El Negocio de Explotar a las Personas

Sobre el negocio de la Trata Ilegal de Personas en Argentina.

Por Sabrina Kenis.

La Trata de Personas es un delito que, en la última década, se ubica entre las dos mayores formas ilícitas de carácter lucrativo junto con el tráfico de drogas a nivel mundial. Las estadísticas muestran que el 49% son mujeres, el 18% hombres, el 21% niñas/adolescentes y el 12 % niños/adolescentes, según surge de los informes publicados por Naciones Unidas.

De esta manera, las mujeres y las niñas suelen ser explotadas, preferentemente, con la finalidad de matrimonios forzados y esclavitud sexual; mientras que los hombres y los niños suelen serlo mediante el trabajo forzado en el sector minero, rural, textil, como soldados y/o esclavos.

Hoy existen nuevas modalidades que son detectadas a nivel mundial y comienzan a presentar un crecimiento desmesurado, como la explotación con la finalidad de obtener niñas mulas, pornografía infantil, matrimonio forzado o adopción ilegal.

Lamentablemente, nuestro país no resulta ajeno a esta realidad. De hecho se ha consolidado como país de origen, tránsito y destino de la trata de personas, tanto en su dimensión interna como trasnacional; esto significa que con el transcurso del tiempo se consolida como Estado permeable a la presencia de redes de trata de personas.

Argentina se encuentra dentro del 85% de los países que ha criminalizado el delito, lo que demuestra esfuerzos significativos en la lucha contra la trata de personas, en particular a partir de la federalización del mismo. Sin embargo, es unánime el reclamo de organismos supranacionales en relación al escaso índice de sentencias condenatorias, el cual se mantiene muy bajo, sin dejar de mencionar que las víctimas no siempre reciben la protección y los servicios que los países están obligados a proporcionarles.

La recomendación de Naciones Unidas es clara. Existe una necesidad concreta de invertir más recursos para identificar y asistir a las víctimas, así como en mejorar las acciones del sistema de justicia penal para detectar, investigar y procesar judicialmente con éxito los distintos casos.

En el mismo sentido, son las conclusiones arribadas en el “V Congreso Latinoamericano sobre Trata y Tráfico de Personas y Tráfico” organizado por la Pontificia Universidad Católica de Perú y la Organización Observa La Trata y Capital Humano Social Alternativo (CHS) que tuvo lugar a mediados de junio en Lima.

Las reflexiones a las que se arribaron intentan contribuir y fortalecer las agendas nacionales e internacionales, y debieran ser tomadas en cuenta por los diferentes actores en las orbitas nacional como provinciales.

Cualquier política pública que pretenda luchar contra este terrible flagelo requiere de una real dimensión que equipare las medidas tendientes a la represión del delito -mirada jurídica-, y las destinadas a la asistencia -mirada sociológica, con especial enfoque en los Derechos Humanos-.

La voluntad política no es suficiente. Son muchos los obstáculos que se interponen. La falta de presupuesto, las dificultades para su atención y asistencia; que se agravan por la falta de sensibilización y conocimiento por parte de los diferentes responsables de aplicar las políticas públicas. La complicidad de los funcionarios políticos, autoridades del Estado y policiales, con el sujeto activo del delito; la falta de mecanismos de información, concientización, y sensibilización; la inaplicabilidad de protocolos y modelos de actuación con los operadores de justicia y del Ministerio Público Fiscal, y las instituciones de asistencia a las víctimas.

La corrupción e impunidad. La falta de información, o su existencia de manera poco rigurosa y base de datos poco confiables y sin actualizar, agravadas por no existir parámetros uniformes dentro del régimen federal, que no permiten identificar de manera cuantitativa la incidencia del delito y el acceso a la justicia.

Si bien se advierten notables avances en el diseño e implementación de los instrumentos jurídicos y las acciones del Estado, resultan insuficientes ya que no se concretan o materializan en programas reales para la restitución y ejercicio pleno de los derechos de las víctimas de trata de personas.

Fortalecer el diálogo y propender a una articulación regional, nacional y provinciales como herramienta de trabajo operativo es una acción impostergable y pendiente en Argentina para combatir esta violación extrema de los derechos humanos. Es momento de combatir la indiferencia.

Prensa UCC

 

Ante la Violencia

La Facultad de Filosofía y Humanidades de la U. Católica de Córdoba (UCC) organizó unas Jornadas Intedisciplinarias bajo el título de “Violencias”, con el objetivo de reflexionar sobre las diferentes dinámicas violentas que vemos a diario y experimentamos en nuestras vidas.

Por Pablo Rivarola

Nuestra Facultad de Filosofía y Humanidades organizó las XV Jornadas Interdisciplinarias y VI Jornadas de Psicología. La decisión de nombrarla bajo la sola palabra “Violencias” no es una elección inocente o ingenua, por el contrario, debemos comprenderlo desde la complejidad a la que tal palabra nos convoca.

Es fundamental que todos los tipos de violencias sean puestos de manifiesto y que logremos identificar aquellas conductas que indefectiblemente son violentas, porque las hemos naturalizado y en muchas oportunidades son aceptadas sin consideraciones negativas. ¿O es que acaso los espectadores de los programas televisivos, rechazan las permanentes respuestas agresivas que unos y otros allí se profieren? ¿Y las burlas que se realizan en las redes sociales, que son compartidas casi sin mediar un momento de reflexión sobre sus consecuencias? Consecuencias que muchas veces son mortales en el caso de los niños y adolescentes al ver el rechazo que la comunidad virtual hace de ellos.

Lo que debemos tener presente no es solamente aquello que puede ser judicializado en el marco de las violencias sino, ser capaces de reconocer individualmente cuál es nuestro nivel de tolerancia hacia el otro, aquellas respuestas que tenemos ante las diferentes personas con quienes interactuamos, aún nuestros seres más próximos. En diciembre de 2013 vivimos en Córdoba una de las experiencias de mayor extrañamiento hacia los demás que pudimos concebir, sentir la desprotección ante todo, la ausencia de todo orden, pero lo peor fue reconocer aquello de lo que es capaz nuestro semejante y lo que el miedo puede producir en el “buen vecino”. Nos preguntamos: ¿Hubo un aprendizaje de aquello? Porque es central detenernos y reflexionar sobre cada acontecimiento violento, tener la posibilidad de conocer y comprendernos como sociedad. De nada sirven las estadísticas sino gestionamos aquellos factores que las favorecen.

En estos últimos meses, en el desarrollo de un estudio sobre el desistimiento delictivo, he tenido la posibilidad de realizar entrevistas en profundidad con jóvenes que habían cometido delitos y no volvieron a reincidir. Podría decir que en la gran mayoría de ellas/os había un factor común que se repetía y que había sido el generador del cambio: sentir la confianza de alguien. Y este sentir se trata de un sentir pleno, no del apoyo condicional, sino el poder reconocer verdaderamente que hay alguien para quienes realmente importan. Hace unos días pude escuchar al Dr. Nasio, reconocido psicoanalista argentino radicado en Francia, que hablaba justamente de ello. Decía que el secreto en el tratamiento era el poder “conmoverse” con el paciente, sentir con el otro. Es precisamente los mismo que las/los jóvenes estaban rescatando en relación a sus propias vidas, alguien estaba allí para reconocerlos y acompañarlos.

