‘El mundo es nuestra casa’. Formando Ciudadanos Globales

Los colegios jesuitas se están volviendo cada vez más conscientes de la importancia de educar a sus alumnos para ser ciudadanos globales. Esto implica, para cada educador y cada educando, asumirse corresponsable del cuidado de la casa común y de la transformación de la sociedad a nivel local, regional y global.

Los ‘ciudadanos globales’ pueden ser personas muy arraigadas a su propia cultura, pero con un horizonte amplio, que contempla las posibilidades y la diversidad que aloja nuestro mundo.

Como decían Ignacio y compañeros desde los inicios de la Compañía de Jesús: ‘El mundo es nuestra casa’. Los jesuitas cuentan con colegios y muchas otras instituciones en todo el mundo, lo que representa una ventaja. Al reconocerse parte de esta comunidad ignaciana, el sujeto se siente parte de realidades y entidades que quizás, geográficamente, están muy alejadas. La red siempre ha estado ahí, es parte de la esencia del ser jesuita y del carisma ignaciano

Programa de Formación

La Red Educate Magis ha creado un plan de formación que ofrece, por un lado, la capacidad a profesores y maestros de formarse; al tiempo que pone a disposición distintos recursos para trabajar con los alumnos.

El curso de formación para educadores ha sido creado por miembros de la Comunidad de Educate Magis en todo el mundo.

Para acceder al curso de formación y los materiales puedes visitar:

 

Mega Tecnología contra la Basura

Podemos usar el propio medio digital para convencer, concienciar y educar en no generar contenido inservible o de dudosas intenciones.

Por Isaac Seoane Pujol

Que los humanos humanos generamos cantidades ingentes de basura de todo tipo es algo obvio y fácil de contrastar. Y de esa obviedad nace el hecho de que estemos acostumbrados a ello y nos lo tomemos de una forma poco alarmante. Y si no, hagan la prueba: junten a varias familias con integrantes de cualquier edad en la misma casa y observen con qué naturalidad van llenando bolsas y bolsas de desperdicios. Con honrosas excepciones, por supuesto.

La tecnología es a su vez una fuente de basura, dado que los propios dispositivos tecnológicos quedan cada vez más rápido estropeados o en desuso, y están llenos de plásticos, elementos de metal, etc. Pero también puede ser una herramienta útil para luchar contra ella.

La basura que genera la tecnología puede ser además intangible. En el espacio digital hay mucho y variopinto contenido que podría categorizarse de, al menos, poco útil, por ser pudorosos. Pero también podemos usar el propio medio digital para convencer, concienciar y educar en no generar contenido inservible o de dudosas intenciones.

Este ejemplo y muchos relacionados con él parecen obvios para demostrar que la tecnología puede ser también una solución. Esto ocurre también para desperdicios analógicos. Me gustaría hablarles de un par de proyectos, por si no los conocen donde la tecnología permite luchar contra la producción de basura en este mundo y quien sabe si en los siguientes que colonicemos.

Un ejemplo puede ser la lucha contra la actual proliferación de desperdicios fabricados en plástico. Independientemente de si es o no biodegradable, los humanos desperdiciamos ingentes cantidades de plástico. No existe un rincón del planeta donde no haya llegado desperdicios plásticos de todo tipo, llegado a crear montañas del tamaño de países hasta en el propio océano.

La tecnología actual nos permite desde intentar fabricarlo, dada su inevitabilidad de uso con materiales biodegradables que permitan su desaparición natural más rápida. Pero qué hacemos con toda la basura que ya está allí. De hecho, en el Océano Pacífico existe una concentración de basura, en su gran mayoría, plástico, del tamaño de una isla o país pequeño. Contra esta isla de desperdicios se está luchando desde la concienciación de su existencia de forma digital en redes, hasta con grandes estructuras que seguro que despertarán el interés de los megalómanos y amantes de las superestructuras, como en el proyecto The Ocean Cleanup. Para seguir la evolución del proyecto podéis leer su timeline.

Pero no sólo tenemos mar y tierra llenos de basura: también tenemos el espacio lleno. Aquí además de plástico, hay metal. Mucho, muy grande, y muy pesado metal. Proveniente de satélites en desuso y otras infraestructuras espaciales, el ser humano ha creado un cinturón de basura tecnológica que comienza a ser peligroso que esté ahí.

Pero ¿cómo nos deshacemos de esta basura espacial? Los diseñadores del satélite RemoveDebris proponen lanzar desde éste una serie de grandes redes al estilo de los arponeros en el mar. Estas grandes redes se desplegarían por el espacio y la atraparía, cayendo de nuevo a la atmósfera de la forma más controlada o predecible posibles. Para que no nos acabe por caer una red llena de hierros en la cabeza. El experimento se lanzó al espacio en abril de 2018. En estos videos se puede ver su lanzamiento y primeros pasos así como una explicación de cómo funcionan estas redes y arpones cazabasura.

Ya sea, de plástico, como de metal, o de otros tipos de basura menos tangible como puede ser la información inútil o el ruido ambiental y el ruido en la red, tenemos que concienciarnos todos de poner nuestro granito de arena, por difícil que sea, y colaborar intentando generar la mínima cantidad de desperdicios difíciles de hacer desaparecer. En cualquier caso, la tecnología será de gran ayuda para apoyar a la idea genial con la que el propio ser humano vendrá de nuevo a nuestro propio rescate.

Fuente: Entre Paréntesis

 

¿A Quién Dejar de Seguir?

Para terminar bien una relación se requiere un esfuerzo que no siempre estamos dispuestos a asumir.

Por Alvaro Zapata SJ

Poco a poco nos vamos dando cuenta de las personas detrás de los perfiles. Aunque aún nos quede mucho camino por recorrer en ese sentido. Y si ya vamos conociendo bien el modo de relacionarnos, creo que nos queda una asignatura pendiente: el modo de terminar con relaciones que nos dañan, que no nos aportan, que hace tiempo se han apagado. Porque esto es más complejo que darle al botón de eliminar y enviar la relación a la papelera de reciclaje.

Ahora que Twitter está probando un nuevo menú de sugerencias basado en a quién deberíamos dejar de seguir. El mensaje que algunos usuarios se han encontrado lo dejaba claro: «No necesitas seguir a todo el mundo para saber qué ocurre. Asegúrate de que solo sigues a la gente que hace que Twitter sea estupendo para ti». Y encierra una parte de verdad. Nos habla de mucha gente a la que seguimos, de la que somos amigos solo por mantener un número más en nuestro conteo de seguidores. Personas que tenemos silenciadas, a las que no respondemos o que directamente nos asquea lo que publican, por el motivo que sea. Relaciones que hay que cortar, en definitiva. No porque no interactuemos, sino porque nos suponen un mantener una relación que en realidad no existe, solo por la apariencia de los números.

Esto encierra, a su vez, un peligro. Porque podemos acabar convirtiendo nuestras redes, nuestra vida, en un espacio donde no cabe quien no piensa como yo, quien no me sigue el juego, quien no me aporta beneficios. Construyendo relaciones en términos de eficiencia y costo, quedándome solo con lo que me viene bien, con lo que es «estupendo para ti», sin pararnos a pensar en el otro, en si le suponemos una ayuda, en si estamos comprometidos con él. Dejo de seguir, termino una relación sin detenerme a pensar más que en mi interés.

