de la Conferencia de Provinciales de América Latina, que se dirige a todos los jesuitas y colaboradores religiosos, religiosas, laicos y laicas de la región. 

Por João Renato Eidt, s.j.  – Provincial del Brasil.

El título del primer decreto de la Congregación General XXXVI no era el tema de la 37ª Asamblea de la CPAL, celebrada entre los días 07 al 11 de mayo pasado en La Habana, Cuba. Sin embargo, considerando  los temas trabajados, tuve la impresión de que ese título (un gobierno renovado para una misión renovada) define muy bien el espíritu que movió nuestro corazón, nuestro compartir y nuestras decisiones a lo largo de estos días.

 Desde la 36ª CG e incluso antes: ya durante el gobierno del P. Adolfo Nicolás, la Compañía de Jeús vive procesos de reconfiguración  de las provincias, y nos invita al trabajo en redes regionales para mejor cumplir la misión que el Señor nos ha confiado. Los temas principales trabajados durante la 37ª Asamblea de la CPAL: el compartir sobre las provincias, países y regiones, las conversaciones entre provinciales, las oraciones en común, la eucaristía diaria y los momentos de convivencia fraterna reflejan el profundo deseo del Cuerpo Apostólico de la Compañía de Jesús, América Latina de actualizarse para continuar sirviendo al Señor con generosidad y creatividad. Es consolador percibir que estos procesos sucedieron en estrecha comunión con el espíritu de la Congregación General 36, especialmente con el decreto n. 1°.

Las tres maneras de proceder que propone el decreto 1º, a saber: el discernimiento, la colaboración y el trabajo en red marcaron, de alguna manera, los días de gracia y bendicion durante la reunión en Cuba. En este sentido, el discernimiento hecho sobre el cuarto año de teología trajo mucha paz, serenidad y consuelo a todos. El fortalecimiento de las redes y su fruto apostólico en la conferencia también confirmar la orientación de la Congregación General. Ese trabajo en redes nos lleva a una mayor colaboración entre provincias y obras apostólicas; también nos mueve a colaborar con otros hombres y mujeres que, inspirados por el Evangelio, organizan y ponen sus fuerzas al servicio de la vida digna para todos y el cuidado de la casa común.

Necesitamos «un gobierno renovado para una misión renovada» con el fin de aprender a vivir de manera saludable a pesar de nuestros límites, respetando a todos y garantizando la seguridad, especialmente de los más indefensos y vulnerables. Conviene que vivamos como verdaderos «Amigos en el Señor», amigos que cuidan unos de los otros de manera que todo nuestro ser, nuestras fortalezas y dones para ser colocados, con la alegría, al servicio de la vida y el anuncio del evangelio. Para ello la vida comunitaria es muy importante. «En nuestra vida de comunidad jesuítica debemos crear espacios para el encuentro y el compartir. Esta disposición ayuda a que la comunidad se convierta en un espacio de verdad, alegría, creatividad, perdón y búsqueda de la voluntad de Dios. De este modo, la comunidad se convierte en un lugar de discernimiento «(CG 36, d. 1, n. 10).

La elección de las preferencias apostólicas universales de la Compañía de Jesús es fruto de un proceso de discernimiento que se dio en las obras apostólicas, en las comunidades, en las provincias, en las conferencias y finalmente, para concluir, en el gobierno general. La divulgación de las PAUs causó satisfacción y alegría en todo el cuerpo apostólico de la Compañía de Jesús. Que esta experiencia de discernimiento inspire y anime a las provincias a iniciar su discernimiento apostólico. Como decía el Papa Francisco a los jesuitas reunidos durante la CG 36ª: «La Compañía inicia procesos y deja espacios». El discernimiento apostólico ayudará a encontrar los llamados y la misión que el Señor quiere que realicemos. A través del discernimiento podremos también ayudar al P. General a renovar la estructura de gobierno de la Compañía de Jesús. El discernimiento y nuestra intimidad con el Señor, en fin, nos ayudarán a ser «servidores de la misión de Cristo» (CG 34ª, 2) en estrecha comunión con la Iglesia de Cristo. Esta es la razón de ser de la Compañía de Jesús.

  En América Latina estamos siendo testigos a diario del empobrecimiento de las poblaciones, el desplazamiento forzado de personas, las opciones políticas que privilegian pocos despojando elementos esenciales en situaciones de los regímenes democráticos y de los derechos humanos llegando al absurdo de la violencia y del autoritarismo. En el ámbito eclesial notamos dos movimientos que, muchas veces, se contraponen: uno de ellos propuesto y animado por el Papa Francisco que invita al diálogo, respeto, acogida, cuidado de la Casa Común, a la Iglesia en salida y a vivir la «alegría del Evangelio»; y por el contrario somos testigos de otro movimiento con actitudes conservadoras, autoritarias y clericalistas que irrespetan a las personas vulnerables y frágiles. Estos comportamientos son fuertemente criticados por el Papa Francisco que mantiene en su discurso la promoción de la paz como camino para un mundo mejor.