Considero que este tipo de jornadas destinadas a profesionales de la salud mental, es el espacio propicio para preguntarnos por nosotros mismos, y por aquello que podemos hacer por los demás desde cada lugar que ocupamos, como así también comprometernos realmente con aquellos que nos requieren.

Fuente: Prensa UCC

Los Atentados de Cataluña y la Religión

Análisis sobre los atentados en Barcelona

Por Raúl González Fabre

Los atentados asesinos de Barcelona y Cambrils tienen que ver con la religión. Son una blasfemia, como lo es siempre matar en nombre de Dios. Pero una blasfemia es un hecho religioso; no pertenece, pongamos por caso, al terreno de la agricultura sostenible.

Estrategia política y motivación religiosa

Por otra parte, los atentados terroristas forman parte de una estrategia política. Suele tratarse de una estrategia relativamente simple. El terrorista causa gran daño económico y luto personal con dos objetivos:

obligar a la población a tomar posición con o contra su causa, esperando que muchos lo tomen sólidamente a favor, impresionados por que esa causa parezca lo bastante valiosa para matar y eventualmente morir por ella;

forzar a un enemigo militar y políticamente más fuerte a negociar sus términos.

En los atentados yihadistas en Europa y Estados Unidos, es difícil reconocer la estrategia política, a no ser que se dirija solo a la población musulmana local y/o tenga objetivos políticos solo respecto a los países musulmanes (donde han realizado masacres con gran frecuencia).

La posibilidad de que poblaciones nacidas modernas acepten su versión particularmente cerrada de culturas rurales del Medio y Lejano Oriente, es nula. Para empezar, nuestras amigas y compañeras no se dejarían, ni nos dejarían a nosotros. Y tampoco tienen sentido estratégico para forzar ninguna negociación con Occidente, porque precisamente este yihadismo es maximalista: no pretende negociar nada, sino meramente imponer.

De hecho, bien podría ocurrir que la estrategia política de fondo del yihadismo sea nihilista: no ganar voluntades ni forzar negociaciones, sino acabar con un mundo en que no hay sitio para su proyecto. De eso en Europa ya tuvimos hace un siglo el avatar del terrorismo anarquista, que no parece haber llevado al anarquismo sino más bien a lo contrario: Estado y propiedad privada hasta en la sopa.

El yihadismo consiste pues en una cierta combinación de estrategia política con motivación religiosa. Como la estrategia política resulta difícil de entender (o quizás simplemente no exista), es lógico que nos quedemos solo con la motivación religiosa. Esa al menos sí podemos identificarla.

Matar por el Poder

Matar por el poder es un gran pecado. Si se hace en nombre de Dios, constituye además una blasfemia. Prácticamente todas las grandes religiones, o grupos relevantes dentro de ellas, han sostenido en distintos tiempos una conexión teológica entre experiencia religiosa y poder político, que les han llevado a cometer esa blasfemia. No accidentalmente, sino porque en vez de infundir la lógica contemplativa de lo divino en el manejo del poder, han llevado la lógica eventualmente violenta del poder a la imposición de creencias y estructuras religiosas.

En Occidente, después de las guerras europeas de religión de los ss. XVI y XVII, se consiguió básicamente separar religión de poder político. Quedó la tarea de civilizar al poder político limitando su uso de la violencia, en la cual hemos hecho avances pero todavía tenemos mucho camino pendiente. Al menos, ya no ocurre que los agentes políticos occidentales maten en nombre de Dios.

Desafío Teológico

La separación entre experiencia religiosa y poder político es más fácil teológicamente cuando ya estaban separados en el origen de la religión, o sea, cuando los primeros líderes de la religión no tenían roles ni pretensiones políticas. Claramente así ocurrió con Jesús y con Buda. La separación teológica resulta más difícil cuando, como ocurre en el Islam y en otros casos, los fundadores de la respectiva religión eran también líderes políticos.

Pero más difícil no significa imposible: la mayor parte de los musulmanes tanto en los países donde son mayoría como donde son minoría, actúan de hecho como si la religión solo constituyera una inspiración para la política, sin pretensión teológica de establecer teocracias, ni blasfemias de matar en nombre de Dios.

Evidentemente, para evitar esto último, ayudaría deslegitimar teológicamente la teocracia, y eso todavía no está bien hecho en todo el Islam.

Criminalizar poblaciones

Pero las personas no deben ser juzgadas por su teología sino por sus prácticas. Los terroristas son los terroristas en concreto, y sus cómplices son quienes les ayudan a realizar actos asesinos. No tiene sentido criminalizar a poblaciones que no comparten su estrategia política ni consideran que su religión sea un motivo para matar. Exactamente por la misma razón que en su momento no tenía sentido criminalizar a los independentistas vascos porque ETA matara, si ellos mismos ni mataban, ni apoyaban a los asesinos, ni hubieran estado nunca dispuestos a hacerlo, porque eran personas decentes.

Criminalizar a una población por su teología, por el contrario, juega en el primer punto de la estrategia política terrorista, porque el injustamente criminalizado se siente tratado como enemigo. Es más fácil entonces que tome partido con el otro bando. En España conseguimos evitarlo después de los atentados de 2004, y queremos volver a conseguirlo después de los de ayer.

Musulmanes y occidentales

Ello tiene mayor relevancia por el riesgo de que la estrategia política detrás de los atentados en Europa tenga que ver con las luchas por el poder en algunos países musulmanes; básicamente la única forma en que tendrían sentido y engancharían con los numerosos atentados yihadistas en el mundo musulmán.

Si me presentan a un señor protestante de Badajoz, no supongo que él o su iglesia tengan una posición sobre la política exterior de Holanda. Es necesario, y probablemente ocurrirá aquí en pocas generaciones como sucede entre los muchos musulmanes negros de Estados Unidos, que ser musulmán español no suponga alguna afiliación indirecta con las políticas exteriores de Arabia, Marruecos, Irán o Turquía, o con grupos subversivos contra los respectivos regímenes. Difícil, pero tampoco imposible. Sería otra manera de desligar religión de poder político en el sentido más fuerte de su ejercicio.

El camino de nuevo es la mayor integración, no la segregación o la exclusión de las poblaciones musulmanas en Europa. Segregación y exclusión facilitan la construcción y el traspaso generacional de identidades basadas fundamentalmente en la religión. Con ello hacen a los jóvenes más vulnerables a quienes usan las motivaciones religiosas dentro de estrategias políticas, eventualmente también de estrategias asesinas.