Para terminar bien una relación se requiere un esfuerzo que no siempre estamos dispuestos a asumir. El esfuerzo de poder acercarnos al otro para alejarnos definitivamente, de poder expresar aquello que sentimos y acoger lo que provocamos. Y eso no es fácil, ni sencillo, ni se resuelve dándole a un botón, siguiendo la sugerencia de unos cuantos algoritmos. A veces dejar de seguir a alguien es sencillo, es como cuando terminas una conversación con el desconocido con el que has compartido viaje o espera en una parada de bus. Pero en muchas ocasiones respondemos a una historia en la que se han ido generando compromisos. Y debemos ser conscientes de ello al decidir cortar el contacto. Porque nuestras relaciones en las redes siguen siendo con personas, también cuando decidimos pasar página.

Fuente: Pastoral SJ

 

Mensaje de la XXXVI Asamblea de CPAL

Los Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe estuvieron reunidos del 6 al 10 de noviembre en Brasil. Compartimos aquí el mensaje final de laXXXVI  Asamblea de CPAL en el que, entre otras cosas, se anuncian las nuevas preferencias apostólicas para el trabajo de la Compañía de Jesús en la región. 

Queridos compañeros y compañeras en la Misión:

Los Provinciales de América Latina, reunidos entre los días los días 6 al 10 de noviembre en el Centro de Espiritualidade Cristo Rei (CECREI) de São Leopoldo, cerca de Porto Alegre, Brasil, les enviamos un saludo fraterno. Compartimos con ustedes la memoria de lo que han sido nuestras conversaciones en este hermoso espacio de las “tierras gaúchas”.

La reunión tuvo tres grandes momentos: el primero con los miembros de los equipos de formación de nuestra Conferencia, el segundo centrado en el discernimiento de las Preferencias Apostólicas Universales a ser presentadas por la CPAL al Padre General y, el tercero para tratar asuntos varios presentados por el equipo ejecutivo de la Conferencia. Participaron con nosotros los PP Gabriel Ignacio Rodríguez S.J. y Claudio Paul S.J., Asistentes del Padre General para América Latina, el P. David Romero S.J., Delegado del Provincial de Brasil para la preferencia Amazonia, el P. Cris Llanos S.J., Superior Regional de Guyana y Jamaica, y el P. Agbonkhianmeghe Orobator S.J., presidente de la Conferencia de África y Madagascar. Por dificultades de visado, no pudieron acompañarnos los PP. David Pantaleón S.J. (Cuba) y Jean Dennis Saint Félix S.J. (Haiti).

El primer día de nuestra reunión lo dedicamos a participar en el último día del Encuentro de Formadores organizado por la CPAL con los miembros de todas las casas de formación de América Latina y el Caribe. Escuchamos el reporte de los días de trabajo previo (en los que participaron tres Provinciales) sobre el uso de los medios de comunicación y las redes sociales en las casas de formación, y sobre los desafíos comunes para una mayor y mejor integración de lo afectivosexual en nuestra vida consagrada; todo eso a partir de valiosos aportes hechos por dos compañeros nuestros: los PP. Kevin Flaherty S.J. (UMI/PER) y Rufino Meana S.J.(ESP). Fue un interesante y enriquecedor encuentro; valió la pena escuchar las inquietudes y logros de los equipos de formación, y compartir la esperanza que todos tenemos puesta en nuestros compañeros más jóvenes. El día terminó con un sabroso y abundante churrasco “gaúcho”, altamente apreciado por todos.

El segundo día de la Asamblea trabajamos los informes de la Presidencia y de los sectores y redes apostólicas, así como de la administración de la CPAL. Nos sigue sorprendiendo el volumen de trabajo realizado y la generosa dedicación de los compañeros del equipo ejecutivo. La tarde la dedicamos a conversar con el P. Rafael Velasco S.J. (ARU), coordinador de la Red Latinoamericana de Parroquias Jesuitas sobre el estado actual, las necesidades y los desafíos de la red. Ya en la noche el P. Juan Carlos Morante S.J., provincial del Perú, nos presentó la situación actual de las investigaciones en torno del asesinato del P. Carlos Riudavets S.J., en agosto pasado, en la Amazonía peruana. Las investigaciones continúan y se espera que desemboquen en el esclarecimiento de lo sucedido y la impartición de justicia.

Comenzamos, luego, un tercer tiempo de nuestra Asamblea: con la valiosa y serena orientación de nuestros hermanos los PP. Álvaro Pimentel S.J. (BRA) y Hermann Rodríguez S.J. nos sumergimos durante casi dos días y medio en el discernimiento de las Preferencias Apostólicas Universales. Este recorrido comenzó con una presentación / análisis de algunos de los grandes desafíos actuales de la humanidad, para lo cual nos ayudó especialmente el P. Inácio Neutzling S.J. (BRA) luego recogimos y consideramos, de manera personal y también en grupos, el recorrido del proceso en las provincias, el examen de las preferencias anteriores, los desafíos actuales y futuros para la Misión de la Compañía, y las preferencias propuestas por cada Provincia. El Padre General nos había solicitado no sólo hacer una sistematización de los aportes de las Provincias sino realizar nuestro propio discernimiento; para ello nos ayudó grandemente la metodología del “diálogo espiritual”: la escucha atenta, abierta e indiferente, de lo que el Espíritu habla a los miembros del grupo que discierne. Fue un recorrido bonito al final del cual formulamos cinco preferencias que serán nuestro aporte al discernimiento de toda la Compañía, y que el Padre General habrá de presentar al Papa, probablemente, en el primer trimestre de 2019. Los enunciados de las cinco preferencias que son fruto del discernimiento de la CPAL son los siguientes:

1. Migrantes, refugiados, desplazados y víctimas de trata de personas. Nos comprometemos a “acoger, proteger, promover, e integrar a los migrantes, refugiados y las víctimas del tráfico humano” (Discurso del papa Francisco a los participantes del Foro Internacional de Migraciones y Paz, 21/02/2017).

2. Cuidar la casa común y promover la justicia socio ambiental. Nos comprometemos en la misión de trabajar en la promoción de una ecologíaintegral como expresión del amor misericordioso de Dios hacia toda la creación, con un particular énfasis en la Amazonia y la cuenca del Congo, biomas que interesan de manera preeminente a todo el Planeta.

3. Formación integral de los jóvenes. Fortalecer nuestro compromiso en la formación integral de los jóvenes a través de los diversos servicios apostólicos de la Compañía, colaborando de manera intersectorial e interprovincial, para promover su liderazgo en la construcción de sociedades más justas y fraternas y de una Iglesia sinodal (cfr. sínodo de la juventud 2018).

4. Espiritualidad y Ejercicios Espirituales. Ofrecer con más audacia y creatividad la riqueza de nuestra Espiritualidad para ayudar a las personas y las comunidades a salir “del propio amor, querer e interés” (EE.189).