Las grandes inspiraciones de la CG 32ª como «el servicio de la fe, del cual la promoción de la justicia constituye una exigencia absoluta» (d.2, n.7) deben inspirar nuestro modo de ser y de actuar. Del mismo modo hay que recordar el primer decreto de la CG 36ª que nos motiva a ser «Compañeros en Misión, reconciliación y la justicia». Creo que estas Congregaciones Generales y las exhortaciones del Papa Francisco nos invitan a tener actitudes proféticas en la sociedad y en la iglesia. Para ello, la oración comunitaria, la Eucaristia y encuentro personal con Cristo son fundamentales, porque dar testimonio y vivir la fe y la justicia en nuestras  situaciones pueden dar lugar a malentendidos, persecuciones, amenazas e incluso el martirio. Que estas consecuencias no nos impidan ser testigos de la justicia y la reconciliación, más necesarias que nunca, en los contextos en los que vivimos.

Encuentro del Grupo Iberoamericano de Teología

Entre el 23 y el 25 de abril se llevó adelante en la Universidad Iberoamericana de Puebla el 3er. encuentro del Grupo Iberoamericano de Teología. El mismo, fue organizado por los Teólogos Rafael Luciani, Carlos María Galli y Fernando Fernández Font SJ.

Este encuentro, se enmarca dentro del Programa de Formación Continua del Boston College y busca contribuir al camino eclesial de diálogo interdisciplinar entre teólogos/as, pastoralistas y canonistas que han iniciado hace unos años.

Se puede acceder a las ponencias del Encuentro en su Canal de Youtube: Formación Continua Boston College.

Una fiesta que no es obvia – Testimonio de la beatificación de los Mártires Riojanos

El día 27 de Abril, fueron beatificados Monseñor Angelelli, Fray Carlos de Dios Murias, Wenceslao Pedernera y Gabriel Longueville, en La Rioja. Unos 30 jesuitas estuvieron acompañando la celebración. Uno de ellos, Juan Luis Panizza nos comparte su recorrido a través de este evento.

Por Juan Luis Panizza SJ

Llegamos a La Rioja la mañana del sábado. Antes de salir nos habían advertido: -“No vayan por la ruta que pasa por Punta de Llanos, va a estar ‘tapadaza’ de autos”. Pero casi no hubo autos durante el viaje. Cuando llegamos tampoco había carteles ni música.

Antes de ir a la misa desayunamos en casa de la familia de una religiosa de la Virgen Niña. Cuando les preguntamos cómo era el ambiente respecto a la beatificación nos contestaron: “Angelelli es más valorado por la gente de afuera que por los propios riojanos. Está muy metida la cuestión política. No tenemos dimensión de quien fue”.

Salimos para el Parque de la Ciudad, donde se iba a celebrar la misa. Menos autos todavía que en el ingreso a la ciudad. Y nada de música. En el lugar un policía nos indicó dónde podíamos estacionar: ahí nomás, al ladito de donde estábamos.

Lo que veníamos comentando de la falta de movimiento se hacía cada vez más patente, más pesado. La fiesta de la beatificación no era la fiesta que yo me esperaba, no era la fiesta que hubo con las beatificaciones del Cura Brochero y de Catalina de María. Decirle sí al martirio de Angelelli y sus compañeros, a la Iglesia que ellos buscaban, no es la obviedad que yo pensaba que era. Estar ahí con mis compañeros, decirle sí a esta celebración, tomó una nueva hondura y un nuevo matiz.

Nos fuimos acercando al predio. En la búsqueda de un lugarcito, tuve el gusto de saludar a amigos religiosos de diversas congregaciones (mercedarias, frailes menores, religiosas del Sagrado Corazón de Jesús, religiosas de Jesús María, salesianos). Faltando 10 minutos para que empezara la misa conseguimos sillas, y muy bien ubicadas. En las fotos sacadas por los drones aparece mucha gente. Pero si hubiese sido un evento verdaderamente multitudinario no habríamos conseguido lugar así.

La misa se vivió con mucha devoción y mucho entusiasmo. Los aplausos cortaron constantemente la homilía y las demás intervenciones. El más aplaudido de los cuatro mártires, al menos en el sector en que nos encontrábamos, era Wenceslao Pedernera. Tal vez por la cantidad de militantes de la Acción Católica presentes, tal vez porque su vida de laico padre de familia resultaba más interpelante para la mayoría de los que nos rodeaban. Se vivía con intensidad y alegría (e incluso con lágrimas) el festejo por la vida de estos cuatro hombres que, como canta el himno compuesto para la ocasión, “con su lucha y con su ofrenda traen la Buena Noticia”.