Estamos en guerra

Finalmente, los atentados nos muestran un hecho obvio: estamos inmersos en una guerra global, de la cual no vamos a salir meramente retirando tropas de aquí o allá. Tampoco mandando más tropas o bombardeando algún poblado remoto. Es cosa más compleja.

Esta guerra forma parte de la globalización (‘part and parcel’ se diría en inglés). La globalización establece nuevas reglas de juego que además son continuamente cambiantes, por razón del acelerado avance tecnológico. En ese panorama fluido, cada persona y cada pueblo debe buscar su lugar, un lugar donde pueda vivir decentemente él mismo y convivir con los demás. La guerra yihadista pertenece a esa dinámica, como otras guerras antes. Enseña trágicamente que el problema del mundo no está resuelto. No justifica la respuesta yihadista; muestra solo que la pregunta sigue sangrantemente abierta.

Resolver ese problema es en primer lugar responsabilidad de cada cual, no puede hacerse por entero desde afuera. Esto no tiene sustituto: el gran desafío del terrorismo yihadista es para el Islam en general, y para los pueblos musulmanes en particular. Y el terrorismo yihadista en Europa constituye primero un desafío para los musulmanes que viven en Europa. Se necesita su acción positiva frente a él, porque no se trata de un no-Islam sino de una blasfemia contra el Islam.

Pero en segundo lugar, no podemos desentendernos del problema de la globalización para los demás. No es solo que el cristianismo no nos dejaría (todos somos hijos de Dios por igual) sino que además resulta fácticamente imposible en un mundo globalizado (caracterizado por lo que ya hace cincuenta años Paulo VI llamaba ‘la interdependencia‘). La idea de que nosotros podemos resolver nuestro problema y que los demás se apañen como puedan, es a la vez inmoral y estúpida.0

Siendo cierto que la responsabilidad primera es de quienes no han hallado un lugar decente en la globalización, y también que los demás no podemos desentendernos, nuestro rol obvio es ayudarles a resolver ese problema. Las poblaciones en dificultades deben experimentar en la práctica que pueden contar con nosotros para encontrar respuestas a sus desafíos pendientes, que son también desafíos pendientes nuestros. Contar con nuestras personas, nuestras organizaciones y nuestros gobiernos.

Al final, estar al lado de las poblaciones en problemas para encontrar su lugar para contribuir hoy a la gran aventura humana, no supone justificar indirectamente el terrorismo yihadista, sino precisamente lo contrario: luchar contra él. Es mostrar con la práctica de la fe que se ocupa del otro, hasta qué punto matar por motivaciones religiosas constituye una blasfemia.

Y eso no quita que estemos en guerra: no dejamos de llorar a los asesinados y heridos en cada atentado, ni de apoyar a las fuerzas de seguridad que persiguen a los criminales, ni de pedir a las policías que intenten evitar próximos atentados.

Una guerra necesita valor para no dejarse llevar por el miedo, ni hacia la cesión ni hacia la injusticia, aunque los asesinados sean civiles que hubiéramos podido ser nosotros o nuestros amigos. Pero se trata de una guerra en que los enemigos son los terroristas y sus cómplices, no los musulmanes.

Fuente: Entre Paréntesis

 

Laudato Si: “Revelación y Creación” (2 de 4)

La visión teológica del Papa Francisco en el Capítulo 2 del Laudato Si’ es más práctica que teórica. Su principal objetivo es mostrar que los humanos debemos cuidar la creación así como también compartir sus frutos con los demás. Segunda entrega de la serie publicada por el portal Teología Hoy para reflexionar sobre la encíclica Laudato Si’.

Por Thomas Reese

La Biblia está llena de reflexiones sobre la relación entre Dios y la naturaleza, y el papel de los humanos en este mundo. El Papa Francisco en si segundo Capítulo del Laudato Si’ reflexiona sobre Dios, la creación, y el papel de la humanidad en el plan divino de manera de “mostrar cómo las convicciones de fe pueden ofrecer a los Cristianos, y algunos otros creyentes también, una amplia motivación para cuidar de la naturaleza y de los más vulnerables de sus hermanos y hermanas”.

En primer lugar, el Papa Francisco quiere dejar claro que rechaza la “teoría de dominio que le da al hombre un dominio total sobre la creación. Este punto de vista teológico, basado en el Génesis 1:28, fue interpretado durante el siglo 19 para promover la revolución industrial y su deseo de usar la tierra como una arcilla maleable que el hombre pudiera golpear y moldear en lo que él quisiera.

El Papa Francisco ve ésta interpretación como distorsionada. Que “ha alentado la explotación abusiva de la naturaleza pintándolo [al hombre] como dominante y destructor por naturaleza. Ésta no es una interpretación correcta de la Biblia tal como la entiende la Iglesia.” Hoy en día, “nosotros debemos rechazar enérgicamente la noción que el ser creados en imagen y semejanza de Dios, y dado el dominio sobre la tierra justifica la dominación absoluta sobre otras criaturas”.

En su lugar, el Papa Francisco hace una exégesis del Génesis 2:15 donde se le dice a Adán que cultive y atienda el jardín del mundo. “’Cultivar,’ escribe el Papa Francisco, “se refiere al cultivo, arado o trabajo, mientras que ‘mantener’ significa cuidar, proteger, supervisar y preservar.” Como resultado, “Cada comunidad puede tomar de la generosidad de la tierra lo que necesite para su subsistencia, pero también tiene el deber de proteger la tierra y asegurar su fecundidad para futuras generaciones”.

Señala que el Sábado era un día de descanso no sólo para los humanos sino también para “tu buey y tu asno” (Éxodo 23:12). “Claramente, la Biblia no tiene lugar para un antropocentrismo tiránico despreocupado por otras criaturas.” De hecho, los salmos nos dicen que las criaturas por su existencia misma bendicen y glorifican a Dios. Dios ama la obra de sus manos y vio que era bueno incluso antes de que el hombre y la mujer fueran creados.

En relación con Dios, con Nuestros Vecinos y con la Tierra

La reflexión del Papa Francisco sobre el Génesis lo lleva a ver que la “vida humana está fundamentada en tres relaciones fundamentales y estrechamente entrelazadas: con Dios, con nuestros vecinos y con la tierra misma.” Estas relaciones se rompen por el pecado, “por nuestra presunción de tomar el lugar de Dios y negarnos a reconocer nuestras limitaciones como criaturas”.

El Papa Francisco afirma que el mundo no resultó del caos o la casualidad sino “como resultado de una decisión …. una libre elección” basada en amor. “Cada criatura es por lo tanto el objeto de la ternura del Padre, que le da un lugar en el mundo,” y “el amor de Dios es la fuerza motriz fundamental en todas las cosas creadas.” Como resultado, “cada acto de crueldad hacia cualquier criatura es contraria a la dignidad humana.”

La respuesta bíblica a la injusticia de poderes terrenales de dominación o de la destrucción de la tierra es el de “hablar una vez más de la figura del Padre que crea y que es el único dueño del mundo”.