5. Colaborar en la construcción de un mundo más justo, más democrático y ambientalmente sostenible. Nos comprometemos a formarnos intelectualmente de manera profunda y seria, y a colaborar con otros en la formación de nuevos liderazgos que contribuyan a la construcción de comunidades reconciliadas, más fraternas, y una aldea global más justa y democrática.

En el cuarto día de nuestra asamblea, terminamos la jornada escuchando al P. Orobator S.J., Presidente de la JESAM, quien presentó los desafíos apostólicos y las perspectivas de futuro de las provincias miembros de la Conferencia de África y Madagascar. Por ser una Conferencia con una gran mayoría de jesuitas jóvenes, su principal tarea es la formación. Su presencia entre nosotros: agradable, amiga y provocativa, nos hizo sentir más fuertemente la vocación universal de nuestra misión.

El último día, además de afinar el discernimiento sobre las Preferencias Apostólicas Universales, iluminados por la última carta del Padre General y orientados por el P. Cristián Del Campo S.J. (CHL), lo dedicamos a conversar sobre los aprendizajes alcanzados hasta el momento en la tarea de velar en todos nuestros ministerios por la seguridad e integridad de los menores y adultos vulnerables. Esta cultura del cuidado, forjadora de ambientes sanos y seguros, es un compromiso permanente del cuerpo apostólico para que nuestro servicio tenga credibilidad y sea evangélicamente eficaz.

Durante la 36ª Asamblea de la CPAL hemos tenido particularmente presentes la crítica situación de Venezuela, de Nicaragua y de Honduras; de manera especial ha estado presente en nuestro recorrido el masivo movimiento migratorio de hermanos de varios países de Centroamérica, quienes, con pleno derecho, buscan una salida a la violencia y pobreza que tienen que enfrentar cotidianamente. Nos solidarizamos con estos pueblos, agradecemos a los compañeros y compañeras de la Red de Jesuitas con Migrantes y del Servicio de Jesuitas a Refugiados su generosidad y sus trabajos. ¡Ustedes son el cuerpo apostólico de la CPAL en las carreteras, acompañando al pueblo que sufre! Nos comprometemos a colaborar y seguir acompañando sus necesidades.

Agradecemos a toda la Provincia del Brasil, en la persona del Provincial, P. João Renato Eidt S.J. y a su Socio, el Hno. Eudson Ramos S.J., por su hospitalidad.

Agradecemos también a todo el equipo del CECREI que nos recibió y atendió con dedicación inmejorable. El Señor de la Vida y Nuestra Señora Aparecida sabrán recompensar su enorme generosidad.

Fraternalmente en Cristo

Bienestar y Felicidad: Riqueza y Bienaventuranzas

Potenciar el espíritu comunitario es condición indispensable para lograr una sociedad civil viva y fuerte.

Por Juan Ignacio Palacio

Con el emocionado recuerdo de Enrique Comas

En nuestra cultura se tiende a confundir, cada vez más, el bienestar, asociado a la riqueza, con la felicidad, el gozo derivado de las buenas actitudes (bienaventuranzas)

Además, se ha convertido al Estado en el garante del bienestar (Estado de Bienestar). El Estado es en última instancia el responsable de que tengamos todo aquello que necesitemos y deseemos para ser felices. Esta concepción del Estado tiene un efecto parecido al que tiene la conducta de muchos padres que consienten todo a sus hijos, en vez de educarles señalándoles los límites y consecuencias de sus acciones: infantiliza a la población haciéndola irresponsable.

Lo que resulta paradójico es que muchos de los que critican esa concepción del Estado mantienen, aún más si cabe, esa identidad entre riqueza y felicidad. La diferencia es que abandonan a la acción de cada uno la consecución de la riqueza (felicidad). Aparentemente esto hace a todos responsables de sus actos. Sin embargo, conduce igualmente a la irresponsabilidad, incluso en mayor grado. Nadie responde de las consecuencias que sus actos tienen sobre los demás sino sólo sobre sí mismo. Este individualismo extremo tiende a crear situaciones de tensión.

Sobre la base común que identifica riqueza y felicidad colectivas, las posiciones sociopolíticas tienden a polarizarse entre los que consideran que es el mercado el principal medio para alcanzar esa riqueza-felicidad, y los que atribuyen al Estado ese papel fundamental. Unos minimizan y tienden incluso a anular la función del Estado, los otros plantean lo mismo con el mercado. Bajo este juego se ha dicho que las alternativas que saben combinar en dosis adecuadas Estado y mercado son las que triunfan, el centro derecha y el centro-izquierda. Así ha sido hasta ahora, al menos en la Europa occidental, donde han dominado los partidos liberal-conservadores y la socialdemocracia.

El intercambio mercantil (mercado) y la regulación de la vida colectiva (Estado) forman parte intrínseca de cualquier tipo de sociedad. Pretender prescindir de uno o de otro es un intento vano. Cuando se asfixia al mercado resurge por mil intersticios en forma de mercado negro. Si se debilita en exceso el Estado rebrota normalmente con formas autoritarias. La clave no reside pues en que haya más o menos Estado y mercado, sino en que en los Estados haya una representación participativa (democracia) y los mercados tengan una regulación que incentive la innovación (competencia). Ahora bien, es difícil que mejore la democracia y la competencia cuando no se cuenta con una sociedad civil fuerte que no confunde bienestar material (riqueza) con satisfacción personal (felicidad).

El ámbito macrosocial no puede funcionar adecuadamente si no se apoya en una base microsocial sana y estable. La sociedad civil representa el ámbito comunitario donde no predomina el interés individual, que supone un intercambio interesado equivalente (mercado), ni la obligación que imponen las leyes que regulan la vida colectiva (Estado), sino los valores compartidos. La sociedad civil es, por tanto, la base social (micro) sobre la que se conforman las instituciones colectivas (macro). Es el espacio de la tribu, la familia o las asociaciones que comparten aficiones o creencias sin que medien intereses de lucro o una obligación legal. Sin una sociedad civil fuerte, que vertebre el conjunto de la sociedad, es imposible que el Estado no se incline hacia los intereses de los grupos más poderosos y organizados, y que se logre que haya mercados más competitivos (mejor regulados).

Es cada vez más frecuente oír la queja de que “ya no hay valores”. Lo que se expresa con ello es que faltan valores asumidos comunitariamente y con proyección social. No es que no existen valores, puesto que no hay sociedad que pueda sobrevivir sin valores; como tampoco puede subsistir sin Estado, ni sin mercado. Si los humanos no hemos desaparecido como especie es porque se han mantenido espacios y valores compartidos.

Para muchos, probablemente para una mayoría, aunque eso es cada vez más dudoso, la felicidad no se asocia la riqueza o bienestar material; sino que depende del disfrute de las pequeñas cosas cotidianas que se comparten con la familia, los amigos y los compañeros de trabajo, o con personas que salen a nuestro encuentro por distintas circunstancias y caminos. Sin embargo, cuando se perciben los problemas de desigualdad, desarraigo, miseria, violencia, corrupción, destrucción de la naturaleza y demás signos de degradación social que nos acompañan, tendemos a proyectar las soluciones exclusivamente hacia el Estado y/o el mercado, que deben proporcionar el crecimiento y bienestar para todos, desentendiéndonos de nuestra responsabilidad como sociedad civil.