En la Homilía, el cardenal Amato expresó que los mártires “fueron asesinados debido a su diligente actividad de promoción de la justicia cristiana” en un tiempo en que la dictadura “intentaba instrumentalizarla (a la religión católica), pretendiendo una actitud servil por parte del clero y pasiva por parte de los fieles, invitados por la fuerza a externalizar su fe solo en manifestaciones litúrgicas y de culto”. Enrique Angelelli ejerció un ministerio cuya clave fue “la acción social en favor de los más necesitados y explotados”.  Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville fueron sacerdotes “cercanos a las franjas más desfavorecidas de la población”. Wenceslao Pedernera “se dedicó apasionadamente a una generosa actividad social”.

Esta beatificación es un regalo de la Iglesia, que propone a estos hombres y su lucha para “la admiración e imitación de todos los fieles”. Sin duda, su consagración interpela mi consagración.

El cardenal Hummes pide “indignarse” ante la explotación de la Amazonía

En una entrevista en La Civiltà Cattolica, el relator general del Sínodo invita a “pensar en ministerios diferenciados, porque la comunidad allí necesita una presencia adecuada”

Claudio Hummes es Presidente de la Red Eclesial Panamazónica y amigo personal del papa Francisco. Durante la conversación con la Civiltà Cattolica  pidió “indignarse” ante la explotación que sufre la región.

“Los intereses económicos y el paradigma tecnocrático repelen toda tentativa de cambio y están dispuestos a imponerse por la fuerza, violando derechos fundamentales de las poblaciones en el territorio y normas para la sustentabilidad y preservación de la Amazonía. Pero nosotros no debemos rendirnos. Será necesario indignarse. No una indignación violenta, pero sí firme y profética”, comentó Hummes en una entrevista con La Civiltà Cattolica cuyo contenido fue hecho público este lunes, 13 de mayo.

Ministro para su comunidad

En su conversación con el director de la revista, el jesuita Antonio Spadaro, el relator general de la próxima asamblea sinodal abrió la puerta a que el Sínodo explore nuevas formas de ministerio para la región amazónica. “Muchas veces existe la preocupación de trasplantar los modelos de los sacerdotes europeos a los eventuales sacerdotes indígenas”, comentó, destacando a continuación que “la comunidad no es para su ministro, sino el ministro para su comunidad. El ministro debe ser adecuado a las necesidades de la comunidad”.

Hummes enfatizó que “es esta necesidad de la comunidad la que debe movernos a pensar, tal vez, en ministerios diferenciados, porque la comunidad allí necesita una presencia adecuada. No queramos defender una especie de figura histórica de cómo debe ser un ministro, sin posibles variaciones, de modo que las comunidades deban aceptarlo así tal cual porque nosotros lo enviamos así”.

‘Viri probati’

Aunque el purpurado no mencionó directamente a los ‘viri probati’, entre las formas alternativas de ministerio que se analizarán en octubre está precisamente la ordenación de hombres casados y con una trayectoria cristiana acreditada por la experiencia.

El Sínodo debe facilitar la transición de una Iglesia indigenista a una Iglesia indígena. La primera, dijo el cardenal brasileño, “no basta” por lo que es preciso “dar un paso más”. “Nos sentimos llamados a ser una Iglesia que defiende los derechos humanos, que defiende los derechos indígenas, los de los ribereños y los de otros. Esto es una Iglesia indigenista. Ahora sabemos que debemos dar un paso más: debemos promover una Iglesia indígena para los pueblos indígenas, ayudar a que nazca y crezca una Iglesia indígena”, comentó Hummes.

Fuente: Vida Nueva Digital

Artistas pintaron cisternas en San José del Boquerón

Artistas universitarios pertenecientes a las Universidades Nacionales de La Plata, Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán y la Universidad del Arte de Bs As pintaron unas 50 obras de arte en las tapas de las cisternas de Piruaj Bajo, en San José del Boquerón, Santiago del Estero.

En lugares como estos, el agua se vuelve un recurso tan fundamental como escaso, por lo que es necesario revalorizarlo. Con este fin, el proyecto “Pintura al agua», motorizado por el Colectivo Cultural Piruaj Chico; que ganó en 2018 el Concurso de Arte y Transformación Social del FNA, y convocó a artistas plásticos para pintar 50 cisternas de cosecha de agua de lluvia en Piruaj.

Las cisternas, que se ubican en un radio de 2 km, fueron construidas por las familias, que contaron con el apoyo de la parroquia San José de las Petacas, el acompañamiento técnico del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), y con financiamiento del Ministerio de Desarrollo Social de Nación (mediante el programa ProHuerta).