Sin embargo, Dios creó “un mundo en necesidad de desarrollo,” y “cuenta con nuestra cooperación”. Como resultado, “muchas de las cosas que pensamos que son males, peligros o fuentes de sufrimiento, son en realidad parte de los dolores de parto que utiliza para atraernos hacia un acto de cooperación con el Creador”.

El Papa Francisco continúa viendo a cada persona humano como que posee una singularidad que no puede ser completamente explicada por la evolución. “Cada uno de nosotros tiene su propia identidad personal y es capaz de entrar en diálogo con otros y con Dios mismo. Nuestra capacidad de razonar, de desarrollar argumentos, de ser creativos, de interpretar la realidad y crear arte, junto con otras capacidades aún no descubiertas, son signos de una singularidad que trasciende el ámbito de la física y la biología”.

Pero a pesar de lo especial de la humanidad, “El destino último del Universo está en la plenitud de Dios, que ya ha sido alcanzada por el Cristo Resucitado, la medida de todas las cosas”. Nuestro papel es “conducir a todas las criaturas a su Creador”.

Está claro que si bien el Papa subraya que la creación tiene su propio valor aparte de la humanidad, él no pone a todas los seres vivos en el mismo nivel. Por el contrario, los seres humanos con su valor único también tienen enormes responsabilidades. Él no apoya una “divinización de la tierra” o una negación de la primacía de la persona humana. “La preocupación por el medio ambiente por lo tanto necesita estar unida a un amor sincero por los demás seres humanos y un compromiso inquebrantable para resolver los problemas de la sociedad”.

Todo está conectado, él argumenta. Cita a los Obispos Dominicanos que dijeron,“Todo está relacionado, y nosotros los seres humanos unidos como hermanos y hermanas en una peregrinaje maravilloso, tejidos juntos por el amor que Dios tiene por cada una de sus criaturas y que también nos une en el afecto encariñado con el hermano sol, la hermana luna, el hermano río y la madre tierra”.

La Casa Común como un regalo

Central para la reflexión bíblica del Papa Francisco es ver a al tierra como un regalo “con sus frutos perteneciéndole a todos”. Aquellos que han cultivado la tierra “están obligados a compartir sus frutos, especialmente con los pobres, con las viudas, los huérfanos y los extranjeros en medio de ellos” (Levítico 19:9-10).

Quizás la reflexión teológica más desafiante del Papa Francisco para los Católicos estadounidenses es su visión de la tierra como “esencialmente una herencia compartida, cuyos frutos tienen el propósito de beneficiarnos a todos”. Estamos llamados a ser fieles a nuestro Dios quien “creó el mundo para todos”.

Esto requiere una revolución en nuestra perspectiva de los derechos fundamentales de los pobres y los desfavorecidos. Requiere que la propiedad privada esté subordinada al “destino universal de los bienes, y por lo tanto el derecho de cada persona a su utilización”. Él llama a esto “la regla dorada de la conducta social y el primer principio de todo el orden ético y social”.

Afirma que “La tradición Cristiana nunca ha reconocido el derecho a la propiedad privada como absoluta o inviolable, y ha hecho hincapié en la finalidad social de todas las formas de propiedad privada”. Concluye que “El ambiente natural es un bien colectivo, el patrimonio de toda humanidad y la responsabilidad de todos. Si hacemos algo nuestro, es sólo para administrarlo para el bien de los demás. Si no lo hacemos, nuestra conciencia carga con el peso de haberle negado la existencia a los demás.”

El Papa Francisco cita a los Obispos Neozelandeses quienes preguntaron “¿Qué significa el mandamiento ‘No matarás’ cuando el 20 por ciento de la población mundial consume recursos a un ritmo que le roba a las naciones pobres y a las futuras generaciones de lo que necesitan para sobrevivir.”

El Papa Francisco nos recuerda que “En la concepción Cristiana del mundo, el destino de toda creación está ligada con el misterio de Cristo, presente desde principio: ‘Todas las cosas han sido creadas a través de él y para él (Col 1:16)”. (…)

Fuente: Teología Hoy

 

El Reto de la Reconciliación que Tienen los Colombianos

Merlis Mosquera Chamat, quien se desempeñó como gerente del Proceso de Regionalización, ha dejado su misión en Colombia para emprender nuevos proyectos. Compartimos con ustedes su último escrito en noticias donde comparte lo que ha aprendido durante estos años como colaborador Compañía.

Durante el último año, he colaborado con esta publicación con la intención de poner en evidencia y, sobre todo, compartir las experiencias del proceso de Regionalización, enfatizando en nuestra apuesta por la Paz y la Reconciliación en Colombia. Aunque nuestros escritos por lo general han sido informativos, ahora quiero compartir algunas reflexiones personales sobre lo que he aprendido en este tiempo.

Llegué a la gerencia del Proyecto de Regionalización luego de varios años vinculada al acompañamiento a las víctimas del conflicto armado colombiano, refugiados y desplazados que han vivido el horror y la injusticia de la guerra; desde ahí es difícil pensar en una reconciliación que no tenga el apellido de justicia; ¿pero cuál justicia?, una justicia que garantice el conocimiento de los hechos, que repare (al menos un poco) a las víctimas y sobre todo que establezca mecanismos para que el daño no se repita. Muy desde la cabeza, la verdad, la justicia y la reparación son algunas de las consignas de una Reconciliación retributiva o restaurativa, para hacer que, como dice el P. Mauricio García, S.J., la barbarie cometida no quede en la impunidad.

Pero desde el corazón, estar del lado de las víctimas viene acompañado de la urgencia de la reconciliación, porque sentir con los que sufren, indigna, duele y si ese dolor no se trabaja y no se deja acompañar se puede transformar en un deseo de justicia vengativa y castigadora que no hará más que reproducir la violencia. Este ha sido uno de los primeros aprendizajes que voy trabajando al hacer parte de los proyectos de regionalización; la empresa de la reconciliación no se puede vivir como una urgencia ansiosa; esta es una idea muy obvia, pero complicada de practicar en la cotidiana vorágine que nos consume a los colombianos. La construcción de la paz necesita vehemencia y pasión, pero implica vivirla con la consciencia de que es un proceso complejo que requiere tiempo y sosiego.

También he aprendido que la búsqueda de la paz, desde la reconciliación, supone el acercamiento y reconocimiento entre los actores del conflicto y las víctimas; en el caso colombiano, este acercamiento se visibilizó con la firma del Acuerdo entre el Gobierno y las FARC en La Habana, pero aún queda un largo camino que amerita que, la sociedad en general y en especial aquellos que creen no hacer parte del conflicto sean conscientes de su rol como constructores de Paz. Ejemplo de ello son las instituciones educativas, quienes desde su rol, tienen grandes posibilidades para formar a los niños /as y jóvenes colombianos /as en habilidades para gestionar adecuadamente los conflictos; para disponerse a convivir en medio de la diferencia y para reconciliarnos, con esto estaríamos sembrando la paz en las generaciones futuras y definitivamente erradicaríamos la violencia de nuestros territorios.