Refleja esto que en gran medida lo que domina es una actitud que podemos denominar tribal, que defiende los intereses del grupo de pertenencia (familia, amistades), pero que no se asienta en valores compartidos que se viven en común y trascienden al propio grupo. Esa es por cierto la esencia y principal novedad del mensaje evangélico: que el fundamento de toda la vida personal y social es el amor, y que éste tiende a expresarse comunitariamente.

Cuando en los Evangelios se afirma “no penséis que he venido a sembrar paz, sino espadas; porque he venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con la suegra; así que los enemigos serán los de su casa. El que quiere a su padre o a su madre más que a mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue, no es digno de mí. El que ponga a seguro su vida, la perderá, y el que pierda su vida por causa mía, la pondrá al seguro” (Mateo 10, 34-39; Lucas 12, 51-53 y 14, 26-27); o “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? Y señalando con la mano a sus discípulos, dijo: -Aquí están mi madre y mis hermanos. Porque cualquiera que lleva a cabo el designio de mi Padre del cielo, ese es hermano mío y hermana y madre” (Mateo 12, 48-50, Marcos 3, 31-35; Lucas 8, 19-21), no implica un desprecio de la familia o de la amistad. Lo que se señala es que es necesario trascender el egoísmo compartido, como dijera Erich Fromm, para formar comunidades que por estar basadas en el amor, en valores evangélicos compartidos que conducen a la felicidad (bienaventuranzas), son la base de toda la vida social.

Jesucristo no se presenta como un líder que se sitúa al margen de las comunidades, sino que asienta toda su acción en las comunidades apostólicas. Tampoco como un ser con poderes mágicos: “Sí, os lo aseguro: Quien me presta adhesión, hará obras como las mías y aun mayores; porque yo me voy con el Padre, y cualquier cosa que pidáis en unión conmigo la haré; así la gloria del Padre se manifestará en el Hijo. Lo que pidáis unidos a mí, yo lo haré” (Juan 14, 12-14).

Los Hechos de los Apóstoles dibujan el panorama de los primeros tiempos del cristianismo como una proliferación de comunidades. “Todos los que iban creyendo tenían el mismo propósito y lo tenían todo en común; vendían sus posesiones y sus bienes y lo repartían entre todos según la necesidad de cada uno. A diario frecuentaban unánimes el templo; partían el pan en las casas, comían alabando a Dios con alegría y de todo corazón, y siendo bien vistos de todo el pueblo. El Señor les iba agregando a los que día tras día se iban poniendo a salvo con el mismo propósito” (Hechos de los Apóstoles 2, 44-47 y 4, 32-35).

A lo largo de la historia se ha distorsionado el mensaje evangélico por hacer de Jesús un superhombre o un Dios que puede manipular la realidad a su antojo, en vez del hijo de Dios por antonomasia, todos somos hijos de Dios, único ser humano capaz de haberse mantenido permanentemente abierto a la voluntad del Padre: “¿No crees que yo estoy identificado con el Padre y el Padre conmigo? Las exigencias que yo propongo no las propongo como cosa mía: es el Padre, quien, viviendo en mí, realiza sus obras. Creedme: yo estoy identificado con el Padre y el Padre conmigo; y si no, creedlo por las obras mismas” (Juan 13, 10-11).

También se ha desfigurado el sentido comunitario. Las comunidades de vida, fermento de una sociedad más justa y solidaria, bien vistas en su entorno social como se constata reiteradamente en los Hechos de los Apóstoles, han quedado subsumidas en una estructura clerical que aísla de algún modo la vida religiosa de la vida cotidiana de la gente. La comunidad, asentada en el amor mutuo que se alimenta de la fuerza del Espíritu de Jesús y Dios mismo, encarna la primicia de una nueva sociedad, que trasciende al ámbito puramente familiar o de tribu, pero no se diluye en un todo que se impone a los individuos.

La fe religiosa se ha trastocado para convertirla en una creencia en unas verdades (“creer qué), un conocimiento puramente intelectual, o a lo más en un asentimiento a lo que dice una persona (“creer a”), en vez de en una adhesión personal (“creer en”) que supone una implicación mayor que la simple aceptación de lo que otro dice. Esta transmutación ha originado que se asiente la convicción de que la fe es algo individual, una exigencia ética derivada de unos principios (mandamientos), que puede mantenerse sin necesariamente estar implicado en una comunidad, ni tener una proyección sobre las estructuras sociopolíticas.

Más aún, en muchas ocasiones se ha transformado en un rigorismo moral que inevitablemente deviene en fariseísmo. Se anula así el mensaje evangélico que proclama que no ha venido a buscar justos sino a pecadores y anuncia que las prostitutas precederán en el reino de los cielos a los celosos de la ley y la moral (sacerdotes, letrados, escribas y fariseos). Se instala un dualismo que opone la materia y el cuerpo al espíritu, y convierte la sexualidad y el disfrute de la comida y la bebida en mera ocasión de pecado, en vez de expresión de amor fraterno.

Ya denunciaba Jesucristo esa actitud cuando dijo: “Tocamos la flauta y no bailáis, cantamos lamentaciones y no hacéis duelo. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dijeron tiene un demonio dentro. Viene el Hombre, que come y bebe, y dicen: ¡Vaya un comilón y un borracho, amigo de recaudadores y descreídos! Pero la sabiduría de Dios ha quedado justificada por sus obras” (Mateo 11, 17-19). De ahí la demoledora crítica a los que se atribuían el monopolio de la verdad (Mateo 23, 1-36; Marcos 12, 38-40; Lucas 11, 37-52 y 20, 45-47) cerrando a los hombres el reino de Dios: “Porque vosotros no entráis, y a los que están entrando tampoco les dejáis… recorréis mar y tierra para ganar un prosélito y, cuando lo conseguís, lo hacéis digno del fuego el doble que vosotros” (Mateo 23, 13 y 15).

Potenciar el espíritu comunitario es condición indispensable para lograr una sociedad civil viva y fuerte, base imprescindible de un Estado democrático y una economía competitiva. La crisis del Estado de Bienestar, seña de identidad de los Estados que se proclaman democráticos, y los desequilibrios económicos que impiden un crecimiento sostenible, no tienen solución sin una sólida base social de carácter comunitario. No debería olvidarse que las primeras medidas que fueron el germen de la seguridad social y el posterior Estado de Bienestar se impusieron en la Alemania de Bismarck con la oposición de los sindicatos y el partido socialista, que fueron ilegalizados, ya que aspiraban a ser ellos los gestores de su previsión social y a que los empresarios asumiesen sus propias responsabilidades en las consecuencias que tenían para los trabajadores las condiciones de trabajo por ellos impuestas.

Aunque no es ya este post lugar para abordar cuestiones más concretas, que muestren las implicaciones que tendría la existencia de una sociedad civil fuerte de base comunitaria, sirva como ejemplo el tema de las pensiones y los servicios sociales. Una cosa es que el Estado ampare iniciativas sociales en el terreno de la previsión, la sanidad o la educación; otra muy distinta es que necesariamente tenga que gestionarlas. La alternativa a las pensiones, la sanidad y la educación estatales no tiene por qué ser, como pretenden algunos, su privatización para situarlas en el ámbito del mercado. El carácter público no significa estatal, sino que preferentemente debe entenderse como social, fruto de la confluencia de iniciativas comunitarias, alejadas del lucro privado del mercado pero también del burocratismo estatal. ¿Dónde están las comunidades que eran bien vistas por su entorno social y eran germen de una sociedad más justa y solidaria?