¿Qué es una cisterna?

Una cisterna de placas es un reservorio de agua que se construye semienterrado, utilizando moldes para «cortar» las placas para facilitar la captación de agua de lluvia. Cada una permite almacenar 16.000 litros, con buena conservación, ya que cuenta con techo propio y, generalmente, un sistema de bombeo manual. La implementación masiva de cisternas de placas en regiones semiáridas de la Argentina da cuenta de la disminución de enfermedades en las poblaciones rurales, en especial de niños y niñas.

Además, las cisternas tienen bajo costo constructivo, en relación al costo del litro de agua almacenado, y requiere de una gran tecnología social en las fases de construcción y mantenimiento posterior, que involucra a toda la familia y, generalmente, a toda la comunidad.

Por qué se eligió el Paraje Piruaj Bajo

Los promotores del proyecto han elegido el lugar principalmente por la concentración de cisternas que encontramos, que responde a que esta localidad es uno de los lugares con un mayor índice de vulnerabilidad y pobreza de la zona y son muchas las dificultades para acceder al agua. Las personas tienen que caminar un kilómetro o más para conseguir agua para su consumo, que en muchos casos tienen alto contenidos de arsénico. Es agua de las napas freáticas.

La población de Piruaj tiene cerca de 100 familias y está transitando un proceso de autoreconocimiento como comunidad indígena, vinculada a las etnias lule y vilela.

Una de sus características es que las y los jóvenes eligen quedarse a vivir allí. Todos los años la escuela local aumenta su matrícula. Se trata de una población con mucha conciencia comunitaria y un fuerte vínculo con su territorio. Un territorio que está en conflicto porque una sociedad anónima de Buenos Aires compró títulos de sus territorios y se los está alambrando.

Fuente: Fondo Nacional de las Artes

Fotos: Parroquia San José de las Petacas

Comunicar para alcanzar el amor: #EnRedDarnos en la Colaboración y Comunicación

Colaboración y Comunicación son dos palabras que han venido cobrando mucha fuerza dentro y fuera de nuestras obras. Las separaremos para tratar de desmenuzar mejor, pero desde ya es bueno aclarar que son dos elementos que van muy de la mano como la batería con el celular o las redes sociales con internet.

Colaboración

“Colaboración conjunta entre laicos, religiosos y jesuitas” o “laicos y jesuitas juntos por la misión”, seguramente estas frases ya nos resultan muy familiares. La colaboración no es ninguna novedad del siglo XXI. Nace en el Concilio Vaticano II (1965) con las constituciones como Cristo es la luz de los pueblos y Apostolado de los laicos, en las que se define a la Iglesia como comunidad del pueblo de Dios a la que se ingresa por el bautismo y en la cual todos/as poseen la misma dignidad, aunque con diversas funciones debido a las diferentes vocaciones a las cuales Dios llama (religiosa, sacerdotal, laical).

Podemos afirmar que en la Compañía los primeros vestigios de colaboración aparecen en la vida misma de su fundador, San Ignacio de Loyola y sus primeros compañeros jesuitas. Sin embargo, empieza a considerarse como tal a partir de la Congregación General 31 celebrada en el año 1965 y se va profundizando en las siguientes. Recién aparece en los documentos de la Congregación General 35 (2008) y de ahí en más el término fue adquiriendo cuerpo. Ya en la Congregación General 36 (2016), nos indica que el modo de proceder apropiado para nuestro tiempo se encuentra en el “discernimiento, la colaboración y el trabajo en red”.

La colaboración tiene siempre un con y un para; el “con” implica a laicos, jesuitas, religiosos/as de diversas congregaciones, sacerdotes diocesanos, y el “para”, es la misión: que en la Compañía significa estar al servicio de la fe y la promoción de la justicia desde el Evangelio y la Espiritualidad Ignaciana, en solidaridad con los demás. En pocas palabras, laicos, jesuitas y religiosos de distintas congregaciones, todos, somos “compañeros en una misión de Reconciliación y de Justicia”.

Comunicación

Como decía el Padre General Arturo Sosa, SJ, durante el encuentro #EnREDdarnos realizado en noviembre del 2017 en Córdoba (Argentina), “La iglesia nace para comunicar, para comunicar una buena noticia, la de Jesucristo que entrega su vida para romper lo que nos divide. En él se rompe la barrera del odio que nos lleva a la injusticia, que nos produce pobreza, explotación, discriminación, que nos lleva a las guerras”.