La experiencia de Perdón

Ahora bien, esa “llamada a estar juntos de nuevo” que significa la reconciliación pasa por explicar las posibilidades de perdonar y ser perdonados. El perdón no se puede decretar ni exigir, pero sí es cierto que abordar la dimensión del perdón en un proceso de reconciliación, aporta legitimidad a las posibilidades de convivir de nuevo como hermanos /as. Entonces, ¿cómo podríamos acercarnos a la experiencia del perdón en Colombia?, ¿Cómo podríamos acompañar a las víctimas y victimarios en sus deseos y sufrimientos? El cuidado de la dimensión personal y espiritual es una de las respuestas; así lo demuestran los muchos años de experiencia de acompañamiento de las parroquias jesuitas, los centros de espiritualidad y las obras que en todas las regiones han trabajado con las víctimas. Además, desde la perspectiva del proceso de Regionalización, la espiritualidad ignaciana es un eje transversal que cualifica todos los procesos que se acompañan para la construcción de la paz; sin duda el legado de Ignacio es un aporte especial y único que cualifica lo más hondo de nuestra humanidad, para “en todo amar y servir”.

Una síntesis de estas ideas es que la Compañía de Jesús en Colombia tiene todas las posibilidades para hacer una contribución tremendamente significativa a la paz en Colombia. La misión de la reconciliación ya estaba sellada en su núcleo fundacional hace 450 años; esta se ha recreado en varias Congregaciones Generales; en especial la 35 y 36 que apuntan a una reconciliación con Dios, con nosotros mismos, con los otros y con la creación. No es en vano que la integralidad de esta perspectiva se vea reflejada y sirva de marco del Plan Apostólico de Provincia, que a su vez da respuestas a importantes desafíos del país. Del mismo modo, la configuración de procesos regionales posibilita un trabajo arraigado en lo local, que, aunque complejo, aterriza todo el entramado de visiones, relaciones y liderazgos que pudiendo ser incompatibles, se articulan para formar redes de colaboración en favor de la construcción del Reino de Dios aquí en la tierra.

Fuente: Jesuitas Colombia

 

Laudato Si: “Los Hechos Son Más Importantes que las Ideas” (I de IV)

El Portal Web Teología Hoy publicará una serie de cuatro columnas en las que se interpretan los capítulos de la Encíclica Laudato Si, escrita por el Papa Francisco. Aquí replicamos el primero, en el que trata el capítulo 1.

Por Thomas Reese

Éste es el primero en una serie de 4 columnas en los capítulos del ¨Laudato Si¨

“Los hechos son más importantes que las ideas” es una declaración del Papa Francisco que uno nunca hubiera escuchado de los Papas Benedicto XVI o Juan Pablo II.

No es que el Papa Francisco sea tonto o un anti intelectual. Él es muy leído y reflexivo, pero de ninguna manera puede ser llamado un erudito. Su formación como científico y su experiencia de vida lo hacen abordar la teoría de una manera diferente que Juan Pablo II y Benedicto XVI. También lo ayuda explicar su acercamiento al medio ambiente en Laudato Si’.

Juan Pablo fue primero educado como filósofo y luego como teólogo, y como sacerdote, el enseñó Ética en la universidad. Escribió en un estilo que no es fácilmente digerible. Benedicto fue educado en teología y se convirtió en uno de los teólogos líderes de su generación. Ambos escribieron libros académicos que promovieron una perspectiva particular.

Antecedentes que marcan la diferencia

Antes de ingresar al noviciado, Francisco hizo estudios en química. Nunca terminó su doctorado en teología. Él es lo que los académicos se refieren como TMD, “todo menos disertación.” Nunca escribió libros académicos. Él era un consumidor de largo alcance de teología, no el defensor de una visión particular.

Para Juan Pablo el filósofo y Benedicto el teólogo, las ideas eran de suma importancia. Pero para Francisco el científico y pastor, los hechos realmente importaban.

Para Juan Pablo y Benedicto, si la realidad no refleja el ideal, entonces la realidad debe cambiar, en cambio para francisco, si los hechos y la teoría chocan, él, como buen científico, está dispuesto a cuestionar la teoría.

Las historias personales de estos tres Papas también les marcaron. Para Juan Pablo, fue la experiencia de una Iglesia en estado de sitio, primero por los Nazis y luego por los comunistas. La unidad de la Iglesia era primordial en esta lucha. Incluso después de la caída del comunismo, su modelo de Iglesia era todavía la de una Iglesia en estado de sitio, excepto que ahora el enemigo era la mayoría de la cultura Occidental – el relativismo, consumismo, etc.

Del mismo modo, Benedicto fue influenciado primero por el Concilio vaticano II y luego por la conmoción que lo siguió y los disturbios estudiantiles de 1968, los cuales le recordaron a los Camisas Pardas Nazis. Al igual que con Juan Pablo, la unidad y el orden eran valores importantes.

Como Profesor de estudiantes de postgrado y Director de Tesis, Benedicto pasó mucho de su tiempo guiando y corrigiendo estudiantes. Él no interactuaba muy bien con sus colegas teólogos. No es de extrañar que como cabeza de la Congregación de la Doctrina de la Fe, el vio su trabajo como guía y de corrección de los teólogos a quienes él trataba como estudiantes de postgrado, no como iguales intelectuales.

Francisco, por el contrario, como joven sacerdote fue rápidamente empujado hacia la formación espiritual de jóvenes Jesuitas y se convirtió en Director de los novicios, Provincial y Rector del Colegio Máximo de la Compañía de Jesús. Él lidió con las personas, no con las ideas; el discernimiento no la lógica, fue su principio rector.

Esta experiencia de gobierno Jesuita fue gratificante, pero no idílico. Él experimentó conflictos y fracasos. Reconoce que era demasiado joven para la autoridad que le dieron y que cometió errores. Aprendió que él necesitaba escuchar y consultar antes de tomar decisiones. Trajo estas lecciones aprendidas a su trabajo como Arzobispo de Buenos Aires, Argentina, donde paso mucho de su tiempo con personas en los barrios pobres.

Al mismo tiempo, mientras Juan Pablo experimentaba el comunismo como un opresor extranjero, Francisco conoció al comunismo como un hombre joven en la persona de su primer jefe y mentor, a quien él admiraba y con quien él mantuvo una amistad de por vida. El aprendió temprano que un comunista podía ser una buena persona.

El Papa Francisco se siente incómodo con las ideologías de la izquierda y la derecha. Fue crítico de ciertas formas de teología de la liberación porque ellas incorporaban análisis Marxistas y apoyaban la revolución violenta. Sentía que estos teólogos estaban imponiendo sus ideas en los pobres en lugar de escuchar sus puntos de vista.

 Pero Francisco es incluso más crítico del capitalismo libertario, que ciegamente afirma que todos los barcos deben elevarse con la marea del crecimiento económico, porque las personas que él conoció en los barrios pobres de Buenos Aires se estaban de hecho ahogando sin barcos.