Fuente: Entre Paréntesis

 

Monseñor Angelelli y los Mártires Riojanos serán Beatificados el 27 de Abril

La diócesis de La Rioja dio a conocer la fecha de beatificación de monseñor Enrique Angelelli y los mártires riojanos: será el 27 de abril de 2019 en La Rioja, y estará presente, como representante del papa Francisco, el cardenal Angelo Becciu, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

Serán beatificados los venerables siervos de Dios Enrique Ángel Angelelli Carletti, obispo de La Rioja, Gabriel Longueville, sacerdote diocesano, Carlos de Dios Murias, sacerdote profeso en la Orden de los Frailes Menores Conventuales y Wenceslao Pedernera, padre de familia, tenga lugar en la ciudad de La Rioja, el 27 de abril de 2019. En un primer momento tal rito había sido fijado para el 15 de diciembre de 2018.

Así lo anuncia una comunicación dirigida al obispo emérito de La Rioja, monseñor Marcelo Colombo, y actual arzobispo de Mendoza, firmado por el sustituto para los asuntos generales de la Secretaría de Estado del Vaticano, monseñor Edgar Peña, y fechada el 17 de octubre, fiesta de San Ignacio de Antioquía, obispo y mártir.

Asistirá a la celebración como representante del papa Francisco, el cardenal Angelo Becciu, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

Fuente: AICA 

 

Humanidades Digitales al Servicio del Cambio Social

Un sector de fuerte corte académico combina la tecnología y las humanidades para crear nuevas áreas de investigación, docencia y gestión del conocimiento.

Por Zinnia Quirós

La revolución tecnológica y digital ha traído consigo un campo emergente que se encuentra en plena expansión y que alberga posibilidades infinitas: las humanidades digitales. Un sector de fuerte corte académico donde la tecnología y las humanidades se combinan para crear nuevas áreas de investigación, docencia y gestión del conocimiento.

En España este sector crece y se va consolidando cada vez más, pero aún existen serias cuestiones estructurales que impiden sacar todo el provecho al potencial que poseen las humanidades digitales, como pone de manifiesto la propia visión del LiNHD (Laboratorio de innovación en humanidades digitales) de la UNED. La tecnología y las humanidades se siguen percibiendo como dos ámbitos separados, aunque guarden un poder inconmensurable derivado de las importantes conexiones que existen entre ellos. Las investigadoras en Humanidades carecen de infraestructuras para el desarrollo de proyectos tecnológicos y les cuesta mucho formarse en este ámbito provocando que, en multitud de ocasiones, se acabe externalizando la parte tecnológica de la investigación con una empresa o informático externo, lo que dispara el coste económico de los proyectos.

En Estados Unidos, aunque es un sector que levanta todavía ciertos recelos, cada vez aparecen más proyectos que conectan las humanidades digitales con el activismo y el cambio social. Se están generando iniciativas que dan una respuesta rápida y efectiva a necesidades sociales apremiantes demostrando que, efectivamente, las humanidades digitales tienen todo el sentido del mundo y es urgente que apostemos más y mejor por ellas.

Algunas propuestas interesantes provienen del XPMethod (Grupo de Métodos Experimentales en Humanidades) de la Universidad de Columbia. Ante la crisis humanitaria que provocó el huracán María en Puerto Rico desarrollaron un mapathon que permitió adecuar y actualizar los mapas de la isla, facilitando el transporte y entrega de alimentos y suministros.

Recientemente pusieron en marcha la iniciativa ‘Torn Apart’ (Separados) como respuesta a las políticas racistas de Trump. La idea se gesta ante la barbarie inmoral e ilegal que supuso, no solo la separación de niños y niñas de sus padres y madres, por el mero hecho de ser migrantes que entraron en EEUU de manera irregular, sino porque además ni siquiera se sabía dónde estaban esos menores.

Con la explotación de todos los datos públicos al alcance mapearon los centros de detención que existen en EEUU para migrantes con el fin de facilitar los reencuentros de esas madres y padres con sus hijas. Ahora han dado un paso más y han analizado el régimen financiero del ICE, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos.

Más allá de lograr el fin último para el que se diseñó el proyecto, la mayor sorpresa es que el análisis demuestra que el ICE “está en todas partes”. Frente al imaginario estadounidense, que cree que el control se da solo en lugares fronterizos, el mapa que se puede visualizar en ‘Torn Apart’ demuestra que la frontera está presente en todo el país.

Aunque las humanidades digitales apenas están empezando a beneficiarse del análisis y la explotación del Big Data que tenemos disponible, ya contamos con resultados francamente reseñables. La University College Dublin (UCD), por ejemplo, ha explotado los datos del informe Ryan de 2009 sobre abuso infantil, arrojando nuevas revelaciones que harán tambalear a muchas instituciones irlandesas.

Es fundamental que las organizaciones y los movimientos sociales promovamos proactivamente más espacios de conexión entre nuestras demandas de activismo y cambio social, con los ámbitos de investigación y creación de las humanidades digitales. Porque tenemos infinitas posibilidades de llevar la innovación tecnológica y digital a la lucha por la justicia social global.

Fuente: Entre Paréntesis

Posicionamiento de la Red Jesuita con Migrantes LAC en relación a la Caravana Hondureña de Migrantes

“Fui forastero, y me acogisteis” (Mt 25,35)

Un abordaje adecuado de la actual crisis de la llamada “Caravana de migrantes” empieza por señalar sus causas y a sus causantes, entender que la seguridad que está en juego es principalmente la de las personas migrantes en la ruta y por promocionar una cultura de la Hospitalidad entre los pueblos y los seres humanos.

Con seguridad sabemos que más de 10.000 personas hondureñas caminan, vinculadas a esta llamada Caravana Migrante, por Honduras, El Salvador, Guatemala, hacia México o Estados Unidos, en busca de asilo o de un proyecto de vida digna. Es un éxodo masivo fruto de una crisis compleja, permanente y creciente en su país y sus comunidades de origen. En este contexto, como Red Jesuita con Migrantes de Latinoamérica y Caribe (RJM- LAC):

  • Denunciamos que este éxodo destapa la trama política, social, económica y criminal que supone el motor de las causas de la indignidad de las que huyen, y de los riesgos y criminalización que se encuentran en el camino y que por lo tanto es nuestra responsabilidad señalarlas y también a sus causantes.
  • Afirmamos, que, de hecho, esta es una Caravana de la Dignidad que mientras camina hacia el norte para poder ejercer la vida, denuncia automáticamente la muerte que estas causas suponen en sus lugares de origen. Son estas personas víctimas, no victimarios, de una crisis de proporciones enormes y crecientes. Y por encima de esto, son portadoras de la búsqueda de dignidad, un valor que necesita ser rescatado en nuestras sociedades.
  • Celebramos la hospitalidad y solidaridad entre los pueblos que se hacen realidad en la Caravana, como semilla de esperanza que surge en medio de la crisis y como clamor compartido por la construcción de sociedades democráticas e inclusivas que exijan políticas públicas que garanticen el bien común.