Esta comunicación tanto dentro y fuera de nuestras obras, nos exige una conversión cultural, y de forma urgente, para anunciar la Buena Nueva colocando en el centro de la comunicación a Jesucristo, muerto y resucitado, que se dirige a creyentes y no creyentes, para ir más allá de nuestras propias fronteras y “Salvar más almas para el Señor”.

En nuestro tiempo en donde todos hablan de tecnología 5G, de la hiperconectividad, de transformación digital, en donde mi tía sube como mínimo tres historias al día a instagram, mi mamá agrega a todos mis amigos del facebook y tengo un grupo de whatsapp con mis excompañeros de primaria, nos exige un constante replanteo en la forma en que nos estamos comunicando, no es solo el qué decimos, sino cómo lo decimos.

La Iglesia es comunicación

Jesús se comunicaba verbalmente y sus discípulos tuvieron la Misión de propagar su mensaje por el mundo de la misma manera. San Ignacio se comunicaba verbalmente y a través de cartas con sus compañeros ¿Y nosotros, cómo lo hacemos? ¿Deberíamos cambiar nuestros canales tradiciones de comunicación? Como ya mencioné anteriormente, muchas veces no se trata de lo que contamos, sino de cómo lo decimos. Y si tenemos nuevas plataformas, por qué no aprovecharlas.

Hoy cuando nos inundan Fake News (noticias falsas) contra la Iglesia, con varios escándalos sexuales y de corrupción a cuestas, y cuando se volvió prácticamente una moda atacar la Iglesia Católica, resulta urgente y necesario, asumir más que nunca el compromiso de comunicar el Evangelio. Un compromiso a través del discernimiento, la colaboración y el trabajo en red.

Termino mi escrito, porque ipukurõ ni purahéi ndaigustovéima (si es muy largo, hasta una canción se vuelve aburrida), juntando los conceptos, porque todos: jesuitas, laicos, religiosos de distintas congregaciones, tenemos el desafío de encontrar una mejor forma comunicar la Buena Nueva que Dios nos está encomendando en las diferentes obras en las que estamos trabajando…

Fuente: Jesuitas Lationamérica

Mensaje final de la 37ª Asamblea de la CPAL

Desde La Habana alentando nuestra vida y misión

Del 7 al 12 de mayo se llevó adelante en La Habana, Cuba la 37° Asamblea de la Conferencia de Provinciales de América Latina. Compartimos aquí el mensaje que los Provinciales han elaborado al finalizar su reunión semestral.

La 37ª asamblea ha tenido lugar en la Casa San José, Juanelo la Habana. Hemos experimentado la hospitalidad y el cariño de los compañeros de la sección y de muchos colaboradores y colaboradoras. Una mención especial a las hermanas Esclavas de Cristo Rey que nos han tratado de manera exquisita. Nuestra presencia aquí en La Isla ha intentado significar un gesto de solidaridad con el pueblo de Cuba y con nuestros compañeros que viven y trabajan aquí.

La asamblea comenzó con los informes de la vida y el trabajo de las redes apostólicas, en particular las que interactúan en el Servicio Jesuita a la Amazonía que articula una importante prioridad de nuestro PAC. Las presencias en el Amazonas son variadas y las articulaciones también, la participación en la preparación del Sínodo Pan Amazónico y en la REPAM es un aporte fundamental. Queda como desafío ir avanzando en una mayor claridad respecto de nuestro aporte específico en esa realidad.

El reporte de los provinciales sobre la recepción de las Preferencias Apostólicas Universales en las Provincias ha sido positiva. Si bien es una impresión provisoria y todavía incipiente, pero se percibe que las PAU responden al sentir del Cuerpo Apostólico y nos alientan a un proceso de conversión personal, comunitaria, provincial e interprovincial.

Hemos sentido también la llamada a la conversión al reflexionar sobre los pasos concretos para gestar y consolidar una cultura de la salvaguarda a menores y vulnerables que nos permita reparar, de algún modo, los pecados y delitos que han causado tanto dolor. Somos profundamente conscientes de que debemos responder seriamente a las preguntas de la primera semana: ¿Qué hemos hecho por Cristo débil y vulnerado?, ¿Qué hacemos por él? Y ¿Qué debemos hacer por ese Cristo que nos interpela a vivir de un modo diferente, a crear una cultura de la salvaguarda que nos haga más creíbles?

Ha venido a nuestra memoria, de manera particular, la dura realidad de nuestros compañeros de Chile que viven un hondo proceso de purificación, pero a su vez desde un horizonte de misión y de esperanza que es, para nosotros, una valiosa fuente de aprendizaje.