Todos estos antecedentes influyeron en la redacción de la Encíclica de Papa Francisco Laudato Si’. En lugar de empezar con la filosofía y la teología, el primer capítulo de la Encíclica comienza con la ciencia.(…)

¿Qué aprendió el Papa acerca del medio ambiente de los científicos?

El Capítulo 1 de la Encíclica primero informa sobre la contaminación del aire: “La exposición a contaminantes atmosféricos producen una amplio espectro de riesgos para la salud, especialmente a los pobres, y causa millones de muertes prematuras.” La contaminación es “causada por el transporte, los humos industriales, sustancias que contribuyen a la acidificación del suelo y el agua, los fertilizantes, los insecticidas, los herbicidas y agrotóxicos en general.”

Después el Capítulo sigue con la contaminación causada por los residuos. “Cada año cientos de millones de toneladas de residuos son generados, muchos de los cuales no son biodegradables, altamente tóxicos y radioactivos, provenientes de los hogares y los negocios, de las obras de construcción y sitios de demolición, de clínicas y otras fuentes electrónicas e industriales.”

El Papa también aprendió que “un muy sólido consenso científico indica que estábamos siendo testigos en la actualidad de un calentamiento perturbador del sistema climático” y que “una serie de estudios científicos indican que la mayor parte del calentamiento global en las últimas décadas es debido a la enorme concentración de gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano, óxidos de nitrógeno, y otros) liberados principalmente como resultado de la actividad humana.”

El Capítulo 1 incluye una discusión de cómo el calentamiento global puede conducir al derretimiento de los glaciares y el hilo polar, aumentando el nivel del mar, y la liberación de gas metano a partir de la descomposición de material orgánico congelado. También observa que “la contaminación el dióxido de carbono incrementa la acidificación de los océanos y compromete la cadena alimentaria marina.”

Además, el Capítulo 1 dedica una sección entera a la pérdida de la biodiversidad, sus causas y consecuencias. La Encíclica informa sobre los suministros de agua contaminados, los arrecifes de coral moribundos, y la deforestación. Resume el pensamiento actual de los científicos sobre las cuestiones ambientales.

Más tarde en la Encíclica, el Papa Francisco escribe, “las predicciones de fin de mundo ya no pueden ser tomadas con ironía o desdén. Bien podríamos estar dejándole a las generaciones futuras escombros, desolación y suciedad. El ritmo de consumo, basura y cambio del medio ambiente ha estirado tanto la capacidad del planeta que nuestro estilo de vida contemporáneo, insostenible como es, puede sólo precipitar catástrofes.”

Los hechos importan cuando se trata del medio ambiente, por lo que el Papa Francisco comienza su Encíclica con una presentación del consenso científico sobre el estado del medio ambiente y hacia donde vamos. Estos hechos presentan al mundo con un dilema moral que será explicado más tarde en la Encíclica.

Fuente: teología Hoy

Economía Colaborativa: una Nueva Forma de Consumir

Un nuevo modelo de consumo basado en compartir recursos, aumentando la solidaridad social y disminuyendo el grado de recursos necesarios.

Uno lo tiene, otro lo necesita. Cuántas veces podríamos compartir recursos, productos o servicios a otras personas y, simplemente, no lo hacemos porque desconocemos que los necesitan. Un departamento para hospedarse, un lugar en el auto para ir a trabajar, un espacio para estacionar, un préstamo para financiar un proyecto, un rincón en la valija de viaje, un trabajo freelance, una oficina dispuesta a ser compartida, alguna ropa o esas herramientas a la que poco uso se les da. Todo se puede compartir si se tiene la información correcta y los medios seguros para hacer la transacción, un combo que hoy se potencia gracias a las nuevas tecnologías y que da origen a una nueva economía que muchos llaman la “economía colaborativa”.

Economía del compartir, modo de producción ciudadano, consumo colaborativo, sharing economy, economía P2P o on demand, capitalismo basado en la muchedumbre. Estos son algunos de los términos utilizados para referirse a este fenómeno innovador de alcance global que propone una nueva forma de organizar la actividad económica reemplazando al modelo tradicional que se centra en las grandes empresas como únicas proveedoras de bienes y servicios. Este nuevo escenario, que favorece el intercambio de recursos – muchas veces subutilizados- con un bajo costo de coordinación -dado que se logra a través de plataformas digitales-, impulsa el empoderamiento de los individuos a la hora de conseguir lo que necesitan los unos de los otros de manera directa, sin intermediarios.

“Internet permite eliminar las asimetrías de información haciendo que cosas que antes eran imposibles hoy sean posibles. El poder tener un inventario online de todo lo que tus vecinos tienen para prestar hace que, por ejemplo, no necesites comprarte un taladro que usas pocas veces al año. Antes, la falta de información hacía que todos necesitáramos un taladro en casa, pero ahora ya no porque sabemos que podemos pedírselo al vecino. Así ocurre con todos los recursos. Hoy es un taladro, mañana es un auto”, explica Santiago Bilinkis, emprendedor, tecnólogo y autor de Pasaje al Futuro.

Empresas como Uber o Airbnb, por nombrar a las más referentes de esta economía colaborativa, no son más que plataformas que entendieron cómo eliminar estas asimetrías de información entre consumidores y proveedores de bienes y servicios, facilitando la interacción y, por lo tanto, la transacción comercial entre ellos. (…)

El Cambio que el planeta y la sociedad necesitan

La concientización por el cuidado por el medioambiente también se alista entre las razones que dan lugar a este nuevo modelo de consumo más sustentable. “La sostenibilidad ha sido a menudo considerada como argumento para promover o participar en las economías colaborativas. Esto adquiere sentido ya que se propicia compartir recursos costosos en lugar de que todos tengan uno”, dice la directora.

A su vez, cita algunos estudios internacionales que están comenzando a mostrar que compartir los vehículos, o minimizar su capacidad ociosa -que normalmente permanecen estacionados 90% de su tiempo-, podría conducir teóricamente a una ciudad donde todos sus habitantes podrían viajar a demanda con sólo una quinta parte del número de vehículos (privados y públicos) en uso hoy en día.

A favor y en contra.

A pesar de los evidentes beneficios de la economía colaborativa y su gran potencial, muchos de estos negocios despiertan grandes controversias debido a la desregulación que presenta su forma de intercambio. Temas fiscales, de empleabilidad y de protección al consumidor son algunos de los elementos más cuestionados por los detractores del modelo.

“El gran desafío actual no parece recaer en aspectos tecnológicos, sino regulatorios, que ningún marco normativo de los países en que están surgiendo estas innovaciones ha terminado de resolver”, indica Goytia. La directora hace hincapié especialmente en que muchas de estas actividades se realizan a tiempo parcial, como es el caso de conducir un auto a tiempo parcial o convertirse en un banquero a través de los círculos de financiación. “Esto produce que se desdibujen los límites entre una mano de obra empleada – elegible para los beneficios sociales- y mano de obra ocasional y contratistas independientes como puede ser un estudiante que en su tiempo libre brinda algún servicio”, ejemplifica.