CAUSAS

Denunciamos los intentos de vincular esta caravana y a las personas migrantes con fines partidistas o de influencia política, o con manipulaciones interesadas. Frente a las declaraciones de autoridades, políticos y medios de comunicación que despersonalizan y deshumanizan a los y las migrantes y las cifras que se mueven como los propios migrantes, podríamos estar ante más de 12.000 y creciendo. Se han sumado también personas de otras nacionalidades a la caravana, especialmente Guatemaltecas; y personas Hondureñas y de otras nacionalidades ya presentes en territorio mexicano en situación irregular. Se convierten en objeto de intereses de actores determinados para fines desestabilizadores, nosotras afirmamos que se trata de una caravana que de manera general ha sido espontánea y auto convocada. La decisión personal, familiar o colectiva, que moviliza a estas hermanas y hermanos es, de hecho, desesperada y supone asumir riesgos altísimos en las rutas migratorias para ellas y ellos. Pero es una decisión que nace como consecuencia de las causas que operan en nuestros sistemas políticos, económicos y sociales. La motivación de la persona que migra no es otra que la de poder vivir dignamente.

Las causas que promueven este fenómeno migratorio son la pobreza extrema, la violencia generalizada y la falta de un modelo de desarrollo justo, democrático, social e inclusivo en Honduras, así como la persecución continuada de colectivos determinados como defensoras y defensores de derechos humanos, campesinado, colectivo LGTBI, etc.

El contexto económico, la degradación de las condiciones laborales, la protección de intereses de la minoría económicamente poderosa, el crecimiento imparable de los niveles de desigualdad, la situación de pobreza generalizada sitúan a Honduras en los últimos puestos de desarrollo del continente. A la par, la violencia generalizada es un drama diario en Honduras. Las tasas de homicidio, la extorsión y la amenaza constante, la falta de confianza en los cuerpos de seguridad, etc., hacen inconciliable la vida personal, comunitaria, social y económica en la realidad cotidiana de pueblos y ciudades de Honduras.

Los rostros de las personas que caminan en la Caravana son los niños y niñas que forman parte del casi millón de menores que está excluido del sistema educativo. La juventud, que en edad de trabajar se encuentra con que el 60% de la población no tiene empleo o no logra llegar al salario mínimo, o que se encuentra con que, cada mes, 40 jóvenes como ellos son asesinados. Son mujeres que saben que cada 16 horas una de ellas será asesinada. O son defensores y defensoras de derechos humanos y del medioambiente, en uno de los países más peligrosos del mundo para su vida y libertad.

En este sentido, podemos afirmar que no hay en este éxodo masivo una novedad desde el punto de vista de la dinámica migratoria. En 2018, se estima que alrededor de 7,000 hondureños y hondureñas salían cada mes del país, de manera anónima, antes de la Caravana. Por México cerca de 400.000 personas centroamericanas acceden cada año al territorio. Estas causas sistémicas, que motivan a los nacionales hondureños a partir, lo hacen desde hace años, la diferencia se ha dado en la coincidencia de voluntades y en el número de personas que la componen. La crisis no es nueva en su centralidad como motor de la migración, pero su apoyo en el sistema fallido que la nutre la hace cada vez más virulenta e insoportable, y genera, como en esta ocasión, la posibilidad de un éxodo no sólo continuado, sino también masivo. También la auto protección de las personas migrantes, conscientes de los riesgos que asumen en la ruta, favorece la decisión colectiva de la marcha.

En definitiva, con niveles distintos de alcance e intensidad son estas mismas causas las que motivan la migración forzada de millones de personas en toda América Latina y el Caribe, que dejan sus casas para acceder a oportunidades que se les niegan en sus territorios de origen o para salvaguardar sus vidas y las de sus familias.

CAUSANTES

Creemos que la mayor responsabilidad en las causas radica en el sistema político, que es autoritario y cómplice de intereses minoritarios y que impide la garantía de los derechos humanos a la mayoría de la población. Que el Estado se caracteriza por la deficiencia de los servicios públicos mínimos, especialmente en el acceso a la educación, a la salud, y a un trabajo digno, ya que las políticas y los presupuestos priorizan la inversión en seguridad, defensa y sectores productivos que no generan bienestar. Que no apuesta por un modelo de desarrollo que ponga primero a las personas ni que sea sostenible. No controla ni fiscaliza las violaciones y los delitos medioambientales, asociados en ocasiones a megaproyectos.

Este sistema político presenta altos índices de corrupción y favorece la violación sistemática de los derechos humanos gracias a la impunidad que promueve. Un sistema que evidencia un déficit democrático tanto en su proceso electoral como en la separación de los poderes públicos -incluido el judicial- que en consecuencia tiene un nivel muy alejado en su configuración como Estado de Derecho.

Un sistema político que lejos de proteger persigue de manera directa e indirecta a defensores de los derechos humanos. Que limita o excluye las libertades públicas, como la libertad de prensa. Que se sustenta en la falta de transparencia, en la connivencia en no pocos casos con actores del crimen organizado y en el sometimiento de un proyecto de Estado a intereses particulares de minorías que ostentan el poder económico. Un estado que rechaza la diversidad ideológica, sexual y de género, que promueve patrones patriarcales que excluyen la participación y el ejercicio de los derechos de las mujeres.

En este sentido, reafirmamos nuestro convicción de que la mejor estrategia para prevenir la migración forzada es invertir en la construcción de Estados de derecho que tengan como fin la búsqueda del bien común, y garanticen y protejan los derechos de los ciudadanos y ciudadanas.

ÉXODO

Afirmamos que esta Caravana rebosa dignidad porque defiende la vida y la promueve y es una respuesta legítima y ajustada a sus derechos como ciudadanas y ciudadanos reconocidos en convenios internacionales. Por lo tanto, las autoridades y gobiernos involucrados deben garantizar una respuesta conforme a esos derechos y que prime el enfoque de proteger la seguridad de las personas frente a la seguridad de otros intereses.

Las personas migrantes no pueden ser objeto de criminalización alguna, porque no suponen ningún tipo de amenaza a la seguridad pública, salvo a la suya propia. Por el contrario la migración debemos asociarla con una oportunidad de reconciliación, de encuentro y de reconocimiento de la diversidad y de la vida que se abre paso en escenarios de indignidad.

Rechazamos tanto la criminalización de las personas migrantes como la aplicación de recursos de seguridad y militarización de las rutas, creemos que es una muestra de debilidad democrática que los gobiernos de Guatemala y México se plieguen a las amenazas vertidas desde la presidencia del gobierno de EEUU, renunciando al enfoque de derechos y humanitario y construyendo un relato de la migración como amenaza.

Hacemos propias las reivindicaciones de las organizaciones sociales presentes y activas en el monitoreo, acompañamiento y defensa de esta Caravana, especialmente con las obras sociales, pastorales, medios de comunicación e instituciones educativas que forman parte de nuestra red en Centroamérica y Norteamérica (RJM CA&NA).