La estructuración del 4to. Año de Teología ha ocupado un buen tiempo de nuestra reflexión. La asamblea se adentró en un ambiente de oración y conversación espiritual a repensar la necesidad de una estructuración común, más allá de las diversas modalidades que presenta en nuestras Provincias. Se encontraron puntos comunes: la necesidad de acompañamiento, el criterio de tiempos lugares y personas, la conciencia de que este es un tiempo especial de preparación para el ministerio ordenado y por lo tanto los estudios  teológicos, y las experiencias pastorales y de reflexión están en función de esta finalidad. La asamblea coincide en que el 4to Año debe ser transitado preferentemente en las propias Provincias, dado que es un tiempo propicio para tener en la Provincia al jesuita que está próximo a las órdenes, particularmente teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos han cursado la teología en Centros Interprovinciales de Formación. La asamblea ha pedido a la Comisión de Formación que con lo reflexionado aquí pueda ofrecer opciones que ayuden a la realización del 4to Año.

El pedido del P. General de continuar el discernimiento respecto de posibles reconfiguraciones de Provincias, ha dado lugar a la creación de una comisión para elaborar una hoja de ruta que ayude a la próxima asamblea en este cometido. Esta comisión ayudará para comenzar un diálogo respecto del estado de situación y los posibles caminos a explorar. Se le pide al P. General poder postergar la fecha final de este discernimiento debido a los procesos de cambios de 9 de los 12 provinciales en los próximos dos años, la evaluación y reelaboración del PAC y el proceso de recepción de las PAU, además del final del proceso de creación de la provincia del Caribe.

Nuestro compañero, P. Juan Antonio Guerrero, nos ha dado un panorama muy completo sobre las Casas Internacionales de Roma, su situación y los desafíos presentes y de largo plazo. Nos ha hecho profundizar en nuestra responsabilidad para ayudar en esta misión confiada por la santa sede a la Compañía.

Los diálogos nocturnos con nuestros compañeros de Cuba, Haití, y Centroamérica han sido movilizadores y concientizadores sobre la realidad de estos pueblos hermanos. Son muchas las preguntas que nos surgen sobre la colaboración que podemos dar como cuerpo apostólico de América Latina y el Caribe.

Queremos agradecer a todos los que hicieron posible este encuentro, y de manera particular a los que han participado como invitados especiales.

Una especial mención a los PP. John Guiney, Alfredo Ferro, Juan Antonio Guerrero, Cristopher Llanos y Jean Denis Saint Felix.

Agradecemos a Dios por esta asamblea, por los frutos recibidos y por los desafíos que se nos plantean. Y le pedimos, con nuestro padre Ignacio, que siempre “nos dé a sentir su santísima voluntad y gracia para cumplirla fielmente”.

La Habana, Cuba, 11 de mayo de 2019.

Fuente: Jesuitas Lationamérica

Somos Encuentros: Campaña de comunicación sobre la Migración Forzada

La Red de Oficinas Provinciales de Comunicación de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe (RED de OPC) y el equipo de Hospitalidad de la Red Jesuita con Migrantes para América Latina y el Caribe (RJM-LAC), se han unido para gestar y lanzar una campaña de comunicación sobre la migración forzada en nuestro Continente bajo el nombre “Somos Encuentros”.

Los responsables de la campaña son: Natalia Salazar, Luis Gómez y Javier Cortegoso por parte de la RJM-LAC, y por parte de la RED de OPC: Enilda Ruiz, encargada de comunicación de la provincia de Centroamérica, Schirley Echenique, encargada de comunicación de la provincia de Venezuela, y Fernanda Falcone, coordinadora de la RED OPC y de la Oficina de Comunicación Institucional de la CPAL. Para llevar adelante el proyecto contamos con el apoyo de las oficinas de comunicación de todas las provincias y sus equipos de trabajo.

La campaña quiere ser un espacio de participación amplia, en la que los miembros de los equipos de comunicación de las provincias puedan aportar sus trabajos y suscitar otros esfuerzos que visibilicen las angustias y tristezas, las alegrías y las esperanzas de tantas personas que se ven forzadas a migrar entre países de nuestro Continente o hacia otros rumbos más allá de nuestras fronteras.

Los trabajos y aportes deben ser un canal para compartir historias de encuentro y de hospitalidad, que nos permitan ayudar a reconstruir la humanidad de aquellos que han sido vulnerados en su dignidad en medio de las tragedias del desplazamiento forzado, así como de aquellos con quienes entran en contacto.

“Creemos que la Migración Forzada es una realidad que nos cruza más allá de los países, provincias y obras; se trata de un drama de nuestra sociedad latinoamericana que nos interpela día a día y que nos llama a responder de manera compartida. Las obras, instituciones y personas que colaboramos en la Compañía de Jesús tenemos el desafío de articularnos y tejer juntos conversaciones y acciones en los diferentes procesos y ámbitos de nuestra misión”.