Por otro lado, surge el dilema de cómo controlar la calidad del servicio ante los consumidores cuando son personas particulares las que lo ofrecen. Asimismo, hay temas impositivos que se le escapan a los Estados debido a los modelos de negocios de muchos de estos emprendimientos. “Se necesita abordar y modificar las regulaciones vigentes, para adaptarlas al mundo actual”, define Carusoni.

(…)

Fuente: CPAL Social

Entrañas de Misericordia: El Papa Francisco Ante los Migrantes, Desplazados y Refugiados

A través de gestos y palabras el Papa Francisco ha invitado, en diversas oportunidades a tener una actitud de acogida hacia las personas que han tenido que desplazarse de su lugar de procedencia para ir a vivir a otro.

Por P. Mauricio García Durán, SJ.

Como preparación a la visita del Papa Francisco a Colombia, la Revista Javeriana preparó un número introductorio de dicha visita, en donde se publica un escrito del P. Mauricio García Durán, SJ., que habla sobre la posición del Papa ante los migrantes, desplazados y refugiados. Lo compartimos con ustedes a continuación:

La crítica realidad migratoria que vivimos hoy en el mundo ha sido, sin lugar a dudas, uno de los focos de atención del Papa Francisco en el ejercicio de su ministerio petrino. Podemos incluso decir que ha sido uno de los temas que ha dado identidad a su ministerio como pastor de la Iglesia universal.

Si la misericordia es “la palabra clave de este pontificado”, no se puede vivir la misma en el mundo actual sin tener presentes de manera privilegiada los millones de migrantes, desplazados y refugiados que enfrentan situaciones de profunda vulnerabilidad y sufrimiento.

Vamos a considerar, por tanto en este artículo, la manera concreta como el Papa Francisco ha abordado el tema de los migrantes, desplazados y refugiados a lo largo de estos cuatro años como Obispo de Roma. No solo ha visto el dolor y la humillación de estos hermanos/as, sino que también ha realizado diversos signos y gestos, ha hecho explícita su aproximación teológica al tema en distintos mensajes, homilías e intervenciones públicas y ha manifestado unas estrategias pastorales que recogen una clara invitación a la solidaridad y compromiso concreto.

Un Papa que ha visto el dolor y la humillación de su pueblo

Hoy en día podemos constatar un creciente flujo migratorio a nivel mundial, el más alto en las últimas tres décadas. En 2016 son más de 244 millones de migrantes internacionales, de los cuales 65,6 millones son desplazados forzados (22,5 millones refugiados, 2,8 millones solicitantes de asilo y 40,3 millones desplazados forzados dentro de sus propios países). Esta realidad es para el Papa “la crisis humanitaria más grande después de la Segunda Guerra Mundial”, pero al mismo tiempo un “signo de los tiempos” que los creyentes debemos mirar con amor misericordioso para discernir los llamados a la acción que el Señor nos hace en ella. “El inicio de este tercer milenio es fuertemente caracterizado por los movimientos migratorios que, en términos de origen, tránsito y destino, afectan prácticamente a cada lugar de la tierra. Lamentablemente, en gran parte de los casos, se trata de movimientos forzados, causados por conflictos, desastres naturales, persecuciones, cambios climáticos, violencias, pobreza extrema y condiciones de vida indignas”.

El drama que el Papa constata para los migrantes de Centroamérica y México hacia los EE.UU. se puede generalizar para otros lugares a nivel mundial y emerge como un grito que clama solidaridad y justicia de parte de las iglesias, las sociedades y los gobiernos. “No podemos negar la crisis humanitaria que en los últimos años ha significado la migración de miles de personas, ya sea por tren, por carretera e incluso a pie, atravesando cientos de kilómetros por montañas, desiertos, caminos inhóspitos. Esta tragedia humana que representa la migración forzada hoy en día es un fenómeno global. Esta crisis, que se puede medir en cifras, nosotros queremos medirla por nombres, por historias, por familias. Son hermanos y hermanas que salen expulsados por la pobreza y la violencia, por el narcotráfico y el crimen organizado. Frente a tantos vacíos legales, se tiende una red que atrapa y destruye siempre a los más pobres. No sólo sufren la pobreza sino que además tienen que sufrir todas estas formas de violencia”. Llama la atención el Papa Francisco a las situaciones de los niños/as, de los jóvenes y de las mujeres que sufren los peligros y las consecuencias negativas de la migración.

Signos y gestos a favor de los migrantes y refugiados

Los signos y gestos que el Papa Francisco ha realizado con relación a los migrantes, desplazados y refugiados son particularmente significativos en un tema que es uno de los rasgos característicos y que da identidad a su servicio como Papa, quien se identifica a sí mismo y a la familia Bergoglio como migrantes. Entre muchos, vamos a resaltar cinco gestos concretos que ha realizado Francisco desde el 13 de marzo de 2013 cuando fue elegido, signos que nos hablan de ir a la periferia y tender puentes, de acoger y ser hospitalarios, de construir fraternidad. Estos gestos buscan hacer realidad una Iglesia en salida hacia las periferias, una Iglesia con entrañas de misericordia que opera como hospital de campaña, que acoge y sana las heridas de los heridos encontrados a la vera del camino.

Un primer signo claro del talante que este tema tendría en su pontificado fue su viaje a Lampedusa el 8 de Julio de 2013, su primer viaje fuera de Roma para desplazarse a una de las periferias físicas y existenciales del mundo de hoy. En medio de una creciente crisis migratoria en Europa, caracterizada en gran medida por el creciente número de migrantes y refugiados muertos en el mar, Francisco toma la decisión de hacer este viaje a uno de los sitios de llegada de los migrantes que vienen atravesando el Mediterráneo para mostrar su cercanía y solidaridad con estas víctimas. Pero también interpela la responsabilidad de todos aquellos que con sus decisiones han creado este tipo de situaciones trágicas en diversas partes del mundo y a las sociedades que han caído en una “globalización de la indiferencia” perdiendo el sentido de la responsabilidad fraterna con estos hermanos/as.

Un segundo signo que expresa claramente la solidaridad y compromiso con los migrantes y refugiados es su viaje a Lesbos, en Grecia, lugar de llegada de refugiados sirios. El Papa Francisco no sólo percibe la cruda realidad de los migrantes y refugiados, ubicados en muchos casos en “campos de refugiados que son verdaderos campos de concentración”, sino que también considera que en esas circunstancias “construir muros no es una solución, tenemos que hacer puentes”, como lo planteó en el vuelo de regreso a Roma. Además de ello realiza un gesto especialmente significativo en un contexto europeo con serias resistencias con la creciente migración y donde algunos países incluso han cerrado sus fronteras a los migrantes: trae consigo a tres familias refugiadas para darles acogida y cobijo en el Vaticano.