Junto a ellas exigimos Transparencia, coordinación y diálogo con los y las migrantes y defensores; Información veraz y completa sobre las posibilidades de protección internacional y alternativas migratorias; la suspensión y retiro de la coacción especialmente con la presencia armada e injustificada de fuerzas policiales y/o militares salvo en lo necesario para la protección de los/as migrantes y la colaboración en la respuesta humanitaria; Exigimos el respeto escrupuloso a la legalidad y principios internacionales en torno a la protección de personas, en especial el principio de no devolución y el respeto absoluto de los derechos humanos; el aseguramiento de las condiciones de dignidad y de cumplimiento de derechos humanos de la población que acceda al trámite de asilo en México. También la libertad de movimiento de las personas durante el trámite, especialmente cuando se trate de niñas, niños y adolescentes, pero en todo caso.

Exigimos una respuesta humanitaria adecuada y en coordinación con todos los actores sociales, que priorice a los colectivos más vulnerables o con necesidad de mayor protección y asistencia. Asistir y facilitar la asistencia humanitaria y la satisfacción de las necesidades básicas en aras de la dignidad de la población migrante, especialmente en lo referente a alimentación, hospedaje y abrigo, y asistencia sanitaria. Priorizar el interés superior de los niñas y niñas. Ese interés implica que en ningún caso se puede proceder a actuaciones que supongan ni la detención, ni la separación de los núcleos familiares presentes en la caravana.

HOSPITALIDAD

El movimiento de personas en el continente puede ser una ocasión de compartir culturas, riqueza y oportunidades, un espacio de integración y de vida con encuentros que nos transforman, pero lo cierto es que América es también un continente en huida, hay un éxodo colectivo que se dibuja con trazas de desesperación, con ladrillos de muros, que se asedia con cantos xenófobos promovidos irresponsablemente por responsables políticos y por el miedo. Un continente en huída que igualmente señala en lo que deja atrás las causas que la provocan.

Debemos ofrecer una información objetiva y veraz a la sociedad civil y a la opinión pública, que se aleje de patrones de criminalización de las personas migrantes, que evite aproximaciones sesgadas que alejen a las personas del colectivo migrante de su condición de seres humanos y de las condiciones de vulnerabilidad que originan su decisión de salir de sus comunidades y países de origen.

La RJM LAC en medio de esta crisis sujeta a estas causas dolientes, injustas, deshumanizadoras, mantiene la esperanza, podemos dar testimonio de las muestras de humanidad y fraternidad que estos días pasados encontramos en Guatemala y en México, y así en cada territorio en el que estamos presentes en América Latina, el Caribe, EEUU y Canadá. Solo el trabajo continuado que denuncie y enfrente las causas que generan esta migración forzada y la promoción de una verdadera cultura de la Hospitalidad pueden hacer posible la construcción de un presente y de un futuro renovado y esperanzador.

Siguiendo al Papa Francisco, invitamos a poner en práctica acciones concretas y cotidianas para contribuir en la construcción de un camino y un mundo más humano: Acoger, proteger, promover e integrar a las personas migrantes y refugiadas.

Fuente: Jesuitas Latinoamérica

El Respeto a la Dignidad Humana está en Crisis

Compartimos el comunicado de la Red Jesuita con Migrantes Centroamérica y Norteamérica (RJM CA&NA) sobre la situación humanitaria de los migrantes.

El desplazamiento forzado de miles personas en nuestro continente requiere acciones urgentes y duraderas. Las personas que huyen de la miseria y la violencia siguen siendo criminalizadas, agredidas o asesinadas en las rutas. Quienes han sobrevivido a abusos de toda índole, no pueden mantenerse abriendo trechos al margen del respeto a sus derechos humanos.

A menos de dos meses del 70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es el momento oportuno para reflexionar sobre avances y retrocesos. No es cierto que los seres humanos nacemos libres e iguales en dignidad y derechos, las migraciones forzadas dan evidencia inobjetable de ello.

En el último año hemos atestiguado el surgimiento de nuevas crisis y el recrudecimiento de otras en el contexto migratorio de las regiones de Centroamérica y de Norteamérica. En el trabajo que impulsamos obras sociales, comunidades de base, parroquias, universidades y centros de derechos humanos que formamos parte de la RJM CA&NA, nos preocupan significativamente cinco escenarios:

  1. La crisis humanitaria en la frontera de México con Estados Unidos que se ha agravado producto de políticas orientadas a restringir el acceso a la protección internacional, lo que viola las leyes estadounidenses y va en contra de la normativa internacional en materia de derechos humanos. Estados Unidos está obligando a los solicitantes de refugio, que llegan con la intención de entregarse a las autoridades correspondientes, a esperar del lado de México tiempos prolongados y en condiciones precarias. En Nogales, Sonora, familias de México y Centroamérica, muchas con niños pequeños, aguardan hasta un mes, sufriendo frío, hambre y enfermedades u otros tipos de vejaciones como acoso y abuso sexual, extorsiones y robos. En varios puntos de ingreso, autoridades mexicanas están colaborando para frenar la entrada de solicitantes de asilo, práctica que agudiza la crisis.
  2. La crisis de separación familiar. No sólo en la frontera con México, también a lo interno del país, el gobierno de Trump ha concretado una de sus más brutales acciones antiinmigrantes: la separación de familias. En esta administración, la oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) está deteniendo y deportando cada día a más personas inmigrantes que viven dentro del país. En promedio, los que llegan a sus países de origen como deportados habían vivido al menos 20 años en Estados Unidos. La mitad de ellos no tenían ningún record criminal y fueron capturados mientras conducían, en redadas de lugares de trabajo o barrios. Pueden pasar meses en detención y la mayoría de estos casos terminan en deportación. Entre 2016 y 2017, el porcentaje de papás o mamás deportadas y separadas de sus familias aumentó en un 120%. En este año y sólo para el caso de Nogales, Sonora, cerca de mil personas sin sus hijos habían llegado como deportadas. Niños, niñas y adolescentes terminan viviendo en el país con un solo progenitor, con tíos o abuelos, o se tienen que mudar al país de origen con sus padres, cuando las condiciones del traslado son posibles, aún y cuando no conozcan nada del país de sus padres. Estas políticas no solo atentan contra los valores humanos, sino que generan traumas y supone una flagrante violación a los derechos constitucionales de las personas menores de edad.
  3. La crisis sociopolítica en Nicaragua que ha generado la salida de varias decenas de miles de nicaragüenses –en su gran mayoría jóvenes- que sobrevivieron a amenazas, asesinatos de familiares, persecuciones, torturas y detenciones arbitrarias por participar en las diferentes movilizaciones en contra de la política represiva y autoritaria del actual gobierno. Este desplazamiento forzado es la única opción para proteger sus vidas frente a un Estado –que como afirman organismos internacionales- ha cometido graves y sistemáticas violaciones de Derechos Humanos. Las necesidades de protección internacional de nicaragüenses, sólo en Costa Rica, han impactado de manera significativa el trabajo humanitario en el país vecino. Han generado un colapso institucional que limita la capacidad de una respuesta adecuada para procesos de regularización y otros servicios. Costa Rica es un país de 5 millones de habitantes, que para el año 2017 registró un total de poco más de 6 mil solicitudes de refugio, por lo que ha supuesto un desafío importante, atender las 20 mil nuevas solicitudes de refugio que han presentado personas nicaragüenses en los últimos 4 meses.
  4. La crisis cotidiana de subsistencia de hombres y mujeres centroamericanas, derivada de la imposición de sistemas políticos autoritarios y modelos económicos excluyentes obligan a las personas a huir de sus países para tener una vida digna y a veces para salvaguardar la vida. Sólo en 2017 se han registrado 298,387 personas centroamericanas refugiadas o solicitantes de refugio. Un doloroso ejemplo de esta realidad es la actual Caravana conformada por más de 2000 mujeres, hombres, niños, niñas, jóvenes, personas de la diversidad sexual y personas de la tercera edad procedentes de Honduras, quienes han tomado sus pocas pertenencias en mano y huyen de su país hacia una ruta larga y peligrosa.
  5. La crisis de violencias en México como país de tránsito y destino que impacta de manera directa en las personas migrantes centroamericanas y a la población mexicana de retorno al país. México ya es un país de destino, en la mayoría de las ocasiones forzado. Preocupa que entre 2013 y 2017 incrementaron 1026% las solicitudes de refugio y hay una falta de capacidad institucional para responder, ya que hasta 2017 había un rezago de casi el 60% de las solicitudes. Las crisis que se viven en la región son las mismas que están desplazando a miles de personas dentro el país. Se generan violencias que ponen en mayor vulnerabilidad a migrantes forzados: según lo informa la Red de Documentación de las Organización defensoras de Migrantes (REDODEM), los migrantes en tránsito sufren violencias por parte de agentes privados y del estado; continúa una política de detención y deportación como control migratorio que es violatorio a las necesidades de protección internacional, tan solo hasta agosto de 2018 se han detenido a 86431 personas y deportado al 83%. Todo es una muestra de hostilidad con que el gobierno de Enrique Peña Nieto ha respondido y sigue respondiendo, un ejemplo claro es la respuesta de militarización de la frontera, que están dando las autoridades mexicanas frente a la caravana de migrantes que ya está en Guatemala.