“Son más las cosas que nos unen que las que nos separan y sin importar en qué lugar de Latinoamérica y el Caribe nos encontremos, la movilidad humana y el encuentro humano hacen parte de nuestras vidas. Queremos contar historias que nos lleven a reconocer en nuestros propios ámbitos de actuación la manera en que estamos respondiendo a los retos de la migración forzada, a través de los protagonistas que viven y tejen esta realidad en cada Provincia.”

Quienes deseen sumarse a esta iniciativa pueden escribirnos a: oficina.comunicacion@cpalsj.org solicitando las pautas a seguir y las orientaciones correspondientes.

Fuente: Jesuitas Lationamérica

 

Nueva plataforma colaborativa: Jesuit.Network

La iniciativa Jesuit Networking ha lanzado una nueva plataforma web: Jesuit.Network. La misma constituye un espacio dinámico para estudiar, sistematizar y fomentar el trabajo en red internacional entre las instituciones jesuitas.

En la nueva página web, los usuarios pueden encontrar el primer mapa global de redes regionales e internacionales relacionadas con la misión de la Compañía de Jesús; en el momento de su lanzamiento, existen 81 en total.

Acompaña el lanzamiento de la web el documento “Redes proféticas para una Misión Universal“,  que comparte las reflexiones la segunda reunión internacional sobre redes para catalizar las conexiones entre profesionales, académicos y miembros del gobierno de la Compañía de Jesús.

El proyecto Jesuit Networking se lanzó en 2012 en colaboración con el Secretariado de Colaboración de Roma para promover la reflexión sobre el trabajo en red y para acompañar y fomentar iniciativas de colaboración internacional dentro de la Compañía de Jesús. Alentados por el llamamiento de las recientes Congregaciones Generales para promover la creación de redes como nueva forma de proceder de la Compañía, los esfuerzos se han centrado en compartir herramientas, investigaciones y noticias relevantes, así como en la celebración de talleres y conferencias para promover una cultura de colaboración y fortalecer iniciativas comunes.

El proyecto, apoyado por diversas instituciones jesuitas, da ahora un paso más al convertirse en Jesuit.Network plataforma para visibilizar el ecosistema de las redes internacionales vinculadas a la Misión Universal de la Compañía.

A través de la difusión de información y propuestas de colaboración, tanto en inglés como en español, la plataforma ofrece un espacio dinámico para aprovechar los retos y las lecciones aprendidas de los esfuerzos de colaboración y apoyar estructuras de red más sólidas que conduzcan a un mayor impacto y eficiencia. Los líderes de la red tendrán la oportunidad de publicar y dialogar sobre sus experiencias de colaboración con otros expertos y usuarios de la página.

“Esta no es una plataforma para información generalista sobre el trabajo de la Compañía. Nuestra audiencia son las personas e instituciones que sienten pasión por el mundo de las redes y la creación de culturas de colaboración al servicio de la Misión Jesuita”, dice Daniel Villanueva SJ, coordinador de Jesuit Networking. “Esta página web busca involucrar a una comunidad de personas motivadas por la importancia de colaborar más y mejor, porque creemos que juntos podemos fortalecer la ‘redarquía’ de la Compañía de Jesús“.

Jesuit.Network se presenta en un momento en que se necesita más que nunca una colaboración regional e internacional para acompañar las Preferencias Apostólicas Universales de la Compañía de Jesús recientemente publicadas. Como explica Villanueva, “El trabajo en red no es un objetivo en sí mismo, sino un medio potente para llevar a cabo nuestra misión en un contexto incierto y complejo, y una manera útil de trabajar juntos como un cuerpo apostólico que abarca nuestra diversidad”.

La nueva página web también sirve como repositorio de recursos con los últimos documentos sobre los temas de redes y colaboración relacionados con la Compañía de Jesús, incluido el documento recientemente publicado de la 2ª Conferencia Internacional sobre Redes Jesuitas, celebrada en la Universidad de Georgetown, “Redes Proféticas para una Misión Universal.”

“Necesitamos un ecosistema que fomente la colaboración y la asociación a mayor escala y la formación de individuos con las habilidades, la visión y el liderazgo necesarios para una misión universal y de colaboración.” Aunque en los últimos años se han hecho muchos esfuerzos en las conferencias y en los secretariados apostólicos, que poco a poco ya han comenzado a dar sus frutos, es necesario garantizar la profundidad y la armonía de estas iniciativas de colaboración para asegurar que “las redes emergentes sean verdaderamente proféticas, y que nuestro desarrollo organizativo a nivel internacional responda al de un cuerpo apostólico con una misión compartida.

