[Comunidades] Presencia de los novicios en el Cerro
La comunidad de la Pquia. Nuestra Señora de Fátima abrió las puertas de su casa para la llegada de los novicios que transitan el segundo año de formación. Juan José Mosca, nos cuenta cómo vivieron el recibimiento y la incorporación de los novicios en su comunidad, en el Cerro de Montevideo.
Testimonios SJ
En este mes de Julio hemos cumplido un año de presencia de la nueva comunidad jesuita en el Cerro. Las visitas y venida de compañeros jesuitas a nuestra comunidad siempre ha sido una gracia. Este sería también el principal titular para la presencia de los novicios en la comunidad y en la parroquia de Fátima.
Los jesuitas estables misionados a esta comunidad no nos conocíamos ni habíamos convivido, ni trabajado juntos, por lo tanto somos una comunidad recién nacida, de jesuitas muy distintos con una nueva misión dada por el Provincial. Es bueno tener en cuenta estos datos básicos para tener presente a dónde llegan Diego, Guillermo y Carlos a hacer esta experiencia de comunidad. Es un desafío para ellos y para nosotros. Pero de ambas partes con mucha disponibilidad para encararlo. Y la verdad es que yo diría que estamos muy contentos.
Entre nosotros ocurre algo de lo que sucedía en la Compañía naciente cuando Ignacio mandaba algún novicio a vivir en una comunidad, lo probaba y le hacía un seguimiento para ver si tenía subyecto para la futura Compañía.
Para nuestras reuniones de comunidad vamos tomando lo que vamos viviendo internamente y los apostolados que llevan adelante en el territorio del Cerro y los tres días que van a colaborar en la obra de Fe y Alegría en la zona del aeropuerto.
Vimos juntos la película de la vida de San Juan XXXIII y esto provocó un intercambio de memorias de Iglesia con el lanzamiento del Vaticano II y de la Compañía de Arrupe, historias vividas por los mayores y muy ignoradas por ellos. Para entender mucho de lo que estamos viviendo tenemos que partir de allí.
Vimos también como una buena idea acompañar nuestras reuniones de comunidad recorriendo alguna de nuestras fuentes y tomamos el libro de Melloni “una aproximación a su autobiorafía”. En mi noviciado leíamos la ‘Vida de Ignacio’ de Ribadeneira y esto prevaleció durante cuatro siglos y como texto fundacional no fue recuperado sino hasta después del Concilio Vaticano II. Sorpresa para ellos y sorpresa para nosotros.
Rubén ha liderado en estos tiempos de pandemia una parroquia en salida. Atendiendo grupos de personas solidarias que llevaban adelante ollas populares en sus barrios y ha recorrido el Cerro junto con Nacho Puiggari todas las semanas. La parroquia ha sido depositaria de la generosidad de muchas personas que están en otras instituciones de la Compañía y organizaciones. Los novicios han participado de estas recorridas y han tenido un contacto directo con estos dramas.
Los tres novicios tienen talento musical y arrojo para visitar la zona más pobre de la parroquia: el asentamiento “El Caño”. Me recuerda la película ‘La Misión’ cuando los jesuitas atraían a la población indígena local con la música y los coros. Con el trabajo de muchos durante este año, el otro día el Señor se manifestó en un humilde, modesto, signo del Reino: treinta niños de los más pobres se hicieron presentes en una jornada de sábado por primera vez en Fátima.
Los novicios como parte de la experiencia tienen sus trinas para compartir lo que van viviendo. En la reunión comunitaria del lunes también tuvieron la posibilidad de escuchar cómo Nacho se viene preparando para su ordenación. Ignacio compartió algo de las gracias recibidas durante sus ochos días de Ejercicios con Paco Arrondo en Manresa y ellos hicieron una proyección de su estadía para el segundo mes entre nosotros.
Están haciendo también la experiencia de aprender a relacionarse con un superior, un Director de obra y un Ministro. En mi caso sabiendo que el Maestro es muy bueno y paciente estoy aportando un poco de vinagre a la ensalada. Vamos practicando la corrección fraterna con fruto. He recuperado dos toallas que colgué y habían desaparecido y en esta casa de muchas llaves aparecieron algunas en sus pantalones. Para terminar con una muy buena: nos hemos atragantado con “sopa paraguaya”.
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