Un tercer signo lo realizó el Papa Francisco el 24 de marzo de 2016, Jueves Santo, cuando celebró la Cena del Señor en un centro de acogida para los solicitantes de asilo, donde lavó los pies a 12 refugiados, incluidas mujeres, muchos no católicos. Con ello el Papa no sólo muestra la necesidad de la Iglesia de caminar con los migrantes, desplazados y refugiados, de ponerse al servicio de ellos/as, y hacerlo con fraternidad sin importar las diferencias culturales y religiosas. Como lo dijo en la homilía: “Somos distintos, somos diferentes, tenemos diferentes culturas y religiones, pero somos hermanos y queremos vivir en paz”.

Un cuarto signo fue la celebración de la eucaristía el 17 de febrero de 2016 durante su visita a México, ya que fue una eucaristía celebrada en toda la frontera de Ciudad Juárez (México) y El Paso (EE.UU.), con participación de fieles en ambos lados del muro que separa los países en esta frontera. Claramente el Papa Francisco quería enviar un mensaje de conversión ante las resistencias a la migración, conversión que lleve a una acogida que supere las separaciones de los muros que creamos los seres humanos.

Un quinto signo, lo encontramos en la invitación que hizo el Papa Francisco a las comunidades religiosas el 10 de septiembre de 2013: “queridísimos religiosos y religiosas, los conventos vacíos no sirven a la Iglesia para transformarlos en hoteles y ganar dinero. Los conventos vacíos no son vuestros, son para la carne de Cristo que son los refugiados”. Esta invitación la extiende dos años después a las parroquias, monasterios o santuarios de Europa en el rezo del Ángelus del 6 de septiembre de 2015, al pedirles acoger al menos una familia de refugiados. “Ante la tragedia de decenas de miles de refugiados que huyen de la muerte por la guerra y el hambre […], el Evangelio nos llama a ser próximos a los más pequeños y abandonados. A darles una esperanza concreta”.

Fuente: CPAL SJ

 

Jesuita a la ONU: los Migrantes Deben Ser Protegidos contra la Explotación

El padre jesuita Michael Czerny -escogido por el Papa Francisco como Subsecretario de la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para Promover el Desarrollo Humano Integral- dijo en una conferencia en la ONU que los migrantes buscan las “mínimas condiciones” de dignidad, y desarrollo integral y sostenible.

Por Michael Czerny, S.J.

“El derecho a permanecer ayuda a concentrar los esfuerzos de la comunidad internacional en su obligación previa de asegurar el desarrollo humano sostenible e integral de todas las personas en su lugar de origen y de permitirles convertirse en agentes activos de su propio desarrollo”, dijo él. “También nos ayuda a reconocer los costos sociales, económicos y culturales que la migración puede implicar o significar para un país cuando sus propios ciudadanos se sienten obligados a abandonar en lugar en vez de permanecer. Es mediante la garantía de las condiciones para el ejercicio del derecho a permanecer, entonces, que hace de la migración una elección, en vez de una necesidad”.

El sacerdote dijo que lo mejor de los países pobres — los jóvenes, el talento, la valentía y la esperanza — están arriesgando sus vidas atravesando el Mediterráneo y otros mares del mundo en busca de supervivencia y una vida mejor.

Los profundos vínculos entre la migración y el desarrollo pueden verse en primera instancia, por desgracia, en la ausencia o desintegración de muchos de los pilares del desarrollo sostenible que han obligado a millones de personas a ponerse en marcha o desplazarse: en la pobreza endémica, el hambre, la violencia, la carencia de trabajo adecuado, la degradación del medio ambiente y las sequías, las instituciones débiles y corruptas, y tantas otras áreas que se están abordando de manera concertada en la Agenda para el Desarrollo Sostenible del 2030”, dijo el Padre Czerny.

El evento informal en la sede de la ONU en Nueva York tuvo lugar del 24 al 25 de julio con el fin de estudiar las contribuciones de los migrantes y la diáspora a todas las dimensiones del desarrollo sostenible.

El Padre Czerny dijo que esta migración es una “pérdida neta para sus países”, agregando que puede convertirse en una ganancia para ellos si los migrantes “son bienvenidos, protegidos, promovidos e integrados”, y si se les ayuda “a pasar de objetos de cuidado urgente a dignos sujetos de su propio desarrollo”.

Dijo que se debe permitir a los migrantes que utilicen la educación, las habilidades, las ambiciones, las experiencias y la sabiduría cultural que ya tienen, lo que se puede mejorar o acentuar mediante una mayor escolarización y capacitación para el desarrollo de la sociedad.

“Para que esto se produzca y sea un éxito para cada una de las partes, los migrantes deben primero que todo ser recibidos y tratados como seres humanos, con dignidad y pleno respeto a sus derechos humanos, y protegidos contra toda forma de explotación o de ser permanentemente expulsados social, económica o legalmente”, dijo el Padre Czerny.

El Padre Czerny advirtió que las comunidades receptoras deben recibir una asistencia adecuada para integrar a los migrantes de una manera que no perjudique a los pobres o marginados locales; y dijo que los migrantes tienen la responsabilidad de respetar los “valores, tradiciones y leyes” de las comunidades que los reciben.

Concluyó su intervención citando una carta enviada por el Papa el mes pasado a la agencia de noticias italiana Ansa, en la que el Papa Francisco dijo: “La presencia de tantos hermanos y hermanas que experimentan la tragedia de la inmigración es una oportunidad para el crecimiento, encuentro y diálogo humanos entre culturas con miras a promover la paz y la fraternidad entre los pueblos”.

Fuente: CPAL Social

Inscripciones Abiertas para el Programa de Liderazgo Político 2018

El Centro de Investigación y Acción Social (CIAS) dirigido por el jesuita Rodrigo Zarazaga SJ, ha abierto las inscripciones para la edición 2018 del Programa de Liderazgo Político.

En general, los estudiantes tienen entre 23 y 35 años. Algunos de ellos ya participan en partidos políticos o en la administración pública; aunque dicha participación no es requisito para ser admitido. El CIAS no tiene filiación partidaria y trabaja activamente para tener estudiantes de todo el espectro ideológico y socioeconómico.

  • La inscripción al Programa estará abierta desde el 4 de septiembre hasta el 29 de octubre de 2017. Los postulantes deberán completar el formulario disponible en www.cias.org.ar, adjuntando en el mismo:
  • Curriculum Vitae actualizado.
  • Carta de Presentación explicando las motivaciones y las cualidades que lo hacen un buen candidato.

El itinerario de contenidos del Programa es sumamente amplio e incluye:

  • Coaliciones de Gobierno
  • Estado y Administración Pública
  • Macroeconomía
  • Microeconomía
  • Comunicación Política
  • Liderazgo
  • Media Training
  • Psicología Política

Además, el programa propone una serie de viajes al interior y exterior de Argentina, con el objetivo de que los alumnos puedan interiorizarse de la realidad del país, al tiempo que tienen la oportunidad de conocer modos de organizar y estudiar la actividad política en otros lugares del mundo.