Fuente: Jesuit Networking

 

Conferencia de Liderazgo y Discernimiento en Roma

Entrevista a Daniela Gargantini, quien participó de la Conferencia de Liderazgo y Discernimiento que se llevó adelante en la Curia Jesuita en Roma de desde el 1° al 5 de abril. De ella participaron jesuitas y laicos ignacianos de todo el mundo.

¿De qué se trató el encuentro ‘Discernimiento y Liderazgo’?

Durante la primera semana de abril, la Oficina de Discernimiento y Planificación Apostólica de la Curia convocó a Roma a referentes de diversas partes del mundo (jesuitas y laicos) con la intención de conformar una comunidad global que colabore con la renovación creativa de la Compañía de Jesús y la Iglesia a partir de las preferencias apostólicas anunciadas por el padre General.

La convocatoria surge a partir de detectar una necesidad creciente y un deseo de formación ignaciana en discernimiento y liderazgo, no como un apéndice sino integrada profundamente con el quehacer diario de la Compañía y sus obras.

¿Quiénes estaban representados?

El Encuentro reunió a 54 líderes ignacianos con experiencia en diversos campos de acción de todos los continentes. De ellos 26 fuimos laicos. Sólo 9 mujeres participamos del encuentro. Latinoamérica estuvo representada por 6 latinoamericanos de diferentes obras (FLACSI, AUSJAL, CPAL, Sector social y Migrantes)

¿Qué temas se propusieron?

El encuentro se estructuró en torno a los siguientes ejes temáticos:

  • Recibir orientación personalizada por parte del padre General sobre las preferencias apostólicas y discernir cómo hacerlas avanzar con los referentes de las Conferencias regionales, las provincias y los encargados de las diferentes obras.

  • Aclarar los elementos claves del liderazgo en una forma ignaciana de proceder.

  • Reflexionar sobre los desafíos del trabajo en las fronteras y las vulnerabilidades de nuestro mundo, y sus implicancias en nuestro modo de entender el discernimiento y el liderazgo.

  • Adquirir conocimientos teóricos y prácticos de cómo liderar procesos comunitarios de cambio y superación de crisis y dificultades.

  • Compartir experiencias, conocimientos, buenas prácticas y recursos en liderazgo y discernimiento ignacianos.

¿Qué expectativas tenías sobre el encuentro? ¿Se fueron cumpliendo?

Recibir la invitación fue una gran sorpresa para mí. Asistir representando a todas las universidades de América Latina implicó una gran responsabilidad.

Acepté la invitación con algo de temor, asumiéndola como un llamado a profundizar mi vivencia de fe profundamente unida a mis tareas cotidianas en la universidad y a mi propia vida, y preguntándome qué esperaba Dios de mí tras la invitación.

La experiencia, la formación y la gracia recibida superaron ampliamente mis expectativas. Fui grata y exigentemente sorprendida por un Dios que no se cansa de llamarnos a vivir en coherencia nuestra fe en medio de las obras y tareas cotidianas. En ello cultivar la identidad y espiritualidad ignaciana constituye un gran apoyo.

La metodología del encuentro fue propicia para ir integrando los contenidos teóricos y prácticos a una profunda reflexión y discernimiento no sólo personal sino comunitario. Esa fue una de las principales riquezas del encuentro. No sólo discernir el qué sino el modo de alcanzar los objetivos frente a los desafíos vigentes.

¿Con qué quedaste más impactada de lo vivido en esos días?

La vivencia universal de la Iglesia y de la Compañía fue una experiencia que me impactó profundamente. El encontrar un llamado y modo de proceder común en medio de diferentes culturas y lenguas fue muy movilizador.

Junto con eso, el poder experimentar las vulnerabilidades sociales y eclesiales despertaron en mí mociones de gran desolación.

Frente a ello, la integración de nuestra fe a opciones de vida y de ejercicio concreto de nuestra profesión o actividad a partir del modo particular de proceder ignaciano fue motivo de gran consolación, que se transformó en una invitación a un compromiso más activo para poder compartir con otros lo recibido.

¿Qué desafíos percibís como más cercanos para la Iglesia y la Compañía en Argentina?

Creo que el principal desafío es poder ofrecer espacios de relectura y reflexión profunda de las preferencias apostólicas, donde poder iniciar procesos de discernimiento comunitario y colaborativo que nos permitan, no sólo pensar qué vamos a hacer o qué tenemos que hacer frente a los diferentes desafíos que tenemos delante, sino, fundamentalmente,  cómo lo vamos a hacer.

La formación e invitación a compartir la identidad y los modos de proceder ignacianos resulta una deuda pendiente en la mayoría de nuestros espacios. Sin que ello se comprenda y se vivencie profundamente tanto en jesuitas como en laicos colaboradores, será difícil cumplir con la misión encomendada y ser factores de transformación real de nuestra sociedad y de la misma Iglesia.