¡Nuestra humanidad está en crisis! Estos y otros dramas que afectan tan profundamente a nuestros países, son consecuencia de problemas estructurales propios de la imposición de modelos económicos neoliberales y políticas de seguridad con enfoque militarizado para toda la región.

  • Como Red Jesuita con Migrantes Centroamérica y Norteamérica trabajamos de manera decidida para dar respuesta a estas crisis y sus causas, y por ese motivo nos sentimos en el derecho también de demandar y reafirmar compromisos:

  • Exigimos el cambio de enfoque de seguridad nacional que criminaliza la migración por uno que priorice la seguridad humana y la garantía del respeto y promoción de los derechos de todas las personas migrantes.

  • Reclamamos a nuestros gobiernos que cumplan con su obligación de proteger y garantizar los derechos humanos, y de implementar los tratados de derechos humanos internacionales.

Exhortamos a todos los Estados de la región, en particular a los países de la región Norte de Centroamérica, así como a México y a Estados Unidos a que garanticen la protección y seguridad personal de las personas que integran la Caravana procedente de Honduras. Que en todas sus actuaciones, cumplan con sus obligaciones de respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de las personas que se encuentran en una situación de movilidad humana, reconociendo el derecho a migrar, a solicitar asilo y recibir protección internacional, así como a la seguridad e integridad personal, basando siempre su actuar en un plano de igualdad y no discriminación, sin importar la situación migratoria de las personas ni ninguna otra situación de vulnerabilidad.

Como RJM CA&NA nos comprometemos a seguir defendiendo los derechos y la dignidad de la población migrante forzada, a través del acompañamiento directo social y pastoral, la incidencia y la investigación para la transformación social.

Creemos firmemente en la articulación con otros movimientos para buscar alternativas a los modelos sociales y políticos que acaban con la vida.

Celebramos los múltiples esfuerzos de resistencia y transformación que nos contagian las personas que han sobrevivido a experiencias de desplazamiento forzado.

Y hacemos eco de las palabras de San Óscar Arnulfo Romero: “Es triste tener que dejar la patria, porque en la patria no hay un orden justo…”

Hoy más que nunca, el mensaje inspirador de San Romero, es el que nos da la fuerza necesaria para que sea la justicia nuestra única bandera y el respeto a la dignidad, la más grande aspiración compartida, esa que nos permita hacer florecer la vida en esta casa común que habitamos.

17 de octubre 2018. San Salvador.

Reunidas delegaciones de Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala, México, Estados Unidos y Canadá que forman parte de la RJM-CANA

Fuente: CPAL Social

 

Ensanchando la Comunidad

Una reflexión sobre los últimos acuerdos entre la Santa Sede y China.

Por Alvaro Zapata SJ

Una vez le preguntaron al dibujante Forges si quería una vida larga y respondió diciendo que más importante era que la vida fuese ancha, por intensa y provechosa. Quizás porque en un camino ancho caben más personas, más compañeros con los que poder compartir y ayudarnos para celebrar los momentos buenos y los momentos duros que todo caminar conlleva.

Pienso que de esto trata el nuevo acuerdo que ha firmado la Santa Sede con China. Más allá de tecnicismos jurídicos y relaciones internacionales, más allá de hacer una lectura política del acuerdo –que quizás son las que más estamos leyendo– creo que también nos toca hacer una lectura en clave de comunidad que crece, que ensancha sus límites y acoge a quienes quieren sumarse a la vivencia creyente que compartimos. Una lectura que nos permita hacernos conscientes del encuentro entre dos comunidades de creyentes, que más que defender su identidad quieren terminar con algunos de sus límites. Porque, en el fondo, de eso trata este nuevo paso adelante. Lo que se ha negociado técnicamente es el procedimiento para el nombramiento de obispos, pero la consecuencia es que ahora nos sentimos más cercanos a otras personas que creen como nosotros y que nos invitan a crecer, a que nuestro camino sea más ancho.

Y esto nos complica la vida, evidentemente. Porque nos exige un esfuerzo de acogida, de comprensión, de acercarnos a quienes han estado lejos. Lo fácil es pensar que esto no nos toca, que es alta política, una maniobra de relaciones internacionales. Pero si lo piensas con tranquilidad no ganamos nada, ni siquiera la Santa Sede ha salido reforzada, pues muchos sectores han criticado lo que leen como concesiones al gobierno chino.

Por eso mismo me parece un gran paso adelante. Porque nos sitúa ante otros hermanos, otros creyentes como nosotros que desean también ensanchar su camino. Sin ganadores o perdedores. No para llegar lejos, sin importar cómo de largo sea el camino. No para maniobrar con intercambios, concesiones y diplomacia. Sino para sentirse, como nosotros nos sentimos ahora, más universales, más unidos a la vivencia comunitaria a la que nos invita Jesús. Haciendo realidad esa última invitación que recibimos para ir al mundo entero, para que en un mundo de barreras políticas, culturales, eclesiales, podamos demostrar que ninguna es lo suficientemente insalvable como para detener a los hermanos que quieren encontrarse, que quieren compartir un camino que cada vez sea el de más personas.

Fuente: Pastoral SJ